En 2010 Denis Villeneuve nos obsequió con una de las pelis más aterradoras que alguien puede imaginar: Incendies.
Ahora en 2013 nos presenta este thriller. En este género está todo inventado. Ya se han hecho grandes obras.
Encontrar una peli que te sorprenda y que te emocione es difícil. Prisioneros lo consigue.
Las víctimas se pueden convertir en verdugos y la línea entre lo correcto y lo detestable se ve sobrepasada.
Con una dirección clásica se nos presentan unos personajes bien construidos pero muy poliédricos. Aquí no hay héroes, todos tienen una faceta oscura y turbadora.
El desasosiego del que está impregnada la trama se trasmite al espectador que sufre, padece e intenta comprender.
Es brutal como una patada en las vísceras pero real como una página de sucesos de un periódico.
No me será fácil olvidar esta peli que me ha impresionado y me ha herido. Porque así me he sentido después de verla.
Hace muchos años que no veía un thriller tan intenso en una pantalla.
Hugh Jackman está colosal en una demostración de lo gran actor que es, como ya demostrara en Los Miserables.
Jake Gyllenhaal convincente en su papel de poli meticuloso entregado a su trabajo.
Quiero comentar la difícil interpretación de Paul Dano un personaje que puede marcar una vida.
Si deseas impresiones intensas no dejes de verla. Su ambigüedad moral, el desasosiego que trasmite y su tono salvajemente poético son inolvidables. Una obra maestra.
Se trata de un homenaje a Federico Fellini y concretamente a su peli Fellini 8 ½ . Las escenas del tren, la playa, la fotografía en blanco y negro, las relaciones con varias mujeres y la galería de personajes grotescos son referencias al cine de Fellini.
Antes de su título definitivo la peli se llamó Woody Allen N º 4 y el director hizo el comentario que su filmografía no era ni la mitad que la de Fellini.
Woody Allen siempre ha negado enérgicamente que la película fuera autobiográfica.
El personaje de Dorrie (Charlotte Rampling) se inspiró en la ex esposa del propio AllenLouise Lasser , que realizó un cameo sin acreditar en la película.
En esta peli debutaron dos actores que posteriormente se harían muy famosos. Brent Spiner que ha participado en la saga Star Trek y Sharon Stone que tiene una brevísima intervención viajando en el tren de gente feliz y que todo el mundo recuerda por cruzar las piernas en Instinto Básico (1992).
En su momento Carlos Boyero escribió sobre Recuerdos: “La única de las películas de Allen que me parece estrictamente detestable”.
Como suele ocurrir no coincido con el prestigioso crítico.
No es una peli redonda y en muchos momentos pierde energía. El intento de meter elementos icónicos en el cine de Allen la convierten en un batiburrillo del que no sale airoso.
A pesar de la insistencia de su director en que no es en absoluto autobiográfica desde luego lo parece.
Se pueden encontrar muchos de los elementos característicos del cine del director de Delitos y Faltas: la magia, la familia, la infancia, el consumo de psicofármacos, la nostalgia del amor perdido, el psicoanálisis…
El Allen guionista y director parece minusvalorar a Sandy Bates (¿su alter ego?) como creador de una obra menor. Pero cuando es entrevistado responde con ingenio y humor, entonces su consideración no parece tan mala.
La ridiculización de los seguidores que incansablemente le felicitan y le piden autógrafos es muy propio de ese tipo de personas que consiguen la fama y por ello se sienten superiores. Es de un claro mal gusto.
En póquer un runner-runner es terminar haciendo una buena jugada cuando se tienen malas cartas y al descartarse se consiguen las necesarias. Las probabilidades de hacer un runner-runner son de un 4%.
Peli rodada en Puerto Rico. Se han gastado treinta millones de euros.
Mi opinión sobre este bellísimo país era excelente. Nunca lo he visitado pero sí amigos que me han hablado maravillas.
Aquí es retratado lleno de corrupción, cocodrilos y prostitutas. Tal vez para aliviar esta imagen en los créditos finales se informa que se han creado más de mil puestos de trabajo para la realización de la peli.
Brad Furman ha realizado este engendro con la pretensión de realizar un thriller electrizante. Algo ha conseguido porque da garrampas insoportables.
La historia no está estructurada con un guión deslavazado e inconexo, sin el menor interés.
Los personajes son de palo. Los actores no se creen sus personajes.
Decididamente a Ben Affleck lo prefiero como director que como actor.
De Justin Timberlake no voy a comentar nada. Solo por prudencia. Aunque veo difícil que me lea. No quiero ser víctima de una demanda.
Gemma Arterton está horrorosa. Esta chica grandona con pinta de travestón en el Día del Orgullo Gay da pena. No sé como sigue saliendo en pelis después de su ruinoso curriculum.
Este bodrio es peor que cualquier telefilm de sobremesa y ha costado cuarenta veces más.
Me gusta quedarme hasta el final de los créditos. En las pelis americanas suele poner que durante el rodaje no se han dañado personas ni animales y lo certifica alguna asociación.
¿Y a los espectadores? ¿Quién nos garantiza no sufrir?
Lo único que le pido al Todopoderoso es poder olvidarla pronto.
Reconozco que la colaboración en el guión de su hijo Jonás Cuarón ha podido servir para descargar la peli de un tono discursivo.
Reconozco el esfuerzo técnico realizado con 4 años de trabajo y la invención de tecnología para la realización de esta peli.
Reconozco que, tal vez, suponga un antes y después en el cine del espacio o de la Ciencia Ficción, como lo fueron en su día 2001: Una Odisea del espacio o Blade Runner.
Reconozco que visualmente es impecable. El espacio es visto como nunca antes y la sensación de ingravidez es extraordinaria.
Reconozco que es una historia de superación personal, de lucha contra la adversidad, que tanto gusta a los académicos de los oscars.
Pero por lo que no voy a pasar es por tragarme a Sandra Bullock como una buena actriz. Su rostro impregnado de botox solo sabe poner caritas más falsas que un billete de seis euros. Su capacidad de trasmitir emociones es no nula es negativa. Se pasa casi todo el metraje en una sucesión insoportable de quejidos y lloriqueos.
El truquillo, más viejo que la tana, de que se le murió su hijita es penoso, tan manido que casi resulta repugnante.
Esta peli chilena representará a su país en los oscars.
Cuenta la vida sencilla de una mujer madurita y separada que busca el amor y el sexo.
El relato es simple y las andanzas de esta señora poco interesantes. Pero todas las vidas merecen ser contadas y todas tienen su aquél.
Sebastián Lelio no da espacio al sentimentalismo barato, su relato es consistente y entretenido. No hay esfuerzo para que empaticemos con los personajes. Son personas de carne y hueso con sus contradicciones, sus exigencias, sus rarezas, sus imperfecciones.
Hay momentos emotivos que parten de lo cotidiano, de lo sencillo.
Pero esta historia no tendría el menor interés sino estuviera interpretada por una gran actriz que llena de energía y de verdad la pantalla. Una maravillosa (en su imperfección) Paulina García. Una actriz colosal.
Ganadora en el Festival de Berlín del premio a la mejor actriz.
Una peli pasable que la hace grande esta gran actriz.
El incio es un alarde de barroquismo visual y de intento imaginativo que resulta a veces irritante.
Los personajes son poco consistentes lo que impide que conectemos con ellos. La insistencia en pretender sorprender resulta agotadora.
Poco a poco el colorido visual inicial se va transformando en blanco y negro y el optimismo se torna tristeza y desolación. Aparece un cuento tenebroso y terrorífico, asfixiante y terrible. Produce auténtico miedo.
Audrey Tautou le imprime a su interpretación un tono de novela romántica que recuerda a las tuberculosas del siglo XIX.
Hay un personaje muy interesante que es interpretado por Gad Elmaleh, obsesionado con comprar novelas o artículos de coleccionista de un escritor llamado Jean-Sol Partre, su compulsión le lleva a la ruina personal y económica.
Esta peli puede apasionar o molestar pero no es fácil de olvidar.
En la ficha técnica de la peli consta una duración de 125 minutos pero la versión que vi yo solo dura 95. No he encontrado explicación.
Acudo a ver esta peli aconsejado por los críticos que la han puesto estupenda.
Ha costado 38 millones de dólares que para ser un producto made in Hollywood no es demasiado.
El mundo del automovilismo me interesa menos que nada. No soy aficionado a los coches.
Tengo un coche de 10 años con 230 mil kilómetros y estoy encantado. Ojalá me dure dos lustros más.
En consecuencia todo el rollito de bólidos y carreras me ha parecido un coñazo. Reconozco que está bien montado, con oficio, incluso con maestría. Pero a mí me aburre.
El tema de la rivalidad entre los dos pilotos James Hunt y Niki Lauda es interesante. Ya lo habíamos visto en todas las pelis de superhéroes. Lo que hace grande al héroe es el villano. Siempre es más interesante el malo que el bueno. Aunque aquí no me queda claro quien es cada cual.
Las dos personalidades contrapuestas y las dos maneras de entender la vida no tienen que ser antagónicas, más bien diría que son complementarias.
La épica del triunfo no la entiendo bien. Ser un tipo mediocre que nunca ha ganado en nada hace que para mí sea incomprensible.
Ron Howard demuestra ser un gran director imprimiendo a la peli un buen ritmo que no desfallece.
Es posible que esta peli se encuentre entre las candidatas a los oscars. El rollito de espíritu de superación y los coches son dos cosas que gustan mucho a la Academia.
Hago una propuesta. ¿Porqué no hacer Rush pero basado en el mundo del cine? Seguro que hay personajes que cumplen los requisitos. Me interesaría más que el mundo del Scalextric a escala natural.
Jean-Pierre Melville vuelve a realizar un paradigma de cine negro en estado puro. En Francia a esta reconversión de este género se le llamó Neo-noir.
Alain Delon interpreta al Comisario Edouard Coleman, hasta cierto punto corrupto, usa medios poco ortodoxos e incluso comparte ambientes y mujeres con los criminales.
Esta ambigüedad moral es muy propia del cine de este director.
Aquí los ladrones actúan con profesionalidad, hablan lo mínimo y cada uno se mueve por razones muy diferentes.
Los policías son también competentes y llegan hasta los criminales porque conocen bien su trabajo.
Llama la atención la presencia de una jovencísima Catherine Deneuve que ya apuntaba maneras y que ya era un témpano de hielo.
Muy contento de haber realizado este miniciclo de Jean-Pierre Melville y haber descubierto estas cuatro maravillas.
He tenido que comprar los deuvedés ya que este cine menos popular y poco comercial no se encuentra para descargar. 🙂
Vemos por casualidad esta peli de Jacques Deray. Había comprado un lote de deuvedeses de Jean-Pierre Melville y entre ellos había uno con dos pelis. La segunda era Flic Story (Historia de un policía).
Su trama se desarrolla en 1947 en París.
Emile Buisson, interpretado por Jean-Louis Trintignant, se escapa de la cárcel. El inspector Roger Borniche (Alain Delon) se encarga de su captura.
Es un thriller pero, en mi opinión, no se adapta bien a los convencionalismos del cine negro.
Alain Delon no es un personaje turbio, sino más bien es un poli ejemplar. Enemigo de la tortura y de la violencia. Con un pasado patriótico intenta realizar su trabajo con profesionalidad.
En cambio Jean-Louis Trintignant es un malhechor despiadado y sin escrúpulos. No es un buen profesional, se deja arrastrar con demasiada vehemencia por su instinto asesino.
Un guión muy bien estructurado con un curso lineal que avanza basado en los secundarios.
Me ha llamado la atención el realismo con el que están realizadas las escenas de persecuciones y de acción. Ese espectáculo visual a la americana está descartado. Cuando saltan a un tejado sus movimientos parecen de verdad. Eso precisamente lo hace más impresionante.
Hay momentos únicos en el cine de policías. Ese inspector repartiendo bocadillos y cervezas a los que realizan labores de vigilancia.
De alta tensión es la escena de la detención del villano.
El duelo interpretativo entre dos de los grandes del cine francés es otro de los alicientes. Siempre he pensado que Jean-Louis Trintignant era mejor actor que el guapo Alain Delon. Aquí la balanza está muy equilibrada
Una peli estupenda. Una lástima que esta joya no sea recordada.
De la Iglesia ha cogido la idea y la elevado hasta el infinito y más allá.
Como buen bilbaíno al director de La Comunidad le gusta hacer las cosas a lo grande.
Hay que reconocer que rueda magníficamente las escenas de acción. Con tan solo 4 millones de euros de presupuesto alcanza resultados de máxima espectacularidad.
Durante todo el metraje se pueden encontrar elementos valiosos. Diálogos chispeantes, ideas geniales o, al menos, originales… Se nota la mano de su coguionista habitual Jorge Guerricaechevarría.
Hay mucho humor, mucha acción y algo de terror. Lo que más miedo me dio fue ver a José Luis Moreno en la tele del bar de Zugarramurdi.
La historia es devorada por el propio exceso. La hipérbole es tan desmedida que puede resultar indigerible.
La Venus de Willendorf mastodóntica en esa cueva es el colmo del despropósito.
Para soportar esta bacanal de sinsentidos hay que dejarse arrastrar por el juego, dejarse llevar. La reflexión ha de quedar desplazada por la imagen, si no puedes acabar ingresado en un box de urgencias psiquiátricas.
Estoy en muchas cuestiones con las tesis de la peli: Dios es mujer. Los hombres son tontos. Las mujeres son unas brujas…
Los actores todos muy bien. Carolina Bang impresionante (quiero una). Mario Casas cada vez me parece mejor actor.
Las señoras de Bilbao (Santiago Segura y Carlos Areces) muy graciosas. Es curioso que al verlos identificamos de inmediato a los actores pero eso no impide que nos abstraigamos y percibamos a los personajes.
Me viene a la cabeza un viejo chiste.
– ¿Qué harían las mujeres si los hombres desaparecieran de la faz de la tierra?
David Galán Galindo primero presentó su corto y después agradeció el segundo premio.
Dentro de esta sección se han visto cosas estupendas.
Push up destaca porque es tremendamente gracioso. No pude evitar reírme a mandíbula batiente.
David contó que en un curso en su colegio había 28 chicos y solo dos chicas. Años después se encontró con una de las muchachas y ésta le contó lo mal que lo había pasado. Él pensaba que estas chicas habían estado encantadas al poder eligir entre tantos.
Otros van al psicoanalista. Él prefiere hacer cortos que le resultan terapéuticos.
Y efectivamente ver Push up tiene carácter medicinal.
Aitor Marín Correche es el director, guionista, montador, productor, distribuidor y encargado del sonido de este original corto que le habrá costado trabajo pero pocos euros.
Un ejemplo brillante que con nada se puede hacer mucho.
La idea es divertida. Su desarrollo entretenido. Te quedas deseando saber más, por lo menos lo que dice el cartelito.