2006: 3 nominaciones al Oscar: Mejor guión adaptado, fotografía, montaje
2006: 2 Premios BAFTA: Mejor diseño de producción y fotografía. 3 nominaciones
2006: Festival de Venecia: Mejor contribución técnica (escenografía)
2006: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a Mejor fotografía
2006: Asociación de Críticos de los Angeles: Mejor fotografía
2006: Asociación de Críticos de Chicago: Mejor Fotografía
2007: Premios Sur: Nominada a mejor película extranjera
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Comentario:
Vuelvo a ver esta maravilla de peli.
Me detengo a revisar algunos planos-secuencia que me parecen tan impresionantes que no dejan de aturdirme, por mucho que los contemple.
No me extraña que esta peli se estudie en las facultades de cine.
Otro de los elementos que me entusiasma es ese futuro distópico más cercano que nunca con Brexit, Trump y Vox llamando a nuestra puerta.
Uno de los argumentos de la peli es la utilización política de la maternidad que ahora estamos viviendo en nuestras carnes en esta precampaña que padecemos.
Una peli tremendamente actual, filmicamente impresionante. Una maravilla. Una obra maestra.
Y observo como mis calificaciones han ido empeorando progresivamente.
Del entusiasmo que me despertó la primera a la decepción de la tercera entrega.
Pues esta cuarta ha seguido la tónica esperada.
Los 137 minutos que dura se hacen interminables.
No hay originalidad, ni emoción, ni nada que pueda despertarme de la siesta que debería haber dormido en lugar de ver este bodrio.
Jennifer Lawrence sigue siendo la protagonista absoluta.
Sigue ejerciendo de sufridora con un debate ético sobre la guerra y las necesidades que se plantean.
Cuando se meten en las alcantarillas del Capitolio aparecen unos humanoides, al estilo zombi, pegajosos y feacos que dan ganas de gritar: “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Me aburro!!!!!!!!!”.
Ya parecen imprescindibles estos personajes en estas pelis juveniles.
Me resulta insoportable Peeta Mellark. Ya sé que no está bien desearle mal a nadie, pero es que me cae tan gordo.
Ni siquiera los escenarios y los efectos especiales me han gustado. Todo parece muy artificioso.
El final es absolutamente delecnable, emético…
Pero lo que más le reprocho es que sea un coñazo, muy coñazo.
Triste colofón a una saga que empezó bien y termina fatal.
Casi toda la peli se basa en el conflicto personal de Katniss Everdeen y su afán de defender y salvar a su enamorado Peeta Mellark.
La peli rebosa de diálogos, como si hubiera que estar explicando sentimientos y acciones a un espectador que se aburre con tanto blablablá.
Interesante el planteamiento de esa guerra entre la Dictadura del Presidente Snow y los rebeldes.
Hay un frente bélico en el que el Gobierno tiene todas las de ganar, dominando el espacio aéreo y la fuerza militar.
Pero en la propaganda los insurgentes cuentan con la baza de los cabreos de Katniss Everdeen que dan bien en cámara y con el dominio de las comunicaciones.
En la segunda parte veremos quien sale triunfador.
Hay momentos bochornosos que se han repetido mil veces. La niña que se olvida el gatito y casi no pueden llegar al búnker. Me gustaría que en alguna peli no consiguieran salvarse por culpa del felino y perecieran, sería más educativo.
La peli pasa sin pena ni gloria, se mueve entre el tedio y la indiferencia. Aburre ver padecer a una Jennifer Lawrence que ya me está resultando cargantica.
Ella y su novio en la ficción (Peeta Mellark) me dan igual, como si se los carga el malvado Snow. Francamente, querida, me importa un bledo.
Este director catalán (Jaume Collet-Serra) vuelve a ser número uno en la taquilla norteamericana con esta peli, como ya hiciera hace unos años con Sin identidad.
Non-Stop es un thriller de avión.
Desde el principio el ritmo es frenético. Es obligatorio que lo sea porque si el espectador reflexiona por unos segundos se puede dar cuenta que todo es puro artificio.
La historia es mentirosa y falsa, no tiene ni la más mínima coherencia. Los continuos giros de guión solo esconden su inmensa debilidad.
Liam Neeson compone un personaje tan espurio como la trama. Solo su enorme presencia física puede ayudar, en algunos momentos, a hacer creíble alguna escena de acción. Todo ese rollo de alcohólico que se le murió su hijita está tan visto que resulta ridículo.
Pero si eres un espectador complaciente y te abstraes del guión imposible puedes llegar a disfrutar de la peli. Todo va tan rápido, todo es tan sorpresivo que es posible que te pueda llegar a atrapar.
Da igual que el avión dé unos bandazos de padre y muy señor mío y que las botellas de bebidas alcohólicas permanezcan perfectamente colocadas en las vitrinas. Porque todo en la sucesión de escenas es así, totalmente increíble….
A mí me enganchó y salí satisfecho del cine. Engañado, manipulado, pero satisfecho.
Peli ideal para poco exigentes y con ligero retraso intelectivo. Como yo.
Basada en una novela de Henry James que fue publicada a finales del siglo XIX.
Julianne Moore es una cantante de rock. Steve Coogan es un marchante de arte. Sus relaciones son penosas. En la separación surge el conflicto de quien se queda con la pequeña Maisie.
Los directores ruedan desde el punto de vista de la niña. ponen la cámara a su altura para que veamos el universo que la rodea desde su perspectiva.
Los dos son unos malos padres que delegan el cuidado de su hija en sus nuevas parejas.
Todo esto contado así suena a melodrama barato de sobremesa de los domingos. Nada más alejado de este subgénero.
Aquí los personajes son de verdad. Se ven situaciones tan reales como que la madre roquera dice a su niña que la quiere, mientras la abandona en la puerta de un restaurante y como acto de generosidad le dice que no se irá hasta que no llegue a la puerta.
En esta peli se evita el sentimentalismo, la lágrima fácil. Las imágenes se ven desde la visión de la inocencia y de la incomprensión de Maisie.
La interpretación de Onata Aprile de tan solo 6 años es increíblemente veraz, contenida, medida como si se tratara de la actriz más experimentada del mundo, dándole el punto justo de ternura pero sin pasarse ni un solo milímetro de la línea que rebasada se convierte en sentimentalismo.
Julianne Moore interpreta, posiblemente, a la peor madre del mundo pero con certeza es una de las mejores actrices del momento. Maravillosa en su incompetencia para ser madre y en su egoísmo autojustificado.
Una peli notable que ha llegado a nuestras salas dos años después de su estreno en el Festival de Toronto donde ganó el premio del público.
En 1976 Brian De Palma nos ofrecía una peli extraordinaria. Me declaro admirador de este director. Por ello voy a evitar comparaciones. Me olvidaré de la Carrie de los setenta.
Recuerdo perfectamente cuando acudí a su estreno, tenía 18 años recién cumplidos. La mezcla de terror y drama personal me fascinó. Unos meses antes había visto Hermanas que me había impresionado sobremanera. No puedo olvidar ese sofá olvidado en una estación. Me dan ganas de revisitar a De Palma.
En 2013 la directora Kimberly Peirce nos ofrece una peli entretenida con una atmósfera asfixiante y desasosegadora.
Carrie White da una pena terrible. Acosada cruelmente en el instituto y machacada psíquicamente por su pecadora madre.
El final es desmesurado pero a mí no me ha disgustado, tal vez demasiado largo.
Julianne Moore compone su personaje de manera perfecta. Una de las grandes actrices del momento.
El mayor acierto de la peli es una magnífica Chloë Grace Moretz que da vida a esa pobre muchacha, llena de ternura, de inocencia, de bondad. Ya sé que se desmadra al final con lo de la telequinesia. Pero yo la disculpo porque se lo merecen. Un castigo duro pero justo 🙂
Me gusta tanto esta actriz que casi la prefiero a la Sissy Spacek de los setenta.
Al final he caído en comparaciones. De perdidos al río: me gusta más la versión de De Palma a pesar de Chloë Grace Moretz.
Por cierto, la Carrie del cartel se parece más a Natalie Portman que a su verdadera protagonista. Fíjate bien.
Don Jon es un tío de éxito con las chicas pero encuentra en el porno una satisfacción más completa. Se enamora de la chica diez Scarlett Johansson…
El debut de Joseph Gordon-Levitt en la dirección me ha parecido brillante. Plantea una peli divertida que cuando ha agotado el tema renace para brindar una reflexión.
Don Jon tiene una vida superficial, sus relaciones no son nunca profundas. Incluso la confesión semanal resulta impersonal. Las emociones más intensas las encuentra en el cine para adultos.
Vive o mejor dicho vivimos en la cultura de la superficialidad, de lo virtual. Hablamos pero no nos comunicamos. Sentimos experiencias con la tele, el cine, los videojuegos, el porno… Pero no terminan de llenarnos.
Julianne Moore, una viuda llorosa por la desaparición de su familia le hace experimentar al superficial Don Jon sentimientos de verdad.
Scarlett Johansson está estupenda, superapretada y apretable. Ha ganado peso y aunque está fenomenal tiene cierto aire de muñeca chochona.
Los padres y amigos de Don Jon la aceptan solo porque está superbuena.
Magnífico el retrato de la familia de Don Jon, hilarante.
Después de haber visto la peli no sé a quien prefiero si a la neumática Scarlett o la pecotosa pero sincera Julianne.
Esta brillante comedia de los hermanos Coen nos ofrece una galería de personajes que podrían parecer estrambóticos pero que tal vez sean el reflejo de lo que hay pululando por la sociedad norteamericana (¿y española?)
El Nota es un personaje que ha pasado a la historia del cine. No tiene ni un pelo de tonto pero es víctima de los demás que lo consideran manipulable pero él solo quiere una existencia sencilla donde pueda beber, colocarse y vaguear. Eso sí es un tipo elegante.
La peli es muy divertida y se sigue con atención sin que flaquee.
Yo la vi cuando se estrenó y ahora la reviso con mis compañeros del Club Amigos del cine. Es curioso que casi no la recordara. Me acordaba del Nota (Jeff Bridges), de Walter Sobchak (John Goodman) y de Maude Lebowski (Julianne Moore) pero no recordaba la trama. Tal vez los personajes perduren más que la peli.
La comedia es siempre un género complicado en el que todo debe encajar como un mecanismo de relojería porque cualquier chirrido da al traste con todo.
Crazy… es una peli divertida, no muy original, más una comedia de enredo que una comedia romántica que se sustenta sobre todo en unas adecuadas interpretaciones de todos los actores que están muy acertados. Y también con algún alarde visual atrayente.
Hay muchos momentos hilarantes con un buen sentido del ritmo.
Me llamó la atención el parecido entre Julianne Moore, que interpreta a la madre y Emma Stone que hace de hija. Las dos pelirrojas y pecotosas, realmente parecen parientes. Una buena dirección de casting.
La peli hace apología del amor para toda la vida en contraposición al ligoteo de una noche o un ratillo, sin que caiga en un discurso carca.
En su conjunto resulta una comedia solvente, cosa poco frecuente o como diría un amigo mío “rara avis“.
Viendo esta peli cumplo con la misión sagrada de ver todas las pelis nominadas al Oscar este año que han sido diez, ni más ni menos.
Los chicos están bien nos presenta una familia formada por dos madres lesbianas y dos hijos adolescentes. Las madres fueron fecundadas por inseminación artificial de un donante anónimo.
Esto que aquí en España nos puede parecer normal, en USA ha levantado mucha controversia, lo cual ha hecho que esta peli llamara la atención.
La peli empieza entretenida presentando a los personajes y la situación pero el interés decae al avanzar el metraje.
Tal vez los personajes más llamativos sean los amigos de los chicos. Uno es un anormal que le gusta orinarse encima de los perros y otra una chica que tiene como único tema el sexo. Es posible que la directora pretendiera hacer más patente las diferencias entre los hijos de esta familia, unos chicos que son encantadores y otros muchachos de una familia diríamos “normal”.
En mi opinión el nivel de esta peli es mucho menor que el de las otras nominadas este año.
Atom Egoyan, el director de Chloe, es canadiense de origen armenio y tiene una filmografía interesante, por eso fui a ver esta peli.
Chloe es interpretada por Amanda Seyfried. Yo la recordaba por Mamma Mía. Esa jovencita se ha convertido en una mujerona con aires de vampiresa.
Julianne Moore hace el papel de Catherine Stewart, una ginecóloga que tiene graves dudas sobre la fidelidad de su marido (Liam Neeson).
Catherine contrata a Chloe para comprobar la lealtad de su marido. La peli se centra en la relación entre estos personajes. Los relatos pornográficos de Chloe van afectando a Catherine. Egoyan retrata magníficamente estas situaciones paseando en varias ocasiones la cámara por el cuerpo de Catherine y utilizando con oficio imágenes con espejos.
Catherine se siente menospreciada por su hijo, traicionada por su marido. Sus amigas son unos loros de muchísimo cuidado. Julianne Moore interpreta su papel de manera sentida y creible. Sus pequeños ojos azules compiten en expresividad con los grandes ojos de Amanda Seyfried.
El escenario es la ciudad de Toronto, con sus calles nevadas y heladas. La casa de Catherine es fría y con aspecto de impersonal. Todo ello contrasta con los profundos y, en ocasiones, turbadores sentimientos de los personajes.
Durante la película intenté averiguar en que ciudad se desarrollaba. Los taxis son azules y naranjas y uno de ellos llevaba la matrícula de Cincinnati lo cual me confundió bastante.
Pero al final del metraje lo que era un drama trata de dar un giro para convertirse en un thriller. Lo que hasta entonces había sido una peli de calidad se transforma en un telefilm de sobremesa de Antena 3. Es como si algún productor ocurrente hubiera dicho: “vamos a dar comercialidad a esta peli, le metemos una sorpresa final y la convertimos en Atracción fatal Lésvica“.
Esto podría pasar a los manuales de “cómo fastidiar una peli“.
Esta peli nos cuenta las desventuras de Pippa que con unos 50 años pasa su vida como abnegada esposa de su marido 30 años mayor que ella.
La peli nos relata al mismo tiempo su niñez y adolescencia con un padre predicador y una madre bipolar adicta a las anfetaminas. En su tormentosa juventud encuentra apoyo en un hombre mayor culto y un poco repelente , vamos el típico jilipollas, con el que se casa.
Pero la gran protagonista de la película es Rebecca Miller, que es la escritora del libro, la guionista y la directora. Rebbeca es hija del escritor Arthur Miller y de la fotógrafa Inge Morath, la siguiente esposa del escritor después de Marylin Monroe que murió un mes antes del nacimiento de Rebbeca. Además esta directora es la esposa de Daniel Day-Lewis.
Esta peli es adecuada para ponerla en un curso de salud mental. Hay patologías diversas: trastorno bipolar, sonambulismo, ataques de bulimia, adicción a drogas, intento de suicidio, ansiedad… Pero no os confundáis con esto que os digo, la película está muy bien, es una peli interesante que invita a la reflexión, dejando la interpretación de los hechos al espectador.
Como único defecto señalaría la escasez de humor que solo se manifiesta en pocos momentos.
Fui al cine el viernes dos de Julio por la tarde, solo estábamos en el cine tres personas. A la salida coincidí con una horda de jóvenes, más chicas que chicos que salían entusiasmados de ver la tercera entrega de la saga Crepúsculo. Es una pena que una buena película tenga tres espectadores y una basura como Eclipse tenga la sala llena a rebosar.