

Cutrecomentario de Ramón:
Eloy de la Iglesia: cuando el celuloide era más fuerte que la metadona.
El realizador vasco Gaizka Urresti, curtido en documentales que desentierran lo que el cine quiso y no pudo ver, nos ofrece con Eloy de la Iglesia, adicto al cine una especie de biopic en mascarada: el retrato de Eloy de la Iglesia —cineasta rebelde, “enfant terrible”, explorador de la marginalidad y provocador de la transición española— quien no sólo hizo películas, sino que dejó que su propia vida se filmara de contrabando.
El documental, con esa mezcla de admiración y crónica sin filtros, muestra cómo Eloy de la Iglesia atravesó censuras, drogas, gloria fugaz y olvido voluntario para volver, al fin, al cine como tabla de salvación… o de escape.
Verlo es como abrir un viejo cajón de carretes donde la luz apenas entra, y te das cuenta de que el azar, la valentía y el miedo pueden caber en un solo plano.
Urresti no lo hace todo meloso: nos pone frente al cineasta con sus excesos, sus aciertos, sus errores, y nos lanza la pregunta: ¿qué es ser adicto al cine?
Porque aquí no hablamos solo de hacer películas, sino de vivirlas, arrastrarlas, quemarlas, y volver a recoger los trozos para proyectarlos en la pantalla de la memoria. Y en esa pantalla se ve… mucho más que imágenes.
Si te gusta el cine que gruñe, que se equivoca, que sangra y se ríe al mismo tiempo: este documental es tu cita.
Porque “adicto al cine” puede ser una definición de amor, pero también de castigo.
Y ambos sentimientos caben en 95 minutos que se miran como un thriller existencial.
Mi puntuación: 7,77/10.

Dirigido por Gaizka Urresti:

Ficha: En este enlace.
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Muchos besos y muchas gracias.
¡Nos vemos en el cine!

Chistes y críticas en holasoyramon.com
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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