Después de negociar por sms, wasap y móvil decidimos ir a ver esta peli la tarde de Nochebuena. Había partidarios de Inmortales y otros de Noche de fin de año. Pero algunos no querían ver superhéroes griegos en minifalda y otros no querían ver a mi adorada Sara Jessica Parker.
Al final mis sobrinos o se perdieron con el coche o no entendieron bien la hora y el cine y no llegaron ninguno.
Entré al cine ilusionado con Marta y Rubén.
La comida previa había sido magnífica en el Chicago, pequeño bar de copas/restaurante donde un plato combinado se convierte en un menú de lujo suculento, sabroso y abundante.
El Topo se desarrolla de manera lenta y pausada. Marta se durmió en pocos minutos. Rubén aguantaba el tipo. Yo luchaba con todas mis fuerzas para mantenerme despierto pero no podía evitar dar cabezadas.
A partir de la mitad de la proyección conseguí estar en estado de vigilia pero con un esfuerzo titánico y le fui cogiendo el tranquillo a la peli.
Los espías no son superhéroes son burócratas que redactan informes y desconfían de todo y de todos. En espionaje no hay mejor táctica que hacer creer que todo lo que se dice lo saben los otros o todo lo que se sabe es mentira. No hay nada peor que la desconfianza. Pues de eso va esta peli.
Gary Oldman es el gran protagonista de la peli. Un hombre gris, cornudo y poco comunicativo. Gary nos ha tenido acostumbrados a excesos gestuales pero aquí se muestra contenido, tal vez demasiado.
El desarrollo es tan lento que resulta tedioso. En los últimos treinta minutos mejora el ritmo pero eso no equilibra el resultado final. Además hay cuestiones en el guión a las que no encuentro explicación lo que me generó cierta intraquilidad. ¿Me habré perdido momentos cruciales por el sueño intermitente?
Cuando terminó la peli, Marta estaba dolorida por la mala posición. Rubén preguntaba: ¿de qué iba todo esto?
Yo también me hacía preguntas. ¿Se estaban partiendo de risa mis sobrinos por haberme arrastrado a esta película? ¿Es posible que Inmortales fuera peor? ¿Cuando podré ver a Sara Jessica en Noche de fin de año? ¿Porqué Peter Guillian acudió a París siguiendo las instrucciones de George Smiley?
Maktub es una tragicomedia a modo de cuento navideño.
Nadie le puede negar a Paco Arango sus buenas intenciones. Pretende trasmitir optimismo en una situación muy dramática y se vale de magníficos actores.
Las partes cómicas no terminan de funcionar. En cambio las partes dramáticas funcionan mejor pero a costa de recursos extremadamente manidos que en definitiva resultan tramposos. Es como si Arango usara el repertorio clásico para arrancar las lágrimas a los espectadores. Muchas de las situaciones y de los diálogos son ya vistos pero aún así emocionan.
También es verdad que soy de lágrima fácil y me sorprendía llorando como una Madalena ante escenas de sobra conocidas.
Está basada en hechos reales pero aún así el guión resulta inverosímil con casualidad tras casualidad que solo puede ser admitido por la benevolencia de la audiencia.
Para colmo Arango nos inserta un toque mágico con la presencia de una especie de ángel disfrazado de Rosa María Sardá.
Este continuo buenismo y el tono melodramático y sensiblero me recuerda a las pelis de los años sesenta que ensalzaban los valores familiares y religiosos.
Acudo con interés a ver esta película premiada como mejor film del cine europeo de este año, que además ha cosechado magníficas críticas.
Empezamos mal. Imágenes de gran belleza estética con música clásica de fondo. Todo tan bonito como aburrido.
El simpatizante nazi y director de esta peli nos cuenta una boda moviendo la cámara como si sufriera de temblor esencial desenfocando a los actores de vez en cuando. ¡Qué original y estiloso!
En general todas las bodas tienen mucho de farsa, de espectáculo carnavalesco, pues ésta es el colmo. Se desenvuelve entre lo divertido y lo penoso. El tratamiento de los personajes me parece superficial y gratuito, nadie se ocupa de explicar algo sobre ellos que justifique su comportamiento.
Luego llega el desarrollo de la familia esperando al planeta Melancolía. Mucho primer plano con el temblor que no mejora. El drama se vuelve intenso pero me resulta falso y artificioso. Reconozco que en algún momento me interesó el rollito de colisión sí, colisión no.
El final estéticamente está logrado y se agradece que termine la peli.
El reto de Cronenberg al adactar una obra literaria primero y después teatral sobre el psicoanálisis y hacerla una obra personal acorde a toda su filmografía es ciertamente complicado.
Aunque el director siempre ha gustado de guiar a sus personajes por sendas tenebrosas que tal vez solo su subconsciente puede explicar.
El psicoanálisis tiene mucho de religión como ya comenté en otra crítica hace poco. Y ¿porqué? Pues porque se basa en la fe en unas teorías (y recalco lo de teorías) que no han sido demostradas. Si esta crítica la leyera alguien despertaría demonios en muchos psicólogos e incluso médicos que practican esta religión y hasta en sus pacientes que son víctimas de este dogma.
Hay personas que creen de manera ciega en la astrología, en los viajes astrales, en los fantasmas o en la termomix y hacen de eso una verdad que les acompaña como si fuera una realidad equiparable a la ciencia. Con las religiones, por cierto, pasa lo mismo. Pero todo esto (incluido el psicoanálisis) es cuestión de fe, de creer en algo que no se puede demostrar.
Por supuesto que todas estas creencias merecen todo el respeto del mundo pero son solo creencias.
Y desde este punto de vista la peli está bien planteada con un patriarca (Sigmund Freud) que dirige a un grupo de seguidores y alguno aunque aventajado le sale díscolo (Carl Young).
Es interesante que queriendo Young curar a su paciente Sabina Spielrein practique con ella las “perversiones” que la han trastornado. Una magnífica relación médico-paciente.
La peli mantiene el interés y gana sobre todo cuando aparece Viggo Mortensen interpretando al padre del psicoanálisis, un personaje con carisma.
Keira Knightley (nombre difícil de escribir y de pronunciar) perpetra un muestrario de muecas y de excesos faciales asombroso que no sé si calificarlos de esperpento o de interpretación magistral.
La conspiración es un thriller judicial impecablemente realizado, donde están cuidados los detalles de ambientación, vestuario y decorados. Con una dirección serena pero efectista.
Plantea un dilema entre “la Razón de Estado” y el respeto a la Ley y en definitiva la justicia. Aunque su desarrollo es de hace 2 siglos su tema es terriblemente actual. Cuando se sigue manteniendo Guantánamo y Obama ha vuelto a instaurar los Tribunales Militares para juzgar fuera de la Ley.
El único defecto que le encuentro a la peli es el no ser más exhaustiva en la explicación de la trama para llevar a cabo el magnicidio.
También se plantea de pasada la atrocidad que representa la pena de muerte y lo lamentable de su irreversibilidad, con una escena terrible del ahorcamiento con público, incluso infantil, que estremece y repugna.
Cine de calidad con mensaje, didáctico y militante.
El comienzo de esta farsa es divertido y colorista, con esos cardenales vestidos de rojo desfilando para elegir nuevo Papa.
El planteamiento es interesante con ese Papa elegido que padece una crisis de pánico ante su nueva responsabilidad.
Pero la peli sigue unos derroteros de sainete, de comedieta burlona sin enjundia, sin profundidad, que molestan y lo que es peor que aburren.
Todo ese rollo de humanizar a los gerifaltes de la Iglesia está muy bien pero carece de sentido insistir en ese asunto una y otra vez a lo largo de todo el metraje.
Sí resulta divertido enfrentar la religión y el psicoanálisis que en el fondo es solo otra religión más, al igual que la termomix.
Michel Piccoli hace equilibrios interpretativos para mantener el tipo y resulta salir airoso de una empresa imposible.
Nanni Moretti que dirige, protagoniza y produce esta peli se muestra condescendiente y, en mi opinión, adolece de mordacidad y de garra para contar esta historia que es prometedora pero fallida.
Begginers es una peli, hasta cierto punto, sorprendente. El guión sería poco creíble sino estuviera basado en hechos reales vividos por el propio director.
La mezcla durante toda la película de la alegría de Christopher Plummer, a pesar de su enfermedad, y la tristeza de Ewan McGregor, a pesar de haber encontrado a una chica estupenda, dan un tono agridulce a la película.
El planteamiento es original y entretenido, con continuas analepsis y la inserción de imágenes con voz en off que tratan de explicar lo diferentes de varias épocas.
El tema de la homosexualidad está bien tratado aunque tal vez el asunto del cáncer es pasado de forma superficial (esto es de agradecer).
Resacón 2 nos ofrece una sucesión de chistes zafios e incorrecciones al igual que su predecesora.
El Resacón en las Vegas me entretuvo y me divirtió pero esta segunda me ha decepcionado profundamente. Es más de lo mismo pero sin el menor atisbo de originalidad.
No sé porque las gracietas con monos y penes no me han levantado ni una sonrisa. Para ser sincero alguna vez sí me he reído pero poco más.
Todo es previsible. La juerga, los líos, las persecuciones en coche que tanto gustan a los americanos, las fotos al terminar, el final feliz… Todo-todo. Más de lo mismo.
Cuando una peli es buena la puedes ver muchas veces. Te da igual que sepas el argumento, que sepas los diálogos, que sepas como acaba. La vuelves a ver y descubres cosas nuevas y te sigue gustando.
Sería incapaz de ver otra vez Resacón 1, me hizo gracia y ya está. Ver Resacón 2 es como ver la uno pero sin sorpresas y con menos gracia.
Respecto a los personajes, ya los conoces y son previsibles. No les tengo ni el más mínimo cariño.
He leído críticas elogiosas y amigos y familiares que hablan maravillas. Les doy la enhorabuena. Todos han disfrutado menos yo. Me siento infeliz.
No sé muy bien porque me atraía ver esta película. Acudía al preestreno sabiendo que por la mañana cuando sonara el despertador me arrepentiría. Eso que me digo de dormir más deprisa para dormir más, no funciona.
En principio ver una peli de época cuyo argumento ya conocía, eso de la huerfanita desgraciada, habiendo visto versiones anteriores que recuerdo vagamente, no parecía un planazo precisamente.
La peli me fue gustando cuando descubrí que su director no usaba recursos detestables como la voz en off y que iba directamente al asunto pasando de puntillas por el orfanato.
Si esto lo contáramos ahora sería la historia de una institutriz que es una fresca y consigue sorberle el seso al dueño de la casa y poco más.
Pero hace dos siglos esto se contaba que daba gloria.
La peli está bien narrada creando interés. Los paisajes acompañan. La luz nocturna de ese caserón da un aire de peli de miedo con una excelente fotografía. Pero lo que hace de Jane Eyre una buena película son sus actores, que bien dirigidos dan emoción a la peli. Hay diálogos literarios pero que te llegan.
Mia Wasikowska está impresionante porque trasmitir muchas emociones con tanta contención es muy difícil.
Michael Fassbender (actor de moda) está muy acertado con ese secreto que le atormenta y le impide ser feliz.
Jamie Bell se nos ha hecho un hombre y también está de moda al ser el que se presta de modelo para ser Tintín.
Judi Dench como siempre estupenda, ya especializada en secundarios de lujo.
Tendré que volver a ver versiones anteriores para comparar… pero me falta tiempo.
¿Porqué no se echa mano más de los clásicos para hacer películas?
Terminé ligeramente defraudado al ver esta comedia. No por su desarrollo sino por su final.
Empezaré hablando de éste. Es penoso ver como una estupenda película termina de una forma tan convencional con un final para dejar contento a los amantes de los happy end.
La boda de mi mejor amiga es una comedia divertida que se mofa con muy mala leche de los preparativos de la boda ideal.
Hay episodios incluso crueles con esos personajes entregados al consumo desmesurado para celebrar un matrimonio que con suerte durará unos años.
La peli funciona gracias a su protagonista, una casi desconocida Kristen Wiig que interpreta a la perfección un personaje que se hace simpático por lo contradictorio y patoso. La Wiig es también coguionista pero a pesar de ello no demuestra piedad con su personaje.
Kristen está muy bien secundada por un grupo de actrices sensacionales, todas tienen su historia y ayudan a dar cuerpo a la peli.
La mezcla de comedia romántica (en pequeñas dosis), de comedia gamberra y, a veces, escatológica con una cierta crítica social funciona muy bien y da originalidad a esta peli.
Lo mejor: una Kristen Wiig encantandora. Lo peor el final. Mi consejo es salirse de la sala 5 minutos antes.
Una pregunta final: ¿Porqué en las pelis americanas las actrices hacen el amor con el sujetador puesto?
Los amos de Brooklyn nos relata la vida de 3 policías que trabajan en el famoso barrio de Nueva York. Tres perfiles muy diferentes de personajes que no son héroes sino personas con problemas que sobreviven con su trabajo de agentes de la ley.
El tono de la peli es triste, a veces melancólico, pesimista con una mirada realista.
Las interpretaciones son muy interesantes pero quiero destacar a Richard Gere con una madurez impresionante. Y a un Ethan Hawke angustiado por su situación familiar, necesitado de dinero lo que le obliga a cometer delitos y a meterse de cabeza en la corrupción policial. Su papel es muy agradecido y lo hace fenomenal, hasta tal punto que llegamos a comprenderlo, es un padre de familia capaz de cualquier cosa para proteger a los suyos.
El final es espectacular y no diré más.
A pesar de su larga duración, más de dos horas, la peli se sigue con atención. No es una obra redonda pero sí muy interesante.
Esta película argentina del debutante como largometrajista Gustavo Taretto nos cuenta las vidas cruzadas (pero no encontradas) entre Mariana y Martín.
La peli comienza con decenas de imágenes de edificios de la ciudad de Buenos Aires con un aire de documental y una voz en off que al principio resulta agradable y divertida pero que se reitera a lo largo del desarrollo llegando a ser primero innecesaria y después irritante.
Esta parte documental es estupenda, una especie de homenaje a la caótica capital de Argentina.
La peli se disfruta con muchos momentos graciosos e ingeniosos tanto a nivel de guión como a nivel visual. También hay escenas de relleno en las que parece que el director esté tan perdido como sus personajes.
Destacar la presencia de Pilar López de Ayala que habla bien en argentino. Es divertida esa búsqueda de Wally, fábula de la búsqueda del amor que está camuflado en la gran ciudad.
Los personajes no son muy originales. Son treintañeros, despistados, solos que buscan compañía y amor, viviendo más que en la realidad en internet.
Hay un claro homenaje a Woody Allen y especialmente a su peli Manhattan que emociona por separado a sus dos protagonistas.
Veo esta peli descargada y compruebo que no ha sido estrenada en España, aunque sí en USA y en Francia por ejemplo. Imagino que pasará directamente al mercado del vídeo.
John Pogue que ha sido hasta ahora básicamente guionista se pasa en esta peli a la dirección aunque también es el responsable del argumento.
Enrique Urbizu ya ha demostrado que es un director competente y aquí, con ritmo de thriller clásico, nos cuenta la huida hacia delante de un poli pasado de rosca que busca desesperadamente su redención.
La narración discurre desde dos puntos de vista. El de Santos Trinidad, el poli y la jueza Chacón (Helena Miquel) que instruye las diligencias de un caso de triple asesinato. El espectador va conociendo lo que cada uno de estos personajes va sabiendo y juega con ventaja lo que hace que nos involucremos más en la historia.
Urbizu recrea magníficamente los ambientes y nos presenta una galería de personajes, algunos no muy bien definidos pero todos interesantes.
José Coronado, al parecer repuesto de sus problemas intestinales, recrea a un policía de pasado turbio que conoce su oficio, dibujándolo con pocas palabras con gestualidad medida pero con maestría. Tal vez el mejor papel de su carrerra.
No habrá paz… es cine negro español de calidad, de gran calidad. Una película que deja clavado al asiento y que lamentas que termine. Por favor, necesito más.
Benito Zambrano desde los primeros fotogramas deja claro que va a hacer una película política. Toma partido radicalmente por los perdedores y no lo disimula.
Dejando a parte personajes-estereotipos (posiblemente muy reales) construye una peli llena de sentimientos y de emoción que a mí me llegan al corazón y me conmueven. Tan es así que empapé de lágrimas cuatro pañuelicos de papel.
La actriz María León está en absoluto estado de gracia interpretando de manera impresionante a una chica sencilla, víctima inocente de ese enfrentamiento fratricida que ocurrió en nuestro país.
Zambrano resuelve bien escenas complicadas. Como cuando Pepita obliga a su novio que se declare o como cuando se arma de valor y le habla al general.
Benito hace una defensa declarada de la memoria histórica. Los que olvidan suelen cometer los mismos errores.
Alguien podría decir que es una película innecesaria y que ya están hartos de la Guerra Civil. Yo he visto miles de pelis de la Segunda Guerra Mundial, algunas buenas y otras malas pero a nadie se le ocurriría decir que, por ejemplo, La lista de Schindler es una peli que sobra.
Esta peli claramente no está realizada para eso que se podría llamar gran público. Esos consumidores de cine que compran su refresco extragrande y una palangana de palomitas que salen a orinar a mitad de la película y que hablan contínuamente y que casualmente tienen menos de 20 años.
Mademoiselle Chambon es una peli delicada, de ritmo pausado, incluso lento pero en absoluto tedioso que nos relata la vida sencilla de una familia hasta que surge un enamoramiento apasionado del padre con una maestra. La peli está llena de silencios con diálogos breves y nada chispeantes pero debajo hay volcanes de pasión.
La escena final en el andén del tren es magistral con una intensidad que crea una inmensa tensión emocional.
Los actores son capaces de expresar muchos sentimientos con una expresión gestual mínima.
Una peli sencilla, delicada que hace grande lo cotidiano.
El caso Farewell es una peli de espías al estilo más clásico como esas películas que me entusiasmaban en los años setenta y ochenta.
Aquí los espías son de carne y hueso con sus motivaciones idealistas, patrióticas o económicas, no son James Bond, personaje que detesto profundamente por irreal y superhéroe.
Carion construye una trama sólida y sencilla en la que cobran interés los personajes conforme los vas conociendo. Muy interesante las relaciones entre el francés y el ruso y éste con su hijo.
Los actores están correctos destacando el director Emir Kusturica, aquí metido a actor con una interpretación muy carnal y competente.
El estilo visual es adecuado con ese Moscú plomizo y triste que recuerda, como ya he dicho, los pelis de antiguas décadas del siglo pasado.
Los personajes de políticos reales que aparecen están bastante logrados.
Interesante la presencia de la secuencia crucial de la inmensa peli de John Ford “El hombre que mató a Liberty Valance” con esa moraleja de que unos llevan la fama y otros cardan la lana.
La comedia es siempre un género complicado en el que todo debe encajar como un mecanismo de relojería porque cualquier chirrido da al traste con todo.
Crazy… es una peli divertida, no muy original, más una comedia de enredo que una comedia romántica que se sustenta sobre todo en unas adecuadas interpretaciones de todos los actores que están muy acertados. Y también con algún alarde visual atrayente.
Hay muchos momentos hilarantes con un buen sentido del ritmo.
Me llamó la atención el parecido entre Julianne Moore, que interpreta a la madre y Emma Stone que hace de hija. Las dos pelirrojas y pecotosas, realmente parecen parientes. Una buena dirección de casting.
La peli hace apología del amor para toda la vida en contraposición al ligoteo de una noche o un ratillo, sin que caiga en un discurso carca.
En su conjunto resulta una comedia solvente, cosa poco frecuente o como diría un amigo mío “rara avis“.
El día 20 de Octubre por la noche acudí a ver el pre-estreno de esta peli y 12 días después me pongo a hacer la crítica. ¿Porqué esta tardanza? Diversas circunstancias lo han impedido, la fundamental la falta de un estado de ánimo adecuado. Pero vayamos a Margill Call.
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Contar como se descubre una crisis financiera de una gran empresa, en un escenario tan claustrofóbico como unas oficinas y que todo discurra en menos de 24 horas, consiguiendo que tenga interés y a ritmo de thriller es un reto muy complicado. Pues el director debutante J. C. Chandor lo ha conseguido.
Margin Call es una peli que engancha, que interesa y que además instruye. Se comprende porque estamos padeciendo esta maldita crisis. Unos desaprensivos vendían basura a precio de oro a unos tontos que la compraban. A los desaprensivos y a los tontos les movía la avaricia, el dinero.
El comienzo de la peli es brutal y aleccionador. Es una especie de guía de cómo despedir eficazmente, sin criterio pero con eficiencia.
Chandor juega una baza ganadora en su peli: el contar con un grupo de actores que son y están soberbios que llenan la pantalla de humanidad porque su avaricia es la de la mayoría de nosotros. Destaca un Jeremy Irons inconmensurable.
La peli está llena de grandes frases contundentes e ilustrativas.
En un momento de la peli se dice (refiriéndose a la situación de crisis de la empresa): “Todo esto parece un sueño”. Y le replican: “No, ahora estamos despertando”. Efectivamente la economía mundial vivió un sueño, una gran mentira de crecimiento y falsa prosperidad con la ilusión estúpida que cada vez se era más rico porque se compraban acciones o casas que a los pocos días valían más.
Es muy llamativo que una de las preguntas más oídas en la peli es cuánto gana cada personaje y por supuesto son cantidades astronómicas, como si el valor de una persona se midiera por lo que gana.
El cine americano apuesta con frecuencia por contar la historia reciente, esta vez con mucho acierto.
Es triste ver como una gran actriz como Hilary Swank se mete en esta penosa producción.
La peli carece del más mínimo interés. Se centra en dos personajes: la víctima y el acosador-pervertido, sin que aparezcan secundarios para enriquecer la trama.
El comienzo puede se prometedor pero conforme se avanza todo es tedio, sin el más mínimo interés, ni el menor atisbo de originalidad.
El director, un tal Antti Jokinen, dedicado hasta ahora a la tele y al baloncesto, está realizando otra peli. A mí me suena a amenaza.
En este caso la víctima perfecta ha sido un servidor que se ha tragado este bodrio.
Después de varias semanas desde su estreno acudo a ver la última de Almodóvar. Ya estaba quedando mal. Disculpa, Pedro.
Contar una peli de Almodóvar resulta imposible porque sus tramas son siempre retorcidas y complejas. Que es un gran director nadie lo puede poner en tela de juicio. Además ha sabido dar a su filmografía un toque personal y único. Cuando ves unos pocos segundos de cualquiera de sus pelis, sabes identificar su autoría sin ningún problema.
Eso es tal vez lo que menos me gusta de esta La piel que habito, la ausencia de humor, salvo una escena en la que intervienen su hermano y su sobrino.
Siempre ha sabido hacer del pecado virtud, consiguiendo que personajes (teóricamente) malvados te caigan simpáticos.
Almodóvar se sabe rodear de los mejores. La fotografía de José Luis Alcaine es impresionante con una nitidez y una perfección técnicas absolutas.
La música de Alberto Iglesias es hipnótica, ideal para sumergirse en la trama.
La dirección del gran Almodóbar es tan personal y tan atrayente que resulta apabullante.
Banderas ha perdido esa frescura que tenía en Átame pero es un actor eficaz. Elena Anaya se come la cámara y su actuación es impresionante, a pesar que su papel es imposible.
He leído críticas muy malas de esta peli. Discrepo profundamente.
Almodóvar es grande, muy grande y ésta es, una vez más, una magnífica película.
Un amigo me definía como almodovariano. Y creo que más bien soy almodovarófilo.
Insidious es una pequeña producción con un presupuesto de risa que ha tenido un relativo éxito de público y un espectacular rendimiento económico. Se han unido dos fenómenos de lo comercial-rentable. Por un lado James Wan director de Saw y por otro Oren Peli aquí productor y en Paranormal Activity director y guionista.
Para que les vayamos cogiendo cariño Wan nos relata primero la vida de una familia para después contarnos que el niño se queda en coma y comienzan los fenómenos extraños.
La peli está bien realizada, resulta turbadora y cumple con su misión de entretener y dar algún sustillo, sin pretensiones pero con eficacia.
Tal vez se parezca demasiado a Poltergeist y ese sea su mayor defecto, que no es original. Todo suena un poco a visto.