Crónica de un quinto día desapacible en Zinemaldia, donde las películas buenas no han abundado.
Un martes con frío, decepciones y pocas alegrías en el Festival de San Sebastián.
Por Gema Santamaría, periodista, crítica de cine y colaboradora de Nueva Alcarria.
El quinto día del Festival de San Sebastián ha sido tan desapacible como el propio tiempo en la ciudad. Martes 23 de septiembre de 2025: frío, viento, lluvia intermitente y ese sol traicionero que te obliga a ponerte y quitarte capas de ropa como si estuvieras en un número cómico.
La jornada ha comenzado con la proyección de Las Corrientes, la película argentina de Milagros Mumenthaler, incluida en la sección oficial. Su protagonista, Lina, interpretada por Isabel Aimé González Sola, es una estilista que padece hidrofobia, un miedo irracional al agua que le impide bañarse o ducharse. Sobre el papel, el planteamiento resulta interesante, pero en pantalla se convierte en un relato errático y disperso, que parece perderse en su propia ambición. Me ha dejado la sensación de ser una película pretenciosa, más preocupada por aparentar profundidad que por contar algo sólido.
La segunda película de la mañana ha sido Ya no quedan junglas, debut en la dirección de Luis Gabriel Beristáin, con un reparto de nombres potentes encabezado por Ron Perlman, Megan Montaner, Hovik Keuchkerian, Karra Elejalde y Damián Alcázar. El filme se presenta como un thriller de venganza en el que el personaje de Perlman busca justicia por el asesinato de una amiga, mientras la trama secundaria gira en torno a la desaparición del esposo del personaje de Montaner, que interpreta a una comisaria de policía. Sobre el papel, prometía acción y tensión, pero en la práctica ha despertado carcajadas involuntarias entre el público debido a diálogos absurdos y situaciones tan inverosímiles que rozan la autoparodia. Si se ve como una comedia involuntaria puede resultar entretenida, pero como thriller serio se queda en desastre.
A mediodía llegaba uno de los títulos más esperados de la jornada: La voz de Hind, dirigida por Kaouther Ben Hania, la misma película que arrancó 22 minutos de aplausos en el Festival de Venecia y que allí se alzó con el Gran Premio del Jurado. Se desarrolla íntegramente en un centro de atención telefónica de la Media Luna Roja, donde los operadores reciben la llamada de una niña de seis años cuya familia ha sido atacada por tropas israelíes. La cinta narra la angustiosa odisea para conseguir que una ambulancia pueda llegar hasta ella a través de una zona de guerra. Es una película de enorme tensión y dramatismo, basada en hechos reales, que funciona como testimonio de la tragedia que se vive en Gaza. Un alegato poderoso en favor de la paz y la protección de la población civil, que ha conmovido profundamente a la sala.
Por la tarde llegaba el plato fuerte de la jornada con Bugonia, la nueva película del griego Yorgos Lanthimos, protagonizada por Emma Stone y Jesse Plemons. Se trata de una producción irlandesa y remake de una cinta coreana titulada Salvar el planeta tierra. Sin embargo, la expectación ha jugado en su contra. No estamos ante el Lanthimos de Pobres criaturas, La favorita, El sacrificio de un ciervo sagrado o Langosta. Esta nueva propuesta se queda a medio gas: es entretenida, tiene su peculiaridad visual y su punto extravagante, pero no alcanza la grandeza que se esperaba. La decepción en la sala era palpable.
Más tarde, dentro de la sección de Nuevos Directores, se ha proyectado la película danesa Weightless, centrada en el verano de una chica de quince años con problemas de obesidad que acude a un campamento para jóvenes en su misma situación. Allí entabla una relación algo turbia con uno de los monitores, mientras la amistad con otra chica se convierte en su principal apoyo. Es una película pequeña, sencilla, con apenas tres personajes relevantes, pero la joven protagonista brilla con una interpretación emocionante. Tras la proyección, el público ha recibido con calidez al equipo presente en la sala, que ha respondido preguntas en un animado coloquio.
El día ha concluido con la presentación de Flores para Antonio, documental dedicado a Antonio Flores, en el Teatro Victoria Eugenia. En el photocall hemos podido ver a Alba Flores, Lolita y Rosario Flores, junto a los directores Isaki Lacuesta y Elena Molina. El filme repasa la vida y la carrera del músico, cuya trayectoria quedó truncada por su muerte prematura debido a las drogas. Una propuesta emotiva que ha cerrado la jornada con un tono de homenaje familiar y nostálgico.
En resumen, ha sido un día frío y gris, tanto en lo meteorológico como en lo cinematográfico. Solo La voz de Hind ha brillado con luz propia, mientras el resto de títulos se han movido entre la decepción y la tibieza. Con pocas películas verdaderamente destacables, este quinto día del festival deja claro que la recta final deberá esforzarse para recuperar la emoción y la excelencia que el certamen merece.
Gema Santamaría
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Muchos besos y muchas gracias.
¡Nos vemos en el cine!
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Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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