

Cutrecomentario de Ramón:
Cuando un pueblo gallego se cura a base de música…
El responsable del invento es Daniel Sánchez Arévalo, un director y guionista de solvencia más que demostrada en el cine español (AzulOscuroCasiNegro, Primos, La gran familia española).
Aquí firma guion y dirección, como le gusta hacer cuando quiere controlar hasta el último tic emocional.
Rondallas es una comedia dramática muy en la línea del mejor Sánchez Arévalo: risas, lagrimita, personajes con gancho y un regusto a pueblo que huele a salitre, pulpo y gaitas afinadas.
La historia se planta en una aldea pesquera gallega que sigue intentando recomponerse dos años después de un naufragio que dejó cicatrices por todos lados.
Y en ese ambiente dolido surge la idea de resucitar la rondalla local, esa mezcla maravillosa de música tradicional, banderines al viento y directores que parecen dirigir orquestas épicas aunque tengan solo cinco músicos delante.
La película explica de lujo ese folclore, ese esfuerzo colectivo y esa tradición tan gallega de convertir la música en pegamento emocional.
Y mientras se investiga la tragedia del naufragio, la comunidad empieza a moverse, a sacudirse la pena, a reencontrarse.
La rondalla no solo es un grupo: es terapia de grupo, pero sin psicólogo y con más panderetas.
El reparto está sembrado. Javier Gutiérrez, como siempre, deslumbra: ese hombre hace de cualquier gesto un personaje.
María Vázquez está espectacular, sólida, humana, una actriz que nunca falla.
Y en el apartado “galleguismo con gracia”, Carlos Blanco y Tamar Novas aportan humor, chispa y ese tono socarrón que a veces sostiene más la vida que los medicamentos.
También aparece Judith Fernández, joven pero ya con presencia, muy eficaz en su papel.
La película ha sido nominada a Mejor Comedia en los Premios Feroz, lo cual tiene todo el sentido: encaja como un guante en esa categoría.
Y además pasó por el Festival de San Sebastián, donde —me imagino— la rondalla habría triunfado si la hubieran dejado entrar al Kursaal con instrumentos.
Una película entrañable, divertida, con musiquita rica y un pueblo que intenta recomponerse a base de esfuerzo colectivo.
Ojalá todas las catarsis fueran así: con gaitas, humor y un director inspirado.
Mi puntuación: 7,68/10.

Dirigido por Daniel Sánchez Arévalo:

Ficha: En este enlace.
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Muchos besos y muchas gracias.
¡Nos vemos en el cine!

Chistes y críticas en holasoyramon.com
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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