El vértigo: cuando todo da vueltas
Sentir que todo gira a tu alrededor aunque estés quieto puede sonar a una escena de película… pero para muchas personas es una experiencia muy real y bastante angustiante. Eso es, en pocas palabras, lo que se conoce como vértigo. No se trata solo de mareo, sino de una sensación de movimiento que no se corresponde con lo que realmente ocurre. Vamos a explicarlo con detalle pero sin tecnicismos innecesarios.
¿Qué es exactamente el vértigo?
El vértigo es una sensación ilusoria de movimiento. Lo más frecuente es que se tenga la sensación de que el entorno gira alrededor de uno (vértigo rotatorio), aunque también puede sentirse que uno mismo se mueve cuando en realidad está quieto. A veces, se acompaña de mareo, inestabilidad, náuseas, vómitos, sudoración fría e incluso pérdida del equilibrio.
Es importante entender que el vértigo es un síntoma, no una enfermedad en sí misma. Es decir, hay que investigar cuál es la causa que está provocándolo.
¿Qué parte del cuerpo está implicada?
El sistema encargado del equilibrio es como un equipo bien coordinado formado por:
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El oído interno: aquí está el aparato vestibular, que detecta los movimientos de la cabeza.
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Los ojos: ayudan a saber dónde estamos en el espacio.
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El cerebro: procesa toda esta información.
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Los músculos y articulaciones: mandan señales sobre la posición corporal.
Cuando alguna de estas partes falla o envía señales contradictorias, el cerebro puede “confundirse” y producir la sensación de vértigo.
Tipos de vértigo más comunes
Hay muchas causas de vértigo, pero aquí van las más frecuentes, explicadas de forma sencilla:
1. Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB)
Es la causa más común. Aparece cuando pequeños cristales del oído interno (otolitos) se mueven de su sitio y alteran el equilibrio. Se desencadena al mover la cabeza: tumbarse, girarse en la cama, mirar hacia arriba…
Síntomas: Vértigo breve (segundos), pero intenso, asociado a ciertos movimientos. A veces va acompañado de náuseas.
Tratamiento: Maniobras físicas (como la maniobra de Epley) que recolocan los cristales. No requiere medicación.
La maniobra de Epley es un procedimiento físico que se utiliza para tratar una causa muy común de vértigo llamada vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB). Este tipo de vértigo ocurre cuando unos pequeños cristales de carbonato cálcico (llamados otolitos o canalitolitos) se desplazan dentro del oído interno, concretamente en los canales semicirculares, provocando sensaciones intensas de giro al mover la cabeza.
🧠 ¿Qué provoca el vértigo en el VPPB?
En el VPPB, los otolitos se desprenden de su lugar habitual (el utrículo) y se meten en uno de los canales semicirculares (sobre todo el posterior), que es sensible al movimiento.
Al moverse la cabeza, estos cristales “engañan” al cerebro haciéndole creer que el cuerpo se está moviendo, cuando en realidad no lo está. Esto genera una sensación de mareo rotatorio súbito, muchas veces al tumbarse, girar en la cama o mirar hacia arriba.
👨⚕️ ¿Qué hace la maniobra de Epley?
La maniobra de Epley busca recolocar esos cristales sueltos, guiándolos por el canal semicircular hasta devolverlos al utrículo, donde ya no causan síntomas.
🔄 ¿Cómo se realiza paso a paso?
Debe ser realizada por un profesional entrenado (médico, fisioterapeuta o enfermero especializado), aunque en algunos casos puede enseñarse al paciente para hacerla en casa si es muy recurrente.
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El paciente se sienta en una camilla con las piernas extendidas.
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El profesional gira la cabeza del paciente 45º hacia el lado afectado.
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Se acuesta rápidamente al paciente con la cabeza colgando unos 20º hacia atrás (posición de Dix-Hallpike). En este punto suele aparecer el vértigo.
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Después de unos 30-60 segundos, se gira la cabeza 90º hacia el lado contrario (sin levantarla), quedando ahora a 45º del otro lado.
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Se gira el cuerpo en bloque en esa misma dirección, con la cabeza hacia abajo y el paciente en decúbito lateral.
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Finalmente, se ayuda al paciente a volver a sentarse lentamente, con la cabeza aún girada.
Todo el proceso dura entre 2 y 5 minutos.
✅ ¿Es efectiva?
Sí. Tiene una tasa de eficacia muy alta (entre el 80% y 90% con una sola sesión), aunque en algunos casos hay que repetirla varias veces.
⚠️ ¿Tiene efectos secundarios?
En general es segura, pero algunas personas pueden experimentar:
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Náuseas o vómitos durante o después de la maniobra.
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Sensación de inestabilidad durante unas horas.
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Reaparición del vértigo si los cristales vuelven a desprenderse.
🏠 Recomendaciones después de la maniobra
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Dormir semisentado la primera noche.
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Evitar movimientos bruscos de cabeza durante 24-48 horas.
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En algunos casos, se aconsejan ejercicios de habituación vestibular como los ejercicios de Brandt-Daroff.
🧭 Maniobra de Epley – Esquema paso a paso (lado derecho afectado)
1. Posición inicial – Sentado
- El paciente se sienta sobre la camilla.
- La cabeza se gira 45º hacia el lado derecho (el oído afectado).
2. Posición de Dix-Hallpike – Acostado con cabeza colgando
- Se acuesta al paciente rápidamente con la cabeza aún girada, colgando unos 20-30º hacia atrás.
- Mantener esta posición de 30 a 60 segundos.
3. Giro de cabeza hacia el lado opuesto – 45º a la izquierda
- Se gira la cabeza lentamente 90º hacia el lado izquierdo, sin mover el cuerpo.
- Esperar 30-60 segundos.
4. Giro del cuerpo hacia la izquierda – Decúbito lateral
- El paciente gira el cuerpo entero hacia el lado izquierdo (decúbito lateral).
- La cabeza queda mirando hacia el suelo.
- Mantener 30-60 segundos.
5. Incorporación final – Sentado
- Se ayuda al paciente a sentarse lentamente.
- La cabeza debe mantenerse ligeramente inclinada hacia delante unos minutos.
Nota: Si el oído afectado es el izquierdo, se realiza el mismo procedimiento invirtiendo las direcciones. Esta maniobra debe ser realizada por un profesional sanitario o bajo su supervisión.
📚 Bibliografía
-
Hilton, M. P., & Pinder, D. K. (2014). The Epley (canalith repositioning) manoeuvre for benign paroxysmal positional vertigo. Cochrane Database Syst Rev.
-
Fife, T. D., et al. (2008). Practice Parameter: therapies for benign paroxysmal positional vertigo. Neurology.
2. Neuronitis vestibular
Es una inflamación del nervio vestibular (el que comunica el oído con el cerebro), habitualmente por un virus.
Síntomas: Vértigo intenso, de inicio brusco, que dura horas o incluso días, sin pérdida de audición. Suele venir acompañado de náuseas y dificultad para andar.
Tratamiento: Reposo, antieméticos, rehabilitación vestibular. Se resuelve con el tiempo.
3. Enfermedad de Ménière
Aquí el problema es una alteración en la presión de los líquidos del oído interno.
Síntomas: Vértigo en ataques que duran horas, asociado a pérdida de audición fluctuante, tinnitus (pitidos en el oído) y sensación de oído taponado.
Tratamiento: Dieta baja en sal, diuréticos, tratamiento médico y, en casos severos, cirugía.
4. Vértigo central
Está causado por problemas en el cerebro: tumores, esclerosis múltiple, ictus, migrañas…
Síntomas: Suele ir acompañado de otros signos neurológicos: visión doble, dificultad para hablar, debilidad, etc.
Tratamiento: Depende de la causa. Es más grave y requiere atención médica urgente.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa en:
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Una buena historia clínica (¿cuándo aparece?, ¿cuánto dura?, ¿qué lo desencadena?).
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Exploración física (test de equilibrio, movimientos oculares, etc.).
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Pruebas específicas: audiometría, electronistagmografía, resonancia magnética, etc.
Es clave diferenciar un vértigo periférico (de origen en el oído) de uno central (de origen en el cerebro), porque el manejo es muy distinto.
¿Tiene tratamiento?
Sí, pero depende de la causa:
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VPPB: maniobras físicas de reposicionamiento.
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Neuronitis: reposo y medicación para síntomas.
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Ménière: tratamiento dietético y médico a largo plazo.
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Causas centrales: tratamiento específico (a veces urgente).
Además, muchos pacientes se benefician de la rehabilitación vestibular, que son ejercicios para “reeducar” el equilibrio y reducir los síntomas.
¿Y los mareos? ¿Son lo mismo?
No exactamente. El mareo es una sensación más inespecífica: puede sentirse como inestabilidad, desmayo, flotación…
El vértigo, en cambio, tiene un componente rotatorio claro. Pero en la práctica, mucha gente los confunde o los usa como sinónimos.
¿Cuándo hay que preocuparse?
Consulta con urgencia si:
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El vértigo aparece de forma súbita e intensa.
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Se acompaña de síntomas neurológicos (visión doble, dificultad para hablar, debilidad…).
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Hay pérdida de conciencia.
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El cuadro no mejora o empeora progresivamente.
Conclusión
El vértigo puede ser tan llamativo como incapacitante, pero en la mayoría de los casos tiene tratamiento y buen pronóstico.
La clave está en un diagnóstico correcto, que ayude a distinguir entre las distintas causas posibles. Si alguna vez sientes que “el mundo da vueltas”, no lo tomes a la ligera. Tu cuerpo te está enviando una señal que conviene escuchar.
Bibliografía y fuentes consultadas
-
Baloh RW. Clinical practice. Vestibular neuritis. New England Journal of Medicine. 2003.
-
Fife TD et al. Assessment: Vestibular testing techniques in adults and children. Neurology. 2000.
-
López-Escámez JA, et al. Diagnostic criteria for Meniere’s disease. Journal of Vestibular Research. 2015.
-
Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC): https://seorl.net
-
National Institute on Deafness and Other Communication Disorders (NIDCD): https://www.nidcd.nih.gov
Fármacos para el tratamiento del vértigo: guía completa con nombres comerciales y dosis
El vértigo, aunque no es una enfermedad en sí misma, puede ser debilitante y muy angustiante, por lo que en muchas ocasiones se recurre a tratamiento farmacológico para aliviar los síntomas. Pero hay que tener claro que no todos los tipos de vértigo se tratan igual, y que los medicamentos no curan el vértigo, sino que ayudan a controlar los síntomas mientras se resuelve la causa subyacente (cuando es posible).
A continuación, revisamos los grupos de medicamentos más utilizados, sus mecanismos de acción, sus nombres comerciales más conocidos en España y sus dosis habituales.
1. Antihistamínicos vestibulares
Bloquean los receptores H1 de histamina en el sistema nervioso central y reducen la excitabilidad vestibular. Son útiles sobre todo en vértigos de causa periférica.
- Dimenhidrinato – Biodramina®
- Dosis: 50 a 100 mg cada 6-8 h. Vía oral, supositorios o inyectable.
- Meclozina – Bonadoxina®
Dosis: 25-50 mg cada 8-12 h.
2. Anticolinérgicos
Bloquean la acetilcolina, reduciendo la transmisión vestibular. Uso limitado en España.
- Escopolamina
En forma de parches transdérmicos (no comercializados en todos los países).
3. Benzodiacepinas
Relajan el sistema nervioso central y se usan en vértigos intensos o con ansiedad.
- Diazepam – Valium®
Dosis: 2-5 mg cada 8-12 h.
- Lorazepam – Orfidal®
Dosis: 0,5-1 mg cada 8-12 h.
Nota: Uso solo a corto plazo para evitar dependencia y evitar interferencia con la compensación vestibular.
4. Antieméticos
Para controlar las náuseas y los vómitos del vértigo agudo.
- Metoclopramida – Primperan®
Dosis: 10 mg cada 6-8 h.
- Domperidona – Motilium®
Dosis: 10 mg cada 8 h.
5. Betahistina
Agonista H1 que mejora el flujo en el oído interno. Tratamiento de fondo en enfermedad de Ménière.
- Betahistina – Serc®, Betaserc®
Dosis: 16 mg tres veces al día (ajustable).
6. Cinarizina y flunarizina
Bloqueadores de canales de calcio con indicación en migraña vestibular y mareo crónico.
- Cinarizina – Stugeron®
Dosis: 25 mg cada 8 h.
- Flunarizina – Sibelium®
Dosis: 5-10 mg/día.
7. Corticoides
En casos como la neuronitis vestibular o el herpes zóster ótico.
- Prednisona o metilprednisolona
Dosis: 1 mg/kg/día, reduciendo progresivamente.
Tabla resumen
Fármaco | Tipo | Nombre comercial | Dosis habitual | Indicación principal |
---|---|---|---|---|
Dimenhidrinato | Antihistamínico | Biodramina® | 50-100 mg cada 6-8 h | Cinetosis, vértigo periférico |
Meclozina | Antihistamínico | Bonadoxina® | 25-50 mg cada 8-12 h | Vértigo periférico |
Diazepam | Benzodiacepina | Valium® | 2-5 mg cada 8-12 h | Vértigo con ansiedad |
Lorazepam | Benzodiacepina | Orfidal® | 0,5-1 mg cada 8-12 h | Vértigo agudo |
Metoclopramida | Antiemético | Primperan® | 10 mg cada 6-8 h | Náuseas y vómitos |
Domperidona | Antiemético | Motilium® | 10 mg cada 8 h | Náuseas |
Betahistina | Agonista H1 | Serc®, Betaserc® | 16 mg 2-3 veces/día | Enfermedad de Ménière |
Cinarizina | Antivertiginoso | Stugeron® | 25 mg cada 8 h | Mareo crónico |
Flunarizina | Antivertiginoso | Sibelium® | 5-10 mg/día | Migraña vestibular |
Prednisona | Corticoide | – | 1 mg/kg/día | Neuronitis vestibular |
Consideraciones finales
- No todos los vértigos requieren medicación. El vértigo posicional se trata mejor con maniobras físicas.
- El uso prolongado de algunos fármacos puede retrasar la recuperación natural.
- Debe identificarse la causa del vértigo antes de iniciar tratamiento sintomático.
- La rehabilitación vestibular es fundamental en muchos pacientes crónicos.
Bibliografía
- Strupp M, Brandt T. Diagnosis and treatment of vertigo and dizziness. Dtsch Arztebl Int. 2008.
- Fife TD, et al. Practice parameter: Therapies for BPPV. Neurology. 2008.
- Baloh RW. Clinical practice: Vestibular neuritis. NEJM. 2003.
- Guía de Práctica Clínica del SNS (España): Diagnóstico y tratamiento del vértigo.
- NIDCD: https://www.nidcd.nih.gov
(Artículo redactado, según mis indicaciones, por IA y posteriormente corregido y modificado por holasoyramon)
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