Una directora belga que estudió previamente medicina rueda este corto de 27 minutos en flamenco.
Una señora entrada en años tiene un muermo de marido. Se siente sola.
Un joven no soporta a su irascible madre que se está divorciando. Se siente solo.
Los dos se encuentran por avatares del destino y se pueden hacer compañía.
Además comparten la aversión a las motos.
Aunque hay momentos muy vistos y tópicos, como el bañito a la luz de la luna, me gusta la idea de la amistad, o incluso algo más, entre dos personas que se llevan 50 años, pero que pueden compenetrarse.
Es un corto, pero la historia tiene vocación de largo. Su directora acierta condensándola.
GUIÓN: Luis Manso, Javier Fesser, Guillermo Fesser
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: Álex Catalán
DIRECTOR DE ARTE: Juan Carlos Ulecia
MONTAJE: Javier Fesser
SONIDO: Daniel Peña
INTÉRPRETES: Anni Pitágoras, Gisela Terán Vázquez, Alidel Cavanillas
Javier Fesser se mueve entre la ficción y el documental para componer una pieza divertida y entrañable.
La revolución que supone la llegada de internet a la escuela de un lugar perdido en los Andes.
Visto desde los ojos de una niña vital y espabilada, trabajadora e inteligente.
La visión de sus compañeros y de sus padres es muy divertida, irónica, pero amable y tierna.
Hay un homenaje a la vida sencilla, pero dura, del campo y también al ansia de conocimiento y lo que supone la llegada de la red de redes para saciar esa necesidad.
En Perú cuando un niño entra en internet busca astronauta u ordeño de vacas.
En el primer mundo seguramente escribirá clítoris y foll…
PRODUCTORA: Daniel Burgui Iguzkiza, Andrés Salaberri Pueyo
PRODUCTOR EJECUTIVO: Daniel Burgui Iguzkiza, Andrés Salaberri Pueyo
GUIÓN: Daniel Burgui Iguzkiza
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: Andrés Salaberri Pueyo
MONTAJE: Andrés Salaberri Pueyo
SONIDO: Danel Ciaurriz
MÚSICA: Javier Fernández, Igor Saenz
El Tifón Yolanda, además de causar un desastre ingente, arrastró un carguero al interior de la tierra y quedó en medio de un barrio en la localidad de Taclobán en Filipinas.
La imagen del barco asentado en medio de las casas derruidas en tan asombrosa como terrible.
El testimonio trágico de los afectados se combina con imágenes de niños y adultos que luchan por la supervivencia. Hay un paradójico fondo de optimismo.
En el barco habitan tres marineros que vegetan a la espera de conocer su futuro y el de su kafkiana residencia.
Asombroso, relleno de fotogramas que respiran verdad y testimonio.
Los testimonios de madres y padres de niños con dependencia conforman este emotivo documental.
Rodado en Guadalajara, algunas de las familias protagonistas asistieron a la proyección.
Realizado con sencillez, con naturalismo, refleja perfectamente el drama de unas familias que se ven despojadas de la colaboración que el Estado les debía prestar.
Testimonios sinceros y desgarradores de cómo la crisis y los recortes se han cebado con los más débiles y necesitados.
A mí me ha emocionado.
De obligado visionado a los políticos responsables.
Corto de ficción de 16 minutos, ganador del Primer Premio “Ciudad del Alcalá”.
En un magnífico blanco y negro.
Basado en una conversación real oída por Pablo Remón, el director, en un bar. La ha recreado con Julián Villagrán y Luis Bermejo.
Dos directivos de bancos, vendedores de preferentes conversan a mitad de mañana. El cargo superior está padeciendo un escrache. Entre los manifestantes ha encontrado ” la mujer de su vida”.
Lo que parecía ser un drama se va convirtiendo a lo largo del metraje en una comedia descacharrante por lo absurdo del planteamiento.
Los dos actores aguantan bien una cámara pegada a sus rostros.
Impresionante la labor de Luis Bermejo. Desde este momento cuenta con mi absoluta admiración. ¡Qué pedazo de actor!
Alguien me dice: “luego en la sala del Buero Vallejo parecen menos“. Refiriéndose al público.
Llenar su aforo de 998 butacas, tiene su dificultad.
En la sala me encuentro con Inés y sus dos niños, con Elia, Carlos, Mari-Asún…
El orfeón Joaquín Turina interpreta tres temas musicales de películas (Los Simpsons, La caza del Octubre Rojo y Shrek Tercero).
Estupendos los tres, pero especialmente el último. Aplaudo a rabiar.
Los chicos y chicas de Asociación Down Guadalajara ejercieron de presentadores de la gala, junto con Montse de la Cal.
La voz de Carlos Bernal volvió a resonar en el Buero, mientras un montaje fotográfico recordaba su trayectoria personal y profesional.
Los actores Poli Calle y Montse de la Cal recitaron algunos versos del desaparecido actor y poeta.
El FESCIGU rindió un merecido homenaje a uno de sus colaboradores más ilustres.
Después del pase de los cortos de la Sección Oficial se celebró un coloquio moderado por Andrés Aberasturi.
Este coloquio sobre ‘Cine y discapacidad‘, en el que participaron Pedro Solís García, Luis Alberto Jiménez Acevedo, Gábor Bene y Amelia Fernández Rousselot.
Solís, el director más premiado de la historia del cine (su corto Cuerdas ya lleva más de 150 premios) ya es suficientemente conocido.
Del director de fotografía húnaro Gábor Bene invidente por glaucoma vi hace unos meses un magnífico documental (Gabor – 2013 – Sebastián Alfie).
Se suponía que la película iba a ser dirigida por Peter Bogdanovich y su protagonista femenina sería Cybill Shepherd, su novia en ese momento.
Cuando Shepherd fue reemplazada por Ali MacGraw, Bogdanovich abandonó el proyecto y fue sustituido por Sam Peckinpah.
MacGraw luego se enamoró de su compañero de reparto (Steve McQueen) y rompió con su marido, Robert Evans ejecutivo de la Paramount.
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Hay una escena donde Steve McQueen y Ali MacGraw están de pie fuera del coche y McQueen de repente la abofetea.
El tortazo no estaba en el guión, como se puede ver por la reacción de sorpresa de McGraw.
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Para esta película, Ali MacGraw aprendió a disparar armas de fuego y a conducir coches.
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Steve McQueen usa una pistola semiautomática, concretamente un Colt M1911A1.
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Sam Peckinpah inicialmente quería a Jack Palance para el papel de Rudy Butler, pero no podía permitirse el lujo de su salario.
La banda sonora original de la película fue compuesta por Jerry Fielding, frecuente colaborador de Peckinpah, pero fue reemplazada por una banda sonora de jazz ligero compuesta por Quincy Jones, poco antes del lanzamiento de la película por la insistencia de Steve McQueen.
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El escritor Jim Thompson fue contratado en un principio para adaptar su propia novela para la película.
Thompson trabajó en el guión cuatro meses y redactó un primer borrador.
El guión de Thompson incluyó el final surrealista original de la novela.
Steve McQueen opinaba que era demasiado deprimente, por lo que Thompson fue reemplazado por el guionista Walter Hill.
W. Dee Kutach, el presidente de la junta de libertad condicional de prisión de Texas que niega a Doc McCoy (Steve McQueen) su libertad en los primeros minutos de la película, es en realidad un funcionario de la prisión en el momento en el que se rodó la película.
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Se usaron coches reales de la policía.
Se puede ver vehículos de los departamentos de Policía de San Marcos y de Blanca Sierra.
Sam Peckinpah vuelve a realizar un hermoso relato sobre la épica de los perdedores.
Junior Bonner es el título original de la peli y también el personaje protagonista que encarna Steve McQueen.
Vuelve a su pueblo, en Arizona para participar en el rodeo anual.
Su padre ha malgastado el dinero de su malvendida casa. Quiere competir una vez más con él en el ordeñado de vacas salvajes.
Se reencuentra con su madre, con su hermano que está ganado una pasta con la venta de caravanas.
Hay un relato muy ilustrativo de cómo son los rodeos y el ambiente que los rodea.
Todos los personajes son estupendos.
Hay una mezcla continua de drama y comedia con un tono desenfadado a pesar que las cosas que se cuentan son de lo más serias.
Ida Lupino (la madre de Junior en la peli) contrató a Sam Peckinpah para trabajar en su serie Mr. Adams y Eva (1957) después que ella lo encontrara viviendo en una choza detrás de su propiedad.
Él le devolvió el favor contratándola en esta película algunos años más tarde.
No puedo evitar que ciertas escenas de la filmografía de Peckinpah me recuerden al maestro Ford.
La pelea en el bar abarrotado es típicamente fordiana, con momentos hilarantes.
Steve McQueen domina la película. Es el gran protagonista. Tal vez no fuera un gran actor, pero su carisma es inconmensurable.
Es un tipo duro, un solitario, fracasado que hace de su vida, posiblemente anodina, un camino épico impregnado de dignidad.
Una excelente peli.
No todas las pelis de Sam son violentas. Éste es un buen ejemplo.
Señalar el minutaje es complicado por las varias versiones que existen. En la que yo tengo, que creo es la más completa, se extiende del minuto 61 y 38 al 70 y 26 segundos.
Os la resumo:
Michael Corleone llega, a ver a su padre (Don Vito) herido, al hospital.
Se da cuenta desde el principio que algo no va bien.
No hay nadie custodiando a su padre.
Llama a Sonny.
Traslada a otra habitación su cama.
Llega Enzo el pastelero que se brinda a ayudarle. Mencionado en el inicio de la peli cuando su futuro suegro pide ayuda al Padrino.
Los dos esperan en la puerta.
Cuando llega un coche negro con cuatro sicarios, su presencia les disuade.
Enzo temblando no se puede encender un cigarrillo.
Michael (Al Pacino) se da cuenta que mantiene el pulso firme. Durante unas décimas de segundo mira su mano con el mechero del pastelero.
Ese momento es trascendental en la historia.
Descubre que su destino es proteger a su familia, como acaba decirle a su padre que confía en él.
Es consciente que sirve para ello. Es un elegido.
El uso de la música, de los elementos sonoros y de la fotografía es impresionante.
Se crea una tensión que va in crescendo.
Finalmente sabe plantarle cara al Capitán McCluskey que se sabe derrotado.
Esta escena que posiblemente no sea de las más celebradas por los fans es fundamental para comprender la transformación de Michael, del muchacho que no es como su familia al hombre (el nuevo Padrino) que guiará sus destinos.
A Dustin Hoffman no le gustaban las películas violentas.
Admitió que sólo aceptó el papel por el dinero.
McKenna, que interpreta el mayor John Scott, lleva el brazo en cabestrillo.
No estaba en el guión.
McKenna se lo había roto en una fiesta salvaje con un par de prostitutas, organizada por el director Sam Peckinpah.
Antes de comenzar el rodaje, Sam Peckinpah obligó a Dustin Hoffman y Susan George a vivir juntos durante dos semanas, con el guionista David Zelag Goodman en la caravana.
El futuro de la película se puso en peligro cuando el director Sam Peckinpah enfermó por neumonía después de una sesión alcohólica toda la noche con Ken Hutchison.
Después de haberse recuperado en una clínica de Londres, Peckinpah prometió que iba a permanecer sobrio.
Por supuesto no lo cumplió.
Cuando el reverendo Barney Hood y su esposa visitan a David y Amy Sumner para invitarlos a la fiesta social de la iglesia, Barney y David discuten sobre ciencia y religión.
David hace una cita:
– “Nunca ha habido un reino dado a tanto derramamiento de sangre como el de Cristo“.
Barney reconoce la cita de Montesquieu.
Este autor fue un filósofo social francés que vivió de 1689 a 1755.
Se le atribuye el concepto de separación de poderes que se incorporó a la Constitución de Estados Unidos.
El título proviene del filósofo chino Lao-Tsé, quien escribió:
“El cielo y la tierra no son humanos, y consideran a la gente como perros de paja“.
Perros de paja fueron utilizados como objetos de culto de sacrificios religiosos en la antigua China.
Entre los actores considerados inicialmente para el papel de David Sumner fueron Donald Sutherland, Jack Nicholson y Sidney Poitier.
Actrices originalmente considerados para el papel de Amy eran Diana Rigg, Charlotte Rampling y Helen Mirren.
Según Garner Simmons en su libro “Peckinpah: Un Retrato En Montage“, el director de fotografía inicial de Perros de paja era Bryan Probyn, que abandonó el proyecto por diferencias creativas que implicaban la iluminación de una secuencia.
Entonces Arthur Ibbetson fue elegido, pero poco después se fue por “motivos religiosos”.
La siguiente elección fue John Coquillon, que había servido como director de fotografía en películas de terror británicas de bajo presupuesto.
Coquillon más tarde servirá como director de fotografía en tres películas más de Peckinpah: Pat Garrett y Billy the Kid (1973), La Cruz de Hierro (1977), y Clave Omega (1983)
Debido a la explicitud de la violencia y las dos violaciones brutales, la Junta Británica de Censores de Cine (BBFC) prohibió la película.
Cuando Sam Peckinpah estaba planeando la escena en que Amy es violada dos veces, él no avisó a Susan George cómo iba a rodar la escena.
Ella le presionó. Finalmente le dijo sin rodeos que Amy primero sería violada y luego sodomizada.
Ella se negó a participar en los planes de Peckinpah para la representación explícita de esto y amenazó con renunciar.
Finalmente cedió, permitiendo que la cámara, para representar el trauma de Amy, se concentrara en los ojos y la cara, en lugar en todo su cuerpo.
Comentarios de Ramón:
Desde que la vi me resultó de lo más turbadora.
Cuando se estrenó tenía 13 años y como es lógico me quedé con las ganas.
Lustros después en los 80, la vi en la tele.
Desde entonces sus imágenes no me han dejado de perseguir.
La he visto varias veces más y me ha seguido perjudicando.
Hubiera querido verla en más ocasiones, pero su visionado me produce un cierto remordimiento.
Tengo una sensación desasosegante al contemplar las escenas de las violaciones y los asesinatos. Algo me hace sentir culpable al ser consciente que esas imágenes me fascinan.
Por eso la he evitado.
Ahora este ciclo de Peckinpah me permite tener una buena excusa.
Desde el principio resulta turbadora con esos niños jugando en el cementerio, que está situado en el centro del pueblo.
En muchas de las pelis de Sam hay infantes ocupando un papel secundario, pero que en absoluto pasan desapercibidos.
Hay una contraposición entre los garrulos vagos y maleducados del pueblo y el profesor civilizado y culto.
Entre ellos hay desprecio y en cierto modo envidia.
Ninguno de los personajes cae simpático.
Los paletos por motivos obvios.
La esposa, AmySumner, mantiene una actitud provocadora hacia sus acosadores y, a veces, hostil hacia su esposo.
En la trama hay también el trasfondo de la crisis de la pareja, con continuos reproches.
Cuando vemos a David Sumner, interpretado por Dustin Hoffman, no podemos evitar el recuerdo de El Graduado.
Su manera de ser tampoco nos resulta atrayente. Es un pusilánime que, incluso, hace la pelota a los adversarios.
Solo al final se redime al defender con todo al minusválido Henry Niles, interpretado por David Warner, que no aparecía en los créditos de la peli.
Entre los habitantes del pueblo británico hay una bajeza moral que lo impregna todo.
La adolescente seductora que genera el caos.
El hermano del deficiente que le golpea en público.
El Reverendo que recoge con rapidez las cinco libras que le ofrecen.
No hablemos del grupo de garrulos, que acumulan un montón de cualidades: insolentes, borrachos, lascivos, sucios, vagos, torpes…
El final nos ofrece cierto consuelo al contemplar el triunfo del hombre débil ante esa jauría de lobos asesinos y violadores.
Se evita un linchamiento y eso nos da satisfacción.
Pero el cabrón de Peckinpah nos está tendiendo una trampa.
El triunfo es también el de la violencia aunque la ejerza el “bueno”.
No vence la justicia, vence la fuerza guiada por la astucia y la suerte.
Por eso tal vez, siempre me ha dejado malestar esta peli.
En los años sesenta los soviéticos infiltraron parejas en la sociedad norteamericana.
Vivían, trabajaban, tenían hijos, compraban casas… como americanos, pero espiaban para el KGB.
Elizabeth y Philip Jennings, son buenos patriotas rusos. Desde niños fueron adiestrados para hacer una labor de espionaje.
La trama se desarrolla en los años ochenta cuando Ronald Reagan en el poder calentaba la Guerra Fría con la Guerra de las Galaxias y los escudos antimisiles.
La historia va salpicada de flashbacks que nos explican las relaciones y el pasado de estos dos agentes.
La narración es propia de una peli de espías, con ese aire añejo de la época.
Pero es también la historia de una familia, con los conflictos y las vicisitudes habituales.
Hay acción, asesinatos, sexo, tensión, intriga y magníficos personajes.
Destaco a Claudia, interpretada por Margo Martindale, que está perfecta en su papel de contacto, de la que nadie sospecharía, despiadada y cruel.
Por la mañana veo en casa El corredor del laberinto de 2014 y por la tarde acudo a los Multicines Guadalajara a ver este estreno.
Se nos presenta un mundo distópico postapocalíptico.
Es una continuación de la primera, como si de una sola peli se tratara.
Lo cierto es que su desarrollo no resulta predecible, que ya es mucho decir.
Los muchachos protagonistas no son superhéroes, cuestión que agradezco.
Aidan (Meñique) Gillen y Patricia Clarkson hacen muy bien de malos y manipuladores.
Las incógnitas de la primera se van despejando, aunque para mí siguen quedando muchos cabos sueltos.
El protagonista Dylan O’Brien me sigue cayendo gordo.
Esos paisajes de ciudades en ruinas me han resultado muy seductores.
Los infectados zombis dan bastante grima y miedo, pero solo aparecen cuando son convenientes para la trama, sin una coherencia argumental. Son como un truco que se saca de la manga para aumentar la acción.
La presencia zombis en una peli para público adolescente parece imprescindible.
Hay alguna elipsis no bien explicada.
A pesar de sus fallos a mí me ha gustado.
En el cine abundan chicas preadolescentes y sus comentarios a la salida también eran favorables.