Estamos ante otro producto comercial cocinado en la trastienda de Hollywood para llenar salas.
No existe la más mínima ambición artística, solo planos consecutivos con la idea de atraer al espectador.
Da igual que no haya coherencia argumental, que la trama sea un dislate… Si consigues marear al espectador y que se olvide del funcionamiento de la neuronas más nobles del sistema nervioso central, misión cumplida.
Mezcla el autismo, con el blanqueo de capìtales por la mafia, con acción con armamento pesado…
Ben Affleck es el encargado de dar vida a un individuo con síndrome de Asperger, con dotes de francotirador de élite y muy listo para los cálculos matemáticos. Difícil combinación.
Para colmo se enamora de la frágil (y maravillosa) Anna Kendrick. La pobre no encuentra su sitio en esta peli.
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Affleck es infinitamente mejor director que actor.
Estamos ante un thriller psicológico con elementos eróticos.
Una combinación adecuada para tener éxito en taquilla.
Pero también la mezcla perfecta de un telefilm de domingo por la tarde en Antena 3.
El comienzo es bueno con un planteamiento de la trama que se va componiendo con flashbacks.
Como siempre sobra la voz en off, que afortunadamente desaparece a lo largo del metraje.
De lo mejor es la interpretación de alcohólica de Emily Blunt. Estos personajes atormentados son muy agradecidos. Tal vez se lleve nominación a los oscars.
Sus compañeras de reparto también están estupendas.
La bella Rebecca Ferguson y la sensual Haley Bennett.
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Conforme avanza la historia pierde interés, con malo de palo, sin carisma y sin trasfondo.
Lo mejor que sean estas tres actrices las grandes protagonistas.
Lo peor que se convierta al final en un producto rutinario, sin la menor originalidad.
Durante los noventa y los inicios del siglo XXI fuimos compañeros de trabajo.
Ahora somos compañeros de butaca de cine.
La Conferencia que se proponía me parecía de máximo interés, pero no dejaba de ser un reto difícil.
Herir sensibilidades con este tema es muy fácil.
Llego a la sala de medios de la UNED de Guabalajara diez minutos antes.
El local está abarrotado.
Impresionado por la asistencia.
Me dedico a buscar una silla.
Me despisto y no saludo a Ángela la esposa de Daniel.
Reconozco a Santiago, educador y colaborador del conferenciante.
El director de la UNED decide que nos traslademos de sala.
Ésta se encuentra situada al lado del gran salón de actos, es más amplia, pero también se queda pequeña.
Le comento, en broma, a Ángela que tal vez Daniel se ponga nervioso ante tanto público.
Nunca he visto alterado a mi amigo.
La experiencia de Daniel como psicólogo clínico es inmensa. Toda una vida dedicada a la aplicación de su profesión en el ámbito penitenciario.
Con tono pausado y didáctico comienza su conferencia.
Nos introduce en el tema de la sexualidad para dejar claros unos planteamientos iniciales.
Nos diferencia los conceptos de pedofilia y pederastia.
Un público muy atento que incluso toma apuntes.
La manera de darnos el punto de vista del agresor es brillante.
Se basa en la novela Lolita la obra más conocida del escritor de origen ruso, nacionalizado estadounidense, Vladimir Nabokov publicada por primera vez en 1955.
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Humbert es el protagonista y el narrador de la novela.
Daniel nos relata su biografía de manera cronológica y nos introduce en las claves psicológicas del pederasta.
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Después para explicar el punto de vista de la víctima nos presenta la novela “Instrumental” de James Rhodes, basada en su dolorosa biografía.
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El orador avanza con ritmo pausado y didáctico, sus relatos son estremecedores, pero nos los trasmite de forma desapasionada y profesional.
Ya lleva casi noventa minutos de conferencia.
Por último nos brinda sus experiencias en un programa que él mismo diseñó y realizó con la ayuda de un educador (Santiago) y una trabajadora social en el Centro Penitenciario Madrid 2 (Meco) desde finales de los noventa hasta 2014.
Nos describe el programa y sus objetivos que aunque básicos no dejan de ser ambiciosos para este tipo de individuos.
Da alguna pincelada sobre la prevalencia de estos internos en la institución y cuenta alguna anécdota.
Sus experiencias darían para un curso prolongado.
Responde a varias preguntas con un público muy interesado.
Una joven le pregunta sobre un estudio que afirmaba que todos los pederestas han sido víctimas en su infancia.
Daniel lo niega rotundamente: “quién afirma eso nunca ha estado con ningún pederesta“.
Aplausos antes y después de las preguntas.
Mi amigo ha salido muy bien parado de este reto.
Una conferencia brillante donde ha sabido combinar psicopatología, literatura y cine, pues sus referencias cinematográficas han sido frecuentes.
Es el primer largo que vemos esta nueva temporada en el Taller de Cine de Azuqueca de Henares.
Bogdanovich nos retrata los inicios del cine en los USA.
Quedaba todo por inventar y por descubrir.
El lenguaje cinematográfico aún no había sido hallado.
Como dice el cámara al director, había que decidir dónde poner la cámara y decir acción.
Se nos muestra el enfrentamiento entre los grandes estudios y los independientes, con el uso de técnicas gansteriles.
La pugna en los montajes entre director y productor.
El inicio del fenómeno fan.
La rivalidad entre las actrices.
El divismo de los actores.
Contado con un ritmo, en ocasiones frenético.
Usando en muchos momentos el slapstick.
Estupendas las escenas en las que estos cineastas/espectadores se emocionan viendo El nacimiento de una nación de D.W. Griffith.
Es curioso que una peli que homenajea el cine mudo haya sido rodada en color.
Al parecer Orson Welles instó a Bogdanovich a fotografiar la película en blanco y negro, pero el estudio se resistió a esta idea.
En la retrospectiva a Bogdanovich de marzo de 2008, celebrada en el Teatro Castro en San Francisco, fue presentada en blanco y negro.
La peli resulta ocasionalmente divertida, aunque su mayor cualidad, posiblemente, sea su carácter didáctico.
Algunas anécdotas:
Para el estreno de Los Ángeles, todos los invitados (y algunos críticos) pagaron cinco centavos para ver la película.
Sin embargo, la reacción de la crítica no fue buena y un crítico (David Sheehan) alegó que no valía la pena pagar ni un centavo para verla.
Tres generaciones de la familia O’Neal aparecen en esta película: Ryan O’Neal, su hija Tatum O’Neal , su hijo Griffin O’Neal (el niño entrega los rollos de película), y su madre Patricia O’Neal (uno de los aficionados fuera de la sala de cine).
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Cybill Shepherd afirma en su autobiografía que rechazó el papel de Kathleen Cooke que interpretó Jane Hitchcock.
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Peter Bogdanovich quería a Jeff Bridges, Cybill Shepherd, John Ritter y Orson Welles para los papeles principales.
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Por último, destacar la presencia de la maravillosa Stella Stevens con una larguísima carrera en cine y televisión de 1960 hasta 2005, cuando hizo su última peli.
Tal vez su papel más popular sea el de Stella Purdy en El profesor chiflado de Jerry Lewis.
El fondo de la historia planteado en La fiesta de las salchichas es interesante.
Todo un supermercado vive con la idea de llegar a una vida mejor cuando son comprados. Desconocen su triste final, ser devorados por gigantes insaciables.
Hay subtramas de amor, entre una salchicha y un panecillo.
Otras de enfrentamiento entre alimentos árabes y kosher.
O la aventura de una salchicha deforme en el exterior, con decapitación incluida.
La peli está llena de ideas originales, de ocurrencias simpáticas.
Los dibujos y el estilo de animación es muy pixar.
Lo que pretende ser una peli desternillante solo consiguió arrancar alguna leve sonrisa en mí.
Todos los diálogos están repletos de palabras malsonantes y soeces. Hasta tal punto que no hay ni una sola oración gramatical ausente de algún taco.
Las referencias sexuales son constantes, llegando a saturar.
En definitiva lo que pretendía ser un producto adulto acaba siendo un producto juvenil-adolescente del que disfruta con frases en las que se coloca puto delante de cada sustantivo.
De hecho la sala estaba llena de jovencitos que gozaban con este vocabulario.
Afortunadamente no había ningún niño.
Porque hay que dejar bien claro, que este caso, cine de dibujos animados y público infantil no van de la mano.
Antes y después de verla he oído comentarios elogiosos.
Siempre puedo pensar que tal vez esté equivocado.
Pero me creo poseedor de un don divino.
De una gracia que solo unos pocos elegidos poseemos.
Una capacidad especial para apreciar la calidad y descubrir lo penoso.
Por ello soy tan poco influenciable.
Ya sé que lo que acabo de afirmar suena a pedantería, a soberbia.
Pero no es mérito mío, es una cualidad innata.
Seguramente a Ron Howard y a Tom Hanks le pusieron un número en un trozo de papel.
Ellos preguntaron:
– ¿Es un teléfono?
– No. Es una cifra de dólares.
Los dos pusieron cara de satisfacción y aceptaron.
Da igual que Ángeles y demonios (2009) fuera un fiasco con un argumento infumable y además un fracaso en taquilla.
Hollywood funciona con sus propias reglas, equivocadas a veces, pero la combinación Dan Brown, Ron Howard y Tom Hanks parece taquillera.
Además al actor y al director les ofrecían rodar en Florencia, Venecia y Estambul.
Que más se puede pedir, te pagan por hacer turismo.
Da igual que el argumento sea incoherente.
Que las situaciones sean ridículas.
Los diálogos penosos e hilarantes.
Que haya continuos giros de guión para confundir al espectador.
Todo da igual si te van a pagar una pasta gansa.
Howard dirige con método una thriller imposible.
Hanks pone cara de circunstancias en cada escena.
De paso metemos a Felicity Jones que está de moda y a la danesa Sidse Babett Knudsen para dar un toque de calidad europeo.
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Pongamos también bonitas tomas, estilo publi-reportaje, de estas ciudades tan cinematográficas.
Así se confecciona un producto comercial que consigue engañar a gran parte del público, que sale convencido que le han dado cine de calidad cuando lo que le han metido es un gol en propia meta.
Inferno es solo basura, envuelta en papel de regalo, pero solo basura. Y estoy siendo generoso.
Con Mónica Gallo y Diego Gismero hemos comentado la actualidad cinematográfica alcarreña con la primera película de la temporada del Cine Club Alcarreño, Todos queremos algo de Richard Linklater.
También hemos comentado brevemente el segundo día del Taller de Cine de Azuqueca de Henares, Así empezó Hollywood (Nickelodeon) de Peter Bogdanovich.
Hemos terminado con dos grandes estrenos que podemos ver en los Multicines Guadalajara:
Con Diego Gismero y Mónica Gallo hemos comenzado hablando del primer día del Taller de Cine de Azuqueca de Henares en que vimos la peli Viaje a la luna (Corto) de Georges Méliès.
Tim Burton acierta volviendo a sus esencias presentándonos unos personajes raritos.
Él en su infancia y juventud no fue precisamente popular y, tal vez, por ello sabe representar ese universo de marginados, de inadaptados sociales que son superiores a los demás, aunque no deseen serlo.
La peli funciona bien como retrato de personajes.
La presentación de los mismos es ejemplar y todos resultan muy atrayentes.
Con esa mezcla tan interesante de super-héroes y marginación, con una cierta melancolía interior de saberse poseedores de dones envidiables, pero al mismo tiempo apartados de una vida normal.
Estos niños peculiares se ven obligados a permanecer ocultos no solo en el espacio sino también en el tiempo.
Y en esto es donde yo me pierdo.
Nunca he sido muy bueno en comprender los movimientos en el tiempo.
Me lío dos veces al año con el maldito cambio de hora. Osea que imagínate con estos bucles temporales.
El guirigay de los malos con ojos blancos y los “huecos” invisibles para casi todo el mundo es un lío.
La peli se pierde en un sinfín de efectos digitales que me superan.
En la relación abuelo-niño percibo cierta ñoñería que me molesta levemente.
En resumen: Burton vuelve a sus personajes, pero se lía con los efectos especiales.
Acudimos, a la sala más grande de los Multicines Guadalajara, mi amigo Diego Gismero y yo.
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Después de haber visto llorar a la Vicepresidenta María Soraya Sáenz de Santamaría Antón a la salida del pase especial, a la Teniente (Sigourney Weaver) Ripley sollozar en el Kursaal en el Festival de San Sebastián, donde repartieron katiuskas, para poder navegar por ese mar de lágrimas, venía preparado con varios paquetes de kleenex.
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Cuando empezó la peli miré el reloj para cronometrar cuando comenzaba mi llanto.
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Tengo una reconocida fama de blando y suelo emocionarme con las cosas más simples.
Estaba seguro que no podría contenerme. Temía llamar la atención.
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Iban pasando los minutos y no me saltaban las lágrimas.
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Llegaba el final y suponía que explotaría en llantos.
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Pero no. Terminó la peli sin usar mis pañuelitos de papel.
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Mi amiga María ya me había advertido que era para tanto.
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Ahora me siento un tío duro.
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El viejo Ramón blanducho y flojo ha muerto.
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Ahora hay un nuevo Ramón, un tipo inmutable e indolente.
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¿O sencillamente solo es una burbuja hinchada por una perfecta promoción?
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La brutal campaña publicitaria que ha recibido la peli, especialmente de su productora principal Tele 5, nos la presentaba como un dramón del que no se podría contener el llanto.
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Su argumento central cabe en una servilleta de papel.
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La madre enferma y el niño que no sabe como afrontarlo está algo visto.
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Las historias colaterales que cuenta el gigante forestal están bien, pero no dejan de ser cuentecillos con moraleja.
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Hay momentos brillantes, pero no demasiados.
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A Bayona nos lo han vendido como el nuevo Steven Allan Spielberg. ¿Un pelín exagerado?
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El niño Lewis MacDougall está muy bien, una buena interpretación, pero su cara ocupa más de la mitad del metraje en la pantalla y llega a saturar.
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Felicity Jones es la actriz de moda. La vamos a ver en cinco pelis este año, una producción británica, en Inferno de Ron Howard y en Rogue One: Una historia de Star Wars de Gareth Edwards.
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La peli no es mala, pero desde luego es mucho menos de lo que la promoción ha divulgado.
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Salí bastante decepcionado, pero con una interior satisfacción de no haber sido embaucado con las trampas de Bayona.
Cuando Méliès dirige este corto ya había realizado unos 400.
Es la primera peli de ciencia ficción de la historia.
Se basa en en las obras “From the Earth to the Moon” (1865) de Julio Verne y “First Men in the Moon” (1901) de H. G. Wells.
Se trata de una superproducción para la época. Costó unos 10.000 francos.
En 2011 la película fue reestrenada en Cannes en un programa doble junto al documental “Le Voyage Extraordinaire“.
La versión restaurada y en color del cortometraje de 1902 incluía además escenas extra y otra banda sonora.
El propio Georges Méliès protagoniza su peli.
La forma de rodar es muy rudimentaria.
Planos secuencia con la cámara fija.
Planos generales. Sin uso del montaje, ni de cambios de planos.
Pero se usan trucos, que se podrían catalogar de efectos especiales.
Me llamó la atención la presencia de señoritas con pantaloncitos cortos que imagino eran un buen reclamo para el público.
Los selenitas son muy de palo y se les vence con facilidad a paraguazos.
Como hecho curioso el corto carece de los rótulos explicativos tan característicos de la época, aunque se daba a los espectadores un folleto de mano.
Los decorados son tanto tridimensionales como dibujados y abundan todo tipo de trucos: maquetas, sobreimpresiones, desapariciones por pasos de manivela…
Georges no tiene ni la más mínima intención de hacer una peli realista.
Su narración abraza el fantástico sin tapujos.
Ésta es la peli que vemos el primer día de esta nueva temporada del Taller de Cine de Azuqueca de Henares.
En este primer día José Antonio y Susana nos han presentado la idea para este primer trimestre.
Vamos a dedicarnos al cine silente a través de películas que hablen de la época histórica o de ese cine.
Durante las dos horas nos han obsequiado con unas escenas de diferentes pelis y al final un montaje propio steampunk espectacular.
Las obras de temática steampunk a menudo muestran tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas vistas desde la perspectiva victoriana en la cultura, el arte, la moda e incluso la arquitectura.
El steampunk se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante y por lo general localizada en Inglaterra durante la época victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía.
Aunque Georges Méliès no lo sospechara con su Viaje a la Luna realizó la primera peli steampunk.
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La semana que viene veremos en el Taller de Cine de Azuqueca de HenaresAsí empezó Hollywood (Nickelodeon) (1976) de Peter Bogdanovich con Ryan O’Neal, Burt Reynolds, Tatum O’Neal y Stella Stevens.
Me cambio de sitio para intentar hacer fotos y grabar el cutrevídeo que he puesto abajo del todo.
También se traslada el gran Pablo Franco.
Junto a Pablo se sientan cuatro chicas guapísimas de la web El palomitrón, habían participado en el Jurado de la Prensa.
Ya conocía esta página de series, libros y cine (muy recomendable).
A uno de sus autores, Alfonso, lo conocí hace unos años en una entrega de Premios Feroz, desde entonces siempre que nos vemos nos saludamos con cariño.
La gala comienza con la actuación de un grupo musical étnico Muhsilwán.
Su representante es simpático, pero interpretan cuatro canciones que se me hacen inmensamente largas.
Con una hubiera estado satisfecho.
En cambio las intervenciones del Orfeón Joaquín Turina, que se intercalan entre la entrega de premios son extraordinarias.
Los temas musicales muy de cine, muy adecuados.
Las orquesta y el orfeón maravillosos.
Los premios se van dando con parsimonia.
Emplean más tiempo los entregadores que los receptores.
Los premiados son breves como sus obras.
Ninguno se lo dedica a su madre.
Solo uno a su esposa.
Vayamos con el Palmarés.
El Premio Especial Obra Social ‘la Caixa’ al Artista Comprometido fue otorgado al humorista y actor Pepe Viyuela.
“Por su defensa de la cultura, por su empeño en llevar sonrisas a todos los rincones del planeta, por su solidaridad con los refugiados, y por su compromiso en favor de los más necesitados de cualquier lugar del mundo”.
Un discurso bastante improvisado.
Después actúo con un sketch francamente divertido y original.
Lo primero que me llama la atención es la presencia de la actriz Marine Discazeaux, que fue descubierta por la directora Alba González de Molina para protagonizar su peli Julie, que pude ver en el Festival de Málaga de 2016.
Una historia trágica con música alegre.
Lo peor que no se entienden bien los diálogos.
Lo mejor que da igual. La historia se comprende perfectamente sin ellos.