No comprendo cómo se repone en los cines esta peli de la época de la transición.
Su mayor interés es la presencia de Rafael Azcona como guionista.
Se trata de un sainete, de una comedieta muy pegada a la actualidad del momento.
Todo y todos giran alrededor del personaje de Paloma interpretado por una joven y arrebatadora Ana Belén.
Lo que más gracia me hace son las hijas de la protagonista, Paloma, Almudena, Atocha e Isidra. ¿Se puede ser más de Madrid?
Pepe Secristán da vida al marido que nunca ha trabajado para hacer boicot a los empresarios y evitar se beneficien de la plusvalía.
Toca temas muy delicados que ahora, creo yo, no son políticamente correctos, como la pedofilia.
Se hace chiste de manera reiterativa con los negros y de la huelga.
Se nota la mala leche de Azcona al fondo, pero falta el estilo Berlanga, porque García Sánchez no sabe darle la gracia, ni la sutileza adecuadas.
Casi nunca me fijo en la música. Solo la percibo si es muy buena o es inadecuada. Aquí me he dado cuenta por lo segundo. Llama la atención su uso en escenas donde es innecesaria.
Rozando y llegando en ocasiones al esperpento, resulta graciosa, a veces, y chirriante muchas otras.
Destacar las buenas interpretaciones, todas estupendas sin excepciones.
Luis Ciges impresionante como siempre.
Muy jóvenes Juan Echanove y Antonio Resines.
Lo mejor Ana Belén, muy natural en su papel de madre y mujer deseada, y las cuatro niñas que se mueven con una soltura pasmosa.
No puedo dudar de las buenas intenciones de esta película, ni del voluntarismo de su protagonista, una encantadora Amy Schumer.
Como le he oído decir al gran Carlos Pumares: “un drama tiene que hacer llorar y una comedia reír”.
Esta comedia hace sonreír poco, de lo pedido por Pumares nada.
El supuesto gran mensaje de la película se ve venir desde el principio y queda reducido a una pantomima cuando se presenta de una manera tan escasamente sutil.
La peli presenta la “gran” moraleja de saberse valorar a uno mismo (la autoestima) y saber aceptarse a sí mismo.
Esta pareja de directores podrían haber tratado el tema con más sutileza, con más elegancia.
Es una pena que un mensaje tan positivo pierda validez y fuerza cuando se expresa de una forma tan tosca.
Dicho esto, quiero dejar claro que siempre me hubiera gustado ser guapo.
Los guapos lo tienen más fácil en la vida.
A mi madre siempre le decía: “cuánto me hubiera gustado ser guapo“. Ella me respondía: “alguna otra cualidad tendrás“.
A pesar de todo he de decir que he tenido mucha suerte en la vida y que todo me ha salido bien tirando a muy bien, a pesar de ser feo.
De esta peli hablamos y vemos un trozo en el Taller de Cine de Azuqueca de Henares.
Basada en una novela de Gore Vidal.
Siento interés en ella y la necesidad de verla. La consigo en latino neutro, incapaz de soportarlo.
Sigo buscando y encuentro una versión en inglés con subtítulos.
Mi atracción nace sobre todo por su protagonista, una lozana Raquel Welch.
Desde luego esta peli es imposible que fuera estrenada en España, con las escenas sexuales que contiene.
Por ello me atrae más. Podemos decir que es una gran curiosidad.
Myra Breckinridge es una reivindicación feminista muy setentera, con elementos psicoanalíticos, de la cultura pop y de la contracultura de la época, con un carácter claramente provocador.
Salpicada de elementos musicales que aumentan su atractivo.
Divertido el reparto con John Huston, John Carradine, Mae West, Farrah Fawcett,Tom Selleck...
Desmonta el mito del “macho”, incluso lo penetra para destruir su supuesta invulnerabilidad.
Es una peli muy loca, muy divertida, muy transgresora.
La película pretende ser divertida y cómica con tres premisas fundamentales.
Primera:
Los cuñados aliándose.
Situación absolutamente inverosímil. Todo el mundo sabe que los cuñados nunca se ponen de acuerdo.
Segunda:
Los novios de las hijas.
No sé porqué, pero los novios de las hijas, por muy perfectos que sean, nunca te terminan de gustar.
Tercero:
Los actores.
José Coronado, Javier Cámara y Roberto Álamo, los tres inconmensurables y saben componer unos padres cabreados estupendos.
Con estas tres patas se sostiene esta comedia.
El problema es que se agota ocasionalmente y las situaciones cómicas solo funcionan de vez en cuando.
Hay momento hilarantes y otros francamente torpes y en los que se pasa vergüenza ajena.
Nunca llega a ser hiriente, se queda en un humor blanco desprovisto de mala leche (desnatada y sin lactosa) para que no moleste a nadie, para que nadie se pueda sentir ofendido.
Siempre he defendido que el gran Agustín González era el que mejor se cabreaba en el cine español.
Ya tiene un magnífico sucesor en Roberto Álamo.
Cuando se enfada tiembla el misterio.
Estupendos los cameos de Manolo Solo, Luis Callejo y Manuel Burque, este último también guionista.
Hace años que se acabó mi idilio con el cine francés.
Lolo es una comedia cuya gracia se basa en la estulticia.
Diálogos estúpidos, basados en la sucesión de expresiones de mal gusto, incluso procaces.
Las elegancia brilla por su ausencia.
Situaciones ridículas.
Personajes patéticos.
Un guión arbitrariamente confeccionado, sin coherencia.
Su humor se basa en los chistes más casposos y vergonzosos que nadie puede imaginar.
Julie Delpy, a la que siempre he admirado, compone un personaje ridículo.
Su pareja, el insoportable Dany Boon, es un pésimo actor, cuya actuación sobrepasa el término grotesco.
Lolo es una producción con fines comerciales, que busca la risa en el mismo humor de caverna que tanto hemos denostado en el cine español.
Cuando terminó la sesión manifesté mi enfado a mis amigos Rafa y Daniel.
Peli como ésta, o peores, veo de vez en cuando.
Pero resulta increíble que haya sido proyectada en el Cine Club Alcarreño.
Se supone, o por lo menos yo lo suponía, que este ámbito es el adecuado para ver pelis de autor, o rarezas de otras cinematografías, que no tenemos la oportunidad de ver en las pantallas de Guadalajara. Un cine alternativo con apuestas atrevidas o diferentes.
Este Lolo es el peor de los cines comerciales, que si no ha sido expuesto en las pantallas de los Multicines Guadalajara es sencillamente porque su nivel de calidad no llega a los mínimos que un público educado y razonable exige.
Invito a los programadores del Cine Club Alcarreño que reflexionen sobre esto.
Esta comedia con toques gamberros trata un tema muy interesante.
Las mujeres de ahora se ven sometidas a una gran presión, porque buscan la perfección.
Tienen que ser buenas trabajadoras, buenas madres, de las que preparan el bocadillo, llevan a los niños a kárate, inglés, violín, danza, fútbol, acuden a las reuniones del AMPA, hacen actividad física, cuidan de su casa y cocinan bien.
Demasiada presión.
A veces, se ven obligadas a soportar a un marido que vive aún en una eterna adolescencia.
Mila Kunis se harta de ser una mujer perfecta y decide pasarse al lado oscuro y ser una mala madre.
Se alía con otras dos mujeres muy diferentes, pero con problemas comunes.
Me cayeron fenomenal Amy, Kiki y Carla.
¡Me he reído tanto con ellas!
Me lo he pasado sensacional.
Mila Kunis, ya me caía bien, pero después de verla en esta peli, la tengo en un altar.
El final, en contraste con el resto de la peli, es demasiado blandito, excesivamente conservador.
Pero he pasado tan buen rato durante el metraje que perdono el desenlace.
Vemos esta peli los amigos de Azuqueca en el cine del EJE.
No me cansaré de dar las gracias y repetir que es un auténtico lujo.
En la peli anterior (Fresas salvajes – 1957 – Ingmar Bergman) pasamos mucho frío. Varios compañeros vienen con manta preparada, que afortunadamente no hace falta porque contamos con calefacción.
Siempre he mantenido que son cuestiones diferentes el artista y la persona.
Podemos encontrar detestable al individuo, pongo el caso de Dalí, y encantarnos su obra.
En el cine también tenemos algún caso muy notorio.
Allen tuvo como pareja entre 1982 y 1992 a la actriz Mia Farrow.
Se separó de la misma después de que Farrow le descubriera fotografías pornográficas de una de las hijas adoptivas de ella, desnuda.
Allen negó cualquier vinculación sexual o sentimental con su hijastra (a quien conocía desde los cuatro años).
Pero al poco tiempo de separarse de Farrow “blanqueó” su relación sentimental con Soon Yi, con quien se casó en 1997.
En 1991, cuando la relación salió a la luz, Allen tenía 56 años y Soon Yi, 20.
Tras la separación, Farrow denunció penalmente al director por acoso sexual a la hija de la pareja, Dylan Farrow, que tenía 7 años en la época de los abusos.
Dylan Farrow, relató en febrero de 2014 a través de una carta abierta los abusos sexuales a los que la sometió el cineasta cuando tenía 7 años.
Segun Dylan, los hechos ocurrieron cuando vivía junto a Allen y la actriz Mia Farrow.
El caso salió a la luz en 1993, pero los cargos criminales en contra del director fueron retirados por Farrow, aunque la justicia reconoció las pruebas y prohibió a Allen el derecho de visitas sobre su hija.
La carta ha sido la primera vez que Dylan Farrow se ha referido al tema ante la prensa, y la decisión estuvo inspirada por los reconocimientos que ha recibido Allen durante los últimos tiempos. Allen siempre negó las acusaciones.
No tendría ningún derecho de contar estas cuestiones en una crítica cinematográfica, pero en esta peli Allen nos hace un relato “autobiográfico” que pudiera ser justificativo. La peli se realiza después de la polémica.
Quede claro que el Allen cineasta me gusta y el conjunto de su obra me parece sobresaliente.
Esta peli la vi hace años y casi no la recordaba.
Repleta de diálogos que no dejan un momento de descanso y que llegan a agotar.
Allen nos cuenta sus conflictos sentimentales y sus relaciones con las mujeres.
Mezcla continuamente la ficción con la falsa realidad del relato cinematográfico, creando confusión en el espectador, o por lo menos en mí.
Está claro que no es la transposición literal de su vida amorosa, porque que él la enriquece y la retuerce para contarla a su conveniencia.
Las mujeres de esta peli son todas unas histéricas, con actitudes excesivas, habiendo incluso tiros.
Cuando le acusan de adulterio él responde con contestaciones claramente machistas, culpando a sus parejas.
El único personaje que parece salir bien parado es la joven amante (Elisabeth Shue) que le abandona para casarse con Billy Crystal.
El colmo de la desfachatez del director y protagonista es cuando en una escena, por otra parte muy divertida, la esposa le explica a su hermana (y amante del adúltero) que se ha liado con una veinteañera.
Allen ridiculiza a las mujeres las presenta como comparsas de su vida en el colmo del egocentrismo y de la misoginia.
Tal vez sea una revancha miserable por la situación que había padecido (merecidamente).
Woody es un tío listo y nos intenta desarmar con el humor, con el tono de comedia que sabe dar a las situaciones más dramáticas.
Ésta es la típica peli que se olvida o, tal vez, solo recordada por ser una comedia divertida.
Pero no deberíamos disculpar sus actitudes misógenas por que obtenga una sonrisa cómplice. Eso es lo que pretende de nosotros complicidad y justificación.
A Patrice Leconte, a pesar de sus muchas producciones, solo le recuerdo por El marido de la peluquera.
El título en francés traducido es Una hora de tranquilidad.
Yo lo podría haber titulado 79 minutos de bochorno y vergüenza ajena.
Eso es lo que sentí en un cine casi vacío.
Se supone que esto es una comedia y no consiguió en mí ni una efímera sonrisa.
Los personajes son caricaturescos, se mueven en una astracanada sin sentido carente de todo interés.
Que haga mofa de los burgueses parisinos me puede parecer bien, pero que se ría de las criadas españolas y de los albañiles portugueses en un tono claramente racista me ofende profundamente.
Se burla de un muchacho perroflauta y lo presenta como un vago que además es hijo ilegítimo resultado de un adulterio, me parece triste.
Presenta con desprecio y falta de empatía a una familia numerosa filipina. Sencillamente irritante.
La peli concentra un contenido de muy mal gusto, usando todos los tópicos que las personas más reaccionarias pueden acumular.
En algún momento mi indignación llegó hasta tal punto que estuve tentado a abandonar la sala, cuestión que no he realizado nunca.
Para colmo Christian Clavier aparece en todos los fotogramas de las peli, se trata de un actor(?) insufrible, con una tendencia insoportable a la pantomima y a la sobreactuación, capaz de destrozar cualquier peli en la que intervenga. Me recuerda al funesto Luis de Funes.
El cine francés camina por muy malos caminos en los últimos tiempos.
Siempre me gusta ver una peli mala para ponerla a parir, ser cruel y divertirme. Lo de divertir ya es más difícil.
Esperando lo peor acudo a ver esta Negocios con resaca.
La peli oscila entre lo bobalicón, lo cutre, lo falsamente desmadrado, lo soez y sobre todo lo patético.
Yo no sé si su director era consciente que estaba describiendo el patetismo de unos personajes infantiloides y vocacionalmente fracasados, sumidos en una existencia con falsas e imposibles expectativas.
Estos personajes me daban pena, llenos de ilusiones, pero genéticamente incapaces de triunfar, sin ser conscientes de su incapacidad.
Lo que debía ser una comedia alocada solo me inspiraba tristeza y cierto vacío existencial.
Cuando se hace una peli así es imposible pensar en un final realista. Aquí el happy end triunfa con una moralina baratucha que hace más degradante aún la historia de estos fracasados que ni siquiera pueden hundirse con dignidad, siendo salvados por la necesidades de un guión de mierda que aún les humilla más.
De nuevo una peli fruto de la provechosa colaboración entre Rafael Azcona y Luis García Berlanga.
José Luis López Vázquez y Laly Soldevilla son dos prometidos. Él viaja con su madre a Sitges para casarse.
La localidad está llena de extranjeras en biquini. Para un señor serio de Burgos supone un auténtico impacto.
La madre fallece inesperadamente antes de la boda. Deciden ocultarlo para no suspender el festejo.
Estos dos genios del cine español se vuelven a reír con mucha sorna y mucha mala leche de esa España rancia, donde los novios se tienen que esconder para darse un casto beso.
Pero aquí el ambiente ha cambiado. En este pueblo de playa se respira libertad.
La cesura en los personajes es personal, nace de su educación, del qué dirán.
¿Habrá posibilidad de que estas dos mentalidades se entremezclen? o ¿serán aceite y agua?
Las escenas finales con la comitiva mortuoria son antológicas, impresionantes, ridículas, tristes, esperpénticas…
Primera peli de estos dos directores, Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem, escritores a cuatro manos del guión.
El retrato perfecto de una época triste y oscura que estos dos maestros saben disfrazar de comedia costumbrista para distraer a la censura y entretener a los espectadores.
La peli comienza con una mofa de los dramas históricos de la época, protagonizados por Aurora Bautista y dirigidos por Juan de Orduña.
La actriz que interpreta la reina que no quiere rendir Valencia o Palencia es una joven Lola Gaos.
Cuando el personaje de Fernando Fernán Gómez le explica cuestiones técnicas sobre una peli que ven en el cine, otro espectador airado de dice con guasa: “cállate ya, Juan de Orduña”
El retrato de esta pareja que malviven realquilados y que depositan sus esperanzas en sueños diferentes, pero imposibles.
Juan (Fernán Gómez) estudiando electrónica por correspondencia, en unos cursos que nunca acaban.
Carmen (Elvira Quintillá) jugando a todos los sorteos que se va encontrando.
Cuando por fin gana uno resulta que su sueño se ve roto…
En esa España miserable el cine era el gran refugio para evadirse de la realidad, cuestión que está muy bien representada en la peli.
Mis padres cuando se casaron estuvieron viviendo realquilados y yo nací en esa habitación con derecho a cocina y pasé los dos primeros años de mi vida, en la calle Ramón y Cajal. Esa vivienda ya no existe, pero de niño me acercaba, en ocasiones, a verla.
La imagen final de esta pareja, repartiendo regalos a los pobres que duermen en bancos con el fondo de Torre España en construcción, es desoladora y esperanzadora a la vez.
La ópera prima de estos dos directores es una gran peli.
Tercera peli del gran Berlanga, con guión a ocho manos de Juan Antonio Bardem, José Luis Colina, Edgar Neville y del propio Luis García Berlanga.
Los que me leéis habitualmente ya conocéis mi admiración por Edgar Neville del que he comentado varias pelis.
Novio a la vista es el retrato de una decadente burguesía española de principios de siglo.
El relato de unas vacaciones en la playa con unos niñosbarraadolescentes llenos de vida y de energía (como decía el anuncio de Nocilla) y sus padres llenos de prejuicios, dados al chismorreo, embebidos de mentira y falsedad.
Los padres de Loli (Josette Arno), una niña de quince años, deciden que se debe hacer novia de un sobrino de los Villanueva, un señor ingeniero que le saca más de diez años, porque es un buen partido.
Loli se resiste, prefiere seguir jugando con sus amigos.
La peli está repleta de cosas graciosas y de críticas a unos personajes que resultan patéticos.
Los Villanueva, tan admirados por todos y en boca de todos, no llegan a aparecer en pantalla, aunque son unos personajes fundamentales.
Hay un barniz de inocencia, de buena voluntad, pero solo es una capa externa, porque en el fondo hay muy mala leche.
Tal vez ese disfraz engañara a los censores, claramente miopes, incapaces de ver el negro fondo que se nos muestra.
Camuflar el retrato social de comedia da muchas posibilidades.
Recuerdo que la vi de pequeño en la tele. Me fascinó la batalla de piñas que enfrentaba dos concepciones de la vida, un pasado rancio y un futuro rebelde.
Simon Pegg interpreta a un psiquiatra que encuentra su vida aburrida y decide emprender un viaje de reencuentro consigo mismo y en busca del secreto de la felicidad.
La película nos va presentando todos los tópicos culturales y raciales que podamos sospechar.
Se debate entre la comedia y el drama ambientado en paisajes de postal.
Personajes que solo son estereotipos caricaturescos.
Algunas cuestiones, como el secuestro, son tratadas con una banalidad irritante.
La conclusión se ve venir desde el principio. Ya sabéis, el rollito ese que la felicidad no hay que ir a buscarla lejos sino que la tienes en casa…
El psiquiatra Héctor parece un gilipollas desde el principio y conforme avanza el metraje se va confirmando. ¡Qué tipo de tonto dejaría a Rosamund Pike?
Dicho todo esto, me atrevo a afirmar que la peli me ha gustado y me ha divertido.
El tratamiento de comedia me engancha, en general, bien llevada por este actor, que me cae simpático desde que lo vi en Zombies Party (Una noche… de muerte).
La peli respira una cierta inocencia que me parece enternecedora.
Solo la puedo recomendar para público poco exigente.
Edgar Neville fue un hombre polémico, escritor, autor de teatro, director de cine, pintor, diplomático, corresponsal de guerra, noble, humorista, amante de la buena mesa y de la actriz Conchita Montes.
Cultivó un humor apolítico, aunque fue muy crítico con la burguesía de la época franquista a la que él pertenecía.
La vida en un hilo se sostiene sobre un guión portentoso, bien estructurado y con fino sentido del humor y la ironía.
En la peli se compara la vida de la protagonista casada con un soso y como hubiera sido ligada a un hombre ocurrente y simpático.
Edgar Neville se muestra cruel y, tal vez, realista retratando a la burguesía de provincias, con una vida monótona, sin sentido, llena de prejuicios, que se alimenta de chismorreos, con un fondo puritano insoportable.
Pero como insiste Mercedes, la protagonista, no son malas personas.
En La vida en un hilo se nos ofrecen unos diálogos de gran ingenio, con esa gracia y sutileza que ya han desaparecido.
La estupenda Conchita Montes sostiene la peli, con elegancia, demostrando ser una actriz estupenda.
Rafael Durán como Miguel, da el contrapunto perfecto al mediocre y tontoelculo Ramón (que casualidad que se llame como un servidor) interpretado por un brillante Guillermo Marín.
Me encanta la idea que el idiota de Ramón falleciera por la creencia que dormir con la ventana de par en par es bueno para la salud.
Posiblemente muchas personas salgan corriendo al oír mi recomendación de ver una peli española de 1945, en blando y negro. Lo siento por ellas. Se pierden una obra maestra.
Acudo por recomendación de mi amiga Chona que me la ponderó efusivamente.
Se trata de la típica peli de amigos que rondan los cincuenta y fundamentalmente son gilipollas e inmaduros.
Las escenas de esta cuadrilla alrededor de una mesa comiendo y bebiendo productos galos han sido mil veces vistas.
Los personajes son estereotipados y con muy poca gracias. Ridículos la mayor parte del tiempo, imposible empatizar con ellos por su molesta estupidez.
Me altera especialmente la actitud del personaje de Lambert Wilson que al sufrir un infarto decide disfrutar de la vida fumando y bebiendo.
Tengo un amigo (también paciente), Javier, una excelente persona, trabajador, educado, modesto, simpático que padece varias patologías que en absoluto ha buscado y mucho menos merecido. Es un paciente ejemplar que sigue a rajatabla dietas y tratamientos, acude a revisiones y se hace las pruebas con absoluta abnegación. Él a pesar de las adversidades sigue en la brecha y no se deja amilanar.
El Antoine, interpretado por Lambert Wilson es un tonto de tomo y lomo. No como mi amigo Javier que es de lo más cabal.
En esta barbacoa el humor raya lo ridículo, con momentos de vergüenza ajena.
A pesar de todo lo dicho, la peli me ha gustado. Me he sentido identificado con situaciones y personajes. Mis amigos de universidad son más listos, pero hay algo de común con los personajes de esta Barbacoa. Algo que me permite comprenderlos, y quererlos. Algo que ha hecho que me emocionara.
Un pajarito tiene aerofobia (miedo insuperable a volar) y decide no emigrar…
Divertido, con un protagonista que despierta ternura, desvalido y lleno de limitaciones.
Nos da la moraleja sobre que siempre se puede encontrar una alternativa.
Las fobias son extremadamente frecuentes. Prácticamente el cien por cien de los niños tiene alguna. Entre los adultos hay alrededor de un 30% de fóbicos, pero solo en pocos casos son invalidantes.
Yo, por ejemplo, soy acrofóbico, pero me esfuerzo en superarlo, aunque no lo consigo.
Recuerdo perfectamente que veía las películas de los Hermanos Marx las tardes de los sábados en televisión. En aquella etapa apreciaba mucho el humor y la risa. Ahora me sigue pasando igual.
Detestaba profundamente cuando Harpo Marx se ponía a tocar el harpa, era un sufrimiento interrumpir la comedia y oír ese instrumento.
Vemos Sopa de ganso porque se cumplen 80 años desde su estreno. Fue originalmente incomprendida pero con los años ha ido aumentando en incondicionales y ahora se considera la mejor peli de los Hermanos Marx, aunque eso es discutible como todo.
Se pueden sacar muchas conclusiones de esta peli pero la más importante es que Rufus T. Firefly presidente de Freedonia no hay que llamarle principiante, porque te declara una guerra.
La ciudad de Fredonia en Nueva York, se quejó de la utilización de su nombre con una “e” adicional. La respuesta de Los Hermanos Marx fue: “Cambien el nombre de su ciudad, que está haciendo daño a nuestra imagen”.
El dictador italiano Benito Mussolini prohibió la película en Italia porque pensó que era un ataque directo a él. Cuando la noticia llegó a Los Hermanos Marx declararon que habían llegado al éxtasis.
Cuando se le preguntó cuál era el significado político de esta película, Groucho Marx dijo: “¿Qué significado? Éramos sólo cuatro judíos tratando de conseguir una risa.”
El país ficticio de Sylvania fue llamado “Amnesia” en los primeros borradores.
Una de las pocas películas con Harpo Marx en la que no realiza un solo de arpa, aunque toca las cuerdas de un piano.
En el guión original, Chicolini y Pinky eran primos y Bob era el hijo de Firefly.
Los primeros borradores del guión incluyen escenas en un teatro de ópera y a bordo de un zeppelin. Fueron suprimidas por falta de presupuesto.
El director Leo McCarey es uno de los grandes de la comedia de los años 30 y 40, descubridor de la pareja cómica de Stan Laurel y Oliver Hardy y ganador de numerosos premios oscar.
Margaret Dumont siempre interpretaba el mismo papel de viuda rica enamorada de Groucho Marx, éste llegó a afirmar que era el quinto hermano Marx. En la época mucho público creía que estaban realmente casados. Margaret no comprendía la mayoría de los chistes de los hermanos pero era una experimentada actriz de comedia y aguantaba el tipo como podía.
Copio un par de diálogos de esta peli:
Groucho: No es que me importe, pero, ¿dónde está tu marido?
Margaret Dumont: ¡Ha muerto!
G: Seguro que solo es una excusa.
MD: Estuve con él hasta el final.
G: No me extraña que falleciera.
MD: Lo estreché entre mis brazos y lo besé.
G: Entonces, fue un asesinato. ¿Te casarías conmigo? ¿Te dejó mucho dinero? (Responde primero a lo segundo)
.MD: ¡Me dejó toda su fortuna!
G: ¿No comprendes lo que intento decirte? Te amo.
G: Pensarás que soy un sentimental, pero ¿te importaría darme un mechón de tu cabello?
MD: ¿Un mechón de mi cabello?
G: Y no te quejes. Te iba a pedir toda la peluca. Cásate conmigo y tendremos nuestra propia familia.
MD: Oh, sería maravilloso. Y dime, cariño, ¿tendríamos una bonita casa?
G: Pues claro, ¿no estarás pensando en mudarte?
MD: Temo que después de llevar algún tiempo casados encuentres una mujer hermosa y te olvides de mí.
G: No te olvidaré. Te escribiré todas las semanas.
Sopa de ganso es Marx en estado puro, con sus genialidades y sus defectos.
Jamás se vio una declaración de guerra tan divertida.
La escena del falso espejo es todo un clásico.
Esta crítica se la dedico a mi amigo Félix, que hace tiempo que no veo, un incondicional de estos hermanos.
Después de varias semanas desde su estreno acudo a ver la última de Almodóvar. Ya estaba quedando mal. Disculpa, Pedro.
Contar una peli de Almodóvar resulta imposible porque sus tramas son siempre retorcidas y complejas. Que es un gran director nadie lo puede poner en tela de juicio. Además ha sabido dar a su filmografía un toque personal y único. Cuando ves unos pocos segundos de cualquiera de sus pelis, sabes identificar su autoría sin ningún problema.
Eso es tal vez lo que menos me gusta de esta La piel que habito, la ausencia de humor, salvo una escena en la que intervienen su hermano y su sobrino.
Siempre ha sabido hacer del pecado virtud, consiguiendo que personajes (teóricamente) malvados te caigan simpáticos.
Almodóvar se sabe rodear de los mejores. La fotografía de José Luis Alcaine es impresionante con una nitidez y una perfección técnicas absolutas.
La música de Alberto Iglesias es hipnótica, ideal para sumergirse en la trama.
La dirección del gran Almodóbar es tan personal y tan atrayente que resulta apabullante.
Banderas ha perdido esa frescura que tenía en Átame pero es un actor eficaz. Elena Anaya se come la cámara y su actuación es impresionante, a pesar que su papel es imposible.
He leído críticas muy malas de esta peli. Discrepo profundamente.
Almodóvar es grande, muy grande y ésta es, una vez más, una magnífica película.
Un amigo me definía como almodovariano. Y creo que más bien soy almodovarófilo.
Estamos ante una nueva comedia de los hermanos Farrelly con sus chistes gruesos y escatológicos, con sus personajes patéticos sobre todo los masculinos. Vamos todo muy Farrelly.
A mí este estilo de comedia me gusta bastante. Hay títulos de los hermanísimos que me entusiasmaron como Algo pasa con Mary, Pegado a ti o Amor ciego.
En esta peli los personajes masculinos son tan patéticos que en lugar de hacer gracia dan pena. No me vi identificado para nada con ellos y eso resta interés. Con esto no quiero decir que yo no sea patético sino que mi visión es diferente a los protagonistas.
Pero los Farrelly han perdido fuelle. Hacen una peli en general entretenida y en momentos divertida pero hay escenas sin interés alguno. Además el tono moralista incluso con moralina respecto a la institución familiar es excesivo.
Tal vez después de haber visto Resacón en las Vegas, los Farrelly me parecen unos blandos.
Cuando tenía 12 ó 13 años leí esta novela del irlandés Jonathan Swift. Me pareció una obra entretenida y no supe apreciar la ácida crítica que el autor hacía de la condición humana y de la sociedad. Hay quien considera esta novela una precursora del pensamiento anarquista.
Swift fue un individuo extraordinario, nacido en la más absoluta pobreza ocupó cargos importantes en la vida política de su tiempo. Swift fue el inventor del nombre Vanessa. Escribió un poema con este nombre que hacía referencia a una mujer real (Esther Vanhomrigh) y con “van” y “es” formó este neologismo que actualmente es bastante común.
Vayamos a la peli que nos debe de ocupar. Rob Letterman el director de esta nueva versión cinematográfica ha fabricado una comedia para el lucimiento de Jack Black.
Los ingredientes en principio son estupendos: una novela extraordinaria, efectos visuales, uso del 3D, un actor divertido y solvente, la presencia de la simpática Amanda Peet, un transformer, una casita de muñecas, una niña gigante horrorosa…
Pero todos sabemos que podemos tener buenos ingredientes y guisar algo incomible. Pues incomible es esta peli.
El resultado es terrible. Me aburrí soberanamente. Y creo que no fui el único. La sala estaba llena de niños que tan solo se rieron un par de veces, como yo.
Hay algún momento salvable de la quema. Los teatrillos que Gulliver monta sobre su supuesta vida basados en Titanic y en El Imperio contraataca son divertidos. Jack Black disfrazado de muñequita en la casita de la niña gigantona está gracioso. Pero esto tan solo son unos segundos.
Da la impresión que la peli está hecha con prisa con ganas de acabar rápido. Tal vez su director era consciente que estaba perpetrando una fechoría y tenía ganas de terminar y huir.
Los efectos visuales están bien pero el 3D no se nota para nada, es totalmente superfluo.
Pero no todo es malo, afortunadamente dura menos de 90 minutos.
Tercera entrega de la saga de los Fockers. Las dos anteriores no estuvieron mal sin ser nada del otro jueves. Pero mantener el nivel, aunque no sea muy alto, resulta muy difícil.
La peli está plagada de escenas graciosas que funcionan bien de manera aislada pero hay episodios penosos y patéticos que hacen que el conjunto no sea redondo.
Decir que Robert De Niro está estupendo no es novedad, siempre ha actuado con oficio y ha sabido encajar en todos los papeles que ha realizado. Le recuerdo en el Padrino II como sin casi diálogos se comía la cámara.
Es preciso reconocer que hay buenos momentos como el de la piscina de bolas homenajeando a Tiburón aunque el conjunto de la pelea no sea muy bueno.
Hay alguna cuestión en el guión que resulta del todo increíble. ¡Nadie podría rechazar a Jessica Alba!
Resulta especialmente penosa la intervención de Dustin Hoffman, no porque su interpretación sea mala sino porque la parte del guión que le corresponde es insostenible. Dustin se negó en un principio a interpretar este papel pero al final llegó a un acuerdo económico con la Universal.
Como no podía ser de otra manera hay final feliz pero con amenaza de que la saga continúa.
Acabo de ver esta peli y no salgo de mi asombro. Kisk-Ass es una comedia o más bien una parodia de las pelis de superhéroes pero tiene elementos de cine de artes marciales y de gore.
La mayoría de sus imágenes son típicas de un tebeo, de hecho la peli está basada en un comic. Pero son imágenes brillantes, imaginativas y en ocasiones deslumbrantes. Las escenas de acción son magistrales.
El protagonista es el típico perdedor que tan bien nos cae a todos, porque la mayoría nos sentimos identificados con el personaje. Además el que intente ser un héroe y lo consiga nos gusta.
El verdadero toque gamberro de esta peli lo da la jovencita Chloe Moretz que es una primorosa niña que se pone a repartir tiros, patadas y cuchilladas a diestro y siniestro. El personaje resulta sorprendente y atrayente pero a mí me ha parecido asombrosamente creíble.
Nicolas Cage interviene en esta peli en la que parece estar más acertado que últimamente.
A pesar del tono de comedia de la peli no resulta recomendable para niños ni para personas sensibles pues hay escenas de violencia brutal.
El refrito de comedia de adolescentes de institutos, peli de héroes, peli de patadas con estética de comic resulta muy divertida.
Hacer una comedia con el tema de fondo de terror y con toques gore es un asunto muy delicado. Salir airoso de tal empeño es difícil.
El director Ruben Fleischer consigue en 80 minutos una película divertida. En realidad Bienvenidos a Zombieland es una gamberrada.
Columbus, interpretado por Jesse Eisenberg, es el protagonista y el narrador de la película, es un joven miedoso, apocado y lleno de complejos que sigue a rajatabla unas reglas para sobrevivir en un mundo de zombies.
Woody Harrelson está estupendo en su papel de experto matazombis, de lo cual se siente muy orgulloso.