Mi admiración absoluta por J. A. Bayona que ha lidiado con un toro de 200 millones de dólares y ha terminando la faena cortando las dos orejas y el rabo del Tyrannosaurus rex y saliendo por la puerta grande.
Al tratarse de una peli de animales me ha parecido que un símil taurino le venía como anillo al dedo.
Hace 25 años cuando vimos el estreno de Parque Jurásico nos inundó la emoción.
Recuerdo que mi hijo Fernando era fan absoluto de estos animales extintos. Se sabía sus nombres, sus características.
Acudimos toda la familia al estreno y estuvimos los primeros un buen rato para entrar a la sala.
Ese momento de ver al diplodocus caminar, como si fuera real, aún me llena de emoción.
Elena había leído la novela de Michael Crichton y nos la había contado. Era muy habitual que oyéramos de su boca los libros que visitaba, realizando versiones más largas que la original.
Esa emoción ha desaparecido.
Después de cinco lustros hemos perdido la inocencia. Ya no nos impresiona nada.
Además el cine repite una y otra vez las mismas ideas con mínimos cambios.
Juan Antonio demuestra lo buen director que es, componiendo una peli entretenida de principio a fin con escenas apabullantes.
(Van spoilers)
Hay momentos muy Bayona. Digamos niña asustada que encuentra refugio debajo de sus sábanas…
La secuencia más divertida (incluso gloriosa) es cuando el pachycephalosaurus irrumpe en esa asquerosa subasta y va lanzando por los aires a los capitalistas, capaces de hacer negocio con todo.
Confieso mi debilidad por Bryce Dallas Howard que esta vez ha dejado los tacones para cuando va arreglada.
J. A. no se pasa de emotivo, aunque intenta dar ese toque de lagrimeo que tanto le gusta.
La peli es divertida, con un cierto toque personal del director, pero es más de lo mismo.
Michael Haneke | Francia, Alemania, Austria | 2017 | 107 min. V.O. en francés subtitulada en español e inglés.
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La nueva película de Haneke, secuela de Amor y magnífico compendio de sus obsesiones, ha sido calificada como “una telenovela satánica llena de pura sociopatía”. Pues ese Happy End del título no podía ser más irónico, viendo cómo se las gasta esta disfuncional familia burguesa de Calais, paso clave de refugiados. La forman Anne (Isabelle Huppert), que lidera la compañía constructora fundada por su padre (Jean-Louis Trintignant), su hijo, su hermano (Mathieu Kassovitz), y su hija de 13 años, pieza clave en lo que pasará.
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Dirección: Michael Haneke
Guion: Michael Haneke
Fotografía: Christian Berger
Montaje: Monika Willi
Sonido: Guillaume Sciama, Jean-pierre Laforce
Intérpretes: Isabelle Huppert, Jean-louis Trintignant, Mathieu Kassovitz, Fantine Harduin, Franz Rogowski, Laura Verlinden, Toby Jones
Producción: Margaret Menegoz , Stefan Arndt, Veit Heiduscka, Michael Katz
Usa recursos de las redes sociales para ilustrar una historia que tiene como eje central el suicidio, dentro de esta familia burguesa y desestructurada.
La niña, hija de padres separados, con una madre suicida y un padre recién casado, pero adúltero, se convierte en el eje central de la historia.
La cámara de Heneke siempre me ha parecido distante y eso me ha impdido meterme en sus historias.
Pero en esta peli abandona su distanciamiento para introducirse más entre los personajes, que parecen más humanos, más reales.
Usa elementos del lenguaje cinematográficos que ya son cálásicos en su filmografía y casi esperables.
El largo travelling de Jean-louis Trintignant en silla de ruedas.
O el el gran plano general para que visionemos la paliza al hijo gilipollas de Isabelle Huppert.
Parece que el austriaco se ha humanizado, incluyendo elementos humorísticos e irónicos.
Yo nunca he sido mucho de Haneke, pero este Happy End me ha gustado.
El género de acción no suele ser de mis preferidos.
La mayoría de las estas pelis carecen de verosimilitud. El “héroe” disfruta de una impunidad cinematográfica que me resulta molesta.
Por ejemplo es capaz de soportar golpes y más golpes sin inmutarse o, en ocasiones, no recibe ni lo más mínimo.
Siempre acierta en sus disparos y los “malos” son muy torpes en lo de la puntería.
Esta Atómicaes una mezcla de este género de acción y de espías.
La ambientación en los días de la caída del muro de Berlín permite tener ese paisaje de fondo tan atractivo y contar con una música muy ochentera como banda sonora.
David Leitch ejecuta una dirección impecable, incluso virtuosa, con peleas magníficamente coreografiadas y rodadas.
La trama es compleja, pero se entiende y no deja ningún cabo sin atar.
Pero el gran atractivo de la peli es la espectacular Charlize Theron.
Sabe dar alma a esta agente del MI6 y dotarla de carisma y de energía.
Sentimos con ella cada golpe que recibe, porque su interpretación es capaz de trasmitirlos.
Su presencia es tan potente, tan enigmática que te deja sobrecogido.
Thriller de espías que narra el atentado contra el líder nazi Reinhard Heidrich, General de las SS.
Basada en la historia de la Operación Antropoide, la misión de la Segunda Guerra Mundial para asesinar a Heidrich, tercero en la línea de mando y artífice intelectual de la Solución Final.
Esta producción británica parece bien ambientada en la Praga de 1942, pero la torpeza de su director (Sean Ellis) nos impide verlo.
Coloca la cámara a centímetros de los actores, siguiendo esta detestable moda.
Rodada con continuos primeros planos que resultan de lo más molestos.
Con aire de telefilm mejora dramáticamente al final en esa batalla catedralicia, donde toma aspecto de cine bélico de calidad.
El biopic es un género complicado, casi todos resultan demasiado episódicos.
El debutante Matt Brown se empeña en llenar su relato de momentos intensos. Ya sabéis los actores ponen cara de emoción, la música de cuerda (tararí tararí), primeros planos… Estilo pastelón para conseguir mover emociones en el espectador.
Eso funciona cuando no se le ve el plumero, pero aquí canta demasiado.
La peli está repleta de tópicos. Alguno me encanta como la suegra que esconde las cartas de la nuera, ¡qué bonito!
La tuberculosis es tratada como era de esperar. Sucede y presenta los síntomas siempre vistos en el cine.
Dev Patel demuestra sobradamente que es un pésimo actor, despertando sentimientos opuestos a los que pretende. Su presencia resulta francamente irritante.
Jeremy Irons hace lo que puede en medio de este desaguisado, demuestra su valía de buen actor.
Tampoco favorece nada el interés del espectador que el tema de fondo, las matemáticas, parezcan, no una ciencia, sino una religión.
Susanne Bier es una directora danesa que se inició en el Movimiento Dogma. Por su peli En un mundo mejor ganó el Globo de Oro y el Oscar a la mejor peli de habla no inglesa en 2011. Una producción muy estimable.
La ha fichado Hollywood para realizar este engendro.
Se pretende dar al conjunto del metraje un tono épico romántico. El resultado es deprimente.
Imposible empatizar con ese empresario maderero que esquilma los bellos bosques de Virginia e intenta evitar la creación de un Parque natural.
Además soborna a los políticos en contra de los ecologistas. Esto, ¿a qué me suena?
Las interpretaciones de Jennifer Lawrence y Bradley Cooper son penosas, casi producen risa y la famosa supuesta química es rotundamente nula.
Las repetidas escenas de cama entre estos dos guapos oficiales son reiterativas y superfluas.
Al final la peli desbarra y llega a límites insospechados de folletín baratucho.
Todo se podría perdonar si fuera mínimamente divertida, pero resulta un auténtico coñazo.
A Susanne Bier le recomiendo que vuelva a su Dinamarca natal porque los USA no le sientan nada bien.
Hace un año veía y comentaba Los Juegos del Hambre, terminaba diciendo que quería ver la dos. Recuerdo que me la recomendó una joven paciente, una niña encantadora de unos 14 años que después de leer los libros no había salido decepcionada con la peli.
Esta Los juegos del hambre: En llamas mantiene un magnífico pulso narrativo. Se ve con interés.
A pesar de sus casi dos horas y media de duración, se me hizo muy corta. Cuando terminó pensaba que tan solo había pasado una hora o poco más y me sorprendí. Quería más, me había sabido a poco.
Tiene todos los ingredientes para convencer: acción, amoríos, rebeldía, emoción, aventuras…
Jennifer Lawrence carga con todo el peso de la peli. Es una heroína a la fuerza. Su afán de sobrevivir la ha convertido en un icono para los rebeldes. Pero ella no está conforme con su destino.
El final, ligeramente sorprendente, hace que desees ver la tres.
Fui a la primera sesión y lo habitual es encontrar una sala vacía. Ayer el cine estaba a rebosar, repleto de adolescentes, de chiquillas sobre todo. Era el más viejuno con ventaja.
Ver una sala llena siempre gusta, da esperanza para que este arte no desaparezca.
Las niñas que estaban detrás mío se mantuvieron calladas durante toda la proyección. Al final una comentó que le había decepcionado pero su amiga le replicó que era muy fiel al libro y le encantaba.
Las jovencitas que tenía delante no pararon de meter ruido, chillar, hablar. Jugaban al móvil, saltaban, extraordinariamente molestas. Les llamé la atención en dos ocasiones, primero con amabilidad y después algo más contundentemente pero no me hicieron ni el más mínimo de los casos.
La primera era una peli de bajo presupuesto, en ésta se han gastado la friolera de 140 millones de dólares. Tal vez tenga unos efectos especiales más elaborados y los actores hayan cobrado mucho más.
Las críticas que había leído de esta peli habían sido nefastas y no pensaba verla pero me dejé arrastrar por un impulso irracional (creo que años ha, había un anuncio parecido a lo que digo).
Es una comedia que parodia las aventuras medievales. Humor grosero, zafio muy estilo comedia gamberra tan de moda pero a mí me ha resultado divertida y me he reído en muchas ocasiones.
Super-Natalie Portman aparece ya avanzado el metraje y lo hace como siempre fenomenal.
El buenorro James Franco parece tonto o decididamente lo es.
Magnífico el personaje de sabio depravado que da información a cambio de favores sexuales.
Aquejado de una lumbalgia y colocado por los miorrelajantes decido ver otra de superhéroes.
El comienzo es entretenido. Un muchacho enclenque y delgaducho intenta por todos los medios alistarse en el ejército para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Por su espíritu de superación lo eligen para ponerle un chute de vitaminas y convertirlo en el Capitán América. Hasta entonces tira que te pego, pero a partir de entonces se suceden las escenas de acción que aburren al más pintado. Mucho pin-pan pero poca sustancia.
El tedio me invadió y me dejé arrastrar por el Myolastan y me acabé durmiendo un ratillo. Que por cierto me sentó fenomenal. Cuando desperté enseguida me di cuenta que no me había perdido nada de nada.
El malo es Cráneo Rojo que da entre risa y pena-penita-pena.
El director es Joe Johnston, tal vez su mejor película es Jumanji de 1995 y desde entonces no ha hecho nada de interés.
Lo mejor el tono retro de toda la peli.
Es muy probable que el cine de superhéroes esté agotado o ¿el agotado por las benzodiazepinas era yo?
Prometen una producción con todos los superhéroes juntos. ¡Socorro!