Chiste: La última confesión

Ella lo miró y sus pálidos labios comenzaron a moverse quedamente.

- Mi amado Carlos -susurró.

- Calla mi amada. -dijo él- Descansa....

- Pero es que...

- Shhh. No hables.

Ella insistentemente dijo con cansada voz:

- Tengo algo que confesarte.

- No hay nada que confesar. Todo está bien, duerme.

- No, no, yo debo morir en paz, Carlos... Yo me acosté con tu hermano, tu mejor amigo y con tu padre.

- Ya lo sé, cariño, por eso te envenené... shhhhhh... duerme tranquila.

Chiste subido por Ramón el El 2009-10-15 a las 13:12:58

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