Se trata de un drama sobre la violencia de género. Con un claro carácter pedagógico. Nos muestra las graves consecuencias de no denunciar los malos tratos en su momento.
La protagonista absoluta es Amaia Salamanca. No me caía bien pero después de verla aquí y en la estupenda ¡Atraco! mi opinión sobre ella ha mejorado. Su interpretación es sentida y la transformación que realiza de su personaje es de lo mejor de la peli, pasa de ser una chica alegre y despierta a una muchacha temerosa y triste.
¡Cómo me sigue molestando el recurso de la voz en off! Casi siempre innecesario.
Oliver Stone es un director cuanto menos interesante. Ha hecho grandes películas y algún que otro bodrio. Entre las primeras tenemos Platoon de 1986 o J. F. K. Caso abierto de 1991 posiblemente el mejor montaje de la historia del cine y que sirve de lección magistral en todas las escuelas de cine.
En esta Salvajes, Stone comete varios errores (a mi modo de ver):
La protagonista O interpretada por la sosa-sosísima Blake Lively nos va relatando la historia con una insufrible voz en off como si fuéramos retrasados.
Los supuestamente buenos Ben y Chon perpretados por Aaron Taylor-Johnson y Taylor Kitsch respectivamente son los peores actores que he visto en mucho tiempo.
La historia es enrevesada y pretende ser violenta con imágenes supuestamente truculentas pero hay algo que me parecía falso en todo ello. Tal vez después de ver hace unos cuantos años la hiperviolenta Asesinos Natos, de este mismo director, todo me parezca flojo.
Oliver Stone se permite el lujo de ofrecernos dos finales alternativos, siendo el primero mi preferido con esa imagen del trío protagonista estilo tragedia griega. El segundo final es posiblemente el que exigieron los productores para hacer más comercial esta peli (¡horror de final feliz!).
El aspecto más positivo es la ambigüedad moral en la que se mueven todos los personajes. Posiblemente los malos caigan más simpáticos.
Hay un momento realmente cruel. Benicio del Toro le muestra el vídeo grabado con el móvil a Blake Lively de su violación.
Querido Oliver: otras veces te has lucido más, pero no dejes de intentarlo.
Jacques Tourneur, director francés que trabajó sobre todo en EE.UU. y en sus últimos años llegó a dirigir episodios de Bonanza, es sobre todo conocido por su película La Mujer Pantera.
Aquí realiza una peli de espías ambientada en la Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
No recuerdo ninguna peli que nos cuente qué pasó en la Alemania ocupada por los Aliados. Por eso me parece una producción excepcional.
En los créditos iniciales se especifica que las fuerzas militares de ocupación habían autorizado la grabación de imágenes mostrando Berlín y Frankfurt absolutamente devastadas tras los bombardeos. Son fotogramas de una potencia visual arrolladora que realmente te trastornan.
El relato es de típica peli de intriga al estilo Hitchcock pero de su etapa británica. Los personajes están bien construidos aunque resultan algo esquemáticos y consiguen un buen nivel dramático todo con un tono de cierta ingenuidad.
El blanco y negro es maravilloso y muy adecuado a la historia y a la época.
El único pero es el uso excesivo de la voz en off, aunque aquí tal vez sea necesaria.
¿Porqué a Elena y a mí nos atraen estas películas antiguas de un modo tan intenso?
No lo sé muy bien pero de lo que estoy seguro es que nos lo pasamos fenomenal.
Ted es una comedia romántica al uso, cortada con el mismo patrón que otras muchas. John y Lori son una parejita de enamorados pero John tiene el típico amigote (Ted) parásito, porrero y juerguista que le lleva por el mal camino al enamorado John. Por ello la pareja discute y se separa. John lucha por su amor. Ted intercede y la parejita se reconcilia y vuelven juntos.
La novedad de esta historia tan manida es que la mala influencia (Ted) es un osito de peluche estilo Mimosín pero en plan gamberro. Y este muñequito es el que se lleva de calle la peli, con ventaja.
El arranque y el final son de cuento navideño con una voz en off muy adecuada. Pero de ese principio ñoño se pasa al humor lleno de palabrotas e irreverente de Ted.
Hubo momentos en los que (literalmente) me desternillé y temí por la integridad de mi vía respiratoria. También hubo episodios no muy entretenidos.
A Mark Wahlberg le he descubierto como buen actor de comedia bien acompañado de la bella Mila Kunis con unos ojos abisales.
Esta peli me planteó algunas reflexiones que quería compartir. La novia Lori le plantea a su novio la necesidad de madurar. Y yo me pregunto: ¿qué es madurar? ¿Volverse un tío serio al que no le hacen gracia los chistes, que no se desmadra nunca, que no dice palabrotas?. Eso, tal vez, es lo querría Lori de su novio John. Pero no, querida Lori, madurar es tener las cosas claras, saber que te gusta y que no y no significa perder el sentido del humor, ni la socarronería, ni las ganas de vivir. Maduro no es lo mismo que aburrido.
Siempre se ha dicho que los hombres se casan esperando que su esposa no cambie y las mujeres esperando cambiar a sus maridos. Hay que saber aceptar a las personas como son y no cómo nos gustarían que fueran.
Después de estas reflexiones de borracho de barra de bar os recomiendo que veais Ted y ¿porqué?. Si yo me lo pasé bien espero que vosotros también la disfrutéis.
Hay unos cuantos momentos memorables en esta peli que espero no olvidar.
Me declaro admirador del gran Sidney Lumet pero no había visto esta película. No es una de las más conocidas y tal vez no de las mejores, aunque es una peli magnífica.
Lumet ha sido el diseccionador de la corrupción policial y judicial y generalmente en el marco de la ciudad de Nueva York y aquí vuelve a cumplir estos requisitos.
Ha sido un cienasta muy prolífico que comenzó como actor y se estrenó como director con 12 hombres sin piedad un estreno impresionante. Solía decir que el de director es el mejor trabajo del mundo. Se le considera perteneciente a la Generación de la televisión aunque su dirección siempre ha sido clásica sin efectismos.
Esta Distrito 34 desarrolla una trama compleja con linealidad sin flashback, sin voz en off, con una cámara invisible.
La trama es compleja nos habla de corrupción policial, de mafiosos, de soplones, de racismo, pero también hay personas honestas y una historia de amor de fondo.
Los personajes son complejos, poliédricos y por ello reales. Los secundarios tienen historia no son meros rellenos.
La película rezuma cierto pesimismo. La conclusión final es que hay que esconder la suciedad debajo de las alfombras porque no se puede limpiar y el único refugio del protagonista es el amor, una historia que él mismo frustró.
Destacar a un malvado Nick Nolte que está magnífico en su papel de poli corrupto pero convencido que obra adecuadamente.
Timothy Hutton es el hilo conductor de la historia y tal vez no esté a la altura, en un papel ciertamente difícil.
Hay muchos momentos que me impactaron pero hay una frase al final de la película que consiguió que tuviera un escalofrío. El abogado de la fiscalía interpretando por Hutton entra en cólera al saber que la verdad y la justicia no va a prevalecer y comienza a destrozarlo todo. Su viejo amigo simplemente dice: “llamen a mantenimiento”.
Vi acompañado de Elena de nuevo este peliculón. Hice un comentario en Noviembre de 2011 cuando no conocía ni sospechaba que fuera a ganar el Goya.
La trama es ciertamente complicada y el verla por segunda vez me ha permitido apreciar detalles que no recordaba o de los que no me había percatado.
Hay una sucesión de escenas sin diálogo que son estupendas y pensé lo inútil que hubiera sido incluir la voz en off que tanto detesto.
Éste es el cine que me entusiasma, ese en el que no todo está claro, en el que hay que descubrir las cosas y puedes suponer más que saber.
Si la peli hubiera sido americana Santos Trinidad hubiera quedado mal herido y podría protagonizar un par o tres de secuelas. Aquí solo podemos esperar una precuela.
Los descendientes es un peli poco usual en el panorama actual cinematográfico. Habla sobre una desgracia en una familia, sobre la especulación inmoviliaria, sobre la relación padres-hijos, sobre la oportunidad de volver a empezar y todo ello en el paisaje y el paisanaje de las islas Hawái.
Alexander Payne me sorprendió con la magnífica Entre copas en la que su protagonista también estaba en crisis. Aquí mezcla comedia con drama retratando la vida. En medio de la tragedia de esa madre en coma que va a morir surgen situaciones que también son hilarantes o al menos despiertan una sonrisa. Recordé como en muchos funerales en medio de la tristeza alguien cuenta un chiste y todo el mundo se parte.
El perosnaje de George Clooney hace un recorrido personal que lo cambia. Hombre dedicado solo a su trabajo nunca se había ocupado de sus hijas, ni de su casa, ni tampoco de su esposa. Y en este camino se encuentra con sus hijas y decide no seguir siendo el perfecto candidato a más rico del cementerio.
Payne rueda de manera divertida con planos originales aunque tal vez abuse de la voz en off al principio de la peli.
La filmación se realizó durante 4 meses en la isla de Oahu en parajes naturales de los que el director sabe sacar provecho.
Clooney está prodigioso, expresivo y entrañable en una interpretación que ya ha sido premiada en los Globos de Oro.
Pero el gran hallazgo para mí es la jovencita Shailene Woodley que interpreta con inusitada solvencia al sentido común en esa familia que revienta de crisis. Habrá que seguir su carrera de cerca.
Begginers es una peli, hasta cierto punto, sorprendente. El guión sería poco creíble sino estuviera basado en hechos reales vividos por el propio director.
La mezcla durante toda la película de la alegría de Christopher Plummer, a pesar de su enfermedad, y la tristeza de Ewan McGregor, a pesar de haber encontrado a una chica estupenda, dan un tono agridulce a la película.
El planteamiento es original y entretenido, con continuas analepsis y la inserción de imágenes con voz en off que tratan de explicar lo diferentes de varias épocas.
El tema de la homosexualidad está bien tratado aunque tal vez el asunto del cáncer es pasado de forma superficial (esto es de agradecer).
Esta película argentina del debutante como largometrajista Gustavo Taretto nos cuenta las vidas cruzadas (pero no encontradas) entre Mariana y Martín.
La peli comienza con decenas de imágenes de edificios de la ciudad de Buenos Aires con un aire de documental y una voz en off que al principio resulta agradable y divertida pero que se reitera a lo largo del desarrollo llegando a ser primero innecesaria y después irritante.
Esta parte documental es estupenda, una especie de homenaje a la caótica capital de Argentina.
La peli se disfruta con muchos momentos graciosos e ingeniosos tanto a nivel de guión como a nivel visual. También hay escenas de relleno en las que parece que el director esté tan perdido como sus personajes.
Destacar la presencia de Pilar López de Ayala que habla bien en argentino. Es divertida esa búsqueda de Wally, fábula de la búsqueda del amor que está camuflado en la gran ciudad.
Los personajes no son muy originales. Son treintañeros, despistados, solos que buscan compañía y amor, viviendo más que en la realidad en internet.
Hay un claro homenaje a Woody Allen y especialmente a su peli Manhattan que emociona por separado a sus dos protagonistas.
Peli basada en la novela autobiográfica de Valérie Tasso que tuvo un gran éxito.
La peli nos cuenta las relaciones de Val con diversos tipos de hombres que es tal vez lo único de interés de la peli. Pero los personajes resultan arquetípicos y poco creíbles.
Todo el metraje se ve lastrado por el origen literario y hay una permanente voz en off que resulta totalmente prescindible e insoportable.
Para colmo de desdichas la actriz protagonista Belén Fabra resulta sosa y sus continuos desnudos no son nada estimulantes. Si este papel lo llegara a interpretar Jennifer López sería la caña.
Como dato positivo la buena actuación de Llum Barrera que interpreta un personaje creíble.
El conjunto resulta penoso. Una peli totalmente olvidable.
Un documental que nos muestra los primeros 15 meses de vida de cuatro niños. Una africana, un mongol, una japonesa y una norteamericana.
El montaje mostrándonos los grandes contrastes entre los cuatro bebés y el medio donde crecen hace que este documental sea tremendamente instructivo y divertido.
Resulta especialmente agradable la niña africana, risueña y simpática que parece la más feliz.
El contraste entre la vida de estas criaturas resulta brutal sobre todo a nivel de cuidados y de higiene. Me considero limpio y soy de esos que se lavan las manos cuando está indicado y que me ducho casi todos los meses incluso sin hacer falta. Como decía: me considero limpio y ver en la situación de absoluta insalubridad en la que viven los bebés africano y mongol me produjo mucha pena. Aunque parecen en muchos momentos felices, incluso más que la niña japonesa, su esperanza de vida seguro que se ve reducida por infecciones sobre todo digestivas. Hay un momento en el que la niña de Namibia bebe de un charco resultando gracioso y repugnante a la vez.
La relación con los diferentes padres es también curiosa. El papá africano no aparece, el mongol tiene una breve presencia. En cambio el japonés y el americano se ocupan activamente del cuidado de su hijo.
Hay momentos de auténtica tensión e incluso miedo cuando aparecen animales domésticos.
La cámara observa con atención respetando la espontaneidad. El montaje es ágil y hace el documental muy entretenido. Pero lo que más agradezco es la ausencia absoluta de voz en off, ¿para qué contar lo que ya se ve?
Es un documental pero su visionado es tan entretenido como el de una peli de ficción o incluso mucho más que la mayoría.
Peli hablada en catalán en la versión original, dirigida a cuatro manos por Jordi Cadena y Judith Colell.
Tiene dos partes bien diferenciadas. La primera en blanco y negro relatando la violación de Elisa y los efectos que en ella causa ese terrible suceso. La segunda parte en color cuando la protagonista es universitaria y un día recuerda ese suceso.
El planteamiento de la película es interesante y su desarrollo atrapa.
Pero tiene graves defectos que impiden que sea una peli redonda.
La voz en off es constante y va relatando con frialdad todo lo que sucede incluso anticipando acontecimientos. Mis seguidores, si es que los tengo, ya conoceréis mi aversión hacia este recurso que suele ser innecesario. Aquí se abusa de él y resulta insoportable. ¿Para que decir lo que ya ves?
Las circunstancias de la violación de Elisa son poco creíbles.
La escena en la que Elisa ya jovencica recuerda es tal vez demasiado larga y excesiva.
El sufrimiento de Elisa se trasmite bien al espectador que se queda impresionado y comprende que el horroroso incidente va a marcar la vida de la niña.
Sin límites es un thriller entretenido que mantiene el interés.
Hay secuencias bien rodadas y originales que sorprenden al espectador, sobre todo cuando el protagonista consume esa droga maravillosa el NZT. Esa cámara que camina a ritmo vertiginoso por las calles de Nueva York resulta impactante.
La voz en off es como siempre innecesaria aunque es preciso reconocer que no se abusa de ella.
Robert de Niro como siempre eficaz, pero verle en tantos personajes en tantas y tantas películas confunde un poco.
Hay aspectos en la peli que me recordaron a Matrix y al Club de la lucha, aunque las líneas argumentales sean totalmente diferentes. El apartamento del personaje Eddie Morra me recuerda mucho al del Club de la lucha.
Destacar el maquillaje que resulta muy eficaz y hace muy creíbles a los personajes.
Se podría decir que Sin límites es un thriller del siglo XXI.
Lo peor con ventaja es el final, con una moralina absurda y entrando de lleno en esa malformación del cine americano del happy end.
Pero tanto Stephen como Michelle han envejecido. Michelle sigue siendo una gran actriz y su actuación en la peli es impecable. Y Stephen realiza una peli correcta pero sin garra.
La Pfeiffer hace de prostituta retirada y adinerada que se enamora de un joven, hijo de una competidora (Kathy Bates). La historia podría tener interés pero solo podría, porque no lo tiene en absoluto.
La fotografía es buena (solo buena), los decorados son estupendos y el vestuario maravilloso, se desarrolla en la Belle Époque con el Art Decó de fondo. Todo muy bonito.
Hay una voz en off que como siempre es innecesaria y muchas veces molesta.
¿Es que Kathy Bates siempre hace el mismo papel? Definitivamente sí, solo le cambian el vestuario.
Película muy recomendable para conciliar el sueño.
Dan ganas de ver de nuevo Las Amistades Peligrosas y olvidar Chéri.