No recuerdo mi primera vez, pero estoy seguro que me partí de risa.
Cuando era niño y adolescente agradecía mucho el humor.
Cualquier cosa cómica me gustaba.
Tal vez, el vivir un país en (un poco) blanco y (mucho) negro influía.
La peli se tolera porque dura poco más de ochenta minutos.
Pero a mí me satura.
No deja de ser una sucesión de sketches y gags, la mayoría muy divertidos, pero sin una narración que mantenga el interés.
La peli se sostiene solo por las continuas bromas, pero en absoluto porque la trama sea interesante o se cree en el espectador cierta espectación por lo que va a ocurrir.
Te ríes, pero la olvidas.
De hecho recordaba alguna escena especialmente graciosa, pero no sabía muy bien de que iba la peli.
El éxito de Toma el dinero y corre sirvió para que Allen haya seguido rodando durante casi cincuenta años sus películas.
Bienvenida sea.
Es ideal para salir del cine y volverte a reír recordando algunos de los chistes.
Curiosidades:
Estreno modesto:
La película fue finalmente estrenada en una pequeña sala en Manhattan llamada Playhouse.
Debido al éxito del film la gente comenzó a acudir en masa superándose el récord de entradas de la sala.
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Falso documental:
La película sigue un estilo documental.
Woody Allen comentó lo siguiente sobre el uso de este estilo en una entrevista con Richard Schickel:
Toma el dinero y corre era un pseudo-documental.
La idea de hacer un documental, cosa que, finalmente, perfeccioné con Zelig me acompañaba desde el día que empecé a hacer películas.
Pensaba que era un vehículo ideal para hacer comedia, sobre todo porque el documental es un formato muy serio, de tal manera que uno se ve obligado a trabajar dentro de unos parámetros muy fijos donde cualquier cosa, por pequeña que sea, hecha con la intención de romper la seriedad se convierte inmediatamente en algo divertido.
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San Francisco:
La película fue grabada en San Francisco a diferencia del Nueva York de las siguientes películas del director.
Incluso en una escena sale el famoso restaurante Ernie’s en que se rodó una escena de Vértigo de Alfred Hitchcock.
La prisión que aparece en la película es la de San Quentin.
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Mickey Rose:
Allen co-escribió la película con Mickey Rose, un antiguo compañero de instituto, tardaron tres semanas y según palabras del director, “el objetivo de la película era provocar la risa durante todo el metraje“.
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Ralph Rosenblum:
El primer montaje de Woody Allen se consideró decididamente poco gracioso.
Los productores Jack Rollins y Charles H. Joffe lo convencieron para reunirse con el editor principal Ralph Rosenblum para ver qué se podía salvar.
Lo primero que hizo Rosenblum fue cortar el sangriento final, luego reestructuró la película por completo, y en general reforzó la narración suelta de Allen.
Este esfuerzo transformó la película terminada en un clásico de comedia.
Rosenblum posteriormente se convirtió en el editor elegido de Allen en la mayoría de sus siguientes películas, incluyendo Bananas(1971), El dormilón (1973), La última noche de Boris Grushenko (1975) y Annie Hall (1977).
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San Quentin:
A cien prisioneros de San Quentin se les pagó una pequeña tarifa para trabajar en la película durante las secuencias de la prisión.
El elenco y el equipo regular fueron sellados cada día con una tinta especial que brillaba bajo luz ultravioleta para que los guardias pudieran decir a quién se les permitía abandonar el recinto de la prisión al final del día.
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Fecha de nacimiento:
Virgil Starkwell nació el 1 de diciembre de 1935.
Esta es la fecha real de nacimiento de Woody Allen.
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Dillinger:
El inepto intento de Virgil de escapar de la prisión sacando una pistola de jabón teñida de negro con betún se basa libremente en la famosa fuga del ladrón de bancos John Dillinger en la cárcel de Indiana, Crown Point, usando una pistola de madera ennegrecida con betún.
En un paralelo interesante, en la película Dillinger (1973) dirigida por John Milius y protagonizada por Warren Oates como John Dillinger, se le muestra usando una pastilla de jabón en lugar de una pieza de madera.
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Bandas de escuela:
El “Spring Street Settlement House Marching Band“, con la que Woody Allen intenta tocar el chelo en una escena, fue realmente la banda de marcha de Tamalpais High School en Mill Valley, California, justo al norte de San Francisco.
La banda había recibido una invitación para actuar en Disneyland en un festival de bandas de la escuela secundaria y la tarifa que recibieron de la película les ayudó a pagar su viaje.
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Julius Epstein:
El nombre del psiquiatra es Dr. Julius Epstein.
Se trata muy probablemente un homenaje al guionista Julius J. Epstein, quien es más conocido por ganar un Oscar por su guión Casablanca (1942).
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Nervioso:
Más tarde, Woody Allen dijo que no estaba nervioso por su primer día, pero estaba tan emocionado por filmar en la prisión de San Quentin que se cortó la nariz afeitándose esa mañana.
El contratiempo se puede ver en la escena de la prisión en la película.
Él y su equipo encontraron que los reclusos eran muy amables y cooperativos.
Las autoridades de la prisión también acogieron con entusiasmo la producción, pero emitieron una advertencia: el reparto y el equipo técnico debían estar siempre acompañados por guardias y, si eran tomados como rehenes, no se abrirían las puertas para asegurar su liberación.
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Lewis:
Esta fue la primera película que dirigió Woody Allen.
Su falta inicial de confianza lo llevó inicialmente a pedirle a Jerry Lewis que dirigiera la película, pero Lewis estaba ocupado con su propio trabajo.
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Final triste:
Al principio, Woody Allen filmó un final deprimente en el que era asesinado a tiros, cortesía de los efectos especiales de AD Flowers.
El editor de Allen, Ralph Rosenblum (cuyo primer trabajo con Allen fue éste), lo convenció de ir por un final más ligero.
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Mejor tiempo en San Francisco:
Filmado durante 10 semanas en el área de San Francisco.
Woody Allen bromeó diciendo que era un mejor lugar para pasar el verano que Cleveland, pero, en realidad, sabía que la ciudad era lo suficientemente compacta como para permitirle a él y a su equipo completar 87 escenas en 50 días.
Su equipo de filmación sabía que un calendario tan desalentador era más adecuado para la industria de la televisión, donde trabajar hasta las 10 u 11 de la noche era algo habitual.
Pero Allen completó la película sin trabajar hasta tarde, y varias veces terminó el rodaje a las 4 en punto.
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Tres funciones:
La primera vez que Woody Allen realizó la triple tarea de escribir, dirigir y actuar en una película.
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Reescritura rápida:
Ralph Rosenblum hizo que Woody Allen escribiera nuevas escenas de narración y voz en off para ayudar a unir las piezas dispares.
Allen mostró una habilidad virtuosa para ir a una esquina y sacar nuevas páginas en un santiamén que encajaban perfectamente con las sugerencias de Rosenblum.
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Cinemobile:
Fouad Said, el director de fotografía original de la película, que fue reemplazado unas semanas después de la producción, había inventado recientemente el Cinemobile para Yo soy espía(1965), un vehículo que facilita el transporte de equipos en rodajes de ubicación.
Al usar este dispositivo, Allen pudo filmar hasta en seis lugares por día, tres veces lo habitual para una unidad de filmación de Hollywood en ese momento.
Como resultado, redujo el presupuesto en casi medio millón de dólares y acortó el rodaje en una semana.
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Casino Royale:
La decisión de Woody Allen de convertirse en su propio director fue parcialmente estimulada por el caótico y descontrolado rodaje de Casino Royale(1967), en el que apareció dos años antes.
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Falsa peli verdaderos productores:
La película que Virgil muestra a su pandilla (“Trout Fishing in Quebec“) aparece como una producción de Rollings and Joffe, los productores de la vida real de Woody Allen.
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Palomar Pictures:
El contrato que Woody Allen tuvo con Palomar Pictures le dio carta blanca para hacer lo que quería con esta película, incluido el corte final, estableciendo el precedente de cómo trabaja hasta el día de hoy.
“Nunca me molestaron”, dijo.
“Fue una experiencia muy agradable. Y desde ese día nunca tuve ningún problema en el cine desde el punto de vista de la interferencia de ninguna manera”.
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Arthur Penn:
Como director neófito, Woody Allen admitió que había buscado muy poca ayuda de cineastas más experimentados.
“Nunca se me ocurrió por un segundo que no sabría qué hacer“, dijo, y dejó que la visión de la película en su cabeza guiara cómo hacerlo.
Almorzó con Arthur Penn, quien le impartió cierta información técnica (como el proceso de corrección de color de las tomas) y algunos detalles logísticos, pero de lo contrario, simplemente se sumergió.
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Improvisar:
Woody Allen animó a su elenco a improvisar, a menudo filmando hasta tres gags improvisados para cada escena.
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Muchas tomas:
Woody Allen rodó innumerables tomas e imprimió la mayoría de ellas porque en su inexperiencia asumió que un buen director debe hacer muchas tomas y protegerse con cobertura desde todos los ángulos.
Continuó la práctica en sus primeras películas, pero luego se ganó la confianza para hacer lo que le parecía más apropiado: largas tomas, con poca o ninguna cobertura y muy pocas repeticiones.
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Material eliminado:
Una de las primeras cosas que Ralph Rosenblum hizo fue pedir ver todo el material que se había cortado.
Descubrió que Woody Allen había eliminado muchas de sus partes más divertidas.
También reorganizó la película.
Debido a que estaba muy poco estructurado de todos modos, con muchos diálogos visuales dispersos, fue libre de usar el estilo documental para cambiar el orden y el ritmo de la película para lograr un mejor efecto.
Él dividió las entrevistas con los padres de Virgil en varios segmentos a los que podría volver para tener algo que separar, un puente entre otras secuencias.
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Música nueva:
Ralph Rosenblum descubrió que Woody Allen había puesto música melancólica detrás de algunas de las escenas para enfatizar la triste vida de su personaje.
Rosenblum sustituyó la música por una nueva y optimista -una pieza de ragtime de Eubie Blake aquí, una bossa nova allí- para mostrarle a Allen la mejora, y le ofreció el consejo de cortar siempre con música, incluso antes de que se completara la escena.
Este aspecto de la imagen también fue ayudado tremendamente por el compositor Marvin Hamlisch, un antiguo pianista de ensayo nuevo en el negocio que sorprendió a todos con su capacidad para realizar sugerencias y componer la música adecuada en prácticamente cualquier estilo en un período de tiempo sorprendentemente corto.
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Cuidado con Hamlisch:
A pesar de su satisfacción con el trabajo del compositor Marvin Hamlisch, todos se volvieron un poco locos por su personalidad.
Llamaba constantemente, obsesivo y nervioso, queriendo discutir el puntaje, rogándole a la gente que escuchara lo que había escrito inmediatamente.
A veces incluso insistía en que escucharan por teléfono, cuestionaba qué instrumentos preferían oír tocar y pedía que se ampliaran las escenas para acomodar los temas que había creado.
En una sesión de grabación para la secuencia principal del título, una balada original con la que Hamlisch estaba particularmente complacido, Allen escuchó impasible, se encogió de hombros y preguntó:
“¿Qué fue eso?”
El compositor estaba tan devastado que cuando Allen salió de la habitación, se acostó en el suelo del estudio y lloró.
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Elegir el personal:
La mayoría del equipo de producción de Woody Allen fue elegido para él, pero seleccionó al diseñador de vestuario, al director de fotografía y al director de arte.
A las pocas semanas de producción, sin embargo, tuvo problemas con sus elecciones y despidió al director de fotografía, Lester Shorr.
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Actores no profesionales:
Muchos de los miembros del elenco no eran profesionales y fueron elegidos porque parecían más auténticos y reales que los actores del personaje en el enfoque “documental” que Woody Allen tenía en mente.
Ralph Rosenblum encontró a Woody Allen reservado, desanimado por los problemas con su película, pero para nada arrogante ni exigente.
Admitió que no sabía lo que estaba haciendo y siguió las sugerencias de Rosenblum.
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Fritz:
Marcel Hillaire interpreta a un ex director de cine llamado Fritz, quien obviamente es una caricatura de Fritz Lang, con su característico acento teutón, botas negras…
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Granujas de medio pelo:
La primera de dos falsos documentales cómicos de Woody Allen, y la segunda es Granujas de medio pelo (2000), que se hizo y se estrenó alrededor treinta y un años después.
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Charles Starkweather:
La historia, y la referencia inherente en el nombre del personaje principal, fueron inspiradas en parte por Charles Starkweather, un famoso criminal y asesino de la década de 1950.
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Primera peli:
Una edición en DVD de esta película declara que esta película es la “primera película como guionista, director y estrella” de Woody Allen .
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Cómo dirigir:
Antes del primer día de rodaje, Allen estaba leyendo un libro titulado “Cómo dirigir”.
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Louise Lasser:
Una de las actrices es Louise Lasser, esposa de Allen en ese momento.
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El sexo:
“En relación a las mujeres, el psiquiatra de la cárcel me preguntó si había estado con alguna, y dije que no.
Me preguntó si el sexo me parecía sucio, y contesté que solo si se hace bien“.
Allen es como un cuñado que te visita todos los años camino a la playa.
Algún verano lo encuentras encantador, otros te aburre y a veces te saca de quicio.
Es lo que tienen los cuñados.
Este año nos ofrece una comedia ligera que habla del amor y de las relaciones personales con sutileza, sin estridencias, sin melodrama innecesarios.
Se mueve en una sociedad pudiente, ajena a las adversidades de la época.
A mí me resulta irritante que ambiente su dramedia en los años treinta, ofreciendo una visión de la realidad que obvia las necesidades de unos años sumergidos en una profunda crisis.
Su nivel e intrascendencia es mayúsculo. Los problemas que se presentan son banales.
En sus historias de amor hay poca pasión.
Solo la subtrama del hermano gángster resulta divertida e interesante.
Para colmo insiste en explicarnos, con una tediosa voz en off, lo que ya somos capaces de ver y deducir por nosotros mismos.
Allen parece que quisiera rendir un homenaje a una época idealizada que ni vivió, ni conoce.
Kristen Stewart me sigue resultando insoportable y su personaje es detestable.
La falta de profundidad de Jesse Eisenberg no contribuye a crear interés.
Se salva la maravillosa Blake Lively.
Esta chica posee la cualidad especial, que solo tienen las grandes actrices, de enamorar a la cámara y al espectador.
Sus sonrisas son como rayos de sol en las tardes frías de invierno que iluminan y dan calor.
Insisto: maravillosa.
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La fotografía dorada de Vittorio Storaro es impresionante, de una belleza embriagadora.
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Después de escribir mi crítica leo lo que han escrito periodistas más competentes e inteligentes que yo.
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Se deshacen en alabanzas.
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Carlos Boyero escribe:
“‘Café Society’ es de las películas más bonitas de Woody Allen.”
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Me llena de orgullo y satisfacción volver a discrepar con uno de los grandes de la crítica española.
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A mí Café Society me parece un monumento a la banalidad, a la insulsez. El divertimento gratuito y vacuo de un viejo rico.
Vemos esta peli los amigos de Azuqueca en el cine del EJE.
No me cansaré de dar las gracias y repetir que es un auténtico lujo.
En la peli anterior (Fresas salvajes – 1957 – Ingmar Bergman) pasamos mucho frío. Varios compañeros vienen con manta preparada, que afortunadamente no hace falta porque contamos con calefacción.
Siempre he mantenido que son cuestiones diferentes el artista y la persona.
Podemos encontrar detestable al individuo, pongo el caso de Dalí, y encantarnos su obra.
En el cine también tenemos algún caso muy notorio.
Allen tuvo como pareja entre 1982 y 1992 a la actriz Mia Farrow.
Se separó de la misma después de que Farrow le descubriera fotografías pornográficas de una de las hijas adoptivas de ella, desnuda.
Allen negó cualquier vinculación sexual o sentimental con su hijastra (a quien conocía desde los cuatro años).
Pero al poco tiempo de separarse de Farrow “blanqueó” su relación sentimental con Soon Yi, con quien se casó en 1997.
En 1991, cuando la relación salió a la luz, Allen tenía 56 años y Soon Yi, 20.
Tras la separación, Farrow denunció penalmente al director por acoso sexual a la hija de la pareja, Dylan Farrow, que tenía 7 años en la época de los abusos.
Dylan Farrow, relató en febrero de 2014 a través de una carta abierta los abusos sexuales a los que la sometió el cineasta cuando tenía 7 años.
Segun Dylan, los hechos ocurrieron cuando vivía junto a Allen y la actriz Mia Farrow.
El caso salió a la luz en 1993, pero los cargos criminales en contra del director fueron retirados por Farrow, aunque la justicia reconoció las pruebas y prohibió a Allen el derecho de visitas sobre su hija.
La carta ha sido la primera vez que Dylan Farrow se ha referido al tema ante la prensa, y la decisión estuvo inspirada por los reconocimientos que ha recibido Allen durante los últimos tiempos. Allen siempre negó las acusaciones.
No tendría ningún derecho de contar estas cuestiones en una crítica cinematográfica, pero en esta peli Allen nos hace un relato “autobiográfico” que pudiera ser justificativo. La peli se realiza después de la polémica.
Quede claro que el Allen cineasta me gusta y el conjunto de su obra me parece sobresaliente.
Esta peli la vi hace años y casi no la recordaba.
Repleta de diálogos que no dejan un momento de descanso y que llegan a agotar.
Allen nos cuenta sus conflictos sentimentales y sus relaciones con las mujeres.
Mezcla continuamente la ficción con la falsa realidad del relato cinematográfico, creando confusión en el espectador, o por lo menos en mí.
Está claro que no es la transposición literal de su vida amorosa, porque que él la enriquece y la retuerce para contarla a su conveniencia.
Las mujeres de esta peli son todas unas histéricas, con actitudes excesivas, habiendo incluso tiros.
Cuando le acusan de adulterio él responde con contestaciones claramente machistas, culpando a sus parejas.
El único personaje que parece salir bien parado es la joven amante (Elisabeth Shue) que le abandona para casarse con Billy Crystal.
El colmo de la desfachatez del director y protagonista es cuando en una escena, por otra parte muy divertida, la esposa le explica a su hermana (y amante del adúltero) que se ha liado con una veinteañera.
Allen ridiculiza a las mujeres las presenta como comparsas de su vida en el colmo del egocentrismo y de la misoginia.
Tal vez sea una revancha miserable por la situación que había padecido (merecidamente).
Woody es un tío listo y nos intenta desarmar con el humor, con el tono de comedia que sabe dar a las situaciones más dramáticas.
Ésta es la típica peli que se olvida o, tal vez, solo recordada por ser una comedia divertida.
Pero no deberíamos disculpar sus actitudes misógenas por que obtenga una sonrisa cómplice. Eso es lo que pretende de nosotros complicidad y justificación.
Woody Allen es como el cuñado que vive lejos y todos los años te visita.
Algunas veces te despides pensando: ¡Qué majo, qué chistes tan buenos cuenta!
Otras veces: ¡Qué pesado, todos los años tener que aguantarlo!
A Allen se nota que le gusta escribir sus guiones.
En Irrational Man crea una historia muy bien construida.
Pero a la hora de filmarla parece que pusiera el piloto automático y la rodara con desgana.
Da la impresión que con esa trama se hubiera podido hacer una mejor película.
Según mi amigo Daniel, psicólogo de prestigio, su protagonista es un neurótico que necesita hacer algo especial, importante, para dar sentido a una vida que si no es insatisfactoria.
También me comentó el encaje con las teorías de Kant, pero eso no fui capaz de entenderlo.
Allen introduce los elementos habituales en su filmografía: el amor entre personas de diferente edad, la docencia, la filosofía, el destino, el azar…
Su argumento de carácter psicológico está adornado de elementos de thriller, con muy escasos toques de comedia romántica.
El escenario es un campus universitario de esos tan verdes, tan limpios, tan americanos…
Detestable el uso, innecesario, de la voz en off, que solo insiste en lo que ya estamos viendo.
Tiene suerte con contar con dos muy buenos actores.
Joaquin Phoenix compone un personaje pesimista, depresivo que gracias a un objetivo (ilícito) consigue volverse optimista.
Emma Stone está absolutamente maravillosa. La cámara la quiere y además es una actriz excepcional. Cuando sonríe ilumina la pantalla y cuando llora sus lágrimas nos salpican de emoción. Nada de lo que diga conseguirá expresar lo extraordinaria que es.
Si este cuñado dejara de venir lo echaríamos mucho en falta.
El año pasado dejó el listón muy alto con Blue Jasmine. Difícil de igualar.
Comenzaré diciendo lo que ya han afirmado todos los que la han visto y comentado, se trata de una comedia ligera.
Es una comedia romántica en la que se tocan temas recurrentes en la filmografía de Allen. La magia, la trascendencia, el amor, la envidia…
También se ha dicho que es una peli bonita. Con una fotografía pastel. Con un cierto aire de cuadro impresionista. Con un bello vestuario.
El gran acierto de la peli es la presencia de una Emma Stone, absolutamente radiante que a pesar de un delgadez y de ser una chica corriente, enamora a la cámara y resulta extraordinariamente atractiva.
Colin Firth interpreta al típico británico arrogante que se vanagloria de su inteligencia y resulta ser un tonto que se enamora y se come un timo como una casa con patatas.
Magia a la luz de la luna es una peli deliciosa como un bombón, pero olvidable como una chocolatina.
Aunque me ha servido para elevar a Emma Stone al Olimpo de mis actrices preferidas.
Durante casi dos horas se nos presenta la infancia y los inicios del director para posteriormente repasar casi todas sus películas.
Se usan imágenes y vídeos antiguos de la época de escritor y humorista que son extraordinarios. Aporta aspectos muy reveladores del ingenio de este muchacho.
Las declaraciones de actores, productores y amigos son interesantes. Pero la presencia de su hermana, una especie de manager, es de lo más reveladora.
No ahonda en su vida personal pero tampoco la elude.
Los diálogos del propio Allen contando sus aventurillas de niño son muy divertidos y aleccionadores.
Para mí resultaron muy interesantes las declaraciones sobre el sufrimiento que implica el proceso creativo, con sus incertidumbres y sus dudas. Lo más divertido para Woody es la realización del guión, usando una vieja máquina de escribir, con cortas y pegas caseros con tijera y grapadora.
El documental está muy bien realizado y magníficamente documentado.
Me declaro seguidor del director de Annie Hall (1977), posiblemente he visto todas sus películas, aún así esta peli me ha aportado información que desconocía.
Interesante, aunque el esfuerzo de condensar una obra tan extensa es demasiado pesaroso.
Jasmine vive en una mentira pero es feliz en la superficialidad.
Cuando su vida se desmorona como un castillo de naipes (al fin y al cabo solo era eso) se encuentra sin amigos (eran también mentira), sin dinero, sin vida…
Recurrir a su hermana, a la que humilló y estafó, le supone una degradación insoportable.
La desprecia, la cree inferior. Ella se considera genéticamente con clase, superior.
Pero Jasmine es absolutamente despreciable. Nunca ha sido nada por sí misma, si algo fue se lo debe al dinero que fraudulentamente consiguió su marido.
Se me viene a la cabeza alguna infanta con una historia parecida.
La actriz:
No puedo ocultar mi devoción por la maravillosa Cate Blanchett.
No soy capaz de recordar ni un solo papel en la que Galadriel no estuviera estupenda e incluso soberbia.
Aquí tiene un traje a su medida.
Su interpretación de Jasmine es emotiva, sentida, llena de matices, impresionante, perfecta…
Capaz de seducir y de repugnar. De despertar sentimientos, de hacer humano un personaje despreciable.
Nadie se ha merecido más un Oscar que ella.
La hermana:
Ginger es adoptada como Jasmine. Las dos compartieron los mismos padres.
A diferencia de su hermana, Ginger es trabajadora, luchadora. Se esfuerza en mantener su empleo de cajera de supermercado de barrio, cuida de sus hijos y busca el amor.
Tal vez, sus parejas no sean los hombres adecuados, los mejores, pero ella los necesita.
Cuando la engañan, no se derrumba, sale adelante.
No es rencorosa. Su hermana la estafó y la despreció pero ella la acoge en su casa y la ayuda en todo y hasta intenta comprenderla.
Ginger es maravillosa y la actriz que la interpreta Sally Hawkins también. Sabe darle ese toque de sencillez, paletismo y ternura que la hace… pues, eso, maravillosa.
Magnífico también Alec Baldwin. Le encuentro cierto parecido a un exjugador de balonmano.
El director:
Woody Allen ha dirigido 48 pelis, está a punto de cumplir 78 años.
Vuelve a EE.UU. después de sus excursiones por Europa que no han sido para nada despreciables.
Esta peli la hace en su adorada Nueva York y en un San Francisco poco glamuroso.
Aquí me ha sorprendido. Mi impresión es que siempre había mirado con complaciencia la banalidad de los ricos y salvo en muy contadas ocasiones no nos había relatado la pobreza.
EnBlue Jasmine nos contrapone dos clases sociales, dos hermanas diferentes como la noche y el día (ya suponéis cual es para mí el día).
Yo veo a un Allen imaginativo, rompedor, comprometido y con una visión muy certera de los personajes y de la vida.
Veo esta peli en pantalla grande con el Club amigos del Cine.
Asistí a su estreno y la recordaba levemente. Se me confunden en el tele-encéfalo las pelis de Allen y tenía un revoltijo de Hannah y sus hermanas, Maridos y mujeres y ésta que nos ocupa.
A Woody Allen no le gustaba la parte final de la peli. Durante la postproducción se deshechó un tercio de la película. Se reescribió y fueron suprimidas las escenas en las que participaba Daryl Hannah, su intervención quedó reducida a un simple cameo.
El profesor Louis Levy, terapéuta y amigo de Woody Allen, interpreta al filósofo Cliff Stern protagonista de los documentales que tanto fascinan al director.
Originalmente, Alan Alda sólo iba a aparecer en la escena de la fiesta de apertura con Daryl Hannah. Pero Woody Allen decidió ampliar su papel y aunque el actor quería improvisar, el director no lo permitió y escribió sus diálogos sobre la marcha.
Lester (el personaje de Alan Alda) se basa en Larry Gelbart guionista de muchas comedias y director de la serie de televisión MASH. Ni a Allen ni a Alda les gustaban sus maneras despóticas de tratar a los actores. Varios comentarios de Lester, como “La comedia es tragedia más tiempo” y “Si se dobla, es gracioso, si se rompe, no es gracioso”, son frases reales de Larry Gelbart. A pesar de esta aversión, Allen lo llamó “el mejor escritor de comedia que he conocido y uno de los mejores hombres” en una declaración poco después de la muerte de Gelbart.
Durante una discusión con Cliff (Allen), Lester dice que tiene un armario lleno de Emmys. En la vida real, Alan Alda ganó cuatro Emmys antes de aparecer en la película y tiene otro después.
Creo que me gustó más en su estreno, especialmente por sus reflexiones sobre el remordimiento y el límite entre lo tolerable moralmente y lo absolutamente reprobable. Tal vez el tiempo hayan hecho que estas meditaciones hayan perdido fuerza.
La contraposición entre los personajes de Cliff y Lester es de lo más interesante. Uno director de documentales sociales sin éxito y sin trabajo. Otro con mucha actividad laboral, popular y realizador de comedias. Pero los dos se desprecian mutuamente y consideran sin valor las actividades del contrario. Son cuñados. Real como la vida misma.
A parte de los planteamientos filosóficos-morales la peli me ha resultado demasiado discursiva. No hay espacios sin silencios, los diálogos son incesantes y muchas veces innecesarios.
Las escenas con muchos personajes funcionan mejor que las más íntimas.
Me ha dado la impresión que Allen a pesar de que se obstina en ponerse trascendente no termina consiguiéndolo y hay un cierto barniz de superficialidad.
Todos los actores están correctos aunque destaca un extraordinario Martin Landau.
La prueba del algodón de una peli es un segundo visionado. Las buenas parecen mejores, las malas peores y las mediocres nefastas. Y para mí ésta no está entre las primeras.
Se trata de un homenaje a Federico Fellini y concretamente a su peli Fellini 8 ½ . Las escenas del tren, la playa, la fotografía en blanco y negro, las relaciones con varias mujeres y la galería de personajes grotescos son referencias al cine de Fellini.
Antes de su título definitivo la peli se llamó Woody Allen N º 4 y el director hizo el comentario que su filmografía no era ni la mitad que la de Fellini.
Woody Allen siempre ha negado enérgicamente que la película fuera autobiográfica.
El personaje de Dorrie (Charlotte Rampling) se inspiró en la ex esposa del propio AllenLouise Lasser , que realizó un cameo sin acreditar en la película.
En esta peli debutaron dos actores que posteriormente se harían muy famosos. Brent Spiner que ha participado en la saga Star Trek y Sharon Stone que tiene una brevísima intervención viajando en el tren de gente feliz y que todo el mundo recuerda por cruzar las piernas en Instinto Básico (1992).
En su momento Carlos Boyero escribió sobre Recuerdos: “La única de las películas de Allen que me parece estrictamente detestable”.
Como suele ocurrir no coincido con el prestigioso crítico.
No es una peli redonda y en muchos momentos pierde energía. El intento de meter elementos icónicos en el cine de Allen la convierten en un batiburrillo del que no sale airoso.
A pesar de la insistencia de su director en que no es en absoluto autobiográfica desde luego lo parece.
Se pueden encontrar muchos de los elementos característicos del cine del director de Delitos y Faltas: la magia, la familia, la infancia, el consumo de psicofármacos, la nostalgia del amor perdido, el psicoanálisis…
El Allen guionista y director parece minusvalorar a Sandy Bates (¿su alter ego?) como creador de una obra menor. Pero cuando es entrevistado responde con ingenio y humor, entonces su consideración no parece tan mala.
La ridiculización de los seguidores que incansablemente le felicitan y le piden autógrafos es muy propio de ese tipo de personas que consiguen la fama y por ello se sienten superiores. Es de un claro mal gusto.
Hace cuatro películas que Allen abandonó Nueva York y ahora se dedica a hacer turismo por Europa.
A mí no me molesta que nos presente una Roma de postal, ni que la llene de tópicos. A mí lo que me molesta es que los mismos chistes malos de toda la vida y otros nuevos igual de malos o peores, me hagan gracia.
Las cuatro historias que entremezcla (que no cruza) son interesantes y como siempre tienen su moralina.
En una reflexiona sobre la fama (efímera e inútil) de la televisión de Berlusconi.
En otra sobre el enamoramiento y sobre la conciencia de lo que sabe mal hecho. Magnífico el papel de Pepito Grillo de Alec Baldwin que Woody resuelve con una naturalidad pasmosa. Tal vez lo que más me gustó.
La tercera historia, que protagoniza el propio director nos dice que el éxito lo justifica todo, incluso el ridículo. Está llena de tópicos pero resulta divertida.
Por último el cuarto relato nos habla de la infidelidad y está contada como un sainete. Tiene un papel la madrileña Penélope Cruz que embutida en un pequeño vestido rojo está desbordante. Me quedé boquiabierto, impresionado. Me he vuelto un rendido admirador de su belleza. A partir de ahora soy incondicional.
El conjunto resulta agradable. Pero me dio la sensación que es más de lo mismo. Allen ya no se esfuerza. Todo está bien contado con ese tono general de comedia ligera pero relatado como con desgana. Es como si tuviera que cumplir con el trámite anual de un estreno y piensa cumplo y ya está. Sin pasión, sin originalidad. Cuento los mismos chistes, las mismas historias y solucionado.
Es lo contrario que el gran Almodóvar que llena de pasión cada nueva película. Que podrá ser peor o mejor pero se desborda en ellas.
Esta película argentina del debutante como largometrajista Gustavo Taretto nos cuenta las vidas cruzadas (pero no encontradas) entre Mariana y Martín.
La peli comienza con decenas de imágenes de edificios de la ciudad de Buenos Aires con un aire de documental y una voz en off que al principio resulta agradable y divertida pero que se reitera a lo largo del desarrollo llegando a ser primero innecesaria y después irritante.
Esta parte documental es estupenda, una especie de homenaje a la caótica capital de Argentina.
La peli se disfruta con muchos momentos graciosos e ingeniosos tanto a nivel de guión como a nivel visual. También hay escenas de relleno en las que parece que el director esté tan perdido como sus personajes.
Destacar la presencia de Pilar López de Ayala que habla bien en argentino. Es divertida esa búsqueda de Wally, fábula de la búsqueda del amor que está camuflado en la gran ciudad.
Los personajes no son muy originales. Son treintañeros, despistados, solos que buscan compañía y amor, viviendo más que en la realidad en internet.
Hay un claro homenaje a Woody Allen y especialmente a su peli Manhattan que emociona por separado a sus dos protagonistas.
Un cameo de lujo, la primera dama de Francia, Carla Bruni que sale airosa del compromiso.
Una historia divertida con referencias a la Cenicienta, con una colección de personajes-artistas curiosos, especialmente gracioso el personaje de Dalí.
Un personaje pedante y odioso interpretado por Michael Sheen.
Con todo esto, Allen ha hecho una de sus mejores obras que como siempre nos invita a una reflexión-moraleja, esta vez sobre el inconformismo y la búsqueda de algo mejor en otro tiempo o en otras personas que nunca se termina de encontrar.
En la magnífica web de Rafael Castillejo hay una sección con fotos de cines de Zaragoza que ha desaparecido: En busca de los Cines perdidos. (http://www.rafaelcastillejo.com/zaracines.htm)
Para cualquier zaragozano de mi edad es imprescindible visitar esta página.
No puedo evitar algunos de los recuerdos de mi juventud y de mi infancia que se me vienen a la cabeza de estos cines.
El Coliseo Equitativa estaba en el Paseo de Independencia en este cine vi con Elena “Annie Hall” de Woody Allen cuando estábamos festejando y recuerdo que salimos felices incluso eufóricos evitando unos conocidos que habíamos visto a la entrada para poder estar solos.
El cine Palafox era uno de mis preferidos en mi juventud. Tenía un aire aristocrático.
En el Teatro Fleta repusieron cuando tenía 17 ó 18 años Lo que el viento se llevó. Fui a la sesión de las cinco que terminaba a las nueve. Antes de salir me metí en los servicios, me tomé una coca-cola y volví a ver la película de tirón. Disfruté como un enano. Ese día iba solo y eso me permitió hacer esa fricada. Nadie en su sano juicio es capaz de ver dos veces seguidas esta obra maestra.
A pesar de estar lejos de mi casa en alguna ocasión fui al Cine Venecia y al Cine Torrero los dos en este barrio de Torrero. No los recuerdo muy bien.
En el Cine Madrid cuando tenía unos 15 años vi una sesión doble, cosa insólita en Zaragoza, y la segunda peli era de Chaplin pero no soy capaz de recordar de que peli se trataba.
Tenía un amigo que vivía encima del Cine Norte, cuando estudiaba segundo de medicina y alguna tarde que iba a estudiar a su casa se podía oír la peli con toda nitidez. Recuerdo que una tarde estuvimos oyendo “Las adolescentes” una peli infumable de Pedro Masó que ya había padecido en otro cine, oyendo y viendo.
El Cine Coso como estaba cerca de mi casa era de los más visitados. En muchos cines había un escaparate con fotos de la peli o de otras que anunciaban como próximos estrenos. Siempre que pasaba por este cine me paraba a contemplar las fotos.
El Cine Mola no me gustaba. Tenía una sala muy larga y estrecha y me parecía que la acústica era mala.
Cuando inauguraron el Cine Quijote para mí fue un acontecimiento. Sus butacas eran amplias y cómodas y había bastante distancia de unos asientos a otros. Ahí vi Apocalypsis Now en versión original, salí impresionado con la frase: “el napal huele a victoria”. También vi el Gran Dictador en su estreno en España tras muchos años de estar prohibida.
El Cine Goya era un cine estupendo. Pero no recuerdo nada especial de él.
En los Multicines Buñuel vi Acorazado Potemkin que me emocionó como pocas películas lo han conseguido. Vi también La vida de Brian, primero en versión original y meses después doblada y desde entonces es una de mis pelis preferidas.
En la impresionante web de Rafael Castillejo no aparecen fotos de dos cines que llenaron mi infancia de películas de romanos y de catástrofes. El Cine Monumental y el Cine Victoria. Los dos en la entonces calle General Franco, ahora Conde de Aranda.
El Cine Monumental tenía los asientos de madera y su suelo estaba cubierto de cáscaras de pipas, ese suelo no se barría nunca y en los pasillos había un surco entre las pipas. Cuando terminaba la sesión te sacudías las cáscaras en tu espalda del espectador de atrás. Recuerdo que una vez vi una peli que se desarrollaba en Zaragoza de un niño que se quedaba paralítico y la Virgen del Pilar hacía un milagro. Debía de tener unos 6 años y la peli me pareció malísima. No tengo ni idea del título del engendro. Las pelis del Monumental que a mí me gustaban eran las de romanos. ¡Qué grande Maciste!
Todos los cines mencionados han desaparecido físicamente o han pasado a ser bingos o casinos.
Muchas gracias a Rafael castillejo que con su web me ha permitido avivar mi memoria.
Ésta es la nueva película de Woody Allen que nos tiene acostumbrado a una película al año. Este director-guionista-actor-escritor tiene ya 74 años. Ha hecho de actor en 10 películas sin ser el director. Ha publicado más de 20 libros. Ha hecho teatro y televisión. Y ha dirigido 41 películas y en muchas de ellas ha participado como actor. Todo un carrerón.
Su anterior película (Si la cosa funciona) era divertida con los signos de identidad propios de Allen. A mí me gustó.
En esta peli nos muestra una galería de personajes insatisfechos, inconformistas, egoístas y desorientados. Ninguno de los personajes me resultó simpático. Hay que reconocer que los actores lo hacen fenomenal, tal vez Banderas un poco gesticulante y sobreactuado.
Allen coloca la cámara con maestría y se mete entre los personajes dando una sensación de cercanía, su dirección es elegante con planos bien conseguidos.
Hay elementos en el guión que son ingeniosos, muy propios del director, como el robo del libro al amigo o la imagen de la mujer deseada tras la ventana.
Pero la peli ni me entretuvo ni me divirtió, en varios momentos me resultó tediosa y previsible, de hecho me distraje con facilidad masticando los hielos de la fanta de naranja. No hay momentos de humor aunque el tono es de comedia ligera.
De todas las pelis de Woody Allen, en mi opinión ésta es de las peores.
La he visto hace poco por eso os la comento ahora. Se estrenó en 2009.
Es Woody Allen en estado puro. El alter ego del director lo interpreta Larry David, cómico norteamericano conocido por ser el guionista de la serie televisiva Seinfeld.
En el personaje de Larry David se reflejan todas las obsesiones de Allen: la hipocondría, el complejo de judío, el gusto por las chicas jóvenes, el pensar que todo depende del azar… …
La película resulta muy divertida. La crítica contra el puritanismo es magnífica.