Los Coen han hecho esta peli para Netflix que parece que no va a llegar a los cines, lo cual es una auténtica pena.
Está compuesta por seis relatos independientes que tiene como elemento esencial el homenaje al Western.
La fotografía, la música, la ambientación… todo está técnicamente perfecto.
Los Coen en sus treinta y tantos años de carrera profesional han sabido aplicar su sello de autor a sus películas, con una mezcla de humor y disección de los personajes que es marca de la casa y que aquí confirman.
Estos dos genios de Minnesota construyen un gran homenaje al género, componiendo un conjunto maravilloso que a mí me ha entusiasmado.
Los seis relatos tienen el toque Coen.
The Ballad of Buster Scruggs homenajea a los pistoleros, con la sabia moraleja que siempre hay alguien más rápido. También rinde tributo al Saloon típico de pueblucho del polvoriento Oeste. Con mucho sentido del humor (negro).
Near Algodones tiene como elementos centrales el atraco a un banco, los indios y la horca. Muy divertido.
Meal Ticket. El relato del espectáculo de barraca ambulante. Triste y desolador.
All Gold Canyon. El buscador de oro y las verdes praderas. Esperanzador.
The Gal Who Got Rattled. Caravanas e historia de amor, con indios. Un relato maravilloso y enternecedor.
The Mortal Remains. Rinde tributo a la diligencia, con elementos imprescindibles en el western como la mujer del predicador y los cazarrecompensas.
Jaume Collet-Serra se ha afincado en los USA. Su última peli Infierno azul me gustó.
Impresionante como dirige las escenas de acción.
El comienzo, con ese montaje, con continuas elipsis, para mostrarnos la vida cotidiana es maravilloso.
Jaume nos mete en una vorágine de imágenes, de secuencias de acción en las que no te da tiempo para pensar, para digerir un guión cogido con alfileres.
Funciona mientras ves la peli. Si te dejas arrastrar por este torrente narrativo, te lo puedes pasar, incluso, bien.
Pero claro, la peli no soporta la reflexión.
Pensando un poco todo resulta falso y tramposo.
No hay que negar que los 105 minutos de peli, trascurren sin sentir.
“En ‘Silencio’ es difícil sentir ni frío ni calor ante una narración tediosa (…) todo es monotonía y tiempos muertos. Y el deseo de que acabe de una vez algo inútilmente dilatado.”
Scorsese no es uno de mis directores favoritos.
Es un director demasiado protagonista.
Cuando veo sus películas me da la sensación que se exhibe, que me está demostrando continuamente lo bien que lo hace, con esos movimientos de cámara, con los travelings imposibles, con el uso de la grúa…
Otro defecto es el uso pertinaz de la voz en off, que tanto detesto.
Aún así he seguido toda su filmografía que considero muy interesante.
Es uno de los mejores cineastas vivos.
A Martin siempre le interesó la religión. En 1988 rodó La última tentación de Cristo.
En Silencio nos cuenta la historia de dos misioneros que intentan evangelizar el Japón del siglo XVII, por un lado.
Y por otro todos los métodos que utiliza el poder nipón para doblegar su voluntad.
Es una historia de fe y de resistencia.
La fe que es puesta a prueba de la manera más dura.
Y la resistencia a ser colonizados primero por la religión y posiblemente después por la fuerza militar de las potencias occidentales de la época.
La narración es lenta, demasiado detallista, pero con un atractivo inmenso, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta.
Esta vez Scorsese se deja de florituras y realiza una narración más clásica, con una cámara invisible.
Las imágenes de ese Japón feudal son estremecedoras y embriagadoras, barro incluido.
El mensaje de la peli es tan interesante, que da mucho que pensar.
Estamos ante una obra maestra.
Una de las mejores películas de Scorsese.
Solo un consejo: no pongas voz en off, es innecesaria.
Con Mónica Gallo y Diego Gismero hemos comentado la actualidad cinematográfica alcarreña con la primera película de la temporada del Cine Club Alcarreño, Todos queremos algo de Richard Linklater.
También hemos comentado brevemente el segundo día del Taller de Cine de Azuqueca de Henares, Así empezó Hollywood (Nickelodeon) de Peter Bogdanovich.
Hemos terminado con dos grandes estrenos que podemos ver en los Multicines Guadalajara:
Acudimos, a la sala más grande de los Multicines Guadalajara, mi amigo Diego Gismero y yo.
.
Después de haber visto llorar a la Vicepresidenta María Soraya Sáenz de Santamaría Antón a la salida del pase especial, a la Teniente (Sigourney Weaver) Ripley sollozar en el Kursaal en el Festival de San Sebastián, donde repartieron katiuskas, para poder navegar por ese mar de lágrimas, venía preparado con varios paquetes de kleenex.
.
Cuando empezó la peli miré el reloj para cronometrar cuando comenzaba mi llanto.
.
Tengo una reconocida fama de blando y suelo emocionarme con las cosas más simples.
Estaba seguro que no podría contenerme. Temía llamar la atención.
.
Iban pasando los minutos y no me saltaban las lágrimas.
.
Llegaba el final y suponía que explotaría en llantos.
.
Pero no. Terminó la peli sin usar mis pañuelitos de papel.
.
Mi amiga María ya me había advertido que era para tanto.
.
Ahora me siento un tío duro.
.
El viejo Ramón blanducho y flojo ha muerto.
.
Ahora hay un nuevo Ramón, un tipo inmutable e indolente.
.
¿O sencillamente solo es una burbuja hinchada por una perfecta promoción?
.
La brutal campaña publicitaria que ha recibido la peli, especialmente de su productora principal Tele 5, nos la presentaba como un dramón del que no se podría contener el llanto.
.
Su argumento central cabe en una servilleta de papel.
.
La madre enferma y el niño que no sabe como afrontarlo está algo visto.
.
Las historias colaterales que cuenta el gigante forestal están bien, pero no dejan de ser cuentecillos con moraleja.
.
Hay momentos brillantes, pero no demasiados.
.
A Bayona nos lo han vendido como el nuevo Steven Allan Spielberg. ¿Un pelín exagerado?
.
El niño Lewis MacDougall está muy bien, una buena interpretación, pero su cara ocupa más de la mitad del metraje en la pantalla y llega a saturar.
.
Felicity Jones es la actriz de moda. La vamos a ver en cinco pelis este año, una producción británica, en Inferno de Ron Howard y en Rogue One: Una historia de Star Wars de Gareth Edwards.
.
.
.
.
.
La peli no es mala, pero desde luego es mucho menos de lo que la promoción ha divulgado.
.
Salí bastante decepcionado, pero con una interior satisfacción de no haber sido embaucado con las trampas de Bayona.
Qué bello es vivir de Frank Capra es la película navideña por excelencia del siglo XX.
¿Love Actually podría ser el equivalente del siglo XXI?
Vemos Marta, Rubén y un servidor esta peli la noche del día de Navidad, en el salón de casa de mi madre.
Reconozco mi veneración por esta peli. Me resulta entrañable y divertida.
Las historias más o menos cruzadas con el tema central del amor y con el paisaje de la Navidad.
Es una producción británica plagada de grandes actores del Reino Unido: Hugh Grant, Liam Neeson, Colin Firth, Laura Linney, Emma Thompson, Alan Rickman, Keira Knightley, Bill Nighy…
Hay un aspecto que me agrada especialmente: la reivindicación de lo británico en contraposición a lo norteamericano.
Billy Bob Thornton, actor de Arkansas, representa a un presidente USA arrogante que además se intenta liar con la novia del presidente británico.
Me encanta el humor british, elegante, con fina ironía, sin aspavientos, sin esperpentos, que impregna todo el metraje.
La peli es un pastelón. Todo muy dulce, muy almibarado.
Pero a mí me gusta, me enternece, me conmueve y además me la creo.
Sería un buen propósito verla todas las navidades.
Comparto totalmente los gustos de Hugh Grant. Refiero mil veces a la rotunda Martine McCutcheon, que a la flacucha Keira Knightley.
Ese humor entre grosero, irreverente e ingenioso me hacía partirme de risa. De hecho la he vuelto a ver, si no entera, sí algún trozo en varias ocasiones.
La Dos tiene un comienzo genial, primero con ese plano cósmico que se acerca a la boda de Ted y La Vane y después con ese número musical que homenajea los musicales clásicos de los cuarenta con las coreografías de Busby Berkeley.
Ted 2, además de usar y abusar del humor grueso, con chistes sucesivos más o menos graciosos y más o menos guarros, plantea alguna cuestión digna de reflexión.
Entre las imágenes que no deberían pasar a la historia está la de Mark Wahlberg bañado en esperma.
Hay que dejar claro, que a pesar que el protagonista es un osito, no es una peli para niños. Es para mayores. Hay chistes de besos negros y de drogas, por poner un par de ejemplos.
En la primera se hacía una reflexión sobre que es madurar, en esta secuela se habla de qué es ser persona.
Está claro que Ted es un osito de peluche y nunca podrá ser un ser humano, pero tiene inteligencia (aunque la emplee para pensar guarradas), conciencia, voluntad (que la usa para drogarse) y sentimientos (aunque sean de amor a una choni y a un amigo descerebrado).
Esta misma cuestión se ha planteado recientemente en algunas pelis de robots.
Seth MacFarlane, debe quedar claro, no es ningún tonto. En su largo curriculum se puede descubrir su faceta de director, productor, guionista, escritor, dibujante de comics y presentador (con poco éxito) de los Oscars.
Seth MacFarlane es el creador de Padre de Familia y de Padre Made in USA (American Dad!), dos series de animación para adultos, que diseccionan la América actual y realizan una crítica certera de la sociedad estadounidense.
Destacar los cameos de Liam Neeson y Morgan Freeman.
Resulta una revelación el descubrimiento de Amanda Seyfried como magnífica actriz de comedia.
Ted 2 me ha gustado mucho, me lo he pasado fenomenal y me ha hecho reflexionar.
Ningún crítico cabal y sesudo puede compartir mi opinión. Que quede clarito.
Paul Haggis es el director de la multipremiada Crash (Colisión) del 2004.
Este director canadiense se prodiga poco.
Aquí vuelve a insistir con las vidas cruzadas.
Tres relatos como fondo las relaciones entre hombres y mujeres.
El gran defecto de la peli es que una historia es muy mala, otra regular y la tercera buena.
La trama que se desarrolla en Roma es un fiasco absoluto. Adrien Brody, un norteamericano que hecha pestes de estar en la Ciudad Eterna. ¿Pero qué te pasa eres tonto total? Se enamora de una gitana metida en un lío que no veas.
Por otro lado Liam Neeson, escritor, en París, recién separado de una maravillosa Kim Basinger, se lleva un rollo muy raro con Olivia Wilde. (Incesto a la vista).
La historia mejor estructurada y la más creíble es la que protagoniza una estupenda Mila Kunis (esta chica vale un Potosí). Una madre que cometió un error y lucha por la custodia de su hijo.
Éste es el argumento más consistente y con más matices, que es interrumpido (lamentablemente) por las otras historias.
Propongo hacer un montaje con esta historia que se desarrolla en Nueva York y olvidar las otras dos.
Scott Frank es un director que hasta ahora se ha dedicado casi exclusivamente a la televisión.
La carrera de Liam Neeson es cuando menos irregular, metido en muchos, pero muchos, productos alimenticios, a pesar de ser un buen actor, según mi criterio.
Esta combinación (director-actor) no prometía nada bueno.
Caminando entre las tumbas es un thriller con cierto olor a rancio, con una aire de pasado de moda. Esto lejos de disgustarme, me entusiasma.
Hay elementos de cine negro.
El protagonista, Matt Scudder, es un expolicía, excorrupto, exalcohólico… Intuimos que tenía una familia que ha perdido.
Estos datos parecen, de entrada, muy tópicos, pero definen bien la ambigüedad moral del personaje y lo introducen dentro del argumentario del cine negro.
Trabaja fuera de las normas, aunque tiene su propia ética.
Tal vez falte, para completar todos los elementos de un film noir, la mujer fatal. Yo la he echado mucho de menos.
El director te guía bien por la investigación de estos asesinatos, sin trampas, con sosiego, sin prisas, sin persecuciones de coches, ni escenitas de estilo superhéroe.
La peli tiene un aire a thriller clásico que yo he agradecido mucho.
Esperemos que sea el principio de la recuperación de Neeson.
Una peli muy valorable que posiblemente no será apreciada en lo que vale por considerarla solo un producto comercial.
De su anterior peli (Ted) guardo un gratísimo recuerdo. Me partí de risa. (Me dan ganas de volverla a ver).
El humor de Seth MacFarlane es escatológico, irreverente, de mal gusto. ¿Del que a mí me gusta?
Mil maneras de morder el polvo es una parodiabarrahomenaje al western.
Curiosamente la imagen que se da del lejano Oeste es de lo más realista.
Las imágenes que se ofrecen de Monument Valley son magníficas, las mejores que se hallan visto en color. Con una fotografía limpia, nítida y brillante.
La música hace referencia a todos los grandes temas del cine del oeste.
El desarrollo resulta irregular, con momentos brillantes y otros penosos. Hay pedos, meadas y diarreas.
Estupendo el número musical.
A la maravillosa Charlize Theron se la ve muy cómoda y relajada, como si estuviera de fiesta.
No pensaba ir a verla, pero el tráiler me cautivó.
Este director catalán (Jaume Collet-Serra) vuelve a ser número uno en la taquilla norteamericana con esta peli, como ya hiciera hace unos años con Sin identidad.
Non-Stop es un thriller de avión.
Desde el principio el ritmo es frenético. Es obligatorio que lo sea porque si el espectador reflexiona por unos segundos se puede dar cuenta que todo es puro artificio.
La historia es mentirosa y falsa, no tiene ni la más mínima coherencia. Los continuos giros de guión solo esconden su inmensa debilidad.
Liam Neeson compone un personaje tan espurio como la trama. Solo su enorme presencia física puede ayudar, en algunos momentos, a hacer creíble alguna escena de acción. Todo ese rollo de alcohólico que se le murió su hijita está tan visto que resulta ridículo.
Pero si eres un espectador complaciente y te abstraes del guión imposible puedes llegar a disfrutar de la peli. Todo va tan rápido, todo es tan sorpresivo que es posible que te pueda llegar a atrapar.
Da igual que el avión dé unos bandazos de padre y muy señor mío y que las botellas de bebidas alcohólicas permanezcan perfectamente colocadas en las vitrinas. Porque todo en la sucesión de escenas es así, totalmente increíble….
A mí me enganchó y salí satisfecho del cine. Engañado, manipulado, pero satisfecho.
Peli ideal para poco exigentes y con ligero retraso intelectivo. Como yo.
Se desarrolla en Berlín, cuestión que me ha gustado porque la conocí el verano pasado.
La acción discurre bajo la mirada de Liam Neeson, protagonista absoluto y los hechos se conocen al mismo tiempo que el personaje, sin trucos.
El guión es complejo y da un giro inesperado al final de la peli, momento en el que empeora no en el ritmo pero sí en la trama que se enrevesa demasiado.
Pero la acción discurre a tal ritmo que no te da tiempo a plantearte los fallos de guión.
Liam Neeson en un papel difícil está perfecto.
Destacar la intervención magnífica de Bruno Ganz como antiguo agente de la Stasi.
De Crowe todos guardamos en nuestra retina la imagen de Gladiator.
En Los próximos tres días Haggis cumple, con un guión meticuloso que se esfuerza en mostrarnos los detalles de un plan de fuga y que también guarda algún truco para sorprender al espectador. Además plantea un tema interesante y que causó polémica en el salón de mi casa entre Elena y el que suscribe. Si todas las pruebas condenan al supuesto criminal, ¿eso da la certeza de su culpabilidad?
Tal vez sin quererlo pero esta peli se convierte en un alegato contra la pena de muerte, porque si ésta se cumple hace irreversible la condena y siempre puede existir la posibilidad que se elimine físicamente a un inocente.
La dirección es efectiva y mantiene el interés del espectador.
Crowe borda su papel de marido convencido en la inocencia de su esposa y además urde un plan en el que debe relacionarse con gente de mala calaña sufriendo en sus carnes las consecuencias de estas “amistades peligrosas”.
Pero está bien sacar algún defecto. La peli tiene cierto aire de telefim en algunos momentos y al final resuelve la incógnita sobre la culpabilidad de la condenada que tal vez hubiera estado mejor no despejar.
Atom Egoyan, el director de Chloe, es canadiense de origen armenio y tiene una filmografía interesante, por eso fui a ver esta peli.
Chloe es interpretada por Amanda Seyfried. Yo la recordaba por Mamma Mía. Esa jovencita se ha convertido en una mujerona con aires de vampiresa.
Julianne Moore hace el papel de Catherine Stewart, una ginecóloga que tiene graves dudas sobre la fidelidad de su marido (Liam Neeson).
Catherine contrata a Chloe para comprobar la lealtad de su marido. La peli se centra en la relación entre estos personajes. Los relatos pornográficos de Chloe van afectando a Catherine. Egoyan retrata magníficamente estas situaciones paseando en varias ocasiones la cámara por el cuerpo de Catherine y utilizando con oficio imágenes con espejos.
Catherine se siente menospreciada por su hijo, traicionada por su marido. Sus amigas son unos loros de muchísimo cuidado. Julianne Moore interpreta su papel de manera sentida y creible. Sus pequeños ojos azules compiten en expresividad con los grandes ojos de Amanda Seyfried.
El escenario es la ciudad de Toronto, con sus calles nevadas y heladas. La casa de Catherine es fría y con aspecto de impersonal. Todo ello contrasta con los profundos y, en ocasiones, turbadores sentimientos de los personajes.
Durante la película intenté averiguar en que ciudad se desarrollaba. Los taxis son azules y naranjas y uno de ellos llevaba la matrícula de Cincinnati lo cual me confundió bastante.
Pero al final del metraje lo que era un drama trata de dar un giro para convertirse en un thriller. Lo que hasta entonces había sido una peli de calidad se transforma en un telefilm de sobremesa de Antena 3. Es como si algún productor ocurrente hubiera dicho: “vamos a dar comercialidad a esta peli, le metemos una sorpresa final y la convertimos en Atracción fatal Lésvica“.
Esto podría pasar a los manuales de “cómo fastidiar una peli“.
Mi madre está pasando unos días en casa. Tiene 82 u 84 años (no está demasiado claro) y la última película que había ido a ver al cine era “Sé infiel y no mires con quien” de Fernando Trueba en 1985, es decir no iba al cine desde hace 24 años.
Ella siempre ha sido seguidora de la serie “El Equipo A” y de hecho la sigue viendo en algún canal autonómico. Le ofrecí ver la peli en el cine y aceptó con ciertas reticencias.
La sala le pareció descomunal, la pantalla demasiado grande, el sonido infernal y la película sensacional.
Los actores que encarnan a los personajes de la serie no le defraudaron para nada.
Clarita siempre ha sido una entusiasta del cine de acción o más bien del cine de patadas y esta película le encantó. Salió contenta, bromeando con que necesitaba una tortilla de aspirinas.
Este “Equipo A” es una mezcla bien resuelta de acción y humor, que no traiciona el espíritu de la serie, pero actualizada a las modas del cine de ahora.
Es una especie de capítulo piloto de la serie (una precuela) que plantea con gracia como se conocieron los personajes y el porqué son perseguidos.
Para divertirse con esta peli hay que dejarse llevar y disfrutar, las exigencias a un lado.
La serie de la que no me considero seguidor tenía un tono algo infantil con una violencia blanca sin sangre, era curioso pues no solía haber asesinatos y los malos eran todos capturados o huían.
En la peli la acción es más madura, hay asesinatos y sangre pero sin excesos y los efectos especiales son asombrosos llegando a traspasar la línea que delimita el cómic.
Los incondicionales no se sentirán defraudados (que se lo digan a Clarita) y los escépticos, como yo, saldrán aliviados.