Al Médico con Ramón – ¿Por qué a veces adelgazar cuesta tanto? La resistencia biológica a la pérdida de peso

 

 

 

 

 

 

 

¿Por qué a veces adelgazar cuesta tanto?


La resistencia biológica del cuerpo humano a perder peso

 

Perder peso no es solo cuestión de fuerza de voluntad, ni de contar calorías a rajatabla. Hay algo más profundo funcionando por detrás: el propio cuerpo humano, que está programado para resistirse a perder grasa.

 

Esta “rebeldía” tiene nombre y se conoce como resistencia biológica a la pérdida de peso. En otras palabras: tu cuerpo cree que te está salvando la vida, cuando en realidad tú lo que quieres es entrar en esos vaqueros de hace dos veranos.

 

 

 

1. ¿De dónde viene esta resistencia? Un tema evolutivo

 

A lo largo de la historia, nuestros ancestros pasaban por períodos de escasez de alimentos, seguidos por épocas de abundancia. Nuestro cuerpo aprendió a guardar energía en forma de grasa para sobrevivir a esos momentos de “hambre”.

 

Entonces, cuando haces una dieta restrictiva o pierdes peso rápidamente, tu cuerpo cree que estás en peligro y empieza a activar mecanismos de defensa:

 

  • Reduce el metabolismo para gastar menos.

 

  • Aumenta el apetito para que comas más.

 

  • Cambia hormonas clave como la leptina y la grelina para manipularte sin que te des cuenta.

 

O sea, que tu cuerpo piensa que adelgazar = morir de hambre. Literalmente.

 

 

 

2. Las hormonas: tus amigas traicioneras

 

El cuerpo tiene varias hormonas que regulan el hambre, la saciedad y el gasto energético.

 

Cuando pierdes peso, muchas de ellas se alteran para favorecer la recuperación de ese peso perdido:

 

Hormona Función normal Qué pasa al perder peso
Leptina Señal de saciedad (te dice “ya basta”) Disminuye, así que tienes más hambre
Grelina Señal de hambre (te dice “come ya”) Aumenta, así que tienes más ganas de comer
Insulina Control del azúcar y almacenamiento de grasa Baja, pero puede aumentar la resistencia a la insulina
Hormonas tiroideas (T3 y T4) Regulan el metabolismo Se reducen, así que quemas menos calorías

 

 

 

 

3. El “set point”: el peso que tu cuerpo quiere mantener

 

Muchos expertos hablan del llamado “set point” o punto de ajuste. Es como un peso corporal que el cerebro interpreta como el ideal para ti. Si bajas de ese peso, tu cuerpo reacciona activando mecanismos para volver a él.

 

Ese set point no es fijo: se puede mover hacia arriba con los años (por malos hábitos o exceso de comida ultraprocesada), pero moverlo hacia abajo es mucho más difícil.

 

Traducción: subir de peso es fácil; bajarlo y mantenerlo, mucho más difícil.

 

 

 

 

4. El metabolismo se vuelve más lento

 

Cuando pierdes peso, especialmente si lo haces rápido, tu metabolismo basal disminuye. Es decir, tu cuerpo quema menos calorías en reposo. Este fenómeno se conoce como adaptación metabólica o termogénesis adaptativa.

 

Un caso muy famoso fue el de los concursantes del programa The Biggest Loser en EE.UU. Años después de perder peso, seguían con el metabolismo más lento que antes del concurso, aunque habían recuperado muchos kilos. Su cuerpo seguía en “modo supervivencia”.

 

 

 

5. El efecto rebote no es solo culpa de la dieta

 

El famoso efecto rebote no es solo por volver a comer mal después de una dieta. También ocurre porque el cuerpo, tras perder peso, intenta volver al punto de partida con más fuerza de la que imaginamos.

 

Esto hace que muchas personas recuperen el peso perdido (y a veces más) incluso comiendo razonablemente bien, simplemente porque su cuerpo quema menos y les pide más comida.

 

 

 

6. ¿Se puede vencer esta resistencia?

 

Sí, pero no es fácil y requiere paciencia. Aquí algunos enfoques que pueden ayudarte:

 

  • Bajar de peso lenta y progresivamente: evita activar las alarmas del cuerpo.

 

  • Actividad física constante: mantiene la masa muscular y el gasto energético.

 

  • Buena cantidad de proteínas y fibra: sacian y protegen el metabolismo.

 

  • Dormir bien y evitar el estrés crónico: regula las hormonas implicadas en el apetito.

 

  • Tener expectativas realistas: perder un 5-10% del peso corporal ya mejora mucho la salud.

 

 

 

7. ¿Y si nada funciona? Tratamientos médicos

 

Hay situaciones en las que la resistencia es tan fuerte que se requieren tratamientos médicos, especialmente en personas con obesidad crónica o factores genéticos importantes.

 

 

 

Posibles enfoques:

 

  • Fármacos antiobesidad (como semaglutida, liraglutida, naltrexona/bupropión…)

 

  • Terapia conductual con apoyo psicológico

 

  • Cirugía bariátrica en casos graves

 

Estos tratamientos no son atajos, sino herramientas que ayudan a vencer la resistencia del cuerpo cuando las estrategias convencionales no bastan.

 

 

 

 

Conclusión

 

Tu cuerpo no es tu enemigo, pero tampoco es tu aliado cuando quieres adelgazar. Está diseñado para sobrevivir, no para estar “fit”, y cuando detecta una pérdida de grasa, reacciona como si estuvieras en medio de una hambruna.

 

La resistencia biológica a la pérdida de peso es real, medible y frustrante, pero no es invencible. Con conocimiento, estrategia, apoyo profesional y mucha paciencia, se puede lograr un cambio duradero y saludable.

 

 

 

(Artículo redactado, según mis indicaciones, por IA y posteriormente corregido y modificado por holasoyramon)

 

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Chistes y críticas en holasoyramon.com

Crítico de Cine de El Heraldo del Henares

 

 

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