Crónica piadosa, con fe (y con paraguas)
Este año el festival ha sido como la meteo: de todo, menos templado.
Lluvia, frío, nubes feas.
Solo se salvó el arranque y el final, que lucieron sol como si Donostia quisiera despedirse con selfie.
Aun así, las salas a tope: K1, K2, Principal y Príncipe, llenas como un bus a La Concha un domingo de agosto. Entradas volando. Yo mismo sufrí para ver La Grazia de Paolo Sorrentino; cayó in extremis por una anulación. Milagritos del Zinemaldia.
Y, lo importante: palmarés claro. Sin líos. Sin broncas. Por una vez, el consenso era unánime: Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa, tenía la Concha de Oro grabada antes del photocall.
Por la mañana ya había recogido el Premio Feroz Zinemaldia de la AICE (servidor es socio), y por la noche se confirmó lo que todos pensábamos.
Tercera Concha consecutiva para una producción española. No es tongo: cada año cambia el jurado… y cambian sus filias y fobias 😏. Ruiz de Azúa se consolida como una de las grandes miradas de aquí.
Palmarés (lo esencial, sin anestesia)
Concha de Oro – Mejor Película: Los domingos (Alauda Ruiz de Azúa).
Una familia vasca entra en shock cuando la hija de 17 anuncia que quiere ser monja de clausura. Con Patricia López Arnaiz en modo “tía atea” de manual. También arrasó con Feroz Zinemaldia, FIPRESCI e Irizar al Cine Vasco.
Premio Especial del Jurado: Historias del buen valle (José Luis Guerín).
Vuelta al documental puro y duro del autor de En construcción (Concha de Oro hace 25 años). Y defensa explícita del documental como cine de primera línea, no “alternativo”.
Concha de Plata – Dirección: Joachim Lafosse por Six jours ce printemps-là (Seis días de primavera en España).
Película de cámara, elegante, sobre una madre divorciada que visita el chalet de su exsuegro en la Riviera con su nueva pareja e hijos; ansiedad social en estado líquido.
Además, Premio del Jurado al Guion para el propio equipo de la película. (Confieso: a mí me pareció “muy de festival”; correcta, sí; histórica, no).
Concha de Plata – Mejor Interpretación (ex aequo): José Ramón Soroiz por Maspalomas y Zhao Xiaohong por Her Heart Beats in Its Cage (Jianyu laide mama).
En la primera, un donostiarra mayor que vivía su libertad en Maspalomas sufre un ictus y regresa a la residencia… y al armario.
En la segunda, una mujer que cumplió condena por matar a su marido reconstruye su vida y la relación con el hijo criado por la abuela.
Soroiz emocionó hasta a los más cínicos.
Zhao agradeció “un rato largo” y nos ganó por insistencia.
(Mi euskera dio para pillar palabras sueltas del discurso de Soroiz; lo demás, intuición).
Concha de Plata – Interpretación de Reparto: Camila Plaate por Belén (Dolores Fonzi), potente retrato del caso real de una acusación de aborto en Argentina que prendió un movimiento social. Plaate está eléctrica.
Premio del Jurado – Fotografía: Pau Esteve (Birba) por Los tigres (Alberto Rodríguez).
Mucho plano subacuático, músculo visual y una luz que huele a salitre.
Yo habría discutido alguna cosa, pero el veredicto es el que es.
Premio del Público (Perlak): La voz de Hind Rajab (Kaouther Ben Hania) con una puntuación histórica: 9,52/10.
Dura, necesaria, y sí, arma cargada de política. Cine para no mirar a otro lado.
Mi película del festival: Los domingos
La sinopsis ya la sabéis, pero hay más.
Alauda Ruiz de Azúa firma guion y dirección; produce una escuadra hispano-francesa, fotografía de Bet Rourich, y reparto con Blanca Soroa, Patricia López Arnaiz, Miguel Garcés, Juan Minujín, Mabel Rivera y Nagore Aranburu.
Estreno en cines el 24 de octubre.
Es cine familiar sin chantaje, sin estampitas, y con el fantasma de la fe rondando por el pasillo.
Patricia López Arnaiz está de premio dando réplica como tía militante atea, combativa pero humana.
Documental en vena: Historias del buen valle
Guerín vuelve a mirar la ciudad por sus bordes.
Si En construcción fue el retrato de un barrio, aquí traza un mapa emocional de los márgenes.
Y subió al escenario a defender el documental como “cine de primera trinchera”. Amén.
Doble premio, doble duda: Seis días de primavera
Pues eso: dirección y guion.
Una madre, su nuevo novio, dos hijos y un exsuegro con chalet en la Riviera.
Pura incomodidad emocional, decisiones erráticas, y el miedo a ser “descubierta” como motor.
Está bien, pero me chirría el doblete. Cosas del jurado.
Conmoción y risas nerviosas: Maspalomas y Her Heart Beats in Its Cage
Soroiz ganó por derribo. Su personaje exuda libertad, y el regreso forzoso a Donostia duele.
En la china, Zhao Xiaohong se interpreta a sí misma bajo la batuta de Qin Xiaoyu; la película alterna cárcel, familia y cicatrices.
Y sí, su agradecimiento infinito se convirtió en gag involuntario. Puro festival.
Reparto que arrasa: Belén
Dolores Fonzi dirige e interpreta, y Camila Plaate se lleva el premio por una presencia que llena pantalla: es energía y verdad.
El caso real (una acusación falsa por aborto) late en cada plano.
Mirada submarina: Los tigres (y un tal Pau Esteve)
Alberto Rodríguez —sí, el de La isla mínima, El hombre de las mil caras, Modelo 77— se sumerge con Antonio de la Torre y Bárbara Lennie.
Pau Esteve (Birba) firma una foto húmeda y tensa. Después hubo charla y foto con Joaquín Núñez; simpatiquísimo.
Premio merecido, aunque no mi favorito.
Películas que brillan (y alguna pincha)
Nouvelle Vague (Richard Linklater) reconstruye con ironía el rodaje de Godard en Al final de la escapada. Funciona: hace reír, explica, y no pontifica. Buen arranque de Perlak.
Limpia (Dominga Sotomayor) —Horizontes Latinos— es una historia mínima y delicada: una trabajadora doméstica, el vínculo con la niña de la casa, un perro callejero y un gasolinero nuevo; cuando asoman las tensiones de clase, el final muerde.
Two Pianos (Deux pianos) (Arnaud Desplechin) —no, no “The Piano” ni “Desplezant”—: melodrama con misterio, música y heridas del pasado; en Competición de SSIFF y de paso por Toronto.
A mí me pareció un mojón como un camión. Pretenciosa y agurrida hasta decir basta.
Un simple accidente (It Was Just an Accident) (Jafar Panahi) llegó a Perlak con la Palma de Oro fresca y, claro, generó debate: torturados y torturadores en una road-movie moral, a ratos repetitiva, a ratos demoledora. (Mi paciencia sufrió con los gritos, lo admito).
L’étranger (The Stranger) (François Ozon), adaptación de Camus: limpia, fiel, gélida; Benjamin Voisin clava a Meursault. Perlak en Donostia tras competir en Venecia. Ozon nunca defrauda.
Bugonia (Yorgos Lanthimos) no es La favorita ni Pobres criaturas, pero se ve con gusto: conspiranoia, secuestro y giro final.
Protagonizan Emma Stone y Jesse Plemons.
Un Lanthimos “menor”, sí, pero travieso.
Jay Kelly (Noah Baumbach).
Viaje europeo de una superestrella del cine (George Clooney) y su mánager (Adam Sandler).
Ligera, amable, con guiños cinéfilos (hay momento “Coen” de postal).
Nuremberg. Película judicial eficaz: Russell Crowe como Hermann Göring, Rami Malek como el psiquiatra que intenta entrar en su cabeza, y Michael Shannon como fiscal.
No inventa el género, pero te agarra.
Y apunta a Oscar para Crowe.
New Directors: de Bad Apples a… salir de la sala.
Bad Apples (Jonatan Etzler) inauguró la sección con Saoirse Ronan en modo profesora en guerra con “la manzana podrida” de su clase; sátira negra con nervio, muy aplaudida. De lo mejor de New Directors.
27 noches (Daniel Hendler) —una abuelita yeyé (la genial Marilú Marini) que se niega a jubilar la bohemia—: divertida, ingeniosa y con más vida que muchas “jóvenes”. Me ganó.
Hubo también alguna rusa de New Directors que nos echó del asiento antes de tiempo. Cosas que pasan: no todo cuaja (y no daré nombres; está feo señalar… aunque Foreign Lands no me enamoró).
Sorrentino, maestro de ceremonias: La Grazia
Presidente ficticio, dilemas reales: indultos, ley, memoria, duelo.
Toni Servillo grande, otra vez. Cine político con alma, elegante, de los que dejan poso.
En Perlak voló alto y venía de inaugurar Venecia.
Para mí, obra mayor. 10/10.
La sorpresa que no lo fue: Frankenstein (Guillermo del Toro)
Proyección sorpresa y ovación.
Relectura desde la criatura, con Oscar Isaac, Jacob Elordi y Mia Goth.
Oscura, compasiva, y muy del Toro: monstruos por fuera, humanos por dentro.
Gente, risas, discusiones (y amor)
Este ha sido un Zinemaldia especial porque lo he vivido con Gema, mi amor y mi cómplice: hemos visto cine, hemos discutido (bien), hemos reído (mucho) y hemos currado.
Su crónica aérea diaria en Nueva Alcarria ha sido un regalo: contaba las pelis… y el día, que también cuenta.
San Sebastián es el festival donde más críticos españoles coinciden.
El “encuentro con todos” ha sido un gustazo: discrepamos sin matarnos (milagro).
Saludé a María Guerra (presidenta de la AICE), charlé con Fernando Méndez-Leite (presidente de la Academia), y con David Martos de Kinótico (referente absoluto).
Y gracias a Ricardo por salvarme la agenda, como siempre.
A la organización, chapó: José Luis Rebordinos al frente (penúltima edición al timón), y el equipo de prensa con Koro cuidando a la prensa como si durmiéramos ocho horas (ja).
Gracias por la invitación y por las atenciones.
Excelente el café y los baristas en la sala de prensa.
Y el público… con Gaza
La voz de Hind Rajab no solo ganó el Premio del Público; fue detonante de movilización.
Hubo marcha por Palestina con cineastas y público. El cine, cuando toca, conmueve y empuja.
Epílogo (y un deseo)
La media del festival, alta.
Sección Oficial, sólida; Perlak, un “greatest hits” del año; Horizontes Latinos, fina; New Directors, con sorpresas.
Y sí, colas, entradas imposibles… y paraguas.
Pero qué sería Donostia sin un poco de lluvia.
Que vengan muchos Zinemaldias más, y que me pille con salud, ironía y café.
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Muchos besos y muchas gracias.
¡Nos vemos en el cine!
Chistes y críticas en holasoyramon.com
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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