

Comentario de Ramón:
En busca del padre perdido.
László Nemes (Budapest, 1977) es un director y guionista húngaro conocido por su mirada intensa y su dominio del fuera de campo.
Su debut, El hijo de Saúl (2015), ganó el Óscar a Mejor Película Extranjera por su retrato claustrofóbico del Holocausto.
Después dirigió Atardecer (2018), una inmersión visual en el caos previo a la Primera Guerra Mundial.
Su cine es exigente, sensorial y obsesivo: te arrastra dentro de la historia… aunque a veces te deje sin aire.
La Seminci nos ofrece esta película que pasó por Venecia.
László Nemes sabe componer planos sorprendentes, desde perspectivas inusuales, que crean en el espectador una desagradable sensación de incomodidad. Por ello muchos asistentes a sus películas se pueden sentir molestos y sus relatos se convierten en desasosegantes y desagradables.
Con un diseño de producción apabullante, nos relata la posguerra en la Hungría soviética, a través de la mirada de un niño, del que vamos descubriendo, al mismo tiempo que él, su complejo pasado.
Estamos acostumbrados a ver al actor normando Grégory Gadebois dar vida a personajes tiernos y bonachones –Angèle y Tony (2011), Delicioso y Maria Antonieta (2023)-. Aquí interpreta a un carnicero desagradable con bajo control de impulsos. Un personaje que no se olvida y que es carne de premios.
Bojtorján Barabas compone el personaje de Andor, a través de su mirada rebelde contemplamos el abandono, la desolación y la ausencia de referentes. Un niño que despierta ternura y repulsión al mismo tiempo.
Una película difícil de digerir, pero sensacional.
Mi puntuación: 7,87/10.

Ficha: En este enlace.

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Muchos besos y muchas gracias.
¡Nos vemos en el cine!

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Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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