Nos encontramos a Santiago un amigo, asiduo como yo a los grandes estrenos en los Multicines Guadalajara.
Un grupo numeroso de niños de unos doce años que posiblemente acudían a celebrar un cumpleaños estaban situados detrás de nosotros. Gritando relatan sin pudor spoilers de Deadpool 2.
Santiago les pide que durante la proyección guarden silencio. Algunas personas del público le apoyan con aplausos.
Este spin off iría antes que el primer episodio de la saga (La amenaza fantasma).
Las críticas obtenidas han sido pésimas.
Contentar a los sesudos críticos es imposible y a los puristas seguidores de la saga también.
El principal problema de esta peli es que Alden Ehrenreich no es Harrison Ford, cuestión fuera de toda discusión, de la que no hay más que hablar.
Han Solo: Una historia de Star Warses una peli divertida de principio a fin, que mantiene el interés y da lo que promete.
El encuentro con Chewbacca y el inicio de su amistad.
Cómo ganó el Halcón Milenario a Lando Calrissian.
El encuentro con el germen de la rebelión.
Sus desengaños amorosos…
Todo contado con soltura y fluidez.
Tal vez carezca de grandes momentos, pero tiene muchas referencias a personajes y planetas de la saga y también al Universo Expandido que los más fans sabrán apreciar.
A Emilia Clarke la sacas de Juego de tronos y ya no me gusta. Tal vez sea actriz de un solo personaje. Aquí no da el tipo de mujer fatal.
En cambio Woody Harrelson como Beckett está fenomenal (no te fíes de nadie).
El que también da el tipo es Donald Glover como Lando Calrissian.
Me gusta L3-37, un personaje feminista y revolucionario.
Está claro que el tiempo ha endurecido mi espíritu. Ahora me he fijado en otros aspectos que en la década de los noventa no me parecieron importantes o, simplemente, no fui consciente de ellos.
Stone me introduce en una vorágine efectista de imágenes para sumergirme en una pesadilla.
Es un maestro del montaje. Sorprende como combina, sin pudor, técnicas fotográficas y planos que provocan, ante todo mareo, pero también ansiedad.
Se trata de un ensayo sobre la violencia y cómo los medios de comunicación, primero y la sociedad después, elevan a la categoría de héroes a despreciables psicópatas, sin respeto alguno a la vida humana.
Porque Micky y Mallory, no me despiertan la menor empatía. Solo me parecen dos idiotas que disparan sin escrúpulos.
Lo que hace dos décadas me impactó, ahora solo me ha entretenido.
Una interesante mezcla de géneros: drama rural, western, thriller, comedia negra (negrísima) y América Profunda.
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Una madre desesperada que va a ser capaz de todo por dar algún sentido a su vida.
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Un sheriff buena persona, en sus últimos días. Descomunal Woody Harrelson.
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Un poli con cierto retraso, pero que termina convirtiéndose (o intentándolo al menos) en un un ángel vengador. De óscar Sam Rockwell.
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Una galería de personajes arrebatadores.
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Con el decorado de fondo de esa América profunda de puebluchos con gente miserable económica y moralmente (white trash), eso que ahora está de moda llamar la USA de Trump.
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¡Cómo me gustan estos paisajes y paisanajes!
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La peli te va llevando por senderos insospechados, no hay nada previsible. El guión no deja de sorprenderte.
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Un film fascinante con el que te sientes herido, derrotado como su protagonista una Frances McDormand colosal.
El castillo de cristal se mueve entre la crueldad y la ñoñería.
Es cruel mostrando como esos padres, imprudentes y manipuladores, descuidan el cuidado de sus hijos. Los pobres se tienen que hacer fuertes y protegerse entre ellos.
Ese retrato de la pobreza, del tabaquismo y del alcoholismo me gusta.
Ocasionalmente se vuelve ñoña, para alcanzar el clímax del sentimentalismo barato al final de la peli.
Además insiste machaconamente en que está basada en hechos reales, mostrando fotos de los personajes reales.
Después de ver esta peli me queda la extraña sensación de no haberla disfrutado lo que se merecía.
Los estados de ánimo influyen en la valoración de las películas.
Si vas triste al cine, y te encuentras con una tragedia como ésta, terminas desolado.
El drama de este pueblo de monos y de su líder (César) que son perseguidos para ser exterminados.
La peli tiene elementos de wéstern, recordándome a El gran combate, la peli de 1964 del gran John Ford.
Por otro lado El Coronel Woody Harrelson no paro de asociarlo con, el también coronel, Walter E. Kurtz (Marlon Brando).
Esta producción se aleja de ser una peli palomitera para construir una historia con un calado dramático que reflexiona sobre la venganza y la supervivencia.
En medio del caos y del desastre la figura pura y sin mácula de Nova que aporta ternura y alegría a la trama.
Mi amigo Marcos antes de entrar al cine me aseguró que al final derramarría alguna lágrima y aciertó plenamente. Es fiel conocedor de mi delicado corazón.
Supongo que no va ocurrir, pero Andy Serkis se merece al menos una nominación a los Oscars. Ya va siendo hora.
Con su mirada y su expresión corporal es capaz de trasmitir muchos sentimientos.
Wilson es cine independiente norteamericano basado en un cómic.
Un personaje peculiar con graves problemas de relación que intenta componer una familia imposible.
Con su ex delgaducha y una hija que dio en adopción pasada de kilos.
Woody Harrelson es el protagonista que ocupa todo el metraje.
Interpreta un personaje desbocado y él está también enloquecido.
El personaje y el actor me sacan de quicio.
No empatizo ni un segundo con ellos.
Me crean mal rollo y hacen que toda la peli me resulte inaguantable.
Las situaciones que se suceden son absurdas, a veces, hasta la irritación.
Con ausencia de coherencia narrativa.
Por ejemplo: recibe palizas de sus compañeros de prisión por ser insoportable y en la escena siguiente aparece dando la mano y abrazos de buen rollo a todos los paseantes por el patio de la cárcel. (¡!¿?)
Siempre es un placer poder ver a Laura Dern, aunque lamento que sea en estas circunstancias.
Aunque casi prefiero a Judy Greer.
Bueno, no sé. Me gustan las dos.
Pero la peli para nada.
Una comedia tonta, tan insoportable como innecesaria.
También es verdad que en aquella ocasión no había recibido ningún regalo y por eso no me corté un pelo en mi crítica.
Como soy claramente influenciable por dádivas y halagos, voy a ser generoso.
Podría copiar mi crítica de agosto del 2013. Con borrar unos párrafos acertaría, pero insisto voy a ser generoso.
La peli se basa en un principio básico: la complicidad del espectador.
Tienes que entrar en el juego que te proponen.
Creerte una historia inverosímil, sin pies ni cabeza.
Aceptar como posibles los trucos de magia que te van ofreciendo, aunque ofendan las neuronas más nobles de tu cerebro.
Además de compartir un sentido del humor que se basa en la estupidez, en la idiotez y en la imbecilidad.
Si entras en este juego con estas tres premisas y aguantas un montaje trepidante, con efectos visuales electrizantes y una música estridente podrás admitir este bodrio.
No puedo pedir a nadie que le guste, como mucho sobrellevar los 129 minutos de insufrible aridez intelectual.
Penoso, triste y defraudante ver a grandes actores como Morgan Freeman y Michael Caine participar en este engendro.
Le pido a Dios que me dé lucidez para que cuando llegue mi ocaso profesional sepa abandonar mi actividad laboral con dignidad, dejando un buen recuerdo y no me pase como a estos dos actorazos que por el vil metal se han metido en esta producción de tan escaso nivel.
Como veis por unos tristes regalos soy capaz de hacer una crítica condescendiente y generosa.
Soy un vendido. Lo sé.
Pero la baraja tiene todas las cartas y las gafas son plegables.
Matthew McConaughey y Woody Harrelson son dos detectives que investigan un asesinato ritual.
Si las pesquisas de los dos policías son interesantes más aún lo son las personalidades de ellos.
True Detective nos presenta el mundo de la trash white (basura blanca), esos norteamericanos que viven en infraviviendas de madera o en carabanas rodeados de mezquindad y miseria ambiental y personal. El género que trataba a esta clase social se llamó gótico americano.
Los paisajes de Luisiana fotografiados de manera magistral son el escenario perfecto para estos americanos de tercera.
Curiosamente la serie se centra en trash white, siendo la presencia de negros muy ocasional.
La vida y el carácter de estos dos policías no es menos tenebroso.
Woody Harrelson, un padre de familia autodestructivo que se encoña con facilidad, que quiere a su bella esposa y a sus hijas, pero que es capaz de traicionarlas a las primeras de cambio. Se erige en justiciero por su bajo control de impulsos.
Matthew McConaughey, marcado por la muerte de su hijita, cuya vida carece de sentido, encuentra en la investigación de los asesinatos un mecanismo de redención.
Destacar también lo bien rodada que está la serie, con encuadres bien estudiados y planos secuencia arrebatadores.
Resulta muy divertido comparar las declaraciones de los dos investigadores con lo que ocurrió en realidad.
La trama se sumerge en ese mundo turbio de asesinatos, crueldad, política, divertimentos de ricos depravados… Un universo cruel, amoral, despiadado, sucio y tristemente fascinante.
Con True Detective hemos entrado en una nueva fase evolutiva en las series de televisión. Ha adquirido un carácter de adulta y su negrura la hace retorcidamente intelectual.
La segunda temporada será protagonizada por Colin Farrell, Vince Vaughn y (mi adorada) Rachel McAdams.
La trama se ambientará en California y girará en torno a tres policías y un criminal en una red de conspiraciones que se sucederán tras un asesinato.
Promete, pero ¿superará a esta primera temporada? Lo tiene difícil.
Casi toda la peli se basa en el conflicto personal de Katniss Everdeen y su afán de defender y salvar a su enamorado Peeta Mellark.
La peli rebosa de diálogos, como si hubiera que estar explicando sentimientos y acciones a un espectador que se aburre con tanto blablablá.
Interesante el planteamiento de esa guerra entre la Dictadura del Presidente Snow y los rebeldes.
Hay un frente bélico en el que el Gobierno tiene todas las de ganar, dominando el espacio aéreo y la fuerza militar.
Pero en la propaganda los insurgentes cuentan con la baza de los cabreos de Katniss Everdeen que dan bien en cámara y con el dominio de las comunicaciones.
En la segunda parte veremos quien sale triunfador.
Hay momentos bochornosos que se han repetido mil veces. La niña que se olvida el gatito y casi no pueden llegar al búnker. Me gustaría que en alguna peli no consiguieran salvarse por culpa del felino y perecieran, sería más educativo.
La peli pasa sin pena ni gloria, se mueve entre el tedio y la indiferencia. Aburre ver padecer a una Jennifer Lawrence que ya me está resultando cargantica.
Ella y su novio en la ficción (Peeta Mellark) me dan igual, como si se los carga el malvado Snow. Francamente, querida, me importa un bledo.
Cuando paso por Media Markt es imposible resistir la tentación de mirar y comprar DVDses. Elena elige casi al azar esta peli.
Su director Mark Mylod se ha dedicado preferentemente a la televisión.
Un golpe de suerte se trata de un thriller con algo más que toques de comedia negra.
Desde el principio me recordó a los hermanos Coen. El paisaje de Alaska, los personajes, el tema, incluso los actores pertenecen al universo de los famosos cineastas judíos.
Una trama bien urdida, con un buen ritmo narrativo, con imágenes potentes, con giros de guión bien construidos.
Extraordinariamente divertida.
Robin Williams es un actor que me gusta y que admiro, un magnífico comediante.
Holly Hunter interpreta a una simuladora de Síndrome de Tourette, lo que le permite decir palabrotas e improperios con absoluta libertad.
Hace un año veía y comentaba Los Juegos del Hambre, terminaba diciendo que quería ver la dos. Recuerdo que me la recomendó una joven paciente, una niña encantadora de unos 14 años que después de leer los libros no había salido decepcionada con la peli.
Esta Los juegos del hambre: En llamas mantiene un magnífico pulso narrativo. Se ve con interés.
A pesar de sus casi dos horas y media de duración, se me hizo muy corta. Cuando terminó pensaba que tan solo había pasado una hora o poco más y me sorprendí. Quería más, me había sabido a poco.
Tiene todos los ingredientes para convencer: acción, amoríos, rebeldía, emoción, aventuras…
Jennifer Lawrence carga con todo el peso de la peli. Es una heroína a la fuerza. Su afán de sobrevivir la ha convertido en un icono para los rebeldes. Pero ella no está conforme con su destino.
El final, ligeramente sorprendente, hace que desees ver la tres.
Fui a la primera sesión y lo habitual es encontrar una sala vacía. Ayer el cine estaba a rebosar, repleto de adolescentes, de chiquillas sobre todo. Era el más viejuno con ventaja.
Ver una sala llena siempre gusta, da esperanza para que este arte no desaparezca.
Las niñas que estaban detrás mío se mantuvieron calladas durante toda la proyección. Al final una comentó que le había decepcionado pero su amiga le replicó que era muy fiel al libro y le encantaba.
Las jovencitas que tenía delante no pararon de meter ruido, chillar, hablar. Jugaban al móvil, saltaban, extraordinariamente molestas. Les llamé la atención en dos ocasiones, primero con amabilidad y después algo más contundentemente pero no me hicieron ni el más mínimo de los casos.
La primera era una peli de bajo presupuesto, en ésta se han gastado la friolera de 140 millones de dólares. Tal vez tenga unos efectos especiales más elaborados y los actores hayan cobrado mucho más.
Para esconder un lío de faldas del presidente de los USA, un publicista y un productor de Hollywood se inventan una guerra.
La peli avanza sin dar tregua. Los problemas que les surgen son resueltos con imaginación.
La cortina de humo es una sátira superdivertida.
Hay frases lapidarias pero verdaderas como puños: La verdad es lo que sale en televisión.
A estos dos estrategas (por llamarlos de alguna manera) les da igual lo cierto lo que importa es lo que se ve en la caja tonta. Lo que ven los espectadores/votantes desde el sofá de sus viviendas es lo que conforma la opinión y en definitiva el voto.
El poder de los medios de comunicación y la influencia de los creadores de opinión se ha visto atenuada en los últimos años con la aparición de las redes sociales. No olvidemos que cuando esta película se realizó no había Facebook, ni Twitter, ni Youtube. En los últimos 15 años la tele ha dejado de tener el monopolio de la manipulación informativa.
Esta peli se realizó antes que Bill Clinton se viera envuelto en el escándalo con la regordeta y guarra Monica Samille Lewinsky. Digo lo de guarra porque nadie limpio guarda un vestido manchado de esperma en el armario sin lavarlo.
Es curioso que en los USA se puede perdonar empezar una guerra pero no se disculpan los asuntos extramatrimoniales. En otros países como en Italia ayudan a ganar elecciones. En España se perdona todo.
Si veo en el cartel de una peli los nombres de Michael Caine y Morgan Freeman supongo que es una buena peli. Cualquier cosa en la que intervengan estos dos veteranos se espera que tenga calidad.
Ahora me ves es una peli hecha como una receta de cocina. Metes en una cazuela grande actores solventes de reconocido prestigio, otros más jóvenes de moda, una chica con minifalda, un romance entre un americano y una francesita, alguna peleíta, una persecución en coche, y (el secreto de esta receta para hacerla diferente) una trama de magia con prestidigitadores justicieros de por medio. Seis semanas de rodaje con muchos efectos especiales y una cámara ágil. Y ya está: peli rematada.
Había visto el trailer y me había seducido. Tal vez las piernas de Isla Fisher.
La presentación de los personajes es simplista pero efectista y el discurrir es un absurdo total desquiciante por su inverosimilitud por su falta de coherencia.
Pensé: Esto es cuestión de dejarse llevar y no plantearse demasiadas cuestiones básicas. Intentar disfrutar.
Pero me resultó imposible. El guión ofende la inteligencia. Solo la abstracción absoluta del sentido común y de la lógica pueden hacer digerible este plato.
La química entre Mark Ruffalo y la parisina Mélanie Laurent no es nula es negativa y hacen ese romance emético.
La sorpresa final (que yo esperaba) es tan descacharrante como absurda. Volví a pensar: ¿Se están burlando del espectador? ¿Me están tomando el pelo?
Solo el vil metal ha podido convencer a los actores en intervenir en un proyecto así.
Es insultante como Hollywood pretende colocar este engendro a los espectadores de todo el mundo, suponiendo que se van a tragar cualquier cosa.
El alemán Roland Emmerich es el maestro del más difícil todavía. Desde luego le gusta aniquilar cosas. En esta peli se carga el mundo entero.
Las imágenes de destrucción son impresionantes pero en la peli es lo único que impresiona. Por cierto se recrea destruyendo símbolos cristianos pero no se atreve con símbolos musulmanes.
La historia es la típica, los personajes los de siempre y el final previsible. Solo destaca Woody Harrelson en un papel de pirado clarividente.
La peli es entretenida pero no conmueve en absoluto.
Es curioso que mueren 6.000 millones de personas y nos preocupamos por una familia o mejor dicho se ocupa el director.
Hay momentos en la peli que parecen de cuento perdiendo totalmente su carácter realista.
Si será aficionado Emmerich al colosalismo que para transportar a los protagonistas emplea un Antonov, el avión más grande y más pesado.
El tramo final se hace demasiado tedioso, podía haber abreviado un poco.
En definitiva: para incondicionales del cine de catástrofes.
Hacer una comedia con el tema de fondo de terror y con toques gore es un asunto muy delicado. Salir airoso de tal empeño es difícil.
El director Ruben Fleischer consigue en 80 minutos una película divertida. En realidad Bienvenidos a Zombieland es una gamberrada.
Columbus, interpretado por Jesse Eisenberg, es el protagonista y el narrador de la película, es un joven miedoso, apocado y lleno de complejos que sigue a rajatabla unas reglas para sobrevivir en un mundo de zombies.
Woody Harrelson está estupendo en su papel de experto matazombis, de lo cual se siente muy orgulloso.