Se trata de un drama, más bien un dramón, disfrazado de comedia.
Presentado en el FESCIGU 2013 en la Sección Juventud Acumulada.
Es atrevido plantear el problema de la demencia desde un punto de vista cómico. Pero en absoluto se trivializa la cuestión, un peligro en el que hay que evitar caer.
Con escenas ocurrentes y desde puntos de vista diversos la historia discurre muy ágilmente.
Parece increíble que en 13 minutos se cuente una historia tan compleja y tan intensa.
Personajes entrañables a los que se comprende y a los que se les coge cariño.
En la Sección Juventud Acumulada del FESCIGU 2013 se presenta esta joya.
El peso dramático recae en una maravillosa Asunción Balaguer que da una lección de interpretación. Emotiva, sincera, entrañable, verdadera.
Se desarrolla en un piso de la mejor ciudad del mundo, que como todo el mundo sabe es Zaragoza. Desde un balcón de esa casa se ven las torres del Pilar y de El Aseo.
Este corto de ficción habla de la soledad y de los mecanismos que se llegan articular para combatirla.
Sin diálogos cuenta una historia entretenida y emotiva.
Sabe sacar el máximo partido de los niños actores. Mirko Talon está extraordinario.
Su final es tan previsible como maravilloso. El suponer lo que va a pasar y que suceda produce siempre satisfacción en el espectador.
Nunca he tenido complejo de gafotas. A los 12 años les pedí a mis padres que me pusieran lentes porque en clase no veía la pizarra. No olvidaré cuando salí de la óptica con mis gafas nuevas. Ante mí se presentó un mundo maravilloso. Podía ver a lo lejos. Todo era más bonito, con más color. El mareo inicial se pasó enseguida.
Uno de los mejores inventos y del que más he disfrutado en mi vida han sido las gafas. Yo soy un gafotas convencido.
Ignacio Sepúlveda es un niño prodigio. Con tan solo 23 años ya tiene bastante experiencia en la dirección de cortos, siento éste su quinto cortometraje profesional.
Se presenta en la Sección Sin Desintegrar del FESCIGU 2013.
Dos personas dialogan en la sala de espera, con buen humor se cuentan su vida y congenian. Con naturalidad, con sencillez. Todo se desarrolla fluidamente.
Lamento tener que decir que el actor Carlos Manuel Díaz no me ha gustado. Tal vez sobreactuado. Tal vez mal maquillado.
Ha contado con la actuación de una actriz tan conocida como Manuela Vellés.
El planteamiento es interesante. Un astronauta va a ser hibernado para realizar un largo viaje, enamorado de la doctora que lo va a dormir duda sobre su destino…
Rodado con muy escasos medios. Cuando le van inyectando las drogas ni siquiera lleva puesto un pulsioxímetro, por lo que esos planos resultan muy poco creíbles.
Todo se queda en una buena idea que en tan poco tiempo no es bien desarrollada.
Éste ha sido el primer cortometraje que se ha proyectado en el FESCIGU 2013 en la Sección Oficial.
Xavi Sala, su director, es profesor de guión y tiene mucha experiencia en el mundo del cortometraje.
El nacimiento nos presenta bien el asunto y los personajes. Enfrenta dos situaciones antagónicas que terminan confluyendo. El problema de los que quieren ser padres y no pueden y el de los que lo van a ser sin desearlo.
Los biopic son siempre complicados. Intentar abarcar un largo espacio de tiempo implica usar mucho la elipsis lo que suele dar a la narración un estilo como a saltos.
Está fuera de toda duda que Steve Jobs es uno de los grandes personajes del siglo XX. Apple se ha terminando convirtiendo en una especie de religión al igual que la termomix.
Cuando un individuo se compra una termomix su vida cambia y mira por encima del hombro al resto de los mortales que no la poseen. Lo mismo ocurre cuando lo que se adquiere es un producto de la empresa de la manzana mordisqueada.
La posesión de un iphone o un ipad o un ordenador iMac te eleva a un nivel superior. Te conviertes en esa religión y todo lo demás es una porquería comparado con lo que tienes.
El sumo sacerdote de esta secta era Steve Jobs. Un personaje controvertido pero que es clave para comprender cómo el ordenador pasó de ser un elemento para científicos a dar el salto a todos los hogares y que consiguió que la tecnología sea de acceso común.
Vayamos a la peli.
Su desarrollo se tambalea entre la hagiografía y la crítica. Hay cierto empeño en presentar a Jobs como un visionario.
Abundan los discursitos de estímulo empresarial que a mí me parecen vacíos e innecesarios, pero deben gustar mucho a los norteamericanos.
El aspecto más positivo de la peli es mostrarnos la prehistoria de la informática que resulta de lo más interesante.
Jobs representa el mito americano a la perfección, el hombre que consigue ser millonario sin casi formación pero con muy buenas ideas.
La historia se extiende demasiado en los líos empresariales que resultan incomprensibles y aburridos.
Se ve claro que se han esforzado para que los actores se parecieran a los personajes.
Se ha hablado mucho como Ashton Kutcher se ha mimetizado en el personaje. Pero detrás de esos andares y esa barbita aparece un actor interpretando y en ningún momento me abstraigo viendo a Steve Jobs.
Kutcher siguió durante el rodaje la misma dieta de frutas y semillas que Jobs, pero debe ser más flojo porque lo tuvieron que hospitalizar por esta cuestión.
Acudo semanas después de su estreno para evitar a las seguidoras.
Para mí el presunto atractivo de esta peli consiste en intentar comprender porque ha sido un éxito entre el público adolescente, aunque mucho menos que la Saga Crepúsculo.
Hay un batiburrillo de especies (o lo que sean): mundanos, cazadores de sombras, brujas, diablos, vampiros, hombres lobos…
Las escenas se suceden sin orden ni concierto intentando asombrar al espectador pero consiguiendo trasmitir solo desgana. Ni siquiera las escenas de peleas entre vampiros y cazadores están bien rodadas, hay confusión y desorden. Solo un tonto puede pensar que empalmando planos de 2 segundos se crean escenas de acción.
Se insertan rollos de amor homo con calzador y un conato de incesto mojigato.
El rollito de los hermanos con padre malo-malísimo recuerda, patéticamente, a Star Wars.
La hija de Phil Collins tiene menos encanto que un cactus.
El trailer echaba para tras a cualquiera y desde luego a mí. Pero alguien (traicioneramente) me dijo que no estaba mal (no lo olvidaré).
El director y también guionista (como en todas sus películas) nos presenta una situación absurda con tres personajes penosos.
El personaje de Adrián Lastra es especialmente insoportable. Dan ganas de coger una recortada y terminar con su sufrimiento y el mío. Tal vez me haya pasado. Por ser más diplomático: lo suprimiría del guión.
No hay nada más penoso que pretender ser gracioso y no conseguirlo. Yo de esto sé mucho por experiencia personal.
A los personajes de esta falsa comedia les pasa eso exactamente.
Los únicos que se libran del ridículo son Raúl Arévalo y Antonio de la Torre. Los dos eficaces, intentan mantener el tipo, a duras penas, en situaciones inverosímiles que provocan vergüenza ajena.
La chicas (Clara Lago y Inma Cuesta), en cambio, están estupendas y dentro de lo que permite el guión lo hacen lo mejor que pueden.
Las escenas absurdas se suceden sin orden ni concierto. Sin ritmo, con tedio. Todo muy penoso.
Hasta el número musical es horroroso.
Pero al final me compadecí de los personajes y me cayeron, sino bien, algo menos mal.
Todo me recordaba las comedias más casposas y deprimentes de otras épocas.
Cuando llevo un rato observando esta AzulOscuroCasiNegro me doy cuenta que ya la había visto y la había olvidado.
Lo peor que le puede pasar a una peli es que no la recuerdes. Eso significa que no te ha impresionado. Lo que conmueve no se olvida. Lo anodino pasa de largo.
Comprendo bien a los personajes de Marta Etura y Antonio de la Torre con dos magníficas actuaciones. Pero el papel de Quim Gutiérrez no está bien construido, con demasiadas contradicciones.
La trama avanza con irregularidad y si la peli se salva es por un Antonio de la Torre tan inspirado y eficaz como siempre. Da humor y espontaneidad a la historia.
Para ser una opera prima hay que reconocer que está bien rodada, con eficacia, pero adolece de pulso narrativo.
Me despierto después de una larga siesta. Me asomo a la terraza y seguía lloviendo a mares. Es lo que tiene la gota fría.
En un hotel de playa si no hay sol y calor estás más perdido que un torero al otro lado del telón de acero.
Enciendo el televisor. Comienzo a hacer zapping. En la Sexta 3 Sean Thornton acababa de bajarse del tren en Castletow y preguntaba como llegar a Innisfree.
Me invade una gran felicidad. Pongo el sillón delante del televisor y comprendo que voy a pasar una tarde estupenda viendo The Quiet Man.
Considerada como una de la mejores pelis de la historia del cine.
Ford compró los derechos quince años antes que consiguiera la financiación necesaria para rodarla. Los productores la consideraban una historia ñoña.
Desde su estreno fue valorada como una peli de culto, una obra maestra.
Obtuvo dos oscars, al mejor director y a la mejor fotografía en color, y siete nominaciones.
Con esta peli se demuestra lo gran director que era John Ford y lo gran actor que era John Wayne.
Él era el primero que se minusvaloraba. El propio Ford se definía como hacedor de westerns. Aunque Orson Welles opinaba que los tres mejores directores de la historia del cine eran: John Ford, John Ford y John Ford.
John Wayne tampoco fue considerado un gran actor a pesar que demostrara lo contrario en muchas películas. Hombre con un físico impresionante. Interpretó magistralmente papeles muy diferentes.
Como siempre, en las películas del genial director, todos los personajes tienen pasado y cargan con él. En absoluto son personajes planos.
Se ha dicho que Ford pretendía reflejar el verdadero espíritu irlandés. Y lo consigue. Vaya que lo consigue.
Nos pinta a unos irlandeses obstinados, tercos, amantes de las peleas y de la cerveza, aferrados a sus costumbres…
Si bien es verdad que en El hombre tranquilo no hay malos.
Maureen O’Hara está maravillosa y Ford sabe sacar el máximo partido a su belleza.
El tono de comedia, edulcorada, no decae durante todo el metraje.
Cuando Ford proyectó a los productores la película y vieron que duraba 129 minutos, le dijeron que debía reducirla a 120 minutos, que era lo que se consideraba se podía soportar sentado.
Ford enfadado intentó volverla a montar. Unos días después pasó la peli sin tocarla y a los 120 minutos terminaba bruscamente, a mitad de la pelea entre Sean Thornton y su cuñado Will Danaher. Los productores dijeron que eso era imposible. Ford se terminó saliendo con la suya.
Los exteriores de la peli fueron rodados en Irlanda y los interiores en Los Ángeles.
La historia de un asesino a sueldo que planea un encargo y su coartada con meticulosidad.
Es cine negro pero depurado y envasado al vacío para con los mínimos recursos formales presentarnos una historia potente y sin fisuras.
Un Alain Delon hermético, parco en palabras y en gestos que se mueve como pez en el agua en este thriller que tiene mucho de crepuscular. Conocedor de su trágico futuro lo afronta con dignidad.
Destacar la estimulante aunque breve presencia de, su entonces esposa, Nathalie Delon. Una belleza fría y leal.
El comisario interpretado por François Périer es un hombre meticuloso que conoce el trabajo policial y no da puntada sin hilo.
Una peli arrebatadora a pesar de la aparente frialdad de su cámara.
Para esconder un lío de faldas del presidente de los USA, un publicista y un productor de Hollywood se inventan una guerra.
La peli avanza sin dar tregua. Los problemas que les surgen son resueltos con imaginación.
La cortina de humo es una sátira superdivertida.
Hay frases lapidarias pero verdaderas como puños: La verdad es lo que sale en televisión.
A estos dos estrategas (por llamarlos de alguna manera) les da igual lo cierto lo que importa es lo que se ve en la caja tonta. Lo que ven los espectadores/votantes desde el sofá de sus viviendas es lo que conforma la opinión y en definitiva el voto.
El poder de los medios de comunicación y la influencia de los creadores de opinión se ha visto atenuada en los últimos años con la aparición de las redes sociales. No olvidemos que cuando esta película se realizó no había Facebook, ni Twitter, ni Youtube. En los últimos 15 años la tele ha dejado de tener el monopolio de la manipulación informativa.
Esta peli se realizó antes que Bill Clinton se viera envuelto en el escándalo con la regordeta y guarra Monica Samille Lewinsky. Digo lo de guarra porque nadie limpio guarda un vestido manchado de esperma en el armario sin lavarlo.
Es curioso que en los USA se puede perdonar empezar una guerra pero no se disculpan los asuntos extramatrimoniales. En otros países como en Italia ayudan a ganar elecciones. En España se perdona todo.
El título de la peli hace referencia a un proverbio oriental que traducido al refranero español viene a decir: Dios los cría y ellos se juntan.
Círculo Rojo es puro cine negro con personajes oscuros pero que irremediablemente nos caen simpáticos, aunque no se esfuerzan nada para conseguirlo.
El guapo Alain Delon sale de la cárcel con la idea de volver a delinquir y arreglar cuentas con los que ahí le dejaron.
Gian Maria Volonté huye de la policía después de una espectacular fuga de un tren.
El destino los une. Los dos son buenos profesionales en lo suyo. Callados, enigmáticos. No conocemos nada de su pasado. Pero intuimos que su futuro no va a ser halagüeño.
Jean-Pierre Melville demuestra tener un gran pulso narrativo. La secuencia del robo es magistral. Dura 25 minutos. Relatada con detalle, sin palabras. Mantiene la tensión a límites muy elevados.
Pero los policías no son tontos. El comisario Mattei es un hombre eficaz, meticuloso. Papel desempeñado por Bourvil. De él se nos cuenta algo más que del resto de los personajes. Vive acompañado de unos gatos y su vida es el trabajo.
El cine de Jean-Pierre Melville es el que me a mí me gusta. El espectador descubre la película no se la cuentan. Los diálogos son escasos, ¿para qué verbalizar lo que ya vemos?
Una excelente película. Lástima que directores de esta talla sean desconocidos.
En la peli de los sesenta se nos presentaba un grupo idílico con todos los clichés de la época. Un marido pluriempleado, una madre dedicada al hogar, unos hijos como mucho traviesos y un abuelo (lo mejor) un Pepe Isbert al que se le pierde el más pequeño, el inolvidable Chencho (interpretado por Alfredo Garrido). Todo muy edulcorado, en una promoción descarada del fomento de la natalidad del Régimen.
En esta familia del siglo XXI hay muchos conflictos. El padre abandonado, un hijo depresivo, otro deficiente mental, dos compitiendo por la misma chica y el quinto que se casa a los 18 años el mismo día en que la selección de fútbol española ganó el mundial.
Esta familia es más realista, más compleja, más difícil.
Sánchez Arévalo acierta en plantear que esta familia numerosa se crea intentando emular Siete novias para siete hermanos. Efectivamente hay pelis que marcan una vida y que incluso la determinan. A mí esa idea me parece tremendamente atractiva.
Acierta también con los actores. Todos estupendos. Sus actuaciones están bien medidas y no hay nadie esperpéntico. Gloriosa la intervención de la abuela con EPOC y fumadora activa, esta actriz es la madre del director (Carmen Arévalo).
Pero los tres actores que me impresionaron son el trío de jovencitos que interpretan a Efraín, Mónica y Carla (Patrick Criado, Sandra Martín y Arantxa Martí). Pletóricos de frescura y juventud. Emotivos y vibrantes. Maravillosos. Con una relación tan complicada como saludable.
Alicia Rubio (Marisa, la prima suelta) divertidísima.
Pero (siempre hay peros) la historia discurre de manera irregular, con demasiados cambios. Se peca de querer contar demasiadas cosas algunas innecesarias que nos llevan al melodrama barato.
Aún así el resultado es más que aceptable. En absoluto se trata de una comedia descerebrada. Hay carga en la historia, en los personajes. Está bien rodada con momentos, incluso, brillantes.
La Gran familia de los sesenta era más feliz pero era mentira. La de este siglo es una familia de verdad, con rencillas, envidias, recelos, secretos…
Creo que es la primera peli que veo de este director.
Judío de origen alsaciano luchó con el ejército francés en la Segunda Guerra Mundial, después con la resistencia gala y posteriormente con las tropas de la Francia Libre del General de Gaulle.
Cineasta admirado por los críticos pero desconocido por el gran público.
Independiente del movimiento de la Nouvelle Vague reconocía influencias del cine de Renoir. Los directores de su época le apreciaban y por eso intervino en varias películas como actor.
El ejército de las sombras es un homenaje a la Resistencia francesa.
También hay una crítica al colaboracionismo. No olvidemos que gran parte de los franceses o colaboraron con las tropas alemanas de ocupación o simplemente no hicieron nada en su contra.
Los propios franceses encarcelaron a resistentes, judíos, comunistas…
Más que la historia tienen interés los personajes. De hecho no sabemos, la mayor parte de las veces, en que están metidos.
Asistimos a sus conversaciones y sus preocupaciones con interés, a pesar que la mayoría son herméticos y poco comunicativos.
Lino Ventura es el protagonista y el avance de la peli le va siguiendo.
No hace mucho pudimos ver la anterior peli de este director Blue Valentine, alabada por la crítica pero que a un servidor no me terminó de convencer.
Cruce de caminos es el título en España. En su origen es “The Place Beyond the Pines” que traducido sería algo así como “Más allá de los pinos“. Tal vez en castellano (por esta vez) sea mejor.
Las vidas de dos familias de diferente estatus social se cruzan y eso marca la vida de sus descendientes.
Un suceso (que no voy a relatar) permite que uno de sus protagonistas ascienda y otro… (mis labios están sellados).
Hay dos grandes aspectos positivos en esta peli. Uno la historia. Un guión sólido, que no pierde el interés, lleno de matices de sentimientos. Triste, desolador, entretenido.
El otro aspecto de interés son los actores.
Ryan Gosling, comedido, da una lección de cómo con poco ofrecer mucho al espectador.
Bradley Cooper que demuestra que no solo es un guaperas. No tan brillante como Gosling pero sí eficaz.
Eva Mendes maravillosa con una interpretación conmovedora. En su cara después de los 15 años, que trascurren en la historia, se refleja la mala vida que ha llevado. En su rostro atormentado se ve con nitidez el trabajo y el sacrificio que le ha supuesto sacar a su hijo a delante. Pero a pesar de todo sigue siendo bella, esa belleza que nace del espíritu. Ya sé que es prematuro pero yo veo calidad sobrada en su interpretación para merecer el oscar.
A pesar de las dos horas y veinte minutos de duración la historia no desfallece.
Lo peor es la forma de filmar de su director, Derek Cianfrance, que, para parecer original, abusa de los primeros planos en ocasiones con desenfoque. Aunque reconozco que las escenas de persecuciones las rueda con energía.
El comienzo es brillante sin casi diálogos durante casi media hora.
Vin Diesel interpretando a Riddick es un héroe solitario que vaga por el desierto. Las comparaciones con el western son inevitables y tal vez en ello radique su máximo atractivo.
Porque Riddick es un western galáctico con todos sus elementos incluidos los cazarecompensas. ¿Y que serían los bichos alienígenas? Sin duda alguna son los indios.
El personaje de este asesino de infancia triste llevado por el destino es interesante con su chulería y su astucia incluidas en el paquete (literalmente). Comparado con el resto de los personajes está claro que es el puto amo.
Jordi Mollà interpreta a un malo-malísimo llamado Santana con una aire ligeramente cómico.
Lástima que el final resulte previsible y por ello menos emocionante de lo deseado.
En absoluto se trata de una gran superproducción. Su coste ha sido de unos 38 millones de dólares. Es una producción independiente que Vin Diesel financió con su propio dinero como una apuesta personal.
Aquí se ha perdido el efecto sorpresa y se apuesta por dar más de lo mismo pero aumentado.
A Dave Lizewsk – Kick-Ass se le unen una banda de pringadillos con ínfulas de superhéroes que resultan de lo más enternecedor. Hay que excluir al Colonel Stars and Stripes perpetrado por el controvertido Jim Carrey que afortunadamente es asesinado en la peli.
De Jim Carrey se podría hablar mucho pero en esta producción quiere ocupar un papel destacado que está fuera de lugar. Además después de prestarse a hacer su personaje salió diciendo que estaba arrepentido de intervenir en una peli tan violenta. Todos sabemos que este actor es sobradamente conocido por sus interpretaciones en obras de William Shakespeare.
Esta niña tiene un algo especial que hace que la cámara la adore. Cuando está en plano eclipsa a todos los demás actores. Tiene esa magia que pocas actrices han tenido a lo largo de la historia del cine. Si elige bien sus papales tiene el mejor de los futuros.
Su personaje (Hit-Girl) sigue siendo el más potente de esta saga. El conflicto que se le plantea es de lo más interesante. Hacer lo correcto, que es lo que le dice su tutor o eligir lo que ella de verdad quiere. Esto se inserta en ese duro mundo de los institutos americanos donde ser popular lo significa todo.
Hay escenas realmente violentas pero tamizadas con un particular sentido del humor al estilo Tarantino que las hacen más tolerables.
Dentro del panorama actual de cine de escombro esta Kick-Ass 2: Con un par es como un soplo de aire fresco.
Hasta el Hijoputa, el malo de la peli, da cierta pena vestido (trasvestido) al modo sadomaso. Malvado por vocación pero incapaz de pegar a nadie, necesita de su dinero para contratar esbirros que le hagan lo que él es incapaz de hacer. El más pringado de todos.
Todos podemos coincidir en que Roland Emmerich tiene algún problema. Le gusta demasiado destruir. Si mis cuentas no fallan ésta será la tercera vez que destruye La Casa Blanca.
Asalto al poder tiene elementos de autoparodia que la hacen divertida ocasionalmente y otros momentos de exaltación patriótica que también despertaron carcajadas en los críticos en el pase de prensa.
Hay un plano en que una niña enarbola la bandera presidencial que a mí me hizo llorar de risa.
Es otra nueva superproducción que ha costado unos 150 millones de dólares. Imaginad la cantidad de pelis que se podrían hacer en España con esa cantidad.
Se está implantando el cine de escombro donde se destruye a troche y moche en una verbena interminable de explosiones, colisiones, demoliciones e incendios.
Es cine basura que pretende entretener como si diversión y sentimientos o inteligencia fueran incompatibles.
A mí me divierte más El hijo de la novia (por poner el primer ejemplo que se me ocurre) que esta porquería.
Pero no todo es basura. En medio de todo este berenjenal de artificio hay toques de humor y un gran personaje como el Guía de visitas de la Casa Blanca (interpretado por Nicolas Wright) que no consigue salvar la peli pero es lo único que merece ser recordado.
Hace unas semanas vi Objetivo: La Casa blanca que inexplicablemente me gustó, tal vez por que sus pretensiones eran menores.
Al final del metraje Asalto al poder se intenta convertir en un thriller, resultando bochornoso.
Lo peor de todo es que me lo pasé bien. Pensaba: cuando haga la crítica podré ser cruel.