En 1979 Ridley Scott nos sorprendía con una peli de ciencia ficción y terror, con un cierto aire a serie B, que tenía como protagonista a una mujer, hecho insólito en aquella época.
El resto lo sabemos todos.
Hubo secuelas y spin offs que iban de mal en peor.
Pero aún así los incondicionales de la saga siguen siendo legión. Queda el buen sabor de boca de las tres primeras.
Si Prometheus era una precuela, ésta, Alien: Covenant, es la secuela de la precuela.
Los fans de la saga van a encontrar los elementos comunes a ella.
La puesta en escena es apabullante y funcionan bien las escenas de acción.
Con ese toque característicos de mezclar acción, terror psicológico y gore.
Compartí sala con mi amigo Santiago (Cinefagia80), al que encuentro en todos los estrenos potentes en los Multicines Guadalajara.
A la salida debatimos, más bien debatieron, Marcos y él sobre aspectos técnicos de la biología de los aliens.
Los alienólogos intentan encontrar coherencia argumental y biológica a la película, cuestión que admiro.
Pero a mí me turbó porqué el robot David se vuelve malo.
Después de mucho pensar creo que tengo una teoría plausible.
Él es amante de la perfección. Considera a la raza humana como de capa caída, en plena decadencia. Ha destruido su planeta y tiene que colonizar otros nuevos.
En cambio los aliens son mucho más perfectos, carentes de sentimientos, capaces de mezclarse con el ADN de cualquier elemento de la fauna y adaptarse y destruir a todas las especies.
Pero estos aliens son demasiado aniquiladores, aunque sí es cierto que respetan la flora.
Todo esto está muy bien y explica porqué David apoya a los bichajos estos. Pero no le encuentro explicación a su odio hacia los hombres, la especie que le creó.
En cualquier caso Michael Fassbender aporta los mejores momentos a la peli.
El problema de este Alien es que nunca podremos olvidar a Sigourney Weaver en camiseta.
Katherine Waterston desde luego no es la Weaver, es más ñoña, pero hace su función.
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En qué orden ver la Saga Alien:
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Orden de estreno:
Alien, el octavo pasajero + Aliens: El regreso + Alien 3 + Alien: Resurrección + Alien vs. Predator + Alien vs. Predator 2 + Prometheus + Alien: Covenant.
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Orden cronológico:
Alien vs. Predator + Alien vs. Predator 2 + Prometheus + Alien: Covenant + Alien, el octavo pasajero + Aliens: El regreso + Alien 3 + Alien: Resurrección.
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Orden purista:
Alien, el octavo pasajero + Aliens: El regreso + Alien 3 + Alien: Resurrección + Prometheus + Alien: Covenant.
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Orden exhaustivo:
Depredador + Depredador 2 + Alien vs. Predator + Alien vs. Predator 2 + Predators + Prometheus + Alien: Covenant + Alien, el octavo pasajero + Aliens: El regreso + Alien 3 + Alien: Resurrección.
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Orden Ripley:
Alien, el octavo pasajero + Aliens: El regreso + Alien 3 + Alien: Resurrección.
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Orden Ridley:
Alien, el octavo pasajero + Prometheus + Alien: Covenant.
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Orden Jonesy o del gato:
Alien, el octavo pasajero + Aliens: El regreso.
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Xenomorfos:
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Aunque la mayoría de la gente tiene en mente el aspecto de un alien, en realidad esta criatura tiene otro nombre: xenomorfo (literalmente, “forma extraterrestre”).
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Y hay varios tipos.
El zángano de la primera peli, el más básico.
Los guerreros de la segunda, más maduros.
El corredor de la tercera, resultado de nacer de un animal bípedo.
El Recién Nacido de la cuarta, un híbrido alien-humano.
El Predalien, salido de un depredador.
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En la cadena de reproducción de la especie está:
La reina.
Los pretorianos (aliens con potencial para convertirse en reinas).
Los huevos.
Los facehuggers o abrazacaras.
Los chestbursters o revientapechos.
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En la nueva trilogía hay cuatro nuevos tipos:
El hammerpede, un híbrido alien-gusano.
El trilobite, un facehugger gigantesco.
El diácono, un alien salido de un ingeniero.
El neomorfo, que aparece en Alien: Covenant.
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Personas artificiales, androides, replicantes, robots:
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Hasta Alien: Covenant, todos los robots de la saga habían sido bautizados alfabéticamente:
Ash (Alien)
Bishop (Aliens)
Call (Alien: Resurrección)
David (Prometheus).
El nuevo se llama Walter, pero lo interpreta el mismo actor que a David, Michael Fassbender.
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Los dos últimos nombres homenajean a David Giler y Walter Hill, productores de la saga.
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Gente de éxito:
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Todos los directores y guionistas de la saga han alcanzado un gran prestigio después.
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Ridley Scott dirigió la primera, Alien, y luego estuvo tras la cámara en Blade Runner, Thelma & Louise, Gladiator y Marte.
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Sus guionistas fueron Dan O’Bannon y Ronald Shusett, creadores de Desafío total.
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James Cameron, director y guionista de Aliens, rompió dos veces el récord histórico de recaudación con Titanicy Avatar.
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La primera película de David Fincher fue Alien 3 y después realizó Seven, El club de la lucha, Zodiacy La red social.
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Tras Alien: Resurrección, Jean-Pierre Jeunet grabó Améliey su guionista, Joss Whedon, escribió Buffy, cazavampiros y Los Vengadores.
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Los de Prometheus ya eran conocidos pero no han hecho más que crecer.
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Jon Spaiths había estado en La hora más oscura y luego ha firmado Doctor Extraño.
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Damon Lindelof, creador de Perdidos, ha creado las nuevas de Star Trek.
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Los guionistas de Covenantestán metidos en ambiciosos proyectos: Blade Runner 2049, la nueva adaptación de Asesinato en el Orient Express y el próximo James Bond.
El Cine Club Alcarreño pone un broche de oro a esta temporada.
Macbeth es un versión de la obra de William Shakespeare.
Siempre resulta difícil adaptar el teatro al cine.
Por otra parte desechar texto de esta obra para hacerlo más digerible en la gran pantalla es una labor muy penosa.
El director australiano, Justin Kurzel, compone una peli terriblemente fascinante.
Su desarrollo visual, su estética, su plasticidad son apabullantes.
Su fuerza visual es desgarradora.
Esa batalla rodada en medio de la niebla, donde la fotografía se para o se vuelve rápida para hacernos comprender el caos, la sangre y la muerte de una guerra.
Se retrata la ambición por el poder.
Un poder que se adquiere por la traición y el asesinato, cuyo elemento de inducción es la mujer, siempre el origen del pecado y de la destrucción.
Pero Macbeth necesita mantenerse y entra en una espiral de muertes sin sentido.
Es el retrato de la locura del poder que hace débil y temeroso al que lo sustenta por la fuerza y el deshonor.
Tal vez la peli se ve lastrada por el excesivo diálogo. ¿Pero quién se resiste a los textos de Shakespeare?
Michael Fassbender está impresionante, con una interpretación tan potente, tan colosal que resulta agotadora.
Estamos ante una gran peli.
Tal vez, como decía mi amigo Daniel, precise de una larga digestión.
Mis retinas no podrán olvidar el rojo del paisaje de fuego donde perece el ambicioso Macbeth.
Últimamente espero cada vez menos del cine de superhéroes.
Pero esta peli me sorprende.
La trama es clara, bien relatada. ¡Hasta yo la entendí!
Todos los personajes están bien construidos y su desarrollo resulta coherente.
El malvado Apocalipsis con esa capacidad de acumular mutaciones que le hacen creerse un dios, con sus cuatro seguidores a los que llama hijos y les lava el cerebro.
Entre estos cuatro jinetes del Apocalipsis hay dos chicas. Entre los miembros de las sectas siempre hay mujeres para complacer al líder.
El rollo inicial en el Antiguo Egipto me recordó a La momia.
Destacar a los tres protagonistas, James McAvoy (Profesor Xavier), Michael Fassbender (Magneto) y Jennifer Lawrence (estupenda Raven/Mística) que lo hacen fenomenal.
Inquietantes e interesantes las referencias al pasado en Auschwitz de Magneto que yo recordaba en alguna de las anteriores.
La peli discurre muy entretenida, sin que haya ningún momento aburrido, con escenas brillantes.
Destacar la salvación de los mutantes de La Escuela para Jóvenes Talentos por parte de Mercurio (Pietro Maximoff, alias Quicksilver). Impresionante.
Tal vez le falte algo más de sentido del humor.
El premio a la más maciza se lo lleva Elizabeth “Betsy” Braddock, mejor conocida como Psylocke (Mariposa Mental en España). No puedo evitar poner fotos abajo.
La fugaz presencia de Lobezno o Logan para los amigos (un eficaz Hugh Jackman) es extraordinaria (orgía de sangre).
En cada uno se visualiza en tiempo real los minutos previos a la presentación de los tres productos icónicos del “visionario”.
Danny Boyle y su guionista Aaron Sorkin nos abruman con diálogos agotadores.
Con este blablablá continuo se nos intenta diseccionar a un personaje que es tratado como un dios.
Siempre me he permitido poner en duda la calidad de los productos de la manzanita mordida.
Tal vez me hayan dado mal rollo cosas que llevan por emblema lo mismo que durmió a Blancanieves.
Tal vez sea que estos productos son comprados por unos seguidores que parecen pertenecer a una religión.
Los que tienen un iphone o un ipad se sienten superiores y miran por encima del hombro a los que hemos comprado un Bq, que nos ha costado cuatro o cinco veces menos y podemos hacer lo mismo que ellos, pero con menos calidad y categoría.
Todos lo que se compran estos productos que empiezan por ay (que parece un quejido) se apuntan a una religión, a una secta.
Es lo mismo que la Termomix. Pero eso es otra cuestión.
Pues del ídolo de esta iglesia habla esta peli.
Un individuo mezquino que hizo pasar necesidad a su hija y a la madre de ésta. Que trató con nepotismo a sus colaboradores.
Que no era ingeniero, ni diseñador, ni economista sino “un visionario“.
Un individuo tan pagado de sí mismo, que era incapaz de abrir su corazón, al igual que sus productos a los que para levantar su carcasa hace falta herramienta especial.
Nunca perteneceré a una secta que tenga como líder a un individuo así.
La peli pinta a base de trazos gruesos el personaje.
Ésta es la séptima peli sobre la Patrulla X si incluimos las dos de Lobezno. La tercera de Bryan Singer que hizo las dos primeras.
Solo he visto estas tres de este director que adquirió prestigio por la estupenda Sospechosos habituales.
Tal vez haga un esfuerzo y vea las cuatro que me faltan.
Días del pasado futuro mezcla las dos generaciones dando riqueza a los personajes y a la trama.
Lo primero que me ha gustado es la coherencia argumental. En esto de los viajes en el tiempo meter la pata es de lo más fácil. Aquí encaja todo bien.
Todo el desarrollo es de lo más entretenido con momentos brillantes e impactantes. En estos tiempos en que ya estamos pasados de todo, resulta difícil sorprender, pero Bryan Singer lo consigue eficazmente.
La dualidad buenos malos está diluida y es menos nítida, lo que le da un tono adulto al cotarro y enriquece el desarrollo, que tiene un componente importante de thriller.
Peter Maximoff, aunque todos le conocen como Quicksilver (Mercurio para el público hispanoparlante) es un gran hallazgo y protagoniza uno de los episodios más interesantes e impactantes.
Lobezno o Logan para los amigos (un eficaz Hugh Jackman) sigue siendo el eje de la historia.
Hay una próxima entrega en 2016 X-Men: Apocalipsis, que espero moderadamente ansioso.
La dirección es eficaz, pero carente de sello personal. Es un producto comercial con un alma muy pequeña.
En resumen: no es para echar cohetes pero cumple con nota su función de entretener.
Si eres seguidor de la saga saldrás contento. Si no has visto ninguna de las anteriores deberías aprender alguna cuestión básica explorando un par de pelis, como he hecho yo.
Hace unos meses todo el mundo puso por los cielos Shame de este director británico afincado en Amsterdam. A mí me pareció regularcilla, aunque con puntos de interés.
Ahora en 12 años de esclavitud la crítica se ha vuelto a entregar.
Nada de lo que se cuenta es novedoso. El sufrimiento que los seres humanos pueden infringir es inmensa. La institucionalización y la legalidad de la crueldad es una vergüenza para esto que llamamos civilización.
Sobre este tema se ha hecho de todo, bueno y malo. Steve McQueen es muy hábil en tocarnos en la fibra más sensible para nosotros que es la pérdida de la libertad y la posterior esclavitud. No usa recursos trillados de emocionar con sensiblería y solo se rinde a esta tentación al final de la peli.
El mundo depravado que se nos muestra contrasta con el paisaje idílico de Luisiana que sirve de escenario a la tragedia.
Pero no solo hay maldad en los hombres sino en el sistema que oprime hasta el punto de hacer cómplice a la víctima de la misma estructura orgánica que le ataca.
Nos lo muestra McQueen, cruelmente, en varias escenas. Horrorosa e interminable en la que Solomon Northup permanece colgado ante la indiferencia del paisaje y del paisanaje. O cuando es obligado a azotar al personaje que interpreta Lupita Nyong’o.
La propia estructura crea en la víctima el sentimiento de complicidad y de culpabilidad.
Estos aspectos, tal vez, sean los más novedosos de la peli del británico.
La música es perfecta y maravillosa. La fotografía impresionante. La realización, técnicamente muy conseguida, con planos generales, huyendo de la moda de los primeros planos que detesto profundamente.
Con todo lo dicho ¿porqué no termina de parecerme la maravilla que a todo el mundo?
Su insistencia en el sufrimiento me ha recordado La Pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson pero sin hablar en arameo, ni en latín. En estas dos pelis, siendo muy distintas, se produce un efecto de saturación. La insistencia en mostrar el dolor con imágenes impactantes genera una desensibilización en el espectador. Llega un momento en el que, por muy horroroso sea lo que se ve, ya no te llega.
El personaje de Edwin Epps, sádico esclavista, sería imposible de creer sino lo interpretara un Michael Fassbender que compone una actuación más que magistral, un hombre atormentado que reprime sus pulsiones con una crueldad insoportable. Pero para mala-mala su esposa, celosa, despiadada, cizañera y vengativa.
No quiero olvidarme de Paul Dano que interpreta a un capataz con muy mal perder que este año también compuso un muy buen papel en Prisioneros, también de malo.
Brad Pitt se reserva el papel de productor y de salvador, se las sabe todas, el muy pillín.
Supongo que 12 años de esclavitud se llevará un buen montón de oscars pero a mí me sigue gustando más esta Prisioneros que acabo de mencionar.
Javier Bardem se ha trasmutado en una caricatura, su actuación es excesiva, como ya viene siendo habitual.
Brad Pitt, como el resto de los personajes, va despistado por la peli.
Cameron Diaz interpreta el rol de una mujer fatal y está arroladora, aunque da bastante miedo. A mí verla en pantalla me intimida, no quiero imaginar en la vida real. Impresionante cuando se beneficia a un descapotable (raro-raro). Es lo mejor (o lo único bueno) de la peli.
Con un buen director y unos actores estupendos se puede hacer una caga… como ésta. ¡Ay el guión! ¡Qué importante es el guión!
Él afirma que solo se puede hacer una buena película con un buen guión y aquí cuenta con uno de los guionistas de la serie Lost.
Prometeo era un Titán que se enfrentó a Zeus robándole el fuego y entregándoselo a los hombres de los que se le considera protector. Pero Prometeo fue castigado a vivir atado en el Cáucaso y que todos los días un águila le devorara el hígado. Al ser inmortal todas las noches lo regeneraba. Heracles lo liberó pero tuvo que vivir enganchado a un pedrusco por un anillo.
En esta Prometheus (el nombre de la nave) hay muchos elementos comunes con Alien, el octavo pasajero. No es precisamente una precuela porque no hay un hilo argumental claro sino “solo” muchas referencias. El sueñecito de dos años, los alliens que son claramente reconocibles, el que se meten por la boca, que se desarrollan abdominalmente…
El deseo de búsqueda del creador y de la reflexión sobre la mortalidad lo veíamos en Blade Runner.
Aquí el robot de 2001. Odisea del espacio está representado por David, tal vez, el personaje más interesante que aprende la manera de pensar de los hombres escudriñando en sus sueños y viendo Lawrence de Arabia, la película favorita de Scott y una de mis preferidas.
Casi todo en esta peli me resulta conocido no hay nada que me sorprenda. Hay escenas potentes y turbadoras. Pero la mayoría de los personajes estás desdibujados y hay algunos caricaturescos como el viejo ricachón deseoso de la vida eterna.
El diseño de producción es impresionante y apabullante, esto es una constante en las pelis de Ridley, lo que ha permitido que sus films sigan siendo actuales a pesar del tiempo.
Los extraterrestres gigantones como de museo de cera están francamente conseguidos.
Salí decepcionado, estuve entretenido pero no hubo nada que me asombrara que me pareciera novedoso. ¿Esperaba demasiado? ¿Ha perdido fuelle Scott? O simplemente: ¿le ha salido la peli mala?.
¿Tendrá secuela esta precuela?
Lo mejor las referencias a Lawrence de Arabia y el robot bien interpretado por el actor de moda Michael Fassbender.
Michael Fassbender interpreta a un soltero de los que tiene éxito con las mujeres y aprovecha su atractivo físico para beneficiárselas. Además es consumidor de porno en revistas (que colecciona) y por internet (la madre de todo conocimiento). De vez en cuando se va de putas y por supuesto se masturba habitualmente. Yo por ahora no veo nada raro. Pero al pobre no se le ve contento. Ya sé que resulta inexplicable pero lo pintan como enfermo.
Para colmo aparece su hermanita (Carey Mulligan) que también es rarita y se ha intentado suicidar y tiene cáncer y se lía con el jefe de su hermanito, pero nada serio.
El conjunto nos da la apariencia, que no se explicita, de rollo morboso y atormentado con una fotografía brillante.
Ha cosechado buenas críticas y su protagonista (Michael Fassbender) ha obtenido algunos premios.
Los mejores momentos de la peli son en los que Brandon (el personaje principal) liga con la mirada en el metro.
El reto de Cronenberg al adactar una obra literaria primero y después teatral sobre el psicoanálisis y hacerla una obra personal acorde a toda su filmografía es ciertamente complicado.
Aunque el director siempre ha gustado de guiar a sus personajes por sendas tenebrosas que tal vez solo su subconsciente puede explicar.
El psicoanálisis tiene mucho de religión como ya comenté en otra crítica hace poco. Y ¿porqué? Pues porque se basa en la fe en unas teorías (y recalco lo de teorías) que no han sido demostradas. Si esta crítica la leyera alguien despertaría demonios en muchos psicólogos e incluso médicos que practican esta religión y hasta en sus pacientes que son víctimas de este dogma.
Hay personas que creen de manera ciega en la astrología, en los viajes astrales, en los fantasmas o en la termomix y hacen de eso una verdad que les acompaña como si fuera una realidad equiparable a la ciencia. Con las religiones, por cierto, pasa lo mismo. Pero todo esto (incluido el psicoanálisis) es cuestión de fe, de creer en algo que no se puede demostrar.
Por supuesto que todas estas creencias merecen todo el respeto del mundo pero son solo creencias.
Y desde este punto de vista la peli está bien planteada con un patriarca (Sigmund Freud) que dirige a un grupo de seguidores y alguno aunque aventajado le sale díscolo (Carl Young).
Es interesante que queriendo Young curar a su paciente Sabina Spielrein practique con ella las “perversiones” que la han trastornado. Una magnífica relación médico-paciente.
La peli mantiene el interés y gana sobre todo cuando aparece Viggo Mortensen interpretando al padre del psicoanálisis, un personaje con carisma.
Keira Knightley (nombre difícil de escribir y de pronunciar) perpetra un muestrario de muecas y de excesos faciales asombroso que no sé si calificarlos de esperpento o de interpretación magistral.
No sé muy bien porque me atraía ver esta película. Acudía al preestreno sabiendo que por la mañana cuando sonara el despertador me arrepentiría. Eso que me digo de dormir más deprisa para dormir más, no funciona.
En principio ver una peli de época cuyo argumento ya conocía, eso de la huerfanita desgraciada, habiendo visto versiones anteriores que recuerdo vagamente, no parecía un planazo precisamente.
La peli me fue gustando cuando descubrí que su director no usaba recursos detestables como la voz en off y que iba directamente al asunto pasando de puntillas por el orfanato.
Si esto lo contáramos ahora sería la historia de una institutriz que es una fresca y consigue sorberle el seso al dueño de la casa y poco más.
Pero hace dos siglos esto se contaba que daba gloria.
La peli está bien narrada creando interés. Los paisajes acompañan. La luz nocturna de ese caserón da un aire de peli de miedo con una excelente fotografía. Pero lo que hace de Jane Eyre una buena película son sus actores, que bien dirigidos dan emoción a la peli. Hay diálogos literarios pero que te llegan.
Mia Wasikowska está impresionante porque trasmitir muchas emociones con tanta contención es muy difícil.
Michael Fassbender (actor de moda) está muy acertado con ese secreto que le atormenta y le impide ser feliz.
Jamie Bell se nos ha hecho un hombre y también está de moda al ser el que se presta de modelo para ser Tintín.
Judi Dench como siempre estupenda, ya especializada en secundarios de lujo.
Tendré que volver a ver versiones anteriores para comparar… pero me falta tiempo.
¿Porqué no se echa mano más de los clásicos para hacer películas?
Película inglesa estrenada en España en Agosto de 2010.
Veo esta peli meses después de su estreno porque las pelis de romanos siempre me han gustado.
Cuando era un crío, e iba al cine del colegio o me llevaba mi padre los miércoles por la tarde, las pelis que prefería eran las de romanos. Vi muchas pelis de gladiadores como las de Maciste o Hércules que ahora sé que eran de serie B y pelis de gran nivel como Ben-Hur o Espartaco (el mejor peplum sin lugar a dudas).
Ver una de romanos es como volver a la infancia. Por ello soy poco exigente con estas pelis.
Centurión se desarrolla en Britania. Hay bonitos paisajes y los combates entre pictos y legionarios están bien rodados y están repletos de sangre, mutilaciones, decapitaciones y amputaciones. Resulta un poco gore pero es más realista que las pelis de mi infancia en las que no había nunca hemoglobina.
A mí me gustan las grandes batallas y esta peli no las hay. Primera decepción.
Una gran parte de la peli es una persecución con alguna toma que recuerda a la Comunidad del Anillo corriendo uno detrás de otro. La persecución es implacable pero resulta aburrida. Segunda decepción.
Se encuentran una celta que es buena, que ayuda a los romanos perseguidos, cosa totalmente inexplicable. Tercera decepción.
Sobrevive el centurión protagonista pero no lo reciben como héroe. Cuarta decepción.
Demasiadas decepciones para una peli de romanos.
Me dan ganas de ver Espartaco que nunca me defraudará.