Parece que las películas con pingüinos están de moda. No hace mucho vimos la ridícula Mi amigo el pingüino.
Para situarnos Peter Cattaneo es el director de Full Monty, film que se estrenó en 1997. Desde entonces no parece que haya hecho nada de interés.
Steve Coogan interpreta a un personaje triste y aturdido por un pasado impregnado de un suceso luctuoso.
Se desarrolla en Argentina, aunque la mayor parte del rodaje se ha realizado en Canarias, en 1976, durante el inicio del golpe militar que conduciría a la dictadura.
La película mezcla el drama personal, temas educativos y lo político con la represión cruel del disidente en esa época.
El pingüino se constituye en una especie de bálsamo y en psicoanalista al que todos se alivian contando sus pesares.
El film traspasa frecuentemente la barrera del ridículo y de lo absurdo, en el peor sentido del término.
La parte de denuncia social resulta burda y fracasada.
Me molestan mucho los clichés culturales en los que la película cae abundantemente y ese sentimentalismo barato de telefilm trasnochado.
Empezaré diciendo que no hay cuestión que vea más francesa que el adulterio, que, además, el cine francés suele retratar con ligereza y normalidad.
La directora Anne Le Ny saltó a la fama como actriz en Intocable.
En 2007, debutó en la dirección con Ceux qui restent (Those Who Remain), un drama sensible que ella misma escribió y dirigió. Tres años después, en 2010, estrenó Les Invités de mon père (My Father’s Guests), otra comedia dramática hecha y escrita por ella.
En 2014 llegó On a failli être amies (Almost Friends, también conocida como The Chef’s Wife), que combina humor y drama.
Desde entonces, ha continuado al frente del guion y la dirección con proyectos como La monnaie de leur pièce (2018) y Le torrent (2022).
La traducción de su título en francés es Dime solo que me amas, que es mucho mejor que el de Acosada, entre otras cuestiones porque hay un buen número de películas con ese nombre.
El film comienza aceptablemente, pero cuando comienza el acoso, el retrato del ejecutivo acosador se torna esperpéntico y ridículo, descomponiendo la película y transmutándola en un telefilm barato de Antena 3 de domingo por la tarde.
Contrasta la buena interpretación de Elodie Bouchez con la pésima de Omar Sy, un actor tan sobrevalorado como pésimo, capaz de destruir cualquier personaje que interprete.
La Guerra de Afganistán terminó muy aceleradamente. Los talibanes ocuparon el país de manera fugaz y pilló a las tropas norteamericanas desorientadas y aturdidas por lo frenético de los acontecimientos.
Estamos ante un relato épico bélico en el que se ensalza la labor humanitaria que realizó el comandante Bida (Roschdy Zem) salvando a refugiados y ciudadanos franceses.
Martin Bourboulon es un director y guionista francés (nacido el 27 de junio de 1979) que empezó como ayudante de dirección en varias películas antes de hacerse un nombre con comedias como Daddy or Mommy y luego con dramas más ambiciosos como Eiffel y la saga épica Los tres mosqueteros: D’Artagnan y Milady (2023).
Bourboulon no acierta con el ritmo de la película, ni con las escenas de acción, ni con la actuación de los numerosos extras.
Para este tipo de cuestiones los norteamericanos son únicos y los franceses, en un intento de emularlos, fracasan.
La película está rebosante de clichés y de personajes estereotipados.
La cineasta catalana Carla Simón se ha consolidado como una de las directoras más importantes del cine europeo actual. Su debut con Verano 1993 en 2017 fue todo un fenómeno. Esta historia íntima y autobiográfica sobre una niña huérfana conquistó a la crítica y al público, llevándose el Gran Premio del Jurado Generation Kplus y el galardón a Mejor ópera prima en la Berlinale. Además, arrasó en la temporada de premios en España con el Goya a mejor dirección novel, los Gaudí, los Feroz, los Forqué y reconocimientos internacionales en certámenes como Málaga, BAFICI y Cannes Kids.
Cinco años después, en 2022, Carla Simón hizo historia con Alcarràs, un retrato coral de una familia de agricultores catalanes. La película obtuvo el prestigioso Oso de Oro en la Berlinale, convirtiéndose en la primera cinta en catalán que logra este galardón. El filme fue elegido para representar a España en los Óscar y volvió a arrasar en los Premios Gaudí y en festivales de medio mundo, confirmando a Simón como una voz única en el panorama cinematográfico.
En 2025, la directora ha dado un paso más con Romería, su tercer largometraje, estrenado en Cannes, donde compitió por la Palma de Oro. Este nuevo proyecto vuelve a explorar la memoria y la identidad, temas recurrentes en su cine, y ha sido una de las tres películas preseleccionadas por España para aspirar al Óscar a Mejor Película Internacional.
De Verano 1993 a Romería, el recorrido de Carla Simón refleja una carrera marcada por la sensibilidad y la autenticidad. Su éxito no solo ha dado visibilidad internacional al cine en catalán, sino que también ha situado a la directora en la élite del cine mundial, demostrando que las historias locales pueden emocionar a espectadores de cualquier rincón del planeta.
En Romería la debutante Llúcia García da vida a una Carla Simón adolescente que viaja a Vigo para conocer a su familia paterna.
La película se desarrolla, si no me fallan las cuentas, en 2004. A través de los ojos de Marina. Conocemos a sus tíos, primos y abuelos, pero también una España posfranquista que conserva tradiciones rancias y obsoletas.
Descubre una familia con un mayor nivel social y económico, con sus dinámicas familiares complejas, como en todas las familias.
Pero lo que más interesa a a Marina es descubrir el pasado de sus padres y, a través de los relatos sesgados de sus familiares, va componiendo un puzle que nos va a situar en la España de los ochenta y los noventa que recordamos por la Movida, pero que no podemos olvidar que eran tiempos duros de droga y SIDA.
Curiosamente esos pasados “gloriosos” familiares en los que se poseía un astillero no se olvidan. En cambio, la enfermedad y la muerte se esconden en el fondo del armario de los recuerdos.
Marina (Carla) va a componer un imaginario surrealista con sus padres viviendo y siendo jóvenes como ella lo es en la película.
El film me emociona y me llega muy adentro. Magnífico.
Carla Simón, además de una genial realizadora con mirada personal, es, también, una estupenda directora de actrices y sabe componer como pocos las escenas con niños.
Cuando Steven Spielberg estrenó Tiburón en 1975, cambió las reglas del juego en Hollywood. Con su tensión creciente y ese tiburón que apenas se veía, convirtió el miedo en taquilla.
Fue el primer gran blockbuster veraniego, con colas interminables en los cines y playas medio vacías. Spielberg, con solo 27 años, pasó de joven prometedor a genio consagrado. Y desde entonces, el mar nunca volvió a sentirse igual de seguro. 🦈
Vuelvo a ver esta maravilla con mis amigos Javi y Rafa.
Me impresiona lo bien que ha envejecido esta película que funciona como thriller con toques sociales, pero sobre todo como película de terror.
Me asombro dando saltos en la butaca del cine con escenas cuyo desenlace ya conozco.
Se notan las ganas de Spielberg de impresionar al público y de experimentar rodando planos largos, donde la cámara se sitúa de forma virtuosa, pero sorprenderte, para dar imágenes muy informativas al público, al mismo tiempo que trasmiten sensaciones.
Cuatro notas del maestro John Williams nos advierten de la presencia del escualo, aunque hay momentos en las que emplea un tono de aventura que me chirría ligeramente.
No os la perdáis en pantalla grande. Merece la pena.
Jay Roach es un director y productor estadounidense conocido por su mano para la comedia. Saltó a la fama con la saga de Austin Powers y más tarde dirigió Los padres de ella y su secuela. También se ha lucido en cine político con títulos como Recuento y Trumbo. Tiene varios premios Emmy y es especialista en combinar humor con sátira social.
Estamos ante un declarado remake de la película de Danny DeVito de 1989 La guerra de los Rose.
Las dos relatan la desintegración de un matrimonio. No voy a entrar en comparaciones, pero la de los ochenta era más salvaje y cruel.
La trama avanza con dinamismo, con algún diálogo muy inteligente, moviéndose siempre en el filo de la navaja de lo cómic0o y lo ridículo, aunque hay que decir a su favor, que pocas veces cae en lo segundo.
No puedo más que empatizar mucho más con el personaje de Olivia Colman que observa con asombro su éxito profesional, totalmente merecido, asumiendo alegremente su fracaso inicial.
En cambio Benedict Cumberbatch da vida a un personaje egocéntrico e incompetente, que fracasa estrepitosamente en un proyecto original, pero torpe, que no soportará el rol que le toca asumir, que su esposa hubiera cumplido sin disgusto alguno.
Los dos protagonistas están secundados por un grupo de actores muy eficaces en sus roles respectivos: Andy Samberg, Kate McKinnon, Allison Janney, Sunita Mani, Ncuti Gatwa, Jamie Demetriou, Zoë Chao, Belinda Bromilow, Akie Kotabe…
Galway es una ciudad costera al oeste de Irlanda, famosa por su ambiente bohemio, música en directo y pubs llenos de vida. Frente a su bahía se encuentran las islas Aran, siendo Inis Mór la más grande, conocidas por sus paisajes salvajes, fuertes prehistóricos como Dún Aonghasa y sus espectaculares acantilados que quitan el hipo.
En esta bella ciudad vivió durante un tiempo mi adorada Gema.
Esos bellos paisajes, que nos muestra la película, son una importante baza que juega a favor de este drama romántico.
Es la historia de dos familias destinadas a que sus retoños terminen encontrándose. Nos viene a hablar de la fuerza del destino y de los amores por encontrarse.
Nicholas es un chico callado y apocado que observa con asombro el cambio radical que sufre la vida de su padre, al que da vida Pierce Brosnan, y la de su familia, cuando éste decide abandonar su monótono trabajo de funcionario y dedicarse a la pintura, buscando inspiración en las costas del norte de Irlanda.
Por otro lado, Isabel deja su hogar para ser educada en un estricto internado regentado por monjitas.
Pero, como ya he dicho, por muy extravagantes que sean sus vida están destinados a encontrarse.
Con un elenco muy irlandés (Pierce Brosnan, Gabriel Byrne, Ann Skelly, Fionn O’Shea, Pat Shortt…), a pesar de ser una producción británica, la película consigue trasmitir esas emociones que producen las incongruencias del destino.
Ann Skelly, como Isabel, brilla. Fionn O’Shea, componiendo el personaje de Nicholas, está mucho más gris.
Abro con una reflexión estúpida muy de Holasoyramon. La palabra cita siempre ha tenido para mi un estigma cursi y trasnochado, pero con los años he comprendido que es la palabra adecuada para definir esa reunión programada en la que dos personas desean conocerse y, en mejor de los casos, entablar una relación amorosa.
Paolo Genovese nos introduce en las cabezas de estos dos personajes protagonistas, enfrentando sus cuatros yoes, como ya se ha hecho en las magníficas Del revés.
Esas cuatro personalidades (la romántica, la racional, la insegura y la pasional) dialogan incesantemente para ir tomando decisiones y avanzando en una noche de cena, pasiones, inseguridades y miedos.
Son solo tres escenarios y diez actores, que hacen avanzar la acción morosamente, en una película muy teatral.
Ya lo he comentado muchas veces que el teatro funciona, en gran parte, por esa interacción directa entre actores y público. El cine es más complejo y la pantalla separa a los personajes de los espectadores. Son lenguajes diferentes y lo teatral pocas veces funciona en el cine.
Sus, tan solo, 97 minutos contribuyen a hacer soportable una película, que casi no llega a entretenida, con poca gracia y unas reflexiones demasiado simples para elevar el nivel intelectual de los asistentes a la sala.
Pilar Fogliati está estupenda. Edoardo Leo muy flojito.
Un recordatorio final. No hacer nunca el amor en la primera cita. Esas precipitaciones destruyen los improbables siguientes encuentros.
Jazz, cine negro y mucha pasión: el debut de Cotton Filgaira con One of Those Things
El 8 de enero de 2025, el Teatro de las Esquinas de Zaragoza se vistió de gala para acoger el estreno de One of Those Things, un cortometraje musical con alma de largometraje que nos transporta de lleno a los años veinte, entre humo de jazz, trajes de época, miradas en blanco y negro y un inevitable romance mafioso.
Tras la cámara y delante de ella se encuentra Cotton Filgaira, artista polifacético que ha decidido dar un paso más en su carrera para firmar, producir, dirigir, coescribir y protagonizar este homenaje a los viejos clubes clandestinos de la era del swing.
El corto, de unos veinte minutos de duración, es una ópera prima en toda regla. No solo porque marca el debut oficial de Filgaira como realizador, sino porque en su gestación se nota la voluntad de levantar un proyecto casi a pulso, con un equipo técnico y artístico eminentemente aragonés que ha puesto talento y entusiasmo para que la aventura cristalice.
El guion, escrito por Marta Marín y el propio Filgaira, dibuja una trama que combina el aire romántico de los musicales clásicos con la tensión del cine negro, todo aderezado con la interpretación en directo de una canción original compuesta por el grupo Limpios y Jazzseados, junto a versiones míticas de la era Sinatra, una de ellas interpretada por el propio Cotton.
El rodaje tuvo lugar en el bar Viva la Vida de Zaragoza, reconvertido en un club de jazz de los años veinte gracias a un minucioso trabajo de ambientación. Manteles, cortinas, coches de época y vestuario fueron seleccionados con esmero para recrear el ambiente de los speakeasy que florecieron en la época de la Ley Seca.
A ello se sumó la colaboración de músicos locales, peluqueros, maquilladores y un nutrido equipo técnico con nombres como Roberto Torrado en la dirección de cámara, Antonio Valdovín como segunda cámara, Irene Solanas al sonido, Mireia Ruiz en la dirección de arte y la participación de estudios como La Banana para la grabación de la banda sonora.
En pantalla, junto a Cotton, encontramos a intérpretes como Noelia Pumarino, Antonio Magén, Sheila Gutiérrez, Inma Chopo, José Sánchez y Daniel Elías, que dan vida a una historia coral en la que no faltan las pasiones imposibles, los ajustes de cuentas ni las canciones que parecen sacadas de un cabaret de Broadway.
El resultado es un producto que, sin grandes apoyos institucionales ni presupuestos mastodónticos, rezuma personalidad y ganas de reivindicar que en Aragón también se pueden rodar sueños con ecos internacionales.
Pero más allá del argumento o de su cuidada estética, lo que convierte a One of Those Things en un estreno llamativo es la figura de Cotton Filgaira.
Modelo, actor, performer y ahora director, Filgaira ha ido construyendo un perfil artístico inclasificable, moviéndose con la misma soltura en la pasarela, el teatro o el audiovisual.
Su debut como cineasta lo confirma como un creador inquieto, dispuesto a arriesgarse y a llevar su particular universo a la pantalla, incluso a costa de autofinanciar un proyecto que respira independencia y pasión en cada plano.
El corto es, en definitiva, un ejercicio de estilo y un acto de fe en el cine hecho desde las tripas.
Si alguien dudaba de que en Zaragoza podían conjugarse el glamour del cine clásico de Hollywood con la frescura del talento local, One of Those Things viene a demostrarlo con un golpe de timbal, un sombrero ladeado y una melodía de jazz que se te queda en la cabeza.
Cutrecomentario de Ramón:
Un tigre en el escenario.
Después del artículo que acabáis de leer, viene este comentario que intenta valorar un corto que seguro ha costado mucho esfuerzo y mucho trabajo sacarlo adelante.
Hace mucho tiempo que perdí el contacto con la familia Filgaira, pero durante unos cuantos años formaron parte importante de mi vida.
A Cotton y a sus hermanos los vi crecer, por ello la valoración de este corto está impregnada de sentimientos y de nostalgia.
One of Those Things es un homenaje al cine negro y al musical clásico.
Su fotografía en blanco y negro, su guion y su ambientación nos trasladan a esa época en la que el cine tenía origen literario, mujeres fatales y héroes fracasados.
Sus números musicales son potentes y dan valor al film.
Cotton en su faceta de actor cumple bien. Tal vez en su función como director no esté tan acertado. Se nota que es un realizador nobel, pero apunta maneras.
Y lo que es más importante, sus 20 minutos de metraje se hacen cortos y, en absoluto, aburre.
Es muy posible que alguna de las interpretaciones sea mejorable, pero ninguna chirría en exceso.
La sección Perlak del Zinemaldia 2025, ese escaparate de cine con pedigrí festivalero, llega con lo mejor del año: grandes autores, estrenos recientes en Cannes y Venecia… y promesas que huelen a premio del público.
La 73ª edición del Festival de San Sebastián se celebra del 19 al 27 de septiembre de 2025 en la bella Donostia‑San Sebastián.
La sección Perlak reúne 16 largometrajes inéditos en España —uno de esos buffets cinematográficos que te prometen digestión larga y sabrosa— destacando por exhibir títulos recién salidos de Cannes y Venecia, todos ellos compitiendo por el Premio del Público Ciudad de Donostia / San Sebastián.
Abre fuego con Nouvelle Vague de Richard Linklater, una carta de amor blanquinegra al Godard de À bout de souffle, que tuvo su estreno mundial en la competición oficial de Cannes el 17 de mayo de 2025. Luego de Cannes, Netflix se hizo con los derechos en EE.UU. y el estreno en salas francesas está programado para el 8 de octubre de 2025. La película llega a Donosti fresquita, como recién salida del horno festivalero.
Para poner el broche de oro en Perlak, está Vie privée (título en España: Vida privada), de Rebecca Zlotowski, presentado fuera de competición en Cannes 2025. Una comedia negra policíaca protagonizada por Jodie Foster como psiquiatra empeñada en investigar la muerte de una paciente. Además de Cannes, también estará fuera de competición en Toronto y cerrará el American‑French Film Festival o el de Deauville.
Entre los nombres que completan este festival de autor con pedigree festivalero están Olivier Assayas, cuya nueva película Le mage du Kremlin competirá en Venecia, y ha sido invitado varias veces por San Sebastián, incluso con su debut Désordre.
En el rincón de las promesas españolas, aparece Guillermo Galoe (Madrid, 1986) con Ciudad sin sueño (Sleepless City). Su ópera prima ganó el Prix SACD en la Semaine de la Critique de Cannes. Las dos películas rodadas en la Cañada Real (ésta y su corto Aunque es de noche) ya dejaban claro que Galoe no es uno más: su cine viene con grind y corazón.
También se contará con el señor Noah Baumbach y su nuevo film Jay Kelly (Jay Kelly en España), una road‑movie dramática cómica del trío Clooney‑Sandler‑Dern que arranca en Venecia: tuvo su estreno mundial en la competición oficial del 82º Festival de Venecia el 28 de agosto de 2025. Luego viajará al festival de Nueva York, y tras eso, aterriza en Donostia en la sección Perlak. Sí, es ese que cuenta el viaje por Europa de un actor famoso y su manager y que ya genera hype.
La tunecina Kaouther Ben Hania presenta La voz de Hind Rajab (The Voice of Hind Rajab en España), un drama estremecedor sobre una niña palestina asesinada en Gaza, reconstruido desde las llamadas telefónicas reales. Su estreno mundial fue también en Venecia: compitió en la sección oficial por el León de Oro el 3 de septiembre de 2025. Además, estará en el TIFF de Toronto en Presentaciones Especiales el 7 de septiembre.
El griego excéntrico Yorgos Lanthimos llega con Bugonia (Bugonia en España), una comedia negra sci‑fi sobre conspiraciones y abejas interplanetarias con Emma Stone como CEO secuestrada. Tuvo su estreno mundial en Venecia el 28 de agosto de 2025 en competición y luego pasará por Donostia, además de Deauville, Busan…
Ni que decir tiene que todos estos directores (Baumbach, Ben Hania, Lanthimos), junto con Olivier Assayas, François Ozon, Kleber Mendonça Filho, Hlynur Pálmason, Jafar Panahi, Raoul Peck, Paolo Sorrentino y Joachim Trier, aportan sus nuevos largometrajes en este Perlak que está más atestado que el Txu‑Txu a hora punta. (El Txu-Txu en Donosti es el trenecito turístico que recorre la ciudad).
Por ejemplo, Trier presenta Sentimental Value (Affeksjonsverdi en noruego, y dicho título en España).
Pálmason trae El amor que perdura (Ástin Sem Eftir Er, The Love That Remains) desde Islandia‑Dinamarca.
Ozon compite con El extraño (L’Étranger).
Sorrentino llega solemnísimo con La gracia (La grazia).
Mendonça Filho lleva El agente secreto (O Agente Secreto).
Peck tiene una mirada política en Orwell: 2+2=5.
Queda claro que Perlak 2025 no es una sección de perros flacos. Aquí viene lo mejor del circuito festivalero 2025: estrenos en Venecia, selecciones en Toronto, giras por Deauville y Busan, comedias distópicas, dramas urgentes, política, ciencia ficción… una orgía cinéfila para paladares finos.
Si lo que buscas es cine con sello de calidad festivalera, Perlak 2025 es tu menú ideal: estrenos que llegan con aplausos de prestigio, nombres con trayectoria y apuestas nuevas que ya tienen momentum. Esto no es cine palomitero al uso; es cine que se saborea, que se comenta en barras de bar y que, encima, te regala ese subidón de haberlo visto primero en Donosti. Luego podrás decir, con cierta altanería: “Yo lo vi en Perlak”.
Uberto Pasolini, sobrino lejano de Luchino Visconti, es un productor y director italiano que saltó a la fama al producir Full Monty (1997), todo un fenómeno mundial. Como director se le conoce por películas intimistas y humanas como Machan (2008), Nunca es demasiado tarde (2013) y Nowhere Special (2020). Su cine mezcla delicadeza y realismo social, siempre con un pulso emocional muy británico pese a su origen romano.
Aquí se nos ofrece una revisitación de la Odisea, del regreso del héroe a su Ítaca.
Imágenes naturalistas en sus interiores, en el vestuario de los actores y en el paisaje, identificablemente mediterráneo.
Con un tono y un ritmo muy teatral, donde los personaje más que dialogar declaman.
Todos estos componentes construyen una película tediosa y plúmbea, pero con algunos elementos interesantes.
Su tono trágico tiene su atractivo y, si consigues entrar en esa narrativa, puede ejercer un efecto envolvente y atractivo.
Además el film lanza mensajes interesantes.
Nos habla del fracaso que siempre supone una guerra, incluso para los ganadores. El dolor, la sangre, los padecimientos, la miseria y los horrores de una contienda nunca pueden ser superados por el supuesto honor de la victoria.
Ulises es un héroe victorioso que regresa a su patria cargado de dolor por los padecimientos sufridos y de culpa por todos aquéllos que no volvieron.
Su esposa Penélope ha estado dando largas a sus pretendientes a la espera del regreso triunfador de su marido. Esa larga espera, de soledad y frustración, tampoco se podría ver nunca compensada por los laureles del triunfo.
En definitiva, en una guerra nadie gana e incluso los vencedores pierden.
Ralph Fiennes y Juliette Binoche están estupendos, como era de esperar. Sus papeles extraordinariamente dramáticos les vienen fenomenal, pero se dejan arrastrar por la teatralidad del relato y componen unos personajes desmesurados, más aptos para el escenario que para la pantalla.
Ángela Molina se pasea por ahí, interpretando, como viene siendo habitual, a personajes con más edad que la que tiene en la realidad. Hace de Ángela Molina, como ya nos tiene acostumbrados.
El film puede gustar a un público cultureta, que intente descubrir referencias del cine italiano más realista y de los clásicos de la literatura universal.
Este remake comienza con una espectacular y descacharrante escena, que ha servido como tráiler, pero su contenido va en descenso a lo largo del metraje.
Hay chistes que funcionan aceptablemente y otros que chirrían componiendo un conjunto muy irregular.
Se pueden encontrar abundantes referencias al cine negro, con la presencia de un detective que va de sobrado, su voz en off y la femme fatal.
Mantener un ritmo y un nivel de chistes tontorrones es muy complicado. Posiblemente lo que a algunos espectadores les funcione a otros les puede sacar de quicio.
La gran virtud del film es su escasa duración, para los tiempos que corren. Sus menos de 90 minutos la hacen soportable.
Meritorias las interpretaciones de Liam Neeson y Pamela Anderson, que se han sabido reinventar a la comedia y pueden tener un futuro prometedor.
Aunque la película lleva recaudados más del doble de su coste en los cines de todo el mundo cuando escribo este comentario, el día que asistí a su proyección en los Multicines Guadalajara, solo estábamos en la sala tres personas.
En Estados Unidos debutó con unos 17 millones de dólares durante el fin de semana de estreno, y ya lleva unos 47,9 millones solo en EE.UU., con una recaudación mundial estimada en 86,8 millones. El presupuesto se sitúa en torno a los 42 millones, así que ya está en números más que verdes.
Me encanta el continuo chiste de las tazas de café.
Me gusta la referencia al cine de zombis.
Bien el malvado multimillonario, al que da vida Danny Huston. ¿Un trasunto de Elon Musk?
Se repite el esquema de la primera entrega de Nadie. Bob Odenkirk en el papel de Hutch Mansell acompañado de su familia repartiendo mamporros a diestro y siniestro.
Estamos ante una comedia de acción, donde la violencia se ha desnaturalizado y se presenta como divertida. Pero donde el héroe sufre, padece y es herido.
Las escenas de peleas están perfectamente coreografiadas, con una cámara que busca lugares imposibles para retratar los hostiazos y para sacar de plano lo más violento. La perfección de estas escenas es realmente meritoria y digna de admiración. Tras la cámara está Timo Tjahjanto.
Este director indonesio especialista en terror y acción extrema, es conocido por no tener piedad con el espectador.
Su cine mezcla gore, humor negrísimo y coreografías violentas que parecen bailes sangrientos.
Películas como The Night Comes for Us o May the Devil Take You lo han convertido en un referente del cine de culto moderno.
La idea de la película, la presentación del personaje y su situación son perfectas.
Un sicario, que debe una deuda astronómica que ha de pagar a base de “encarguitos”, decide irse de vacaciones familiares a un lugar donde prima su nostalgia como elemento decisivo.
Pero su carácter y el destino impedirán que disfrute, del todo, de unos días en familia.
Aunque su planteamiento inicial es competente, su desarrollo es más que previsible y las continuas escenas de acción y humor llegan a saturar al espectador.
Se promete una tetralogía.
Volvemos a lo mil veces repetido. Cuando algo funciona medianamente bien en taquilla el cine de Hollywood tiende a repetirlo hasta el agotamiento.
Además de haber pocas ideas nuevas, parece que el público quiere más de lo mismo. Una sintonía que nos conduce al cine sin ideas, sin riesgos, sin emociones nuevas. Al infierno.
Celine Song, la directora de la aclamada Vidas pasadas compone un comedia romántica con aires intelectuales.
Dakota Johnson aparece en todos los fotogramas de la película y sobre ella gira una trama que reflexiona sobre el amor para toda la vida.
Primero hablemos sobre esta actriz. Sus capacidades interpretativas son más bien limitaditas y no pasa más que por ser una chica monina y poco más. Por ello podemos deducir que esta película no se sostiene con su constante presencia.
En el film interpreta el papel de casamentera, emparejando a hombres y mujeres de gran poder adquisitivo, componiendo unas relaciones de diseño.
Unas parejas, que de fructificar, son artificiales y tan deleznables como los matrimonios concertados.
Por otro lado, la película hace una defensa del amor romántico, que se contrapone al de diseño que he comentado. La pareja imposible y pobre es la que parece se lleva el gato al agua.
La visión del amor es más bien rancio. Una pareja hasta que la muerte la separe es un concepto un poco caduco y nada realista. Ya sabemos que “hay matrimonios que terminan bien y otros que duran toda la vida”.
Al final el mensaje que la directora coreana nos quiere trasmitir es el de siempre, que se explicita en los diálogos: se deben cumplir las expectativas de los cónyuges en altura, peso, aficiones, dinero…, pero entre los ingredientes ha de estar el amor.
He aprendido que un tío con pasta se puede operar para ser más alto. Los ricos son más guapos. Los ricos siempre ganan.
Me declaro admirador de Raquel Riba Rossy y de su personaje.
En esta entrega Lola no puede con la vida, se muere su abuelo, se divorcia y soporta la pandemia. Muchas cuestiones que harían tambalear al más pintado.
El retrato de esta millennial es certero y está impregnado de un buen sentido del humor.
Las viñetas que componen el relato son reflexivas y contundentes. Hay abundantes cargas de profundidad que destrozan mitos y cuestiones que se dan por seguras, dentro del universo feminista en el que se nos introduce.
Se lee de un tirón, porque es imposible apartar la mirada de sus páginas.
Dentro de la inseguridad del personaje de Lola hay mucha sabiduría para saber caminar por la vida.
Me he fiado de las buenas críticas y del comentario de algún amigo.
Su director ha protagonizado y realizado comedias francesas de medio pelo, de esas que presumen haber obtenido más de un millón de espectadores en el país vecino. Un género que aborrezco plenamente.
Aquí me habían hablado de comedia negra con aires de Fargo…
Me encuentro con un guion patético, que sobrepasa lo absurdo en el peor sentido de este término; unas interpretaciones lamentables; un desarrollo tedioso y un final ridículo.
Todo destila humor burdo y tosco, del que no me hace gracia, sino que me irrita.
Hay un retrato del mundo rural francés francamente penoso, de personajes con pocos escrúpulos y menos inteligencia.
Tan solo unos días después de su estreno, esta cinta de terror se ha convertido en una película de culto.
Le han llovido críticas elogiosas por doquier.
Ya es considerada una de las mejores películas de este género.
A mí no me ha parecido mala, pero no comparto este entusiasmo.
Ciertas partes del film me parecen aburridos, aunque reconozco que tiene una estructura narrativa muy atractiva, con un final que funciona, muy divertido y cómico.
La maestra alcohólica a la que da vida Julia Garner es un personaje muy potente y muy bien construido.
Me ha impresionado esa licorería que visita, una especie de hipermercado de la bebida, con ese cartel publicitario de Estrella Galicia.
Lo mejor, con ventaja, de la película es la tía Gladys, un personaje grimoso y simpático. Me ha recordado a Gollum.
Hay algún susto competente, un guion bien construido, una narración vigorosa, unas buenas interpretaciones, pero no le encuentro originalidad. El gore está bien dosificado y el humor se concentra en esa persecución final.
Fracasa en la creación de atmósferas y en construir una trama que mantenga el nivel y no aburra.
Se deja ver, pero no subyuga.
Por cierto los habitantes de esta población aciertan en el diagnóstico, pero no en el paciente.
Después de la mala recepción en los pases de prueba con público, se le añadió un narrador infantil para darle el tono de cuento y hacer más amable su final para los norteamericanos.
Guédiguian nos tiene acostumbrados a sus historias sencillas, con el mismo elenco, en los barrios de Marsella, con argumentos de tono social.
La siempre eficaz Ariane Ascaride va vida a Maria, una trabajadora a domicilio que presta asistencia a ancianos.
Es bondadosa y complaciente, pero realiza pequeños hurtos para financiar el alquiler de un piano para su nieto.
Hay en esta abuela la ilusión de que su descendiente prospere en su faceta artística. Si no fuera por ese dinero extra no podría practicar.
Por otro lado surge un amor entre su hija y el hijo de uno de los estafados. Un amor poco explicado, tal vez, como son todos los amores.
La película se mueve entre el melodrama, el cine social, unas pequeñas dosis de thriller y unas gotas de comedia, con tono amable.
Al final todo el mundo es bueno y las cuestiones se resuelven por la bondad de los personajes.
Robert Guédiguian nos ofrece la sensación que, en el mundo actual, las diferencias sociales son insalvables, pero el buen espíritu y la solidaridad pueden conseguir paliar esas brechas.
Parece como si el revolucionario hubiera sido derrotado y solo le quedara, como último refugio, la esperanza de la fraternidad de los pobres.
🌿 LA DIETA MEDITERRÁNEA: EL TESORO DE LA ABUELA QUE LA CIENCIA REIVINDICA
🏺 1. Origen y filosofía: lo que comían nuestros yayos
La dieta mediterránea no es un “invento” moderno, ni una moda como la dieta keto o el ayuno intermitente. Esto viene de lejos, de cuando nuestros abuelos cultivaban su huerto, pescaban en el mar y cocinaban con lo que daba la tierra. Se trata de un patrón alimenticio propio de países como España, Italia, Grecia o el sur de Francia.
No hablamos solo de comer sano, sino de una manera de vivir: se cocina con mimo, se come en compañía, se camina, se descansa… y, si se puede, se toma un vino tinto (con moderación) charlando con los amigos.
🥗 2. ¿Qué se come en la dieta mediterránea? El menú de toda la vida
Aquí no hay pócimas mágicas ni sobres raros. Esto va de comida real:
Grupo de alimentos
Presencia en la dieta
Frutas y verduras
A diario, en abundancia
Legumbres
2-3 veces por semana mínimo
Pescado y marisco
3-4 veces por semana
Carne (preferiblemente blanca)
Moderada
Lácteos (yogur, queso curado)
Moderación
Cereales integrales
Preferentemente en forma de pan o pasta
Aceite de oliva virgen extra
Como base grasa principal
Frutos secos
A diario, sin sal ni freír
Agua
Bebida principal
Vino tinto
Opcional, con moderación en adultos
Nada de ultraprocesados, ni refrescos, ni bollería industrial. Todo eso sobra.
🧠 3. Beneficios demostrados para la salud (¡con ciencia!)
Numerosos estudios serios, publicados en revistas científicas de prestigio, han demostrado que seguir este tipo de alimentación reduce un montón de enfermedades. Veamos unas cuantas:
❤️ Salud cardiovascular
Estudio PREDIMED (2013): uno de los ensayos clínicos más importantes sobre nutrición, llevado a cabo en España, demostró que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva o frutos secos reducía un 30% el riesgo de infarto, ictus o muerte cardiovascular.
🧠 Deterioro cognitivo y Alzheimer
Seguir este patrón de alimentación protege el cerebro, mejora la memoria y reduce el riesgo de Alzheimer en la vejez (Scarmeas et al., 2006; Martínez-Lapiscina et al., 2013).
🍬 Diabetes tipo 2
Mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a controlar el azúcar en sangre. Previene la aparición de diabetes tipo 2 (Salas-Salvadó et al., 2011).
⚖️ Control del peso
Aunque no es una dieta “de adelgazamiento”, favorece el mantenimiento de un peso saludable a largo plazo. Mucho mejor que las dietas milagro que hacen efecto rebote.
🦠 Cáncer
Hay estudios que la asocian a una menor incidencia de algunos cánceres, especialmente el de colon, el de mama postmenopáusico y el de próstata.
🧪 4. Comparación con otras dietas famosas
Veamos cómo se comporta la dieta mediterránea frente a algunas dietas que están de moda:
Dieta
A largo plazo
¿Tiene respaldo científico?
Restricciones
¿Es sostenible?
Mediterránea
Sí
Sí, mucha
Pocas
Sí
Keto (cetogénica)
Peligrosa en algunos casos
Limitado
Muy alta
Difícil de mantener
Paleo
Algunas pruebas
A medias
Bastantes
Algo limitada
Vegana estricta
Bien si está bien diseñada
Sí
Muy alta
Complicado sin suplementos
Ayuno intermitente
Efectivo a veces
Todavía en estudio
Horaria
Depende del estilo de vida
👉 La dieta mediterránea no elimina ningún grupo esencial, es fácil de seguir, y tiene décadas de evidencia detrás. Gana por goleada.
🍷 5. Mitos desmontados
¿Es cara? No si cocinas en casa. Las legumbres, el aceite de oliva y las verduras de temporada son más baratas que un combo del McDonald’s.
¿Engorda? Lo que engorda es el exceso de comida, no las lentejas.
¿Y si soy celíaco o intolerante a la lactosa? Puedes adaptarla: usa cereales sin gluten (como arroz o quinoa) y sustituye los lácteos por opciones vegetales.
🍳 6. Ejemplos de menú mediterráneo semanal
Desayuno
Pan integral con tomate y AOVE, café o infusión, fruta fresca
Comida
Lentejas estofadas con verduras
Ensalada de tomate, atún y cebolla
Fruta de postre
Cena
Merluza al horno con patata cocida y espinacas salteadas
Yogur natural
Snacks
Puñado de nueces, una mandarina o un trozo de queso curado
🧓 7. Más que una dieta: un estilo de vida
La dieta mediterránea también implica:
Comer despacio, sin pantallas
Hacer actividad física diaria (caminar, bici, bailar…)
Dormir bien
Reducir el estrés
Compartir la mesa
Todo eso también es salud.
📚 8. Bibliografía científica clave
Estruch, R., et al. (2013). Primary prevention of cardiovascular disease with a Mediterranean diet. New England Journal of Medicine.
Martínez-González, M.A., & Bes-Rastrollo, M. (2014). Dietary patterns, Mediterranean diet, and cardiovascular disease. Current Opinion in Lipidology.
Scarmeas, N., et al. (2006). Mediterranean diet and risk for Alzheimer’s disease. Annals of Neurology.
Salas-Salvadó, J., et al. (2011). Reduction in the incidence of type 2 diabetes with the Mediterranean diet. Diabetes Care.
Martínez-Lapiscina, E.H., et al. (2013). Mediterranean diet improves cognition: the PREDIMED-NAVARRA trial. Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry.
Schwingshackl, L., & Hoffmann, G. (2015). Adherence to Mediterranean diet and risk of cancer: a systematic review and meta-analysis. International Journal of Cancer.
Bach-Faig, A., et al. (2011). Mediterranean diet pyramid today. Science and cultural updates. Public Health Nutrition.
🧾 9. Conclusión
La dieta mediterránea no es una moda. Es una filosofía de vida basada en el sentido común, el respeto por los alimentos y la salud a largo plazo. Tiene detrás un arsenal de estudios que la respaldan, no impone sacrificios imposibles y está buenísima.
Así que ya sabes: menos ultraprocesados y más garbanzos, menos azúcar y más aceite de oliva, menos comida de pantalla y más sobremesa con risas. Tu cuerpo —y tu cabeza— te lo van a agradecer.
(Artículo redactado, según mis indicaciones, por IA y posteriormente corregido y modificado por holasoyramon)
Matt Shakman (Ventura, California, 1975) empezó como actor infantil en sitcoms ochenteras, pero pronto se pasó a la dirección. Curtido en teatro —fundó el Black Dahlia Theatre— y en series de culto como Mad Men, Succession o Fargo, dio el gran salto a la fama en 2021 con Bruja Escarlata y Visión (WandaVision), la miniserie de Marvel que mezcló sitcoms clásicas, drama superheroico y experimentos narrativos, llevándose nominaciones a los Emmy y a los premios del gremio de directores.
Ahora nos ofrece esta nueva entrega del llamado Marvel Cinematic Universe (MCU).
En tono cómico nos presenta a los personajes y su situación en el mundo de manera magistral, de tal forma que nos hace sintonizar con ellos desde un principio.
La película avanza entre el drama familiar y la aventura épica, pero siempre en un tono amable, nada solemne y sí divertido.
Me llama la atención que una madre puede dudar en salvar a la humanidad, pero nunca en proteger a su retoño.
La gran protagonista de la película y la gran heroína es la extraordinaria Mujer invisible, a la que da vida una, también extraordinaria Vanessa Kirby.
Una pena que la estupenda Julia Garner tenga tan poco papel y yo haya tardado un buen rato en reconocerla.
Toda la crítica ha valorado el tono retrofuturista de la película, como si hubiera sido rodada en los cincuenta imaginando como serían los sesenta. Ya sabes que lo de acertar con el futuro es imposible.
Ya lo he dicho en más de una ocasión. Lo único que puede salvar las películas de super héroes es el humor. Por ese camino ha avanzado la saga Guardianes de la galaxia y Deadpool, con gran acierto.
Bienvenida esta entrega inicial de lo que se promete como saga.
Danny y Michael Philippou eran conocidos por tener un canal de YouTube de terror y comedia. Algunos de sus contenidos audiovisuales incluyen parodias de Harry Potter, Marvel o Star Wars. Entre Facebook y YouTube, RackaRacka tienen más de 2 billones de visualizaciones y más de seis millones de suscriptores.
Estos gemelos australianos han dirigido unos cuantos cortos con el payaso Ronald McDonald como protagonista.
Su anterior film de 2022 Háblame me impactó intensamente.
En esta nueva película unos hermanitos huérfanos son acogidos por una madre que perdió a su hija en un lamentable accidente.
Esta madre es interpretada por una competente Sally Hawkins, que produce sensaciones encontradas en el espectador y sobre la que pivota la trama.
Todos los protagonistas poseen un pasado potente que contribuye a componer muy bien los personajes.
El film tiene escenas francamente desagradables que invitan a abandonar la sala. Están por encima del gore, que posee un elemento cómico irreal. Aquí la verosimilitud y lo impactante, que observamos en la pantalla, impacta y repugna.
La sensación de incomodidad y desasosiego que producen los hermanitos con algunas secuencias son muy intensas e invitan a salir corriendo.
Menos mal, que el final se vuelve más convencional y, en consecuencia, soportable. Parece mentira que se agradezca un giro hacia lo previsible.
Es muy difícil calificar una película como ésta. Si nos guiamos por su capacidad de sorprender e impactar, está claro que cumple su misión.
Si le ponemos nota por el malestar que nos ha causado y lo horroso de lo expuesto… También habría que darle una buena calificación, porque lo consigue con creces.
Aunque no la recomiendo a nadie y, advierto que sé es (seguro) más feliz sin verla, le voy aponer muy buena nota.
Tal vez, les tenga que “agradecer” a los hermanosPhilippou que hayan sembrado las semillas de mil pesadillas en mis futuros sueños. Mi vida era mejor antes de conocerlos.