Se suponía que la película iba a ser dirigida por Peter Bogdanovich y su protagonista femenina sería Cybill Shepherd, su novia en ese momento.
Cuando Shepherd fue reemplazada por Ali MacGraw, Bogdanovich abandonó el proyecto y fue sustituido por Sam Peckinpah.
MacGraw luego se enamoró de su compañero de reparto (Steve McQueen) y rompió con su marido, Robert Evans ejecutivo de la Paramount.
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Hay una escena donde Steve McQueen y Ali MacGraw están de pie fuera del coche y McQueen de repente la abofetea.
El tortazo no estaba en el guión, como se puede ver por la reacción de sorpresa de McGraw.
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Para esta película, Ali MacGraw aprendió a disparar armas de fuego y a conducir coches.
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Steve McQueen usa una pistola semiautomática, concretamente un Colt M1911A1.
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Sam Peckinpah inicialmente quería a Jack Palance para el papel de Rudy Butler, pero no podía permitirse el lujo de su salario.
La banda sonora original de la película fue compuesta por Jerry Fielding, frecuente colaborador de Peckinpah, pero fue reemplazada por una banda sonora de jazz ligero compuesta por Quincy Jones, poco antes del lanzamiento de la película por la insistencia de Steve McQueen.
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El escritor Jim Thompson fue contratado en un principio para adaptar su propia novela para la película.
Thompson trabajó en el guión cuatro meses y redactó un primer borrador.
El guión de Thompson incluyó el final surrealista original de la novela.
Steve McQueen opinaba que era demasiado deprimente, por lo que Thompson fue reemplazado por el guionista Walter Hill.
W. Dee Kutach, el presidente de la junta de libertad condicional de prisión de Texas que niega a Doc McCoy (Steve McQueen) su libertad en los primeros minutos de la película, es en realidad un funcionario de la prisión en el momento en el que se rodó la película.
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Se usaron coches reales de la policía.
Se puede ver vehículos de los departamentos de Policía de San Marcos y de Blanca Sierra.
Sam Peckinpah vuelve a realizar un hermoso relato sobre la épica de los perdedores.
Junior Bonner es el título original de la peli y también el personaje protagonista que encarna Steve McQueen.
Vuelve a su pueblo, en Arizona para participar en el rodeo anual.
Su padre ha malgastado el dinero de su malvendida casa. Quiere competir una vez más con él en el ordeñado de vacas salvajes.
Se reencuentra con su madre, con su hermano que está ganado una pasta con la venta de caravanas.
Hay un relato muy ilustrativo de cómo son los rodeos y el ambiente que los rodea.
Todos los personajes son estupendos.
Hay una mezcla continua de drama y comedia con un tono desenfadado a pesar que las cosas que se cuentan son de lo más serias.
Ida Lupino (la madre de Junior en la peli) contrató a Sam Peckinpah para trabajar en su serie Mr. Adams y Eva (1957) después que ella lo encontrara viviendo en una choza detrás de su propiedad.
Él le devolvió el favor contratándola en esta película algunos años más tarde.
No puedo evitar que ciertas escenas de la filmografía de Peckinpah me recuerden al maestro Ford.
La pelea en el bar abarrotado es típicamente fordiana, con momentos hilarantes.
Steve McQueen domina la película. Es el gran protagonista. Tal vez no fuera un gran actor, pero su carisma es inconmensurable.
Es un tipo duro, un solitario, fracasado que hace de su vida, posiblemente anodina, un camino épico impregnado de dignidad.
Una excelente peli.
No todas las pelis de Sam son violentas. Éste es un buen ejemplo.
A Dustin Hoffman no le gustaban las películas violentas.
Admitió que sólo aceptó el papel por el dinero.
McKenna, que interpreta el mayor John Scott, lleva el brazo en cabestrillo.
No estaba en el guión.
McKenna se lo había roto en una fiesta salvaje con un par de prostitutas, organizada por el director Sam Peckinpah.
Antes de comenzar el rodaje, Sam Peckinpah obligó a Dustin Hoffman y Susan George a vivir juntos durante dos semanas, con el guionista David Zelag Goodman en la caravana.
El futuro de la película se puso en peligro cuando el director Sam Peckinpah enfermó por neumonía después de una sesión alcohólica toda la noche con Ken Hutchison.
Después de haberse recuperado en una clínica de Londres, Peckinpah prometió que iba a permanecer sobrio.
Por supuesto no lo cumplió.
Cuando el reverendo Barney Hood y su esposa visitan a David y Amy Sumner para invitarlos a la fiesta social de la iglesia, Barney y David discuten sobre ciencia y religión.
David hace una cita:
– “Nunca ha habido un reino dado a tanto derramamiento de sangre como el de Cristo“.
Barney reconoce la cita de Montesquieu.
Este autor fue un filósofo social francés que vivió de 1689 a 1755.
Se le atribuye el concepto de separación de poderes que se incorporó a la Constitución de Estados Unidos.
El título proviene del filósofo chino Lao-Tsé, quien escribió:
“El cielo y la tierra no son humanos, y consideran a la gente como perros de paja“.
Perros de paja fueron utilizados como objetos de culto de sacrificios religiosos en la antigua China.
Entre los actores considerados inicialmente para el papel de David Sumner fueron Donald Sutherland, Jack Nicholson y Sidney Poitier.
Actrices originalmente considerados para el papel de Amy eran Diana Rigg, Charlotte Rampling y Helen Mirren.
Según Garner Simmons en su libro “Peckinpah: Un Retrato En Montage“, el director de fotografía inicial de Perros de paja era Bryan Probyn, que abandonó el proyecto por diferencias creativas que implicaban la iluminación de una secuencia.
Entonces Arthur Ibbetson fue elegido, pero poco después se fue por “motivos religiosos”.
La siguiente elección fue John Coquillon, que había servido como director de fotografía en películas de terror británicas de bajo presupuesto.
Coquillon más tarde servirá como director de fotografía en tres películas más de Peckinpah: Pat Garrett y Billy the Kid (1973), La Cruz de Hierro (1977), y Clave Omega (1983)
Debido a la explicitud de la violencia y las dos violaciones brutales, la Junta Británica de Censores de Cine (BBFC) prohibió la película.
Cuando Sam Peckinpah estaba planeando la escena en que Amy es violada dos veces, él no avisó a Susan George cómo iba a rodar la escena.
Ella le presionó. Finalmente le dijo sin rodeos que Amy primero sería violada y luego sodomizada.
Ella se negó a participar en los planes de Peckinpah para la representación explícita de esto y amenazó con renunciar.
Finalmente cedió, permitiendo que la cámara, para representar el trauma de Amy, se concentrara en los ojos y la cara, en lugar en todo su cuerpo.
Comentarios de Ramón:
Desde que la vi me resultó de lo más turbadora.
Cuando se estrenó tenía 13 años y como es lógico me quedé con las ganas.
Lustros después en los 80, la vi en la tele.
Desde entonces sus imágenes no me han dejado de perseguir.
La he visto varias veces más y me ha seguido perjudicando.
Hubiera querido verla en más ocasiones, pero su visionado me produce un cierto remordimiento.
Tengo una sensación desasosegante al contemplar las escenas de las violaciones y los asesinatos. Algo me hace sentir culpable al ser consciente que esas imágenes me fascinan.
Por eso la he evitado.
Ahora este ciclo de Peckinpah me permite tener una buena excusa.
Desde el principio resulta turbadora con esos niños jugando en el cementerio, que está situado en el centro del pueblo.
En muchas de las pelis de Sam hay infantes ocupando un papel secundario, pero que en absoluto pasan desapercibidos.
Hay una contraposición entre los garrulos vagos y maleducados del pueblo y el profesor civilizado y culto.
Entre ellos hay desprecio y en cierto modo envidia.
Ninguno de los personajes cae simpático.
Los paletos por motivos obvios.
La esposa, AmySumner, mantiene una actitud provocadora hacia sus acosadores y, a veces, hostil hacia su esposo.
En la trama hay también el trasfondo de la crisis de la pareja, con continuos reproches.
Cuando vemos a David Sumner, interpretado por Dustin Hoffman, no podemos evitar el recuerdo de El Graduado.
Su manera de ser tampoco nos resulta atrayente. Es un pusilánime que, incluso, hace la pelota a los adversarios.
Solo al final se redime al defender con todo al minusválido Henry Niles, interpretado por David Warner, que no aparecía en los créditos de la peli.
Entre los habitantes del pueblo británico hay una bajeza moral que lo impregna todo.
La adolescente seductora que genera el caos.
El hermano del deficiente que le golpea en público.
El Reverendo que recoge con rapidez las cinco libras que le ofrecen.
No hablemos del grupo de garrulos, que acumulan un montón de cualidades: insolentes, borrachos, lascivos, sucios, vagos, torpes…
El final nos ofrece cierto consuelo al contemplar el triunfo del hombre débil ante esa jauría de lobos asesinos y violadores.
Se evita un linchamiento y eso nos da satisfacción.
Pero el cabrón de Peckinpah nos está tendiendo una trampa.
El triunfo es también el de la violencia aunque la ejerza el “bueno”.
No vence la justicia, vence la fuerza guiada por la astucia y la suerte.
Por eso tal vez, siempre me ha dejado malestar esta peli.
Inmediatamente después de rodar Grupo salvaje, Peckinpah comenzó el rodaje de esta comedia.
Para el director era su mejor película.
La peli se filmó en Echo Bay, Nevada.
El rodaje se retrasó por la presencia de lluvia. Esos días el equipo, con Peckinpah al frente, se dedicaba a beber. La factura del bar ascendió a 70.000 dólares.
Simpático y nostálgico western que tiene como protagonista a Cable Hogue (Jason Robards) un hombre bueno con su moral personal que intenta subsistir en un ambiente crepuscular.
También se podía interpretar como una historia de amor, un amor que al final se demuestra imposible.
Después de la orgía de sangre de Grupo salvaje, en esta peli solo muere un forajido.
Es una historia crepuscular. El fin de un hombre del desierto y el fin de una manera de entender el Oeste.
Nuestro protagonista termina aplastado (literalmente) por la civilización que representa el automóvil.
Solo los que se sepan adaptarse sobrevirán, como el charlatán Revendo Joshua que conduce su moto con sidecar.
Stella Stevens (Hildy) me parece encantadora, ella también tiene su golpe de suerte que le permite cumplir sus sueños.
Cable Hogue tiene sus aspiraciones cumplidas al encontrar su pozo en el desierto. Los dos viven momentos felices.
Una peli tierna que refleja bien que Peckinpah tenía su corazoncito.
Sigo, lentamente, con mi ciclo dedicado al Hombre que mató a John Ford.
Me detengo en su peli más emblemática.
Anécdotas y curiosidades:
En una entrevista, Ben Johnson, dijo que las mujeres mexicanas que “retozaban” con él y Warren Oates en enormes cubas de vino no eran actrices, sino las prostitutas de un burdel cercano.
Fueron contratadas por Sam Peckinpah para poder decirle a la gente que Warner Bros había pagado prostitutas para su reparto.
Robert Ryan se quejó de no recibir sus ingresos.
Sam Peckinpah decidió “castigar” a Ryan.
En los créditos de apertura, después de congelar la pantalla en primeros planos de William Holden y Ernest Borgnine, Peckinpah presentó la imagen de unos caballos cuando aparecía el nombre de Ryan.
El propio robo del tren no estaba en el guión.
Todas las escenas fueron improvisadas en el lugar, el mismo día.
Deke Thornton describe el general Mapache como “un asesino de Huerta”.
Se refería al general Victoriano Huerta, que había derrocado y asesinado el presidente mexicano Francisco Ignacio Madero en 1913, lo que desencadenó una guerra civil.
La ciudad que aparece en la película se rodó en Parras, en el estado de Coahuila, lugar de nacimiento de Madero.
Irónicamente, Emilio Fernández, que interpreta a Mapache, luchó como oficial en el ejército de Huerta, aunque en 1923 en una rebelión iniciada por Huerta y no la revolución 1916 de película.
Huerta fue finalmente derrotado, y Fernández fue capturado, juzgado por traición y condenado a 20 años de prisión. Se escapó y huyó a Los Ángeles, donde encontró su camino en la industria del cine y comenzó una amistad de por vida con el director John Ford.
Después de su regreso a México, se convirtió en un actor y director y es conocido como uno de los más grandes cineastas de la historia del cine mexicano.
La imagen del escorpión enredado en el hormiguero fue sugerida por Emilio Fernández porque él y sus amigos solían hacer eso cuando eran niños. La imagen no estaba en el guión original.
Ernest Borgnine cuando cojeaba no estaba actuando.
Se rompió el pie durante el rodaje de El reparto (1968) de Gordon Flemyng.
Tuvo que usar un yeso durante todo el rodaje.
Antes de que comenzara el rodaje, William Holden y Sam Peckinpah discutieron sobre el bigote que el personaje de Holden, Pike Bishop, usaría.
Porque a Holden, al parecer, no le gustaba su imagen, pero Peckinpah ganó la discusión.
Holden llevó un bigote falso durante la filmación.
No había suficientes uniformes para toda los dobles y extras en el tiroteo.
Si alguien era filmado recibiendo un disparo, el personal de vestuario reparaba y lavaba su uniforme.
Después era usado por otro actor.
En al peli hay 2.721 tiros, es decir una media de un tiro cada tres segundos.
En el “Tiroteo en el Bloody Porche” hay 325 tiros en cinco minutos, menos de un tiro por segundo.
La última escena que se rodó fue la del puente durante la explosión del Río Nazas (sustituyendo Río Bravo).
Fueron necesarios cinco especialistas, cada uno recibió 2000 dólares, y seis cámaras.
La escena fue filmada en una sola toma.
Una cámara cayó al río y se perdió.
Después de la filmación de la película, fue montada por el productor Phil Feldman (en ausencia de Sam Peckinpah)
Cortando su metraje en unos 20 minutos.
Ninguna de las imágenes eliminadas era violenta.
El montaje de 145 minutos realizado por el director en un relanzamiento en 1994, ha sido el que ha perdurado.
El papel de William Holden fue rechazado por Lee Marvin, Burt Lancaster, James Stewart, Charlton Heston, Gregory Peck, Sterling Hayden, Richard Boone y Robert Mitchum.
Marvin en realidad aceptó el papel, pero se retiró después de que se le ofreció un acuerdo salarial mayor por La leyenda de la ciudad sin nombre (1969).
Esta película es una adaptación de una historia ideada por Roy N. Sickner, actor y especialista de cine.
La peli está montada con 3.643 escenas.
Algunas de ellas son tan pequeñas que no son perceptibles.
Hasta el momento era la peli que constaba de más cortes.
El hijo del director Mateo Peckinpah realiza una pequeña intervención durante el atraco inicial. Es uno de los niños que aparece junto con otro abrazados.
John Wayne se quejó de que la película había destruido el mito del viejo oeste.
En 2007, el American Film Institute la clasificó en el puesto 79 de las mejores películas de todos los tiempos.
Sam Peckinpah declaró que uno de sus objetivos para esta película era dar al público “una idea de lo que es ser abatido a tiros”.
Siete trajes idénticos fueron hechos para el actor principal.
Todos ellos se arruinaron durante la filmación.
El presupuesto pasó de 3,5 a 6 millones de dólares y la programación original se extendió de 70 días a 81.
Durante la proyección en Nueva York, Sam Peckinpah invitó Jay Cocks, de la revista Time, que trajo a su amigo Martin Scorsese.
Se sentaron en una sala de proyección de Warner Bros vacía, con sólo otros dos críticos, Judith Crist y Rex Reed.
En la escena final quedaron impresionados en sus asientos.
Recordó Scorsese:
“Nos quedamos fascinados por ella, era obviamente una obra maestra. Fue cine real, utilizando la película de tal manera que de ninguna otra forma se podría haber hecho”.
Durante la escena inicial del asalto a la oficina de correos, uno de los hombres de a caballo se disparó en la cara.
Se hirió gravemente.
“La Golondrina” es cantada por los campesinos mexicanos.
Es una canción escrita en 1862 por el médico mexicano Narciso Serradell Sevilla (1843 a 1910), quien en ese momento se exilió a Francia debido a la intervención francesa en México.
Esta canción se convirtió en la preferida de los mexicanos en el exilio.
Sam Peckinpah quería hacer algo diferente con el uso de las armas de fuego.
Le dijo a un amigo:
“Si disparo a una pelota de nieve, el agujero de entrada es como diez centavos, pero el de salida es del tamaño de un plato de ensalada. Es esa la violencia que quiero para mi película”.
El rodaje fue sorprendentemente bien.
En los 79 días sólo hubo dos pequeños accidentes.
Ben Johnson se rompió el dedo en la ametralladora y William Holden se quemó el brazo con un detonador estropeado.
Pero el polvo y el calor eran implacables.
De acuerdo con el legendario especialista Joe Canutt, quien también trabajó en Mayor Dundee (1965):
“Estábamos en una zona tan cálida que los cactus se habían secado”.
Sin embargo, Sam Peckinpah insistido en que la película debía ser rodada en México.
En los pases previos de la película las reacciones del público eran a menudo negativas y hostiles.
El ejército de Mapache eran verdaderos soldados mexicanos de un regimiento de caballería estacionado cerca de Parras en el estado de Coahuila, donde la película fue filmada.
Número de muertos: 145 (22 en la tanda de apertura y la friolera de 112 en la batalla culminante).
La música de la película es otra obra maestra, compuesta por Jerry Fielding, el compositor que mejor conectó con Sam Peckinpah.
Fielding empezó a trabajar como arreglista en Hollywood muy joven, con tan solo 18 años.
Era la década de los 40 pero enseguida le cerraron las puertas al ser incluido en la lista negra del senador McCarthy ya que se negó a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas y no regresaría al mundo del cine hasta los años 60.
Jerry Fielding conoció a Sam Peckinpah en 1967 trabajando para “Noon wine” una película rodada para televisión y se hicieron buenos amigos.
Los dos tenían un carácter salvaje bastante parecido y aficiones comunes como el bourbon y las armas de fuego.
Además de “Grupo salvaje” trabajaron juntos en cuatro películas más: “Perros de paja”, “El rey del rodeo”, “Quiero la cabeza de Alfredo García” y “Los aristócratas del crimen”.
No fueron más debido a que Fielding falleció prematuramente en 1980 a los 57 años, víctima de un ataque al corazón.
A pesar de lo bien que se llevaban compositor y director eran famosas sus peleas.
En “Grupo salvaje” hasta en tres ocasiones Peckinpah rechazó las composiciones que el músico había escrito.
Cuentan que Fielding le estampó una silla en la cabeza y el director estuvo a punto de utilizar la pistola que casi siempre llevaba encima.
Afortunadamente lograron ponerse de acuerdo y la partitura que acompaña a la película es magnífica.
El tema principal con su tono trágico y su redoble de tambores de aire militar consigue crear desde los títulos de crédito iniciales una atmósfera tensa que nos anuncia las matanzas a las que vamos a asistir.
Comentarios y opinión:
La violencia coreografiada de esta película y las sucesivas de Sam Peckinpah tiene un tono paradójicamente poético.
Hay un cierto lirismo.
Los personajes van sucios, en la mayoría de los casos son detestables, de una bajeza moral insoportable, pero aún con todo hay un tono épico en los dos personajes principales.
William Holden y Robert Ryan fueron amigos. Un malentendido les hizo enfrentarse y les ha convertido en enemigos.
Los dos se respetan, se temen y en realidad no desean su final. Pero el destino les ha hecho enfrentarse.
Uno de los aspectos más inquietantes de la peli es la constante presencia de niños como testigos atónitos de los tiroteos y como verdugos crueles al principio de la peli.
La imagen de los infantes disfrutando al ver como un alacrán es destruido por un montón de hormigas es escalofriante y curiosamente es una de la imágenes más truculentas de la peli.
La sucesión de tiroteos, de escenas de acción, hacen que la peli se disfrute con atención e interés.
La historia avanza de manera trepidante y no da respiro.
Siempre se ha dicho que Peckinpah renovó el género. Yo creo que le dio una vuelta de tuerca más.
Conservó elementos básicos (la épica, el lirismo), pero introdujo la violencia descarnada, la suciedad física y moral.
Como en todas las pelis de este director sus rodajes resultaban truculentos y están repletos de anécdotas:
Varias escenas importantes quedaron sin rodar, como la masacre inicial de la peli que se presenta como una elipsis.
Charlton Heston ofreció donar a su sueldo si los productores accedían a filmarla, pero el presupuesto ya se había sobrepasado y decidieron no ceder.
Charlton Heston se llevaba muy mal con Richard Harris, lo que no impedía que se quedaran bebiendo hasta las tantas y el primero llegara tarde en varias ocasiones al rodaje.
Sam Peckinpah se mostró muy desagradable durante el rodaje.
Charlton Heston, en una ocasión, llegó a amenazarle con un sable.
El actor declaró que fue la única vez que un director le hizo perder los nervios.
El papel de James Coburn estaba pensado en un principio para Lee Marvin, preferido por Peckinpah, pero pidió mucho dinero.
Después del estreno y el éxito de Grupo salvaje, la productora ofreció a Peckinpah rodar las escenas que faltaban para montar la peli de nuevo, el director lo rehusó tajantemente.
La idea original era rodar una peli sobre el General Custer que fue derrotado y muerto por los indios en la batalla de Little Big Horn, pero las aventuras del Mayor Dundee eran parecidas y más desconocidas, por eso prefirió rodar esta peli.
El presupuesto inicial era de 4.500.000 dólares y programada para 75 días de rodaje.
Pero los días previos hubo cambios en la dirección de la Columbia y se redujo el presupuesto a 1,5 millones de dólares y solo 15 días de rodaje.
Todos podemos imaginar la reacción del irascible Peckinpah.
El guión se escribió pensando en John Ford, pero estaba dirigiendo El Gran Combate y no estaba interesado.
Charlton Heston apoyó al director e impidió que fuera despedido por la Columbia.
Mayor Dundee es un western fronterizo donde hay soldados yanquis, confederados, indios y tropas francesas.
El mayor problema del resultado final es que los productores cambiaron el montaje e impidieron que Peckinpah terminara su película.
En consecuencia el producto final es bastante digno, pero tal vez en manos de Sam hubiera sido una obra maestra. Eso nunca lo sabremos.
Hay un aroma a clásico en la película, pero también hay elementos innovadores en la estructura del western.
Eran tiempos de cambio en la sociedad norteamericana y también en el cine del oeste.
A mí me ha gustado especialmente lo bien rodadas que están las escenas de acción y algún homenaje al cine del gran Ford.
Peckinpah escribió el guión y comenzó a rodar la peli.
Sus habituales conflictos con los productores provocaron que fuera sustituido por Arnold Laven en la dirección.
Afirmaba que los protagonistas y Laven habían arruinado su película.
Trata sobre el adiestramiento de unos reclutas destinados para luchar contra los indios.
El ambicioso General Frederick McCabe (Andrew Duggan) pretende honores a costa, incluso, de sacrificar a sus hombres.
Hay un enfrentamiento muy masculino, muy testosterónico entre el Capitán Demas Harrod (Tom Tryon) y el explorador Sol Rogers (Harve Presnell) por la bella Lou Woddard. Los dos pretendientes y oponentes terminan siendo grandes amigos, como era de esperar.
Hay patriotismo y compañerismo cuartelero. Peleas a lo antiguo Oeste. Disciplina militar. Un jovencísimo James Caan, que interpreta la parte más cómica del relato.
Destaco la batalla, muy bien rodada, con bastante realismo y la crítica al general trepa que recibe apoyo de la arpía de su esposa.
Los indios siguen siendo el mal, un enemigo sin rostro, aunque hay una leve crítica a la campaña militar que se desencadena, que parece desprovista de honor.
De la primera, Compañeros mortales, siempre renegó, incluso llegó a prohibir a sus amigos que la vieran.
En Duelo en la alta sierra compone un western crepuscular.
En tan solo 29 días de rodaje y con un presupuesto mínimo consiguió hacer la peli que quería.
Llegó a las manos con el productor en un par de ocasiones.
Usó las velas de Rebelión a bordo para hacer las tiendas de campaña de la estación minera.
Utilizó los decorados de La conquista del Oeste.
Fue la última película de Randolph Scott, que quedó muy satisfecho con su interpretación y con la peli y decidió que era su final perfecto.
Peckinpah aisló a los actores que interpretaban a los hermanos Hammond para fomentar su amistad y distanciarlos del resto del reparto.
Abroncaba con frecuencia a Ron Starr, que interpretaba a Heck Longtree, para aumentar su inseguridad, pero el joven actor lo aceptaba resignado.
Joel McCrea representa al hombre honrado. Sabedor que su dignidad no le ha hecho rico y que en eso consiste su único capital. Morirá pobre, pero honrado.
Randolph Scott quiere cobrarse la factura que la vida le debe. Lo que más le va a doler será traicionar a su amigo, a quien respeta y admira.
La joven Mariette Hartley desea huir de su padre que la amordaza, pero descubre que su futura vida de casada no es, precisamente, una maravilla.
Aunque, según Gonzalo Suárez, Sam Peckinpah fue El hombre que mató a John Ford, están claras las influencias de este director.
Hay una contraposición entre los protagonistas, que simbolizan la civilización, y los hermanos Hammond que representan el salvaje Oeste.
El Juez Tolliver, interpretado por Edgar Buchanan es un personaje típicamente fordiano.
Pero los dos ancianos protagonistas, con muchas batallas a sus espaldas, también lo son.
Peckinpah aún no había comenzado a desplegar sus recursos narrativos y estilísticos propios, pero su western era más sucio, más terrible, menos idílico.
Se trata de la única peli de la Segunda Guerra Mundial que realizó Sam Peckinpah.
Este director siempre fue maldito y para este proyecto insensato no obtuvo financiación en los U.S.A.
Finalmente fue producida por un productor de cine porno de la Alemania Occidental y rodada en Yugoslavia.
Fiel a su manera de vivir, durante el rodaje se bebía cuatro botellas de whisky o vodka y solo dormía tres o cuatro horas.
Cuando se acabó el presupuesto James Coburn improvisó el final.
La recordaba vagamente porque hacía muchos años que la la había visto.
Me impresionó la primera y ahora también.
Orson Welles siempre sostuvo que era una de las mejores pelis de guerra y posiblemente tenga razón.
Se nos presenta a los alemanes en el frente ruso sabedores de que estaban destinados a la derrota.
Un ejército cansado, sucio, desanimado, que luchaba más por su supervivencia personal que por el triunfo de la Alemania nazi.
Dos personajes contrapuestos. El sargento interpretado por el gran James Coburn, que es eficaz en la lucha pero indisciplinado y contestón.
Por otro, el capitán Stransky, interpretado por Maximilian Schell, obsesionado por ganar la Cruz de Hierro que el sargento ya posee. Es un oficial de linaje militar, un aristócrata que quiere prestigio, aunque tenga que mentir para obtenerlo. No posee honor en contraposición con el sargento que respeta su ética personal.
James Mason es el coronel Brandt, militar profesional que respeta la valía del sargento Steiner.
La visión de la guerra es antiheroíca y antipatriótica y el punto de vista alemán es sumamente original, ya que esta guerra siempre se ha tratado desde el punto de vista de los vencedores.
Hay muy buenos momentos de acción, pero lo mejor sin duda son los personajes y el duelo moral entre ellos.
Seguiré viendo pelis de este magistral alcohólico.
Se trata de una de las primeras pelis de David Samuel Peckinpah (Fresno, California, 21 de febrero de 1925 – Inglewood, California, 28 de diciembre de 1984).
Compañeros mortales es un western que tiene solo parte de las características de su autor.
Al ver esta peli no podemos encontrar las marcas que el californiano imprimía en sus pelis. No hay violencia desmedida, ni cámaras lentas…
Pero sí se puede encontrar la épica de lo crepuscular.
Brian Keith interpreta a ese veterano de la Guerra Civil Americana, combatiente con la unión que herido y casi inválido para su profesión de pistolero, es movido solo por la venganza.
Maureen O’Hara una viuda luchadora que al perder a su hijo tiene la insensata y romántica idea de enterrarlo con su padre.
El viaje que los dos marginados sociales es, como siempre, un trayecto lleno de peligros y de transformación personal, donde al final pueden encontrar un mínimo de felicidad.
A pesar de un montaje chapucero y de algunas escenas mal resueltas, el estudio de los personajes salva la peli.
Hay que dejar claro que el montaje final se debe a los productores. Peckinpah mantuvo durante toda su vida una, digamos, difícil relación con los productores, siendo sus discusiones legendarias.
Ya se vislumbran algunos de los elementos característicos de este cineasta, al que pienso dedicar un ciclo.
Es la segunda peli como director de James DeMonaco, con mucha experiencia en series para televisión.
En 2022 los USA viven en una situación de prosperidad gracias a que una vez al año, durante 12 horas por la noche, los asesinatos quedan impunes, es la noche de la Purga.
Ethan Hawke se ha hecho rico vendiendo sistemas de seguridad para la nochecita en cuestión, es un claro partidario del evento (por el interés te quiero Andrés).
Las imágenes con las que empieza la peli de tiroteos y asesinatos con cámaras de seguridad me resultaron francamente impactantes. La historia me atrapó hasta el final.
The Purge funciona bien como peli de terror aunque detrás de esta apariencia hay mucho calado moral.
La dirección es efectista con adecuados recursos narrativos.
Una noche que puede ser empleada para cometer crímenes y esto sirva de catarsis para un país resulta imposible pero cuando se refiere a los Estados Unidos de América te lo puedes creer. Imaginemos que los miles de muertes violentas anuales se produjeran en una sola noche y se usaran los millones de armas que acaparan los norteamericanos. La historia de este país está cimentada en la violencia (de éste y posiblemente de cualquier otro).
En la peli se plantea el asesinato por diversión pero también por envidia. No hay nada que despierte peores sentimientos que la prosperidad de un vecino.