Cuando llevo un rato observando esta AzulOscuroCasiNegro me doy cuenta que ya la había visto y la había olvidado.
Lo peor que le puede pasar a una peli es que no la recuerdes. Eso significa que no te ha impresionado. Lo que conmueve no se olvida. Lo anodino pasa de largo.
Comprendo bien a los personajes de Marta Etura y Antonio de la Torre con dos magníficas actuaciones. Pero el papel de Quim Gutiérrez no está bien construido, con demasiadas contradicciones.
La trama avanza con irregularidad y si la peli se salva es por un Antonio de la Torre tan inspirado y eficaz como siempre. Da humor y espontaneidad a la historia.
Para ser una opera prima hay que reconocer que está bien rodada, con eficacia, pero adolece de pulso narrativo.
Me despierto después de una larga siesta. Me asomo a la terraza y seguía lloviendo a mares. Es lo que tiene la gota fría.
En un hotel de playa si no hay sol y calor estás más perdido que un torero al otro lado del telón de acero.
Enciendo el televisor. Comienzo a hacer zapping. En la Sexta 3 Sean Thornton acababa de bajarse del tren en Castletow y preguntaba como llegar a Innisfree.
Me invade una gran felicidad. Pongo el sillón delante del televisor y comprendo que voy a pasar una tarde estupenda viendo The Quiet Man.
Considerada como una de la mejores pelis de la historia del cine.
Ford compró los derechos quince años antes que consiguiera la financiación necesaria para rodarla. Los productores la consideraban una historia ñoña.
Desde su estreno fue valorada como una peli de culto, una obra maestra.
Obtuvo dos oscars, al mejor director y a la mejor fotografía en color, y siete nominaciones.
Con esta peli se demuestra lo gran director que era John Ford y lo gran actor que era John Wayne.
Él era el primero que se minusvaloraba. El propio Ford se definía como hacedor de westerns. Aunque Orson Welles opinaba que los tres mejores directores de la historia del cine eran: John Ford, John Ford y John Ford.
John Wayne tampoco fue considerado un gran actor a pesar que demostrara lo contrario en muchas películas. Hombre con un físico impresionante. Interpretó magistralmente papeles muy diferentes.
Como siempre, en las películas del genial director, todos los personajes tienen pasado y cargan con él. En absoluto son personajes planos.
Se ha dicho que Ford pretendía reflejar el verdadero espíritu irlandés. Y lo consigue. Vaya que lo consigue.
Nos pinta a unos irlandeses obstinados, tercos, amantes de las peleas y de la cerveza, aferrados a sus costumbres…
Si bien es verdad que en El hombre tranquilo no hay malos.
Maureen O’Hara está maravillosa y Ford sabe sacar el máximo partido a su belleza.
El tono de comedia, edulcorada, no decae durante todo el metraje.
Cuando Ford proyectó a los productores la película y vieron que duraba 129 minutos, le dijeron que debía reducirla a 120 minutos, que era lo que se consideraba se podía soportar sentado.
Ford enfadado intentó volverla a montar. Unos días después pasó la peli sin tocarla y a los 120 minutos terminaba bruscamente, a mitad de la pelea entre Sean Thornton y su cuñado Will Danaher. Los productores dijeron que eso era imposible. Ford se terminó saliendo con la suya.
Los exteriores de la peli fueron rodados en Irlanda y los interiores en Los Ángeles.
La historia de un asesino a sueldo que planea un encargo y su coartada con meticulosidad.
Es cine negro pero depurado y envasado al vacío para con los mínimos recursos formales presentarnos una historia potente y sin fisuras.
Un Alain Delon hermético, parco en palabras y en gestos que se mueve como pez en el agua en este thriller que tiene mucho de crepuscular. Conocedor de su trágico futuro lo afronta con dignidad.
Destacar la estimulante aunque breve presencia de, su entonces esposa, Nathalie Delon. Una belleza fría y leal.
El comisario interpretado por François Périer es un hombre meticuloso que conoce el trabajo policial y no da puntada sin hilo.
Una peli arrebatadora a pesar de la aparente frialdad de su cámara.
Para esconder un lío de faldas del presidente de los USA, un publicista y un productor de Hollywood se inventan una guerra.
La peli avanza sin dar tregua. Los problemas que les surgen son resueltos con imaginación.
La cortina de humo es una sátira superdivertida.
Hay frases lapidarias pero verdaderas como puños: La verdad es lo que sale en televisión.
A estos dos estrategas (por llamarlos de alguna manera) les da igual lo cierto lo que importa es lo que se ve en la caja tonta. Lo que ven los espectadores/votantes desde el sofá de sus viviendas es lo que conforma la opinión y en definitiva el voto.
El poder de los medios de comunicación y la influencia de los creadores de opinión se ha visto atenuada en los últimos años con la aparición de las redes sociales. No olvidemos que cuando esta película se realizó no había Facebook, ni Twitter, ni Youtube. En los últimos 15 años la tele ha dejado de tener el monopolio de la manipulación informativa.
Esta peli se realizó antes que Bill Clinton se viera envuelto en el escándalo con la regordeta y guarra Monica Samille Lewinsky. Digo lo de guarra porque nadie limpio guarda un vestido manchado de esperma en el armario sin lavarlo.
Es curioso que en los USA se puede perdonar empezar una guerra pero no se disculpan los asuntos extramatrimoniales. En otros países como en Italia ayudan a ganar elecciones. En España se perdona todo.
El título de la peli hace referencia a un proverbio oriental que traducido al refranero español viene a decir: Dios los cría y ellos se juntan.
Círculo Rojo es puro cine negro con personajes oscuros pero que irremediablemente nos caen simpáticos, aunque no se esfuerzan nada para conseguirlo.
El guapo Alain Delon sale de la cárcel con la idea de volver a delinquir y arreglar cuentas con los que ahí le dejaron.
Gian Maria Volonté huye de la policía después de una espectacular fuga de un tren.
El destino los une. Los dos son buenos profesionales en lo suyo. Callados, enigmáticos. No conocemos nada de su pasado. Pero intuimos que su futuro no va a ser halagüeño.
Jean-Pierre Melville demuestra tener un gran pulso narrativo. La secuencia del robo es magistral. Dura 25 minutos. Relatada con detalle, sin palabras. Mantiene la tensión a límites muy elevados.
Pero los policías no son tontos. El comisario Mattei es un hombre eficaz, meticuloso. Papel desempeñado por Bourvil. De él se nos cuenta algo más que del resto de los personajes. Vive acompañado de unos gatos y su vida es el trabajo.
El cine de Jean-Pierre Melville es el que me a mí me gusta. El espectador descubre la película no se la cuentan. Los diálogos son escasos, ¿para qué verbalizar lo que ya vemos?
Una excelente película. Lástima que directores de esta talla sean desconocidos.
En la peli de los sesenta se nos presentaba un grupo idílico con todos los clichés de la época. Un marido pluriempleado, una madre dedicada al hogar, unos hijos como mucho traviesos y un abuelo (lo mejor) un Pepe Isbert al que se le pierde el más pequeño, el inolvidable Chencho (interpretado por Alfredo Garrido). Todo muy edulcorado, en una promoción descarada del fomento de la natalidad del Régimen.
En esta familia del siglo XXI hay muchos conflictos. El padre abandonado, un hijo depresivo, otro deficiente mental, dos compitiendo por la misma chica y el quinto que se casa a los 18 años el mismo día en que la selección de fútbol española ganó el mundial.
Esta familia es más realista, más compleja, más difícil.
Sánchez Arévalo acierta en plantear que esta familia numerosa se crea intentando emular Siete novias para siete hermanos. Efectivamente hay pelis que marcan una vida y que incluso la determinan. A mí esa idea me parece tremendamente atractiva.
Acierta también con los actores. Todos estupendos. Sus actuaciones están bien medidas y no hay nadie esperpéntico. Gloriosa la intervención de la abuela con EPOC y fumadora activa, esta actriz es la madre del director (Carmen Arévalo).
Pero los tres actores que me impresionaron son el trío de jovencitos que interpretan a Efraín, Mónica y Carla (Patrick Criado, Sandra Martín y Arantxa Martí). Pletóricos de frescura y juventud. Emotivos y vibrantes. Maravillosos. Con una relación tan complicada como saludable.
Alicia Rubio (Marisa, la prima suelta) divertidísima.
Pero (siempre hay peros) la historia discurre de manera irregular, con demasiados cambios. Se peca de querer contar demasiadas cosas algunas innecesarias que nos llevan al melodrama barato.
Aún así el resultado es más que aceptable. En absoluto se trata de una comedia descerebrada. Hay carga en la historia, en los personajes. Está bien rodada con momentos, incluso, brillantes.
La Gran familia de los sesenta era más feliz pero era mentira. La de este siglo es una familia de verdad, con rencillas, envidias, recelos, secretos…
Creo que es la primera peli que veo de este director.
Judío de origen alsaciano luchó con el ejército francés en la Segunda Guerra Mundial, después con la resistencia gala y posteriormente con las tropas de la Francia Libre del General de Gaulle.
Cineasta admirado por los críticos pero desconocido por el gran público.
Independiente del movimiento de la Nouvelle Vague reconocía influencias del cine de Renoir. Los directores de su época le apreciaban y por eso intervino en varias películas como actor.
El ejército de las sombras es un homenaje a la Resistencia francesa.
También hay una crítica al colaboracionismo. No olvidemos que gran parte de los franceses o colaboraron con las tropas alemanas de ocupación o simplemente no hicieron nada en su contra.
Los propios franceses encarcelaron a resistentes, judíos, comunistas…
Más que la historia tienen interés los personajes. De hecho no sabemos, la mayor parte de las veces, en que están metidos.
Asistimos a sus conversaciones y sus preocupaciones con interés, a pesar que la mayoría son herméticos y poco comunicativos.
Lino Ventura es el protagonista y el avance de la peli le va siguiendo.
No hace mucho pudimos ver la anterior peli de este director Blue Valentine, alabada por la crítica pero que a un servidor no me terminó de convencer.
Cruce de caminos es el título en España. En su origen es “The Place Beyond the Pines” que traducido sería algo así como “Más allá de los pinos“. Tal vez en castellano (por esta vez) sea mejor.
Las vidas de dos familias de diferente estatus social se cruzan y eso marca la vida de sus descendientes.
Un suceso (que no voy a relatar) permite que uno de sus protagonistas ascienda y otro… (mis labios están sellados).
Hay dos grandes aspectos positivos en esta peli. Uno la historia. Un guión sólido, que no pierde el interés, lleno de matices de sentimientos. Triste, desolador, entretenido.
El otro aspecto de interés son los actores.
Ryan Gosling, comedido, da una lección de cómo con poco ofrecer mucho al espectador.
Bradley Cooper que demuestra que no solo es un guaperas. No tan brillante como Gosling pero sí eficaz.
Eva Mendes maravillosa con una interpretación conmovedora. En su cara después de los 15 años, que trascurren en la historia, se refleja la mala vida que ha llevado. En su rostro atormentado se ve con nitidez el trabajo y el sacrificio que le ha supuesto sacar a su hijo a delante. Pero a pesar de todo sigue siendo bella, esa belleza que nace del espíritu. Ya sé que es prematuro pero yo veo calidad sobrada en su interpretación para merecer el oscar.
A pesar de las dos horas y veinte minutos de duración la historia no desfallece.
Lo peor es la forma de filmar de su director, Derek Cianfrance, que, para parecer original, abusa de los primeros planos en ocasiones con desenfoque. Aunque reconozco que las escenas de persecuciones las rueda con energía.
El comienzo es brillante sin casi diálogos durante casi media hora.
Vin Diesel interpretando a Riddick es un héroe solitario que vaga por el desierto. Las comparaciones con el western son inevitables y tal vez en ello radique su máximo atractivo.
Porque Riddick es un western galáctico con todos sus elementos incluidos los cazarecompensas. ¿Y que serían los bichos alienígenas? Sin duda alguna son los indios.
El personaje de este asesino de infancia triste llevado por el destino es interesante con su chulería y su astucia incluidas en el paquete (literalmente). Comparado con el resto de los personajes está claro que es el puto amo.
Jordi Mollà interpreta a un malo-malísimo llamado Santana con una aire ligeramente cómico.
Lástima que el final resulte previsible y por ello menos emocionante de lo deseado.
En absoluto se trata de una gran superproducción. Su coste ha sido de unos 38 millones de dólares. Es una producción independiente que Vin Diesel financió con su propio dinero como una apuesta personal.
Aquí se ha perdido el efecto sorpresa y se apuesta por dar más de lo mismo pero aumentado.
A Dave Lizewsk – Kick-Ass se le unen una banda de pringadillos con ínfulas de superhéroes que resultan de lo más enternecedor. Hay que excluir al Colonel Stars and Stripes perpetrado por el controvertido Jim Carrey que afortunadamente es asesinado en la peli.
De Jim Carrey se podría hablar mucho pero en esta producción quiere ocupar un papel destacado que está fuera de lugar. Además después de prestarse a hacer su personaje salió diciendo que estaba arrepentido de intervenir en una peli tan violenta. Todos sabemos que este actor es sobradamente conocido por sus interpretaciones en obras de William Shakespeare.
Esta niña tiene un algo especial que hace que la cámara la adore. Cuando está en plano eclipsa a todos los demás actores. Tiene esa magia que pocas actrices han tenido a lo largo de la historia del cine. Si elige bien sus papales tiene el mejor de los futuros.
Su personaje (Hit-Girl) sigue siendo el más potente de esta saga. El conflicto que se le plantea es de lo más interesante. Hacer lo correcto, que es lo que le dice su tutor o eligir lo que ella de verdad quiere. Esto se inserta en ese duro mundo de los institutos americanos donde ser popular lo significa todo.
Hay escenas realmente violentas pero tamizadas con un particular sentido del humor al estilo Tarantino que las hacen más tolerables.
Dentro del panorama actual de cine de escombro esta Kick-Ass 2: Con un par es como un soplo de aire fresco.
Hasta el Hijoputa, el malo de la peli, da cierta pena vestido (trasvestido) al modo sadomaso. Malvado por vocación pero incapaz de pegar a nadie, necesita de su dinero para contratar esbirros que le hagan lo que él es incapaz de hacer. El más pringado de todos.
Todos podemos coincidir en que Roland Emmerich tiene algún problema. Le gusta demasiado destruir. Si mis cuentas no fallan ésta será la tercera vez que destruye La Casa Blanca.
Asalto al poder tiene elementos de autoparodia que la hacen divertida ocasionalmente y otros momentos de exaltación patriótica que también despertaron carcajadas en los críticos en el pase de prensa.
Hay un plano en que una niña enarbola la bandera presidencial que a mí me hizo llorar de risa.
Es otra nueva superproducción que ha costado unos 150 millones de dólares. Imaginad la cantidad de pelis que se podrían hacer en España con esa cantidad.
Se está implantando el cine de escombro donde se destruye a troche y moche en una verbena interminable de explosiones, colisiones, demoliciones e incendios.
Es cine basura que pretende entretener como si diversión y sentimientos o inteligencia fueran incompatibles.
A mí me divierte más El hijo de la novia (por poner el primer ejemplo que se me ocurre) que esta porquería.
Pero no todo es basura. En medio de todo este berenjenal de artificio hay toques de humor y un gran personaje como el Guía de visitas de la Casa Blanca (interpretado por Nicolas Wright) que no consigue salvar la peli pero es lo único que merece ser recordado.
Hace unas semanas vi Objetivo: La Casa blanca que inexplicablemente me gustó, tal vez por que sus pretensiones eran menores.
Al final del metraje Asalto al poder se intenta convertir en un thriller, resultando bochornoso.
Lo peor de todo es que me lo pasé bien. Pensaba: cuando haga la crítica podré ser cruel.
Se emplearon seis plantas carnívoras (seis Audrey II) de diferentes tamaños, todas articuladas. Como promoción Audrey II concedía entrevistas y en alguna ocasión la plantita intentó tragarse al periodista de turno.
El personaje más atrallente, en mi opinión, es el de Steve Martin, un dentista sádico que se dedica a la odontología para colmar sus apetencias.
Rick Moranis después de aparecer en los ochenta en varias comedias de éxito desapareció del panorama cinematográfico.
La peli fue filmada en los estudios Pinewood en Inglaterra, de tamaño colosal, donde se rodaban las pelis de 007.
Se rodaron varios números musicales que no aparecen en la peli pero que se pueden ver en YouTube.
En cambio Audrey Hepburn era la única opción para su director. En un principio la actriz rechazó el papel por el estilo vanguardista que Donen quería imprimir a su película pero terminó aceptando.
Finney, Hepburn y Donen son los tres pilares sobre los que descansa esta producción.
Sus dos protagonistas ocupan el cien por cien del metraje. El atractivo natural de Audrey, que además interpreta a una muchacha encantadora, a veces se ve anulado por un arisco y poco amigable Finney que lastra la película.
Donen disecciona el amor y el matrimonio y nos representa las diferentes etapas de una relación simbolizadas por los diferentes vehículos que van utilizando. En un montaje desordenado pero que da dinamismo a la producción.
Es curioso que conforme aumenta la calidad del automóvil disminuye la afectividad de la relación. ¿Tener un coche viejo mejorará la relación de una pareja? Yo por si acaso no me cambio de coche.
El Mercedes 230 que aparece perteneció al director.
Destacar la presencia de una jovencísima Jacqueline Bisset que tuvo que ser doblada por sus escasas dotes interpretativas.
No había visto esta peli de culto y mi impresión no ha sido muy buena.
Mark Wallace me resulta antipático e insoportable. Muchos diálogos me parecen innecesarios. El humor resulta forzado y hay escenas que pretenden ser cómicas sin conseguirlo. Los personajes secundarios resultan caricaturescos. Los cambios de edad de los actores están mal conseguidos.
Francamente me ha decepcionado. Tal vez deba ser quemado en la hoguera de los iconoclastas. Es muy posible que me lo merezca. Pero la primera norma del crítico de cine es la sinceridad. Podré pecar de tonto pero no de mentiroso.
Jeff Nichols estrenó en 2011 la interesante Take Shelter. Ahora nos ofrece un relato con múltiples.
Se nos sumerge en esa América profunda, lejana a la soleada California o la cinematográfica Nueva York.
La historia se desarrolla en Arkansas y más concretamente en el río Misisipi. La isla que aparece se encuentra a las afueras de la ciudad de Eudora.
Se trata de la mayor producción que ha sido rodada en este estado americano.
Los protagonistas son perdedores marginales que malviven, a veces, aferrados a su pequeño mundo. En esto me recuerdan a Bestias del Sur salvajes.
Este ambiente y este tipo de personajes encajan bien dentro de lo que se ha dado en llamar el Gótico americano.
Pero Mud también es una historia de amor, de amor destructivo, lesivo pero inevitable. Los sentimientos superan a la lógica y al sentido común.
También es un relato de iniciación, con esos muchachos muy espabilados, que se sienten atraídos por un perseguido y deciden ayudarle por lo que tiene de aventura y de riesgo.
Riesgo que se percibe también en el Misisipi con sus aguas turbias y contaminadas.
Mud, el personaje que interpreta Matthew McConaughey, se traduce al castellano como barro, está lleno de aristas pero derrocha humanidad. Su vida se ha visto lastrada por ese amor tóxico que le ha llevado al abismo.
El bueno de Matthew McConaughey que se siempre se ha distinguido por llevar el torso desnudo aquí no se quiere desprender de su cochambrosa camisa blanca. Su interpretación es absolutamente apabullante. El mejor papel de su vida.
La historia discurre de forma elegante, sin prisas, tal vez con algún tributo innecesario a la comercialidad.
Sorprende ver a una Reese Witherspoon en un registro de choni americana, origen y detonante de la desgracia.
Acudí a ver Mud la tarde del estreno (viernes 30 de agosto) a la primera sesión y sorprendentemente había una cola decamétrica. Menos mal que había salido con tiempo. Entre los compradores de entradas muchas adolescentes.
En la sala fui el único espectador. Me ocurre con frecuencia.
Aquí realiza una peli que se puede encuadrar en el que se podría llamar género nórdico. Inaugurado por la Trilogía Millenium y que ha seguido con pelis como En un mundo mejor o La Caza.
En todas estas pelis de temática variada se nos presenta una sociedad que vista desde la lejanía parece idílica y civilizada pero que en el fondo es decadente y enferma.
Los personajes son fríos y poco expresivos contagiados por el ambiente gélido que se nos ofrece reiteradamente en panorámicas desde el aire.
La trama se trasmuta durante el metraje desde interesante a convencional, terminando en un mal telefilm de sobremesa.
Más que la intriga tiene interés el drama personal. Pero Lasse Hallström desaprovecha esa oportunidad de salvar la película y deja sin desarrollar suficientemente los personajes.
Impresionante Mikael Persbrandt en su interpretación de médico con problemas que no puede dejar atrás su pasado.
El presupuesto de El Llanero Solitario se estima en unos 250 millones de dólares. Una auténtica barbaridad. Pero con todo ese montón de pasta se pueden hacer grandes cosas o grandes bodrios.
Esta peli es sobre todo muy divertida. Del principio al fin resulta entretenida. No hay momentos en los que la trama decaiga.
Suceden muchas cosas y todas bien relatadas. Hay mucho humor, aventuras, personajes interesantes, acción…
Una de las normas del buen crítico es no hablar de la fotografía. Me la voy a saltar. Aquí las imágenes son estupendas con una nitidez extraordinaria. Ver esos grandes paisajes del Oeste en una pantalla grande es maravilloso.
Pero he identificado varias referencias más al cine de Ford. El personaje de John Reid (El Llanero Solitario) tiene una clara inspiración en Ransom Stoddard de El hombre que mató a Liberty Valance. Un idealista que cree en la Ley y en el progreso y que se enfrenta a la dura realidad de la violencia del salvaje Oeste.
Esa mujer enamorada del hermano de su esposo con el que se reencuentra después de muchos años es un homenaje a Centauros de desierto.
Estos detalles y otros que se me escapan dan un toque de calidad a esta peli.
Los dos protagonistas son dos anti-héroes, muy alejados del estilo actual. Uno es un indio medio loco marcado por un error en su infancia. Otro un muchacho torpe y simplón.
Ninguno de los dos ejerce la violencia de manera intencionada, sus éxitos son fruto de la suerte y de la casualidad y también de Silver, el caballo blanco que es el gran héroe de la historia.
Hay una crítica al progreso por encima de todo lo demás, sin respetar el medio ambiente o a las personas.
Depp interpreta a un indio poco expresivo por lo que está más contenido que lo habitual, lo que hace su interpretación mucho menos irritante. En la versión en inglés se le llama Tonto como en el cómic pero aquí se ha doblado como Toro, a lo cual no encuentro explicación (razonable).
Tal vez solo sea cine de entretenimiento pero lo es de calidad.
Evan Goldberg ySeth Rogen han escrito y dirigido (por primera vez) esta Juerga hasta el fin.
Tienen en su curriculum ser los autores de los guiones de Supersalidos y Superfumados y de alguna serie de televisión. Éstas dos pelis que menciono no las he visto, no me he atrevido.
Un grupo de actores que se interpretan a sí mismos se ven atrapados en la casa de James Francocuando llega el Apocalipsis.
Son la nueva generación de actores que se han hecho famosos por su intervención en comedias de dudoso gusto.
La peli se ensaña con estos nuevos ídolos de Hollywood. A parte de someterlos a crueles padecimientos, los muestra torpes e inmaduros.
He de reconocer que hubo momentos en los que me partí de risa, pero solo algunos pocos chistes me hicieron gracia. La mayor parte del metraje resulta cansino y sin sustancia.
Es un humor zafio basado en la supuesta carga de comicidad de cada uno de los famosetes, sin el menor atisbo de inteligencia.
Magnífico ver a Emma Watson defendiendo su honor con una descomunal hacha.
Evan Goldberg y Seth Rogen tienen el desparpajo de ridiculizar a las estrellas que ellos mismos han encumbrado, lo cual es digno de admiración.
El retrato de estos jóvenes es descarnado. Son inmaduros, egoístas, hipócritas, mentirosos, sin verdaderos amigos. Viven en la superficialidad, en un engaño continuo.
Disfrutar con esta peli tiene un cierto componente de sadismo. Es pasárselo bien con el padecimiento ajeno, aunque éste tal vez sea merecido.
He de reconocer que ver Hollywood en llamas tiene cierto morbo.
La peli me parece mejor cuando pienso en ella que cuando la estaba viendo.
Ya es una costumbre que mis sobrinas, Lara y Ángela, vengan unos días a visitarnos en verano.
Hace dos años vimos Los Pitufos e hice mi pitufocrítica, que os recomiendo (me quedó muy graciosa).
Vemos este verano la Dos, en lo que empieza a ser una tradición (o más bien maldición).
Me esperaba lo peor. Esos seres azules y empalagosos que son todos iguales me repugnan. La idea de una raza de solo hombres con una única mujer (la horrorosa Pitufina) creada por Gargamel, el ultraenemigo de Los Pitufos, me pone literalmente enfermo.
Pero el pasar una tarde de cine en familia puede más que la amenaza de soportar una peli infame. Además aunque algo no me guste y lo ponga a parir no quiere decir que no disfrute. El cine siempre es una experiencia mágica y maravillosa.
Como ya he dicho me esperaba lo peor pero el inicio con una sátira sobre las alergias alimentarias me hizo reír, y eso es un buen comienzo.
Los Pitufos siguen siendo insoportables lo cual te empuja a comprender al malo e incluso a solidarizarte con él.
Pero Gargamel ocupa demasiado espacio en el metraje y me cargó un poco.
Neil Patrick Harris no ha mejorado desde la Uno, pero su relación con su padrastro sí me pareció interesante. Brendan Gleeson es un gran actor y verlo en un registro cómico resulta atractivo.
Azul el hijo de Patrick, interpretado por Jacob Tremblay, es clavadico a mi sobrino Borja de pequeño.
La peli discurre más o menos entretenida. Los mejores momentos son cuando Pitufina acompañada de sus hermanos malotes se vuelve malvada. Las travesuras del trío resultan divertidas.
El gato Azrael sigue siendo uno de los mejores actores.
El paseo turístico por París en cigüeña es espectacular.
La crítica sobre el papanatismo hacia los famosos es estupenda y muy real.
Los Pitufos 2 han pitufomejorado respecto a la Uno porque tienen menos pitufoazúcar y más pitufopimienta. Pero aún así hay un exceso de pitufoedulcurante que la termina haciendo pitufoempalagosa.
Os resumo las opiniones de mis pitufoacompañantes y su pitufocalificación de la peli (del 0 al 10):
Marta: Estupendas las imágenes de París. Gargamel es un asco, es un personaje odioso y muy estúpido. (4,5)
Elena: Me gusta que la hermana malota se vuelva buena, y su hermano es muy gracioso. (5)
Rubén: Asombrado por el retraso de Pitufina. (5)
Andrea: Lo mejor los malotes. (6,5)
Ángela: El gato me cae mal y no me hace gracia. (8)
Lara: Me gusta que Gargamel se quede solo por que es muy feo. (5,95)
Vemos en el sofá de casa esta peli con Fer y Adrián.
Ya ha dejado de ser original la realización de una peli como si fuera un vídeo casero. Pero aquí consigue meterte bien en la historia.
Pocas veces se nos ha explicado como los superhéroes van aprendiendo a manejar sus poderes.
Tres chicos, por obra y gracia de la casualidad o del destino, se convierten en superhéroes. Son los tres muy diferentes. Como todo el mundo sabe un gran poder exige una gran responsabilidad. De eso precisamente habla Chronicle.
De peli de instituto a cine de ciencia ficción. Esa es la mutación que sufre la historia.
Al igual que los personajes que de ser estereotipos con alma en ese universo que son los institutos americanos pasan al mundo de los personajes de ficción.
A mí siempre me ha gustado pensar que por ser pobre o marginado un individuo además tiene que ser buena persona.
Hace muchos años oí en la radio una entrevista a un miembro de una ONG que había sido agredido salvajemente, que declaraba que ser necesitado no garantiza que se sea buena gente. Él ayudaba simplemente porque lo necesitaban. Eso me impresionó.
En Chronicle el muchacho marginado, inadaptado escoge el camino del mal (el reverso tenebroso de la Fuerza). En cierto modo lo comprendemos. Su vida ha sido muy dura y su padre un cabrón de tomo y lomo. Y lo peor, cuando consigue ligar, va y vomita encima de la chica (muy cariñosona ella).
Esta producción de tan solo doce millones de dólares consigue entretener y da motivos para la reflexión. Su desarrollo es brillante. Su final, un desmadre absoluto, sorprende y es la cumbre que corresponde a su evolución.
Actores desconocidos que hace bien sus papales. Maravillosa la jovencita Ashley Hinshaw, que hasta ahora ha intervenido más en series de televisión.
Esas batallas de Kaijus contra Jaegers tienen mucho de añoranza de la infancia y en eso comprendo a Guillermo. Cuando era niño me encantaban las pelis de Godzilla con esa mezcla de terror y catástrofes, dos de los géneros más comerciales. Mazinger Z me fascinó más bien poco. Los Transformers ya me pillaron mayor (de la peli no he podido olvidar a Megan Fox).
Si a un director como Guillermo del Toro le das la friolera de 180 millones de dólares (unos 140 millones de euros) y le dices que haga una guerra entre Transformers y Godzillas la puede liar parda.
Pero hacer una película colosal no garantiza que sea buena.
Las peleas entre monstruos y robots están bien rodadas, no son confusas (no demasiado) pero son excesivamente largas y al final se hacen eternas.
Del Toro se apunta al cine de escombro como El Hombre de Acero o la por estrenar Elysium. A mí esa veneración por la destrucción me molesta gravemente.
Además Pacific Rim está llena de tópicos, con personajes de palo, que son más esteoreotipos que personas de verdad.
No me voy a extender comentando las penosas interpretaciones de los actores. Al parecer se barajó el nombre del inefable Tom Cruise para protagonizar esto que nos ocupa. Posiblemente no fue elegido porque el presupuesto se hubiera disparado más aún.
Rinko Kikuchi, la sordomuda que no usaba bragas en Babel, ha prosperado y tal vez sea la única interpretación salvable.
No cometí el error de verla en 3D. La peli es demasiado oscura, con mucha lluvia, mucha noche y mucho fondo del mar. En 3D debe ser tenebrista.
He oído decir que del Toro da un sello de autor a su superproducción palomitera. A mí, muy al contrario, me parece una obra absolutamente impersonal.
Neill Blomkamp nos sorprendió en 2009 con Distrito 9, una peli con garra, posiblemente una terrible metáfora sobre el Apartheid.
Ahora nos presenta un futuro tan creíble que nadie lo dudaría. Año 2159. La tierra es un planeta superpoblado y supercontaminado donde malviven en pésimas condiciones sanitarias y laborales los ciudadanos controlados por unos robots que hacen de policías. En Elysium (una plataforma espacial) habitan los ricos que disfrutan de un mundo sano y feliz. (No es demasiado diferente a la situación actual).
La presentación es muy correcta, tal vez demasiado breve y demasiado interesante.
Matt Damon, ese chico sanote que hemos visto crecer desde que hiciera la mili de soldado Ryan, es un buen protagonista, simpático y que se esfuerza por ser un buen ciudadano. Musculado para la ocasión, cuando sale sin camiseta se nota que lleva la pared abdominal maquillada. Víctima de las circunstancias toma el camino de la subversión como única posibilidad. Ahí es cuando la peli empieza a flaquear.
No deja de ser entretenida pero discurre por los caminos ya trillados del cine de acción, esta vez con exotraje con poderes de superhéroe.
Parte del rodaje trascurre en el mayor basurero del mundo a las afueras de Ciudad de México, donde se almacenan millones y millones de toneladas de porquería. Los actores lo pasaron realmente mal. El olor era nauseabundo e insoportable. A las pocas horas se encontraban recubiertos de una capa marrón que era literalmente estiércol.
Neill Blomkamp se ha vendido (otro más) a Hollywood. La industria americana del cine tiene ese poder maléfico que arrastra a directores con buen futuro al reverso tenebroso del cine comercial, del más de lo mismo que es lo que vende.
Las grandes productoras americanas tienen la capacidad de trasformar una historia interesante en un producto clónico para contentar a un público que, supuestamente, exige eso y no acepta cambios.
Las escenas de la monjita con el niño Matt (antes de hacer el servicio militar) al principio y al final de la peli me produjeron erupción cutánea, con prurito intenso, malestar general y vómitos.
Para colmo: final feliz. Querido Neill, no se puede caer más bajo.
Una pena, penita, pena. Un buen proyecto malogrado.
En poco más de media hora llegamos a Madrid. Esta ciudad hermosa y dura, en verano se hace más asequible al visitante.
Acudo con mi sobrijo Adrián, un cinéfilo de pro que quiere hacer de lo audiovisual su profesión. Incansable conversador, capaz de hablar de cine durante horas, ha visto las pelis más raras que te puedas imaginar. De cada diez que comentamos en solo una estamos de acuerdo, en las demás discrepamos gravemente.
Mi cinéfilo sobrino estaba interesado en ver esta exposición.
Con algo de fresquete por un aire acondicionado a toda marcha y con mucho público fuimos recorriendo sus salas.
Muchos aparatos previos al cinematógrafo, artilugios muy interesantes con el objeto de obtener imágenes en movimiento.
De Georges Méliès se exhiben muchos de sus cortos y resulta asombroso como se internó en géneros de los más dispares: el de capa y espada, cine de época, religioso, musical, ciencia ficción…
Méliès llegó a realizar más de 500 pelis pero sólo se conservan poco más de cien.
Aficionado a la magia, cuando asistió a las primeras proyecciones de los hermanos Lumière les quiso comprar su aparato y éstos se burlaron de él pues suponían que su éxito era una moda efímera.
Méliès fue el inventor del montaje y de los efectos especiales que solucionaba con el truco del paso de manivela. Aunque concebía el cine desde un punto de vista teatral con un solo enfoque, colocando la cámara de manera estática.
Los estudios que fundó a las afueras de París son los primeros de la historia del cine.
Ejercía un control absoluto sobre sus pelis. Un auténtico hombre orquesta, hacía de productor, director, actor, maquillador, guionista…
En la exposición se pueden ver muchas de sus pelis. Estuvimos durante dos horas y media y no nos dio tiempo a verlo todo.
La que más público congregaba era Viaje a la Luna de 1902. Llena de buen humor y de inocencia con unos selenitas entre divertidos y terroríficos. Emocionante ver las caras de los espectadores que observaban con una sonrisa de complaciencia.
Abierta hasta Diciembre. Con la tarjeta de La Caixa la entrada es gratuita. Educativa y divertida. No conviene perdérsela.
Recuerdo perfectamente cuando fui al estreno siendo muy niño. No he podido olvidar muchas de sus escenas y en su momento quedé impresionado por su colosalismo. Tal vez la volví a ver en el colegio unos pocos años más tarde y después de más de 40 la revisiono.
Antes había pelis de romanos y del oeste que llenaron mi infancia. Ahora se llaman Péplums y Westerns.
Impresionante la cantidad de caballos que se utilizan. El despliegue de medios es apabullante.
Lo que no fui capaz de ver en la infancia es que bajo el disfraz de peli de romanos se esconde una peli política.
El poder usado de forma absoluta, la adulación hacia los poderosos, la demagogia, la falta de ética, la mentira, la corrupción acabaron con el Imperio Romano. Todo esto suena tan actual.
Podría decir que también se critica a la Monarquía pero Cómodo no es hijo de Marco Aurelio sino de un gladiador. Así que quedo confuso.
Costó más de veinte millones de dólares y fue el gran fracaso comercial de la Paramount de ese año.
Christopher Plummer está estupendo interpretando al alienado emperador. A diferencia de Stephen Boyd que está realmente penoso. Él achacó a esta película la ausencia de éxito en su carrera como actor.
Los decorados de 55 días en Pekín fueron realizados en las Rozas. Se desmontaron enteros para realizar el foro romano de esta producción que batió todos los récords en el tamaño de un decorado. Hasta ahora no han sido superados.
A diferencia de otras pelis de la época, yo creo, que ha mejorado con los años. No es una historia redonda. Se recrea demasiado en su producción exhibiendo los exagerados medios que emplea. La historia de amor es floja, con poca pasión. El metraje es excesivo (casi tres horas). Pero la relación homosexual entre Cómodo y Livio y la visión desde un punto de vista político le dan mucho interés.
Alec Guinness (El Emperador Marco Aurelio) admitió que nunca fue capaz de ver más de 20 minutos de la peli terminada.
Ver estas historias que llenaron mi infancia tiene un tono de nostalgia y algo de decepción. La mirada de un niño llena de asombro se ha tornado en la mirada de un viejuno que comienza a volverse crítico con todo, incluso con las pelis de su niñez.
Esta 360. Juego de destinos se basa en el recurso, ya muy manido, de las vidas cruzadas que se va convertir en un género.
Las historias se enlazan con elegancia y la peli discurre plácidamente con escasas pretensiones.
Me da la impresión que hay algo de autobiográfico en esta peli cuyo guión ha sido escrito por Peter Morgan.
La globalización nos permite saltar en pocas horas de Viena a Londres y a Denver… Una brasileña puede conocer a un inglés en un viaje a Estados Unidos.
Las historias son todas diferentes con pocos puntos en común. Tal vez todos los personajes buscan la felicidad de muy diferentes maneras.
Los actores transpiran sinceridad. Con interpretaciones muy correctas. Destaca Anthony Hopkins con un monólogo en una reunión de alcohólicos anónimos que es toda un declaración vital.
Las actrices están todas bellísimas a Rachel Weisz la vi especialmente delgada (¿me tendré que empezar a preocupar?)