Dirección: Daniel Écija (Creator), Jesús Rodrigo, Oriol Ferrer, David Molina Encinas, Miguel Alcantud
Guion: Jesús Mesas Silva, Guillem Clua, Jon de la Cuesta, Andrés Marín Soto, Federico Muñoz, Jaime Palacios, Guillermo Cisneros, Mercedes Cruz, Adriana Rivas, Daniel Écija
Música: Daniel S. de la Hera
Fotografía: Néstor Calvo, Paco Belda
Reparto: Javier Gutiérrez, Anna Castillo, Alejo Sauras, Roberto Álamo, Cristina Plazas,Alfonso Bassave, Fele Martínez, Julia Gutiérrez Caba, Jesús Castejón,Lucía Caraballo, Zorion Agileor, Mon Ceballos, Goizalde Núñez
Productora: RTVE / Globomedia
Género: Serie de TV. Drama. Thriller. Fantástico | Policíaco. Sobrenatural. Asesinos en serie
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Comentario:
Disfrutamos Elena y yo de esta segunda temporada.
Funciona mejor la trama familiar que la policíaca/sobrenatural, con importantes agujeros de guión, que perdonamos porque la historia y los personajes nos encantan.
Está claro que va haber tercera edición, por ese final que da para que sigamos enganchados a la familia Vargas.
Tal vez la primera entrega tenía la novedad de la mezcla de géneros, pero ésta que acabamos de ver tiene el plus de los personajes (ya conicidos) que vemos cómo se van desarrollando.
Me encanta Márquez (Javier Gutiérrez) diciendo: “me cagüen mi puta vida“.
O a Susana (maravillosa Anna Castillo) cabreándose con Iago (Alejo Sauras) o Márquez.
Me embelesan los ojos de Cristina Plazas y Lucía Caraballo, sin olvidar a Goizalde Núñez.
¿Porqué sale tan poco Ángela Arellano? En la primera tenía un magnífico papel que aquí se ha visto reducido a un simple cameo.
El chulito Alfonso Bassave me cae fatal, pero compone un magnífico personaje.
En esa comisaría no se pega palo al agua, o están de palique o en el bar de Sebas. La imagen que se da de la policía no es la más adecuada. Hubiera venido bien alguna trama policial secundaria que enriqueciera el argumento general y diera la impresión que estos agentes e inspectores hacen algo más que ocuparse de Mendieta.
Dirección: Alberto Rodríguez (Creator), Rafael Cobos (Creator), Paco R. Baños
Guion: Alberto Rodríguez, Rafael Cobos, Fran Araújo, Fernando Léon de Aranoa
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Pau Esteve Birba, Juanma Carmona
Reparto: Pablo Molinero, Paco León, Manolo Solo, Sergio Castellanos, Patricia López,Lupe del Junco, Tomás del Estal, Paco Tous, Cecilia Gómez, Antonio Gil,Javier Botet, Jesús Carroza, Carlo d’Ursi
Productora: Emitida por Movistar+; Atípica Films / Movistar+
Género: Serie de TV. Thriller | Siglo XVI
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Comentario:
La peste nos ofrece una historia laberíntica en una Sevilla convulsa.
La historia criminal me recuerda a la peli de David Fincher, Seven (Se7en).
Una sucesión de crímenes que un dotado detective de la época debe resolver.
Este investigador (Pablo Molinero) esconde un pasado turbio. Es un individuo atormentado y desquiciado.
De fondo, el retrato de una época convulsa y desconcertante, llena de pasadizos y callejuelas oscuras, de prostíbulos al amparo de la Inquisición con enrevesados intereses, de protestantes y conspiradores en una Sevilla, la capital del mundo, que recibía el oro de las Indias.
Esa América, tierra de oportunidades a la que se embarcaban los más fracasado de una sociedad decadente y sucia.
Grandes personajes y grandes actores respaldándolos (Paco León, Manolo Solo, Sergio Castellanos, Patricia López, Lupe del Junco, Tomás del Estal, Paco Tous, Cecilia Gómez, Antonio Gil, Javier Botet, Jesús Carroza, Antonio Dechent…)
Me quedo con Patricia López, dando vida a una mujer que no se conforma con su situación de viuda, una mujer que intenta ocupar su sitio en la sociedad, pero que se lo impiden. No la perderé de vista. Maravillosa.
‘Gigantes’ es el nuevo proyecto de la plataforma Movistar+, la cual se encuentra embarcada actualmente en diferentes proyectos de ficción televisiva de producción propia. Tras ‘La peste’ y ‘Vergüenza’, ‘Gigantes’ es la tercera serie en la que Movistar+ se pondrá en marcha. En este caso, cuenta con el apoyo de una de las figuras de la dirección más importantes de España, Enrique Urbizu, director de ‘La caja 507’ y ‘No habrá paz para los malvados’. Será él el encargado de colocarse tras las cámaras en esta nueva apuesta de ficción española.
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Comentario:
La familia es un magnífico tema para desarrollar en la ficción.
Aquí la familia Guerrero es un buen ejemplo de disfuncionalidad.
El primer capítulo es tremendo con un José Coronado que sabe impregnar de crueldad su personaje y que produce auténtico miedo.
Aunque ya no tiene presencia en el resto de los episodios su halo (maléfico) se percibe.
Los tres hermanos protagonistas están magníficamente retratados, pero aunque es una peli muy masculina, el papel de las mujeres es fundamental.
Son mujeres fuertes y decididas, con una carácter arrebatador. Hablo de las dos policías y de la esposa y la hija.
Porque uno de los grandes descubrimientos de la serie es la joven Sofía Oria, una actriz que vamos a tener en cuenta a partir de ahora, a la que le auguro un futuro estupendo.
Yolanda Torosio interpreta a la gitana Sol, una mujer de armas tomar. Maravillosa.
La serie está marcada a fuego por la violencia y la crueldad. Hay una especie de juego interno a ver quien es más malo.
Es curioso que la violencia en la realidad me repugne, pero en la ficción me parezca atractiva, incluso adictiva.
Porque he de confesar que los momentos que más he disfrutado han sido los violentos.
El último episodio me ha parecido el más flojo, alargándose innecesariamente en diálogos que no conducen a nada.
Termina anunciando una segunda temporada que no dejaré de ver.
Reparto: David Sainz, Aaron Gómez, Lucía Hoyos, Antonio Dechent, Marta Serrano,Pablo Nicasso
Productora: Televisión Española (TVE)
Género: Serie de TV. Comedia. Musical | Serie Online. Música
Web oficial: http://www.rtve.es/playz/mambo/
Sinopsis: Julio Mambo (David Sáinz) fue una estrella infantil internacional hasta que dejó de ser niño. En la actualidad es un perdedor que se resiste a aceptar que ha tocado fondo.
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Comentario:
En 2008 conocí a David Sainz por su webserie Malviviendo.
Este FESCIGU lo vimos en un estupendo requetecorto.
Me alegra que haya hecho esta nueva serie para PlayZ de RTVE.
Fiel a su estilo habitual nos presenta una cutrecomedia musical.
Habla de la amistad y de la fama, con un humor amargo con sabor a fracaso, retratando la realidad de muchos treintañeros que no encuentran muy bien su sitio en la vida.
Personajes muy potente, retratados con trazo grueso, pero que resultan entrañables y a los que les coges cariño, porque los sientes desvalidos.
Me lo he pasado fenomenal viéndola, pero he disfrutado especialmente con las canciones, que son impresionantes, muy certeras en reflexiones y desternillantes.
Veré en breve la segunda temporada.
Tengo pendiente ver sus anteriores producciones: Colega canario y Entertainment.
Serie original de Netflix basada en la novela de mismo nombre ‘The Haunting of Hill House’, escrita por Shirley Jackson y publicada en 1959. La ficción, dirigida por Mike Flanagan (‘Ouija: El origen del mal’) y producida por Amblin TV y Paramount TV, gira en torno a la vida de cinco hermanos y cómo crecieron en la casa embrujada más famosa de Estados Unidos. Varios años después, el suicidio de la hermana menor hace que la familia se reúna de nuevo, teniendo que hacer frente a sus fantasmas del pasado, algunos incluso escondidos en los rincones más oscuros de Hill House. La serie tiene como protagonistas a Michiel Huisman (‘Orphan Black’), Carla Gugino (‘El juego de Gerald’), Timothy Hutton (‘American Crime’), Elizabeth Reaser (‘Easy’), Oliver Jackson-Cohen (‘Emerald City’), Henry Thomas (‘Better Things’), Kate Siegel (‘Castle) y Victoria Pedretti (‘Uncovering Eden’).
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Comentario:
Hemos visto mil pelis sobre casas encantadas, pero Hill House no es una más.
La serie disecciona, con pulso firme, las consecuencias de ese verano de estancia en esa casa maldita.
Una familia que verá su vida marcada por los terribles sucesos acaecidos.
Capítulo tras capítulo se va dosificando la información para ir conociendo los hechos que marcaron una existencia posterior.
El terror no es el elemento predominante, sino el drama familiar.
Aunque hay buenos sustos y elementos terroríficos lo que más importa es la relación de los miembros de ese grupo.
La familia es un tema que da para mucho, pues imagínate una que ha sufrido la marca del miedo.
Además la serie cuenta con grandes momentos cinematográficos que tienen su cumbre en el capítulo sexto, con impresionantes planos secuencia que no dejaron de tenerme vertiginosamente en vilo.
Todos los episodios están dirigidos por Mike Flanagan, que se ha consagrado como uno de los grandes del terror psicológico.
Además el conjunto es argumentalmente perfecto, con un tono literario en su capítulo final enternecedor.
Gustará, incluso, a los detractores de las pelis de miedo.
‘El cuento de la criada (The Handmaid’s Tale)’ es el nuevo proyecto de MGM Television para la cadena Hulu.
Se trata de una adaptación de la novela homónima escrita por Margaret Antwood en 1985.
El creador, guionista y productor ejecutivo es Bruce Miller (‘Los 100’), quien trabaja junto a Daniel Wilson, Fran Sears y Warren Littlefield.
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Comentario:
Leo el comentario que hice en su momento de la primera temporada de El cuento de la criada y podría copiarlo y pegarlo, con algún pequeño cambio, y me serviría perfectamente para esta segunda temporada.
Elisabeth Moss da vida a June Osborne o a la criada DeFred y a través de su mirada contemplamos la realidad distópica terrible de Gilead, un estado donde las mujeres carecen de derechos, incluso las de la clase dominante y donde se saluda diciendo: “bendito sea el fruto, bendito día, por su mirada, alabado sea, espero que madure…”
Cuando lo normal es decir: buenos días o buenas tardes o ¿qué tal te va machote?
La historia avanza en esta segunda temporada, pero no demasiado pues estas mujeres de Gilead están atrapadas en una cárcel de la que no van a poder escapar por las rejas que las rodean, pero también por sus compromisos sentimentales.
La historia se vuelve más turbia conforme avanzan los capítulos, llegando a ser irrespirable.
Las escenas crueles me incitaron a dejar de verla.
No soy capaz de comprender cómo pueden ser felices los dirigentes de una sociedad así. Eso me genera bastante desasosiego.
Cuando la maldad se vuelve institucional, se convierte en absoluta y eso me da que pensar en aforismos como que “la violencia siempre es injustificada”, principios que para mí son inmutables se tambalean.
Ante una situación como la que se plantea en The Handmaid’s Tale hasta que punto es lícito mantenerse impasible y no usar todos, y cuando digo todos me refiero a todos, los medios para romper esa situación.
¿Moralmente es admisible en aplicación de la no violencia dejar esa situación de forma permanente?
Impresionante y arrolladora la interpretación de Elisabeth Moss con una actuación llena de matices y con unos ojos capaces de expresarlo todo.
Espero que en la tercera temporada llegue la revolución.
Producción británica de gánsters de Birminghan a la que no puedo evitar encontrar paralelismos con El Padrino. Tal vez, porque se trata de un referente tan potente que todos tenemos interiorizado y no podamos abstraernos de él, en esto incluyo al creador de esta serie Steven Knight.
Lo que más me llama la atención es la baja extracción social de estos mafiosos. Son obreros que tratan con proletarios y quieren prosperar en la vida en una sociedad clasista y con barreras sociales infranqueables como la británica.
La serie en estas dos primeras temporadas define bien a los personajes y lejos de ser previsible va atrapando al espectador con buenos giros de guión.
Una cuestión que se repite en la trama es idea de la violencia como irremediable ante los sucesos. Como si el destino sanguinario estuviera escrito y por mucho que se intente escapar de él te va a perseguir.
Cillian Muphy da vida a Thomas Shelby, el cabeza de esta familia, que intenta por todos los medios usar el diálogo y el pacto para evitar la sangre, pero es imposible escapar a este sino.
Hay un poso en la peli de la marca que deja la guerra en los veteranos, en este caso la Primera Guerra Mundial, que fue larga y difícil para los soldados que durante meses estuvieron atrapados en las trincheras. Un quebranto psicológico que no se puede superar y que crea un lazo de amistad y de camaradería entre ellos.
De Sam Neill no comentaré nada, su personaje me cae fatal.
Glorioso Tom Hardy en su papel de judío que se hace el loco.
Hay tres personajes femeninos muy potentes. La hermana, la tía y la amante. Impresionantes las tres actrices componiendo personajes intensos y con enjundia.
Muy interesante mezclar pistoleros del IRA, policías corruptos, comunistas, obreros y sicarios. Un cóctel que da mucho vigor a la serie.
Los hermanos Guerrero han controlado el flujo de la droga desde la península al resto de Europa durante décadas. Ahora se enfrentan a uno de los momentos más cruciales de su historia. El hermano mayor, Daniel, sale de la cárcel, después de quince años, con ganas de recuperar su lugar en la familia. El mundo que Daniel dejó atrás ya no existe. Su padre Abraham está enfermo, su hermano Clemente ha desaparecido y ahora su hermano mediano, Tomás, es quien controla el negocio familiar. El peor enemigo de los hermanos Guerrero lo encontrarán en casa, en ellos mismos. La educación que les dio su padre para que se pelearan como una jauría de perros para sobrevivir, sin importarles los medios, sin límites morales, como Gigantes. Una guerra fraternal que llegará hasta las últimas consecuencias. Presentación de los dos primeros capítulos de la nueva serie de Movistar+.
FICHA
DIRECCIÓN
Enrique Urbizu , Jorge Dorado
GUION
Miguel Barros , Moches Gaztambide
FOTOGRAFÍA
Unax Mendia
INTÉRPRETES
José Coronado, Daniel Grao, Isak Ferriz, Carlos Librado ‘Nene’, Elisabet Gelabert, Yolanda Torosio, Sofia Oria
DURACIÓN
107 m.
PAÍS
España
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Comentario:
En el primer episodio de esta serie José Coronado interpreta a un mafioso de mal genio, que educa a sus hijos con puño de hierro y se encarga de forma contundente de sus “negocios”.
En el segundo episodio uno de los hijos ha tomado el timón de la familia.
Enrique Urbizu es un valor seguro y nos ofrece una serie dura y violenta con personajes muy potentes.
Veerle Baetens, Stijn Van Opstal, Jeroen Perceval, Hilde Van Mieghem,Gene Bervoets, Peter Van den Begin, Natali Broods, Cécile Enthoven,Ruth Beeckmans, Lynn Van Royen, Gregory Frateur, François Beukelaers,Bilall Fallah, Jan Debski, Marc Peeters, Tom Audenaert, Ferre Nachtergaele,Olaf Verghote, Steven van Watermeulen, Viviane De Muynck, Michael Pas,Ruth Becquart, Koen De Sutter, Annemie Gils, Elke Shari Van Den Broeck,Vic de Wachter, Mathias Pille, Isabelle van Hecke, Soufiane Chilah, Patrick Pickart,Marc Didden, Steve Van Nuffel, Peter De Graef, Els Olaerts, Kevin Bellemans,Valentijn Dhaenens, Eric Kempeneers, Bob Snijers, Rachida Chbani
Productora
Caviar Films. Distribuida por ZDF Enterprises
Género
Serie de TV. Thriller | Secuestros / Desapariciones
Me recomiendan esta serie belga que juega como elemento básico, para construir la historia, con el recuerdo.
La protagonista sufre una amnesia después de un accidente. No es capaz de recordar lo que ocurre de manera cotidiana.
La desaparición de un joven provoca que una psiquiatra y un viejo inspector de policía escarben en su memoria para conocer la verdad.
La trama va combinando imágenes en el centro de atención mental con varios tiempos del pasado. Para que el espectador no se confunda, se va dando la información de que localización temporal.
La historia se construye como un puzzle, en el que los retazos que lo conforman no siempre son verdaderos, porque un amnésico rellena sus huevos con fabulaciones, no confabulaciones como la pésima traducción dice a veces.
Es un thriller con elementos esquizoides y oníricos, que mantiene muy bien la intriga, con ese fondo turbio que caracteriza a las series nórdicas, aunque Bélgica no sea demasiado del norte.
No puedo contar más de la trama. Se disfruta mucho armando ese puzzle.
Esta miniserie está ambientada en el Nueva York de finales del XIX.
Se trata de un thriller con elementos de melodrama.
Con ese título no podía faltar la ración de psicología criminal barata.
Con personajes protagonistas atormentados por su triste pasado. Con malos muy malos a los que les coges verdadero asco.
Con dosis de feminismo en los personajes de Mary Palmer (Q´orianka Kilcher) y Sara Howard (Dakota Fanning).
La ambientación es colosal, con una representación muy cruda de la miseria de esa gran ciudad.
Además se respira la turbiedad moral en las calles y tugurios que se nos presentan y en las altas esferas de una sociedad profundamente corrupta donde los crímenes de los poderosos van a quedar impunes.
Hay algún truco de guión que no se explica.
La serie es interesante, pero no engancha tanto como otros productos.
Saga Norén (detective sueca de Malmö) ha de resolver un nuevo caso ayudada de Henrik (policía de Copenhague), después que a Martin lo metiera en la cárcel.
Estos asesinatos tienen un cierto aire a Seven, pero en lugar de retratar los pecados capitales, representan obras artísticas contemporáneas.
La trama es bastante enrevesada y compleja, con algunos detalles muy cojidos por los perlos.
Pero funciona como vehículo para contar lo más importante.
Saga y Henrik son dos personas profundamente heridas por la pérdida de seres queridos.
Ella padece síndrome de Asperger, él alucinaciones dentro de un trastorno delirante del que hace autocrítica.
La madre de Saga destrozó su infancia y la de su hermana y quiere terminar arruinando su estable y ordenada vida actual.
El personaje de la protagonista, magníficamente interpretado por Sofía Helin, se mueve entre el drama, la compasión y el humor.
Su falta de empatía y la incapacidad de comprender los sentimientos de los demás produce situaciones incómodas y ridículas.
Saga se mueve en un mundo de expresiones no verbales y de sentimientos que no comprende, que se le escapan.
También está el ambiente sucio y plomizo de estos dos países nórdicos.
Siento un extraño placer en comprobar que la vida en “los paraísos del norte” no es tan idílica como siempre hemos pensado.
La trama está salpicada de marginales, de historias turbias de adopción, de fábricas abandonadas y vertederos.
He vuelto a disfrutar mucho con esta tercera temporada.
En los setenta dos agentes especiales del FBI se dedican a hurgar en la mente de asesinos secuenciales o, como luego se llamarían, en serie.
Todos los personajes que se nos presentan están perfectamente perfilados. No son muchos.
Los detectives, su jefe, la profesora de universidad, la novia y los psicópatas.
Pero Joe Penhall como “creator”, David Fincher como director de la mayoría de los episodios componen unos personajes complejos e interesantes y los sitúan en ambientes enrarecidos, poco amigables.
Hace unos días asistí a una conferencia de mi amigo Daniel Ramírez sobre su experiencia en el tratamiento de delincuentes sexuales, que casualmente son los que se tratan en esta serie.
Las características comunes en ellos eran, entre otras que seguro me olvido:
Todos eran hombres.
Obtenían una satisfacción en sus actos.
No iban a parar hasta ser detenidos.
No tenían sentimiento de responsabilidad o culpabilizaban a “otros” incluso a su víctima de sus actos.
Me impresiona comprobar que los encarcelados entrevistados por los agentes especiales Jonathan Groff y Holt McCallany reúnen todas estas características.
Maravillosas la joven Hannah Gross y la un poco más madura Anna Torv, que interpretan personajes muy interesantes.
Me costó entrar en la serie, los primeros capítulos me parecieron plomizos, pero mi interés fue en aumento.
Pocas veces en el cine y ninguna en televisión habíamos visto un retrato tan realista y veraz de un tipo de personas que podemos encontrarnos en la vida que llamaríamos (generosamente) metepatas.
Efectivamente se siente vergüenza ajena.
La serie se podría haber titulado “Patéticos“.
Durante los primeros episodios, son 10 de 25 minutos, lo pasaba mal viendo las meteduras de pata de este impresentable. Le decía a Elena que no lo podía soportar y casi abandono.
Luego adquirí un cierto distanciamiento que me permitió aguantarla.
Jesús, magníficamente interpretado por Javier Gutiérrez, reúne todos los requisitos para ser un gilipollas integral. Tiene el difícil sentido de la inoportunidad, pero además es mala persona. Lleno de prejuicios. Un tonto que se cree listo.
Nuria, a la que da vida Malena Alterio, se va contagiando de la estupidez de su pareja, pero ella tiene buen fondo, no como Jesús.
El último episodio parece que va haber una cierta redención, pero solo es un espejismo, una ilusión.
Javier y Malena demuestran, una vez más, lo buenos actores que son.
Una serie que me ha impactado, de la que me va costar recuperarme.
Mi puntuación: 7,15/10.
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Los directores Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero:
Estoy sometido a cierta presión para ver series españolas.
Me resisto todo lo que puedo. Con ésta había recibido opiniones muy favorables.
Lo cierto es que el resultado suele ser decepcionante.
La casa de papel es un intento esforzado para crear un producto atractivo.
Intenta combinar los elementos clásicos para gustar al espectador: intriga, drama, cierta dosis de acción, sexo y notas de humor.
Se recrea en la construcción de los personajes que, sin embargo, parecen estereotipos.
La idea original es muy atrayente, pero su desarrollo resulta excesivamente alargado, habiendo muchos tramos que son de relleno que no aportan nada a la evolución de la historia.
Hay unos agujeros de guión tremendos que inhabilitan la credibilidad del argumento.
La monina (no llega a guapa) Úrsula Corberó es la narradora omnisciente de la serie, su voz en off resulta absolutamente inadecuada y cansina.
Esta chica sale manteniendo relaciones sexuales en varios de los primeros capítulos, tal vez, para intentar dar un plus de entretenimiento a la audiencia.
El personaje que más atractivo me ha parecido es la inspectora Raquel Murillo, interpretada por la encantadora y muy competente Itziar Ituño, que se esfuerza en un mundo testosterónico por demostrar su competencia. Su vida personal y su subtrama resultan de lo más estimulante.
Destaco también a la racial y potente Alba Flores, merecedora de ser la protagonista. Úrsula a su lado parece una sosita.
Paco Tous tan competente como siempre.
La primera temporada se deja ver, pero la segunda es penosa.
El final grotesco, de risotada.
Ya sé que algún patriota de las series ibéricas se va a enfadar, pero que le vamos a hacer.
Los Underwood siguen siendo igual de malos y calculadores, pero la trama resulta monótona.
Su lucha para aferrase al poder retorciendo la ley y la Constitución resulta patética.
Se nos introduce en los vericuetos complejos de la legislación americana, que no interesan y no importan.
Capítulo tras capítulo asistimos a un espectáculo deprimente.
Sus rivales al puesto de presidente no son mucho mejores personas que estos adictos al poder a toda costa.
En fin, muy a nuestro pesar, hemos decidido dejar de perder el tiempo y clausurar esta serie, que anteriores temporadas, nos ha hecho pasar momentos magníficos.
Decidimos ver el último episodio de la segunda temporada.
Éste lo recordábamos mejor. Realmente estupendo.
Comenzamos a ver esta tercera temporada.
Los primeros capítulos me resultaron un poco flojos, con la incómoda sensación que no pasaba nada.
Pero la serie recobra brío a partir de los episodios seis o siete.
Esta cárcel de mínima seguridad donde habita la pijilla Piper Chapman (Taylor Schiling) y su novia Alex Vause (Laura Prepon) es una especie de resumen concentrado de la realidad americana.
En un espacio pequeño y cerrado conviven chicanas, orientales, afroamericanas, caucásicas…
En esta temporada dos son los sucesos fundamentales que marcan el rumbo de la serie…
¡Van espoliers!
La privatización de la cárcel que lleva consigo la reducción del gasto en medios y personal. Un claro guiño a la situación actual que bien podría aplicarse a la realidad española.
Y la conversión de Piper en una mafiosa con la constitución de una empresa de venta de bragas usadas para disfrute del olfato de algunos internautas.
La simpática Jenji Kohan mezcla bien el drama con la comedia, dando un tono amable a la serie, pero con un fondo amargo.
Los flashbacks que salpican la narración nos van dando pinceladas de los personajes y conocemos, en parte, el porqué son como son.
A mí las pelis protagonizadas por mujeres me encantan. Me entusiasma sumergirme en ese mundo femenino que me parece atractivo y maravilloso.
La primera temporada no concluye con la resolución del caso del asesinato de Rosie, lo cual nos ha obligado a ver esta segunda temporada.
Hemos pospuesto el visionado de la séptima temporada de The Walking Dead.
La detective Sarah Linden se vuelve más obsesiva y triste, abandonando totalmente su aseo personal, su alimentación y lo que es peor el cuidado de su hijo.
Ya sabéis que se trata de una versión de una serie danesa (Forbrydelsen).
Su protagonista es Sarah Lund.
Tenemos a la Linden americana y a la Lund danesa.
La primera es más atormentada, más psiquiátrica.
La nórdica es más fría, más obsesiva y no se cambia de jersey en toda la temporada.
No quiero insistir en las comparaciones, pero ganaría la danesa, aunque este remake no es, en absoluto, despreciable.
En esta segunda temporada hay mucho de drama familiar, mucho de política traicionera y de baja estopa y mucho de investigación policial en contra de todos y todo.
Llega un momento que solo a Sarah y a su compañero Holder, con pinta de toxicómano, les importa saber quién mato la jovencita Rosie.
En esta temporada se va componiendo el puzzle de la vida de Rosie, llena de secretos y de inquietudes que nadie llegaba a conocer.
La tensión se mantiene hasta el final.
Su resolución termina siendo doblemente sorpresiva.
Mireille Enos compone un un buen personaje, pero la danesa Sofie Gråbøl era más fría, más distante, más atractiva, más inquietante.
Impresionante cuando la vemos hacer un pequeño cameo en esta versión americana, interpretando a una fiscal.
Los políticos, ni sus asesores, no salen muy parados.
La tragedia de esa familia ocupa un lugar muy importante en la trama.
Los policías tienen unas historias infantiles muy tristes que marcan su existencia.
Pesa mucho el recuerdo de Forbrydelsen, pero The Killing es una muy buena apuesta para los amantes de noir triste y plomizo.