Cerca de veinte años lleva Terry Gilliam para rodar esta peli.
En 2002 se estrenó un documental, Perdidos en La Mancha (Lost in La Mancha), que contaba el desgraciado intento que Gilliam realizó en 2000. De lo más recomendable.
Ahora gracias a una coproducción de varios países europeos, aunque con sello británico, se ha podido estrenar, cerrando el último Festival de Cannes.
En esta peli hay muchos elementos, a priori, valorables: cine dentro del cine, viajes en el tiempo, aventuras, esperpento, trama con mafioso ruso, nostalgia…
Todo contado de tal manera que me puede recordar al cine de Buñuel y de Fellini.
Se ha rodado en Portugal, Toledo, Madrid, Zaragoza en el Monasterio de Piedra, Segovia, Navarra y (como no) en Fuerteventura, el sitio de moda gracias a las subvenciones del Gobierno Canario.
En una de las escenas de la peli Toby (o Sancho) observa un mapa de la zona de Jadraque, pero no hay nada localizado en Guadalajara.
La peli en general resulta aburrida y asfixiante.
Da la impresión que Gilliam no tiene una idea clara por donde va la peli y va cambiando de rumbo sin orden ni concierto.
En bastantes ocasiones, la tosquedad en la dirección la convierte en ridícula y penosa.
Insoportable la reiteración del episodio de los molinos, como si fuera lo único que aporta una obra tan compleja como la de Cervantes.
Además, he tenido un problema personal. No he podido evitar ver en Adam Driver a Kylo Ren, todo el tiempo.
Si te gusta el universo de Gilliam tal vez la soportes con esfuierzos.
Si no sabes quien es este director, no vayas verla, cuando termine la proyección tendrás ganas de darle un puñetazo.
Corte y Confección de películas, La Termita Films, Sentido Films, Bord Cadre films, con la participación de ICAA, ICEC, TV3 y Eurimage, y la colaboración de Turismo de Aragón
Guion
Isaki Lacuesta, Isa Campo, Fran Araújo
Reparto
Àlex Monner, Emma Suárez, Sergi López, Bruno Todeschini
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Sinopsis
Un adolescente desaparecido regresa tras ocho años, cuando todos lo daban por muerto, y se incorpora a la vida familiar marcada por el misterio de su desaparición. Poco a poco surgirá la duda de si realmente se trata del niño desaparecido o de un impostor.
La peli se sustenta en el planteamiento de la duda sobre la real maternidad de este chico desaparecido hace ocho años.
Durante todo el metraje se juega a confundir al espectador.
Esta cuestión me aburrió, me dejó de interesar.
Pero es curioso que después, incluso, de la rueda de prensa seguía habiendo discusiones sobre la cuestión.
Creo que solo es un macguffin.
Lo realmente importante es que esa madre estaba necesitada de un hijo y le daba igual.
Y el adolescente precisaba de una madre.
Se juntaban el hambre con las ganas de comer.
Me gustó esa ambientación en un pueblo del Pirineo, concretamente Sallent de Gállego. Conformando un drama rural.
La peli habla de la necesidad de afecto y de la mentira y de como ésta puede servir para mejorar las vidas de las personas.
Aunque algún compañero se mostraba emocionado con la peli, yo no conseguí entrar, no me movilizó sentimientos.
Emma Suárez se pasa, gran parte de la peli, con cara de sufrimiento.
A Sergi López no lo encuentro convincente.
En cambio el joven Àlex Monner compone un personaje atormentado, con crisis de ansiedad y ciertas tendencias autolesivas.
Lo cierto es que el pobre tiene razones para padecer algún trastorno mental.
Aunque no la denuesto totalmente, tampoco la salvo.
En la rueda de prensa su directora afirma que ha hecho la peli que quería hacer.
Sus pelis tienen varias lecturas.
Una superficial para todo tipo de público y otras para más intelectuales (o culturetas, añadiría yo).
Acuden a la Conferencia de prensa los actores Daniel Grao, Juana Acosta y Ingrid García Jonsson.
Goya Toledo no puede asistir porque está rodando en los USA.
Un placer ver de cerca a la estupenda Juana Acosta.
A las 11.30 hay un acto de FAPAE, la asociación de productores audiovisuales.
Se presentan el balance de los últimos 25 años.
Intervienen Ramón Colom, Juan Antonio Vigar (Director del Festival) y Marta Velasco, quien ha asistido en representación de la Asociación de Empresas de Producción Audiovisual de Andalucía (AEPAA-APRIA).
Ramón Colom ha destacado que “el cine español ha conseguido conectar con los espectadores y se ha producido un cambio en la percepción y valoración de nuestro cine”.
El número de espectadores se ha duplicado. En 1991 fueron 9,1 millones de espectadores y en 2015, 18 millones.
Así, en 1991 la cuota de mercado era de 10,9% y en 2015 de 19%.
A lo largo de estos 25 años se ha multiplicado por cinco el número de empresas activas de cine que producen una mayor diversidad de géneros y se ha triplicado el número de coproducciones internacionales.
Sin embargo, el coste medio de las películas españolas se ha reducido en los últimos años, volviendo a niveles del año 2000, con 1,8 millones de euros.
162 películas españolas fueron vistas por más de medio millón de espectadores y 75 de éstas superaron el millón de espectadores a lo largo de los últimos 25 años.
En 1991, solo una película española superó el millón de espectadores, “Tacones Lejanos”.
En 2015, son cinco los largometrajes los que han superado este listón: “Ocho apellidos catalanes”, “Atrapa la bandera”, “Perdiendo el norte”, “Regresión” y “Ahora o Nunca”, al igual que en 2006, 2008, 2009 y 2014.
Cabe destacar el aumento en un 803% de los premios internacionales a la cinematografía española.
La recaudación de cine español en salas alcanza los 36 millones de euros, casi el doble que en 2015 por estas fechas.
La cuota de cine español, a 18 de abril, asciende a 19,3%, similar a la cuota con la que se terminó en 2015 y superior a la obtenida en la misma fecha el año pasado, que estaba en un 10%.
Todos estos datos los he copiado de la web de FAPAE y los pongo porque me parecen interesantes.
Arcadia Motion Picture, Noodles Production, Afrodita Audiovisual, con la colaboración de TVE y TV3, y el apoyo del ICAA e ICEC Guion
Pol Rodríguez Reparto
José Sacristán, Laia Marull, Sergi López, Julián Villagrán
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Sinopsis
La mujer del viejo Tomás ha muerto, pero a él no le dejan enterrar el cadáver porque la familia de la difunta reclama el cuerpo en París. Tomás decide entonces robar el cuerpo para poder enterrarlo en Quatretondeta, un pequeño pueblo del interior alicantino, como le había prometido a su esposa. Sin embargo, el anciano no recuerda el camino para llegar hasta allí y se pierde. Es entonces cuando empieza una disparatada persecución en plenas fiestas de la comarca, en la que Tomás, junto a unos compañeros de aventuras un tanto peculiares como Genovés e Iñaki, lucharán por un mismo objetivo: el cadáver. (FILMAFFINITY)
El director alicantino Pol Rodríguez nos ofrece una comedia negra, repleta de equívocos y de malentendidos, que divierte y hace reflexionar.
Si el retrato de los personajes es estupendo, el ambiente donde se desenvuelve lo es más aún.
José Sacristán obsesionado por enterrar a su esposa en Quatretondeta, localidad cercana a Alcoy (que existe de verdad), compone un personaje entre entrañable y patético.
El aire es de sátira, incluso de esperpento, pero realista.
A veces no hay mayor esperpento que la cruda realidad.
Siempre hablamos del barroquismo de los andaluces, pero los valencianos creo que los superan, capaces de disfrazarse, de hacer una mascletá y montar una paella en menos de diez minutos.
En ese paisaje se desarrolla esta historia.
Con estos elementos como no podríamos recordar al gran Berlanga.
Pero Pol Rodríguez no tiene su mala leche, su cinismo, su comedia es más amable, más entrañable.
José Sacristán tan impresionante como siempre. Un día te hace de gánster y al siguiente de anciano demente.
Laia Marull se transforma en esos días que pasa de manera obligada en su pueblo, al que no iba hacía muchos años.
El Genovés (Sergi López) es excesivo, pillo, putero, borracho, mala persona. ¡Qué personaje tan potente!. Es como un ciclón.
Julián Villagrán usa todos los tópicos de la cultura española para camuflar su error: “estamos en fiestas”, “el alcalde está muy ocupado”, “el médico está de vacaciones”, “se me ha averiado el vehículo”.
Una peli estupenda, divertida y con Fiesta de Moros y Cristianos. ¡Qué más se puede pedir!
Se trata de una producción española (Mediapro, Reposado Producciones, TVE), con director español, pero interpretada por actores internacionales y rodada en inglés.
Aunque la trama se desarrolla durante el final de la Guerra de los Balcanes, probablemente en Bosnia, ha sido rodada en Granada, Almería y Cuenca.
No entiendo porqué León de Aranoa ha echado mano de elenco internacional, cuando podía haber usado actores españoles, que los hay buenos y muy buenos.
Mi pregunta es puramente retórica, lo que pretende es darle difusión en otros países. Cuestión perfectamente lícita.
La peli nos relata las peripecias de un grupo de colaborantes de una ONG para conseguir sacar un cadáver de un pozo, después que se les rompa la soga para extraerlo.
Es una historia pequeña con el paisaje al fondo de los desastres de la guerra. Tal vez lo más interesante sea ese escenario de destrucción, caos y horror.
La peli está muy bien rodada con unos planos aéreos muy potentes que sitúan bien al espectador.
Se combina la tragedia con la comedia y ahí es donde radica el mayor defecto de la peli, que no sabe encontrar el tono.
A mí ver bromear a unos extranjeros sobre los desastres que van observando me resulta molesto.
León de Aranoa vuelve a realizar cine de denuncia social, del que estamos escasos y necesitados, pero se va lejos en el espacio y en el tiempo, teniendo aquí y ahora un material excelente.
Siempre es un placer ver en pantalla a dos monstruos como Tim Robbins y Benicio del Toro.
No puedo decir lo mismo de las protagonistas femeninas, Olga Kurylenko y Mélanie Thierry, una especie de floreros que interpretan las escenas más penosas.
La música cobra demasiado protagonismo. Es estridente en muchas ocasiones, pero a mí me ha gustado.
Mi problema es que conecto más con los problemas de los bosnios, que son solo el paisaje de la peli que con los protagonistas cooperantes que al fin y al cabo volverán a sus casas a disfrutar de su cómoda vida.
En 2009, cuando comenzaba con el blog, escribía maravillas de Celda 211.
Le recuerdo perfectamente de su época de crítico en Días de Cine, el mejor programa dedicado al séptimo arte, que va por la edición 1013.
Es difícil combinar sello personal y comercialidad. Si una peli no se ve, no se vende y su director está condenado. Las productoras apuestan, no por el arte, sino por la taquilla.
Monzón llena El Niño de elementos que alimentarán las arcas de los productores.
Jesús Castro, el mayor reclamo para adolescentes con exceso de carga hormonal, se desnuda y enseña su bien perfilado culito, se quita la camiseta, sabe poner cara de malote…
El amorío resulta un poco forzado, lleno de tópicos y muy de manual, pero seguro que gustará a la mayor parte del público.
Las persecuciones en helicóptero son absolutamente espectaculares, rodadas con una calidad que nada tienen que envidiar a las producciones americanas. Hay ritmo, sostenido con un montaje perfecto y electrizante.
La recreación de ese mundo fronterizo entre, España, Marruecos y Gibraltar, lleno de contrastes, de colores, de vida, de trapicheo, es perfecta.
La lucha contra el narcotráfico es planteada como una batalla perdida, en la que detener a un capo solo significa que crezca otro grupo de traficantes.
Tosar como siempre está inconmensurable. Interpreta a un estereotipo de policía, entregado en cuerpo y alma a su trabajo, que no tiene vida personal, que sus amigos son compañeros y nada más.
Pero el gran actor de esta función es Eduard Fernández, absolutamente sublime, sus ojos nos trasmiten a la perfección ese sentimiento de tristeza y de culpa. Una actuación memorable.
Le deseo a Monzón un gran éxito porque se lo merece. Ha metido toda la carne en el asador para construir una peli personal y comercial. A mí me gusta más el primer ingrediente, pero para que pueda cocinar más veces hay que soportar lo segundo.
La peli se desarrolla durante poco más de 24 horas. Un niño pequeño (Ismael) viaje desde Madrid a Barcelona para conocer a su padre.
Durante la proyección me emocioné, llegue a llorar, cuestión no muy difícil porque soy de lágrima fácil. Salí muy satisfecho. La peli me había calado.
Pero han pasado unos días. A mí me gusta reposar y meditar antes de criticar.
El análisis post-visionado desmonta mi buena impresión inicial.
Hay pelis que después de vistas ganan, encuentras cosas que se te habían pasado en la proyección o detalles que la mejoran.
En otras ocasiones, como en ésta, te das cuenta de lo poco verosímil del guión. Dejas de creerte los personajes…
Asombroso el viaje del niño, sus inquietudes y que hable como un viejuno.
El personaje de Mario Casas está mal construido. Su cojera, su activismo social me parecen de palo. No tengo mala opinión sobre este actor, de hecho en La mula o en Grupo 7 me gustó mucho.
En cambio el personaje de Sergi López me resulta estupendo, real y simpático. Aunque, bien mirado, la historia de su fracaso como músico es un poco tramposa.
Belén Rueda es una gran actriz y aquí está estupenda. Deja por una vez su papel de sufridora oficial del cine español. Vamos, que por esta vez no hace un belenrueda.
A pesar de lo dicho os la recomiendo. Os hará sentir y os emocionará. Eso sí, prohibido el análisis posterior.
Es una historia de pura supervivencia a través de la mirada de un niño, Andreu, interpretado por Francesc Colomer. A la situación de pobreza de esa Cataluña rural se suma la miseria de la postguerra española.
Andreu va descubriendo como la mentira está instaurada en su vida y que sus padres no son precisamente un modelo ético.
La peli es bastante deprimente porque a la miseria económica se le añade la miseria moral. No entraré en detalles escabrosos pero son numerosos.
El guión me ha resultado un poco confuso y me ha molestado la falta de referente ético. Desde luego no es la típica historia de buenos y malos, aquí todos son malos.
La ambientación es excelente con escenas impactantes. Los actores están todos fenomenal.
Pero el discurrir de la peli no me emocionó aunque sí me repugnó en bastantes ocasiones.
Siempre he pensado que el buen cine es el que despierta emociones. Esta cinta no te deja indiferente.
En mi opinión su Goya a la mejor película es excesivo además había una producción muy superior como También la lluvia, ninguneada sin razón.