Dirección: Alberto Rodríguez (Creator), Rafael Cobos (Creator), Paco R. Baños
Guion: Alberto Rodríguez, Rafael Cobos, Fran Araújo, Fernando Léon de Aranoa
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Pau Esteve Birba, Juanma Carmona
Reparto: Pablo Molinero, Paco León, Manolo Solo, Sergio Castellanos, Patricia López,Lupe del Junco, Tomás del Estal, Paco Tous, Cecilia Gómez, Antonio Gil,Javier Botet, Jesús Carroza, Carlo d’Ursi
Productora: Emitida por Movistar+; Atípica Films / Movistar+
Género: Serie de TV. Thriller | Siglo XVI
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Comentario:
La peste nos ofrece una historia laberíntica en una Sevilla convulsa.
La historia criminal me recuerda a la peli de David Fincher, Seven (Se7en).
Una sucesión de crímenes que un dotado detective de la época debe resolver.
Este investigador (Pablo Molinero) esconde un pasado turbio. Es un individuo atormentado y desquiciado.
De fondo, el retrato de una época convulsa y desconcertante, llena de pasadizos y callejuelas oscuras, de prostíbulos al amparo de la Inquisición con enrevesados intereses, de protestantes y conspiradores en una Sevilla, la capital del mundo, que recibía el oro de las Indias.
Esa América, tierra de oportunidades a la que se embarcaban los más fracasado de una sociedad decadente y sucia.
Grandes personajes y grandes actores respaldándolos (Paco León, Manolo Solo, Sergio Castellanos, Patricia López, Lupe del Junco, Tomás del Estal, Paco Tous, Cecilia Gómez, Antonio Gil, Javier Botet, Jesús Carroza, Antonio Dechent…)
Me quedo con Patricia López, dando vida a una mujer que no se conforma con su situación de viuda, una mujer que intenta ocupar su sitio en la sociedad, pero que se lo impiden. No la perderé de vista. Maravillosa.
Sorprende la magnífica ambientación que se logra de esa Barcelona de 1921.
Se representa muy adecuadamente el ambiente convulso de la capital catalana, donde cohabitaban sindicalistas, anarquistas, gánsteres sin escrúpulos, policías corruptos, empresarios caciques, reaccionarios ansiosos de poder, feministas, pistoleros, esquiroles…
Dani de la Torre nos transporta a esa época con maestría, ofreciéndonos algún plano secuencia tan virtuoso que me dejó perplejo, cuidando los detalles, subiendo al cielo para ofrecernos la ciudad desde el aire y bajando al suelo para darnos ocasión de ver la sangre en los enfrentamientos callejeros.
Cine de calidad, español, dejando a un lado los temas tradicionales de nuestra producción.
El único defecto es el exceso de guión, que pretende abarcar demasiados aspectos, sin que se desarrollen adecuadamente, con la sensación final de que el argumento no es redondo.
Dentro del brilante elenco (Luis Tosar, Michelle Jenner, Vicente Romero, Ernesto Alterio, Paco Tous, Manolo Solo…) quiero destacar a un desmelenado Ernesto Alterio y a un malvado de cuidado al que da vida magistralmente Manolo Solo.
Primero intensas ante la perspectiva de un thriller español con Marta Etura.
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Después leí y oí malas críticas.
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La nueva polémica sobre el boicot, porque una actriz secundaria en un programa de humor había llamado paletos a los españoles.
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En las taquillas del cine me encuentro con mi cinéfilo amigo Santiago. “Dale una oportunidad” me dice.
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Lo mejor de la peli es la ambientación.
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Esos pueblos del Valle del Baztán en Navarra, con esa lluvia que no para, están muy bien fotografiados.
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Marta Etura es un valor seguro. Felicidades por su reciente maternidad.
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Pero ni el planteamiento, ni el desarrollo son lo suficientemente potentes y originales como para atraerme.
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El asesinato de varias niñas y las elucubraciones de la investigadora suenan demasiado a serie norteamericana al uso. De esas que llevan veinte temporadas y repiten capítulo tras capítulo el mismo esquema.
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Los líos familiares son demasiados burdos.
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Esa madre da miedo, pero hay una sensación de impostura que te hace percibirlo como falso.
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El trasfondo moral ideológico del asesino es de chiste. Se intenta buscar una explicación hacia su actitud, cuando el mal no suele tener razones.
Raúl conocía a la gente chunga de su ciudad y no quería acabar mal.
Pretendía ser actor y cuando estudiaba en la academia de Cristina Rota le ofrecieron el papel de Carlos en la serie Compañeros.
En el 2002 dio el salto al cine con Joaquín Oristrell, Los abajo firmantes, junto a Javier Cámara, Fernando Guillén y María y Juan Diego Botto.
Luego hizo una peli con Manuel Gómez Perira, Cosas que hacen que la vida valga la pena.
Pasó por varias series de televisión, Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Aída o Motivos personales.
En 2006, le llegaría uno de los papeles más importantes que ha interpretado hasta la fecha, el de Israel en la exitosa ópera prima de Daniel Sánchez Arévalo, AzulOscuroCasiNegro, junto a Quim Gutiérrez, Marta Etura y Antonio de la Torre entre otros.
Tal vez, ya estaba pensando en dirigir una peli que podría interpretar su nuevo amigo Antoñito de la Torre.
Su trabajo en esta producción le valió el Premio de la Unión de Actores al mejor actor revelación.
Banderas le eligió para participar en, la fallida e incomprendida, El camino de los ingleses en 2006.
Sigue haciendo cortos y pelis
En 2007 interviene en Siete mesas de billar francés dirigida por Gracia Querejeta.
Luego 8 citas, bajo la dirección de Peris Romano y Rodrigo Sorogoyen.
Después Los girasoles ciegos, de José Luis Cuerda, junto a Maribel Verdú, de nuevo.
Ya entonces había comenzado a escribir un guión.
Quería hacer un thriller.
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A su amigo Luis Callejo le había reservado un personaje.
Se lo dice mientras ruedan en 2007, El patio de mi cárcel de Belén Macías.
Daniel Sánchez Arévalo le da el papel de Álex en Gordos y se lleva el Goya al mejor actor de reparto.
En 2011 estrena, la sobrevalorada, Primos como el primo Julián, junto a Quim Gutiérrez y Adrián Lastra.
Entre peli y serie va haciendo teatro, con una cierta vocación alternativa.
Su idea va madurando.
Colabora en el guión su colega David Pulido.
Ya tenía a de la Torre y a Callejo elegidos. Los personajes eran para estos actores.
Si le faltaba afianzarse como actor su intervención en La isla mínima de Alberto Rodríguez despeja cualquier duda. Le da la réplica el inconmensurable Javier Gutiérrez.
Sabia decisión rodar en su Móstoles natal y en Martín Muñoz de las Posadas, localidad segoviana donde su familia tiene casa.
Es inteligente hablar de lo que se sabe, de lo que se conoce.
Como todo proyecto cinematográfico español actual ha sido un calvario llevarlo a cabo. Menos mal que contó con la productora Beatriz Bodegas y la tele pública.
Raúl Arévalo ha realizado su peli pensando en mí.
Tal vez él ni siquiera lo sospeche, pero cuando decidió hacer un thriller sucio, castizo, típicamente español estaba pensando en agradarme, en hacer el cine que a mí me gusta.
Cuando diseñó los personajes y eligió a los actores, pensaba en que me iban a entusiasmar.
Estaba convencido que José y Curro, salidos de la realidad, compañeros obligados de viaje, de diferente estrato social, pero con vidas marcadas por la desgracia, me iban a subyugar.
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Que la infinita Ruth Díaz, me iba a enamorar.
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Sabía como complacerme en todo.
Sin artificios ni trucos de guión, con una historia lineal, magníficamente contada en la que trata al espectador como adulto, capaz de deducir, de suponer, de averiguar el fondo de una historia de venganza y de rencor cocinado a fuego lento, con el combustible del dolor y de la amargura.
Sabía que la sobriedad formal me encantaría, que esa capacidad de síntesis, de concentrar una historia en 92 minutos me agradaría.
Arévalo emplea hora y media en contar lo que Tarantino tardaría tres.
Sabía lo que me cautivaría ver a Manolo Solo (Santi, el Triana) hacer de quinqui afónico y fullero, después de haberle visto de Juez Ruz en B de David Ilundain. ¡Qué maravilla!
Sabía que me interesaría cada escena, cada detalle… El atraco rodado desde el coche, José pidiendo un café a Ana en el bar de Juanjo y así una secuencia tras otra.
Por hacer el cine que a mí me entusiasma, te doy las gracias. De verdad, Raúl.
El 15 de Julio de 2013, el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, es trasladado desde la prisión para declarar en la Audiencia Nacional.
Hasta este día, había negado toda relación con los llamados “papeles de Bárcenas“, pero después de 18 días en prisión ha decidido cambiar su declaración.
Esta película retrata lo que pasó en esa sala aquel día.
Película pequeña, barata, financiada con micromecenazgo (en inglés crowdfunding).
Exhibida en muy pocas salas en su estreno y que no fue acogida demasiado bien por la derecha española.
Su formato es sencillo que una sucesión de primeros y medios planos de sus protagonistas.
Pedro Casablanc se transmuta en un Bárcenas creíble, pasados los cinco primeros minutos dejas de ver al actor y solo ves al personaje.
Sabe captar la arrogancia, la altivez, la altanería, la soberbia, la impertinencia, el desdén, la insolencia, el desprecio, el engreimiento, el envanecimiento, el orgullo, la chulería, la inmodestia, el empaque, la petulancia, la jactancia, la superioridad del tesorero popular.
La peli resulta demoledora.
Tal vez todo lo que se dice ya lo sabemos, pero oído de la boca de su autor resulta tan convincente, tan terriblemente real.
La soberbia de Bárcenas es mayúscula y cuando se refiere a Álvaro de Lapuerta, en quien descarga toda la responsabilidad, afirma que es de una ética intachable, mientras repartía sobres y recogía dinero negro.
No consigo comprender cómo el país y la gente honrada del PP (que seguro que la habrá) hemos soportado que individuos que han recibido sobres con dinero negro fruto de aportaciones ilegales sigan en puestos de gobierno.
Increíblemente esta peli, rodada en un espacio cerrado con un actor protagonista (eso sí, en estado de gracia) y unos pocos secundarios, consigue alcanzar cotas de tan buen cine.
B es una de las pelis más valiosas del cine español de este año.
La isla mínima es un thriller ambientado en los arrozales sevillanos en la España de la Transición.
Todos los personajes están atrapados e intentan escapar. Unos de su pasado y otros de una vida miserable.
El retrato de esa comunidad deprimente y pobre es de una fisicidad impresionante.
Los dos policías sancionados por cuestiones bien diferentes encarnan dos maneras de concebir la vida. Condenados a trabajar juntos.
La peli avanza sin dar respiro al espectador, ni a los protagonistas. No hay trampas ni cartones. Tanto unos como otros van conociendo la investigación y los personajes.
La composición de los personajes es perfecta. Inmejorable. Abrumadoramente realista.
Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez saben crear sus personajes dotándolos de historia y de vida, con los gestos justos, sin sobreactuaciones.
Alberto Rodríguez sabe componer escenas impresionantes de las que no se pueden olvidar, usando el primer plano con maestría sin abusar de él y con una fotografía impactante.
A mí personalmente me disgustó el punto final que no me pareció todo lo redondo que esperaba.
Estamos ante una de las grandes pelis del cine español de este año.
País: España
Productora: Andy Joke, Telecinco Cinema, Canal Plus
Director: PACO LEÓN
Guión: Paco León
Reparto: Carmina Barrios, María León, Paco Casaus, Yolanda Ramos, Teresa Casanova, Mari Paz Sayago, Manolo Solo, Estefanía de los Santos
La peli de Paco León era uno de los platos de este festival y no ha defraudado.
Carmina Barrios o mejor dicho su personaje es una auténtico vendaval, un monstruo de la naturaleza, con una fuerza arrolladora. En la peli vomita y expectora (por cierto con esputos claramente hemoptoicos).
El humor de Carmina y amén se basa en la realidad. Muchas de las frases que se dicen y los episodios que se relatan nos hacen tanta gracia porque nos son conocidos, los identificamos perfectamente.
Paco León demuestra ser un magnífico director con detalles de calidad. En el primer minuto de peli, cuando Antonio viene pachucho y se sienta en su sillón, la cámara sigue atenta en la cocina los movimientos de Carmina, de su marido solo se ve la barriga medio tapada por la puerta entreabierta y de pronto deja de respirar. Su conyuge sigue hablando… Esto es comedia negra pura y dura. La mayor de las tragedias contada de tal manera que nos hace llorar y reír al mismo tiempo. Esto solo lo han hecho grandes maestros como Berlanga o Wilder.
La trama podría parecer disparatada pero a mí me resulta absolutamente creíble.
Pero Carmina no está sola hay unos secundarios perfectos.
María León, como decía una periodista en el pase de prensa, en esta segunda edición de Carmina, se ha acarminado, es más como su madre.
Yolanda Ramos está impresionante y comparto la opinión de Paco León. Se merece un Goya desde ahora mismo.
Su director quiere hacer una peli de actualidad (y comercial) por lo que introduce elementos como la corrupción, la crisis de la monarquía, los desahucios…
Hay momentos y personajes claramente almodovarianos, pero Carmina y amén bebe de la tradición de comedia costumbrista española.
Frases memorables, que yo ya había oído como: “ahora se está muriendo gente que nunca se había muerto antes”.
Solo un consejo al gran Paco León: no es bueno abusar del primer plano.
Una firme candidata al Premio del público. Nos partimos de risa.
Ana trabaja de ambulanciera. Le gusta ayudar a los demás. Pero es una muchacha que sufre.
Le resulta difícil mantener relaciones personales con los demás. Cambia de humor con facilidad.
Presenta crisis de furia, de ansiedad. A veces se autolesiona, se quema con cigarrillos o se corta en las muñecas o en los muslos.
Se encuentra incómoda con frecuencia, no es capaz de empatizar con los demás.
Su relación con su madre se basa en monosílabos.
Con frecuencia la tristeza y el desasosiego invade su vida. Es profundamente infeliz. Parece que nadie puede ayudarla.
Ana padece trastorno límite de la personalidad.
Los trastornos de personalidad son difíciles de entender. Más que padecer una enfermedad, los pacientes que sufren estos trastornos “simplemente” son así. Han manifestado su trastorno desde la infancia y difícilmente van a cambiar.
Ana está condenada a padecer una existencia de sufrimiento y de incomprensión.
Fernando Franco rueda con la cámara pegada a su protagonista, una manera de dirigir que detesto profundamente.
Pero demuestra gran habilidad al depositar el peso de la peli en una actriz inconmensurable como, la multipremiada (con todo merecimiento), Marian Álvarez.
Toda la gama de sentimientos, de reacciones descritos son interpretados con perfección increíble por esta actriz con mayúsculas. Sin ella la peli no sería más que un experimento olvidable.
Carlos es un sastre granaíno, amante de su trabajo. Un tipo serio pero apreciado por sus vecinos. Solitario, de pocas palabras. Tiene una fea costumbre. Asesina chicas jóvenes que le atraen y luego se las come. Le gusta la carne. Su vida ordenada cambia cuando conoce a una muchacha rumana.
Manuel Martín Cuenca compone un magnífico retrato del personaje en una película austera con pocos actores, escasos diálogos, planos medios, sin música. Trata al espectador como adulto, lo cual en estos tiempos de primeros planos reiterados, de voz en off innecesaria y de música estridente para conmover al espectador (que es tratado como tonto) es de agradecer.
Permite que el asistente al cine observe, medite, analice, evitando su manipulación.
La frialdad del sastre se trasmite a la peli pero no por ello se pierde fuerza narrativa, ni interés en la trama y ni en los personajes.
Antonio de la Torre consigue lo mismo que el director, con una expresividad muy medida, muy escasa, trasmite desolación, el vacío existencial de una vida de asesino en serie que se ha creado para llenar el tedio. Asombrosamente nada en la peli justifica al personaje, nada nos incita hacia la compasión pero hay algo enfermizo que nos permite cierta compresión. Tal vez comprobar que el amor le puede redimir nos otorga la posibilidad de compadecerle.
A Olimpia Melinte la quiere la cámara. Ella aporta el lado humano de la historia. Aunque parezca imposible comprendemos cómo se enamora de un monstruo.
Por sistema acudo a ver pelis españolas. Pero tal vez la comedia es el género que más temores me despierta.
Esa tarde de domingo decidí hacer sesión doble. Primero ésta y después Malavita.
Desde el primer momento se apuesta por la comedia trasgresora y disparatada. Y desde el inicio me cautivó.
Me dejé llevar por ese continuo de equívocos y malentendidos que retuercen la trama sin que pierda coherencia. Cuestión realmente meritoria.
Hay violencia, bastante bestia y despiadada, pero no resulta exagerada ni me consiguió molestar, lo cual demuestra el grado de complicidad que llegué a tener con la peli.
Tal vez en algún momento decae pero vuelve a resurgir con momentos desternillantes que me hicieron llorar.
Destaco a Joaquín Núñez que ya me llamó la atención en Grupo 7 y que en ésta, haciendo de abogado corrupto, está magnífico.
Amodeo no deja escapar la oportunidad de reírse (y hacer crítica) de esa sociedad impostada y falsa, o de los empresarios fracasados que buscan una solución absurda a un problema que ellos mismos se han creado.
No hay que fiarse del trailer, es mucho peor que la peli.
No es alta comedia, no hay sutileza, ni elegancia. Es humor salvaje pero con mucha diversión.
Éste ha sido el primer cortometraje que se ha proyectado en el FESCIGU 2013 en la Sección Oficial.
Xavi Sala, su director, es profesor de guión y tiene mucha experiencia en el mundo del cortometraje.
El nacimiento nos presenta bien el asunto y los personajes. Enfrenta dos situaciones antagónicas que terminan confluyendo. El problema de los que quieren ser padres y no pueden y el de los que lo van a ser sin desearlo.
Película española estrenada en Septiembre de 2010. Cuenta las peripecias del dibujante de tebeos Manuel Vázquez que era un genio y también gran pícaro del siglo XX, se pasó la vida dando sablazos, estafando y casándose con varias mujeres, de hecho estuvo en la cárcel por bigamia.
La peli cuenta sus andanzas personales y laborales con ternura y nostalgia en un tono de comedia que en ocasiones se transforma en drama por el patetismo de la historia y del personaje.
La ambientación es convincente y los secundarios están bastante bien construidos.
El actor que interpreta a Vázquez es Santiago Segura. A mí este amiguete siempre me ha caído bien, desde que en El Día de la Bestia se identificaba como de Carabanchel, pero he de reconocer que sus recursos como actor son algo limitados. En esta peli está bien, aunque hay momentos en los que no comunica credibilidad al personaje, sobre todo en los momentos dramáticos.
Si el Gran Vázquez hubiera sido el guionista de la peli hubiera trasmitido más mala leche, menos complacencia y me hubiera reído más.
Aún con todo, recordar a los entrañables personajes de los tebeos de mi infancia me emociona. Resulta sorprendente que sea ahora, cuando conozco a los historietistas como Ibáñez o el propio Vázquez y cuando devoraba cientos de sus historias no sabía de su existencia.
Amores perros y 21 gramos fueron dos películas que me gustaron mucho, aunque no comprendí bien porque escogió un montaje desordenado para contarnos la historia de 21 gramos. Babel, en cambio, me pareció una peli irregular, sin emoción.
El protagonista absoluto es Javier Bardem, el actor más premiado del cine español, que interpreta a Uxbal, un sujeto de vida complicada. Divorciado con la custodia de dos niños pequeños que se dedica a trapichear con africanos y chinos. Además padece un cáncer de próstata que va a acabar con su vida.
La peli se desarrolla en el Barrio del Raval de Barcelona con inmigrantes, manteros, trabajos ilegales y viviendas cochambrosas. Es todo lo contrario a Sisí Emperatriz.
Uxbal a pesar de su difícil vida se esfuerza por hacer las cosas lo mejor posible con sus hijos, con su ex, con sus socios chinos y negros, con su hermano pero lo cierto es que es una cuestión muy difícil y todo le va como el culo.
El ritmo que da a la peli González Iñárritu no es, en ocasiones, el adecuado, aunque sabe combinar con acierto momentos duros con otros de tono poético. El conjunto resulta un poco irregular.
Los actores están fenomenal, pero destaca un Javier Bardem que está inconmensurable que se va deteriorando durante el trascurso de la peli sin sobreactuar dosificando sus gestos. Es tan grande su interpretación que por sí solo emociona.
Otro gran elemento de la peli es el ambiente de ese Barrio barcelonés, magníficamente conseguido.
Biutiful es la historia de un drama personal y de uno social.
¡Qué peliculón! ¡Qué maravilla de actores! Y no exagero.
Daniel Monzón se atreve con cine de género en Celda 211 .
El cine carcelario ha dado grandes películas pero sobre todo americanas y no españolas. Solo consigo recordar una buena película de prisiones españolas es Horas de Luz de Manolo Matjí.
Pero esta película de Monzón es soberbia llena de emoción con un guión original y personajes que dan miedo de verdad.
El preso Malamadre un impresionante Luis Tosar, está desbordante.
Un Jefe de Servicios Utrilla llamado por los presos Putavieja interpretado por un Antonio Resines que representa la maldad y la podredumbre institucional, un personaje despiadado y cobarde, interpretado con tanta profesionalidad que no sobreactúa ni un milímetro.
El contrapunto tierno lo da una Marta Etura estupenda, dulce y cariñosa.
El personaje central es Calzones un funcionario novato que de ser una persona tierna y feliz se trasformará en algo bien distinto por las circunstancias de las que es víctima.
Daniel Monzón sabe darle ritmo a una historia de tensión y violencia e intercalar algunas escenas tiernas con Marta Etura que interpreta el papel de esposa embarazada que además se llama Elena, uno de los nombres más bonitos de mujer.
Pero además la peli nos muestra como podemos transformarnos en situaciones extremas y como la vida puede dar un vuelco en poco tiempo.
Daniel Monzón simplica los personajes que intervienenen la historia, tal vez el único pero, pues en la realidad serían muchos más los personajes que intervendrían en esta situación de motín como el Delegado del Gobierno, el Juez de Vigilancia, los Subdirectores de la Prisión, el Comisario de Policía, habría también muchos más funcionarios y Jefes de Servicio.
En definitiva una gran peli.
Desde mi modestia le doy la enhorabuena a Daniel Monzón que ha llegado a la madurez artística.
Espero que nos siga deleitando con más películas así.
Yo le recuerdo cuando hacía críticas en Días de cine en TVE.