La idea de juntar a dos o tres decenas de superhéroes en una peli me parecía innecesario y megalómano.
Presentía que no sería capaz de identificar a cada superhéroe con sus poderes y sus nombres, que solo los grandes fans serían lo suficientemente listos.
Pero cuando veo la peli me encuentro que identifico a todos y más o menos sé que son capaces de hacer.
Es lo que tiene ver todas las pelis.
Además descubro dos horas y media que se pasan muy rápido y que son muy divertidas.
Hay batallas bien construidas, hay emoción, hay épica, hay rollo shaquesperiano y sobre todo hay mucho sentido del humor.
Salvo en algunas contadas escenas la peli tiene un tono cómico, ligero que huye de grandes solemnidades y que la dan un carácter fresco.
Y ademas y sobre todo hay un malo colosal, una especie de Hitler global que quiere reducir a la mitad la población del universo con fines conservacionista, pero sin rollo supremacista, un contrasentido tan loco y terrible que resulta atractivo. Es un malo poderoso, pero que en algún momento parece que puede ser vencido.
Un convincente Josh Brolin interpretando a Thanos.
Hay momentos sublimes que van a pasar a la historia del cine como el encuentro de Guardianes de la Galaxia con Thor.
Estupendo también el problemilla de Bruce Banner que dura toda la peli.
Una sala casi llena en la primera sesión del viernes, día del estreno. Con una jovencita a mi lado que terminó llorando desconsoladamente al final de la proyección asistida por su también tocado novio.
Porque el final de la peli provoca el llanto. Yo me contuve.
Tendremos que esperar un año para conocer el final de esta Guerra Infinita.
La peli tiene todos los ingredientes bien cocinados para ser un bombazo en taquilla.
Si eres fan de Marvel te va a entusiasmar. Si no conoces a los superhérores haz un cursillo antes de ver la peli.
También es verdad que en aquella ocasión no había recibido ningún regalo y por eso no me corté un pelo en mi crítica.
Como soy claramente influenciable por dádivas y halagos, voy a ser generoso.
Podría copiar mi crítica de agosto del 2013. Con borrar unos párrafos acertaría, pero insisto voy a ser generoso.
La peli se basa en un principio básico: la complicidad del espectador.
Tienes que entrar en el juego que te proponen.
Creerte una historia inverosímil, sin pies ni cabeza.
Aceptar como posibles los trucos de magia que te van ofreciendo, aunque ofendan las neuronas más nobles de tu cerebro.
Además de compartir un sentido del humor que se basa en la estupidez, en la idiotez y en la imbecilidad.
Si entras en este juego con estas tres premisas y aguantas un montaje trepidante, con efectos visuales electrizantes y una música estridente podrás admitir este bodrio.
No puedo pedir a nadie que le guste, como mucho sobrellevar los 129 minutos de insufrible aridez intelectual.
Penoso, triste y defraudante ver a grandes actores como Morgan Freeman y Michael Caine participar en este engendro.
Le pido a Dios que me dé lucidez para que cuando llegue mi ocaso profesional sepa abandonar mi actividad laboral con dignidad, dejando un buen recuerdo y no me pase como a estos dos actorazos que por el vil metal se han metido en esta producción de tan escaso nivel.
Como veis por unos tristes regalos soy capaz de hacer una crítica condescendiente y generosa.
Soy un vendido. Lo sé.
Pero la baraja tiene todas las cartas y las gafas son plegables.
Spotlight es el relato de la investigación periodística sobre los casos de pederastia en Boston en el estado de Massachussets.
Se trata de una peli coral con un reparto estupendo.
El título viene de una sección del Globe, un periódico local de Boston, que se dedica a la investigación en profundidad de noticias para la elaboración de reportajes.
Hace falta la llegada de un nuevo director para que se realizara esta investigación con los datos que estaban delante de todos, incluidos periodistas, y que nadie parecía querer ver.
El relato está bien llevado y resulta interesante. No hay épica del periodismo, como se ha podido ver en otras ocasiones.
Los periodistas son currantes que hacen su trabajo de manera laboriosa y constante.
Es muy llamativa la presencia en muchos planos de las Iglesias de Boston.
Funciona mejor la historia que la peli que tiene una realización plana, con pocos momentos emotivos o intensos, pero la trama está muy bien construida.
Respecto al tema, solo decir que es una vergüenza que esto haya ocurrido y ocurra, pero lo que es inaceptable es que durante muchos años la Iglesia como institución lo haya tapado y tolerado.
Lo mejor de la peli son las interpretaciones, el Sindicato de Actores de EE.UU. le concedido el Premio al Mejor Reparto.
Destacar a Rachel McAdams, por la que siento devoción.
El inicio de la peli es sensacional. Un plano secuencia imposible, rodado con todas las herramientas de la tecnología actual.
En ese plano que abre el film está la esencia de la peli. Es resto del metraje se podría obviar y simplemente poner: Los 140 minutos restantes son lo mismo , pero un poco peor.
Estos Vengadores se agotan al comenzar, en un torbellino de imágenes, en una montaña rusa mareante que no da respiro al espectador, con una vocación de divertir, a toda costa.
Pero todo es más de lo mismo, sin nada de originalidad, con poco humor (que es lo que suele salvar estas producciones), con un guión calcado a su anterior… Todo suena a ya visto.
Empiezo a estar confuso, sumergido en este mar sin fondo de super-hérores: los Fantásticos, los X-men, los Guardianes de la Galaxia (que es de lo mejor), Superman, el Arañita, el Murcielaguito…
Todos se mezclan en mi senil cabeza y no salvo ya nada.
Hay un público, juvenil, que solo consume estos productos de seres con superpoderes, a los que también debería incluir, Sinsajos y Divergentes, que no quieren más que otra vez lo mismo, ver en bucle la misma peli.
Me considero un tragaldabas, pero esto es demasiado.
Imaginemos que me gustan las ensaladas y el brócoli, pero dejo de consumir carne, pescado, huevos y me hago vegano. En primer lugar mi vida sería más triste y en segundo seguramente no estaría bien nutrido (lo digo con fundamento que tengo un máster en nutrición).
Esto está pasando con nuestros jóvenes que se han vuelto superhéroenívoros.
John du Pont es un ricachón con menos personalidad que un gorrión, pero con más necesidad de reconocimiento que el Dictador Norcoreano, Kim Jong-un.
Cuando la calidad de una persona se mide por su dinero, en realidad es que no vale nada.
Steve Carell interpretando a este inútil raya la perfección, haciendo suyo el dicho que menos es más.
Channing Tatum, demuestra que detrás de su potente físico hay un gran actor, dando la réplica Steve Carell. Un muchacho desvalido necesitado de una figura paternal que se ilusiona con la idea que el potentado podrá cubrir esa ausencia.
Los dos se sienten terriblemente solos.
Uno precisa el reconocimiento de su madre y otro un progenitor, cansado (inexplicablemente) de la tutela de su hermano mayor.
David Schultz (el hermano del que hablamos) es interpretado por el gran Mark Ruffalo, la persona más equilibrada de este trío protagonista.
No me quiero olvidar de una actriz formidable, que aparece en un plano muy secundario, la maravillosa Sienna Miller.
Hay en toda la peli un trasfondo de tristeza, de melancolía…
Es curioso que una tarde de sábado la haya dedicado a ver dos pelis de tema deportivo.
Las dos utilizan el deporte como metáfora de la vida y como escusa para hablar de la decadencia la primera del comunismo y la segunda de un rico y tal vez del capitalismo.
Esta peli de Michel Gondry es la antítesis de la comedia romántica.
Lo habitual en este género es el relato del inicio de una relación que promete ser feliz. Aquí se nos plantea el final cuando el amor ha desaparecido y solo queda el hastío.
Se plantea la pregunta: ¿si te borraran de la memoria todos los recuerdos de una relación, valdría la pena volver a vivirla sabedores que su final no va a ser muy prometedor?
El planteamiento es original y la mezcla de géneros, tal vez, funcione.
La combinación continua de recuerdos y tiempo actual, puede despistar, aunque yo conseguí seguir el hilo.
El pelo de Clementine Kruczynski ayuda a situarte temporalmente. Va cambiando de azul, naranja, rojo, verde y marrón.
He tenido un problema grave viendo esta peli. Mejor dicho dos.
Kate Winslet me resulta absolutamente insoportable. Cuando se hace la guay, cometería algún acto delictivo. Cuando se pone dramática me altera la función intestinal.
Esta chica me parece repulsiva. Hay en ella un cierto aire de superioridad que me hace tener náuseas.
Como todo el mundo sabe el Titanic no se hundió por un iceberg. La culpa la tuvo Kate Winslet. Su interpretación es la parte fundamental del Manual de cómo destrozar una peli.
Mi segundo problema es Jim Carrey. Este ¿actor? tiene algo en su expresión que me resulta estomagante.
Cuando se pone histriónico no hay quien le gane. Sin comentarios.
Cuando intenta ser contenido, como en esta peli, hay un rictus en su rostro que delata sus ganas de desfogarse.
He de reconocer que aguanto más a Carrey que a la Winslet.
Estoy convencido que ninguno de estos dos ¿actores? van a leer este post, pero si eso ocurriera les pido disculpas. No es nada personal. Son negocios.
Esta peli exhala buenrollismo, habla de segundas oportunidades, nos invita a hacer música y a producirla sin gastos y generosamente.
Presenta dos personajes encantadores. El productor discográfico pasado de vueltas que encuentra la redención. La chica idealista que es traicionada por su ambicioso novio.
Unas canciones que alegran y animan la peli. Algún momento magnífico.
Como fondo la ciudad de Nueva York con sus calles, su metro, sus azoteas…
Todo muy bonito. Preparado para contentar. Pensado para que al salir de la sala respires optimismo.
Lo dicho mucho buenrollismo.
Pero ahora vienen los peros.
Hay un tufillo a falso. Una extraña sensación que nos están vendiendo un producto de diseño que no nace del corazón sino del lóbulo cerebral que solo piensa en la recaudación.
Hay tanta voluntad de gustar, de agradar al público que resulta chirriante.
Lo siento, pero Keira Knightley me cae como el culo. Pone unas caritas que a mí no me convencen. Me parece un fraude.
Mark Ruffalo es un actor competente y defiende su papel con dignidad, inserto en una trama tramposa, tampoco me resulta creíble.
Seguramente esta peli engañara a la mayoría del público y de los críticos. A mí desde luego que no.
¿Me habré vuelto listo de pronto? ¿Seré un gilipollas integral? ¿No sabré apreciar la calidad?
Si veo en el cartel de una peli los nombres de Michael Caine y Morgan Freeman supongo que es una buena peli. Cualquier cosa en la que intervengan estos dos veteranos se espera que tenga calidad.
Ahora me ves es una peli hecha como una receta de cocina. Metes en una cazuela grande actores solventes de reconocido prestigio, otros más jóvenes de moda, una chica con minifalda, un romance entre un americano y una francesita, alguna peleíta, una persecución en coche, y (el secreto de esta receta para hacerla diferente) una trama de magia con prestidigitadores justicieros de por medio. Seis semanas de rodaje con muchos efectos especiales y una cámara ágil. Y ya está: peli rematada.
Había visto el trailer y me había seducido. Tal vez las piernas de Isla Fisher.
La presentación de los personajes es simplista pero efectista y el discurrir es un absurdo total desquiciante por su inverosimilitud por su falta de coherencia.
Pensé: Esto es cuestión de dejarse llevar y no plantearse demasiadas cuestiones básicas. Intentar disfrutar.
Pero me resultó imposible. El guión ofende la inteligencia. Solo la abstracción absoluta del sentido común y de la lógica pueden hacer digerible este plato.
La química entre Mark Ruffalo y la parisina Mélanie Laurent no es nula es negativa y hacen ese romance emético.
La sorpresa final (que yo esperaba) es tan descacharrante como absurda. Volví a pensar: ¿Se están burlando del espectador? ¿Me están tomando el pelo?
Solo el vil metal ha podido convencer a los actores en intervenir en un proyecto así.
Es insultante como Hollywood pretende colocar este engendro a los espectadores de todo el mundo, suponiendo que se van a tragar cualquier cosa.
Viendo esta peli cumplo con la misión sagrada de ver todas las pelis nominadas al Oscar este año que han sido diez, ni más ni menos.
Los chicos están bien nos presenta una familia formada por dos madres lesbianas y dos hijos adolescentes. Las madres fueron fecundadas por inseminación artificial de un donante anónimo.
Esto que aquí en España nos puede parecer normal, en USA ha levantado mucha controversia, lo cual ha hecho que esta peli llamara la atención.
La peli empieza entretenida presentando a los personajes y la situación pero el interés decae al avanzar el metraje.
Tal vez los personajes más llamativos sean los amigos de los chicos. Uno es un anormal que le gusta orinarse encima de los perros y otra una chica que tiene como único tema el sexo. Es posible que la directora pretendiera hacer más patente las diferencias entre los hijos de esta familia, unos chicos que son encantadores y otros muchachos de una familia diríamos “normal”.
En mi opinión el nivel de esta peli es mucho menor que el de las otras nominadas este año.
Martin Scorsese es uno de los grandes directores de la actualidad y de él siempre se espera mucho. Pero si os soy sincero a mí me suele decepcionar con frecuencia.
Shutter Island tiene un comienzo muy prometedor. Esos dos investigadores que van a descubrir como se ha fugado una asesina enferma psiquiátrica de una isla-manicomio es un empezar estupendo.
La ambientación es deslumbrante con esos cielos tormentosos, esos acantilados y esa lluvia.
Hay elementos de cine negro y de terror.
Pero según avanza el metraje la película decae. Se hace tediosa con las repetidas alucinaciones y delirios. Y al final cuando viene la sorpresa ya te pilla un poco cansado y ni te sorprende.
Leonardo DiCaprio que empezó siendo una cara bonita, se engordó y ganó como actor siendo su actuación perfecta.
Scorsese me ha vuelto a decepcionar. Tal vez esperaba un thriller y Shutter Island es una película sobre la esquizofrenia.