Pollo con ciruelas es un cuento que se debate entre la transgresión del lenguaje cinematográfico y el esteticismo más empalagoso.
La historia de dos amores frustrados se hace divertida cuando sorprende al espectador desafiando la coherencia narrativa.
Se desarrolla en el Teherán de la época del Sha de Persia, en un ambiente occidentalizado.
Un músico deprimido decide dejarse morir. Se ha roto su violín y ha perdido a Irán su mujer amada.
Maria de Medeiros interpreta a su esposa. Ella es matemática. Él artista. Son incompatibles. Ella siempre estuvo enamorada de él. Él siempre estuvo enamorado de otra.
Lamentablemente la peli no me ha gustado.
Su protagonista Mathieu Amalric no me ha trasmitido para nada. Es un soseras que se parece demasiado a Roman Polanski.
Los excesos esteticistas me molestan.
El final es un pastelón romanticón, con la clara intención de emocionar y la bochornosa sensación de no conseguirlo.
Los hermanos Dardenne (maestros de lo imperfecto) ruedan con planos medios, con una cámara temblorosa, dejando a un lado aspectos técnicos, sin banda sonora musical a una Marion Cotillard tan bella como agobiada por una existencia que le supera.
Ésta deprimida, que intenta solucionar sus problemas con Alprazolam y durmiendo, se ve obligada a rogar por su puesto de trabajo.
En un fin de semana busca a sus compañeros para que decidan perder mil euros de prima.
Cada uno tiene sus razones, todas comprensibles.
Todos han caído en la trampa que les ha tendido la empresa , el capital, para que ellos sean los que se sientan culpables pase lo que pase.
Son gente con problemas, con escasez, que necesitan el dinero para que su hijo vaya a la universidad, o comprar una lavadora…
Malviven con pluriempleos en negro.
En ese fin de semana encontrará comprensión, cariño, rechazo, incluso violencia.
La peli es triste, pesimista, como esta sociedad, aunque los Dardenne nos ofrecen en el último minuto un hálito de esperanza.
Todos los detalles han sido cuidados al máximo, su atractivo plástico es asombroso.
Los primeros minutos los pasé impresionado por lo que veía.
Llega un momento que te saturas de la imagen y esperas ver una historia colosal comparable a la calidad gráfica.
Lamentablemente el argumento se enreda y se vuelve a enredar en una madeja de artificios, de trucos de prestidigitador barato que te agota y termina aburriendo.
Tal vez si durara la mitad, la trama fuera más simple y se cuidara la credibilidad se hubiera logrado una gran peli, pero hubiera sido otra peli.
Reconozco que me pone Kei Yuki. ¿Seré un pervertido? (Foto al final)
Reese Witherspoon abandona sus papeles de rubia legal para intentar perpetrar una actuación para los oscars.
La historia es bastante conocida y totalmente previsible.
Chica con turbio pasado de drogas y promiscuidad que emprende un viaje hacia la redención personal.
Simbolizando la gran carga que soporta se lleva a los hombros una inmensa mochila. La metáfora es tan notoria que resulta insultante.
El camino que se ha de presentar muy duro para dar más mérito a la gesta, al final parece una agradable excursión. Todos lo que se va encontrando la ayudan y solo hay un cazador que parece amenazante.
Los bonitos paisajes se intercalan con los recuerdos de su madre y de su triste pasado.
Laura Dern interpreta a una madre coraje optimista y robaplanos. Lo hace bien, pero que muy bien, pero su personaje ya está muy usado.
La peli no aporta nada novedoso.
A pesar de lo dicho a mí me ha gustado y la he seguido con interés.
De todo me quedo con la estupenda Laura Dern.
Reese Witherspoon, te puedes dedicar a lo que quieras, pero piensa que tal vez esto de la interpretación no es lo tuyo.
No comprendo el interés machacón de Hollywood de confirmar que está basado en hechos reales.
Tengo un problema de inicio. Recuerdo la peli de John Huston de 1982.
El maestro realizó este musical como un encargo alimenticio, con nulo interés, pero le salió una peli de culto. Cosas de la vida.
Tal vez esperaba ver la peli de hace treinta años en el cine.
Esta Annie de 2014 está adaptada a la actualidad.
Se nos presenta un Nueva York de modernos rascacielos, con casas de lujo de aspecto futurista y un estilo visual muy actual.
La historia es ya conocida y no deja de ser ñoña que te ca…
Me declaro fan de los musicales y eso hace que disculpe muchas cuestiones y que pueda ver con agrado obras infumables sino tuvieran música.
Hay un error de principio, la elección de los dos protagonistas.
Jamie Foxx no está creíble en su papel y parece un poco desganado.
La niña Quvenzhané Wallis, que me impresionó en Bestias del sur salvaje de Benh Zeitlin (peli que yo desprecio en contra de todos) está estomagante. Es la repelente niña Vicente.
Con esta pareja estropeando la peli, poco se puede hacer.
Las niñas en acogida de ese pequeño orfanato están, en cambio estupendas.
Cameron Diaz a mí me parece estupenda. Ha sido nominada a los Premios Razzie como peor secundaria.
Su cara delata el paso de los años, con abundancia de arrugas. Yo le agradezco que no haya caído en la tentación de atiborrarse de botox, y que tenga un cuerpo tan divino. Sabe llevar con dignidad y frescura su edad.
En esta peli interpreta una malvada de buen corazón y roba todos los planos que comparte con el resto de los actores.
Su relación con el tendero David Zayas (conocido por mí por la serie Dexter, como el sargento batista) es estupenda.
Algún momento pretendidamente lacrimógeno y un desprecio absoluto por la verosimilitud hacen que la peli desbarre en su tramo terminal.
Lo mejor el final. Por dos razones: el número musical no está mal y, por fin, termina…
A Andrea (mi asesora en pelis familiares) le ha gustado moderadamente. Le ha puesto un 6.5 sobre 10.
Lo primero agradecer a Antonio Banderas que haya producido y protagonizado una peli hispanofrancesa.
El actor malagueño, tal vez, no sea un gran interprete, pero hay que reconocer que ha sabido llevar el nombre de España a todo el mundo y no se ha dejado seducir por el reverso tenebroso de la fama.
Autómata tiene un inicio muy interesante. Nos presenta una distopia crepuscular y pesimista.
Un mundo sucio, corrompido, agonizante donde los robots son los nuevos esclavos de una sociedad en decadencia absoluta.
Las dos reglas que poseen son básicas. La primera protege a la humanidad: nunca dañar a una persona.
La segunda da protección a la empresa fabricante: nunca repararse. Eso impide la autonomía y la independencia de estas máquinas.
Hay un planteamiento moral muy atractivo.
Los robots tienen una inteligencia superior a los humanos y una moralidad muy por encima. Una persona es capaz de herir y asesinar, en cambio un autómata nunca lo hará.
Es la evolución que ha conseguido el desarrollo de la inteligencia acompañada de la ética.
Pero la peli nuafraga en el desierto de polvo, arena y radiación, al no saber resolver la trama con ligereza, alargándose de manera excesiva.
Los autómatas se convierten en buenas personas, víctimas de unos humanos crueles.
Banderas compone un personaje triste, melancólico. Un inspector de seguros que observa desconsolado la maldad humana. Su depresión es contagiosa.
La peli te pone mal cuerpo. Esta visión pesimista y posiblemente certera de nuestro futuro me ha causado cierta distimia.
Howard Hawks fue productor de 23 películas, intervino como guionista en 26 y dirigió 47 títulos.
Hizo cine de todos los géneros, comedia, drama, bélico, musical oeste…
Unas de sus premisas de trabajo era que la cámara siempre tenía que estar a la altura de los hombres, y que el espectador no debía ser consciente de su movimiento. Esto le proporcionaba un estilo en apariencia muy sencillo pero a la vez muy difícil de ejecutar.
Los cineastas franceses llamaron a su manera de rodar la cámara invisible.
A pesar de haber hecho un puñado de las mejores películas de la historia del cine, no ganó ningún Óscar. Sólo estuvo nominado en 1942 por El sargento York y recibió un Óscar honorífico por el conjunto de su carrera en 1975.
Esta El Dorado es más o menos un remake de Río Bravo (1959), aunque Howard Hawks siempre lo negó.
Los créditos iniciales incluyen un montaje de pinturas originales que representan diferentes escenas de la vida de los vaqueros en el viejo oeste. El artista era Olaf Wieghorst, que aparece en la película como el armero, el sueco Larsen.
Este inicio nos introduce en lo que se intuye como una gran peli.
Robert Mitchum reveló en una entrevista que cuando Howard Hawks le seleccionó para interpretar a este agente de la ley, le preguntó cuál era la historia de la película.
Hawks le respondió que la historia no importaba porque era una peli de personajes.
Efectivamente John Wayne interpreta a un pistolero a sueldo llamado Cole Thornton. Casualmente como Sean de El hombre tranquilo de John Ford.
Robert Mitchum era el Sheriff El Dorado J.P. Harrah.
Los dos tienen una edad, con mucho pasado a cuestas y los dos buscan un retiro y que mejor lugar que un sitio que se llama El Dorado.
Entre ellos hay una relación de amistad de tíos duros que son capaces de dejarlo todo, incluso la vida y después pegarse una paliza.
Además están tocados por la existencia, cuestión que se manifiesta por sus taras físicas. Wayne con una bala clavada en la columna y Mitchum alcoholizado por un desengaño amoroso que le ha ocurrido de mayor, lo cual indica su debilidad de carácter.
James Caan es Mississipi, una vez que ha cumplido el objetivo de vengar a su amigo se queda vacío, sin saber que hacer y ¿qué mejor que unirse a un viejo pistolero?.
Como véis, El Dorado es un western crepuscular en toda la regla, con toques de ironía y un fino sentido del humor.
La afirmación de Hawks que la historia no importaba es solo una simplicidad.
Además de personajes hay mucho argumento. Cuatro hombres defendiendo a los más débiles y cumpliendo su deber.
Aunque no lo sepan están instaurando el Estado de derecho en el Salvaje Oeste, intentando que la ley se cumpla. Ellos actúan así porque es lo justo, es su deber.
En este relato hay épica, la de los perdedores heridos por la vida que prefieren morir antes que doblegarse. Están solos ante el peligro, el resto de la población permanece inmóvil ante la injusticia.
Para terminar, cuento un par de anécdotas.
El poema recitado por Mississippi es una poesía real titulada “El Dorado”, de Edgar Allan Poe.
James Caan llevaba unas alzas de tres pulgadas durante el rodaje. Se veía muy pequeño en medio de dos gigantes (en todos los sentidos) como Wayne y Mitchum.
Los ingredientes que Mississippi recita para la receta de Johnny Diamond para devolver la sobriedad J.P. Hara son: pimienta de cayena, mostaza en polvo caliente, ipecacuana, asafétida, y aceite de croton. Cualquier ser humano que se hubiera tomado semejante poción hubiera estado vomitando y con diarreas durante horas para después fallecer deshidratado, salvo si hubiera recibido atención médica.
Cole Thornton tiene alojada una bala en la columna lumbar y presenta parálisis ocasional del brazo derecho, lo cual no tiene sentido anatómico. Un proyectil en esa zona podría producir lesión en el miembro inferior.
El camarero al que Robert Mitchum dispara en el salón es interpretado por su hermano, el actor y escritor John Mitchum.
Peli alemana que refleja la investigación que se realizó desde la fiscalía de Frankfurt de los crímenes de Auschwitz.
Hasta finales de los cincuenta nadie se preocupó por descubrir lo que había ocurrido en los campos de exterminio nazi.
La mayoría de los alemanes tenía un pasado nazi. El Partido llegó a tener diez millones de afiliados.
Terminada la Guerra se decidió enterrar el asunto y olvidarlo, despreciando la memoria y el derecho de las víctimas.
El joven fiscal Johann Radmann se encargó de investigar y descubrir los crímenes en el Campo de concentración más mortífero del nazismo, donde el asesinato se elevó de categoría al nivel de industria. Era una fábrica de muerte.
Esto es para nosotros conocido y se acaba de conmemora el septuagésimo aniversario de su liberación por parte del Ejército Rojo, pero en los años previos a esta investigación nadie había oído hablar de Auschwitz.
La peli es un buen thriller judicial, centrado en el drama personal del novato fiscal.
Se dosifica bien la terrible información que dan las víctimas, dando la oportunidad al espectador de suponer lo que ya se conoce, sin insistir en tan macabro asunto.
Los verdugos se sienten inmunes y lo que es peor no tienen ni el más mínimo remordimiento sobre sus fechorías, es la teoría de la banalidad del mal, acuñada por Hannah Arend.
La peli se detiene en el drama personal del protagonista y tal vez se peque en exceso en recrearse en este solo personaje.
Una producción interesante y aleccionadora, que se sigue con interés y que a mí me ha emocionado. Ya se sabe que soy muy sensible.
Me olvidaba de manera imperdonable. La actriz Friederike Becht maravillosa.
Había que ir elegante. Las chicas con vestido de noche, los chicos con traje oscuro.
No lo dudé. Me puse el traje de las bodas.
Llegué pronto, antes que empezara la Alfombra Roja. Me uní a los periodistas gráficos e hice fotos.
Me da un poco de corte porque estos profesionales llevan unas cámaras superbuenas con unos objetivos kilométricos y yo, en cambio, llevo mi cámara compacta, pequeñeta, que hace unas fotos estupendas, pero tiene poca presencia.
La presentadora de la Gala fue la actriz Bárbara Santa-Cruz, una chica muy elegante que supo llevar bien el festejo, simpática y muy en su papel.
Carlos Areces, muy divertido, ejerció de cómico profesional…
Luego posaron las guapas oficiales del star system cinematográfico español. Todas muy elegantes y muy guapas.
Me llama la atención lo delgadicas que están todas, alguna rozando lo enfermizo.
Veamos a Macarena Gómez, Inma Cuesta, Íngrid García-Jonsson (nominada a mejor actriz), Nerea Barros (nominada a mejor actriz de reparto), Alexandra Jiménez (Presentadora de los Feroz 2014), Aura Garrido, Manuela Vellés y Leonor Watling.
También posaron en el photocall las tres protagonistas de Loreak (Flores) de José María Goenaga, Jon Garaño, Nagore Aranburu, Itziar Ituño e Itziar Aizpuru antes de saber que una de ellas se llevaría el Feroz a la mejor actriz de reparto.
Cuando llevaba un buen rato dándole a la cámara decidí pasar al auditorio donde se celebraría la Gala.
Este año se había elegido una carpa que se había montado en la Plaza de toros de las Ventas.
Lo cual permitía una larga Alfombra Roja que entraba por la Puerta grande del coso taurino.
Un gran salón con mesas redondas donde había un escaso ágape de los de tomar de pie. Bebida abundante, pero la comida era escasa. Unos rollitos de jamón, algo de queso… y poco más. No había ni croquetas.
Fui comiendo lo que pude y saludando a los pocos conocidos que tengo en el mundo del cine.
Pude estrechar la mano de David Martos, uno de los organizadores, que estaba trabajando, haciendo entrevistas para Canal Plus, que retransmitía la Gala.
Eduard Fernández (nominado por El niño) me abordó, por equivocación, me había confundido, lo cual me permitió intercambiar unas frases con él.
Saludé a Yolanda Flores, directora del estupendo De Película de RNE. Comentó que se sentía muy torera.
La mesa que me había tocado era muy lateral y no veía bien el escenario. Antes de empezar decidí ponerme en la grada y escoger un buen sitio con visibilidad perfecta.
El que fuera retransmitida por televisión permitió que los horarios se siguieran rigurosamente.
Comenzó a las nueve en punto.
Se rogó a los premiados fueran breves, que ya se podrían explayar en los Goya.
El desarrollo resultó muy divertido y dinámico. Los presentadores estuvieron muy adecuados.
Destacar a Carlos Areces, Rossy de Palma y Javier Fesser.
Carlos Saura recibió el Feroz de Honor a toda su carrera. acudió con su hija pequeña. Estuvo francamente nervioso en el discurso de agradecimiento. Destacó la presencia de grandes nuevos cineastas en le panorama actual.
Bárbara Lennie se llevo el Feroz a mejor actriz protagonista por su magnifica interpretación en Magical Girl, a mi modo de ver de manera totalmente merecida. Había contado con mi voto.
Me parece especialmente guapa.
El gran José Sacristán se llevó el premio al mejor actor de reparto por Magical Girl.
Es el único que posee dos Feroz, ya que el año pasado se llevó el Premio de Honor en su primera edición.
Como estos premios los otorga la prensa especializada hay dos categorías únicas en el panorama de premios al Mejor Cartel y al Mejor Tráiler, que se llevaron Magical Girl y La Isla mínima, respectivamente.
Los premios se repartieron entre estas dos pelis casi en su totalidad.
Además de los dichos, Magical Girl se llevó Mejor Guión que recogió su también director Carlos Vermut, que pidió más vino blanco para su mesa. La verdad es que no se le vio muy emocionado.
La Isla mínima fue la gran ganadora que también se llevó el Feroz a la mejor peli dramática, la música original, a la dirección (Alberto Rodríguez) y al mejor actor protagonista para Javier Gutiérrez que puso en valor las interpretaciones de los actores de reparto. Es de destacar que un secundario cómico, cuando se le da la oportunidad de hacer un prota dramático es capaz de bordarlo.
La mejor comedia fue para Carmina y Amén de Paco León. Agradezco mucho que se den dos premios, a la mejor peli de drama y comedia.
Carmina Barrios no asistió. Una pena.
El momento más emotivo de la noche fue cuando se nombró a Itziar Aizpuru como mejor actriz de reparto por Loreak. Agradeció el premio muy emocionada, y se lió dando gracias a todos y disculpándose con sus hijos y nietos por no haberles dedicado el suficiente tiempo.
Su interpretación es prodigiosa y extremadamente lucida. Un premio muy merecido.
La Isla mínima es una gran peli, pero yo esperaba que la crítica se decantaría por Magical Girl.
Esta segunda es una peli más difícil, menos comercial, que está llamada a convertirse en una peli de culto, pero igual que a mí me apasiona, en otros puede ocasionar rechazo.
En cambio La Isla mínima despierta simpatías en todos y ninguna antipatía.
La Ceremonia terminó a las 23.30 en punto.
Con un éxito absoluto. De forma asombrosa en tan solo dos años se ha consolidado como uno de los grandes premios de la cinematografía española.
Muy buen ambiente, pero al día siguiente tenía que madrugar. A las doce y media ya estaba en la cama, pero una llamada evitó que esa noche durmiera lo necesario. ¡Cosas de la vida!
El comité organizador de los II Premios Feroz otorgó el Premio Especial a Costa da Morte “por sus planos pictóricos, su uso del sonido y el discurso sobre el paisaje y el paisanaje de una zona de Galicia mítica y mágica”.
Peli compuesta de planos fijos de varios minutos de duración. La mayoría planos generales que reflejan la actividad y la vida en esta zona gallega.
Las escenas con de una gran belleza, de una plasticidad subyugante.
De fondo se escuchan diálogos y comentarios de los intervinientes, en una claro montaje de sonido, algo artificioso, pero atractivo.
El conjunto es interesante, pero poco emotivo y tremendamente aburrido.
Aunque su duración no es excesiva se hace largo, muy largo. Dan ganas de aumentar la velocidad del vídeo.
El día 25 de Enero tuve la suerte y el honor de asistir a la segunda edición de los Premios Feroz que se celebró en una carpa la Plaza de Toros de las Ventas.
Para abrir boca os pongo un vídeo de la Alfombra Roja.
En otro post comentaré mis experiencias y analizaré el Palmarés.
Después de haber agotado el arsenal de pelis que tenía del gran Edgar Neville, abro la carpeta de José Antonio Nieves Conde y me encuentro la primera de la lista. Sin saber de que va nos decidimos a verla.
Cotolay es el nombre de un niño muy espabilado, de estos listillos entrañables que ha dado el cine a lo largo de su historia.
Al principio de la peli te parece gracioso. Conforme avanza el metraje te empieza a caer gordo. Al final organizarías un linchamiento.
Cotolay es cine de la época en su versión más heavy.
Todo el mundo es bueno.
Los monjes están tocados por la gracia de Dios.
Personajes de palo, todos con buen corazón.
Hay esa ternura trascendente, tan propia de la pelis de Régimen, que resulta entre irritante y repulsiva.
Con una música constante que intenta dictar los sentimientos que debemos padecer.
Una peli cinematográficamente nula que solo aporta aburrimiento y desasosiego.
Hace unos años vi Déjame entrar (Let Me In) de Matt Reeves, la versión americana de esta peli sueca que visiono con los amigos del Taller de Cine de Azuqueca de Henares.
Casi no la recordaba. Mejor, así no me veo influido por el remake yanqui.
El cine de vampiros ha dado mucho de sí. Desde obras maestras a bodrios descomunales, no quiero ni recordar la Saga Crepúsculo, que Dios tenga en su gloria.
En Déjame entrar, hay un fondo de ternura, la que despiertan estos dos niños tan diferentes que se hacen amigos e, incluso, novios.
Él sufre acoso escolar, es pusilánime, débil…
Ella es una niña solitaria con una dependencia absoluta por la hemoglobina.
Los dos se complementan y se van a ayudar a superar sus problemas.
Hay poesía en los fotogramas de esta peli. Una poética, la del amor de estos niños, que sobrevive sobre la sordidez del paisaje y del paisanaje sueco.
¿Dónde está el paraíso escandinavo?
Lo que se nos muestra son niños crueles, señores feos alcoholizados, urbanizaciones de extrarradio… Incluso la nieve, que nosotros al padecerla poco la solemos ver hermosa, aparece desoladora y cochambrosa.
Esta pareja disfuncional intenta sobrevivir en este infierno de hielo.
Para contentar a los amigos de lo truculento hay algo de gore, el necesario para obligarte a cerrar los ojos en un par de ocasiones.
Simon Pegg interpreta a un psiquiatra que encuentra su vida aburrida y decide emprender un viaje de reencuentro consigo mismo y en busca del secreto de la felicidad.
La película nos va presentando todos los tópicos culturales y raciales que podamos sospechar.
Se debate entre la comedia y el drama ambientado en paisajes de postal.
Personajes que solo son estereotipos caricaturescos.
Algunas cuestiones, como el secuestro, son tratadas con una banalidad irritante.
La conclusión se ve venir desde el principio. Ya sabéis, el rollito ese que la felicidad no hay que ir a buscarla lejos sino que la tienes en casa…
El psiquiatra Héctor parece un gilipollas desde el principio y conforme avanza el metraje se va confirmando. ¡Qué tipo de tonto dejaría a Rosamund Pike?
Dicho todo esto, me atrevo a afirmar que la peli me ha gustado y me ha divertido.
El tratamiento de comedia me engancha, en general, bien llevada por este actor, que me cae simpático desde que lo vi en Zombies Party (Una noche… de muerte).
La peli respira una cierta inocencia que me parece enternecedora.
Solo la puedo recomendar para público poco exigente.
En el cine de terror da la impresión que todo está inventado.
Efectivamente Babadook no es una gran novedad en el género, da más de lo mismo.
¿Cual es el mecanismo por el qué esta peli australiana produce tanto miedo e impresiona?
A mi modo de ver hay varias cuestiones que la hacen diferente.
La historia de esta familia marcada por la muerte del padre en un accidente cuando se dirigían al hospital para que la esposa diera a luz.
Samuel, un niño conflictivo, inteligente, que da mucho miedo y grima. Interpretado por un inmenso actor (Noah Wiseman), a pesar de su edad, convence y emociona, te inspira ternura y pánico al mismo tiempo. Termina convirtiéndose en el héroe de la peli.
Un monstruo, una especie de fantasma espantapájaros que parasita, del que es imposible escapar.
Y por último, un ambiente turbio, con relaciones humanas difíciles.
Si eres miedica, no vayas a verla.
William Friedkin, director de ‘El exorcista‘ (1976), ha afirmado: “The Babadook es la película más aterradora que he visto jamás.”
Adán está sumido en una profunda depresión. No le gustan los derroteros que está siguiendo la humanidad.
Eva acude en su socorro.
Hay aburrimiento, tedio, astenia en su vida.
Están acostumbrados a la noche, donde desarrollan su existencia.
Son culturetas. Hacen referencia a iconos culturales de la música y de la literatura.
Adán colecciona instrumentos musicales.
Cuando aparece Ava, hermana de Eva, su cotidiana monotonía se rompe. Es una casquivana y no respeta las reglas que la pareja de amantes se ha impuesto.
Este trío de hermanas y cuñado son adictos a (espero dejaros descolocados) a la hemoblobina.
Pero ya no la van chupando furtivamente, la compran en un banco de sangre.
Ser vampiro es duro en el siglo XXI. Hay que tener cuidado con lo que te bebes, puede estar contaminado. Es preciso elegir los viajes nocturnos para ir en avión. No conviene llamar la atención…
La peli resulta tan aburrida como la vida de estos vampiros a vuelta de todo, cansados de una vida tan larga.
El film está repleto de detalles, con una muy buena ambientación, una fotografía excelente…
Hay un sutil sentido del humor en toda la peli. No lo suficiente para que deje de ser insufrible, pero sí lo necesario para que no sea insoportable.
Me gustó el contraste entre las dos ciudades. Una de calles estrechas y empinadas, Tánger. La otra de grandes avenidas desiertas, Detroit.
El conjunto resulta levemente inaguantable. Su excesivo metraje no ayuda demasiado.
Solo se debe ver una vez. Su visión reiterada puede producir anemia post-hemorrágica.
Hemos visto cada año Boardwalk Empire desde 2010. Espero a que termine toda la temporada y la vemos de tirón.
Este año no recordaba bien todos los detalles de la trama de las temporadas previas. No había olvidado a los personajes.
Enoch ‘Nucky’ Thompson es el puto amo de Atlantic City (Nueva Jersey), se dedica al contrabando de alcohol y al tráfico de influencias. Ha tenido problemas graves, pero ha terminado saliendo airoso de los conflictos. Sus poder ha ido disminuyendo, pero el alcalde le sigue comiendo en la mano.
Cuando se estrenó esta peli no tuvo éxito ni de crítica ni de público.
Es la única peli que dirigió el actor Charles Laughton. Afirmaba que prefería hacer teatro mejor que cine porque podía cambiar los aspectos técnicos y artísticos en cada representación.
Se consideró una peli maldita, pero por avatares diversos con los años se ha convertido en una peli de culto. Con muchos seguidores. Levanta pasiones.
Es un cuento de terror dividido en varios capítulos diferentes, aunque no está exenta de elementos de fábula moral.
La historia avanza por vericuetos poco esperados.
Lo que contribuye decisivamente a darle ese tono irreal, a veces onírico, es la fotografía contrastada y expresionista de Stanley Cortez, que también colaboró con Orson Welles.
La había visto en varias ocasiones, pero esta vez no me ha vuelto a defraudar.
Me impresiona ver a Robert Mitchum como el falso predicador sin escrúpulos y sin moral, misógino y posiblemente homosexual o impotente. Impresionante verlo gritar como un animal cuando la otoñal Lillian Gish le dispara.
Hay una burla al fanatismo religioso con momentos realmente espeluznantes.
Recuerdo que cuando la vi hace muchos años por primera vez me impactó, soñé con ella.
Me sigue pareciendo una peli fascinante y turbadora.
Jim Bennett, interpretado por Mark Wahlberg que también produce la peli, es un profesor de literatura que se conoce mediocre como escritor.
Es radical en sus planteamientos vitales. O eres un genio o no eres nada. No acepta términos medios.
Esta filosofía la lleva también al juego. Con su sistema de apostarlo todo, siempre terminará perdiendo. Él lo sabe, no es tonto, pero no puede evitar entrar en esa vorágine autodestructiva que le impele a ser el mejor o morir. Conoce que su único fin posible es el segundo.