Veo esta peli porque algunas me mis entrevistadas en Guadalajara de Cine la mencionan como la peli de su infancia.
La recordaba vagamente. No me había olvidado de su humor y de su ligereza.
Es un cuento medieval de capa y espada con protagonistas guapos y secundarios resultones.
Buenas escenas de peleas, con estupendos momentos de risa o de sonrisa sin que chirrien y una historia de amor a la vieja usanza.
Ahora resulta trasnochada. Con una protagonista femenina de la Edad Media y no del siglo XXI.
Me impresiona ver a una jovencísima y empalagosa Robin Wright. Impresionante su transformación, con los años y con la vida, llegando a ser la señora Underwood en House of Cards.
Es curioso que las peores fueran las dos primeras.
Carrie intenta llevar una vida normal con su hijita y su trabajo en una ONG.
Pero el destino, y ella que es una busca líos, se lo impiden.
El tema central de esta sesión es el poder de los servicios secretos sobre la política.
Se conjura una compleja trama para desbarajustar las buenas intenciones de la Señora Presidenta Electa de los USA.
Como ya va siendo costumbre Carrie Mathison se enfrenta a problemas personales muy graves y al lío de conspiraciones. Una sufridora.
Su trastorno bipolar tampoco ayuda, aunque estos capítulos tienen un valor secundario.
Se habla del poder real, del uso de las redes sociales para crear estados de opinión, del papel de la prensa tradicional, del uso del terrorismo para restringir las libertades y de la manipulación de la verdad.
Un aspecto positivo de la serie es que deja, hasta cierto punto, cerrada la trama.
Claire Danes está estupenda y sobre ella descansa el mayor peso de la serie.
Veinte años después de La niña de tus ojos,Fernando Trueba nos obsequia con una secuela.
La crítica la ha vapuleado, pero yo voy a defenderla contra viento y marea.
Es cierto que usa de chistes visuales y de diálogos ya vistos, pero yo los interpreto como un bello homenaje a la comedia española.
Tal vez algunas partes del guión resultan poco creíbles, pero cuantas veces la realidad resulta inverosímil.
Las peripecias de este grupo de “cómicos” la siento como muy nuestra, enlazando con la mejor comedia clásica española.
Hay un homenaje de Trueba al cine y los que en él intervienen.
Me encanta la presencia callada y continua de la script en la mesa al lado del director.
Además de los actores, los técnicos tienen su protagonismo en la peli. Trueba no se olvida de ellos.
Hay un homenaje también a esos millones de españoles que sufrieron la represión de la Dictadura Franquista y malvivieron hablando en voz baja por el temor de la cárcel y de la muerte.
Todos los personajes tienen su importancia y todos están magníficamente interpretados.
Macarena Granada vuelve de los USA hecha una estrella de Hollywood y con nacionalidad americana, algo parecido a su actriz Penélope Cruz.
Si en La niña de tus ojos se comía la pantalla y todos pudimos darnos cuenta que estaba bendecida con ese don divino que es que te quiera la cámara, aquí, en La reina de España, lo volvemos a confirmar.
Una actriz como la mejor, a la altura de las grandes divas de la pantalla de todos los tiempos.
Con esos ojos, inmensos como el horizonte, capaces de expresar emociones y sentimientos y, lo que es más grande aún, de transmitirlos al espectador.
Penélope, te reverencio, te idolatro.
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Si de verdad fueras la Reina de España me volvería monárquico.
Una de mis máximas ilusiones, en mi actividad cinematográfica, sería poderla entrevistar, pero muy probablemente la emoción me impediría articular palabra.
Este verano cuando iba hablar con uno de mis ídolos, en otro ámbito diferente al cine, mi hijo me dijo: “sobre todo no te eches a llorar. Que te conozco“.
Pero en esta peli todos los actores están estupendos, incluyendo a Santiago Segura, que no goza de mi devoción usualmente, pero aquí me ha encantado.
Extraordinarios como es habitual Antonio Resines, Neus Asensi, Ana Belén, Javier Cámara, Loles León, Jorge Sanz, Rosa María Sardá, Aida Folch, Jesús Bonilla, Ramón Barea, Anabel Alonso…
Bien por Chino Darín que lo tiene difícil para llegar a igualar a su padre. Superarlo es imposible.
Divertida la presencia de Arturo Ripstein.
Mención a parte merece Carlos Areces, capaz de interpretar al etarra Patxi en Negociador y aquí al mismo Caudillo, con igual naturalidad. Un gran acierto.
Destaco los cameos del director Juan Antonio Bayona, del economista y periodista turolense Luis Alegre como cura de huerfanitos y de la magnífica periodista Conchita Casanovas preguntando como en la vida real con inteligencia en una rueda de prensa.
Seguro que hay algún cameo más que no he sido capaz de descubrir.
El diálogo final entre Franco y Macarena de los que más he disfrutado en mi vida.
Si eres de los que dice que no te gusta el cine español, no vayas a verla.
Carrie Mathison quiere llevar una nueva vida en una Fundación, pero su pasado le persigue.
En esta temporada el escenario fundamental es Berlín.
Además de terroristas, de la CIA y de la inteligencia alemana y rusa, contamos con la intervención de la prensa y de los hakers.
Estos dos elementos son actores fundamentales en el teatro del terrorismo internacional y en su lucha por parte de los estados.
La serie desde la tercera temporada no ha perdido interés.
Se incorporan nuevos personajes como la jefa de la CIA en Alemania (Miranda Otto dando vida a Allison Carr) o los espías rusos y disfrutamos (o padecemos) con los ya conocidos.
Carrie vuelve a utilizar su fase maniaca para intentar comprender la realidad, su patología psiquiátrica sigue muy presente.
Los últimos episodios son escalofriantes, interesantes e insoportablemente realistas.
Los atentados de París y Bruselas están presentes en el visionado de la serie que fue realizada antes que sucedieran.
Como ya es costumbre se nos plantean problemas morales en la guerra contra el terrorismo de un calado trascendente.
Hemos visto las cinco temporadas de tirón.
Ya es hora que Elena y yo cambiemos de registro.
Además no nos queda más remedio porque aún no está completada la sexta temporada.
Nos despedimos de momento de la extraordinaria y maravillosa Claire Danes, el alma de la serie, y del resto de los protagonistas, de alguno definitivamente.
Los que se animen a verla que se salten la segunda temporada, incluso la primera.
Esta quinta es estupenda.
Claramente estamos viviendo una edad dorada de las series.
Las dos primeras temporadas fueron muy regulares, especialmente la segunda. La tercera mucho mejor. Esta cuarta excelente.
Carrie Mathison mete el cuezo hasta la ingle y se carga a todos los invitados a una boda para intentar eliminar a un afamado terrorista.
Consigue que se la nombre Jefa de zona de la C.I.A. en Pakistán…
En esta temporada pasan mil cosas.
Investigaciones de la Agencia con una falta absoluta de escrúpulos y de moralidad para obtener objetivos antiterroristas, sin importar la legalidad y la justicia.
También hay de la vida privada de la protagonista con su niñita a la que deja en segundo plano. La hijita es clavada al padre.
La serie ocasionalmente nos da la visión de los terroristas y no es complaciente con el espionaje norteamericano.
Los desastres se van acumulando y nos hacen vivir estupendos momentos de tensión.
De hecho, Elena y yo nos hemos zampado los doce episodios, de casi una hora, en una semana.
Claire Danes está impresionante, componiendo un personaje con muchas sombras, con el que a veces empatizas y en ocasiones aborreces.
Rupert Friend interpretando al agente de campo Peter Quinn es un elemento muy turbador e interesante, espero verlo en las próximas. Por cierto, mucha tensión sexual no resuelta.
Me alegra mucho que Nicholas Brody haya desaparecido de la trama. ¡Qué gran acierto eliminarlo!
Aunque hecho de menos a su esposa Jessica Brody, interpretada por la magnética Morena Baccarin, ahora de moda por su intervención en Deadpool de Tim Miller.
Después de una segunda temporada muy decepcionante vemos, Elena y yo, esta tercera.
Después del ataque al corazón de la CIA con la que terminaba la anterior temporada (y no quiero hacer demasiados spoilers) se nos presentan las consecuencias en la familia Brody, sobre todo en su hija adolescente Dana (papelón).
Por otro lado padecemos con la estupenda Carrie Mathison metida en un maquiavélico plan del Director Saul Berenson.
Una artimaña retorcida y enrevesada, pero genial que da cuerpo a toda la temporada que cobra brío y enjundia.
Desde el principio de la serie queda claro que no hay buenos ni malos, mejor dicho hay malos y peores.
En esta temporada se toma partido por la CIA que aunque con medios poco ortodoxos y nada legales, parece tener claros sus objetivos.
Hay que aceptar que el fin justifica los medios para no cabrearte continuamente con lo que vamos viendo.
La temporada no solo se desarrolla bien sino que termina mejor, eliminando a uno de los personajes que ya era un lastre para la serie.
Claire Danes demuestra ser una actriz excepcional, dando calidad a su personaje, rellenándolo de miles de matices.
Estupenda Nazanin Boniadi interpretando a la experta en finanzas Fara Sherazi. Un personaje clave, pero que no deja de ser una chica modesta y sencilla con sus escrúpulos morales y éticos.
En la vida real Boniadi es portavoz de Amnistía Internacional EE.UU. (AIUSA), con un enfoque personal en la convicción y el tratamiento de los iraníes jóvenes, las mujeres y los presos de conciencia.
Ella tiene su propia página en el blog oficial de Amnistía Internacional EE.UU. y ha escrito artículos de opinión en medios de comunicación como CNN y The Huffington Post.
Elena está enganchada y yo, lo confieso, también.
Dos cosas he sacado en claro:
Primero: las historias de espías son siempre atractivas.
Segundo: yo no serviría para ese trabajo. Soy demasiado flojo.
La desquiciada Carrie Mathison y el ambiguo Nicholas Brody.
Una pareja destinada a la destrucción.
En general mantiene la tensión que mezcla espionaje, política, terrorismo islámico, patología psiquiátrica, conflictos familiares y crisis adolescentes.
Me horroriza la tensión a la que son sometidos los personajes, sobre todo la familia de este congresista de doble vida.
Me molesta la incoherencia argumental de algunas cuestiones que son increíbles. Si fuera de la CIA me cargaría a los dos protagonistas sin dudarlo. Ya sé que me meto mucho en el papel.
Me asombra la buena química sexual que padecen los dos adversariosbarraamantes fervorosos.
Me gusta que los malos no sean solo los islámicos. Los mandamases amaricanos son también presentados como muy malvados. En realidad, no hay buenos.
El último episodio es sorprendente y bestial.
Seguiremos viéndola, pero a mí me aburre ligeramente. Me parece más de lo mismo.
Hubiera eliminado a los protagonistas y continuado esta serie de espionaje, pero con otros.
Destacar la impresionante interpretación de Claire Danes.
El retrato de una paciente maniacodepresivo (Bipolar) es perfecto. Por una vez la cuestión médica resulta realista.
Pocas películas y series han tenido como tema central las investigaciones de la CIA.
Homeland en su primera temporada tiene dos protagonistas como ejes narrativos.
Por un lado Carrie Mathison interpretada por la estupenda Clare Danes.
Por otro Nicholas Brody, que da vida Damian Lewis.
La primera es una agente de campo de la CIA que ha estado durante años en Oriente Medio, con problemas mentales, que trata de ocultar.
El segundo un marine secuestrado por los terroristas durante ocho años.
La serie se basa sobre las investigaciones, la obsesión, de la agente Mathison, sobre el supuestamente “convertido” Brody.
La virtud de esta primera temporada es descubrirnos el sombrío y oscuro mundo del espionaje, donde la legalidad es asaltada sistemáticamente por la Razón de Estado. Donde el fin justifica los medios.
Los personajes son planteados de forma poliédrica. No son buenos, ni malos.
Llenos de problemas familiares y personales.
Personas en continuo conflicto.
Tal vez hubiera preferido que se me dieran menos datos o de forma menos explícita, lo que hubiera contribuido a hacer algo más enigmática la serie.
Destacar, incluso elevar a los altares, a Clare Danes que compone una protagonista estupenda con una capacidad interpretativa impresionante.
Aunque a mí me ha gustado moderadamente a Elena le ha entusiasmado.
Veremos como avanzan el resto de temporadas que pensamos ver de tirón.
Me olvidaba mencionar a la bella Morena Baccarin que ahora está especialmente de moda por el estreno de Deadpool de Tim Miller.