Es una historia de pura supervivencia a través de la mirada de un niño, Andreu, interpretado por Francesc Colomer. A la situación de pobreza de esa Cataluña rural se suma la miseria de la postguerra española.
Andreu va descubriendo como la mentira está instaurada en su vida y que sus padres no son precisamente un modelo ético.
La peli es bastante deprimente porque a la miseria económica se le añade la miseria moral. No entraré en detalles escabrosos pero son numerosos.
El guión me ha resultado un poco confuso y me ha molestado la falta de referente ético. Desde luego no es la típica historia de buenos y malos, aquí todos son malos.
La ambientación es excelente con escenas impactantes. Los actores están todos fenomenal.
Pero el discurrir de la peli no me emocionó aunque sí me repugnó en bastantes ocasiones.
Siempre he pensado que el buen cine es el que despierta emociones. Esta cinta no te deja indiferente.
En mi opinión su Goya a la mejor película es excesivo además había una producción muy superior como También la lluvia, ninguneada sin razón.
Un cameo de lujo, la primera dama de Francia, Carla Bruni que sale airosa del compromiso.
Una historia divertida con referencias a la Cenicienta, con una colección de personajes-artistas curiosos, especialmente gracioso el personaje de Dalí.
Un personaje pedante y odioso interpretado por Michael Sheen.
Con todo esto, Allen ha hecho una de sus mejores obras que como siempre nos invita a una reflexión-moraleja, esta vez sobre el inconformismo y la búsqueda de algo mejor en otro tiempo o en otras personas que nunca se termina de encontrar.
No tengas miedo es la triste historia de Silvia. En la peli la vemos de 7, de 14 y de 25 años. Desde los 7 años sufre abusos sexuales de su padre, pero solo sexuales. En toda la peli Lluís Homar, el padre, se muestra cariñoso y compresivo, incluso tierno, aparentemente un padre ejemplar.
Montxo Armendáriz realiza una peli personal con una cámara colocada a la altura de la cara o más bien de la cabeza de Silvia niña, adolescente y después joven víctima de los abusos de su padre. Armendáriz es un director que siempre me ha gustado, su ópera prima Tasio de 1984 es para mí su mejor película junto con Secretos del corazón de 1997.
Michelle Jenner y las otras dos actrices que interpretan a Silvia realizan una magnífica actuación. El peso de la tristeza se ve en sus rostros, esa amargura mezcla de asco y de sentimiento de culpabilidad. La insistencia de Armendáriz por seguir el rostro de Michelle Jenner llega a cansar y parece un recurso del que se abusa.
Las declaraciones de otras víctimas en esa psicoterapia de grupo son impactantes pero innecesarias, el drama personal de Silvia es más que suficiente para impresionar al espectador.
La indiferencia y la negación de la madre, una eficaz Belén Rueda, resultan escalofriantes.
Las intervenciones de la psicóloga resultan ridículas. La conclusión es que a la pobre Silvia nadie la ayuda de verdad, es ella la única que puede hacer algo por sí misma.
Casi al final de la peli rompí a llorar (ya sé que soy un lila) La tristeza me invadió.
Compartí la sala con un señor de unos 60 años y con dos jóvenes en los que aprecié cierto retraso intelectivo. Los jóvenes comentaron, textualmente: “Pues yo no he pasado miedo”. Al señor de edad le pregunté si le había gustado y me contestó: “basura propagandística”. No salgo de mi asombro.