Quiero mostrar lo primero un monólogo del agente británico Alec Leamas interpretado por el colosal Richard Burton.
Son solo 22 segundos que resumen a la perfección cual es la esencia del gremio de los espías:
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Esta peli nos aleja del mito del espía estilo James Bond.
Es la cara verdadera y cutre de los agentes secretos.
Trabajos duros, donde hay que sacrificar la vida propia y arriesgarla para conseguir engañar y estafar con un objetivo sujeto a la conveniencia del momento.
Ni moral, ni grandes ideales.
Solo mezquindad y cutrerío.
Curiosidades y anécdotas
Le Carré espía:
El autor John le Carré trabajó para la inteligencia británica MI5 y MI6 durante los años 50 y los años 60.
Parte de su actividad la realizó en Berlín.
Le Carré estaba allí cuando se construyó el Muro de Berlín.
La novela se establece alrededor de un año después de la construcción del Muro de Berlín.
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Las caras de George Smiley:
En esta película, el actor Rupert Davies fue el primer actor en retratar el personaje icónico de John le Carré, George Smiley, en una película o en una televisión.
James Mason fue el segundo actor en interpretarlo, en Llamada para un muerto (1966).
Sir Alec Guinness fue tercero, y le dio vida dos veces, en Calderero, sastre, soldado, espía (1979) y Los hombres de Smiley (1982).
Denholm Elliott fue el cuarto actor, en Asesinato de calidad (1991), mientras que Gary Oldman es el quinto actor en tocarlo, en El topo (2011).
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Las mejores novelas de Le Carré:
John le Carré incluyó “El espía que entró del frío” como una de sus 4 mejores novelas durante una entrevista el 5 de octubre de 2008, en la BBC Four.
Las otras mejores obras que seleccionó fueron: ‘El Sastre de Panamá’, ‘El jardinero fiel’ y ‘Tinker, Tailor, Soldier, Spy’.
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Le Carré en el rodaje:
En un artículo para The Guardian de 2016, John le Carré reveló buenos recuerdos del rodaje:
“El director y yo nos llevamos bien. Disfruté de una amable relación con el guionista, Paul Dehn, quien como ex instructor en las artes negras en una escuela de espionaje británica durante la segunda guerra mundial, resultó saber mucho más sobre el espionaje que yo.
No se tomaron grandes libertades con mi historia -aunque ya no veo eso como un criterio- y mi único trabajo era proporcionar la extraña nota de gracia al guión mientras hacía amistad con Richard Burton y mantenía un ojo atento en su consumo de alcohol.
Aunque recordó la “hostilidad abierta” entre Burton y el director Martin Ritt, creía que esto “alimentaba el sentimiento de alienación de Burton y daba fuerza a su actuación”.
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¿Adolescente?:
Aunque interpretando a un adolescente, Claire Bloom tenía en realidad 34 años, en el momento de la filmación.
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Liz Gold:
El nombre del personaje de Liz Gold de la novela ‘El espía que surgió en el frío‘ fue cambiado a Nan Perry (interpretado por Claire Bloom) para esta película.
Se considera que la razón de esto fue porque el actor principal Richard Burton estaba casado con la actriz Elizabeth Taylor en ese momento.
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Unos años de diferencia:
Alec Leamas debía tener 50 años, aunque Richard Burton tenía sólo 39 años en el momento de filmar.
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De Hans-Dieter Mundta a Karel Harek:
El personaje de Hans-Dieter Mundt (interpretado por Peter van Eyck en esta película) fue cambiado a Karel Harek, debido a Paramount Pictures tenía los derechos del nombre del personaje de esta película.
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De Burt Lancaster a Richard Burton:
Burt Lancaster fue llamado en un principio para interpretar a Alec Leamas.
Al final el papel se lo quedó el actor Richard Burton.
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En blanco y negro:
La única adaptación cinematográfica de una historia de John le Carré que ha sido totalmente filmada en blanco y negro.
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Graham Greene:
El autor Graham Greene dijo de la novela de John le Carré de 1963, que era “la mejor historia de espionaje que he leído“.
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John le Carré dijo en una entrevista con The Guardian el 13 de abril de 2013:
“Yo escribí ‘El espía que vino del frío‘ a los 30 años bajo estrés intenso, sin compartir, de manera muy personal y en extrema privacidad.
Un diplomático junior en la embajada británica en Bonn, yo era un secreto para mis colegas, y la mayor parte del tiempo para mí mismo.
Había escrito un par de novelas anteriores, necesariamente bajo un seudónimo, y mi servicio de empleo los había aprobado antes de la publicación.
Después de una larga búsqueda de conciencia, también habían aprobado “El espía que vino desde el frío”.
Hasta el día de hoy, no sé qué habría hecho si no lo hubieran hecho“.
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Bernard Lee:
Bernard Lee interpreta a un comerciante humilde.
Curioso que Lee actuara como como M en la más glamurosa franquicia de James Bond.
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Poco tiempo:
Esta película fue producida y estrenada aproximadamente 2 años después que la novela de John le Carré fuera publicada por primera vez en 1963.
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George Smiley:
El escritor John le Carré basó parcialmente su famoso personaje de George Smiley en una amiga, la tutora de Lincoln College y la Universidad de Oxford, la reverenda Vivian Green.
Smiley también se basó en el jefe de Le Carré en el MI5, Lord Clanmorris, quien escribió novelas policiales bajo el seudónimo de John Bingham.
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Martin Ritt y Richard Burton no se llevaron muy bien:
La fricción realmente ayudó a que Burton desarrolara su personaje, que muchos consideran uno de sus mejores.
Se cree que su antagonismo se debió a la irritación de Ritt por las constantes visitas de Elizabeth Taylor, en su segundo año de matrimonio con Burton.
Para hacer las cosas más complicadas, Claire Bloom y Burton habían tenido un romance varios años antes.
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Esta película fue nominada a dos Oscar, mientras que El topo(2011) fue nominado para tres y El jardinero fiel (2005) por cuatro, ganando uno.
La andadura del Cine Club Alcarreño se inicia esta temporada con este docudrama de 75 minutos.
Podríamos pensar que un plato ligero por su duración y por su tono amable.
Pero trata un tema muy polémico y complejo.
El meollo es el maltrato animal y la alimentación. Para concluir que hay que hacerse vegano.
Su director y protagonista, Ed Antoja, es convencido, más bien adoctrinado, para integrarse en la secta del veganismo.
Uno de los problemas de las sectas es que sus miembros se creen superiores a los demás y en posesión de la verdad.
Pasa igual que los consumidores de Apple o los poseedores de la Termomix.
En el caso de los veganos, además nos quieren hacer sentir malas personas porque nos ponemos cinturones de piel o porque nos gusta el cachopo (por cierto, qué gran invento).
Independientemente de todo lo expuesto, el documental dice verdades como puños.
Vivimos en la sociedad del despilfarro.
Una de las formas que tenemos cotidianamente de derrochar es comiendo carne en exceso.
Es cierto que para producir un kilo de proteína animal se necesitan 10 Kg de cereales.
Comemos un exceso de proteínas. Solo necesitamos de 0.8 a 1 gr de proteínas por Kg de peso y día.
Yo con 90 gr de proteínas sería suficiente.
No olvidemos que los cereales tienen un 15% de proteínas, las legumbres un 30% y los frutos secos cantidades no despreciables de este principio inmediato.
En los países del tercer mundo, en los que son vegetarianos por obligación, hay personas que no prueban la carne en su vida y por ello no están mal alimentados.
En España, donde tanta necesidad se pasó en la posguerra, comer carne fue un lujo, que solo se podían permitir los señoritos.
La cría intensiva de ganado ha conseguido abaratar los precios de la carne y democratizar un producto. Así familias con bajos ingresos se pueden permitir “el lujo” de comer carne a diario.
Es cierto que los animales sufren en estas granjas y que su muerte es dolorosa. Y está bien que se denuncie.
Pero llegamos a una paradoja que me abruma. Si de pronto todos nos volviéramos veganos, ¿qué pasaría?
Lo primero que los laboratorios fabricantes de vitamina B12 se pondrían las botas (no de piel animal, por supuesto).
Lo siguiente que millones de animales serían sacrificados para vaciar unas granjas que no tendrían utilidad.
Miles de empresas cerrarían.
A los niños me imagino que se les dejaría tomar leche. ¿O solo de soja o de almendras?
Estas llamadas “leches” vegetales no son más que zumos de estas plantas y carecen de calcio en una cantidad apreciable. El calcio contenido en los vegetales es escaso y se absorbe muy mal. La fuente de calcio para todas las edades es la leche y los derivados.
Condenaríamos a todas las generaciones venideras al raquitismo.
Tal vez la solución sea algo intermedio.
Deberíamos de comer menos carne, llevar una dieta variada y equilibrada e intentar que la vida de los animales en granjas intensivas sea mejor, aunque el precio de la carne sea mayor.
El que quiera ser vegano que lo sea, me parece fenomenal, pero que no intenten crear en mí un complejo de maltratador de animales.
En los pueblos de toda España se ha convivido con los animales y se ha tenido claro que están al servicio de la subsistencia del hombre.
Cuando el conejo tiene ocho meses y está tiernecico, se le desangra, se le mata, se le limpia y a la olla.
Nadie ha percibido maltrato en este conejillo que ha cumplido su función en la vida.
Estas cosas del animalismo me parece que solo son postureo de urbanitas de clase acomodada.
Ya sé que lo que digo puede ofender muchas sensibilidades, pido disculpas.
Quede claro que tengo el máximo respeto hacia los animalistas, que nunca en la vida les obligaría a ver una corrida de toros, ni asistir a un matadero, ni a comer cachopo, ni bocadillos de jamón con tomate, ni a tomarse un yogurt de postre, ni a llevar zapatos de marca.
Es más si alguien alguna vez les quiere invitar al Buger King daré la cara por ellos y diré: “invítame a mí que no tengo escrúpulos, y al animalista le invitas a La Zanahora Feliz“.
Un placer compartir butacas con el cineasta Miguel Ángel Fernández y con los críticos de cine Diego Gismero y David Recio, además (estos dos últimos) miembros del Jurado del Premio de la Prensa.
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Nos vimos tres cortos de la Sección Bon Appetit, todos los Requetecortos y la Ceremonia de Clausura. De postre dos de los cortos premiados.
La gala comienza con The Veroñas un ruidoso grupo de rock femenino, compuesto por una chicas muy majas y dinámicas.
No les entendí nada. Primero porque cantaban en inglés y segundo porque el sonido era muy malo.
Perpetraron un montón de canciones y me produjeron una leve cefalea.
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La ceremonia la presentaron los actores Fernando Ramallo y Montse de la Cal que nos fueron ofreciendo el menú de premios.
Estuvieron muy acertados y sus intervenciones no chirriaron en absoluto.
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Los entregadores y los recibidores de premios estuvieron muy comedidos, en general, lo que hizo la ceremonia entretenida y dinámica.
Os pego el Palmarés.
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Las actuaciones del grupo de baile Carpe Diem, del dúo de cuerda Espejismo y de los cantantes Amigos del Buero muy entretenidas y de calidad.
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Mucho público que llenó la platea del Buero Vallejo y parte del entresuelo.
El apoyo de los espectadores a este Festival se mantiene año tras año y es sin duda el mejor de los respaldos.
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Después de ver dos de los cortos premiados nos hicimos una foto los miembros del Jurado de la Prensa.
De derecha a izquierda: Elena Clemente de culturaenguada, María Antonia Delojo de RTVE, Blanca Álvarez Román de cineenserio.com, Diego Gismero, David Recio, Ana Rodríguez de la Cadena Ser y un servidor.
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Posteriormente estuvimos en el ágape donde pudimos conversar con Motse de la Cal y con Pedro Herrero director del Requetecorto premiado El mercadillo.
Voy a contar un chiste que tiene relación con este magnífico corto:
Natalie abre la puerta del piso donde ofrece sus servicios y un señor trajeado le inquiere:
– ¿Natalie? Quiero un griego.
Natalie dice que es una chica cara y que eso le costará 3000 euros.
Los saca de la cartera y ambos proceden.
Al día siguiente vuelve el tipo y pide de nuevo un griego.
Natalie dice que no hace descuentos por repetición ni mucho menos.
El tipo apoquina otros 30 verdes y ambos proceden.
Y una vez más el tipo aparece y pide por tercera vez su griego acompañado de otros 3000 euros. Al acabar el servicio, Natalie le dice al cliente que nunca nadie la había contratado tres noches seguidas, muestra interés y entre otras cosas le pregunta al cliente de donde viene.
– De Soria.
– ¿De Soria? ¿De Verdad? ¡Mi familia es de allí!
– Ya lo sé, tu padre murió hace poco y yo soy el abogado de tus hermanas. Ellas me encargaron que te diese tu parte de la herencia, 9000 euros. Buenas noches, ha sido un placer.
MORALEJA:
Hay tres cosas inevitables en la vida, la muerte, los impuestos y que te encule un abogado.