Otra de peli de diseño para entretener a un público que no quiere ver obras sesudas, que se conforma con pasar un rato en el cine con alguna risotada ocasional.
La peli da lo que promete.
Se nota que en la sala hay espectadores poco habituales. Uno responde a una llamada de teléfono como si estuviera en el salón de su casa. Otro sentado delante de mí mira el whatsapp con un tamaño de letra de cartel de carretera. Otros llegan tarde y se gritan entre ellos mientras se quitan la boina…
He mirado en internet y no me ha quedado claro si hay Champions Clerum, pero si de verdad existe tendría su gracia.
En esta peli el guión es de risa. Los personajes son de risa. El desarrollo es de risa. Todo es la traca.
Si dejas a un lado tu parte intelectual, si abandonas un cincuenta por ciento de tu masa encefálica puedes llegar a soportarla.
Los momentos absurdos y ridículos se suceden. Cumpliendo los requisitos anteriores puedes disfrutarla.
Yo me reí frecuentemente, a veces, por las situaciones cómicas que se nos ofrecen y otras por lo absurdo de la trama, con sensaciones descontroladas de vergüenza ajena.
En algún momento parece hacer una crítica a la Iglesia, pero el tono general es tan de comedia blanca que cualquier atisbo de maliciosidad queda diluido entre el buenismo reinante.
Karra Elejalde y El Langui están estupendos.
Macarena García está brillante, todo lo que hace lo convierte en oro. Capaz de dar credibilidad a lo imposible.
En España, y en casi todos los países, hay producciones cinematográficas destinadas al consumo de un público poco exigente que quiere llorar y reírse.
Dramedias prediseñadas con expectativas muy pequeñas. Con presupuestos reducidos, sin intenciones autorales.
Tal vez sus directores anhelen dar un pelotazo como 8 apellidos vascos, pero eso ocurre una vez cada 10 años.
Esta Thi Mai…oscila como un péndulo entre comedia y drama. Usando todos los recursos clásicos para conseguir sus modestos objetivos.
No voy a analizar el guión, ni las situaciones que se van presentando porque sería demoledor.
Solo doy mi opinión desde la impresión.
Me he divertido viendo este desaguisado.
Carmen Machi, Adriana Ozores y Aitana Sánchez-Gijón son actrices estupendas, capaces de hacer bueno cualquier papel por imposible que sea. Aquí están extraordinarias como siempre.
En cierta manera salvan la película.
Dani Rovira es actor de un solo personaje. Contrasta su actuación con las chicas. Está sencillamente penoso. Hace el ridículo y poco más.
Hay una vieja frase que han empleado los críticos de cine culturetas durante años: “no mata“.
Refiriéndose a una peli que no es buena (según su criterio), pero que se deja ver. Esto lo leí en su momento de El Padrino (¡qué imbécil de crítico!)
En el decálogo del crítico sincero hay un postulado que dice: “si te has reído, no digas que es mala“.
Esta peli búlgara nos muestra el contraste tremendo entre dos tipos de persona.
Por un lado un pobre trabajador, con un defecto físico, honrado y solitario.
Por otro una joven guapa, dinámica, manipuladora y triunfadora.
El primero es objeto de mofa por su tartamudez y tratado como un deshecho humano. Utilizado por políticos y periodistas. Lo que más le importa son sus conejos.
Ella es una tramposa, mala gente. (Podría hacer un chiste de mal gusto y fácil, diciendo que lo que más le importa es su conejo, pero no lo voy a hacer).
Los directores nos guían en una trama sencilla, presentando a los dos personajes.
Consiguen que el feo nos caiga bien y a la guapa la veamos como una harpía.
Se abusa de planos cortos y del uso del deleznable plano cogote, pero aún así la peli funciona.
Pocas veces en el cine y ninguna en televisión habíamos visto un retrato tan realista y veraz de un tipo de personas que podemos encontrarnos en la vida que llamaríamos (generosamente) metepatas.
Efectivamente se siente vergüenza ajena.
La serie se podría haber titulado “Patéticos“.
Durante los primeros episodios, son 10 de 25 minutos, lo pasaba mal viendo las meteduras de pata de este impresentable. Le decía a Elena que no lo podía soportar y casi abandono.
Luego adquirí un cierto distanciamiento que me permitió aguantarla.
Jesús, magníficamente interpretado por Javier Gutiérrez, reúne todos los requisitos para ser un gilipollas integral. Tiene el difícil sentido de la inoportunidad, pero además es mala persona. Lleno de prejuicios. Un tonto que se cree listo.
Nuria, a la que da vida Malena Alterio, se va contagiando de la estupidez de su pareja, pero ella tiene buen fondo, no como Jesús.
El último episodio parece que va haber una cierta redención, pero solo es un espejismo, una ilusión.
Javier y Malena demuestran, una vez más, lo buenos actores que son.
Una serie que me ha impactado, de la que me va costar recuperarme.
Mi puntuación: 7,15/10.
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Los directores Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero:
Se trata de una apuesta muy teatral, pero que muy.
Cinco actores encerrados en un loft de nivel.
El planteamiento es interesante.
Cuatro socios han defraudado a Hacienda y les van a caer 7 años de cárcel. Pero si uno se inculpa, los otros tres se librarán de ir a la trena.
Llaman a un negociador para que les ayude.
El desarrollo es brillante con diálogos sinceros y cercanos, desatándose las pasiones y los peores rencores y envidias entre los supuestos cuatro amigos.
Alex Brendemühl, Juana Acosta, Paco León, Juan Pablo Raba y Manuel Morón en estado de gracia.
Mientras una se dedica a ver como fue la crisis en las playas francesas, la otra nos la muestra desde los centros de poder inglés.
Todas las producciones británicas gozan de ese marchamo de calidad indiscutible.
La peli nos ensalza la labor que realizó Winston Churchill al principio de la Segunda Guerra Mundial con el fundado temor de una invasión alemana.
Sabe llegar a tocar la fibra patriótica del espectador, al menos en mi caso.
Durante los vibrantes discursos de Sir Winston me he sentido emocionadamente británico.
Llegando a verter un río de lágrimas durante las escenas en el metro londinense.
Todo el mundo habla de la interpretación de Gary Oldman. Me parece que efectivamente se trasmuta en el dignatario, pero de Gary solo encuentro los ojos, lo demás me impresiona que es maquillaje, muy perfecto, pero maquillaje.
Estamos viendo la serie de Netflix The Crown. De momento estamos en los primeros años de reinado de Isabel y aparece el personaje de Churchill interpretado por John Lithgow, que me parece que lo hace incluso mejor.
Si tuviera que elegir entre los dos me quedaría con el de la serie. Comparen.
Terrence Malick no es santo de mi devoción. Días del cielo es, tal vez, es su mejor peli, según mi opinión.
Ya sé que Malas Tierras es casi un clásico, una peli de culto, pero no me ha gustado.
Había cosas que me parecían familiares, pero no termino de aclararme si la había visto antes, es posible que no.
El retrato de la América profunda siempre me atrae, pero los dos personajes protagonistas me parecen unos tontacos.
Ni Kit, ni Holly me caen bien. Son dos ignorantes.
Kit es además un psicótapa imbécil que reúne todos los requisitos para el diagnóstico de su trastorno de la personalidad. Su narcisismo me saca de quicio.
Holly es una pusilánime que nos narra de manera machacona la versión propia de sus peripecias asesinas.
No puedo empatizar con ninguno de los dos.
Sirven como retrato de ellos mismos, pero no de una juventud o de una sociedad, como he leído por ahí.
A pesar de todo he soportado la película y me ha parecido interesante verla.
Sería mejor sin voz en off. Como ocurre siempre.
Es curioso como se ha glorificado a Malick, con una filmografía tan escasa y tan poco atractiva.
Mi puntuación: 4,13/10.
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Curiosidades:
Actor improvisado:
El actor originalmente elegido como el arquitecto que toca la puerta del hombre rico no se presentó, por lo que Terrence Malick interpretó el papel él mismo.
Malick más tarde quería volver a filmar la escena con otro actor, pero Martin Sheen se negó a volver a hacer la secuencia con otra persona.
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Los hijitos:
Charlie Sheen y Emilio Estevez (hijos de Martin Sheen) debutaron en el cine con esta peli.
Ambos juegan niños bajo una farola.
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Emparejamientos:
Sissy Spacek conoció a su futuro esposo, el director de arte Jack Fisk, en el set de esta película.
Han colaborado en ocho largometrajes.
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Charles Starkweather y Caril Fugate:
La trama y los personajes principales de la película se basan en Charles Starkweather y Caril Fugate.
En 1958, se embarcaron en una matanza de homicidios que horrorizó al país.
Charles Starkweather había sido ejecutado cuando la película comenzó a producirse, pero Caril Fugate todavía estaba viva y se enfrentaba a la libertad condicional.
Los cineastas cambiaron los nombres de los personajes principales para evitar una demanda.
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Un todo terreno: Terrence Malick fue director de la película, productor en jefe, guionista y editor no acreditado.
Él también tenía un cameo sin acreditar.
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Largo preámbulo:
Algunos carteles de películas para la película presentaban un largo preámbulo de texto que decía:
“Tenía 25 años. Se peinaba como James Dean. Era muy quisquilloso.
Las personas que lo ensuciaban lo molestaban.
Tenía 15 años. Tomaba lecciones de música y podía girar una batuta.
Ella no era muy popular en la escuela.
Por un tiempo vivieron juntos en una casa en el árbol.
En 1959, ella observó mientras él mataba a mucha gente “.
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Financiación:
El escritor-productor-director Terrence Malick ha dicho sobre recaudar fondos para esta película:
“Desarrollé una especie de kit de ventas con diapositivas y cintas de video de actores, todo con el objetivo de presentar a los inversores algo que pareciera estar listo para filmar. No le prestaron demasiada atención. Invirtieron en la fe”.
Con su hermano, Chris, Malick logró recaudar $ 300,000 para Malas tierras (1973).
El dinero adicional fue recaudado por el productor independiente Edward R. Pressman de amigos personales como el ex jefe de Xerox Max Palevsky”.
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La canción:
La canción compuesta por Carl Orff (“Gassenhauer”, a veces llamada “Street Song”, de Orff’s Musica Poetica) fue posteriormente adaptada por el compositor Hans Zimmer para la película de 1995 de Tony Scott “Amor a quemarropa” (escrita por Quentin Tarantino).
La película posterior tiene muchas otras similitudes y alusiones a “Badlands”.
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Edades:
Martin Sheen tenía 32 años cuando interpretó a Kit, de 25 años.
Sissy Spacek, que interpretó a Holly, de 15 años, tenía 22 años.
Originalmente se suponía que Kit tenía 19 años, pero su edad se cambió a 25 ya que Martin Sheen tenía 32.
Martin Sheen todavía cree que esta es su mejor película.
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Jeff Stafford:
Terrence Malick comenzó a escribir el guión cuando tenía 27 años, mientras viajaba en un viaje por carretera.
El artículo de Turner Classics Movies sobre esta película escrito por Jeff Stafford afirma:
“Malas tierras (1973) fue el debut en el largometraje de Malick.
Aunque anteriormente había trabajado como guionista (Los indeseables de 1972), decidió dirigir su propios guiones después de que Paramount hiciera un lío completo de su guión Deadhead Miles (1973), transformándolo en una película tan mala que ni siquiera podía ser exhibida.
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Sissy Spacek dijo más tarde que trabajar con Terrence Malick cambió completamente su actitud hacia la realización de películas.
Ella piensa que habría tenido una carrera muy diferente si ella y Malick no se hubieran cruzado.
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Largo rodaje:
Rodado durante un período de 16 semanas.
Sin embargo, esto significaba que había un cambio notable en las estaciones, por lo que el director de arte Jack Fisk se encontró pegando hojas a los árboles y pintándolas de verde.
Jack Fisk, el director de arte de la película, dijo de esta película en 1982:
“Lo que sea que veas en Malas tierras (1973) es el estilo de Terry Malick, no el mío.
Es muy fuerte visualmente.
Siempre estuvo dispuesto, ansioso por cambiar las cosas.
Vería algo en el patio y diría: “Vamos a poner eso en el dormitorio”.
Eso es algo que aprendí de él: espontaneidad”.
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La película fue un éxito crítico, pero un fracaso comercial en la taquilla en su estreno cinematográfico.
La película fue la Película de clausura del 11° Festival de cine de Nueva York en 1973.
El presupuesto original de la película era de $ 300,000.
Créditos de cierre: “esta película es ficticia y no pretende representar eventos reales o personas, vivas o muertas”.
Una interesante mezcla de géneros: drama rural, western, thriller, comedia negra (negrísima) y América Profunda.
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Una madre desesperada que va a ser capaz de todo por dar algún sentido a su vida.
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Un sheriff buena persona, en sus últimos días. Descomunal Woody Harrelson.
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Un poli con cierto retraso, pero que termina convirtiéndose (o intentándolo al menos) en un un ángel vengador. De óscar Sam Rockwell.
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Una galería de personajes arrebatadores.
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Con el decorado de fondo de esa América profunda de puebluchos con gente miserable económica y moralmente (white trash), eso que ahora está de moda llamar la USA de Trump.
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¡Cómo me gustan estos paisajes y paisanajes!
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La peli te va llevando por senderos insospechados, no hay nada previsible. El guión no deja de sorprenderte.
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Un film fascinante con el que te sientes herido, derrotado como su protagonista una Frances McDormand colosal.
El experto en series exitosas Aaron Sorkin se atreve, en su debut, con una peli biográfica.
Molly Bloom es una chica que ha recibido una estricta educación por parte de su padre. Le han enseñado que está destinada para triunfar.
Tiene que competir con sus hermanos medallistas olímpicos.
Decide meterse en un ambiente donde va a poder ganar mucho dinero, pero es un mundo hostil.
Tal vez, cualquier sector es hostil para una mujer triunfadora, pero el de las timbas de póquer más.
Encuentra machismo y violencia.
Termina encausada por el F.B.I.
Pero Molly es una buena chica, con dignidad, con ética y nunca consentirá que sufran otras personas por sus declaraciones aunque aquello sea su perdición.
La Bloom lo tiene todo: inteligencia, belleza, astucia y… dignidad.
Como veis el personaje es un bombón y además interpretado por una diosa de la escena como Jessica Chastain poco más hay que agregar.
Solo por contemplarla merece verse esta película.
La presencia que me ha resultado penosa es la del veterano (fracasado?) Kevin Costner por el personaje que interpreta y por su actuación, terriblemente mala.
Sorkin emplea un estilo narrativo vigoroso, electrizante, con constantes flash-backs, pero peca de reiterativo al emplear una voz en off innecesaria.
A la peli no la pongo por las nubes pero a Jessica la coloco en el cielo.
Esta modesta producción británica combina tres géneros que me gustan: la comedia romántica, el cine dentro del cine y la Segunda Guerra Mundial.
Retrata bien la Inglaterra asediada por los alemanes con los bombardeos y la lucha por la supervivencia como nación.
Una época en la que los hombres estaban en el frente y las mujeres tuvieron su oportunidad para ocupar sus vacantes en la industria, en muchas facetas de la vida y también en el cine.
Relata bien la elaboración de un guión que pretendía ser una obra de propaganda política y me encanta como van resolviendo las sucesivas exigencias que se plantean.
Hay también una defensa del oficio de actor por parte del inconmensurable Bill Nighy realmente estupendo.
Una producción muy british con una fotografía y una ambientación muy cuidadas.
Lone Scherfig ejecuta con oficio y sensibilidad una obra algo impersonal, pero eficaz.
La británica Gemma Arterton cumple con su papel de protagonista.
La peli tiene la virtud que puede gustar a mucho tipo de público.
Hemos pasado un rato estupendo hablando de cine con Diego Gismero y con nuestro invitado Jesús Hernando, gerente de los Multicines Guadalajara, con una dilatada experiencia en la gestión de salas de proyección.
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Se confiesa gran admirador de Ben-Hur, la obra maestra de William Wyler, estrenada en 1960.
Esta peli de Netflix ha cosechado muy malas críticas.
Sería fácil apuntarse a ese carro y, por una vez, parecer un intelectual o, al menos, un cultureta.
Bright recrea un mundo distópico. Eso siempre es algo cautivador para mí.
Mezcla el mundo de Tolkien y lo sitúa en Los Ángeles del siglo XXI.
La idea me parece cojonuda.
Los elfos son los ricos, la clase dirigente.
La clase media está ocupada por los humanos.
Los pobres y marginales son los orcos.
Todos malconviven.
Una pareja de polis,Ward (Will Smith), y el orco Jakoby (Joel Edgerton) pasan una noche de vértigo intentando salvar al mundo.
Hay explosiones, tiros y más tiros, chistecillos y rollo colegas.
Todo previsible, después del planteamiento inicial, pero divertido.
La peli pasa en un suspiro, sin que dé mucho tiempo a metabolizar lo que ves, pero con la extraña sensación de estar ante un producto que funciona, con escasas pretensiones.
Es curioso lo bien que rula Will Smith en estos papeles, con lo insoportable que está en personajes dramáticos, donde pone cara de estreñido.
Joel Edgerton interpreta muy bien su personaje. Sabe dar expresividad, debajo de su máscara de orco, a ese policía algo torpe y novato.
Salen elfas, humanas, pero no me pareció ver orcas.
En la temporada uno echaba de menos algo de épica. La historia, muy compacta, me parecía muy local.
En ésta se amplían todos los horizontes y se convierte en un relato épico.
Se trata de cine familiar con el que se divierten igual niños de 10 años y sus padres, incluso abuelos como yo.
La mezcla de cine adolescente, con aventuras de pueblo, con niños en bicicleta, con un inframundo tenebroso y terrible funciona a la perfección.
Es curioso que Elena que repudia el cine de ciencia ficción se sienta atraída por esta serie.
Esa es una de sus virtudes, Stranger Thingstrasciende los géneros mezclándolos, pero no agitándolos.
Los actores niños están impresionantes.
Millie Bobby Brown es una actriz soberbia, componiendo un personaje tan potente, tan fuerte como Eleven (Once en la versión doblada). Solo por su presencia ya valdría la pena ver la serie.
Por cierto las voces originales son infinitamente mejores que las de doblaje, de una calidad pésima.
Si quieres emocionarte, divertirte, pasar miedo, reírte y disfrutar tienes que ver Stranger Things.
Ya sé que parece un eslogan de tele, pero es lo que pienso.
Espero que la productora Netflix tenga algún detalle “promocional” conmigo.
Ya hace varias semanas que esta peli fue proyectada en el Cine Club Alcarreño.
No acudí a verla por su larga duración.
Mi amigo Daniel me la recomendó.
La veo en casa, en varias sesiones, a ratillos, lo cual produce, seguro, distorsiones en mi valoración.
Felices sueños nos cuenta la vida de un niño y un adulto marcada por la pérdida de la madre.
Bellocchio sabe usar los flash-back con maestría dosificando el relato para mantener la atención.
Hay escenas de gran emotividad, pero el Massimo adulto me trasmite mucho menos que el niño. Tal vez era lo que pretendían director y actor (Valerio Mastandrea).
Recapitulando todo lo visto durante el año creo que el balance cinematográfico ha sido muy bueno.
En lo más personal, he asistido a varios festivales y he sido miembro del jurado en tres premios (Premio Feroz® Cinema Jove al Mejor Cortometraje 2017, FESCIGU y Premios Feroz en todas sus categorías)
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Además he visto buen cine tanto en el Cine Club Alcarreño como en el Taller de cine de Azuqueca de Henares. Destaco:
Conversar con alguien tan inteligente y sabio en temas de cine me facilita realizar la crítica.
No soy una persona muy inteligente, más bien un poquillo corto, pero tengo la habilidad, la astucia de aprender de los demás. Soy como una esponja que absorbe la sabiduría de mis amigos.
Además siempre he tenido mucha suerte. Estas dos cuestiones me han hecho llevar una vida muy placentera. Y para mi C.I. incluso exitosa.
Una vida a lo grandenos lleva por un recorrido coherente de géneros.
De la ciencia ficción distópica, al drama, al cine social, al ecologismo. Todo con un constante fondo de humor.
Viendo esta peli he aprendido un par de cosas, tal vez ya las sabía.
Primero que lo material no suele producir la felicidad.
Segundo que un divorcio te deja en la ruina.
Tercero que no hace falta hacer grandes cosas para ser valioso, la suma de las pequeñas es mejor.
Me han salido tres.
Una vida a lo granderesulta divertida del principio al fin llevada de la mano de Matt Damon, sucesor de Tom Hanks en el papel del americano bueno y bien nutrido.
Resaltar que cuando aparece en la pantalla Christoph Waltz eclipsa todo lo demás con la fuerza de un ciclón. Una especie de voz de la conciencia, que desde su pedestal de vividor profesional va diciendo la verdad.
El cine con muchas adolescentes, yo el más viejuno de la sala.
Los números musicales son entretenidos, ya se sabe mi debilidad por el musical, pero los elementos narrativos entre canción y canción son ridiculamente penosos.
Algo que agrede el más mínimo sentido de lo intelectual.
El guión es como un martillazo en el lóbulo frontal, algo que te deja mareado, aturdido, tarado. Puro traumatismo craneoencefálico.
El visionado de esta película en bucle durante un día, estoy convencido que terminaría destruyendo un cincuenta por ciento de masa neuronal.
La actriz (???) Anna Kendrick que protagoniza este engendro parece que le molestara intervenir en esta peli, pone cero de interés en su interpretación.
A los números musicales les pongo un 6. Al resto de la peli un cero, porque no hay negativos. Me sale un 3. Le bajo unas décimas por el daño moral sufrido en mi persona.
Leo esta crítica:
“Vuelve a estar en forma (…) La película es efervescente, rápida, condenadamente inteligente y es un buen escaparate para las personalidades de sus estrellas”
Owen Gleiberman: Variety
Quiero que me paguen lo que le han dado a este señor Gleiberman. Igual podría terminar con la hipoteca.