Los hermanos Pastor se han atrevido a entrar en el género apocalíptico, muy de moda, tal vez, por la difícil situación actual.
Habíamos visto destruir la ciudad de Nueva York y el fin del mundo por guerras, meteoritos, planetas enteros, infecciones y sobre todo zombis.
Los pastor nos sitúan la acción en una reconocible Barcelona y eso ya es novedad y además ahora el peligro parte del interior de cada persona en forma de enfermedad mental, concretamente de agorafobia. Estos dos planteamientos ya de principio la hacen interesante.
Los protagonistas son dos individuos nada heroicos. Un gestor que se dedica a despedir trabajadores, con la excusa del saneamiento empresarial, interpretado por un en racha José Coronado y un informático no muy espabilado, un Quim Gutiérrez correcto.
Estos dos individuos tendrán que hacer un curso acelerado de supervivencia post-apocalíptica y deciden ir en busca del hogar que está representado por una Marta Etura, como siempre encantadora, un personaje positivo y esperanzador que me recordaba al que interpretó en Celda 211.
Los dos protagonistas en un viaje por el subsuelo barcelonés se van conociendo y humanizando y terminan cayéndonos simpáticos.
La peli está bien rodada y mantiene el interés. He oído críticas despiadadas por su final pero a mí me gustó.
Los últimos días es cine de género pero bien realizado y con un aire nuevo de renovación que no da la sensación de ya visto y que solo ha costado seis millones de euros. En los USA les hubiera salido por un pico.
Fer me acompañó, a él le entusiasmó.
A los hermanos Pastor les diría que progresan adecuadamente.
Está bien rodada con estilo sencillo, sin abusar de los primeros planos y con un uso correcto de la cámara.
La peli tiene muchos valores positivos. En ella los personajes hablan como personas normales, inteligentes. No hay chistes solo el humor que se deriva de la cotidianidad. No hay situaciones forzadas, todo es natural y sencillo.
Los personajes usan la correspondencia de papel y boli como medio de comunicación.
Hay un gran amor a la lectura.
La música clásica se emplea como medio para disfrutar mejor de la vida y Jesse Fisher aprende a ver Nueva York de una manera diferente.
Se plantean situaciones como la añoranza de la época universitaria que además se sitúa en un paraje rural de un hermoso verde que contrasta con el árido Nueva York.
Es interesante como se da la visión de la influencia de un buen profesor en el resto de la vida de un estudiante.
También se habla del trauma de la jubilación y por otro lado en la incapacidad de madurar y de sentirse siempre un joven.
Hay un episodio muy interesante y que invita a la reflexión cuando la pareja discute sobre El libro Crepúsculo de Stephenie Meyer. ¿Quién decide qué es bueno o malo?
Zac Efron interpreta a Nat un muchacho excéntrico pero que consigue la amistad de Jesse, pero cabe la duda de si es real o un producto de la imaginación del protagonista.
Elizabeth Olsen, hermana pequeña de las gemelas Olsen (Mary-Kate y Ashley Olsen) no es tan guapa como sus hermanas pero realiza un papel fenomenal y resulta encantadora.
Especialmente graciosa resulta la aparición de la profesora interpretada por Allison Janney que enseña Literatura romántica y carece del más mínimo romanticismo.
Viendo el trailer no he podido evitar emocionarme.
Siempre me ha gustado cuando en las revistas se colocan dos críticas sobre una película, una a favor y otra en contra. Me he preguntado como dos críticos pueden tener visiones tan contrapuestas.
Hoy me voy a permitir realizar lo mismo con esta quinta entrega de esta taquillera saga en un ejercicio de trastorno de identidad disociativo.
A favor:
Acudo dispuesto a disfrutar de esta peli. Las escenas de acción se suceden sin descanso no dando un respiro al espectador.
La película trata de manera humorística la relación entre padre e hijo los dos llamados a ser héroes sin quererlo.
El personaje de John McClane se ha ido desarrollando y ha adquirido una categoría de superhéroe. Resulta magnífico ver a Bruce Willis con la camiseta sucia al final de la película sin fracturas ni heridas a pesar de haber pasado por la batidora (casi textualmente).
Lo mejor es dejarse arrastrar por el desarrollo trepidante y disfrutar.
Muchos besos y muchas gracias.
En contra:
Esta quinta entrega del poli de Nueva York, John McClane es una sucesión incesante de fuegos artificiales con mucho ruido y pocas nueces.
John Moore ha convertido a Bruce Willis en una especie de superhéroe indestructible, cuando lo precisamente atractivo del personaje es ser de carne y hueso, que se lesiona, que se mancha, sangra y suda la camiseta.
Aquí inexplicablemennte sufre los más graves accidentes y ni siquiera pone una mínima expresión de dolor. Se ha vuelto resistente a todo y con ello ha perdido todo encanto.
Esta nueva entrega más parece de la destestable saga Misión Imposible que de La Jungla.
El guión tiene una inconsistencia total parece escrito por un mal plumilla en estado de embriaguez absoluta.
El hijo de McClane es absolutamente inexpresivo y colabora a que el tedio sea mayúsculo.
Los escasos momentos de humor son lo único de agradecer pero no sirven para salvar del desastre de esta producción afortunadamente olvidable.
El comienzo es irregular. Tal vez estemos acostumbardos a ver torturar a la CIA y nos parezca lo más natural. Pero conforme avanza la proyección mi interés fue en aumento. Seguí la historia con máxima atención. Bien rodada, con cambios continuos de localizaciones y planos bien planificados. La sensación de realidad es continua.
La investigación es contundente y exhaustiva. Se nos explica bien como se llega a encontrar la guarida de Osama bin Laden.
Pero tanto o más interesante es cómo se toma la decisión de asaltar su escondite, con sus entresijos políticos.
Guía la historia una extraordinaria Jessica Chastain, que bien podría llevarse el Oscar. Es estupendo ver como esa agente principiante observa los horrorosos interrogatorios pero no se amilana y sabe llevar su obsesión (la eliminación de Osama) hasta el final. Mujer enérgica y convencida de sus sospechas. La vimos en El árbol de la vida y más recientemente en Take Shelter. Es hija de un bombero y una cocinera vegana y estudió Ciencias escénicas en Nueva York. Su interpretación es extraordinaria y el plano final de su cara es turbador.
Me ha encantado ver a James Gandolfini como director de la agencia. ¿En qué se parece Toni Soprano al director de la CIA?
Uno de los aspectos más positivos de la peli son la buena documentación, evita sabiamente el patrioterismo y el lacrimeo y no da un carácter moral a la narración.
Se acaba de abrir una investigación en EE.UU. sobre las filtraciones que se han producido para realizar el guión de esta peli.
No voy a dar mi opinión sobre las torturas, las cárceles clandestinas, el asalto y asesinato de inocentes, el ajusticiamento sin juicio de presuntos culpables, la intervención ilegal en territorio extranjero de la superpoderosa C.I.A…
El recorrido del niño Oskar por el Nueva York post-once-ese nos presenta una galería de personajes que retratan la variedad étnica y cultural de la Gran Manzana.
Este periplo no lo es solo físico sino sentimental y sirve para que ese niño desconsolado por la muerte de un padre perfecto encuentre un camino para salir de su desolación.
Tom Hanks tiene un papel pequeño pero su presencia se hace notar durante toda la película. El bueno de Tom es el ejemplo perfecto de buena persona, tal vez el americano medio.
El niño Thomas Horn realiza una composición sentida y creíble, con maravillosos enfados verborreícos que emocionan hasta la lágrima.
Sandra Bullock se ha descubierto después de muchos años de carrera como una gran actriz dramática y ha pasado de caerme gorda a caerme bien. La nariz después de la operación no le ha quedado mal.
Es digno de destacar el magnífico ritmo que imprime a la peli su director con un montaje extraordinario, con planos muy bien medidos sin efectismos pero con capacidad de llegar al espectador.
Tan fuerte, tan cerca es una peli sensiblera y lacrimógena pero es una peli bien hecha de forma elegante.
Las llaves que Oskar quiere saber que abren son el mayor macguffin de la historia del cine.
El País ha sacado una edición remasterizada de El Padrino y aprovechamos para verla de nuevo.
Cuando se estrenó en Zaragoza fui un lunes a verla y salí impresionado, no era capaz de comprender que lo que había presenciado, era una obra de arte. Fui a verla tres días seguidos. Durante meses me obsesionó. El artículo de la revista fotogramas lo leí y lo releí hasta la extenuación. Hasta entonces solo me había pasado algo parecido con Lawrence de Arabia. La he vuelto a ver muchas veces, me sé los personajes, los diálogos, como están rodados los planos.
Me decepciona ver este DVD porque el doblaje es diferente y no reconozco la voz de los personajes. La calidad es buena pero no es HD claramente.
El Padrino está considerada una de las mejores películas de la historia del cine y en muchas listas aparece como la primera.
Es curioso que durante su realización los productores desconfiaran del joven Coppola que había llegado allí por casualidad. Pensaban que iba a ser un fracaso absoluto. Les parecía lenta y violenta. Desconfiaban de Pacino y temían lo peor de Brando.
Pero el día del estreno las colas eran tremendas y el público salía diciendo maravillas. El éxito de taquilla fue inaudito e inesperado por lo que se pensó de inmediato rodar una segunda parte.
El Padrino es la historia de una familia y dentro de ella de un muchacho (Michael) que se ve obligado por las circunstancias a seguir un camino que despreciaba pero para el que resulta perfecto.
Contada con tono épico como una tragedia o como una ópera, impresiona, entretiene y arrebata.
Todo es perfecto. Los actores. La fotografía tan adecuada de Gordon Willis. La música de Nino Rota.
Me encanta reconocer a los secundarios, a veces sin ni siquiera diálogos, que aparecerán en la segunda parte. Como el gran Richard Bright que interpreta a Neri que se disfraza de poli para matar a Barzini y que tendría más protagonismo en la continuación.
Me entusiasman las escenas del final montadas entre el bautizo del hijo de Carlo y Connie una maravilla de construcción cinematográfica que luego sería tantas veces imitadas. Por cierto el niño que tiene en los brazos Diane Keaton es Sofía Coppola, la hija del director y que en la tercera parte reaparecería como la hija de Michael. La escena se repitió un montón de veces porque la Keaton no tenía ninguna experiencia en niños y no sabía tenerla.
Todos los personajes tienen su esencia y su manera de ser y actuar definida, son de verdad.
Hace cuatro películas que Allen abandonó Nueva York y ahora se dedica a hacer turismo por Europa.
A mí no me molesta que nos presente una Roma de postal, ni que la llene de tópicos. A mí lo que me molesta es que los mismos chistes malos de toda la vida y otros nuevos igual de malos o peores, me hagan gracia.
Las cuatro historias que entremezcla (que no cruza) son interesantes y como siempre tienen su moralina.
En una reflexiona sobre la fama (efímera e inútil) de la televisión de Berlusconi.
En otra sobre el enamoramiento y sobre la conciencia de lo que sabe mal hecho. Magnífico el papel de Pepito Grillo de Alec Baldwin que Woody resuelve con una naturalidad pasmosa. Tal vez lo que más me gustó.
La tercera historia, que protagoniza el propio director nos dice que el éxito lo justifica todo, incluso el ridículo. Está llena de tópicos pero resulta divertida.
Por último el cuarto relato nos habla de la infidelidad y está contada como un sainete. Tiene un papel la madrileña Penélope Cruz que embutida en un pequeño vestido rojo está desbordante. Me quedé boquiabierto, impresionado. Me he vuelto un rendido admirador de su belleza. A partir de ahora soy incondicional.
El conjunto resulta agradable. Pero me dio la sensación que es más de lo mismo. Allen ya no se esfuerza. Todo está bien contado con ese tono general de comedia ligera pero relatado como con desgana. Es como si tuviera que cumplir con el trámite anual de un estreno y piensa cumplo y ya está. Sin pasión, sin originalidad. Cuento los mismos chistes, las mismas historias y solucionado.
Es lo contrario que el gran Almodóvar que llena de pasión cada nueva película. Que podrá ser peor o mejor pero se desborda en ellas.
Me declaro admirador del gran Sidney Lumet pero no había visto esta película. No es una de las más conocidas y tal vez no de las mejores, aunque es una peli magnífica.
Lumet ha sido el diseccionador de la corrupción policial y judicial y generalmente en el marco de la ciudad de Nueva York y aquí vuelve a cumplir estos requisitos.
Ha sido un cienasta muy prolífico que comenzó como actor y se estrenó como director con 12 hombres sin piedad un estreno impresionante. Solía decir que el de director es el mejor trabajo del mundo. Se le considera perteneciente a la Generación de la televisión aunque su dirección siempre ha sido clásica sin efectismos.
Esta Distrito 34 desarrolla una trama compleja con linealidad sin flashback, sin voz en off, con una cámara invisible.
La trama es compleja nos habla de corrupción policial, de mafiosos, de soplones, de racismo, pero también hay personas honestas y una historia de amor de fondo.
Los personajes son complejos, poliédricos y por ello reales. Los secundarios tienen historia no son meros rellenos.
La película rezuma cierto pesimismo. La conclusión final es que hay que esconder la suciedad debajo de las alfombras porque no se puede limpiar y el único refugio del protagonista es el amor, una historia que él mismo frustró.
Destacar a un malvado Nick Nolte que está magnífico en su papel de poli corrupto pero convencido que obra adecuadamente.
Timothy Hutton es el hilo conductor de la historia y tal vez no esté a la altura, en un papel ciertamente difícil.
Hay muchos momentos que me impactaron pero hay una frase al final de la película que consiguió que tuviera un escalofrío. El abogado de la fiscalía interpretando por Hutton entra en cólera al saber que la verdad y la justicia no va a prevalecer y comienza a destrozarlo todo. Su viejo amigo simplemente dice: “llamen a mantenimiento”.
El comienzo a lo James Bond me desagrada pero enseguida la peli va tomando cuerpo.
La historia es la continuación de la magnífica El Caballero Oscuro y es conveniente estar al corriente de lo sucedido para coger el hilo en condiciones.
Lo que más me asombró y gustó de esta secuela es la solidez de sus personajes. Todos tienen historia y reveses con diversas facetas lo que les da mucha credibilidad.
Batman es el único super-héroe que no tiene superpoderes. Es, en esta peli, más de carne y huesos (rotos) que nunca.
Las imágenes son tan impactantes que sobrecogen y no defraudan las expectativas. A veces las escenas de acción resultan un poco confusas.
Christopher Nolan nos presenta un espectáculo excesivo, con muchos personajes, mucha acción, mucha historia, mucho fuego artificial, con mucha violencia.
Los personajes son insuperables. Destacar a Anne Hathaway que abandona sus papales de niña ñoña y se mete en el papel de Catwoman (aunque esta palabra no se menciona en la peli) y sorprendentemente el traje le queda perfecto. Tal vez el mejor personaje, obsesionada con borrar su pasado oscuro. Posiblemente se merecía más secuencias.
Impresionante el bestia y malvado Bane, un auténtico animal pero con un pasado triste y que precisa su máscara para eludir los terribles dolores que padece. Magnífico como manipula al populacho para desencadenar una revolución que sume a Gotham en una situación de estado fallido.
Marta no le ponía nombre al actor que hace de juez es Cillian Murphy.
A pesar de las más de dos horas y media, la peli pasa rápido y hay historias secundarias que se podrían haber alargado sin problemas.
Esta trilogía de Batman de Nolan es la mejor.
La ciudad de Gotham es descaradamente Nueva York que vuelve a ser destruida por enésima vez en el cine.
No me puedo olvidar de la banda sonora de Hans Zimmer, absolutamente impresionante con una fuerza y una energía que levantan al espectador de la butaca.
Nolan demuestra una vez más que el espectáculo/entretenimiento no están reñidos con la calidad.
Acudo al cine después de varias semanas sin ir, con la esperanza de pasar un buen rato. Varios amigos me habían hablado bien de esta peli.
El conjunto resulta muy divertido. Ya conocía a la mayoría de los super-héroes y esto ayuda mucho para disfrutar de la trama.
La relación entre los personajes es de lo más interesante. Ese choque de personalidades, a veces dialéctico y en ocasiones físico, resulta estupendo. Iron Man es, tal vez, el personaje más divertido, cínico y provocador y Robert Downey Jr. lo interpreta a las mil maravillas.
Los efectos especiales son apabullantes pero las escenas de acción se prolongan innecesariamente produciéndome un efecto de saturación. Es curioso que en esta peli prefiera los diálogos a la acción. ¿Será porque los diálogos son muy buenos?
La ciudad atacada vuelve a ser Nueva York que resulta semidestruida por enésima vez en el cine.
El malo Loki resulta divertido con ese rasgo de hermano envidioso del musculado Thor.
Destacar la banda sonora del genial Alan Silvestri realmente espectacular.
Todos los actores están más que correctos y su director Joss Whedon consigue un buen equilibrio en su participación y protagonismo, cuestión bastante difícil.
Los amos de Brooklyn nos relata la vida de 3 policías que trabajan en el famoso barrio de Nueva York. Tres perfiles muy diferentes de personajes que no son héroes sino personas con problemas que sobreviven con su trabajo de agentes de la ley.
El tono de la peli es triste, a veces melancólico, pesimista con una mirada realista.
Las interpretaciones son muy interesantes pero quiero destacar a Richard Gere con una madurez impresionante. Y a un Ethan Hawke angustiado por su situación familiar, necesitado de dinero lo que le obliga a cometer delitos y a meterse de cabeza en la corrupción policial. Su papel es muy agradecido y lo hace fenomenal, hasta tal punto que llegamos a comprenderlo, es un padre de familia capaz de cualquier cosa para proteger a los suyos.
El final es espectacular y no diré más.
A pesar de su larga duración, más de dos horas, la peli se sigue con atención. No es una obra redonda pero sí muy interesante.
Nunca leí el comic original del belga Peyo de los Pitufos pero sí vi algunos de los capítulos de la serie de televisión de los años ochenta de Hanna y Barbera. Los pitufos me parecían una pena, eran aburridos y pesados, cantaban continuamente una canción desasosegante y hablaban como retrasados, pongo un ejemplo: los pitufos están pitufando todo el pitufodía y son una pitufomierda.
Con un material así ¿se puede hacer una buena película o solo una pitufopeli?
El gato malo Azrael es el mejor personaje con una riqueza gestual asombrosa.
Pero los hay negativos:
Los pitufos no paran de decir pitufochorradas, aunque los efectos de animación son buenos.
Cantan su horrorosa canción. ¿Muchos niños soñarán con ella?
Se ensalzan los valores familiares sin venir a cuento.
En conjunto resulta aburrida.
En la última media hora el espectáculo pasó de la pantalla a las butacas. Entre la primera fila y el escenario unos 20 ó 30 niños jugaban sin prestar la más mínima atención. Una niña de unos tres años se estuvo comiendo las palomitas del suelo de las escaleras de forma meticulosa.
Seguro que a estos niños que les había aburrido tanto la peli que habían sido incapaces de prestar interés, cuando terminó la peli sus padres hicieron esa típica y tópica pregunta: ¿te ha gustado? Y ellos respondieron que sí. ¿Será un público poco exigente, o es que yo ya no aguanto las pitufochorradas?
Destino oculto es una mezcla de ciencia ficción, historia de amor y película de políticos (suponiendo que ese género exista).
Un candidato al Senado y una bailarina se conocen, se enamoran pero unos personajes no humanos intentan evitar que sigan juntos porque hay un plan establecido para ellos que se vería truncado con su relación.
Estos personajes que visten de negro y llevan sombrero son una mezcla de agentes del FBI y ángeles, que hacen su trabajo estilo funcionario.
La peli me mantuvo atento con buenos efectos especiales, los cambios de decorado al pasar las puertas son espectaculares, pero lo que más me gustó es la historia de amor.
El amor entre un guapetón Matt Damon y una estupenda Emily Blunt, que luchan contra viento y marea para estar juntos. Tomé partido desde el principio por la pareja que tiene muy buena química. Matt Damon da el tipo de chico norteamericano bien nutrido y bonachón y Emily Blunt es bella y estilizada.
Se desarrolla en Nueva York pero no en la ciudad de postal sino en calles normales menos turísticas pero más reales.
Muchas veces me dicen que me gustan casi todas las pelis y es verdad. Pues ésta también me ha gustado.
Recomendable para románticos empedernidos y para amantes de la acción.
Sin límites es un thriller entretenido que mantiene el interés.
Hay secuencias bien rodadas y originales que sorprenden al espectador, sobre todo cuando el protagonista consume esa droga maravillosa el NZT. Esa cámara que camina a ritmo vertiginoso por las calles de Nueva York resulta impactante.
La voz en off es como siempre innecesaria aunque es preciso reconocer que no se abusa de ella.
Robert de Niro como siempre eficaz, pero verle en tantos personajes en tantas y tantas películas confunde un poco.
Hay aspectos en la peli que me recordaron a Matrix y al Club de la lucha, aunque las líneas argumentales sean totalmente diferentes. El apartamento del personaje Eddie Morra me recuerda mucho al del Club de la lucha.
Destacar el maquillaje que resulta muy eficaz y hace muy creíbles a los personajes.
Se podría decir que Sin límites es un thriller del siglo XXI.
Lo peor con ventaja es el final, con una moralina absurda y entrando de lleno en esa malformación del cine americano del happy end.
Siempre me ha gustado ver pelis raras, aunque también me gusta el cine más comercial. Esta peli es de las raras.
No tengo ni idea cuál es la traducción al castellano de este título en inglés y los traductores de internet no me lo descubren.
Se trata de una coproducción China, Francia y Hong Kong pero se desarrolla en EE.UU. y los actores son norteamericanos y todos conocidos.
El director nació en China pero se educó en Hong Kong y es Wong Kar Wai del que no había visto ninguna de sus películas.
Hasta ahora todo bastante raro-raro.
La peli cuenta tres historias de diferentes formas de amar, que se desarrollan en Nueva York, en Memphis (Tennessee) y Las Vegas (Nevada). Con el hilo conductor de un personaje interpretado por la cantante de jazz Norah Jones, que por cierto no ha vuelto a hacer otra peli desde 2007 que fue cuando se rodó.
El director rueda con delicadeza y con esmero cada plano de la película, pone la cámara detrás de las cristaleras de los bares creando una atmósfera especial que a veces resulta excesivamente manierista pero que da un tono especial a la historia.
Los actores están sensacionales sin peros.
El conjunto de la película es maravilloso. Wong Kar Wai nos cuenta las tres historias magníficamente y la peli crece en interés a lo largo de su metraje.