En 2015 Denis Villeneuve nos obsequiaba con una estupenda película de acción fronteriza, terrible y turbia, con ese sello personal que tantas alegrías cinéfilas nos ha dado (Sicario – 2015 – Denis Villeneuve).
Stefano Sollima es un director italiano que conoce el tema de la violencia y de las mafias. Y se nota.
Dejemos las comparaciones a un lado.
Sicario: El día del soldado es una película que mantiene la tensión a base de imágenes potentes y una música electrizante.
Su fotografía es brillante, luminosa incluso en la noche, como a mí me gusta.
Su música es como una descarga con una pistola eléctrica que te convulsiona, te molesta pero (dando paso a mi lado masoca) te atrapa.
La peli circula de manera imprevisible, dejando perplejo al espectador. Alejándose de los clichés más manidos.
El cine fronterizo tiene un gran atractivo. Una delgada línea en el mapa separa culturas muy diferentes.
Además de acción y violencia la peli tiene un poso de reflexión muy interesante.
El negocio del paso de la frontera. Las maneras de ganar una guerra. ¿Qué te puede llevar a ser un sicario?. La venganza y la ética.
Josh Brolin, que últimamente está en todo, impresionante.
Benicio del Toro mayúsculo.
La niña Isabela Moner sostiene el tipo ante estos grandes de manera impecable. Una grandísima promesa.
Refresco la anterior peli de esta saga (Deadpool – 2016 – Tim Miller). Me encanta volver a verla y me gusta la crítica que realicé, bastante sesuda, me sorprendo de mí mismo.
El listón de la diversión había quedado muy alto.
Se crean expectativas que pueden ser defraudadas.
La primera fue la peli más vista con una calificación de “mayores de 18” en los USA que casi solo se da a pelis pornos.
Fue la primera peli de superhéroes nominada a los Globos de Oro como mejor comedia.
En esta secuela, Wade Wilson es presentado como un tipo sin escrúpulos que entra en una profunda depresión…
La peli resulta tan descarada e iconoclasta como la anterior. Se ríe de sí misma y de las pelis de superhéroes.
No termina de tomarse en serio nada.
Su trama es más compleja, con varios cambios de guión.
Es incluso cruel con sus personajes.
Tiene aspectos salvajes y turbios.
Tal vez al final se vuelve un poco blandita, en una especie de concesión al público para que no salga amargado.
Porque existe el riesgo que a pesar de pasárselo fenomenal, te quede un regusto pesimista y desolador.
Porque la peli no deja de ser el relato de una terrible depresión y la búsqueda del protagonista de una redención.
Impresionantes las espectaculares Morena Baccarin (Vanessa) y Zazie Beetz (Domino).
Si te fijas bien podrás identificar al actor que interpreta a Vanisher.
La idea de juntar a dos o tres decenas de superhéroes en una peli me parecía innecesario y megalómano.
Presentía que no sería capaz de identificar a cada superhéroe con sus poderes y sus nombres, que solo los grandes fans serían lo suficientemente listos.
Pero cuando veo la peli me encuentro que identifico a todos y más o menos sé que son capaces de hacer.
Es lo que tiene ver todas las pelis.
Además descubro dos horas y media que se pasan muy rápido y que son muy divertidas.
Hay batallas bien construidas, hay emoción, hay épica, hay rollo shaquesperiano y sobre todo hay mucho sentido del humor.
Salvo en algunas contadas escenas la peli tiene un tono cómico, ligero que huye de grandes solemnidades y que la dan un carácter fresco.
Y ademas y sobre todo hay un malo colosal, una especie de Hitler global que quiere reducir a la mitad la población del universo con fines conservacionista, pero sin rollo supremacista, un contrasentido tan loco y terrible que resulta atractivo. Es un malo poderoso, pero que en algún momento parece que puede ser vencido.
Un convincente Josh Brolin interpretando a Thanos.
Hay momentos sublimes que van a pasar a la historia del cine como el encuentro de Guardianes de la Galaxia con Thor.
Estupendo también el problemilla de Bruce Banner que dura toda la peli.
Una sala casi llena en la primera sesión del viernes, día del estreno. Con una jovencita a mi lado que terminó llorando desconsoladamente al final de la proyección asistida por su también tocado novio.
Porque el final de la peli provoca el llanto. Yo me contuve.
Tendremos que esperar un año para conocer el final de esta Guerra Infinita.
La peli tiene todos los ingredientes bien cocinados para ser un bombazo en taquilla.
Si eres fan de Marvel te va a entusiasmar. Si no conoces a los superhérores haz un cursillo antes de ver la peli.
Los Coen esta vez componen una sátirabarrahomenaje al cine clásico de Hollywood hecho en estudios.
En esa época las películas se producían como en una fábrica (de sueños).
Los guionistas, actores, directores, maquilladores, atrezistas, tramoyistas y productores estaban en nómina y trabajaban todo el año.
Uno de estos últimos es el protagonista, un Josh Brolin magnífico.
Se relata su azarosa vida durante 29 horas.
En ese plazo de tiempo tiene que resolver el secuestro de un actor, el embarazo de una estrella soltera, la sublevación de los guionistas comunistas, la homosexualidad de algún director y actor, buscar protagonista de un drama, lidiar con las lluvias en México, emparejar a dos actores, responder a una oferta de trabajo, confesarse, ir cenar a su casa y conciliar a la prensa amarilla del corazón.
Una vida intensa que él considera divertida.
Los Coen nos amenizan con números musicales, peplums, coreografías imposibles a lo Esther Williams y submarinos soviéticos.
Joel y Ethan no dejan títere con cabeza y dan palos a todos los gremios.
La peli es moderadamente divertida. Se ve con una sonrisa en la boca, pero no despierta demasiadas carcajadas.
Es mejor cuando se habla de ella que cuando se ve.
A mí me ha encantado porque retrata el mundo (loco e increíble) del cine de estudio, donde se realizaban muchas películas, malas, regulares, buenas, muy buenas y obras maestras. Un sistema, que dio maravillas, que lamentablemente ya no volverá.
Impagables el monólogo (fallido) de George Clooney, el número musical de Channing Tatum y Scarlett Johansson surgiendo de las aguas.
Para mí que suelo ir solo al cine habitualmente fue un lujo contar la compañía de tres amigos: David, Adolfo y David. Un especial agradecimiento.
Habla de la guerra sucia de los norteamericanos contra los carteles de la droga mexicanos.
El punto de vista es de una agente del FBI, una magnífica Emily Blunt, que se enfrenta al conflicto moral que supone combatir a los “malos” saltándose todas las leyes.
Su personaje es el de sufridora total que no se termina de enterar de que va esta vaina.
Cuando lo pregunta le responden: “Quieres saber como funciona el reloj. Tú solo mira la hora“.
Benicio Del Toro, como siempre se come la pantalla, una mirada suya me inspira terror, es un vengador, utilizado por el Gobierno USA.
Josh Brolin, todo un personaje, agente de la CIA que lleva acabo una operación sin importarle la ley, ni la ética.
La peli está llena de secuencias impactantes que te dejan pegado al asiento conteniendo la respiración.
Impresionantes las tomas aéreas que te sitúan en el conflicto sin crear confusión en el espectador.
En Sicario no sobra nada. Denis Villeneuve ha sabido dosificar todos los elementos (la música, el montaje, los movimientos de cámara, las interpretaciones…) para conseguir un thriller de acción perfecto.
¿Peli de Oscar?
Veremos. Prisioneros, inexplicablemente no se llevó nada.
La septuagésimo segunda edición del Festival de Venecia fue inaugurada con esta película.
Se supone que es un relato épico y, en consecuencia, debe emocionar.
A mí me ha dejado frío (podría parecer un chiste, porque a esas alturas en la montaña hace mucho fresquet, pero no lo es).
La presentación de los personajes es bastante torpe y no llegué a empatizar con ninguno.
La peli nos plantea la ascensión al Everest como una excursión organizada (todo incluido). Pagas 65.000 dólares y te suben al techo del mundo.
Hay cuerdas para irte sujetando, botellas de oxígeno para que no te falte el aliento y unos guías que intentan dar un tono épico al viajecito que ha costado una pasta.
Los sherpas suben las sillas a los diferentes campamentos, las tiendas, las bombonas, colocan las cuerdas y a pulmón libre. Estos son los que tienen mérito.
Pero en esta ocasión la climatología, la mala organización y la escasa forma física de algunos excursionistas se aliaron para que se produjera un desastre.
Con todo lo dicho la épica ha quedado en las intenciones.
Además los personajes al estar mal presentados te importan poca cosa.
Cuando ya estamos sumergidos en la tragedia, la narración se vuelve muy confusa. La nieve y la oscuridad te impide situarte y todos los montañeros van bien tapados y con máscara, con lo cual no sabemos quien es quien.
El desastre llega también a la película.
Hay buenas imágenes, planos aéreos preciosos, pero la historia, los personajes y el desarrollo resultan poco atractivos.
No pasa de entretenidilla.
Parece mentira que un Festival como el de Venecia, que presume ser de autor, comience tan penosamente.
El inicio de la peli es sensacional. Un plano secuencia imposible, rodado con todas las herramientas de la tecnología actual.
En ese plano que abre el film está la esencia de la peli. Es resto del metraje se podría obviar y simplemente poner: Los 140 minutos restantes son lo mismo , pero un poco peor.
Estos Vengadores se agotan al comenzar, en un torbellino de imágenes, en una montaña rusa mareante que no da respiro al espectador, con una vocación de divertir, a toda costa.
Pero todo es más de lo mismo, sin nada de originalidad, con poco humor (que es lo que suele salvar estas producciones), con un guión calcado a su anterior… Todo suena a ya visto.
Empiezo a estar confuso, sumergido en este mar sin fondo de super-hérores: los Fantásticos, los X-men, los Guardianes de la Galaxia (que es de lo mejor), Superman, el Arañita, el Murcielaguito…
Todos se mezclan en mi senil cabeza y no salvo ya nada.
Hay un público, juvenil, que solo consume estos productos de seres con superpoderes, a los que también debería incluir, Sinsajos y Divergentes, que no quieren más que otra vez lo mismo, ver en bucle la misma peli.
Me considero un tragaldabas, pero esto es demasiado.
Imaginemos que me gustan las ensaladas y el brócoli, pero dejo de consumir carne, pescado, huevos y me hago vegano. En primer lugar mi vida sería más triste y en segundo seguramente no estaría bien nutrido (lo digo con fundamento que tengo un máster en nutrición).
Esto está pasando con nuestros jóvenes que se han vuelto superhéroenívoros.
Puro vicio ha despertado opiniones encontradas. Muchas positivas y algunas negativas.
Pongo dos ejemplos:
Luis Martínez: Diario El Mundo:
“Puro cine, cine vicio. (…) el más brillante, contradictorio y dolido ejercicio de cine del año (…) deslumbrante monumento cinematográfico de Paul Thomas Anderson”
Carlos Boyero: Diario El País:
“Voy a leer la novela (…) para descifrar el enigma de si el material literario que ha adaptado al cine Paul Thomas Anderson es tan vacuo, insoportable, absurdo, inútilmente kilométrico como su película.”
Yo no soy devoto ni detractor de Paul Thomas Anderson. Lo cual me permite ser más imparcial.
Puro vicio es un thriller disfrazado de comedia.
Su estructura narrativa y sus elementos básicos son de cine negro.
Hay un investigador privado con pasado turbio, una mujer fatal, polis corruptos…
Hay algo que recuerda El sueño eterno o, incluso, Chinatown, salvando las distancias, por supuesto.
Hay un claro homenaje a El gran Lebowski. Doc nos recuerda mucho a El Nota.
Pero la narración está filtrada por la psicodelia de una época, los años setenta, y la del personaje.
Porque Larry “Doc” Sportello es un porrero de tomo y lomo. Él mismo llega a poner en duda la percepción de la realidad.
Ese estado de embriaguez cannábica se trasmite al espectador que se plantea también qué es verdad y qué es fruto de las drogas.
Eso unido a una historia alambicada en donde todo el mundo parece mentir hace que la trama sea algo más que confusa, casi enigmática.
En varias escenas anduve perdido en una maraña de diálogos, donde se mencionan personajes con nombres en inglés.
Hay una comicidad subyacente que resulta chocante en diversos momentos, pero que la hacen muy divertida.
Van apareciendo un montón de actores con papeles más o menos largos y absurdos, pero todos se drogan.
Joaquin Phoenix no reluce, su interpretación es demasiado plana y su presencia constante en la pantalla llega a aburrir.
A mí me ha gustado, a pesar de sus defectos, pero en absoluto me parece una peli colosal.
Si no la firmara Paul Thomas Anderson habría pasado desapercibida.
En las películas de superhéroes o de ciencia ficción siempre se ha intentado introducir toques de humor. A veces con éxito como con Han Solo, Chewbacca y C-3PO. A veces cagándola totalmente como con el inefable Jar Jar Binks.
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Tal vez nunca se había hecho una comedia, no paródica, de estos elementos.
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Hacer reír contando una historia imposible y que todo parezca coherente y creíble es extremadamente difícil.
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Guardianes de la galaxia nos mete en un torbellino de acción, emoción y risas.
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Los personajes están magníficamente presentados, tienen gran personalidad. Las circunstancias hacen que luchen primero, después colaboren y luego se hagan amigos, con naturalidad, sin que resulte forzado.
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Son cinco marginados, tipos raros, inadaptados, con lados oscuros. A pesar de ser verde, o tener ramas, o parecer un mapache, o tener más tatuajes que El Vaquilla nos resultan familiares y se hacen entrañables.
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Zoe Saldana aquí es esmeralda y en Avatar azul, se ve que le gustan los cambios de color de piel.
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Subconscientemente la he relacionado con la saga Star Wars desde el principio del post. Tal vez a Guardianes le falte el espíritu épico y transcendente de la saga de George Lucas, pero su primera edición ha sido estupenda.
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Habrá secuelas seguro. Veremos lo que nos depara el futuro.
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No hay que abandonar la sala hasta que terminan los créditos. ¿Alguien recuerda a Howard the Duck?
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Puntuación de Luca: 10/10. Personaje favorito Rocket.
Puntuación de Leo: 10/10. Personaje favorito Groot.
El año pasado se apostó por Gremlins de Joe Dante. Este año ha sido Los Goonies la peli generacional que ha elegido Nocturna 2014.
No la había visto en cine, solo en la tele.
Mis hijos crecieron con ella. Hemos ido al cine Palafox de Madrid.
La peli restaurada en 35 mm y con esa pantalla grande de cine antiguo de los sesenta hace que su visionado se convierta en algo místico.
De Los Goonies ya se ha dicho y escrito todo.
Spielberg como productor. El Donner de Superman y de Arma letal como director. El guión de Chris Columbus (basado en un texto de su productor) que debutaría como director en Aventuras en la gran ciudad (1987)
Pero ¿porqué se convirtió en una peli mítica que marcó una generación?
Los Goonies se enfrentan a un desahucio de sus casas para construir con campo de golf y para salvarse se aferran a la esperanza de encontrar un tesoro.
En una noche viven la aventura que a todos nos gustaría disfrutar.
Es un historia de humor, amor y compañerismo.
No hay héroes, solo muchachos con sus debilidades que se entregan a ayudarse y a conseguir un sueño.
Jeff Cohen (Gordi), no demostró un particular interés en convertirse en actor. Con los años perdió tantos kilos como pelo y actualmente disfruta de una cómoda posición dirigiendo un bufete de abogados.
Sean Astin que era Mikey conseguiría su momento de gloria haciendo de Sam en El Señor de los anillos.
Josh Brolin el que más lejos ha llegado. Era Brad Walsh, el hermano del protagonista, de Mickey. Intervino en 2010 en Valor de ley (True Grit) de los Coen. Participará en la segunda entrega de Sin City.
El looser del grupo es Corey Feldman(Mouth o Bocazas). El pobre tuvo una carrera cinematográfica muy floja y eso le hizo caer en ese pozo en el que caen la mayoría de los niños estrella: las drogas. Al parecer fue víctima de abusos sexuales.
Martha Plimpton (Stef) se dedicó en cuerpo y alma al teatro. La actriz cuenta con tres nominaciones a los Tony por sus actuaciones en Broadway.
Jonathan Ke Quan (Data) ya había hecho dos papeles interesantes antes de Los Goonies. Con Spielberg había trabajado en Indiana Jones y el templo maldito. Después apareció en varias series de televisión y en algunas películas en los noventa, sin mucho éxito. Por eso, decidió meterse en la parte técnica del cine.
La actriz Kerri Green (Andy) también dejó el cine después de rodar algunas películas como Lucas o Tres en la carretera. Green se puso a estudiar Bellas Artes.
A los padres y abuelos les recomiendo que se la pongan a sus descendientes.
Durante casi dos horas se nos presenta la infancia y los inicios del director para posteriormente repasar casi todas sus películas.
Se usan imágenes y vídeos antiguos de la época de escritor y humorista que son extraordinarios. Aporta aspectos muy reveladores del ingenio de este muchacho.
Las declaraciones de actores, productores y amigos son interesantes. Pero la presencia de su hermana, una especie de manager, es de lo más reveladora.
No ahonda en su vida personal pero tampoco la elude.
Los diálogos del propio Allen contando sus aventurillas de niño son muy divertidos y aleccionadores.
Para mí resultaron muy interesantes las declaraciones sobre el sufrimiento que implica el proceso creativo, con sus incertidumbres y sus dudas. Lo más divertido para Woody es la realización del guión, usando una vieja máquina de escribir, con cortas y pegas caseros con tijera y grapadora.
El documental está muy bien realizado y magníficamente documentado.
Me declaro seguidor del director de Annie Hall (1977), posiblemente he visto todas sus películas, aún así esta peli me ha aportado información que desconocía.
Interesante, aunque el esfuerzo de condensar una obra tan extensa es demasiado pesaroso.
Soy un apasionado del cine de gánsters y acudo ilusionado a ver esta peli.
Mi decepción comienza al principio de la peli con escenas mal rodadas y diálogos penosos. Conforme avanza mi enfado aumenta. Es una pena. Es un crimen desaprovechar una buena idea y realizar esta bazofia.
Lo peor de esta basura es el guión, falto de interés y sin la más mínima novedad. Pretende ser un nuevo Los intocables del gran Brian de Palma y se queda en nada.
El envoltorio es engañoso. La ambientación de Los Ángeles es estupenda, con una fotografía viva pero nada más. Es como si te llega un regalo envuelto en bonito papel con lazos de colorines y lo abres y dentro está la tetralogía de Crepúsculo. Eso es, sencillamente, crueldad.
Josh Brolin no interpreta, más bien perpetra una intervención pasmosa. Incapaz de expresar ni un solo sentimiento.
Sean Penn está sobreactuado. Declamando tonterías delante de la cámara. Su interpretación se acerca más a un payaso que a un delincuente.
Los únicos momentos con algo de interés son los que comparten plano Ryan Gosling y Emma Stone. Los dos hacen lo que pueden con papeles imposibles. Sus diálogos no son mejores que en el resto del metraje pero por lo menos se ve química entre ellos.
Mi consejo es que no vayáis a verla. Si queréis disfrutar de una bella peli de gánsters, quedaros en casa y meted en el DVD Érase una vez en América.
Valor de ley es un western clásico en todos los sentidos. No era esperable que los hermanos Coen amigos de aspavientos visuales y de un humor cosmonáutico hicieran una película que podría haber sido realizada por directores como John Ford o Howard Hawks. Tal vez parezca un sacrilegio lo que acabo de escribir pero si alguien duda lo que afirmo que vea la peli.
Todo en Valor de ley es western clásico. El tono de humor (que no cómico) de muchas secuencias y de la peli en general. Grandes paisajes con planos largos. Personajes bien planteados en los que prima su ética aunque contradictoriamente estén cargados de defectos como la afición a la bebida o el gatillo fácil. La defensa de valores tradicionales como la lealtad. No hay una recreación en la violencia como en otras actualizaciones del western.
La historia resulta muy entretenida. El espectador va descubriendo la trama a través de los ojos del personaje de Mattie Ross, la niña eje central de la peli, interpretada de manera perfecta y contenida por Haille Steinfel.
Jeff Bridges vuelve a estar magnífico y convincente, con un personaje que parece escrito a medida.
Mi recuerdo sobre la peli de Henry Hathaway protagonizada por John Wayne es muy tenue y no me permite hacer comparaciones. Pero seguro que esta peli de 1969 también era estupenda. Habrá que revisionarla. Por cierto cuando yo era crío a este maravilloso actor le llamábamos Juan Vaine y no es broma.
Está nominada a los Oscars como mejor película de forma totalmente merecida. Es una peli imprescindible.
Película de 2007 que nos cuenta la desaparición de un soldado en EE.UU. que participa en la Guerra de Irak y la investigación que llevan a cabo su padre y una policía poco apreciada entre sus compañeros.
El padre está interpretado por Tommy Lee Jones en absoluto estado de gracia, merecidamente nominado a los Oscars, su personaje es convincente y su actuación contenida. Me recordó, al también grande, Jack Lemmon en Desaparecido en 1982.
La policía es interpretada por la bellísima Charlize Theron que aquí sale fea pero lo hace fenomenal.
La trama sigue el esquema de una investigación en el ámbito de lo militar. El desarrollo es coherente sin fisuras. Los avances son conocidos por los personajes y por el espectador al mismo tiempo sin trucos ni efectismos.
Es asombroso como esta guerra hace que buenos chicos puedan actuar con tremenda crueldad y frialdad. Si ves la peli observa un diálogo en especial que me resultó escalofriante. Tommy Lee Jones le pregunta al asesino de su hijo porque fueron a cenar pollo después del crimen y responde con toda frialdad: “Porque teníamos hambre”.
Ésta es la nueva película de Woody Allen que nos tiene acostumbrado a una película al año. Este director-guionista-actor-escritor tiene ya 74 años. Ha hecho de actor en 10 películas sin ser el director. Ha publicado más de 20 libros. Ha hecho teatro y televisión. Y ha dirigido 41 películas y en muchas de ellas ha participado como actor. Todo un carrerón.
Su anterior película (Si la cosa funciona) era divertida con los signos de identidad propios de Allen. A mí me gustó.
En esta peli nos muestra una galería de personajes insatisfechos, inconformistas, egoístas y desorientados. Ninguno de los personajes me resultó simpático. Hay que reconocer que los actores lo hacen fenomenal, tal vez Banderas un poco gesticulante y sobreactuado.
Allen coloca la cámara con maestría y se mete entre los personajes dando una sensación de cercanía, su dirección es elegante con planos bien conseguidos.
Hay elementos en el guión que son ingeniosos, muy propios del director, como el robo del libro al amigo o la imagen de la mujer deseada tras la ventana.
Pero la peli ni me entretuvo ni me divirtió, en varios momentos me resultó tediosa y previsible, de hecho me distraje con facilidad masticando los hielos de la fanta de naranja. No hay momentos de humor aunque el tono es de comedia ligera.
De todas las pelis de Woody Allen, en mi opinión ésta es de las peores.