La primera vez que se proyectó en España fue en versión original y en cines pequeños. Meses después se reestrenó doblada.
Yo fui a verla las dos veces. desde el principió me entusiasmó.
Siempre he agradecido mucho la risa y he admirado a los cómicos.
Después la he visto bastantes veces más.
Recuerdo, hace como veinte años, que estábamos en la playa y la ponían en la tele a las tantas de la madrugada y me quedé a verla, cuando llevaba media hora la tuve que dejar porque las carcajadas despertaban al resto de la familia.
La combinación de humor absurdo y surrealista con muy mala leche, ambientado en la época de Cristo sirve para reírse y criticar esa sociedad y la nuestra.
Hace unos días me había entrado un virus en el PC y lo que es peor en la web. Tuve que recurrir a Fer (mi informático de cabecera) y formatear el ordenador. Tenía esa sensación de haber perdido el tiempo instalando Windows. No estaba precisamente muy contento. Por eso decidí ver de nuevo La Vida de Brian y funcionó.
Como se canta al final de la peli: Always Look on the Bright Side of Life (Mira siempre el lado bueno de la vida).
Curiosidades y anécdotas:
Los artífices de esta cinta son los Monthy Pyton, un grupo de humoristas ingleses que utilizaban las situaciones surrealistas para parodiar la realidad y que se hicieron archifamosos con su show para la BBC británica titulado Monty Python’s Flying Circus (El Circo Ambulante de Monty Python).
El programa televisivo duró seis años, posteriormente se unieron para hacer películas como la que nos ocupa.
Además, juntos todos hicieron “El sentido de la vida“, “Se armó la gorda” y “Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores“.
Después de esto siguieron sus exitosas carreras por separado uniéndose únicamente cuando se conmemora una efeméride del show televisivo.
Los integrantes del grupo son: Eric Idle, Michael Palin, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones y Graham Chapman.
La vida de Brian es sin duda una de las mejores comedias de todos los tiempos.
Es el evangelio según San Monty Python.
La parodia sobre Jesús de Nazaret más famosa de la historia del cine.
Hay que dejar claro y por sentado que ésta no es una parodia para mofarse de Jesús de Nazaret, sino que coge como premisa argumental la vida de éste y la satiriza en la vida de otro “peatón del mar muerto”.
Digamos que los Monty Python eligieron ya esa forma de actuar en su segundo largometraje, “Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores“, adaptando la temática artúrica.
Ellos se explican diciendo que era más fácil cogiendo un tema por todos de sobra conocido y parodiarlo, o como el caso de la película que nos ocupa, un personaje conocido mundialmente, y que mejor exponente que Jesús.
Aunque ellos dicen que Jesús era un tío legal y se ensañaron con un vecino medio tonto al que pusieron en la misma tesitura que a Jesús de Nazaret.
Después de haber decidido el tema para la nueva película, leyeron los evangelios y concluyeron que Jesús no era el objetivo, si no más bien lo que queda de él en la religión.
Ellos dicen que para parodiar a Jesús muchas veces ya se basta y se sobra la religión que practicamos.
Hay una escena en la que aparece Jesús de Nazaret de soslayo, es en el sermón de la montaña, el de las bienaventuranzas.
No se pone en duda las palabras de Jesús, en todo caso la interpretación que se hace de ellas.
Un ejemplo del sermón de la montaña y unos espectadores que seguían las palabras de Jesús:
Espectador de Jesucristo:
– Creo que ha dicho: “Bienaventurados los queseros”.
Espectadora:
– ¿Por qué precisamente los queseros?
Marido de la espectadora:
– Hombre, no hay que tomarlo literalmente, se refiere a todos los fabricantes de productos lácteos.
Pero es que si hablamos de sátira y parodia ensañándose, tenemos que hablar más de parodia religiosa y política que de parodia del propio Jesús.
La sátira política de esta película no tiene parangón.
Representa una sociedad, con unos partidos políticos que pese a los nombres más dispares y los objetivos más dispares todos quieren el poder. Y luchan hasta el último suspiro en post de la victoria.
Pero cuando el tema es reunirse y acordar soluciones o pactos sólo dicen tonterías una tras otras sin hacer nada.
Y todo esto sin mentar a los gobernantes ineptos que están en el poder y de su amigo “Pijus magníficus” y su loable esposa “Incontinencia suma“.
También hace una mordaz crítica para poner de relevancia la impotencia que se siente al no poder defender los derechos de la persona, con uno de los diálogos que me parecen más brillantes de la película:
– Yo quiero ser madre.
– Pero… eso es imposible. Eres un hombre, no tienes matriz.
– ¡No me oprimas!
– Está bien, lucharemos también por defender tu legítimo derecho a querer ser madre aunque sea físicamente imposible.
– ¿De qué sirve defender su derecho a ser madre si no puede parir?
– Es un símbolo de nuestra lucha contra la opresión.
Es un símbolo de su lucha contra la realidad.
Lo mejor de estos gags, o escenas es que se concentran, como dice John Chesse, en la escena de la sandalia y la calabaza, la historia de la religión.
Estamos hablando siempre en un sentido paródico, en el que como bien sabemos, nos permitimos el criticar errores y defectos de la religión, tales como el fanatismo y las doctrinas un poco sub-realistas.
Pero a los esfuerzos incansables de sus autores, la película tenía una censura durísima por parte de grupos católicos ultraconservadores, la hostilidad era abierta e intentaron con cierto éxito que se prohibiera su distribución en ciertas zonas e incluso se censurara en algunos países.
Y es que produjo tanto malestar como la posteror “La última tentación de cristo“.
En referencia a la censura, la película ha tenido sus anécdotas, como por ejemplo en Italia, que se estrenó en el año 90 sin mencionar que se había estrenado en el 79 en el resto del mundo.
En Suecia no desaprovecharon la ocasión para poner en el cartel: “Es una película tan divertida, que la han prohibido en Noruega”.
La compañía EMI, que estaba produciendo la película, un valor seguro porque se trataba de los famosos Monty Python, dejó de hacerlo tras ver el carácter tremendamente irreverente del guión que le presentaron.
George Harrison, componente de los Beatles era un fan incondicional, y produjo la película sólo por volver a ver otra de sus creaciones.
Al final, la apuesta salió bien, porque el filme hoy en día es un clásico moderno y un icono mundial que les ha reportado ingentes beneficios.
Uno de los proyectos iniciales era hacer que Brian fuese una especie de apóstol número trece, que siempre llegaba tarde a los milagros, con lo cual era un poco susceptible con la figura de Jesús.
Al final se desechó esta idea, y poca gente lo sabe. La explicación de Chesse hace referencia a que la interpelación de Jesús es un coñazo, siempre es mesurada, inteligente sutil, no tiene todos los resortes de la buena comedia, ni tampoco las cualidades de sus personajes, tales como la envidia, la codicia, la lujuria, la estupidez.
El rodaje se produjo casi enteramente en Túnez porque quería recrear el Jesús de Nazaret de Franco Zeffirelli.
Pero digamos que las comodidades tunecinas agudizaron la vena sarcástica de los miembros del equipo.
Otro de los problemas de la localización en Túnez, fue el hecho de que la mayoría de los extras eran mujeres musulmanas tenían prohibido por el Corán, ver los genitales al descubierto de otros hombres.
De este episodio recuerda Chapman, que estando preparado para la escena donde salía desnudo, salió abriendo las persianas y todas las mujeres salieron gritando, el dijo que este hecho provocó un efecto perturbador en su psique y rebajó su autoestima (declaraciones que hizo en plan coña).
No pasa el tiempo por ella, cosa extraña tratándose de este género.
Aunque el humor de los Monty Python no se basa en las modas ni tampoco en ciertos mecanismos preconcebidos, sino, simple y llanamente, una parodia de la realidad con un punto sub-realista que lo aleja de todo convencionalismo, no se marchita con el tiempo.
Durante la producción de Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores, la compañía se irritó con la prensa, que parecía hacer siempre las mismas preguntas, como
– ¿Cuál será tu próximo proyecto?
Un día, Eric Idle con ligereza respondió:
– “La lujuria de Jesucristo para la gloria”.
Después de terminar la producción, lo pensaron seriamente y se dieron cuenta que mientras satirizar a Cristo estaba fuera de la cuestión, podrían crear una parodia de la vida en el siglo I, más tarde filmarían La vida de Brian (1979)
Si no fuera por George Harrison (Sr. Papadopoulos ), no se habría hecho La vida de Brian.
Los Monty Phyton necesitaban cuatro millones de dólares y Harrison les dijo que el pondría el dinero y lo hizo.
Creó una compañía de cine (Handmade Films) y pagó por ello … “sólo porque quería ver la película”.
Y también aparece en un cameo de unos segundos, como el señor Papadopoulos durante la escena donde una muchedumbre persigue a Brian como su verdadero mesías.
Harrison a la derecha de la imagen, solo dice una palabra “hola”, apenas audible con el sonido original, por lo que tuvo que ser editada en la versión final.
Después de la primera toma de la escena en la que un Brian se desnuda (Graham Chapman) y se dirige a la multitud desde su ventana, Terry Jones le dijo a Chapman:
“Creo que podemos ver que no eres judío”, en referencia a que Chapman no estaba circuncidado.
Esto se corrigió en posteriores tomas con la aplicación de una goma elástica.
Terry Jones comentó que las primeras tomas fueron accidentales:
Estábamos rodando una escena principal, con Cristo dando el sermón en el monte a una multitud, y de repente la multitud desapareció.
Cuando el director le preguntó que estaba pasando, le dijeron que la mayoría de los extras eran mujeres, y todos se habían ido a preparar el té para sus maridos.
Gilliam no sabía como encajar una animación en la película, hasta que se le ocurrió la secuencia de la nave espacial.
– Brian está tratando de escapar de una situación imposible y le di una solución imposible.
Fue una gran cosa muy de los Monty, pretender ser George Lucas por un momento y no hacer la animación realista.
Para la escena del graffiti, usaron paredes falsas que fueron construidas frente a las reales , ya que no podían escribir en los muros sagrados. La producción dejó un rastro de manchas negras que el director aseguró que se limpiarían, pero no fue así.. “Al final , tuvimos que volver al amparo de la noche para volver a pintar las piedras y devolverles su color natural. Sigo sin saber si alguien se dio cuenta de eso”.
Hablando de esa escena, cuando John Cleese terminó los estudios, se convirtió en profesor de latín durante un par de años.
Cuando Michael Palin como Poncio Pilato se dirigió a los soldados retándoles a reírse, realmente les estaba retando. Los extras fueron ordenados a permanecer en su sitio y no reírse, pero sin decirles lo que Palin haría.
Los 120 minutos que duraba la película quedaron reducidos a 94 en el metraje final. Entre las escenas eliminadas había dos muy polémicas: una en la que pastores zoofílicos hablan sobre su amor por las ovejas mientras la estrella llega al portal; y otra en la que aparece un comando suicida de judíos nazis.
El rodaje aprovechó los decorados de la película “Jesús de Nazaret”, de Franco Zeffirelli.
El famoso castillo que aparece en la película es una maqueta tamaño grande que fue grabada a varios metros de los actores para que se viera en el horizonte.
Las extras que hacen de legionarios eran los turistas a los que se les pidió salir en la película. Se les dijo que tenían que estar quietos y no hacer absolutamente ningún gestos faciales o incluso reír. Sus reacciones en esta escena son originales, lo que lo hace más divertido.
La vuelvo a ver con mis amigos del Taller de Cine de Azuqueca de Henares.
Recuerdo perfectamente cuando la echaron por la tele. Casi nadie la entendió y los comentarios fueron muy negativos.
Yo solo tenía 14 años y a mí me angustió bastante y me gustó. Me callé para no parecer rarito o tonto ante mis amigos que la calificaban de eme.
Porque la repercusión en su momento fue muy grande y todo el mundo la comentaba al día siguiente, incluso en el patio de recreo del colegio.
Fue un auténtico fenómeno social.
La cabina fue emitida por primera vez en La 1 el 13 de diciembre de 1972, más tarde lo haría en el mismo canal el 24 de noviembre de 1973 y el 20 de diciembre de 1992. También fue emitida por La 2 el 27 de abril de 1993, el 28 de octubre de 1996 y el 27 de noviembre de 1998. Tras la muerte de López Vázquez fue colgada en la web oficial de RTVE, donde se puede ver con comentarios del director y del protagonista.
Obtuvo numerosos premios y el Emmy al mejor programa de Ficción. (Además destacan el Quijote de Oro de la crítica española al Mejor Director para Mercero, el Premio Nacional de Televisión de 1973; El premio Ondas de 1973 para Mercero; el de mejor programa dramático del Canal 47 de Nueva York en 1973, el premio de la Crítica Internacional del Festival de Montecarlo 1973; Premio Marconi del MIFED de Milán 1973; y el Fotogramas de Plata de 1972 al mejor actor de televisión para José Luis López Vázquez).
Ha sido la producción de Televisión española más vista en el mundo.
Antonio Mercero cuenta que se le ocurrió la idea de un hombre atrapado en una cabina y el final. Se reunió con Garci y juntos elaboraron el guión durante varias semanas.
Mercero rodó el mediometraje durante más de treinta días. Relata que fue dificultoso por la gran cantidad de figurantes.
El color rojo de la cabina se eligió para darle un tono agresivo.
Se rodó en la Plaza de Arapiles (en donde da comienzo la película), los Scalextric de Atocha, los pasos subterráneos, algunas avenidas madrileñas de reciente construcción, la periferia madrileña, los descampados de la ciudad, en algunos parajes de Portugal, las instalaciones de la Presa de Aldeadávila y la Terminal de carga del Aeropuerto de Barajas.
Mercero encontró el escenario ideal en la Presa de Aldeadávila, de hecho cambió parte del guión al encontrar esa grúa gigante que aparece al final. López Vázquez pasó miedo al ver elevar la cabina a gran altura y ante las dudas que el suelo soportara su peso.
La cesura metió la tijera. Consideró poco adecuado que durante el traslado de la cabina por las calles de Madrid apareciera una imagen del edificio de Nuevos Ministerios.
En su momento tuvo interpretaciones políticas y religiosas, llegando a ver que el helicóptero era el Espíritu Santo.
Es sorprendente que hiciera 43 años que no la veía y la recordara perfectamente. Algo ha de tener esta obra para que haya perdurado en mi memoria.
Trasmite angustia y desolación, con una sociedad indiferente ante la desgracia del individuo.
También es el retrato de una época, del desarrollismo, del centro y la periferia de la capital, de las carreteras…
Resume diferentes tipologías individuales combinando el humor con la desgracia.
A pesar de no gustar al gran público toda una generación dejó la puerta de la cabina que usaba un poco abierta, poniendo el pie.
A mí, a pesar de tantos años, me sigue pareciendo tremendamente moderna. A mi edad se me ha quitado la vergüenza y doy mi sincera opinión.
Ivan Locke (Tom Hardy) es un buen padre de familia, un encargado de obra reconocido que una noche decide arriesgar (y perder) su buena vida por realizar lo que considera correcto.
Durante 85 minutos le acompañamos en su coche hablando por teléfono.
Al día siguiente en la obra que dirige se va a producir una descomunal descarga de hormigón para la construcción de un rascacielos. Con el manos libres mientras conduce ha de resolverlo.
Locke toma una decisión, que éticamente es la correcta (no quiere hacer como su padre), pero que no es la mejor para él.
Dentro de ese vehículo se respira cada vez más tensión y más tragedia.
Aunque la protagoniza un hombre hablando por teléfono sentado al volante, la peli está llena de acción y de emociones.
Después de ver Locke no quiero tener manos libres en el coche ni por asomo.
Comentamos con Pablo Franco la actualidad cinematográfica de Guadalajara (Cine Club Alcarreño y Taller de Cine de Azuqueca de Henares), también hacemos la recomendación semanal y terminamos hablando de los Oscar 2015.
Me encanta su manera de dirigir, con una cámara siempre bien colocada, al servicio de la narración.
Se relata la vida de Chris Kyle, un auténtico héroe que estuvo más de 400 días en Irak en cuatro periodos diferentes y eliminó a más de 160 enemigos. Fue conocido como Leyenda.
El francotirador posee dos graves defectos.
Una dosis alta de patriotismo americano.
Por otro padece un penoso maniqueísmo. El tirador irakí, enemigo de nuestro héroe, realiza el mismo “trabajo” y es presentado como un malvado.
A Chris Kyle se le presenta idealizado, dolido por no haber podido salvar más vidas norteamericanas. Un hombre modesto y excelente compañero.
Pero en el haber Eastwood acumula muchos elementos.
La visión de la guerra, desde este punto de vista novedoso, es excelente.
El retrato certero de la difícil incorporación a la vida civil después del trauma de la guerra.
La peli está llena de emoción, con una narración muy vigorosa, sin que haya momentos de decaimiento.
Bradley Cooper realiza una composición extraordinaria, intentando parecerse al personaje, aumentó treinta kilos de peso. A este actor lo quiere la cámara.
Da el pego de americano sanote, y bien nutrido. Representando los valores tradicionales de Dios, Patria y Familia.
Pero la que me ha subyugado ha sido una maravillosa Sienna Miller, con una interpretación muy comprometida y completa. Imperdonable que al menos no hubiera estado nominada a los Oscars.
Que quede claro que a mí el conjunto de la peli me ha gustado mucho, a pesar de sus pecadillos.
John du Pont es un ricachón con menos personalidad que un gorrión, pero con más necesidad de reconocimiento que el Dictador Norcoreano, Kim Jong-un.
Cuando la calidad de una persona se mide por su dinero, en realidad es que no vale nada.
Steve Carell interpretando a este inútil raya la perfección, haciendo suyo el dicho que menos es más.
Channing Tatum, demuestra que detrás de su potente físico hay un gran actor, dando la réplica Steve Carell. Un muchacho desvalido necesitado de una figura paternal que se ilusiona con la idea que el potentado podrá cubrir esa ausencia.
Los dos se sienten terriblemente solos.
Uno precisa el reconocimiento de su madre y otro un progenitor, cansado (inexplicablemente) de la tutela de su hermano mayor.
David Schultz (el hermano del que hablamos) es interpretado por el gran Mark Ruffalo, la persona más equilibrada de este trío protagonista.
No me quiero olvidar de una actriz formidable, que aparece en un plano muy secundario, la maravillosa Sienna Miller.
Hay en toda la peli un trasfondo de tristeza, de melancolía…
Es curioso que una tarde de sábado la haya dedicado a ver dos pelis de tema deportivo.
Las dos utilizan el deporte como metáfora de la vida y como escusa para hablar de la decadencia la primera del comunismo y la segunda de un rico y tal vez del capitalismo.
Red Army era el nombre que recibía el equipo de la Unión Soviética de hockey sobre hielo.
El documental cuenta con numeroso material de imágenes y los comentarios de los jugadores protagonistas.
Este deporte era un emblema del poderío de la extinta U.R.S.S., un asunto de estado.
Se consiguió un equipo que funcionaba como una partida de ajedrez y como un balé ruso. Con unos resultados magníficos. Sus jugadores eran auténticos héroes nacionales.
Su entrenador lo conseguía a base de un esfuerzo sobrehumano de los deportistas que solo dormían en sus casas 36 días al año, viviendo en un continuo entrenamiento.
Llegó un momento, cuando el sistema soviético se comenzó a desmoronar, que estos jugadores fueron tentados para la liga americana.
Como jugadores individuales no terminaron de cuajar, pero cuando un equipo fichó a varios consiguió unos resultados impresionantes.
La mayoría de estos patinadores tenían que entregar la mayor parte de su sueldo a la embajada soviética.
Todo contado de forma muy divertida y con mucha ironía.
Red Army es también el relato del declive de un sistema político.
Slava Fetisov, el capitán del equipo, es el narrador más importante de la peli que pasó de ser considerado un héroe de la revolución a un traidor al pueblo ruso.
Se debate entre el documental y la ficción. Si es ficción tiene formato de documental.
En 75 minutos nos cuenta la tragedia de una mujer que ha padecido un aborto y al no tener tarjeta sanitaria precisa de 980 marcos para que le practiquen un legrado.
Su tema es muy interesante, lástima que su desarrollo sea tedioso, excesivamente prolijo.
Las imágenes que describen la vida cotidiana de esta familia y la labor del chatarrero se eternizan.
Podría haber sido un buen corto o como mucho un mediometraje, pero su hora y cuarto se hacen demasiado largos.
Me molesta que la solución al problema sea la trampa. La mujer enferma usa la tarjeta de una cuñada. Y no se emplee la reivindicación de una situación intolerable.
La niñas son insoportables y tiránicas.
Resulta asombroso que en lugar de vender el coche estropeado lo hagan chatarra.
Una peli con una buena intención, un desarrollo aburrido y una resolución inconveniente.
En España hay unas 4.000 salas de cine. Esta peli se proyecta en 850. Concretamente en Guadalajara en 3 salas. Todo un vendaval de Sombras de Grey.
La novela ha vendido más de cien millones de copias.
No ha habido pases de prensa, en ningún lugar del mundo, ni entrevistas, ni conferencias de prensa. Los medios especializados la han visto el día del estreno mundial. Tal vez para evitar que las críticas influyeran en la afluencia de público.
Esta peli es como un anuncio de colonia para hombres largo, muy largo, insoportablemente largo.
Posiblemente el peor defecto de la peli es que es tremendamente aburrida.
Grey se nos presenta como un muchacho pijo y ricachón, atormentado por su pasado, que se levanta por las noches (sin camiseta) a tocar canciones tristes en el piano. Francamente estomagante.
La chica es interpretada por Dakota Johnson (lo único salvable de la peli) hija de los actores Melanie Griffith y Don Johnson. Una veinteañera virginal que se arrebata ante el guaperas musculado.
Hay escenas de sexo, muy light. Jamie Dornan no enseña sus genitales y a Dakota Johnson le pusieron un doble de cuerpo.
Pero lo peor de todo es el mensaje machista que trasmite. Hay una relación amo-sumisa detestable que no puede ser ningún modelo a imitar.
Debe quedar claro. Chicas y mujeres del mundo: aunque tengas un novio guapo, rico, que te lleva en helicóptero y ultraligero y tenga un pene descomunal, si te maltrata o si te controla, que te quede bien claro, es un hijo de puta.
Resumiendo. Cincuenta sombras de Grey es una peli tediosa, sin ideas, detestable y con un mensaje nefasto para la igualdad de géneros. Un producto despreciable.
Tengo la impresión que he sido escasamente duro con esta eme.
Otra de las grandes pelis de Howard Hawks, basada como El Dorado (1966), en la idea de un sheriff que quiere cumplir la ley ayudado de un viejo, un alcohólico y un muchacho.
La idea es la misma, pero la peli muy diferente.
John Wayne es un hombretón de corazón tan grande como su corpachón.
Esta fue la última peli en la que usó el sombrero que comenzó a emplear en La Diligencia.
Para que parecieran más grandes los personajes Howard Hawks empleó un decorado a una proporción de tres cuartos.
Dean Martin es un borracho por un desengaño amoroso que encuentra la rehabilitación con la ayuda de sus amigos y su fuerza de voluntad. El interés del actor fue máximo en interpretar el papel. Para llegar a la audición que le propuso el director contrató una avión que le trasladar desde Las Vegas después de una actuación a altas horas de la madrugada.
Ricky Nelson interpreta a Colorado. Su papel fue propuesto a Elvis Presley, que no lo realizó primero por lo elevado de sus honorarios y porque fue llamado filas.
Destaca la intervención de una jovencísima Angie Dickinson, que me recuerda muchísimo la actuación de Lauren Bacall en Tener y no tener de 1944 con Humphrey Bogart.
En estas dos pelis la relación amorosa de estas dos parejas es similar.
Una peli mítica, un clásico, con grandes escenas de acción, magníficos personajes y muy buenos diálogos.
Quería que me acompañara Andrea al cine. Le vendí la peli como una mezcla de Matrix y La Cenicienta. Y no me equivocaba.
La que se equivocó fue ella que no me acompañó.
Los Hermanos Wachowski son siempre polémicos. (Pongo foto)
Leyendo las críticas de esta peli, observo que despierta pasiones a favor y en contra.
Para valorarla tengo que dejarme llevar por lo que dicen mis vísceras, como casi siempre.
¿Y qué dicen?
Mi corazón se emocionó con la Cenicienta que genéticamente es una Reina universal. Una Mila Kunis que me cae bien, desde que viera en Ted de Seth MacFarlane.
Mi estómago se mareo con los planos de peleas y de acción. Un derroche visual estimulante.
Mi paladar se deleitó con las escenas de las abejas y esa casa llena de enjambres, por dentro y por fuera. Con esas obreras capaces de reconocer a una reina.
Mi rostro se carcajeó con los momentos en Planeta Burocracia. Unos planos que demuestran el gran sentido del humor de estos hermanos, más raros que un perro verde.
Mi cerebro se convulsionó con una historia tan imposible, tan increíble, tan fantástica y tan atractiva.
Mi intestinos se revolvieron con la historia de amor entre la chica de la limpieza con ADN real y el legionario, mitad perro mitad humano.
Mi recto se contrajo con la presencia de Eddie Redmayne, ejecutando al villano Balem Abrasax. Un actor capaz de meterse en la piel de Stephen Hawking o del dueño del Universo.
Mi glándulas de secreción interna produjeron una amplia gama de hormonas al ver salir de la bañera de la juventud a la malvada Tuppence Middleton.
Con toda este arco iris de respuestas viscerales está claro que me decanto hacia los que les ha gustado, pero no un poco sino un mucho.
Michael Mann es un director solvente. Recordemos El último mohicano (1992), Heat (1995), El dilema (1999) o, incluso, Collateral (2004).
¿Que le ha pasado a este hombre?
¿Como un buen director con productos de notoria calidad puede perpetrar un bodrio así?
Blackhat es un cyberthriller con un guión penoso, unos personajes absurdos, una trama incoherente y una dirección torpe.
Su visionado produce sonrojo.
No hay ni un solo elemento salvable.
Para colmo de desgracias su director le quiere dar aires culturetas y combina, sin fortuna, escenas con cámara al hombro y vídeo digital, olvidando su estilo postmoderno que le ha dado sello.
Es difícil afirmar que el mayor error de la peli sea la presencia del inexpresivo Chris Hemsworth, incapaz de transmitir la más mínima emoción.
Pero ni el resto de los actores, que crean personajes de caricatura barata, están mejor, claramente mal dirigidos.
Un engendro. Una mancha en la carrera de Michael Mann, que será difícil de digerir.
En 2005 Mariano Barroso reunió a tres de los grandes de la escena española para realizar un documental para Canal Plus.
Eduard Fernández, Luis Tosar y Javier Bardem dialogan, bebiendo y fumando.
Hablan del oficio de actor, de su relación con los directores y con el equipo técnico. De sus miedos, de sus inseguridades, de sus egos…
Coincidían los tres en la necesidad de innovar para evitar caer en la repetición, a veces contracorriente, porque, precisamente, lo que se les pide es que hagan lo mismo.
Lo difícil que es negarse a hacer determinadas producciones cuando el ofrecimiento económico es elevado. Bromean diciendo que cuando te dan más pasta la peli empieza a ser casi-buena.
De los tres el que peor lleva lo de la fama es Javier Bardem, que le resulta agobiante. Es lógico es el más estrella.
Los casi 60 minutos de este documental pasan en un suspiro. Los tres personajes son tan atrayentes, tienen tanto magnetismo que te embelesan.
Siempre he defendido que en España hay grandes actores. Estos tres, que representan a toda una generación, son un magnífico ejemplo.
En los cines me dio pereza acudir a ver lo que imaginaba una patochada.
En casa no me he podido resistir. ¡Es que sale Jennifer Aniston!
Se podría definir como una road movie de una falsa familia tan disfuncional como cualquiera.
Cuatro marginados de la vida. Un adolescente pringado, una chicquilla sin techo, un camello de poca monta y una stripper entrada en años (46 concretamente).
Lo que pretende ser una burla de la familia se va convirtiendo en un elogio a los valores más tradicionales.
Su inicial espíritu gamberro y transgresor se pierde terminando en un panfleto a favor de la sagrada institución.
Reconozco que en algunos momentos me ha seducido, pero en otros se pasa vergüenza ajena.
La trama no se sostiene sino por la lógica de la estupidez. Para aceptar su argumento hay que anular una buena parte de nuestra masa encefálica.
Sus 110 minutos se hace interminables, cuando llevaba 70 deseaba fervientemente que acabara.
Por eso cuando termina sientes una gran felicidad, algo casi místico. La hermosa sensación que ya no tendrás que volver a repetir esta experiencia más en la vida.
El cromático de las imágenes es incluso agobiante.
Todos los personajes son divertidos. Bien construidos.
Hay un mensaje, demasiado insistente, sobre el atrevimiento de enfrentarse a lo desconocido en contraposición con la monotonía de lo seguro.
Habla de la familia y del valor del trabajo en equipo.
Muy buenos propósitos y mucho colorín, pero poco más.
Los Croods no aporta nada nuevo al cine de animación, no es una de las grandes de este género, ni mucho menos.
Es poco más que una peli para salir del paso, hacer taquilla y que los niños se metan entre pecho y espalda un paquetón de palomitas, para aguantar en la butaca del cine sin moverse del asiento.
Tras el ciberataque y las amenazas sufridas, Sony Pictures decidió cancelar el estreno de la película.
No obstante, numerosas personalidades de Estados Unidos ofrecieron su punto de vista contrario a esta cancelación, incluyendo el Presidente Obama, lo que hizo que Sony se replantease su decisión.
Posiblemente si todo lo anterior no hubiera sucedido esta peli hubiera pasado sin pena ni gloria por las salas del mundo.
El ataque informático ha supuesto una formidable campaña promocional.
The Interview es una sátira de tintes gruesos, mal interpretada y regularmente dirigida.
Descerebrada, chirriante, estúpida, absurda, a veces insoportable, a veces patética. Es pésima pésima.
Solo en alguna ocasión consiguió que esbozara una leve sonrisa.
Se ríe, por supuesto, del Régimen de Corea de Norte y de su dictador Kim Jong-un, cuarto hijo de Kim Jong-il, pero también se mofa de los tontaínas presentadores de televisión de programas de cotilleo.
Me gusta la idea que la veneración hacia un líder haga pensar a sus súbditos que no defeca ni orina y que ni siquiera tiene “ojete”.
En contraposición Seth Rogen, guionista y protagonista de este engendro, se tiene que introducir un artilugio tele-dirigido del tamaño de un pepino.
The Interview es un despropósito de descerebrados para descerebrados (entre los que me incluyo), es tan mala que se podría convertir en una peli de culto.
Solicité acreditarme para la Gala de los Goya. Que fuera el sábado me permitía trasnochar, sin tener que trabajar al día siguiente. Los años anteriores había sido en domingo.
Como es lógico no me lo concedieron. El número de periodistas acreditados es muy grande, no solo de prensa cinematográfica sino de toda en general.
Me respondieron muy amablemente y me dieron esperanzas que si había alguna baja me llamarían.
Desde las ocho de la tarde comenzó en la Uno la retransmisión de la Alfombra “Fucsia”. Descarada la publicidad de las series de televisión de la cadena pública. Entrevistando a actores no nominados solo por salir en tal o cual serie de TVE.
A las 10 comenzó la Gala. Dani Rovira estuvo medianamente divertido. Se advirtió que había que ser breve en los agradecimientos.
Los entregantes salían decían los nominados a tal categoría son… y el el Goya es para… Sin nada más. Lo cual resultaba de lo más soso.
Empezaron a desfilar los premiados. Todos con igual discurso. Que el director, la productora, mi madre, mis hijos… Eso era un bucle infinito e insoportable. Ni el menor atisbo de originalidad. Y de brevedad, nada de nada.
En los Goya hay una barbaridad de premios técnicos, directores y actores revelación… Aquello se hacía insufrible.
A Elena le iba prediciendo los premios y no fallaba en nada. Todo lo esperado.
Un numerito de claqué. Un discurso del presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, igual de tedioso que los años anteriores. Antonio Banderas, premio de honor, reivindicándose y proclamando que comienza una nueva etapa. Todo aburrimiento, tedio, somnolencia.
Me enfado cuando a la bellísima Nerea Barros por La isla mínima le dan Goya como Actriz Revelación, olvidando a Yolanda Ramos (Carmina y amén). Grave injusticia. No es que Nerea esté mal, ni mucho menos, pero era de ley dárselo a Yolanda que está colosal. Además Carmina y amén se queda sin nada.
A la una me vencía el sueño y decidí irme a dormir. Aquéllo no acababa.
La Gala de este año (tal vez todas) ha sido un auténtico coñazo, aburrida, larga, monótona, reiterativa.
Ni siquiera la novedosa presencia del ministro José Ignacio Wert animó el cotarro. Había un claro pacto de silencio. Solo Almodóvar, que entregó el premio a Banderas, lo mencionó para no incluirle en su saludo.
Respecto al reparto de premios, La isla mínima se lo llevó todo (mejor película, director, actor, vestuario, actriz revelación, montaje, dirección artística, dirección de fotografía, música original y guion original).
Magical Girl fue la gran derrotada solo Bárbara Lennie consiguió la actriz principal.
Ocho apellidos vascos se llevó tres premios de actores, Carmen Machi, Karra Elejalde y Dani Rovira. Increíble que su director Emilio Martínez-Lázaro no estuviera nominado. No tiene explicación.
Ésta es la lista completa de premiados:
Mejor película: ‘La isla mínima’ de Alberto Rodríguez. Se ha impuesto a Daniel Monzón (‘El Niño’), Carlos Vermut (‘Magical Girl’) Damián Szifron (‘Relatos salvajes’ y Pascal Gaigne (‘Loreak’).
Mejor actor: Javier Gutiérrez por ‘La Isla Mínima’. Junto a él estaban nominados Luis Bermejo (‘Magical Girl’), Raúl Arévalo (‘La isla mínima’) y Ricardo Darín (‘Relatos Salvajes’).
Mejor actriz protagonista: Bárbara Lennie en ‘Magical Girl’. Se ha impuesto a Macarena Gómez (‘Musarañas’), María León (‘Marsella’) y Elena Anaya (‘Todos están muertos’).
Mejor director: Alberto Rodríguez por ‘La Isla Mínima. El sevillano ha ganado la partida a Daniel Monzón (‘El Niño’), Carlos Vermut (‘Magical Girl’) y Damián Szifron (‘Relatos salvajes’).
Mejor guión original: Rafael Cobos y Alberto Rodríguez por ‘La isla mínima’. Competía con Daniel Monzón y Jorge Guerriaechevarría (‘El Niño’), Carlos Vermut (‘Magical Girl’) y Damian Szifron (‘Relatos salvajes’).
Mejor actriz de reparto: Carmen Machi por ‘Ocho apellidos vascos’. Se ha impuesto a Bárbara Lennie (‘El Niño’), Goya Toledo (‘Marsella’) y Mercedes León (‘La isla mínima’).
Mejor actor de reparto: Karra Elejalde, por ‘Ocho Apellidos Vascos’. Se ha impuesto a Eduard Fernández (‘El Niño’), José Sacristán (‘Magical Girl’) y Antonio de la Torre (‘La isla mínima’). Es el segundo premio Goya que se lleva el actor, el primero, en 2011 fue por su actuación en ‘La Lluvia’.
Mejor actor revelación: Dani Rovira por ‘Ocho Apellidos Vascos’. Se ha impuesto a David Verdavguer (’10.000 km’), Israel Elehjalde (‘Magical Girl’) y Jesús Castro (‘El Niño’).
Mejor actriz revelación: Nerea Barros por ‘La isla mínima’. Se ha impuesto a Natalia Tena (’10.00 km’), Ingrid García-Jonsson (‘Hermosa juventud’), Yolanda Ramos (‘Carmina y Amén’).
Mejor montaje: José M.G. Moyano por ‘La isla mínima’. Le acompañaban como nominados Mapa Pastor (‘El Niño’), José M. G. Moyano y Darío García (‘Paco de Lucía: la búsqueda’) y Pablo Barbieri y Damián Szifron (‘Relatos salvajes’).
Mejor dirección artística: Pepe Domínguez por ‘La isla mínima’. Se ha impuesto a Patrick Salvador (‘Autómata’), Antón Laguna (‘El Niño’) y Víctor Monigote (‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’).
Mejor sonido: Sergio Bürmann, Marc Ortos y Oriol Tarragó por ‘El Niño’. Se ha impuesto a Nicolás de Poulpiquet y Gabriel Gutiérrez (‘Autómata’), Daniel de Zayas, Nacho Royo-Villanova y Pelayo Gutiérrez (‘La isla mínima’) y Nicolás de Poulpiquet y James Muñoz (‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’).
Mejor dirección de fotografía: Álex catalán por ‘La Isla Mínima’. Se lo jugaba contra Alejandro Martínez (‘Autómata’), Carles Gusi (‘El Niño’) y Kalo Berridi (‘Ocho apellidos vascos’).
Mejor diseño de vestuario: Fernando García ha recibido el Premio Goya 2015 al mejor diseño de vestuario por su labor en la cinta ‘La isla mínima’. La ganadora se ha impuesto a Armaveni Stoyanova, por ‘Autómata’; Tatiana Hernández, por ‘El Niño’; y Cristina Rodríguez, por ‘Por un puñado de besos’.
Mejor maquillaje y peluquería: Pedro Rodríguez, José Quetglas y Carmen Veinat por ‘Musarañas’ han recibido el Premio Goya 2015 al mejor maquillaje y peluquería. Se han impuesto a Raquel Fidalgo, David Martí y Noé Montes (‘El Niño’), Yolanda Piña (‘La isla mínima’) y Marisa Amenta y Néstor Burgos (‘Relatos salvajes’).
Mejor dirección novel: Carles Marquet-Marcet, por ‘10.000 km’. La película triunfadora en los Premis Gaudí se ha impuesto a Curro Sánchez Varela (‘Paco de Lucía: la búsqueda’), Juanfer Andrés y Esteban Roel (‘Musarañas’) y Beatriz Sanchis (‘Todos están muertos’).
Mejor dirección de producción: Edmon Roch y Toni Novella por ‘El Niño’, que se ha impuesto a Luis Fernández Lago y Julián Larrauri, por ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’; Manuel Ocón,por ‘La isla mínima’, y Esther García (‘Relatos salvajes’).
Mejor guión adaptado: Javier Fesser, Cristobal Ruiz y Clara García, por ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’. Se ha impuesto a Ignacio Vilar y Carlos Asorey (‘A esmorga’), Pablo Burgués, David Planell y Chema Rodríguez (‘Anochece en la India’) y Anna Soler-Pont (‘Rastres de sàndal’).
Mejor cortometraje de animación: Giovanni Maccelli por ‘Juan y la nube’. Se ha impuesto a los nominados Nacho Rodríguez (‘A Lifestory’), Victoria Sahores Ripoll (‘El señor del abrigo interminable’), Alberto Vázquez (‘Sangre de unicornio’), y Juanma Suárez García y Enrique Fernández Guzmán (‘A lonely sun story’).
Mejor cortometraje documental para ‘Walls (Si estas paredes hablasen)’ de Miguel López Beraza. Se ha impuesto a ‘El domador de peixos’, de Roger Gómez y Dani Resines; ‘La máquina de los rusos’, de Octavio Guerra Quevedo, y ‘El último abrazo’, de Sergi Pitarch Garrido.
Mejor cortometraje de ficción español: ‘Café para llevar’ de Patricia Font. Se ha impuesto a ‘Safari’, de Gerardo Herrero Pereda; ‘Trato preferente’, de Carlos Polo; ‘Loco con ballesta’, de Kepa Sojo, y ‘Todo un futuro juntos’, de Pablo Remón.
Mejores efectos especiales: Raúl Romanillos y Guillermo Orbe por ‘El Niño’. Se ha impuesto a ‘Open Windows’ (Raúl Romanillos y David Heras), Pedro Moreno y Juan Ventura (‘La isla mínima’) y Antonio Molina y Ferran Piquer (‘Torrente 5, Operación Eurovegas’).
Mejor música original: Julio de la Rosa por ‘La isla mínima’. Se ha impuesto a Roque Baños (‘El niño’), Pascal Gaigne (‘Loreak’) y Gustavo Santaolalla (‘Relatos salvajes’).
Mejor canción original: ‘Niño sin miedo’ de India Martínez por ‘El Niño’. Junto a ella estaban nominadas ‘Morta y File’, de Rafael Arnau (‘Mortadelo y Fileón contra Jimmy el Cachondo’); ‘Me ducho en tus besos’, de Fernando Merinero (‘Haz de tu vida una obra de arte’), y ‘No te marches jamás’, de Fernando Velázquez (‘Ocho apellidos vascos’).
Mejor película de animación: ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’, Zeta Cinema (Francisco Ramos, Luís Manso), que se ha impuesto a ‘Dixie y la relevelión zombi’, Abraprod (Joxe Portela), y ‘La tropa de trapo en la selva del arcoirís’ (Albano Poducions).
Mejor película iberoamericana: ‘Relatos Salvajes’ de Damián Szifron. Competía con ‘Conducta’, de Ernesto Daranas; ‘La distancia más larga’, de Claudia Pinto Emperador, y ‘Kaplan’ de Álvaro Brechner.
Mejor película extranjera: El largometraje ‘Ida’ (Polonia), de Pawel Pawlikowsky, se ha llevado este sábado el Premio Goya 2015 a la mejor película europea. En este apartado también competían ‘Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?’ (Francia), de Philippe de Chauveron, ‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’ (Suecia), de Felix Herngren y ‘La sal de la Tierra’ (Francia), de Juliano Ribeiro Salgado y Wim Wenders.
Mejor película documental: ‘Paco de Lucía: la búsqueda’, de Ziggurat Films. Se ha impuesto a ‘2014. Nacido en Gaza’ (Underdog Films), ‘El último adiós de Bette David’ (TCM Original) y ‘Edificio España’ (Víctor Moreno P.C.).
Piper Chapman es una pijilla que ha pasado de ser amante de una narcotraficante a echarse de novio a Jason Biggs que, como todo el mundo sabe, es tonto del culo. Nadie lo podrá olvidar haciéndoselo con una tarta de manzana en American Pie.
Pues a esta chica la meten en la cárcel. Contemplamos el mundo de las prisiones de mujeres americanas desde sus ojos.
Un universo de cosas insólitas y asombrosas, donde conviven funcionarios y presas de todas las calañas imaginables.
Como toda buena comedia, no dejar de ser un drama tamizado desde el punto de vista del humor.
La combinación funciona a la perfección.
La galería de personajes que se nos ofrecen es extraordinaria. Son chicas reales, conmovedoras, ni buenas, ni malas…
El novio de Chapman ejerce de cretino en la calle mientras su novia lo pasa realmente mal. A veces, se atreve a comparar su malestar con el de su pareja presa.
La actriz que da vida Piper es la maravillosa Taylor Schilling, que a pesar de no ser una gran actriz, soporta con entereza el grueso de la trama.
Siempre he preferido los personajes femeninos. Las mujeres me parecen más interesantes y, en general, sus personajes más potentes.
Para mí esta serie repleta de grandes actrices que interpretan grandes protagonistas me parece sensacional.
No puedo intelectualizar como una peli de mamporros me había gustado.
Decido ver la uno. A ratos sueltos, en varias veces, termino su visionado.
No es la mejor manera. Para poder disfrutar de este sinsentido hay que concentrarse y dejarse llevar.
Es como la dos, pero menos divertida, su secuela es francamente mejor.
Le falta algún toque de sentido de humor.
Las peleas están coreografiadas a la perfección y resultan de lo más entretenidas.
Gareth Evans (foto) es el director de esta producción Indonesio-americana. De origen galés, en 2009 le encargaron hacer un documental sobre el arte marcial indonesio y eso le subyugó.
Ahora vive con su mujer y su hija en Yakarta. Sus tres éxitos están basados en este tipo de lucha.
Pollo con ciruelas es un cuento que se debate entre la transgresión del lenguaje cinematográfico y el esteticismo más empalagoso.
La historia de dos amores frustrados se hace divertida cuando sorprende al espectador desafiando la coherencia narrativa.
Se desarrolla en el Teherán de la época del Sha de Persia, en un ambiente occidentalizado.
Un músico deprimido decide dejarse morir. Se ha roto su violín y ha perdido a Irán su mujer amada.
Maria de Medeiros interpreta a su esposa. Ella es matemática. Él artista. Son incompatibles. Ella siempre estuvo enamorada de él. Él siempre estuvo enamorado de otra.
Lamentablemente la peli no me ha gustado.
Su protagonista Mathieu Amalric no me ha trasmitido para nada. Es un soseras que se parece demasiado a Roman Polanski.
Los excesos esteticistas me molestan.
El final es un pastelón romanticón, con la clara intención de emocionar y la bochornosa sensación de no conseguirlo.