Cistitis poscoital: por qué ocurre y cómo evitar que arruine tus fines de semana
¿Qué es exactamente la cistitis poscoital?
La cistitis poscoital, también conocida como “cistitis de luna de miel”, es una infección del tracto urinario (ITU) que aparece tras mantener relaciones sexuales, especialmente en mujeres. La palabra “poscoital” lo deja clarito: se refiere a lo que ocurre después del coito.
¿Y qué ocurre? Pues que al tener sexo —sobre todo con penetración vaginal— algunas bacterias (principalmente Escherichia coli) que viven tan campantes en el intestino y el área perianal pueden acabar en la uretra y, de ahí, ascender hasta la vejiga. El resultado: una infección que puede fastidiarte bastante el día (o la semana).
Síntomas que no pasan desapercibidos
La cistitis poscoital no es tímida: se manifiesta con síntomas muy molestos y difíciles de ignorar. Los más comunes son:
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Ganas urgentes y frecuentes de orinar, aunque salgan solo unas gotitas.
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Escozor o ardor al hacer pis.
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Dolor pélvico o sensación de presión en la parte baja del abdomen.
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Orina turbia, con mal olor o incluso con sangre (en casos más intensos).
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Sensación de “vejiga llena” constante, aunque acabes de ir al baño.
¿Por qué a mí? Factores de riesgo
Aunque cualquier persona con uretra puede padecer una ITU, las mujeres tienen muchas más papeletas. Y dentro de ese grupo, hay factores que aumentan el riesgo de que una relación sexual acabe en urgencias:
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Uretra corta: la anatomía femenina facilita el acceso de bacterias a la vejiga.
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Contacto con el área perianal durante el sexo: cuanto más roce, más probabilidades de arrastre bacteriano.
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Uso de diafragmas o espermicidas: alteran la flora vaginal y favorecen el crecimiento de E. coli.
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Cambio de pareja sexual o aumento de la frecuencia sexual.
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Predisposición genética: algunas mujeres tienen receptores celulares que “atraen” más fácilmente a ciertas bacterias (Hooton et al., 1996).
Prevención: lo que SÍ y lo que NO
La buena noticia es que la cistitis poscoital es prevenible. No hay que hacerse monja ni dejar de tener sexo, pero sí conviene seguir ciertas rutinas que pueden marcar la diferencia.
Lo que SÍ ayuda:
✅ Orinar después del sexo. Es el consejo clásico, y con razón. Al hacer pis, arrastras bacterias que hayan podido entrar en la uretra.
✅ Buena higiene antes y después. Lavarse los genitales (sin obsesionarse) antes y después del sexo puede reducir la carga bacteriana. ¡Pero nada de duchas vaginales, que son contraproducentes!
✅ Evitar los espermicidas si eres propensa a las ITUs. Consulta otros métodos anticonceptivos.
✅ Beber suficiente agua. Mantenerse bien hidratada facilita la eliminación de bacterias.
✅ Ropa interior de algodón y no muy ajustada. Nada de encerronas húmedas para los genitales.
✅ Probióticos vaginales o vía oral. En algunos casos, ayudan a mantener el equilibrio de la flora bacteriana (Stapleton et al., 2011).
✅ Antibiótico preventivo postcoital (bajo prescripción médica). En mujeres con ITUs muy frecuentes, se puede recetar una dosis baja de antibiótico solo después del sexo (Grigoryan et al., 2014).
Lo que NO deberías hacer:
❌ Usar productos irritantes como jabones perfumados o desodorantes íntimos.
❌ Apretarte los pantalones vaqueros como si fueran una segunda piel.
❌ Retener la orina mucho tiempo. Si tienes ganas, ve. Así de simple.
❌ Abusar del autodiagnóstico y la automedicación. Si crees que tienes una infección, ve al médico. No todas las molestias vaginales son cistitis, y no todos los antibióticos sirven para lo mismo.
¿Y si me pasa una y otra vez?
Si tienes cistitis recurrentes (tres o más episodios al año), tu médico puede hacer pruebas para descartar malformaciones anatómicas o alteraciones inmunológicas. También es posible que te propongan terapias preventivas como:
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Antibióticos en dosis bajas durante varios meses.
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Profilaxis postcoital (una pastilla justo después de tener relaciones).
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Probióticos vaginales o suplementos de arándano rojo (con evidencia limitada pero prometedora).
Para la prevención de la cistitis poscoital, se utilizan antibióticos en dosis bajas, administrados inmediatamente después del coito, con el objetivo de evitar la colonización bacteriana del tracto urinario. Este enfoque se denomina profilaxis postcoital y está recomendado especialmente para mujeres que presentan cistitis recurrentes relacionadas con la actividad sexual.
🔬 Antibióticos más utilizados y sus dosis
Antibiótico | Dosis típica postcoital | Comentarios |
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Nitrofurantoína | 50–100 mg |
Evitar en casos de insuficiencia renal. No se usa en el primer trimestre de embarazo ni cerca del parto.
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Trimetoprima | 100 mg |
No se recomienda en el embarazo. Debe evitarse si hay alta resistencia local a E. coli.
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Trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMX) | 40/200 mg o 80/400 mg |
Solo si se confirma baja resistencia local (<20%). Riesgo de alergias.
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Fosfomicina trometamol | 3 g (una dosis única) |
Menos común para profilaxis postcoital, pero puede usarse si hay resistencia a otros antibióticos. Más cara.
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Cefalexina | 250 mg |
Alternativa en embarazadas o si hay intolerancia a otros.
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⚠️ IMPORTANTE: Estas indicaciones deben ser siempre supervisadas por un médico. La automedicación antibiótica puede generar resistencias graves.
🧠 Consideraciones prácticas
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La profilaxis postcoital se recomienda solo cuando está claro que el episodio de cistitis ocurre después de las relaciones sexuales.
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Si hay más de 2-3 episodios por trimestre pese a medidas preventivas no farmacológicas, puede plantearse esta estrategia.
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Si la paciente tiene relaciones sexuales muy frecuentes (más de tres veces por semana), puede valorarse una profilaxis diaria en dosis bajas, aunque es menos habitual.
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Se deben hacer cultivos ocasionales para asegurarse de que el antibiótico sigue siendo efectivo.
¿Y el arándano rojo?
Seguro que has oído que el arándano rojo (cranberry) es el salvador de las cistitis. La realidad es que su eficacia es moderada, pero no nula. Contiene proantocianidinas, que dificultan que las bacterias se adhieran a las paredes de la vejiga.
Una revisión sistemática de Cochrane (Jepson et al., 2012) concluyó que puede tener algún efecto preventivo, aunque no lo suficiente como para sustituir otras estrategias. Si te gusta y te va bien, adelante. Pero no esperes milagros.
Conclusión: sexo sí, pero con cabeza (y con pis después)
La cistitis poscoital es más común de lo que parece, y aunque es molesta, tiene solución y sobre todo prevención. La clave está en entender por qué pasa y aplicar unos cuantos trucos simples pero efectivos. Y lo más importante: ante la duda o la repetición, consulta con un profesional.
Bibliografía
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Hooton TM, Scholes D, Stapleton AE, et al. (1996). A prospective study of risk factors for symptomatic urinary tract infection in young women. New England Journal of Medicine, 335(7):468–474.
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Grigoryan L, Trautner BW, Gupta K. (2014). Diagnosis and management of urinary tract infections in the outpatient setting: a review. JAMA, 312(16):1677–1684.
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Stapleton AE, Au-Yeung M, Hooton TM, et al. (2011). Randomized, placebo-controlled phase 2 trial of a Lactobacillus crispatus probiotic given intravaginally for prevention of recurrent urinary tract infection. Clinical Infectious Diseases, 52(10):1212–1217.
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Jepson RG, Williams G, Craig JC. (2012). Cranberries for preventing urinary tract infections. Cochrane Database of Systematic Reviews, (10):CD001321.
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Gupta K, Hooton TM, Naber KG, et al. (2011). International clinical practice guidelines for the treatment of acute uncomplicated cystitis and pyelonephritis in women: A 2010 update by the Infectious Diseases Society of America (IDSA). Clinical Infectious Diseases, 52(5):e103–e120.
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Grigoryan L, Trautner BW, Gupta K. (2014). Diagnosis and management of urinary tract infections in the outpatient setting: a review. JAMA, 312(16):1677–1684.
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Nicolle LE. (2008). Urinary tract infections in special populations: diabetes, renal transplant, HIV infection, and spinal cord injury. Infectious Disease Clinics, 28(1):91–104.
(Artículo redactado, según mis indicaciones, por IA y posteriormente corregido y modificado por holasoyramon)
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¡Nos vemos en el cine!
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Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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