Hay pelis que de tan malas terminan siendo buenas.
John Wick: Pacto de sangre es un sucesión incesante de despropósitos.
No te la puedes tomar en serio.
Si entras en ese juego mental de aceptarla como una comedia te puedes divertir de manera inesperada.
Es todo de chiste.
Keanu Reeves es incapaz de modificar la expresión de su cara. Da igual que mire la foto de su esposa fallecida o que reviente los sesos de un sicario. Permanece impasible el ademán.
Pega tiros y puñetazos de manera incesante.
Perdí la cuenta, pero creo que asesina a 83 hombres y dos mujeres.
¿Dónde queda la paridad?
Propongo que para la tercera entrega se cuiden más estos detalles y los homicidios sean paritarios.
Las escenas violentas que ocupan alrededor del 110% del metraje son de un realismo tan exagerado, tan virulento, que llega a convertirse, paradógicamente , en puro slapstick.
Casi todas las situaciones son ridículas.
Por ejemplo, Laurence Fishburne interpreta a un jefe de una especie de mafia de mendigos.
En el palomar va con un abrigo cochambroso y cuando baja a una especie de vestuario cutre se pone una bata de estar por casa elegantosa.
La escena de la pelea en el metro es delirante a más no poder. Se acribillan a navajazos y los usuarios permanecen en su asiento tranquilamente y nadie lo graba con el móvil.
No hay poli por ningún sitio. Puedes soltar mil balas que ahí nunca se escuchan las sirenas.
Cuanto más pienso en la peli más me divierte.
Si vas con amigos se pueden hacer miles de chistes.
Para la tercera entrega hay dos malos que se han conservado vivos.
Uno con un puñal en la aorta que si no se mueve se salva.
Otra un sordomuda cosida a navajazos, pero que John Wick se olvidó rematarla con un tiro en la cabeza.
A Brett Ratner lo calificaría como un director del método, del método Hollywoodiense.
Sabe ejecutar productos comerciales utilizando los medios de última generación, con una soltura impresionante.
Tal vez, sus pelis sean solo para pasar el rato, pero garantizan una tarde de palomitas divertida.
Este Hércules de 2014 se empeña en desmitificar la mitología, trasladando al semidiós a la escala humana.
El hijo ilegítimo de Zeus es presentado como un fraude, un mercenario que trabaja por oro.
Este planteamiento, al principio me sorprendió, pero terminó agradándome.
Todo funciona bien. Hay una historia, no muy original, pero bien construida.
Hay unos buenos personajes. Toques de humor, no ridículos, sí divertidos.
Lo mejor son las batallas. Perfectamente rodadas, con planos que implican al espectador y otros que lo impresionan. Unas contiendas cojonudas de verdad.
Los elementos están bien dosificados y la peli no llega a decaer. Tal vez, haya alguna escena más floja al final, pero disculpable.
Dwayne “The Rock” Johnson encaja bien con ese humano cargado de leyenda y remordimientos. No es que sea un buen actor, pero salva su papel.
Mi personaje favorito es Atalanta, interpretado por Ingrid Bolsø Berdal, un poco blancucha, pero me agrada su faldita. La encuentro un cierto parecido a Nicole Kidman, de joven, claro.
Me ha recordado mucho las pelis de romanos de mi infancia, lo que ahora se llaman peplum. Al fin y al cabo es eso, un peplum.
Estoy ligeramente sorprendido. Me ha gustado.
He leído: “no pasará a la historia”. Ya veremos.
Una queja. La modelo metida a actriz Irina Shayk sale poco.
En 2009, cuando comenzaba con el blog, escribía maravillas de Celda 211.
Le recuerdo perfectamente de su época de crítico en Días de Cine, el mejor programa dedicado al séptimo arte, que va por la edición 1013.
Es difícil combinar sello personal y comercialidad. Si una peli no se ve, no se vende y su director está condenado. Las productoras apuestan, no por el arte, sino por la taquilla.
Monzón llena El Niño de elementos que alimentarán las arcas de los productores.
Jesús Castro, el mayor reclamo para adolescentes con exceso de carga hormonal, se desnuda y enseña su bien perfilado culito, se quita la camiseta, sabe poner cara de malote…
El amorío resulta un poco forzado, lleno de tópicos y muy de manual, pero seguro que gustará a la mayor parte del público.
Las persecuciones en helicóptero son absolutamente espectaculares, rodadas con una calidad que nada tienen que envidiar a las producciones americanas. Hay ritmo, sostenido con un montaje perfecto y electrizante.
La recreación de ese mundo fronterizo entre, España, Marruecos y Gibraltar, lleno de contrastes, de colores, de vida, de trapicheo, es perfecta.
La lucha contra el narcotráfico es planteada como una batalla perdida, en la que detener a un capo solo significa que crezca otro grupo de traficantes.
Tosar como siempre está inconmensurable. Interpreta a un estereotipo de policía, entregado en cuerpo y alma a su trabajo, que no tiene vida personal, que sus amigos son compañeros y nada más.
Pero el gran actor de esta función es Eduard Fernández, absolutamente sublime, sus ojos nos trasmiten a la perfección ese sentimiento de tristeza y de culpa. Una actuación memorable.
Le deseo a Monzón un gran éxito porque se lo merece. Ha metido toda la carne en el asador para construir una peli personal y comercial. A mí me gusta más el primer ingrediente, pero para que pueda cocinar más veces hay que soportar lo segundo.
Terminé de comer con mi amigo David y vi la cola en la taquilla del cine y no pude resistir la tentación. La peli que mejor me cuadraba era ésta.
Se trata de una peli de aventuras con mucho humor con un tono fantástico, llena de anacronismos.
Todo el tiempo resulta divertida pero gana en su parte final cuando se pone épica. El asedio por parte de los gigantes a la fortaleza humana está estupendo.
Lo mejor son esos gigantes feos, sucios y muy tontos pero llenos de un realismo imaginario.
Singer es un buen director como lo demostró en Sospechosos habituales o en X-Men y podría haber hecho este encargo con desgana pero nada de eso, se lo toma en serio y cuida el detalle y realiza una producción para niños de más de 7 años que me entretuvo.
Hace ya una semana que la vi y aún la recuerdo, lo cual demuestra que no debe ser muy mala.
A su protagonista Nicholas Hoult pronto lo veremos en Memorias de un zombie adolescente. Este muchachito es posiblemente lo peor de la peli, también es verdad que me cae gordo y no soy imparcial.
En la sala había unos cuantos preadolescentes y curiosamente más personas de alrededor de mi edad (cine para todos los públicos)