El maestro Naruse compone una película que cuenta sucesos cotidianos de vidas no demasiado interesantes.
Pero gracias a su saber hacer, construye un relato muy sentimental, muy entrañable y muy interesante.
La figura central es Reiko Morita, a la que da vida Hideko Takamine, una viuda que ha entregado su vida a levantar el pequeño negocio de su suegra.
Sus cuñadas, ejercen como tales y son unas harpías, que quieren deshacerse de ella, cuando el colmado no va bien por irrupción de los modernos supermercados.
Ahí surge el elemento perturbador, una modernidad que contrasta con el estilo tradicional que quiere perpetuar, la anclada en el pasado, Reiko.
El progreso como alterador de un personaje y de un Japón que se resiste a lo nuevo y quiere seguir viviendo apegado a las tradiciones.
Por otro lado el personaje de Koji Morita, interpretado por el actor y cantante Yûzô Kayama, un vago, borrachín que ahoga sus penas en sake. Enamorado hasta las trancas de su cuñada, que se ve tentada a desmelenarse, pero en la que va a primar su apego a la tradición y a la contención de sentimientos.
Cuando ve que su trayectoria vital está rota intenta recuperar sus orígenes volviendo a su pueblo natal, para seguir afincada en sus tradiciones, en sus cadenas morales, en su contención sentimental.
Una película que alberga unas emociones, que están a flor de piel, pero como su protagonista intenta soterrar, lo que nos lleva a la tragedia.
Mikio Naruse (1905-1969) es uno de los directores más influyentes y reconocidos del cine japonés, aunque su nombre no siempre ha alcanzado la misma notoriedad internacional que otros contemporáneos como Akira Kurosawa o Yasujirō Ozu.
Con una carrera que abarcó más de tres décadas, Naruse exploró de manera magistral las complejidades emocionales de sus personajes, centrándose principalmente en las dificultades que enfrentan las mujeres en una sociedad marcada por las tradiciones y los cambios.
Biografía y orígenes
Nacido el 20 de agosto de 1905 en Tokio, Naruse creció en un entorno modesto y comenzó su carrera cinematográfica en 1920 como ayudante en los estudios Shochiku.
Durante sus primeros años, trabajó bajo la influencia de directores como Heinosuke Gosho, lo que marcó su temprano interés por los dramas sociales.
En 1930, debutó como director con La fuerza del amor (Ai wa chikara da), pero fue en los años 50 y 60 cuando consolidó su reputación como uno de los grandes narradores del cine japonés.
Producción artística y estilo cinematográfico
Naruse dirigió más de 80 películas a lo largo de su carrera.
Su cine se caracteriza por un estilo sobrio y contenido, donde los gestos y las miradas suelen transmitir más que los diálogos.
La mayoría de sus historias giran en torno a mujeres enfrentadas a adversidades como la pobreza, el abandono o las estrictas normas sociales.
Este enfoque le permitió captar con gran profundidad psicológica las emociones de sus protagonistas.
Entre sus obras más destacadas se encuentran:
Repast (Meshi) (1951): Un retrato de las tensiones en un matrimonio en decadencia.
Floating Clouds (Ukigumo) (1955): Una historia de amor trágica y desgarradora, considerada su obra maestra.
When a Woman Ascends the Stairs (Onna ga kaidan o agaru toki) (1960): Un análisis profundo sobre las luchas de una mujer soltera en el mundo de los bares de Ginza.
Midareru (1964): un drama sobre la pasión reprimida
Midareru (“Yearning” en inglés) es una de las películas más significativas de Mikio Naruse.
Protagonizada por Hideko Takamine, una de sus actrices más recurrentes y colaboradoras cercanas, la película cuenta la historia de Reiko, una viuda que administra una tienda familiar tras la muerte de su esposo.
La llegada de su cuñado, un hombre más joven que siente una pasión reprimida por ella, desata una serie de conflictos emocionales y sociales que culminan en un desenlace profundamente conmovedor.
Durante el rodaje de Midareru, Naruse fue especialmente meticuloso en su dirección de Takamine, buscando capturar cada matiz de su expresión emocional.
Se dice que el director evitaba explicaciones extensas y prefería confiar en la intuición de sus actores, lo que daba como resultado interpretaciones naturales y cargadas de autenticidad.
La película tuvo un impacto notable en cineastas posteriores, incluidos directores como Hou Hsiao-hsien y Hirokazu Kore-eda, quienes han citado a Naruse como una influencia clave en su tratamiento de los dramas humanos.
Legado e importancia en el cine japonés
Aunque su nombre no goza de la misma fama mundial que otros directores japoneses, la obra de Mikio Naruse ha sido objeto de redescubrimiento por parte de críticos e historiadores del cine.
Su capacidad para narrar historias intimistas con gran sensibilidad emocional lo ha consolidado como uno de los grandes maestros del melodrama.
Naruse falleció en 1969, dejando un legado que sigue siendo relevante en la exploración de las relaciones humanas en el cine.
Su obra representa un puente entre la tradición y la modernidad, y su impacto se siente tanto en el cine japonés como en la cinematografía global.
La documentalista y antropóloga Laura García Andreu compone una película que retrata fielmente un tipo de personaje muy valenciano.
Nuestro amigo Domingo es el protagonista absoluto de este film. Un individuo optimista y trabajador, que aspira a dar un pelotazo con un injerto secreto de naranjos con el que va a conseguir la patente de las mejores naranjas de la historia.
El capitalismo también ha llegado a la agricultura valenciana.
Los cultivadores se ven obligados a pagar a las multinacionales para plantar los naranjos que producen las naranjas más comerciales, que están patentadas por las grandes comercializadoras alimentarias.
Lo que en otro tiempo era un buen negocio, se ha convertido en algo menos rentable.
Laura termina haciendo un retrato de esa valencia rural, festiva y bromista que sabe trabajar y reírse de la vida a partes iguales.
Hay mucho vitalismo en este documental, que no deja de ser también el retrato del pícaro.
La primera parte entremezcla la investigación de un asesinato y de un secuestro.
La segunda se centra en la despedida de Tomás que ha decidido solicitar la eutanasia.
La parte thriller entretiene, la sentimental emociona. Por ello se tiene la sensación de haber visto una gran serie que termina por todo lo alto.
Hay emociones impregnadas de un sentimentalismo muy medido, como para que el espectador se sienta conmovido, pero no perturbado.
Javier Cámara está colosal, tiene ese don para la comedia por el que incluso en los momentos más dramáticos hay un puntito de humor. Un actor al que admiro mucho, porque lo tenía muy difícil para triunfar y se ha convertido en uno de los grandes del panorama actoral español.
Impresionante Mónica López, una actriz cautivadora que personifica a la nueva Guardia Civil, profesional, cumplidora y trabajadora.
Me impresiona cuando Tomás nos confiesa que era una persona amargada hasta que le diagnosticaron ELA y percibió que la vida se le acababa, desde entonces sintió que tenía que disfrutar de lo que le quedaba de existencia y que esos años de enfermedad han sido a la postre los mejores de su vida.
Tendríamos que tomar nota de este comentario y aplicárnoslo. No nos lamentemos de nuestra vida, vivámosla y disfrutémosla. Hagamos lo que nos gusta y seamos sinceros con los que nos rodean.
Javier Cámara: un repaso a su trayectoria profesional y personal
Javier Cámara, nacido el 19 de enero de 1967 en Albelda de Iregua, La Rioja, es uno de los actores más versátiles y prolíficos del cine y la televisión española.
Su carrera, que abarca décadas de trabajo continuo, lo ha llevado a participar en producciones de gran renombre tanto en el ámbito nacional como internacional.
Orígenes y formación
Criado en una familia trabajadora de La Rioja, Javier descubrió su pasión por la interpretación desde joven.
Estudió Arte Dramático en la Escuela de Teatro de La Rioja y posteriormente en Madrid, donde comenzó a construir los cimientos de su carrera.
Su talento y carisma pronto lo llevaron a obtener papeles destacados en teatro, medio que siempre ha considerado esencial en su desarrollo como actor.
Filmografía destacada
El gran salto a la fama de Javier Cámara llegó con la serie televisiva 7 vidas (1999-2006), una comedia que marcó un antes y un después en la ficción española. En ella interpretó a Paco, un camarero entrañable y despistado que se convirtió en uno de los personajes más queridos por el público.
En el cine, su carrera despegó conHable con ella (2002), dirigida por Pedro Almodóvar. En esta película, Cámara interpretó a Benigno, un personaje complejo que le valió reconocimiento internacional. Su relación con Almodóvar continuó conLa mala educación (2004) y Los amantes pasajeros (2013).
Otros títulos destacados de su filmografía incluyen:
La vida secreta de las palabras (2005), de Isabel Coixet.
Truman (2015), junto a Ricardo Darín, que le valió un Premio Goya como Mejor Actor Protagonista.
Vota Juan (2019) y sus secuelas Vamos Juan (2020) y Venga Juan (2021), donde demostró su talento para la comedia política.
No quiero olvidar su intervención en Torrente: El brazo tono de la ley (1998), dando vida al pescatero Rafi.
Premios y reconocimientos
A lo largo de su carrera, Javier Cámara ha recibido numerosos galardones, incluyendo dos Premios Goya: uno por Truman y otro como Mejor Actor de Reparto por Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013).
También ha sido nominado en varias ocasiones por sus trabajos en cine y televisión, consolidándose como una figura destacada del panorama interpretativo español.
En 2021, fue distinguido con el Premio Platino del Cine Iberoamericano por su trayectoria, un reconocimiento añadido a su amplia colección de logros.
Una carrera internacional
Cámara también ha trabajado fuera de España, participando en series como Narcos (2017) de Netflix, donde interpretó a Guillermo Pallomari, y en la producción británica The Young Pope (2016) y su continuación The New Pope(2019), dirigidas por Paolo Sorrentino, donde compartió escenas con Jude Law y John Malkovich.
Reflexión y vida personal
A pesar de su éxito, Javier Cámara siempre ha mantenido un perfil discreto en cuanto a su vida personal.
Ha expresado en numerosas entrevistas su amor por el teatro, que considera su “escuela permanente”, y su deseo de seguir explorando personajes que lo reten como actor.
Además, se ha mostrado comprometido con causas sociales y culturales, participando en iniciativas destinadas a promover el cine y las artes escénicas en España.
Protagonista en Rapa
En los últimos años, Javier Cámara ha sido el protagonista de la serie Rapa, que cuenta ya con tres temporadas. En esta producción de intriga y misterio, interpreta a Tomás, un profesor que se ve envuelto en una investigación de asesinato en una pequeña localidad gallega.
Su interpretación ha sido ampliamente elogiada por su capacidad para transmitir la complejidad emocional de un personaje lleno de matices.
A lo largo de las temporadas, la serie ha explorado no solo el desarrollo del caso principal, sino también las relaciones interpersonales y los dilemas éticos de sus protagonistas.
El papel de Cámara en Rapa ha reafirmado su talento para liderar proyectos televisivos de géneros diversos, consolidándose como uno de los rostros más destacados de la ficción española actual.
Con una carrera que no muestra signos de detenerse, Javier Cámara sigue siendo un referente indiscutible en el mundo de la interpretación, consolidándose como uno de los actores más completos y respetados de su generación.