Quien me siga sabe que vi esta peli en el Festival de San Sebastián y me entusiasmó.
Voy a volverla a ver con Elena, esperando que a ella también le guste.
Siempre un segundo visionado es una prueba de fuego.
Bradley Cooper dirige con maestría esta cinta, con una cámara certera que sabe aproximarse a los personajes, con el decorado de fondo siempre presente.
Sabe dar intimidad al conflicto y llegar a los actores de manera sutil y profunda, con su pasado, con sus miedos y sus imperfecciones.
Magnífico el retrato de Jackson Maine que sale de un concierto rodeado de admiradores y asistentes y se mete en un cochazo donde solo encuentra la compañía de una botella, un amigo (enemigo) que no quiere abandonarle.
La fama, el éxito son efímeros y asumirlo, saber estar en tu sitio es difícil, si no imposible.
Lady Gaga se ha mostrado siempre sofisticada, barroca, inaccesible, pero aquí se presenta como una chica sencilla, tan divinamente imperfecta, que se hace perfecta.
Su interpretación es profunda, sentida, con una gran capacidad de trasmitir sentimientos, que te lleva al llanto en su tramo final.
Imposible no enamorarse de esta chica enamorada, que pierde sus referentes al convertirse en un producto comercial, que por otro lado le lleva al éxito.
Una relación tóxica que Jack decide terminar por amor, aconsejado por su fiel acompañante, la ginebra.
Cabe preguntarse qué fue la causa del fracaso, qué fue primero.
La bebida lleva al ocaso del éxito o después del éxito solo queda ir hacia abajo y eso conduce a adicciones autodestructivas.
Esta segunda vez me ha seguido apasionando y lo que es mejor a Elena también.
Nuevo comentario con fecha 24/03/2020:
La he vuelto a ver varias veces más y consigue emocionarme, incluso más que la primera vez.
Una de las grandes pelis del siglo XXI y la mejor versión de esta historia.
En esta nueva versión de la icónica historia de amor, Bradley Cooper debuta como director y encarna a Jackson Maine, un experimentado músico que descubre a Ally, una artista en aprietos de la que se enamora, interpretada por Lady Gaga. Ally ha abandonado su sueño de convertirse en una cantante de éxito hasta que conoce a Jack, que inmediatamente ve su talento natural. Esta historia íntima nos lleva en un viaje a través de la belleza y los desafíos de una relación que lucha por sobrevivir.
FICHA
DIRECCIÓN
Bradley Cooper
GUION
Eric Roth, Bradley Cooper, Will Fetters
FOTOGRAFÍA
Matthew Libatique
INTÉRPRETES
Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Andrew Dice Clay and Dave Chappelle.
DURACIÓN
135 m.
PAÍS
EEUU
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Comentario:
Ya sé que es una historia conocida, de la que ha habido al menos tres versiones más.
La del 37 con Fredric March y Janet Gaynor dirigida por William A. Wellman.
Otra en 1954 de George Cukor con Judy Garland y James Mason.
Y la de Frank Pierson en 1976 con Barbra Streisand y Kris Kristofferson.
Las tres estupendas.
Com ya es conocido: me declaro incondicional de los musicales.
Viendo este remake confieso que he disfrutado y me he emocionado.
Bradley Cooper y Lady Gaga están arrolladores. El primero con una voz extraordinaria (¡qué lástima se pierda en el doblaje!) y la segunda demostrando que es una gran actriz, lejos de su faceta de cantante extravagante.
La peli me ha llegado al corazón hasta llegar a la lágrima.
Cuando salí de la sala sentí ese extraño sentimiento que se te formaba un nudo en la garganta.
Una de las grandes películas de este año.
Cooper en su debut se da a conocer como un director de valía.
La idea de juntar a dos o tres decenas de superhéroes en una peli me parecía innecesario y megalómano.
Presentía que no sería capaz de identificar a cada superhéroe con sus poderes y sus nombres, que solo los grandes fans serían lo suficientemente listos.
Pero cuando veo la peli me encuentro que identifico a todos y más o menos sé que son capaces de hacer.
Es lo que tiene ver todas las pelis.
Además descubro dos horas y media que se pasan muy rápido y que son muy divertidas.
Hay batallas bien construidas, hay emoción, hay épica, hay rollo shaquesperiano y sobre todo hay mucho sentido del humor.
Salvo en algunas contadas escenas la peli tiene un tono cómico, ligero que huye de grandes solemnidades y que la dan un carácter fresco.
Y ademas y sobre todo hay un malo colosal, una especie de Hitler global que quiere reducir a la mitad la población del universo con fines conservacionista, pero sin rollo supremacista, un contrasentido tan loco y terrible que resulta atractivo. Es un malo poderoso, pero que en algún momento parece que puede ser vencido.
Un convincente Josh Brolin interpretando a Thanos.
Hay momentos sublimes que van a pasar a la historia del cine como el encuentro de Guardianes de la Galaxia con Thor.
Estupendo también el problemilla de Bruce Banner que dura toda la peli.
Una sala casi llena en la primera sesión del viernes, día del estreno. Con una jovencita a mi lado que terminó llorando desconsoladamente al final de la proyección asistida por su también tocado novio.
Porque el final de la peli provoca el llanto. Yo me contuve.
Tendremos que esperar un año para conocer el final de esta Guerra Infinita.
La peli tiene todos los ingredientes bien cocinados para ser un bombazo en taquilla.
Si eres fan de Marvel te va a entusiasmar. Si no conoces a los superhérores haz un cursillo antes de ver la peli.
Por un lado la descripción de una familia disfuncional (¿cómo todas?).
Por otro “el Sueño Americano“.
Esa familia apiñada en una casa es de lo más patéticamente divertida.
La abuela (la más cabal), la madre enganchada a las telenovelas, las hijas, el exmarido que vive en el sótano, el padre divorciado que no aguanta a su ex y es abandonado por su tercera esposa… Soportando todo el hogar la sufridora y luchadora Joy, una magnífica Jennifer Lawrence.
Sorprende verla haciendo en una sala de los Multicines de heroína en Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2 y en la de al lado de ama de casa al estilo ¿Qué he hecho yo para merecer esto?.
Me aburre Robert De Niro interpretando siempre el mismo papel con sus tics demasiado vistos.
Esta chica, que no da más de sí, inventa una fregona que termina vendiendo en la teletienda y se hace rica y famosa.
¡Estoy harto del Sueño Americano!
Ésta y muchas otras pelis nos muestran como, con suerte y tesón, se puede salir de la miseria de la clase media (baja) americana.
Es el consuelo que se ha inventado el cruel capitalismo para dar esperanza a los pobres, pero al mismo tiempo culparlo por su situación precaria.
Si no has salido de la clase obrera es porque no has sido ni lo suficientemente listo, ni trabajador. Es culpa tuya. No del sistema que te da una oportunidad, aunque sea entre un millón.
La peli se sustenta en la interpretación de la Lawrence, premiada con un Globo de Oro.
Pero la realización y la trama resultan cansinas y aburridas.
Me encanta su manera de dirigir, con una cámara siempre bien colocada, al servicio de la narración.
Se relata la vida de Chris Kyle, un auténtico héroe que estuvo más de 400 días en Irak en cuatro periodos diferentes y eliminó a más de 160 enemigos. Fue conocido como Leyenda.
El francotirador posee dos graves defectos.
Una dosis alta de patriotismo americano.
Por otro padece un penoso maniqueísmo. El tirador irakí, enemigo de nuestro héroe, realiza el mismo “trabajo” y es presentado como un malvado.
A Chris Kyle se le presenta idealizado, dolido por no haber podido salvar más vidas norteamericanas. Un hombre modesto y excelente compañero.
Pero en el haber Eastwood acumula muchos elementos.
La visión de la guerra, desde este punto de vista novedoso, es excelente.
El retrato certero de la difícil incorporación a la vida civil después del trauma de la guerra.
La peli está llena de emoción, con una narración muy vigorosa, sin que haya momentos de decaimiento.
Bradley Cooper realiza una composición extraordinaria, intentando parecerse al personaje, aumentó treinta kilos de peso. A este actor lo quiere la cámara.
Da el pego de americano sanote, y bien nutrido. Representando los valores tradicionales de Dios, Patria y Familia.
Pero la que me ha subyugado ha sido una maravillosa Sienna Miller, con una interpretación muy comprometida y completa. Imperdonable que al menos no hubiera estado nominada a los Oscars.
Que quede claro que a mí el conjunto de la peli me ha gustado mucho, a pesar de sus pecadillos.
Susanne Bier es una directora danesa que se inició en el Movimiento Dogma. Por su peli En un mundo mejor ganó el Globo de Oro y el Oscar a la mejor peli de habla no inglesa en 2011. Una producción muy estimable.
La ha fichado Hollywood para realizar este engendro.
Se pretende dar al conjunto del metraje un tono épico romántico. El resultado es deprimente.
Imposible empatizar con ese empresario maderero que esquilma los bellos bosques de Virginia e intenta evitar la creación de un Parque natural.
Además soborna a los políticos en contra de los ecologistas. Esto, ¿a qué me suena?
Las interpretaciones de Jennifer Lawrence y Bradley Cooper son penosas, casi producen risa y la famosa supuesta química es rotundamente nula.
Las repetidas escenas de cama entre estos dos guapos oficiales son reiterativas y superfluas.
Al final la peli desbarra y llega a límites insospechados de folletín baratucho.
Todo se podría perdonar si fuera mínimamente divertida, pero resulta un auténtico coñazo.
A Susanne Bier le recomiendo que vuelva a su Dinamarca natal porque los USA no le sientan nada bien.
En las películas de superhéroes o de ciencia ficción siempre se ha intentado introducir toques de humor. A veces con éxito como con Han Solo, Chewbacca y C-3PO. A veces cagándola totalmente como con el inefable Jar Jar Binks.
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Tal vez nunca se había hecho una comedia, no paródica, de estos elementos.
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Hacer reír contando una historia imposible y que todo parezca coherente y creíble es extremadamente difícil.
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Guardianes de la galaxia nos mete en un torbellino de acción, emoción y risas.
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Los personajes están magníficamente presentados, tienen gran personalidad. Las circunstancias hacen que luchen primero, después colaboren y luego se hagan amigos, con naturalidad, sin que resulte forzado.
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Son cinco marginados, tipos raros, inadaptados, con lados oscuros. A pesar de ser verde, o tener ramas, o parecer un mapache, o tener más tatuajes que El Vaquilla nos resultan familiares y se hacen entrañables.
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Zoe Saldana aquí es esmeralda y en Avatar azul, se ve que le gustan los cambios de color de piel.
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Subconscientemente la he relacionado con la saga Star Wars desde el principio del post. Tal vez a Guardianes le falte el espíritu épico y transcendente de la saga de George Lucas, pero su primera edición ha sido estupenda.
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Habrá secuelas seguro. Veremos lo que nos depara el futuro.
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No hay que abandonar la sala hasta que terminan los créditos. ¿Alguien recuerda a Howard the Duck?
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Puntuación de Luca: 10/10. Personaje favorito Rocket.
Puntuación de Leo: 10/10. Personaje favorito Groot.
Estos timadores son de poca monta, ganan miles de dólares (como mucho), no millones como Jordan Belfort.
En una de las primeras secuencias reconocí una canción de America, la banda de folk rockestadounidense. El resto de la proyección me fui fijando en la selección de los temas musicales y es realmente sensacional.
Conozco a este grupo desde que mi amigo Julito me grabara sus canciones a finales de los setenta.
La historia está basada en hechos reales. El F.B.I. utilizó a unos estafadores para pillar a políticos corruptos.
La historia es la del sueño americano, otra vez. Pero aquí sus personajes me despiertan más compasión que los de Scorsese. Son perdedores, personas a los que la vida no les ha tratado bien.
Porque esta Gran estafa es una peli, sobre todo, de personajes.
No puedo resistir la tentación de describirlos. Si no quieres que te destripe la peli, no sigas leyendo.
Christian Bale interpreta a Irving Rosenfeld, un timador que tiene su técnica, la de rechazar al primo hasta que éste insiste tanto que no puede evitar sablearle. Es un tipo barrigón, calvo, que dedica bastante de su tiempo en ocultar su alopecia. Usa un bisoñé y un complicado peinado a lo Anasagasti. Es un tío astuto, un buen profesional en lo suyo.
Amy Adams es la actriz que da vida a la novia de Irving Rosenfeld. Vive con una identidad falsa, alérgica a los sujetadores y adicta a los escotes. Sabe hacer bien de calientapollas con el agente federal Richie DiMaso, un Bradley Cooper que le gusta rizarse el pelo con múltiples bigudíes. Capaz de todo para prosperar en la Agencia. Su prometida no vale gran cosa a diferencia de su madre que es horrorosa.
Luego está Jennifer Lawrence la esposa de Christian Bale, deslenguada, mentirosa y aficionada a un esmalte de uñas que huele a rosas y basura, posiblemente como su vida.
Ninguno es buena gente, todos actúan por interés y por salvar el pellejo.
La peli va ganado conforme conocemos a los personajes y avanza la trama. Llega a su momento cumbre con el timo final, un golpe de guión que se veía venir pero que es muy efectista.
A mí me gustó más que El lobo de Wall Street. Es más corta, menos exagerada, hasta más optimista.
No hace mucho pudimos ver la anterior peli de este director Blue Valentine, alabada por la crítica pero que a un servidor no me terminó de convencer.
Cruce de caminos es el título en España. En su origen es “The Place Beyond the Pines” que traducido sería algo así como “Más allá de los pinos“. Tal vez en castellano (por esta vez) sea mejor.
Las vidas de dos familias de diferente estatus social se cruzan y eso marca la vida de sus descendientes.
Un suceso (que no voy a relatar) permite que uno de sus protagonistas ascienda y otro… (mis labios están sellados).
Hay dos grandes aspectos positivos en esta peli. Uno la historia. Un guión sólido, que no pierde el interés, lleno de matices de sentimientos. Triste, desolador, entretenido.
El otro aspecto de interés son los actores.
Ryan Gosling, comedido, da una lección de cómo con poco ofrecer mucho al espectador.
Bradley Cooper que demuestra que no solo es un guaperas. No tan brillante como Gosling pero sí eficaz.
Eva Mendes maravillosa con una interpretación conmovedora. En su cara después de los 15 años, que trascurren en la historia, se refleja la mala vida que ha llevado. En su rostro atormentado se ve con nitidez el trabajo y el sacrificio que le ha supuesto sacar a su hijo a delante. Pero a pesar de todo sigue siendo bella, esa belleza que nace del espíritu. Ya sé que es prematuro pero yo veo calidad sobrada en su interpretación para merecer el oscar.
A pesar de las dos horas y veinte minutos de duración la historia no desfallece.
Lo peor es la forma de filmar de su director, Derek Cianfrance, que, para parecer original, abusa de los primeros planos en ocasiones con desenfoque. Aunque reconozco que las escenas de persecuciones las rueda con energía.
El tema de la verdad y de la mentira es un asunto muy interesante. En mi opinión con la verdad se va a todas partes y antes se pilla a un mentiroso que a un cojo.
En este juego de historias metidas dentro de otras historias se basa esta peli.
El tema y el planteamiento son interesantes.
Pero adolece de dos graves defectos.
Primero que las historias no llegan a emocionar y la del soldadito americano en el París recién liberado es tan conocida que resulta repulsiva.
Segundo: la voz en off lastra toda la narración. Los que me leéis ya sois conocedores de mi aversión a este recurso que en general es absolutamente innecesario, que trata al espectador como retrasado explicándole lo que ya ve. Aquí resulta insufrible.
Tercero: los actores están más que discretos, incluido Jeremy Irons que está como pasando de todo, con escaso interés. El guapo de moda Bradley Cooper es un actor más que limitado.
Ésta ha sido la gran sorpresa en las nominaciones a los Premios Oscar. Pasó sin pena ni gloria en su estreno en Estados Unidos y al ser nominada por ocho categorías ha vuelto a ser estrenada.
Pat y Tiffany son dos personas heridas que posiblemente no hayan reaccionado normalizadamente ante situaciones difíciles de la vida y que por ello son catalogados de enfermos mentales.
Todos los humanos somos imperfectos y estamos llenos de manías, complejos, taras y en muchas ocasiones no sabemos reaccionar de manera correcta.
A Pat se le cataloga de bipolar y eso me da pie a comentar con brevedad que es el Trastorno Bipolar o Psicosis Maniaco-Depresiva. Estos pacientes pasan por fases en las que están severamente deprimidos y otras en las que se encuentran expansivos, hiperactivos y con bajo control de los impulsos. Estas fases se pueden suceder de manera alternativa o sucederse fases depresivas sin elementos maniacos. Entre medio de las fases el paciente está normal.
La peli discurre como un drama disfrazado de comedia con buenos diálogos y situaciones divertidas.
Hay alguna escena penosa y poco convincente que rompe el ritmo. Al final el director abandona un trayecto interesante para acabar haciendo una comedia romántica y eso es lo que más le reprocho que se rinda ante las exigencias de los espectadores menos exigentes.
La escena del baile final es penosa. Los dos protagonistas son rodados mientras danzan con planos cortos de su rostro o de sus tórax evitando los planos generales para hacernos creer que hacen algo parecido a bailar. Podrían haberse esforzado más y haber aprendido una coreografía y además tampoco era imprescindible hacerlo perfecto.
Bradley Cooper está acertado en su papel pero en las escenas que comparte con Jennifer Lawrence, ésta se lo merienda con patatas. El futuro de esta actriz es impresionante metida en una saga como Los Juegos del Hambre.
Hacía tiempo que no le sacaban el suficiente partido a Robert De Niro.
David O. Rusell desaprovecha una buena historia rodándola de una manera muy convencional con un abuso desesperante de primeros planos que, a veces, incluso llegan a confundir.
En mi modesta opinión es una peli sobrevalorada y posiblemente se vaya de vacío de los oscars.
Sin límites es un thriller entretenido que mantiene el interés.
Hay secuencias bien rodadas y originales que sorprenden al espectador, sobre todo cuando el protagonista consume esa droga maravillosa el NZT. Esa cámara que camina a ritmo vertiginoso por las calles de Nueva York resulta impactante.
La voz en off es como siempre innecesaria aunque es preciso reconocer que no se abusa de ella.
Robert de Niro como siempre eficaz, pero verle en tantos personajes en tantas y tantas películas confunde un poco.
Hay aspectos en la peli que me recordaron a Matrix y al Club de la lucha, aunque las líneas argumentales sean totalmente diferentes. El apartamento del personaje Eddie Morra me recuerda mucho al del Club de la lucha.
Destacar el maquillaje que resulta muy eficaz y hace muy creíbles a los personajes.
Se podría decir que Sin límites es un thriller del siglo XXI.
Lo peor con ventaja es el final, con una moralina absurda y entrando de lleno en esa malformación del cine americano del happy end.
Mi madre está pasando unos días en casa. Tiene 82 u 84 años (no está demasiado claro) y la última película que había ido a ver al cine era “Sé infiel y no mires con quien” de Fernando Trueba en 1985, es decir no iba al cine desde hace 24 años.
Ella siempre ha sido seguidora de la serie “El Equipo A” y de hecho la sigue viendo en algún canal autonómico. Le ofrecí ver la peli en el cine y aceptó con ciertas reticencias.
La sala le pareció descomunal, la pantalla demasiado grande, el sonido infernal y la película sensacional.
Los actores que encarnan a los personajes de la serie no le defraudaron para nada.
Clarita siempre ha sido una entusiasta del cine de acción o más bien del cine de patadas y esta película le encantó. Salió contenta, bromeando con que necesitaba una tortilla de aspirinas.
Este “Equipo A” es una mezcla bien resuelta de acción y humor, que no traiciona el espíritu de la serie, pero actualizada a las modas del cine de ahora.
Es una especie de capítulo piloto de la serie (una precuela) que plantea con gracia como se conocieron los personajes y el porqué son perseguidos.
Para divertirse con esta peli hay que dejarse llevar y disfrutar, las exigencias a un lado.
La serie de la que no me considero seguidor tenía un tono algo infantil con una violencia blanca sin sangre, era curioso pues no solía haber asesinatos y los malos eran todos capturados o huían.
En la peli la acción es más madura, hay asesinatos y sangre pero sin excesos y los efectos especiales son asombrosos llegando a traspasar la línea que delimita el cómic.
Los incondicionales no se sentirán defraudados (que se lo digan a Clarita) y los escépticos, como yo, saldrán aliviados.