M. Night Shyamalan ha tenido momentos brillantes en su carrera y otros mucho menos vistosos.
Hace 19 años cuando se estrenó El protegido me convertí en incondicional de esa película.
Para mí el retrato más fiel y sincero de un super-héroe.
Bruce Willis encarnaba a un individuo corriente, un poco triste, que descubría que no era normal.
El mundo del cómic se encarnaba en la realidad.
Esto Shyamalan lo hacía antes del ataque de las Torres Gemelas, antes que el mundo necesitara salvadores y los super-héroes tuvieran una razón para existir, para llegar a librar al mundo de la catástrofe del mal.
Siempre he defendido que El protegido es la mejor peli de super-héroes, por ello cuando me enteré hace meses de una secuela de la peli de hace casi dos décadas me puse en tensión.
La aparición de David Dunn al final de Múltiple me confundió.
El director de origen indio, aunque criado en los USA, pensaba cerrar dos películas con una secuela común.
Un reto difícil.
Había muchos riesgos. El primero que el realizador perdiera su sello personal y se adaptara a las modas actuales en las que la acción lo ocupa todo y los personajes solo estuvieran al servicio de las peleas y el segundo ejecutar un bodrio aburrido, que no gustara ni a los incondicionales de su filmografía.
Pero, contra todo pronóstico, sale airoso de este envite.
Sabe dar vida a los personajes, cuestionar y que se cuestionen su propia identidad, y crear una historia consistente, al ritmo que el director marca, con la acción necesaria, pero sin que coma el fondo, todo ello con elegancia con una cámara bien colocada.
Además vuelve a enlazar el mundo del cómic con sus personajes, presentando a los tebeos como verdaderos comunicadores de una realidad que aparece oculta a la opinión pública y que un grupo de intereses quiere mantener en el anonimato, desterrando al cómic al infierno de la subcultura, como un ámbito reducido a un grupo de frikis que más que respeto precisan atención psiquiátrica.
Siempre he sido fan de Bruce Willis, uno de los mejores actores de la historia del cine, despreciado por el culturetismo imperante, al que espero y deseo que el tiempo ponga en su sitio.
Aquí está comedido y reposado, siguiendo perfectamente la estela que marcó en el año 2000.
James McAvoy da un recital de histrionismo al servicio perfecto de su personaje. Ayuda mucho ya conocerlo de Múltiple. Un auténtico derroche de energía. Tan agotador como fascinante.
Don Cristal es un personaje que me apasiona. No tiene poderes, tiene super-defectos, pero con una inteligencia y una astucia privilegiadas.
Samuel L. Jackson lo tiene fácil con su interpretación, con cuatro muecas bien dosificadas cumple a la perfección.
Esta trilogía que ahora se completa es para mí sencillamente perfecta.
Hace muchos años decidí liberarme de las cadenas del culturetismo y manifestar mis preferencias aunque sean tachadas de estupideces y yo parezca poco cultivado.
En Twitter hace unas semanas alguien me llamó analfabeto de cine porque no me había gustado la última peli de Richard Linklater.
Por supuesto bloqueé a este individuo, que no se merece respuesta alguna. Una cosa es discrepar y otra es insultar.
Pero con esto se comprueba que hay una especie de corriente dogmática cultural en la que si no amas 2001: A Space Odyssey o no adoras a Linklater eres un inculto, un espécimen indigno de respirar el mismo aire que una persona intelectual y bien formada.
Hace unos meses cuando afirmé que Bruce Willis era uno de mis actores favoritos, en el Taller de Cine de Azuqueca de Henares, se despertaron gestos de desaprobación y desprecio junto con alguna risita.
Como decía Clark Gable en Lo que el viento se llevó: “sinceramente querida, me importa un bledo“.
En las entrevistas de Guadalajara de Cine disfruto mucho oyendo las opiniones de personas aficionadas al cine que no son cinéfilos oficiales y desprecian Ciudadano Kane y les gusta Grease o Bamby.
Muchas veces me dicen: “tienes que invitar a fulanito o menganito, que sabe una barbaridad de cine, que ha visto pelis muy raras“. Pues eso me inspira menos que entrevistar a gente corriente, con sus filias y sus fobias de personas normales, que aman el cine y se expresan sin complejos sobre sus preferencias.
A lo que iba. Bruce Willis es uno de mis actores favoritos, pero con la voz del actor de doblaje Ramón Langa. Estos dos actores componen un personaje para mí perfecto.
El bueno de Bruce nunca entrará en el círculo cultureta, es un héroe de acción, ha protagonizado éxitos comerciales y películas sumamente divertidas todo eso es veneno para un cultureta de pro, un cultureta como Dios manda.
Willis en El justiciero compone, magníficamente, un personaje defraudado con la sociedad en la que le ha tocado vivir, un buen hombre, un buen cirujano que salva vidas sin importar si son buenas o malas personas, como debe ser.
Su depresión, su duelo lo va a superar gracias a que decide tomarse la justicia por su mano. Eso le hace sentirse mejor.
Bruce está perfecto en ese papel de hombre frustrado que intenta hacer el bien, que busca la justicia y la redención personal.
Además la peli incluye la polémica que se crea en la sociedad ante estos hechos, cuestión que se echa de menos en muchas pelis de super-héroes.
Eli Roth sabe componer una peli equilibrada con potentes escenas de acción, violencia, incluso gore, con otros momentos más relajados que permiten al espectador descansar. Hay pequeños toques de humor que se agradecen.
El conjunto resulta muy entretenido y ver a Willis, a sus 63 años, en plena forma es un placer.
Hay que agregar que es un remake de El justiciero de la ciudad de 1974, dirigida por Michael Winner y protagonizada por Charles Bronson.
Esta vez las risas frecuentes de Mercedes y Daniel me han permitido hacerlo más aún.
Su estética me fascina. La encuentro de una belleza que me arrebata.
Ese barroquismo expresionista formal, llevado al límite, me deja sobrecogido.
Las historias son cine negro puro y duro.
Con héroes de pasado oscuro, personajes de conducta reprochable, moralmente ambiguos que por amor cometen crímenes horrendos.
Con mujeres fatales, que arrastran a los protagonistas a la perdición.
Porque todas las historias lo son de amor.
Contrasta la fealdad de los hombres, mucho más los malos, con la belleza de las chicas.
Esa es una de las cuestiones que más me gustan. Salen unas mujeres impresionantes.
Además el exceso en la violencia, que sobrepasa el gore, le da un tono caricaturesto, de cartoon cómico-festivo que celebro.
Ya se que todos esperáis que diga que la voz en off es excesiva.
Pues efectivamente, aunque en algún momento puede ir bien, sobra casi toda.
Es lo peor de esta peli.
Si se prescindiera de este recurso narrativo que tanto detesto se ganaría mucho.
Me lo he pasado fenomenal.
La estructura narrativa:
Son tres historias con un prólogo y un epílogo.
Prólogo: El cliente siempre tiene la razón 1/2
Primera historia: Ese bastardo amarillo 1/2
Segunda historia: El duro adiós
Tercera historia: La gran masacre
Cuarta historia: Ese bastardo amarillo 2/2
Epílogo: El cliente siempre tiene la razón 2/2
Los personajes:
El cliente siempre tiene la razón:
Josh Hartnett como El coronel/El vendedor/El hombre.
Marley Shelton como La cliente.
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El duro adiós:
Jaime King como Goldie y Wendy.
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Jessica Alba como Nancy Callahan.
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Mickey Rourke como Marv.
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Elijah Wood como Kevin.
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Carla Gugino como Lucille.
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Rutger Hauer como Cardenal Patrick Henry Roark.
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Jason Douglas como Francotirador.
Frank Miller como Cura.
Brittany Murphy como Shellie.
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La gran masacre:
Rosario Dawson como Gail.
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Benicio del Toro como Detective Jack “Jackie Boy” Rafferty.
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Brittany Murphy como Shellie.
Clive Owen como Dwight McCarthy.
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Michael Clarke Duncan como Manute.
Devon Aoki como Miho.
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Alexis Bledel como Becky.
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Patricia Vonne como Dallas.
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Nicky Katt como Stuka.
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Ese bastardo amarillo:
Jessica Alba como Nancy Callahan.
Bruce Willis como John Hartigan.
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Nick Stahl como Roark Junior.
Powers Boothe como Senador Roark.
Michael Madsen como Bob.
Britanny Murphy como Shellie.
Jude Ciccolella como Comisario Liebowitz.
Rick Gomez como Douglas Klump.
Nick Offerman como Burt Shlubb.
Epílogo:
Josh Hartnett como El coronel/El vendedor/El hombre.
Alexis Bledel como Becky.
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Los directores Robert Rodriguez, Quentin Tarantino y Frank Miller:
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Anécdotas y curiosidades:
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Sin conocerse:
Debido a la forma en que la película se rodó, Mickey Rourke (Marv) y Elijah Wood (Kevin) nunca se conocieron hasta después que la película se estrenó.
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Las espaditas:
Las espadas utilizadas por Miho (Devon Aoki) en esta película son las mismos utilizados por algunos de los 88 en Kill Bill: Volumen 1 (2003).
El director de esa película, Quentin Tarantino, las había estado guardando en la parte posterior de su garaje.
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El guión:
Robert Rodríguez ha dicho que él no considera que esta película sea una adaptación sino una traducción del cómic al cine.
Es por esto que no hay autores del guión en los créditos.
La única mención de la escritura es Frank Miller como el creador de las novelas gráficas.
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Brittany Murphy:
A pesar de aparecer en tres de las principales historias, Brittany Murphy filmó todas sus escenas en un día.
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Jessica Alba desnuda:
Jessica Alba no sabía cómo de insinuantes eran las imágenes de su personaje Nancy.
Solo lo supo una vez había firmado el contrato.
El guión originalmente tenía varias escenas de desnudos para el personaje, pero Alba se negó a hacer cualquier desnudez.
Robert Rodríguez y Frank Miller pensaron que no eran importantes para el desarrollo de la trama, por lo que no lo discutieron.
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Varias historias:
Mientras que las tres historias en la película están basados en “El duro adiós“, “The Big Fat Kill” y “That Yellow Bastard“, así como el corto “El cliente siempre tiene razón“, hay una escena muy breve tomada de la historia “Dame to Kill“, en el que Dwight (Clive Owen) piensa en voz alta en el bar de Kadie cómo Marv “habría estado bien si hubiera nacido hace un par de miles de años.”
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Estudios de Robert:
La mayoría de los efectos especiales de la peli fueron elaborados en los estudios de Robert Rodríguez, cuya sede está a pocos metros de la casa del director.
Robert se niegaba a ir más lejos.
Prefiería estar a apartado de la sede de los grandes estudios.
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El maquillaje de Benicio:
Originalmente Robert Rodríguez no tenía previsto para Benicio del Toro el uso de maquillaje, pero Del Toro insistió en ello.
Tarantino más tarde lo elogió:
– Es tan bueno que la gente realmente no reconocerá a Benicio.
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Conciertazo:
Durante la filmación Rodríguez organizó un concierto de rock en una discoteca local.
La banda que lo habría era la de Robert.
También intervino la de Bruce Willis, llamada “Los aceleradores”.
Todos los intervinientes de Sin City acudieron.
Así como el reparto y equipo de “Una mirada a la oscuridad” (2006), que estaban filmando cerca al mismo tiempo.
Todas las ganancias de la feria fueron donados a obras de caridad.
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Jessica en clubes:
Jessica Alba fue a observar a varios clubes como parte de su investigación para su personaje.
Sin embargo, dijo que no ayudó porque todos los pro-strippers no paraban de darle consejos poco adecuados.
Depp:
Robert Rodríguez originalmente pensó en Johnny Depp para el papel de Jackie Boy. Debido a compromisos previos, Depp no lo pudo interpretar.
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Escenarios:
Aunque la mayoría de la película se rodó en pantalla verde, había cuatro escenarios prácticos creados:
– Barra de Kadie.
– Apartamento de Shellie
– Prisión de Hartigan.
– Celda del hospital en el epílogo.
La barbilla de Elijah:
La forma de la barbilla de Elijah Wood fue cambiada sutilmente en la post-producción para darle un aspecto más inquietante.
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Bofetones:
Contando sólo golpes en la cabeza o la cara, Marv es golpeado 21 veces en el transcurso de la película.
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Diferencia de edad:
En un momento dado, Hartigan resiste las insinuaciones de Nancy diciendo:
– “Soy lo suficientemente mayor como para ser su abuelo.”
Mientras Hartigan (edad 68) es (efectivamente) lo suficientemente mayor para ser el abuelo de Nancy (19 años), en la vida real Bruce Willis y Jessica Alba sólo se llevan 26 años de diferencia.
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Montar un puzzle:
Cada secuencia de esta película fue filmada por separado.
Se añadían nuevos miembros al reparto y se incorporaban en las historias a lo largo de la producción.
En muchos casos, el material fue recompuesto en fase de postproducción, para montarlo de tal manera que pareciera que todo había sido rodado el mismo día.
Un guión de cómic:
Los directores Robert Rodriguez y Frank Miller planearon cada toma de la película tomando como referencia las viñetas del libro original como guión gráfico.
Estilo Miller:
Robert Rodríguez atribuye a Frank Miller enteramente el estilo visual de la película.
Pantalla verde:
Es una de las primeras películas rodada íntegramente en un “plató digital” con pantalla verde.
Cada capítulo…
Con la excepción de “El cliente siempre tiene razón” en algún momento de cada capítulo de la película el narrador dice el nombre de la historia como parte del diálogo.
Beretta M93R:
Una de las armas utilizadas por Hartigan es una Beretta M93R, una pistola modificada y luego se usó en las películas de la saga RoboCop.
Frank Miller co-escribió los guiones de RoboCop 2 (1990) y RoboCop 3 (1993).
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LEV 311:
Tanto Nancy (Jessica Alba) y Wendy (Jaime King) conducen coches con las placas de matrícula “LEV 311“.
Frank Miller utiliza esto en sus historias para señalar a su “chica favorita”.
El número es un guiño a su esposa y colaboradora frecuente Lynn Varley, cuyo cumpleaños es el 11 de marzo.
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Tamaños:
En el cómic Sin City, Marv es un gigante de siete pies, mientras que el cardenal Roark es un enano.
En la película Sin City, Marv (Mickey Rourke) es dos pulgadas más corto que el cardenal Roark (Rutger Hauer).
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Wonder Woman:
Una de las prostitutas en la ciudad vieja está vestida como la Mujer Maravilla (Wonder Woman).
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Jessica para Nancy:
Jessica Simpson hizo una prueba para el papel de Nancy Callahan.
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Bruce Willis y Michael Clarke Duncan:
Esta es la cuarta película que cuentan con miembros del reparto Bruce Willis y Michael Clarke Duncan.
Protagonizaron previamente Armageddon (1998), El Desayuno de los campeones (1999) y Falsas apariencias (2000).
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Kate Bosworth:
Kate Bosworth fue la primera opción para el papel de Gail.
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Lucille y sus actrices:
Uma Thurman, Sarah Jessica Parker, Ashley Judd, Carrie-Anne Moss y Naomi Watts se consideraron para jugar antes de Lucille.
Finalmente fue Carla Gugino.
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Lancelot Owen:
En una escena Gail (Rosario Dawson) se refiere a Dwight (Clive Owen) como “Lancelot“, un caballero de la mesa redonda del Rey Arturo.
Owen interpretó el papel principal en El rey Arturo (2004).
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La secuela:
Rosario Dawson, Mickey Rourke, Bruce Willis, Jessica Alba, Jaime King, y Powers Boothe son los únicos actores del elenco que intervinieron en la secuela de 2014 Sin City: Una dama por La que matar (2014).
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Brittany Murphy y Elijah Wood:
A pesar de que sus personajes no se conocían, ésta es la primera película que está protagonizada por Brittany Murphy y Elijah Wood juntos.
La segunda película es Happy Feet: Rompiendo el hielo (2006), en la que reflejaban una pareja.
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Frank Miller repartiendo bendiciones:
Frank Miller, el co-director y creador de la serie de cómic original tiene un papel como un cura.
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Cerveza Chango:
Cuando John Hartigan (Bruce Willis) entra en el bar de Kadie, Shellie (Brittany Murphy) está llevando una botella de “cerveza Chango“.
Esta es la misma marca ficticia utilizada en otras películas de Robert Rodriguez, incluyendo Desperado (1995) y Abierto hasta el amanecer (1996).
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Las Termópilas:
La estrategia utilizada por Dwight para recuperar el casco antiguo atrayendo a los gángsteres en un estrecho callejón, se basa en la estrategia utilizada por el rey Leónidas de Esparta para atrapar al ejército persa en la batalla de las Termópilas.
La película 300 (2006) se basa en un libro escrito por Frank Miller acerca de esta batalla.
Además, el monólogo interior de Dwight, “No hay escape, no hay rendición, sin piedad“, es hablado por el narrador en “300“.
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La flagelación:
De acuerdo con los comentarios de Robert Rodríguez, la secuencia de flagelación entre Amarillo Bastardo y Nancy Callahan se rodó originalmente fiel al cómic.
Considerablemente más largo y más gráfica de lo que aparece en el corte final o la versión extendida.
Rodríguez indicó que el segmento de la tortura cruzaba los límites del mal gusto, incluso para La ciudad del pecado.
Hace veinte años se estrenaba en Cannes. Obtuvo la Palma de Oro. Después fue premiada en los Oscar y en los Globos de Oro al mejor guión. También fue galardonada en los César y en los BAFTA.
La vi cuando se estrenó y varias veces más. Y ahora de nuevo.
Pulp Fiction no ha perdido frescura. Cuatro lustros después sigue siendo una gran peli.
Su guión resulta sorprendente con un montaje que te invita a pensarlo varias veces y te lleva por caminos inesperados.
Todas las subtramas están bien desarrolladas y no hay personaje pequeño.
Todo gira alrededor de un eje central que, paradójicamente, no es el más importante, el gangster Marsellus Wallace. Nexo de unión de todas las historias, por cierto el más humillado de todos.
El maletín con contenido resplandeciente está lleno, como dijo Tarantino, de lo que cada uno pueda imaginar.
Quentin sabe combinar intriga, acción y humor creando una peli divertida, pero, a mi modo de ver, no acierta con los diálogos.
Ya sé que resulta iconoclasta lo que acabo de plantear. Siempre han maravillado estas conversaciones.
A mí me encanta que traten de temas intrascendentes como las hamburguesas o los masajes de pies pero me parecen excesivos. Tanto blablablá me carga. Presiento que después viene una escena de acción y eso me pone aún más nervioso.
Cada vez que John Travolta va al baño se lía parda. Gracias a esta peli este actor resucitó, demostrando que era un buen actor.
Samuel L. Jackson está inconmensurable. Por cierto los versículos de la Biblia que recita son invención, en gran parte, de Tarantino.
Magnífica la intervención de Bruce Willis. Soy total admirador de él. En ambientes culturetas es denostado por haber sido un héroe de acción. En todas las pelis en las que ha intervenido ha hecho grande su personaje. En él se unen un físico potente y una capacidad interpretativa asombrosa. Si a ti no te gusta Bruce Willis, te lo tienes que mirar. Olvida tus prejuicios de universitario intelectual y aprende a apreciar la calidad.
Si hace tiempo que no veis esta peli, a por ella. Vale la pena.
Se trata de una peli de encargo. Es la primera en la que el guión no es suyo y también la primera hecha para un gran estudio.
El nivel es muy inferior al resto de sus filmes. Accedió a realizarla (además de por el dinerito) porque es el tipo de peli que encantaba a su padre.
Se trata de una peli de colegas (buddy movies) con una trama relativamente sencilla. Basada en la supuesta comicidad de Tracy Morgan. A mí este (supuesto) actor me pone de los nervios, su histrionismo sin límites y su estupidez me sacan de quicio.
En contraposición está el gran Bruce Willis capaz de sacar partido de cualquier papel. Su sola presencia mejora el bajísimo nivel de la peli. Las relaciones entre director y protagonista fueron pésimas.
Reconozco que algunos momentos son hilarantes con detalles del director de Persiguiendo a Amy que dan sustancia a la peli.
Pero el pobre Smith no puede hacer más con el pésimo guión que se le ha ofrecido.
Paradójicamente es la peli más taquillera de este director.
Todos podemos coincidir en que Roland Emmerich tiene algún problema. Le gusta demasiado destruir. Si mis cuentas no fallan ésta será la tercera vez que destruye La Casa Blanca.
Asalto al poder tiene elementos de autoparodia que la hacen divertida ocasionalmente y otros momentos de exaltación patriótica que también despertaron carcajadas en los críticos en el pase de prensa.
Hay un plano en que una niña enarbola la bandera presidencial que a mí me hizo llorar de risa.
Es otra nueva superproducción que ha costado unos 150 millones de dólares. Imaginad la cantidad de pelis que se podrían hacer en España con esa cantidad.
Se está implantando el cine de escombro donde se destruye a troche y moche en una verbena interminable de explosiones, colisiones, demoliciones e incendios.
Es cine basura que pretende entretener como si diversión y sentimientos o inteligencia fueran incompatibles.
A mí me divierte más El hijo de la novia (por poner el primer ejemplo que se me ocurre) que esta porquería.
Pero no todo es basura. En medio de todo este berenjenal de artificio hay toques de humor y un gran personaje como el Guía de visitas de la Casa Blanca (interpretado por Nicolas Wright) que no consigue salvar la peli pero es lo único que merece ser recordado.
Hace unas semanas vi Objetivo: La Casa blanca que inexplicablemente me gustó, tal vez por que sus pretensiones eran menores.
Al final del metraje Asalto al poder se intenta convertir en un thriller, resultando bochornoso.
Lo peor de todo es que me lo pasé bien. Pensaba: cuando haga la crítica podré ser cruel.
Acudo al cine a ver esta peli con escasas esperanzas. El tráiler ya lo cuenta todo.
Al comienzo de la proyección me las doy de listillo y pienso: esto es más de lo mismo.
El rollo patriótico de los americanos me produce urticaria. Las escenas de acción rollo super-hombre me abren la úlcera gástrica. El asunto de presidente super-humano con maravillosos vínculos familiares me ocasiona disnea por broncoespasmo.
Pero está todo tan bien rodado, con unas escenas de acción tan bien medidas que la peli me empieza a interesar.
Gerard Butler ejecuta a la perfección su papel que hasta resulta creíble. Hay momentos que parecen Jungla de Cristal con menos humor que Bruce Willis pero con inteligencia.
Los gerifaltes del Pentágono ponen todos cara de susto y da risa verlos.
Conforme avanza la peli me va gustando más. Termino emocionado con el Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
No me reconozco. La peli me ha gustado, está muy bien rodada, me he sentido afectado.
Una de las normas del buen crítico es ser sincero.
Lo voy a ser: Una peli estupenda, entretenida, emocionante, con un guión aceptable. No se puede pedir más. Tal vez haya echado de menos una chica guapa.
¿Empezo a tener mal gusto? o ¿Tal vez o no haya tenido nunca?
Siempre me ha gustado cuando en las revistas se colocan dos críticas sobre una película, una a favor y otra en contra. Me he preguntado como dos críticos pueden tener visiones tan contrapuestas.
Hoy me voy a permitir realizar lo mismo con esta quinta entrega de esta taquillera saga en un ejercicio de trastorno de identidad disociativo.
A favor:
Acudo dispuesto a disfrutar de esta peli. Las escenas de acción se suceden sin descanso no dando un respiro al espectador.
La película trata de manera humorística la relación entre padre e hijo los dos llamados a ser héroes sin quererlo.
El personaje de John McClane se ha ido desarrollando y ha adquirido una categoría de superhéroe. Resulta magnífico ver a Bruce Willis con la camiseta sucia al final de la película sin fracturas ni heridas a pesar de haber pasado por la batidora (casi textualmente).
Lo mejor es dejarse arrastrar por el desarrollo trepidante y disfrutar.
Muchos besos y muchas gracias.
En contra:
Esta quinta entrega del poli de Nueva York, John McClane es una sucesión incesante de fuegos artificiales con mucho ruido y pocas nueces.
John Moore ha convertido a Bruce Willis en una especie de superhéroe indestructible, cuando lo precisamente atractivo del personaje es ser de carne y hueso, que se lesiona, que se mancha, sangra y suda la camiseta.
Aquí inexplicablemennte sufre los más graves accidentes y ni siquiera pone una mínima expresión de dolor. Se ha vuelto resistente a todo y con ello ha perdido todo encanto.
Esta nueva entrega más parece de la destestable saga Misión Imposible que de La Jungla.
El guión tiene una inconsistencia total parece escrito por un mal plumilla en estado de embriaguez absoluta.
El hijo de McClane es absolutamente inexpresivo y colabora a que el tedio sea mayúsculo.
Los escasos momentos de humor son lo único de agradecer pero no sirven para salvar del desastre de esta producción afortunadamente olvidable.
Bruce Willis es uno de mis actores favoritos, ha sido héroe de acción y siempre ha sabido impregnar a sus personajes de humanidad. Ha envejecido con dignidad y no se ha empeñado en ocultar su alopecia. Ha sido también el superhéroe menos convencional en el Protegido. Incluso en películas malas ha sabido aguantar el tipo y ser lo mejor.
Looper es una magnífica peli de ciencia ficción con elementos de thriller y cine de acción y además plantea un dilema moral. Hasta donde serías capaz de llegar por salvar a tus seres queridos.
El viejo Joe, interpretado por Bruce Willis, es capaz de todo por salvar a la mujer que le redimió de una vida vacía que no conseguía llenar con drogas.
El Joe joven (un Joseph Gordon-Levitt maquillado innecesariamente para parecerse al su yo viejo) en cambio parece capaz de todo por mantener su actual vida. Este asesino sin piedad capaz de matar sin miramientos y de traicionar a su amigo por dinero tiene su código moral.
Rian Johnson consigue lo que parece imposible que asesinos despiadados nos caigan bien y que comprendamos sus motivos y el mérito también en parte es de Willis que es capaz de humanizar a su personaje.
El director acierta al plantear como peli de acción un tema tan transcendente y consigue que las piezas del puzzle espacio-tiempo encajen, aunque no hay que meditar demasiado sobre el asunto porque puede producir cefalea.
Hay momentos gloriosos. Willis con sus dos ametralladoras asesinando a diestro y siniestro. Bien por Jhonson que no se recrea en la violencia pero no la elude y además las escenas de acción se entienden y no marean.
Emily Blunt está estupenda y representa la esperanza en todo este tinglado. Ella conoce lo difícil de su misión pero se sabe capaz de asumirla.
El niño Pierce Gagnon da un miedo que te mueres y su actuación es impresionante (para mí que tiene poderes paranormales).
Se nos presenta un futuro que es como el presente pero con más pobres, más marginación, más violencia, más represión, todo más cutre. Un futuro que por el camino que vamos parece el más posible.
No había visto esta peli y siempre había tenido interés en ella.
La intervención de dos grandes del cine, la trama sobre la planificación de un magnicidio y una investigación policial la hacían a priori atractiva.
Tal vez esperaba un relato meticuloso y verosímil, algo paracido a Chacal de 1973 del gran Fred Zinneman en la que todo era perfecto con unos personajes reales de carne y hueso.
En este Chacal de Michael Caton-Jones todo es frustrante. Personajes de caricatura barata. Trama inverosímil con giros inexplicables y penosos. Dramatismo de culebrón venezolano. Escenas insostenibles. Mucho artificio y poca sustancia.
Para colmo de los colmos aparece una etarra llamada Isabel que da entre risa y vergüenza. Si por lo menos se hubiera llamado Maitechu o Idoia.
Es triste ver al gran Bruce Willis interpretando con corrección un personaje sin alma y sin sentimientos. Lo mejor de la peli es ver disfrado a Bruce como un personaje de vodebil.
Alpha Dog es una película de 2006 dirigida por Nick Cassavetes.
Mis amigos de Canet, Xano y Montse, habían venido a pasar un par de días en casa. Habíamos hecho una visita turística por la mañana con un frío terrible y después de la cena decidimos ver una peli. Escogí Alpha Dog. Mis referencias no eran malas y su director Nick Cassavetes parecía interesante.
Nick Cassavetes es hijo del también actor y director John Cassavetes y de la actriz Gena Rowlands, como director su película más conocida es Jonh Q, que no está mal.
Alpha Dog nos cuenta las andanzas de un grupo de jóvenes descerebrados que trapichean con drogas. Las cosas se complican cuando secuestran a un menor sobreprotegido por sus padres que se lo pasa pipa durante el secuestro. Pero el asunto no puede acabar bien y al final todo se complica.
La dirección me pareció torpe abusando del plano-contraplano. Berlanga decía que detestaba esta técnica, a él le gustaban los planos generales y los planos secuencia.
El desarrollo no resulta divertido. Ver a una cuadrilla de subnormales haciendo tonterías y algún delito no tiene ningún interés. Me ocurre igual con Gran Hermano.
Tiene un pequeño papel la entonces jovencísima actriz Amanda Seyfried que vi hace poco en Chloe y ya apuntaba maneras.
Interviene Shawn Hatosy que también actuaba en Teniente Corrupto que hace un buen papel de tonto, servil y despiadado asesino.
La mejor presencia en la peli es la del gran Bruce Willis en una breve actuación pero como siempre magnífico.
La peli no gustó ni a Montse, ni a Xano y mucho menos a Elena. ¿Una noche desperdiciada? Pues no. Esta peli tenía su interés. Comparar al hijo Nick con el padre John. Comparar a estos jóvenes con retraso intelectivo con los muy inteligentes de La Red Social. Comparar un estilo mediocre de realizar pelis con genios tristemente fallecidos. En todas estas comparaciones siempre ganan los segundos.
Por cierto, el fin de semana lo pasamos fenomenal.
El protagonista absoluto de esta peli en un Robert de Niro medio escondido detrás de unas gafas de sol. La cámara lo sigue sin descanso durante unos cuantos días. Es un productor de cine en Hollywood, basado en una persona real, con una vida personal catastrófica con ex-esposas e hijos de diferentes edades, una es Kristen Stewart de moda por la infumable saga de Crepúsculo.
Respecto a su vida profesional es una especie de apagafuegos constante y sin aliento.
De Niro está soberbio y más contenido que otras veces.
En la película aparece la fauna propia del hábitat hollywoodiense:
– Una Jefa de estudio que solo le importa el dinero y capaz de humillar sin piedad.
– Un director de cine que se cree un artista excepcional y que prefiere sacrificar la comercialidad de su película por mantener una secuencia en la que se dispara a un perro. Por cierto el público soporta tranquilamente que acribillen al actor (una colaboración de Sean Penn) y se escandaliza cuando disparan al perro.
– Un actor consagrado que no quiere afeitarse la barba y padece de ataques de ira incontrolables, interpretado por un magnífico Bruce Willis que hace de sí mismo.
– La joven que consigue algún papel en una peli gracias a ofrecer sus encantos sexuales… …
La peli se deja ver, con buenos momentos de humor y con la sensación de tristeza y soledad de fondo.