Otras solo sé el título y me dejo llevar para que la sorpresa sea total, desconociendo todo de ella. Éste es el caso.
La peli comienza como una comedia romántica, chico conoce chica…
Pero desde el principio el director sabe introducir en sus fotogramas elementos turbadores, no claramente identificables, que permiten presagiar que algo malo va a ocurrir.
Esta chica viajera solitaria pasa de ser novia-amante a secuestrada.
El espectador y ella se van dando cuenta gradualmente de la situación.
Se mantiene en esa relación una cierta ambigüedad en donde reside el máximo atractivo de la trama.
La fotografía es gris, triste, deprimente, como la película.
Estamos ante un producto artesano con vocación minoritaria.
A mí me ha gustado levemente.
Como ves no demuestro ni el más mínimo entusiasmo.
Como de cualquier película se puede hablar de lo qué dice y de cómo lo dice.
Primero de lo segundo.
La habilidad y el manejo de la técnica cinematográfica en Mel Gibson son innegables.
Construye una película con un montaje portentoso y, lo que es más difícil, invisible.
Un manejo de la cámara y del tempo cinematográfico impecables.
Sabiendo combinar escenas de acción con momentos de reflexión, sin apabullar ni aburrir al espectador.
Con un color perfecto. Una fotografía de Simon Duggan inmejorable, dando realismo al relato, pero con la plasticidad perfecta para que nos podamos sumergir en él.
En el cómo lo dice le ponemos un diez a Gibson.
Hablemos de lo qué dice.
La historia del primer objetor de conciencia condecorado en los USA.
Un muchacho con unos fuertes principios morales, atormentado por la culpa, la suya y la de su violento padre.
Capaz de sufrir lo indecible por mantener su ética personal.
Un hombre íntegro que realiza su labor, más allá de lo que el deber le puede indicar.
El bueno de Mel compone un drama bélico antibelicista, profundamente pacifista.
Para eso nos muestra sin tapujos la crueldad de la guerra.
Además de la historia bélica y del dilema moral, nos cuenta una historia romántica entre un paleto y una enfermera, con sensibilidad y elegancia, sin sensiblería.
Pero Hasta el último hombre es una película religiosa que habla de la culpa, del pecado y de la redención.
Redención que, tal vez necesite, con una vida llena de excesos, incluyendo la violencia.
Por eso su aspecto religioso cobra un valor especial, trascendiendo la historia alcanza a su autor.
Los personajes están bien construidos con su propia lógica personal.
Andrew Garfield está estupendo y su pareja, la bella Teresa Palmer no desmerece.
Magnífico el sargento interpretado por Vince Vaughn, un homenaje a tantas películas que han usado a personajes similares (La chaqueta metálica, Oficial y caballero…).
En lo qué dice le tenemos que dar otra buena nota.
Gibson ha hecho una muy buena película, una de las mejores producciones de este año, sin duda, que debería ser recompensada en los Oscars.
Enlaza con otra de las buenas pelis norteamericanas de esta temporada.
Ya sé que es un chiste malo, pero no puedo evitarlo:
El cine de zombis está más vivo que nunca.
Seguiré con un topicazo:
Hemos visto recientemente amoríos entre personas y vampiros o extraterrestres y ahora le tocaba a los zombis.
Perdón.
El comienzo de la peli es prometedor. Un zombi llamado Erre reflexiona, por medio del recurso narrativo de la voz en off, sobre su existencia en unas secuencias muy conseguidas y con un gran sentido del humor.
Pero el avance de la peli desvanece mis esperanzas y conforme prosigue se convierte en una historieta de amoríos ñoña y previsible… El amor puede con todo incluso resucita a los muertos.
Lo peor es que el tono de comedia inicial se pierde para incluso ponerse trascendente y caer en el ridículo.
Los actores necesitan mejorar.
John Malkovich se ha convertido en una especie de caricatura de sí mismo y ¿defiende? su papel con nula convicción.
Para salvar esta peli se podría hacer un corto con los primeros 15 minutos y el resto incinerarlo y meterlo en un contenedor hermético y enterrarlo en la fosa atlántica.
Es la típica película pensada para un público juvenil. A lo de juvenil podría añadir calificativos como retrasado o como dicen en la Alcarria un poco falto, pero me voy a contener y no los añado.
Un chico guapete que es extraterrestre pero con poderes huye de otros extraterrestres que son tan malos y feos que dan risa. El guapete se enamora de un terrícola y al final pelea con los feos y malos y aparece otra extraterreste guapetona y los ganan. Gran parte se desarrolla en un Instituto con abusones y eso.
Donde pongo extratrrestre pon vampiro y te acabo de contar el rollo de Crepúsculo, esa saga juvenil para adolescentes mojigatos.
A veces en una peli mala se puede destacar la interpretación pues éste no es el caso. El protagonista solo sabe poner una cara, la de tonto.
Está visto que los magnates del cine si ven que una fórmula funciona la repiten hasta el hastío.
Lo peor de todo es que parece que es el piloto de una saga. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Horror!!!!!!!!!!!