Si veo en el cartel de una peli los nombres de Michael Caine y Morgan Freeman supongo que es una buena peli. Cualquier cosa en la que intervengan estos dos veteranos se espera que tenga calidad.
Ahora me ves es una peli hecha como una receta de cocina. Metes en una cazuela grande actores solventes de reconocido prestigio, otros más jóvenes de moda, una chica con minifalda, un romance entre un americano y una francesita, alguna peleíta, una persecución en coche, y (el secreto de esta receta para hacerla diferente) una trama de magia con prestidigitadores justicieros de por medio. Seis semanas de rodaje con muchos efectos especiales y una cámara ágil. Y ya está: peli rematada.
Había visto el trailer y me había seducido. Tal vez las piernas de Isla Fisher.
La presentación de los personajes es simplista pero efectista y el discurrir es un absurdo total desquiciante por su inverosimilitud por su falta de coherencia.
Pensé: Esto es cuestión de dejarse llevar y no plantearse demasiadas cuestiones básicas. Intentar disfrutar.
Pero me resultó imposible. El guión ofende la inteligencia. Solo la abstracción absoluta del sentido común y de la lógica pueden hacer digerible este plato.
La química entre Mark Ruffalo y la parisina Mélanie Laurent no es nula es negativa y hacen ese romance emético.
La sorpresa final (que yo esperaba) es tan descacharrante como absurda. Volví a pensar: ¿Se están burlando del espectador? ¿Me están tomando el pelo?
Solo el vil metal ha podido convencer a los actores en intervenir en un proyecto así.
Es insultante como Hollywood pretende colocar este engendro a los espectadores de todo el mundo, suponiendo que se van a tragar cualquier cosa.
De hecho una vez terminada la peli, se re-escribió parte del guión y se volvieron a rodar nuevas escenas. Por lo que el presupuesto se disparó a 140 millones de dólares.
Todo está pensado a mayor gloria de su protagonista. ¡Es que es ideal de la muerte!
Padre ejemplar que prepara tortitas a sus hijas y las lleva al cole en coche. Que dejó su trabajo como investigador de la ONU para pasar más tiempo con su familia. Y cuando se desata una epidemia zombi… ¿quién puede salvar al mundo? Pues solo él (mejor dicho Él).
Podéis pensar que le tengo envidia porque es guapo y rico y yo feo y no rico. Pues efectivamente, le tengo mucha envidia.
A mí siempre me hubiera gustado ser guapo, ser como Pitt hubiera sido la caña. Él tiene 50 años y está en forma, estupendo. Yo con unos años más estoy hecho una carracla. Medimos más o menos lo mismo. Pero solo nos parecemos en la talla. En lo único que le mejoro es en la familia, es que la mía es estupenda.
Esta peli reúne todas las convenciones del género zombi. Pero aquí corren que se las pelan y son super-agresivos. Pero son tratados, la mayor parte del metraje, con un ente único, no como individuos cada uno peligroso por sí mismo.
Lo mejor, sin duda, son las escenas de zombis que me pusieron los pelos de punta, pero más como peli de acción que de terror.
Pitt en las entrevistas dice que es un hombre normal y no un superhéroe y eso es falso. Se clava un objeto metálico en el abdomen que le atraviesa saliendo por la zona lumbar. Lo deben de operar, eso no queda claro, y a los tres días (no es guasa) recobra el conocimiento y no llevaba ni un triste gotero. Se levanta y a matar zombis como un campeón.
El guión de la pandemia está bien pero la parte del protagonista es increíble de todo punto.
Brad nos guía por el mundo en una especie de turismo zombi, que me recordó los cambios de escenarios del agente 007.
Posiblemente sea el bombazo del verano como anunció su productor pero solo es un producto comercial para lucimiento de Él.
Me olvidaba: el 3D innecesario, francamente molesto, solo sirve para confundir.
Esta vez el gran Wilderarremete contra los periodistas y los políticos. Realiza una sátira social cruel (pero, tal vez, merecida) a “los caballeros de la prensa”.
Los diálogos son como una ametralladora rápidos y certeros.
En ciertos momentos se abandona el tono realista para caer en el esperpento.
Yo no puedo evitar partirme de risa. La considero la comedia perfecta con grandes personajes muy bien interpretados, con magníficos secundarios, con un guión excelente, unos diálogos impresionantes y un desarrollo con mucho ritmo.
Luna Nueva es una gran película pero Wilder hace con un guión similar otra cosa tan perfecta como la de 1940 (de la que hablaré próximamente).
El argumento es más o menos: Un grupo de periodistas esperan que se realice el ahorcamiento de un pobre diablo que accidentalmente ha cometido un homicidio. El alcalde y el jefe de policía desean que se celebre la ejecución porque les supondría ganar las elecciones…
Esto es claramente una tragedia de tomo y lomo. Wilder se encarga de darle la vuelta y convertirlo en una comedia, como hace en El apartamento.
Destacar la presencia de una jovencísima Susan Sarandon como novia del periodista Hildy Johnson que le da bien la réplica.
Se cuenta que se conocieron en 1960 en un restaurante. Walter Matthau comía un bocadillo. Jack Lemmon entró en el local y pidió gambas fritas con chocolate helado a lo que el primero le reprochó: “¿Cómo puede pedir una cosa así en un restaurante judío?“. Jack Lemmon sólo contestó: “¡Hola!” Pero fue suficiente para que se hicieran inseparables.
Carol Burnett interpreta un papel muy agradecido, su final es especialmente trágico. Su actuación me parece excepcional.
Una gran película ideal para desternillarse de risa.
Se trata de una peli de ambiente bélico con trama de espionaje y amorío de por medio.
Rodada durante la Segunda Guerra Mundial es claramente una peli de propaganda bélica.
Con los típicos elementos de humor que tanto gustan a Billy Wilder. Esta vez la comicidad recae sobre el general italiano, ninguneado por los alemanes.
Tiene un aire teatral pero esto no lastra la peli que discurre entretenida.
Es curioso como Anne Baxter está mejor cuando hace de mala.
Wilder vuelve a contar con la colaboración del actor y director Erich von Stroheim que interpreta a un soberbio General Rommel.
La escena en la que se reúne con los mandos aliados resulta poco verosímil pero es muy didáctica y explica como Alemania se fue preparando para la guerra durante casi una década.
El primer día que se presentó al rodaje Erich von Stroheim, Wilder acudió a recibirle: “Es un honor tenerle en mi película, siento gran admiración por su trabajo de director. Posiblemente haya sido un hombre adelantado 10 años a su tiempo“. A lo cual respondió lacónicamente: “Veinte“.
El director realizó un plano de espaldas de von Stroheim y comentó: “De pie, con su grueso cuello tieso en un primer plano puede expresar más que muchos actores con su rostro“.
El ejército británico colaboró como asesor en la realización de la peli, aunque los tanques que aparecen son norteamericanos.
Ingrid Bergman fue la primera opción para el papel de Mouche. El ‘The Hollywood Reporter‘ en noviembre de 1942 informó que el magnate y productor David O. Selznickaprobó el préstamo de su estrella Ingrid Bergman a Paramount Studios para esta película. Al final fue Anne Baxter la que interpretó este personaje. Salía más barata.
La película lógicamente no pudo ser rodada en Egipto que estaba en pleno conflicto bélico y se realizó preferentemente en el desierto de Arizona.
Perdición es una de la películas que más fascinación me han causado en mi vida.
Es puro cine negro. Con personajes ambiguos que generan en el espectador sentimientos contradictorios y estimulantes a la vez.
Por un lado deseas que la trama urdida por la pareja de asesinos salga bien, pero por otro tienes ganas que Edward G. Robinson termine de descubrir el pastel.
Es una historia que está cantado que acabará mal porque estos amores arrebatadores producidos por una mujer fatal (una auténtica harpía) no pueden terminar bien.
Wilder sigue el manual de procedimiento del cine negro con un narrador protagonista con un uso dosificado de la voz en off, que en absoluto molesta.
Cuando ves por primera vez a Barbara Stanwyck embutida “castamente” en una toalla que es del tamaño de Asia Central porque le cubre por encima del pecho hasta debajo de las rodillas y después la ves bajar esas escaleras con una pulsera-tobillera comprendes que el vividor Fred MacMurray se vuelva loco de pasión. Yo cuando la vi por primera vez en la tele con catorce o quince años también me volví loco y no paré hasta averiguar cómo se llamaba esa actriz, en aquellos tiempos no había ordenadores y mucho menos internet y conseguir un dato así era muy complicado.
El concepto de mujer fatal me vino más tarde pero cuando lo conocí enseguida pensé en Barbara Stanwyck y para mí el guión resulta perfectamente coherente porque una mujer así puede conseguir cualquier cosa de un hombre por muy curtido que sea. Pero hay que tener claro que eso no le va a dar la felicidad sino que le llevará irremediablemente a la destrucción.
Decir que perdición es para mí una obra maestra resulta una obviedad. Está llena de momentos inconmensurables porque los personajes tienen tanta fuerza y están tan bien interpretados que resulta todo perfecto.
Edward G. Robinson que tantas veces interpretó personajes de gansters aquí es un evaluador de seguros que tiene un enanito metido en el abdomen que le dice si ha habido fraude o no.
Robinson es un vendaval interpretativo, un torrente que llena la pantalla de energía que vomita las frases con ingenio e ironía. Porque otro de los elementos potentes de esta peli son los diálogos dignos de una tesis doctoral.
Billy Wilder escribe el guión basándose en la novela de Raymond Chandler con un resultado milagroso (¿cómo no podía ser de otra manera?). Los dos colaboraron pero se detestaban mutuamente. Chandler presentó una larga lista de quejas. Una de ellas se referiría a que Wilder recibía llamadas de mujeres constantemente que interrumpían el trabajo.
En 1981 Lawrence Kasdan realizó un remake no confeso (Fuego en el cuerpo) que actualizaba la historia a la década de los 80 y que no estaba nada mal.
Barbara Stanwyck fue la primera opción para interpretar a Phyllis Dietrichson, pero estaba muy inquieta al ver que su papel era una asesina despiadada y manipuladora. Cuando expresó su preocupación a Billy Wilder, le espetó: “¿Es usted un ratón o una actriz?”
Entre 1929 y 1949 la Paramount produjo más de 700 películas, ésta es una de ellas.
Billy Wilder nos relata la vida en la Alemania ocupada después de la Segunda Mundial a través de los ojos de Phoebe Frost, una congresista por Iowa de visita en Berlín para valorar la moral de las tropas, interpretada por una magnífica Jean Arthur.
El panorama que se nos presenta de la ciudad de Berlín es desolador con imágenes aéreas de una sucesión interminable de ruinas.
Pero los personajes se desenvuelven en este paisaje de destrucción con soltura en tono de comedia con toques de esperpento, con historia de amor e intriga de por medio.
Esa mezcla de géneros hace de Berlín Occidente una peli muy interesante.
Jean Arthur interpreta un papel de catetilla puritana y su contrapunto lo pone Marlene Dietrich que vuelve a hacer de mujer fatal con pasado nazi.
Wilder comentó sobre estas dos actrices: “Tengo una dama que tiene miedo de mirarse en un espejo y otra que no deja de mirar”.
Berlín Occidente está llena de momentos divertidos con ternura y el tono general es de una cierta ingenuidad que la hacen entrañable.
En la versión doblada al castellano que vi en DVD cuando hablan del estado del medio oeste (Iowa) lo pronuncian “ova“. Me pareció gracioso y le comenté a Elena, dándomelas de listo, que se pronuncia “ayogua“. Pero la congresista Phoebe Frost interpreta la canción de su estado y lo pronuncia: “ayogüey“. En consecuencia ni los dobladores ni yo tenemos idea de inglés.
John Lund es el protagonista masculino, un galán de la época, con su bigotito (ridículo). Tuvo una carrera corta y su peli más conocida es Alta sociedad (1956).
Pero estos dos actores son eclipsados por la presencia magnética de Marlene Dietrich que a pesar de su anterior vida al servicio El Tercer Reich resulta encantadora por su belleza y su presencia y aquí interpreta a una mujer irónica e interesada con un aire cómico que no tiene en otras pelis.
Una peli entretenida que no es una de las obras cumbres de su director.
Wilder vuelve a colaborar con I.A.L. Diamond para realizar el guión de esta obra maestra que retrata las miserias humanas.
Calvin Clifford “Bud” Baxter (Jack Lemmon) lleva una vida miserable al dejar su apartamento para las juergas de sus jefes de una compañía de seguros. Es víctima de su ambición. Desea ascender en su trabajo por este sistema.
Jack Lemmon vuelve a hacer una interpretación prodigiosa y llena de humanidad su personaje.
Wilder vuelve a disfrazar de comedia una tragedia y conmueve y divierte en proporciones perfectas.
Arremete contra la hipocresía de la burguesía. Esos hombres de negocios, pilares de la sociedad capitalista, que se corren unas juergas estupendas con unas querindongas y no son capaces de gastarse la pasta en un motel y prefieren usar el apartamento de un subalterno.
Hay momentos sublimes, en los que no sabes si reír o llorar, como cuando espera, helado de frío, en un parque con una gabardina encima del pijama. O cuando prepara pasta y usa una raqueta para escurrirlos.
Los momentos más hilarantes son en los que los vecinos le recriminan su vida de juerguista.
A Shirley MacLaine solo se le entregaron 40 páginas del guión. Wilder no quería que conociera como terminaba la peli para que mantuviera la esperanza respecto a su relación con su jefe (Fred MacMurray).
La escena de la fiesta de Navidad en la oficina fue filmada realmente el 23 de diciembre de 1959, con el fin de atrapar a todos con el estado de ánimo adecuado antes de las vacaciones. Billy Wilder rodó casi todo en la primera toma y comentó: “Ojalá fuera siempre así de fácil”.
El estudio postuló a Groucho Marx para el papel del Dr. Dreyfuss, pero Billy Wilder se negó ya que quería que el médico tuviera un carácter dramático.
Fred MacMurray era una persona muy tacaña en la vida real. En la escena en la que le da una propina al limpiabotas se negó a entregarle una moneda de 50 centavos: “En la vida daría yo esa propina”.
Paul Douglas había sido seleccionado para interpretar el papel que luego haría Fred MacMurray pero falleció de un ataque al corazón mientras desayunaba en Nueva York antes de coger el vuelo para comenzar la filmación.
El apartamento está considerada una de las mejores comedias de la historia del cine.
James Wan es el nuevo gurú del Cine de terror desde que en 2004 rodara Saw. Parece ser que en 2015 estrenará A todo gas 7.
Ed y Lorraine Warren, investigadores de renombre en el mundo de los fenómenos paranormales, son llamados por una familia aterrorizada por una presencia oscura en una granja aislada.
Basada en hechos reales sobre la familia Perron.
The Conjuring es una peli tremendamente divertida, llena de sustos pero que además mantiene bien la tensión.
Reúne todos los convencionalismos del género, en una especie de compendio general de cómo hacer una peli de terror.
Tal vez no aporta nada nuevo pero es un producto eficaz.
A pesar que entré de los últimos a la sala, unos amigos se ocuparon de buscarme un magnífico asiento en la fila 7 bien centradica.
Mi compañero de la derecha daba unos saltos en su butaca que me asustaban más que la peli. Le pregunté si estaba contratado por la productora para aumentar la tensión en la sala.
Es la segunda peli como director de James DeMonaco, con mucha experiencia en series para televisión.
En 2022 los USA viven en una situación de prosperidad gracias a que una vez al año, durante 12 horas por la noche, los asesinatos quedan impunes, es la noche de la Purga.
Ethan Hawke se ha hecho rico vendiendo sistemas de seguridad para la nochecita en cuestión, es un claro partidario del evento (por el interés te quiero Andrés).
Las imágenes con las que empieza la peli de tiroteos y asesinatos con cámaras de seguridad me resultaron francamente impactantes. La historia me atrapó hasta el final.
The Purge funciona bien como peli de terror aunque detrás de esta apariencia hay mucho calado moral.
La dirección es efectista con adecuados recursos narrativos.
Una noche que puede ser empleada para cometer crímenes y esto sirva de catarsis para un país resulta imposible pero cuando se refiere a los Estados Unidos de América te lo puedes creer. Imaginemos que los miles de muertes violentas anuales se produjeran en una sola noche y se usaran los millones de armas que acaparan los norteamericanos. La historia de este país está cimentada en la violencia (de éste y posiblemente de cualquier otro).
En la peli se plantea el asesinato por diversión pero también por envidia. No hay nada que despierte peores sentimientos que la prosperidad de un vecino.
Es el segundo largometraje de su director Zal Batmanglij, estadounidense de origen iraní.
Una ex-agente del FBI que ahora trabaja para una agencia privada de investigación se infiltra en un grupo antisistema y se convierte al ecologismo.
Cuento el argumento y destripo la peli, en el convencimiento que después de leer hasta el punto final nadie irá a ver esta producción.
La historia sigue el manual al pie de la letra del espía infiltrado.
El tema de la secta ecologista está tratado con una puerilidad y una zafiedad horrorosas. Sin el menor atisbo de profundización en la cuestión.
Los personajes son esquemáticos y se pasa superficialmente sobre ellos.
Pretende ser un alegato del ecologismo pacifista y en contra de la industria farmacéutica, pero el tratamiento esquemático e infantiloide ejercen casi el efecto contrario.
Conforme avanza el metraje empeora la peli. Hay momentos que pretenden ser dramáticos y dan vergüenza ajena. Todo termina degenerando en un telefilm de baja estopa que provoca graves efectos secundarios (cabreo, aburrimiento…)
Su protagonista Brit Marling está entre penosa e insoportable. Amenaza con estrenar cinco pelis el año que viene.
Es increíble que una producción de tan baja calidad haya llegado a los circuitos comerciales.
En esta peli Billy Wilder se ensaña con el mundo del cine. En ese universo las estrellas solo lo son fugaces. Satiriza sobre la fama y la inadaptación de muchas personalidades del cine mudo que no supieron adaptarse al cine parlante.
A Wilder se le ha atribuido la cualidad de ser un gran contador de historias pero que su cámara no estaba a la altura de sus relatos. Aquí claramente demuestra que esto es falso.
El principio de El Crepúsculo de los dioses es imaginativo desde el punto de vista visual y de guión. Un cadáver flota en una piscina y lo vemos desde el fondo y este muerto es el que nos va a relatar la historia en un largo flash-back que dura casi todo el metraje. Para la filmación de esa escena el director uso un truco con espejos.
La peli está llena de situaciones morbosas como el chimpancé muerto. Wilder fue invitado por el matrimonio Reagan a la Casablanca y Nancy le preguntó sobre el significado del mono en la casa de Norma Desmond. A lo que Wilder le respondió: “Está claro que se acostaban”.
La atmósfera es claustrofóbica con el escritor en horas bajas Joe Gillis atrapado en esa casa con elementos terroríficos y por esa mujer.
Sunset Boulevard es un thriller con elementos de tragedia pero carece de toques cómicos que caracterizan al genio Wilder.
En un pase antes del estreno para profesionales de Hollywood, Louis B. Mayer (jefe de la Metro y uno de los hombres más influyentes del cine de la época) se dirigió a Wilder y le espetó: “¡Es usted un cabrón! Ha desprestigiado a la industria del cine. Ha mordido la mano que le convirtió en alguien y que además le dio de comer. Deberían alquitranarle, emplumarle y arrojarle del país”. El director solo respondió: “Que te jodan”.
William Holden no fue la primera elección para el papel de Joe Gillis ya que hasta entonces había participado en pelis de poco éxito. Pero su buena interpretación facilitó que volviera a repetir con Wilder, entre los que hubo una buena amistad.
Varias actrices rehusaron el papel de Norma Desmond pero Gloria Swanson aceptó interpretando a una mujer más vieja que ella. Su actuación está considerada de las mejores del cine. Cuando Barbara Stanwyck vio la peli se arrodilló ante Gloria Swanson y el besó el vestido, totalmente admirada.
Entre Holden y Swanson se establece una relación malsana de amor-odio con un desenlace fatal.
Erich von Stroheim (director y actor) interpreta al exmarido y criado Max Von Mayerling con una entrega absoluta a la diva que ayuda a mantener su situación de falsa realidad, en una especie de servilismo total. Stroheim dirigió una docena de películas, sobre todo en la época muda, siendo su producción más importante la estupenda Avaricia de 1924. Como actor participó en 74 títulos.
La “Mansión Desmond” no se encontraba, en realidad, en Sunset Boulevard. Fue construida en 1924 por William Jenkins, costó 250,000 dólares. Su segundo propietario fue Jean Paul Getty , que la compró para su segunda esposa. Mrs. Getty se divorció de su marido millonario y recibió la custodia de la casa, ella se la alquiló a la Paramount para la filmación. La mansión fue demolida en 1957, y un edificio de oficinas se ubica en el lugar.
La “Mansión Desmond” es un personaje más, su aspecto decadente y majestuoso sitúa muy bien a los personajes. Todas las fotos de Norma Desmond que aparecen decorando la casa, sobre todo el salón, son de Gloria Swanson.
La secuencia en la que aparece el director Cecil B. DeMille corresponde realmente al rodaje de la peli Sasón y Dalila de 1949. El famoso director se prestó a colaborar de actor.
Una peli tan interesante por sí misma como por la gran cantidad de anécdotas y referencias que la completan. Todo ello hacen de El Crepúsculo de los dioses una de las pelis más importantes de la historia del cine.
He visto completa esta peli al día siguiente de su precuela Monstruos University.
Había comenzado a visionarla cuatro o cinco veces, me explico. Pequeño Luis es el hijo de unos amigos que ahora tendrá unos 6 años, cuando era más joven siempre me pedía ver esta peli. Empezábamos a visionarla pero a la mitad había algo que le daba miedo y ya no quería seguir.
Después de 12 años de su estreno se ha convertido en un clásico.
La idea es original y el desarrollo brillante.
El miedo en los niños sirve para obtener la energía en un mundo de monstruos que en realidad tienen más miedo que las propias víctimas. Además este sistema de obtención de electricidad está industrializado.
El miedo es inherente al ser humano. La mayoría de los cuentos infantiles están llenos de personajes impresionantemente terroríficos. Esos cuentos los contamos a nuestros hijos dándoles la papilla de cereales sin gluten y luego les decimos que solo es un cuento, que no tengan miedo. Existe cierto disfrute en provocar y sufrir miedo.
Elena y un servidor acabamos de terminar la tercera temporada de The Walking Dead y confieso que he tenido pesadillas, pero la califico de estupenda.
Hay momentos en Mostruos S.A. extraordinarios como ese juego de entradas y salidas de puertas que no paran de moverse.
También resulta verdad que los niños cada vez se asustan menos, se van insensibilizando a lo largo de pocos años. Se vive en un mundo tecnológico donde estos muchachillos tienen una infinita gama de estímulos. Y la muerte, incluso el sufrimiento se banaliza. Por ello la idea (genial) de obtener energía de la risa es estupenda. Porque estos monstruos que dan miedo son, en verdad, personajes cómicos y muy divertidos.
No puedo dejar de mencionar a Boo, la niña más rica de la historia del cine que es el auténtico macguffin de esta historia.
Nostálgicos los títulos de créditos y muy ocurrentes las tomas falsas.
Ahora que he visto las dos, es inevitable comparar. Me quedo con ésta, aunque su precuela no es despreciable.
Acudimos cuatro generaciones al cine a ver esta nueva peli de Pixar ya comprada por la Disney.
Ha sido un gran éxito comercial y lleva recaudados hasta el 8 de julio de 2013, más de dos cientos millones de dólares en EE.UU. De lo cual me alegro muchísimo porque así esta empresa seguirá haciendo buenas pelis de animación.
Yo no creo que haya perdido fuelle respecto a otras producciones, como se ha dicho.
Desde luego no es Up, ni Toy Story (las tres), ni WALL-E, pero muy posiblemente esté al nivel del resto. Estas tres para mí son obras maestras indiscutibles.
No entiendo su título. O se traducen las dos palabras que componen el título original o ninguna (Monsters University).
El tema de las fraternidades universitarias nos queda muy lejano. También es cierto que lo hemos visto tantas veces en el cine que ya empieza a sernos familiar, aunque lo veamos raro-raro.
El tratamiento de los personajes es estupendo y destaco a Mike Wazowski. Intenta vencer sus claras limitaciones con tesón, esfuerzo y optimismo. Es un ejemplo al que todos deberíamos imitar. Ese instinto de superación es admirable.
En un mundo de monstruos como el que se nos presenta también hay frikis. Son los más raros dentro de los raros.
Otra de las enseñanzas que podemos obtener es que trabajando en equipo se pueden obtener grandes resultados.
El tramo de edad a la que va dirigida la peli es un poco restrictivo. Niños muy pequeños no la entenderán y carece de guiños para el público adulto.
El mago de Oz es uno de los grandes musicales de la historia del cine.
Es un cuento, en parte terrorífico, lleno de ingenuidad.
Costó casi tres millones de dólares (una auténtica fortuna para la época) pero recaudó en su fin de semana de estreno más de 5 millones.
Victor Fleming figura como su director pero en realidad contó con cinco directores.
Richard Thorpe filmó durante varias semanas, ninguno de los planos aparece en la película final. El estudio encontró su trabajo insatisfactorio y nombró a George Cukor temporalmente.
Cukor no llegó a filmar escenas, sino que simplemente modificó el aspecto de Judy Garland y Ray Bolger (el espantapájaros).
King Vidor filmó las restantes secuencias, sobre todo las piezas en blanco y negro de la película ambientada en Kansas (la tormenta y “Over the Rainbow“)
El productor Mervyn LeRoy también dirigió algunas escenas de transición.
Además de este baile de directores el rodaje fue de lo más accidentado, sobre todo en cuestiones de maquillaje.
Jack Haley, el actor que interpretaba al hombre de hojalata, sufrió una grave reacción alérgica a la pintura de aluminio y tuvo que ser sustituido. La voz de las canciones pertenece a un tercer actor.
El traje que llevaba el león cobarde (Bert Lahr) era muy pesado y producía muchísimo calor lo que obligaba a parar los rodajes con mucha frecuencia.
El maquillaje verde de la Bruja del Oeste le produjo una quemadura en la cara…
Se buscaron cientos de enanos para las escenas en Pequeñilandia que fueron una auténtica pesadilla. Eran muy indisciplinados y estaban bastante salidos. Se colaban en los camerinos de Judy Garland para intentar verla desnuda…
Tal vez en este último visionado no me ha gustado tanto como en veces anteriores. Dorita (en el doblaje al castellano) es demasiado blandita, muy ñoña pero tiene el encanto de la ingenuidad.
Los que me siguen dando mucho miedo son los monos voladores y esa malvada bruja.
En la versión doblada se habla de los zapatos de Dorothy como chapines y he buscado en la red y se define como: El chapín es un tipo de calzado con una suela de corcho de unos cuatro dedos de altura que era utilizado por las mujeres en el siglo XVI.
Para nada se corresponde con esos bonitos zapatitos púrpuras con poderes mágicos que lleva Judy Garland.
Volvemos a ver Elena, Clarita y yo esta peli. Para mí una de las mejores películas de la historia de cine.
Testigo de cargo no es solo un drama judicial, posiblemente el mejor, tiene toques de comedia y de thriller. Es que estamos hablando del gran Wilder, aquí posiblemente el más grande.
Charles Laughton realiza una interpretación prodigiosa con esa mezcla de bondad, astucia e intransigencia.
Dudaba que pudiera representar a un enfermo al corazón, por lo que un día en la piscina de su casa, llena de invitados, simuló un ataque cardiaco. Dio tal susto a su esposa que tardó en perdonarle.
Para Una O’Connor (la repulsiva criada) fue su última película.
La sala de juicios se realizó en un estudio exactamente igual que las de la Corte de Justicia Británica.
Antes de su estreno se realizó un pase a la Familia Real Británica a la que se hizo firmar una cláusula de confidencialidad para que no divulgaran la trama. Esto también se extendió a todo el equipo. Hasta el final del rodaje no se supo como sería el desenlace, que fue rodado con el personal imprescindible, medio en secreto.
Lo malo de Testigo de cargo es que tiene algo de adictiva. Dan ganas de volverla a ver una y otra vez.
Si alguno de mis lectores no la ha visto, les quiero decir: ¡Es imprescindible!
Es la penúltima peli que realiza con la Paramount. Sabrina la rodó por un compromiso previo. La productora le exigió que eliminara la ridiculización de las tropas alemanas para que fuera mejor aceptada en ese país, a lo cual Wilder se negó.
El toque, excesivo para algunos, de comedia dentro de un campo de concentración para prisioneros de guerra solo se lo podía permitir Wilder que perdió a su madre y a una hermana (y a varios familiares más) en los campos de exterminio nazis.
Lo más sorprendente de todo es el personaje de William Holden (sin duda el protagonista). Se trata de un antihéroe, que solo mira por su interés que deja al lado el patriotismo, he incluso declara que prefiere estar preso que en el campo de batalla. Pero es un tipo inteligente y astuto que se sabe desenvolver en cualquier situación. Capaz de resolver el enigma de quien es el traidor y que al final arriesga su vida por ayudar a un individuo que desprecia.
Este personaje tan lleno e matices, que resulta repulsivo pero admirable al mismo tiempo y termina cayendo simpático porque es un falso culpable. Es lo mejor de esta cinta.
Es la primera vez que veo esta peli. O si la había visto no la recuerdo en absoluto.
Wilder pensó primero en Cary Grant como protagonista pero problemas de agenda lo hicieron imposible, recurrió, entonces, a Gary Cooper. Wilder decía que era el hombre que más rápidamente seducía a las mujeres.
El comienzo de la peli es brillante con Maurice Chevalier como narrador. El recurso de la voz en off lo utiliza en muchas pelis Wilder al inicio y con bastante acierto, en la mayoría lo termina olvidando a los pocos minutos.
La historia de amor entre un casanova profesional Gary Cooper con 56 años en el momento del rodaje y Audrey Hepburn que tenía 27 pero aparentaba 19, en mi opinión no funciona.
Cooper tiene un aspecto demasiado serio y está muy estropeado. De ello se dio cuenta Wilder que en los primeros planos difuminaba su rostro para disimular las arrugas.
El amor de la jovencita Ariane Chavasse hacia el veterano y mujeriego Frank Flannagan no funciona. A mí me parece increíble. Tal vez solo explicable por cierta tendencia de la muchachilla hacia la gerontofilia.
Cary Grant hubiera sabido darle un tono más cómico a su personaje y seguro hubiera funcionado mejor.
El entorno de comedia está bien, pero la relación amorosa claramente no.
Hay detalles de calidad, que nunca faltan en una peli de Wilder pero el conjunto resulta tedioso y aburrido, lejos de la calidad de Sabrina.
Sus 130 minutos de duración me resultaron eternos.
Mi mala impresión sobre este film no empaña en absoluto mi magnífica opinión sobre Billy Wilder.
Es la primera vez que se ruedan números musicales en la calle, aunque también se usaron los estudios.
Una historia simplona que solo es la escusa para intercalar canciones y bailes. Un claro homenaje, al amor, a la alegría y la ciudad de Nueva York que se presenta en su cara más amable. Que todo se desarrolle en 24 horas y que estos tres marineros liguen o se los liguen con tanta rapidez parece prestar crédito al sexo rápido (¿y porqué no?).
Destacar el personaje de Betty Garrett que toma claramente la iniciativa con un Frank Sinatra reticente al principio, más interesado en su guía de la ciudad que en la bella taxista.
Acudimos al cine Elena, Clarita y yo a ver este estreno.
La mejor oferta era esta peli (ya sé que es un chiste malo pero no he podido resistir la tentación). Nunca he sido de Star Trek.
Gran éxito de público en Italia y con varios premios Donatello.
Se trata de una peli de intriga en la que no hay crímenes, ni policías investigando.
Con un desarrollo parsimonioso que encaja muy bien con su protagonista.
Enlaza dos bellos conceptos: el arte y el amor. Esa habitación repleta de cuadros de bellas mujeres, que Virgil Oldman se deleita en contemplar, es lo más cerca del amor que ha estado en su vida. Él es un individuo desvalido, que se esconde detrás de manías y de un carácter difícil, aunque con sentido del humor.
Cuando encuentra a alguien con más problemas que él y además es una bella muchacha a la que puede ayudar no puede evita enamorarse.
Esa historia de por sí ya es interesante. Pero Tornatore en el final de la peli nos tiene reservada una sorpresa, que tal vez sea innecesaria para mí, pero que la verdad es que consigue hacer más atractivo el relato.
Hay un personaje que es de lo más interesante, interpretado por Kiruna Stamell. Capaz de memorizar números y de realizar cálculos imposibles, que observa esa casona desde un bar. Una pieza clave en el engranaje de esta peli. No perderla de vista.
Decir que Geoffrey Rush está soberbio resulta una obviedad. Pero lo está.
La mejor oferta es una peli redonda, con muchos matices, con muchas historias y con muchos puntos de vista donde analizarla. Da para comentar sobre ella bastante. De lo mejor de este 2013. Y no exagero.
No voy a ocultar mi veneración por esta comedia. Posiblemente la mejor de la historia del cine. Aunque podría decir lo mismo de otras muchas.
La suma de elementos que la hacen extraordinaria son de sobra conocidos.
Un guión y una dirección por parte del gran Billy Wilder prodigiosos. Todo encaja a la perfección. Nadie como este genio para realizar los mejores finales. Nadie es perfecto menos usted señor Wilder.
Dos grandes actores de comedia (y de lo que sea) como Tony Curtis y Jack Lemmon, con actuaciones impresionantes.
Y una Marilyn Monroe que comenzaba su decadencia personal, aunque siempre estuvo en esa situación. Aparece bellísima, con una interpretación emotiva y muy sentida, dando esa imagen perfecta de desvalida que dan ganas de abrazarla (como un padre).
Pero Marilyn hizo del rodaje un auténtico infierno. Llegaba tarde o incluso no aparecía. No se sabía sus diálogos. Pero la cámara la quería, tenía ese don sobrenatural que la hace perfecta en la pantalla.
Tony Curtis y Jack Lemmon eran dos grandes profesionales, siempre puntuales y se sabían su texto a la perfección. La informalidad y la falta de profesionalidad de la Monroe les crispaba, sobre todo a Curtis. Éste la trataba con desprecio lo cual empeoraba la situación. Todo ello no impedía que se la beneficiara (lo cortés, no quita lo valiente).
Se cuentan anécdotas como la repetición de una escena 59 veces (respecto al número no hay unanimidad en los historiadores de cine).
Se trata de una secuencia casi al terminar la peli. Ella ha recibido la noticia que su pretendiente se marcha a Venezuela y la abandona. Entra en la habitación de los dos travestidos (Daphne y Josephine) y debe buscar una botella de qüisqui en los cajones de un mueble. Marilyn entraba y abría el cajón que no era, una y otra vez. Wilder decidió poner una botella en cada cajón. Aún así no conseguía cogerla, por lo que al final le entregan una bolsa de agua caliente, donde se supone que está el alcohol escondido.
A pesar de todo Wilder se tomó con filosofía la desastrosa intervención de la rubia. Afirmaba: “tengo una tía que seguro llegaría a las 6 de la mañana al plató y se sabría los textos de carrerilla incluso al revés, pero nadie la iría a ver al cine“.
También declaró: “mientras esperábamos a la Monroe no he perdidio el tiempo. He leído Guerra y paz y Los Miserables” (¿Qué grande!).
A mí lo que me asombra es que todo este desastre durante el rodaje terminara con una peli perfecta.
Wilder hace un homenaje a los años 20. Se ríe de los gansters y de la Ley Seca. Pero sobre tono satiriza sobre la imposibilidad de controlar los sentimientos amorosos.
Lo dicho la mejor comedia de la historia del cine.
Siete novias para siete hermanos es uno de los musicales más famosos y uno de los preferidos de mi madre.
Lo ha visto siete veces (según afirma) pero creo que son algunas más. Se sabe muchos de los diálogos y por supuesto la trama y se lo pasa cañón cada vez que la ve. Pero hay un grave inconveniente: te lo radia. No para de contarte lo que estás viendo o, lo que es peor, de relatar lo que va a suceder predecedido de ahora verás como…
El guión no pretende ningún realismo, es un cuento y como tal hay que valorarlo. Cuando la vi por primera vez, posiblemente en mi adolescencia me molestó profundamente esa ausencia de verosimilitud, aunque me entusiasmaron sus canciones.
Con el tiempo he comprendido que uno de los grandes encantos de esta peli es precisamente esa ingenuidad y ese buenismo que respiran todos los personajes.
Esos decorados más falsos que una moneda de 6 euros, con ese vestuario colorista dan un tono de fantasía a la producción. Y tal vez ese sea el mayor de sus encantos.
Los temas musicales son inolvidables y cuando terminas de ver la peli no los puedes sacar de la cabeza.
No se puede evitar esbozar una sonrisa de complacencia durante toda la peli.
Para mí es una de las obras maestras en el género de la comedia. Una sátira mordaz, con unos diálogos trepidantes, sin que haya respiro para el espectador.
Wilder se encontró con múltiples problemas en el rodaje. El más importante fue que de la noche a la mañana se levantó el Muro de Berlín. Varias escenas se rodaban en la Puerta de Brandeburgo con vehículos circulando por ella. Hubo que construirla en decorados en otra ciudad alemana, concretamente en Munich.
Horst Buchholz que interpreta al convencido comunista Otto Ludwig Piffl sufrió un accidente de tráfico completamente borracho unos pocos días antes de terminar el rodaje, por lo que hubo de suspenderse y se reanudó en unos nuevos decorados en Estados Unidos.
En USA fue un fracaso porque la situación de Guerra fría estaba de lo más caliente, y no estaba el horno para bollos. En cambio en Europa obtuvo un gran éxito.
Wilder ejerció de director, guionista y productor pero gran parte del éxito de esta comedia está en la actuación de James Cagney, interpretando a C.R. MacNamara, capaz de memorizar folios y folios de su papel y soltarlos de carrerilla sin equivocarse, lo cual agradaba sobremanera a Wilder que se deshizo en elogios.
Cagney era un gran profesional que sabía moverse como nadie en los escenarios. Comenzó su carrera artística como bailarín. Aunque se especializó en papeles de gansters era un hombre tranquilo que vivía en el campo con su esposa. Al terminar la peli alegó que estaba muy cansado por las exigencias del director y se retiró durante bastantes años. Él y Wilder sabían que no era verdad, el rodaje y su relación había trascurrido apaciblemente.
Horst Buchholz intentó robarle algún plano a Cagney y Wilder, burlándose de él, haciendo referencia a que había sido ganster en El enemigo público de 1931 y en Al rojo vivo de 1949 (por poner dos ejemplos), le dijo que anduviera con cuidado porque iba armado.
La jovencísima Pamela Tiffin estaba abrumada por tener que compartir plano con un monstruo de la interpretación como Cagney. Wilder le dio el siguiente consejo: “sal al escenario, mírale a los ojos y di la verdad“. Y así lo hizo.
Un día Wilder recibe una llamada temible. Al otro lado del hilo, nada más y nada menos que una furiosa Joan Crawford, que tiene un puesto en el consejo de PepsiCo. La extraordinaria actriz protesta por la campaña de publicidad que la película brinda a Coca-Cola en bandeja de plata. Wilder respira hondo y, como el gran guionista que es, saca partido de la situación con un último gag: Macnamara compra varias botellas de Coca-Cola de una maquina expendedora y para su asombro la última que sale es… una Pepsi. Asunto zanjado.
En otras comedias Wilder da tiempo al espectador para que digiera los chistes, aquí el ritmo es tan rápido que no da tiempo a reírse, si te ríes te pierdes dos gags. Wilder dijo que esto había que conducirlo a 140 en las curvas y a 180 en las rectas.
Wilder no deja títere con cabeza. Critica despiadadamente al comunismo. Nos presenta el Berlín Oriental sin reconstruir y con desfiles prosoviéticos.
Resulta premonitorio cuando en una escena uno de los mandatarios comunistas dice que cambian a Cuba misiles por puros y tan solo unos meses después se desató la Crisis de los Misiles, uno de los episodios más peligrosos de la Guerra Fría.
También es inmisericorde con el sistema capitalista. Capaz de comprar cualquier cosa y cualquier voluntad.
Se ríe de la eficacia alemana y de su pasado nazi…
Después de ver esta peli comprendes porque Fernando Trueba habló de él como Dios.
Vemos esta peli por casualidad. Sin saber nada de ella.
Un grupo de pasajeros sobrevive a un accidente aéreo y son atacados por animales que no se dejan ver…
La peli entera está grabada con una vídeo-cámara casera que pasa por varias manos, con largos planos secuencia. Esto que pretende dar un toque de realidad termina por cansar, incluso atosigar.
No da mucho tiempo para conocer a los personajes que van muriendo sucesivamente.
El viejo axioma del cine de terror: lo que más miedo da es lo que no se ve. Aquí se aplica a rajatabla, posiblemente por la escasez de presupuesto.
El rodaje se realizó en tan solo 5 días y los diálogos fueron improvisados por los actores. Vamos que costó cuatro pesetas.
Su corta duración (90 minutos) y su falta de pretensiones ayudan a que sea soportable.
Muchas producciones de millones de dólares obtienen peores resultados.
Película multipremiada, con cuatro nominaciones a los oscar incluyendo mejor peli y mejor actriz.
Se trata del primer largo de su director, que solo había realizado previamente algunos cortos. Con un presupuesto muy pequeño de menos de dos millones de dólares.
Cuenta la historia de una niña que vive en la indigencia con un padre alcohólico y una madre ausente. Habitan en la desembocadura del Missisipi y son víctimas de una tormenta.
El paisaje y el paisanaje son absolutamente deprimentes. Pobreza, marginalidad, alcoholismo, suciedad…
El punto de vista es el de la pequeña Hushpuppy interpretada con mucho sentimiento por Quvenzhané Wallis, con un tono mágico e incluso poético.
A pesar de las muy elogiosas críticas que he leído yo no voy a ser para nada generoso.
Me parece absolutamente indecente intentar ningunear la deprimente vida de esta niña con un aire esteticista mágico-poético. Que tenga momentos de alegría no amortigua para nada la realidad de una existencia abocada a la marginalidad y a la pobreza.
Las imágenes son muy explícitas y no comprendo porqué intentar disimular esa triste realidad con bonitos planos de diseño.
Tampoco encuentro moraleja alguna ni atisbos de optimismo. Por lo que me ha parecido profundamente triste y tramposa.
Aprovechando que se acaba de estrenar Antes del anochecer veo esta peli que junto a Antes del amanecer forman una trilogía que se va prolongando desde 1995.
Sus protagonistas Ethan Hawke y Julie Delpy intervinieron junto con el director en el guión. La cámara los sigue por París en una larga conversación.
Durante los 80 minutos de peli dialogan sobre las relaciones personales, el matrimonio, el amor y la pasión, el destino y las casualidades. Conectan y se vuelven a enamorar. Sobre ellos cae la presión de la hora en la que sale un avión que los separará de nuevo.
Se conocieron durante una noche hace años y eso les marcó, les dejó huella. Sus vidas han transcurrido por senderos diversos pero ninguno de los dos ha dejado de preguntarse que hubiera sido su vida si se hubieran reencontrado antes.
Antes del atardecer es una peli delicada con un formato que podría disuadirme de verla sino fuera por el interés que despierta en mí una trilogía que ha ido evolucionando conforme la edad de sus protagonistas.
Los actores estupendos hablan con naturalidad y me han despertado un enorme sentimiento de empatía.