Había recibido varios comentarios positivos. Con la coletilla de “es divertida“.
Marvel, claramente, nos ofrece un producto veraniego de consumo fácil, intrascendente y ligero. Es un polo de limón.
Después de haber degustado un bombón almendrado hace unas semanas.
El juego constante con los cambios de tamaño es lo más entretenido, pero llega a cansar. El truco se repite una y otra vez y termina saturando.
Paul Rudd dando vida al hombre hormiga está gracioso, conocedor que su personaje es de segunda división, le da un tono ligero que funciona, pero en ocasiones se pasa de poca intensidad y llega a parecer desganado.
Evangeline Lilly es una buena actriz y no puedo entender porqué se ha retocado. Lo cierto es que la cirugía plástica la hecho parecerse a su madre en esta peli, una Michelle Pfeiffer muy modificada (o deteriorada) por el bisturí.
A todas las debe de operar el mismo cirujano. Les colocan la misma cara.
A Michael Douglas se le ve mayor y con escaso entusiasmo.
Lo que más me descoloca en el rollo cuántico que no consigo comprender y que es el núcleo de la película.
No entiendo como esta Ant-Man and the Wasp se ha traducido a medias. O pones todo en castellano o todo en inglés.
Nunca he sido capaz de entender a Richard Linklater y sus pelis nunca han despertado en mí pasiones.
Fijaros que la peli que más me gusta del director texano es Escuela de Rock. No te quiero contar más.
La última bandera se debate entre la comedia y el drama, cuestión que me suele agradar, pero que en esta ocasión me ha producido una sensación incómoda, un poco desasosegante.
Tres veteranos marcados por la Guerra del Vietnam y por un suceso luctuoso, que no se explica bien, se reúnen para el funeral del hijo de uno de ellos muerto en Iraq.
Los actores defienden sus papeles con desigual convicción.
Steve Carell poco expresivo, Laurence Fishburne con poco interés y Bryan Cranston explosivo.
Con un argumento errático, pero esperable, no consigue definir bien el mensaje de Linklater. Termina siendo condescendiente con todos y con todo, en busca de la aprobación general.
Hay pelis que de tan malas terminan siendo buenas.
John Wick: Pacto de sangre es un sucesión incesante de despropósitos.
No te la puedes tomar en serio.
Si entras en ese juego mental de aceptarla como una comedia te puedes divertir de manera inesperada.
Es todo de chiste.
Keanu Reeves es incapaz de modificar la expresión de su cara. Da igual que mire la foto de su esposa fallecida o que reviente los sesos de un sicario. Permanece impasible el ademán.
Pega tiros y puñetazos de manera incesante.
Perdí la cuenta, pero creo que asesina a 83 hombres y dos mujeres.
¿Dónde queda la paridad?
Propongo que para la tercera entrega se cuiden más estos detalles y los homicidios sean paritarios.
Las escenas violentas que ocupan alrededor del 110% del metraje son de un realismo tan exagerado, tan virulento, que llega a convertirse, paradógicamente , en puro slapstick.
Casi todas las situaciones son ridículas.
Por ejemplo, Laurence Fishburne interpreta a un jefe de una especie de mafia de mendigos.
En el palomar va con un abrigo cochambroso y cuando baja a una especie de vestuario cutre se pone una bata de estar por casa elegantosa.
La escena de la pelea en el metro es delirante a más no poder. Se acribillan a navajazos y los usuarios permanecen en su asiento tranquilamente y nadie lo graba con el móvil.
No hay poli por ningún sitio. Puedes soltar mil balas que ahí nunca se escuchan las sirenas.
Cuanto más pienso en la peli más me divierte.
Si vas con amigos se pueden hacer miles de chistes.
Para la tercera entrega hay dos malos que se han conservado vivos.
Uno con un puñal en la aorta que si no se mueve se salva.
Otra un sordomuda cosida a navajazos, pero que John Wick se olvidó rematarla con un tiro en la cabeza.
Acudo con mi amigo Adolfo a ver el enfrentamiento entre dos de los superhéroes de DC Comics.
Con un inicio soporífero y con muchos comentarios previos nefastos nada prometía un final feliz.
Pero conforme avanza la historia fue creciendo mi interés.
Los tres personajes principales tienen una infancia compleja y son inadaptados sociales.
. Bruce Wayne / Batman, el único sin superpoderes, que basa su fuerza en su traje y su batmóvil.
Trastornado desde que contempló el asesinato de sus padres.
Sin amigos, sin novia conocida.
Rico y solitario.
Teme el abuso de poder de Superman y también, tal vez, quiera acabar con él por pura envidia.
Por cierto el batmóvil se refiere al coche, ¿cómo se llamará su teléfono?, ¿batcelular?.
Aquí es interpretado por Ben Affleck, un pésimo actor y un gran director.
Es posible que su actuación sea de lo peor de la peli.
Clark Kent / Superman es un emigrante ilegal que fue adoptado por unos granjeros.
Su relación con Lois es compleja.
Ella tiene cierta tendencia a caer de rascacielos.
No soy el primero que se ha planteado la cuestión del sexo con Superman.
No creo que exista vagina en el mundo capaz de soportar el empuje del kryptoniano. Imaginemos que en medio de la pasión y llevado por ella, Superman se pasa un poco (solo un poco) de entusiasmo, los destrozos en su partener podrían ser letales.
Aunque el control fuera absoluto, su esperma eyaculado atravesaría cualquier estructura, lo cual obligaría a la marcha atrás de manera obligatoria y apuntar hacia entramados prescindibles.
En cualquier caso un lío.
Además no termino de comprender como es capaz de sentir los peligros de su novia y en cambio cuando su madre (a la “que tanto quiere”) lo necesita ni se entera. Eso solo tiene un nombre: mal hijo.
Entiendo su sufrimiento. Tiene demasiados problemas.
Tampoco Henry Cavill es un buen actor, ni siquiera mediocre… Vamos que es malísimo. Inexpresivo total.
Lex Luthor, es el tercero en discordia, el detonante de la rivalidad entre los superhéroes DC.
Es muy malo. Su padre le zurraba de pequeño.
No anda bien de amigos, ni de novias y el medio clon que crea es feísimo.
A su favor: cuenta con un buen sentido del humor que contrasta con la solemnidad de los otros dos citados que son un muermo.
Al menos Lex es un tío gracioso que sabe encontrar el lado cómico a la vida, si bien es cierto que su sentido del humor es peculiar.
Es rico y se aburre. Como entretenimiento vuela el Capitolio. ¡Chiquilladas de niño mimado!
Jesse Adam Eisenberg es mucho mejor actor que sus oponentes y sabe llenar de matices a su personaje, resultando el más atractivo.
Estos tres desgraciados protagonizan esta peli que yo imaginaba pésima y no es tanto. De hecho a pesar de sus 153 minutos de duración no se hizo larga.
La que salva realmente el film es Diana Prince / Wonder Woman (La Mujer Maravilla), de la que sabemos poco de su pasado, pero es la que saca las castañas del fuego cuando se enfrentan al monstruoso engendro creado por Lex Luthor.
La muchacha no se amilana y con su escudico y su espadica hace maravillas.
Lástima que su presencia sea tan breve.
Interpretada por Miss Israel, Gal Gadot. Realmente impresionante. (Pongo foto).
La vamos a seguir viendo en La Liga de la Justicia.
La peli se debería haber titulado: La Mujer Maravilla salva el culo al murciélago y al kryptoniano.
Otro título posible: La Mujer Maravilla protectora de animales e inmigrantes.
Christopher Nolan como productor y guionista y Zack Snyder como director unen sus fuerzas para levantar esta megaproducción, con un presupuesto de 225 millones de dólares. Posiblemente los dos estén sobrevalorados, aunque confieso que algunas de sus pelis me han parecido más que interesantes.
En 1978 Richard Donner nos ofreció un Superman con cierta ingenuidad, discretamente entretenido. Recuerdo bien que la vi en el Cine Palafox en Zaragoza con mis padres y mis hermanas, entonces era un gran cine y no un multisalas.
El hombre de acero de 2013 pretende ser una revisión del superhéroe dando peso a su faceta de extraterrestre. Ya no es un humano de origen kriptoniano. Aquí es un kriptoniano que ha crecido en la tierra.
La mejor parte es cuando pretende pasar desapercibido entre los terrícolas. El conflicto personal de tratar de ocultar sus poderes como le indicó su padre tiene interés.
A mí todo el rollo de Krypton y de sus líos de decadencia no me impresionan para nada.
El tercio final de la peli se convierte en una orgía de destrucción. El problema es que cuando ves la demolición de cien edificios que sean veinte más o menos te da igual. Me llegué a saturar de esas peleitas entre Kal-El y el General Zod con rotura de decorados añadida. Bostecé varias veces, se me hizo muy tedioso.
Insoportable la interpretación de Ayelet Zurer (Lara Lor-Van, la madre kriptoniana) que no deja de llorar.
Del protagonista Henry Cavill, mejor no comento. No quiero ser destroyer.
La dirección de Snyder me parece pretenciosa, sus continuos primeros planos y desenfoques no consiguieron más que confundirme.
En los USA este Hombre de acero se ha vendido como una representación de la vida de Cristo. No es broma. La productora Warner Bros. para ganar audiencia entre los cristianos la ha promocionado desde la perspectiva de la vida de Jesús aprovechando los numerosos paralelismos entre las dos historias y al parecer ha tenido éxito con esta campaña promocional.
¿Dónde está el sentido del humor? ¿Dónde los calzoncillos? ¿Dónde está la música de John Williams? ¿Dónde está Superman?
Confieso no haber visto esta peli hasta ahora, a pesar que Coppola es uno de mis directores preferidos, especialmente por su trilogía del Padrino.
La veo porque en unas semanas podremos disfrutar (?) en los cines el estreno de un remake.
Se nota que es un producto de encargo. Una mezcla de cine musical, de gánsters y melodrama, sin que quede definido el estilo predominante.
Francis Ford Coppola es un maestro y dirige de manera prodigiosa, resultando un producto de calidad, muy entretenido pero le falta el acabado final, ese toque de autor que la hubiera convertido en una obra maestra.
La historia de dos parejas de hermanos, unos blancos y otros negros, que se cruzan levemente, hace de este film una peli coral.
Richard Gere interpreta con escasa convicción su papel y va de sobrado.
En cambio Diane Lane está maravillosa, posiblemente el personaje más interesante y por supuesto el más atractivo.
Nicolas Cage sobrino del director realiza una interpretación auténticamente patética, demostrando que es un penoso actor, cuestión que ha ido confirmando a lo largo de su carrera, a pesar de su oscar. Por cierto ya empezaba a quedarse calvo.
Lo mejor la dirección de Coppola con escenas memorables como el intercalado de imágenes de claqué y el uso generoso de la metralleta.
Esta película fue estrenada en 2009 y su director es Nimród Antal, nacido en los Ángeles pero que se trasladó a Hungría a los 17 años y realizó su primer película en ese país.
Os voy a contar el argumento de pasada porque supongo que después de leer esta crítica a nadie le quedarán ganas de verla.
Yo esperaba un thriller de atracos y viendo los actores estaba esperanzado.
Pero no hay atracos porque un autoatraco que iban a perpetrar se va al garete porque se cargan a un vagabundo en una fábrica abandonada donde iban a dejar el dinero guardadico. A uno de los seguratas del camión blindado, con los tópicos problemas económicos y un hermano menor conflictivo, también bastante tópico, le entra un ataque de moralidad y complica todo al resto de seguratas, que son unos brutos y unos descerebrados.
El segurata moralista es mazo listo, se carga a todos los malos, salva a un poli bueno y a su hermanico.
Al final se dice que le van a dar una recompensa, con lo cual problemas económicos resueltos. Yo hubiera agregado que le toca el gordo de la primitiva y le paga una beca a su hermano revoleras en la Universidad Europea.
La mayor parte de la película se desarrolla en una fábrica abandonada sucia y oscura.
Pero lo peor de todo: es un aburrimiento absoluto. Los malos son de palo, el bueno es superlisto y cumplidor como pocos. La mayoría de los personajes dan entre risa y pena (más de lo segundo).
La supuesta acción es un rollo. Desde la mitad de peli solo te dan ganas de que termine.
Si queréis ver una peli de atracos en que todo sale mal os recomiendo: “Atraco a las tres“. Hay buenos actores, buen guión y te ríes de verdad y no pasas vergüenza ajena como en Blindado.