Esta peli paraguaya la veo dentro de las proyecciones del Cine Club Alcarreño.
Se intenta mantener la atención del espectador con una acción frenética, con una puesta en escena artificiosa pero efectiva. El guión encaja de forma perfecta (o casi pues presenta un par de fallos, tal vez perdonables).
Es un producto que pretende deslumbrar incluso abrumar con violencia, acción y comedia.
Cuando terminó la proyección oí comentarios elogiosos. Pero a mí no me gustó.
Me resultó una obra impersonal que se desarrolla en un mercado paraguayo pero que podría ser adaptada a cualquier otro lugar.
Ningún personaje me calló bien. Todos los personajes se mueven por el dinero, no hay altruismo, ni solidaridad ni siquiera algo de amor. A su joven protagonista también le motiva salir en televisión (muy admirable).
No hay ni el más mínimo atisbo de retrato social.
Es curioso que poco se cuidan los temas médicos. Cuando acuden a una farmacia para comprar un medicamento presentan una receta de insulina y el niño lo que tenía es fiebre.
La música me pareció insoportable, estridente.
Hay una ausencia absoluta de sutileza y algunos personajes son más que ridículos.
Pero mi opinión contrasta con que fue nominada a Mejor película hispanoamericana en los Goya 2012 y obtuvo el premio de la Juventud en el Festival de San Sebastián de ese mismo año.
En cualquier caso me gustó ver una rareza de una filmografía tan escasa como la paraguaya.
Hace unos días encontré esta foto que os pongo. Estaba perdida entre el desorden total.
No he podido resistir la tentación de colgarla. A la mayoría de los niños que aparecen no los recuerdo, no puedo dejar de preguntarme ¿qué habrá sido de sus vidas?
La monja se llamaba Sor Rosario y daba unos bofetones de campeonato.
Si me reconocéis hacedlo constar pero por favor no indiquéis el sitio exacto para que se mantenga la incertidumbre.
Mi admiración es tal por John Ford que todas sus pelis me gustan, pero ésta no es una de sus mejores obras.
Es un drama romántico ambientado en la Escocia del siglo XVI que nos cuenta las tribulaciones políticas y sobre todo amorosas de esta reina. Su vida fue ciertamente novelesca y con solo 45 años de existencia fue reina de Francia y Escocia, casada en cuatro ocasiones, terminó ajusticiada.
La protagonista absoluta de la peli es una esplendorosa Katharine Hepburn que llena la pantalla con su presencia y su belleza.
Se nota que John Ford admiraba a la actriz a la que dedica unos primeros planos maravillosos (de los pocos en su larga filmografía).
Tando Ginger Rogers como Bette Davis estuvieron interesadas en interpretar el papel de María Estuardo pero la Hepburn se llevó el gato al agua. Llegó a proponer interpretar también el personaje de la Reina Isabel de Inglaterra.
Ford encontraba que la historia tenía poca fuerza y perdió el interés conforme avanzaba la filmación y dejaba que algunas escenas las dirigiera la Hepburn.
La Reina de Escocia es retratada como víctima del amor y de la política, como seguramente fue en la realidad.
En general los personajes son muy esquemáticos y alguno incluso caricaturesco. Las conspiraciones palaciegas y diplomáticas carecen de sutileza son pueriles.
Me ha llamado especialmente la atención la fotografía con abundantes toques de calidad.
Dentro del decálogo del buen crítico de cine hay una norma que indica nunca hablar de la fotografía, si hablas de la técnica es que no sabes que más decir de la peli.
Se adapta una novela de Don DeLillo de ambiente apocalíptico. El ex-vampiro Robert Pattinson recorre la ciudad de Nueva York en su limusina extralarga para ir a su peluquería favorita y por el vehículo desfilan un surtido grupo de extraños personajes.
De una buena novela y de una buena idea se puede parir de todo. Aquí se ha parido un engendro lleno de reflexiones sobre el capitalismo y sobre el dinero, de situaciones inquietantes y de aburrimiento, mucho aburrimiento.
Conforme avanza la peli el teórico interés que pudiera despertar se desvanece y solo hay tedio.
Empatizar con un multimillonario que malgasta el dinero en caprichos vacuos es imposible y la interpretación de Robert Pattinson no ayuda en absoluto.
Pensando mucho solo he encontrado un elemento positivo, la siempre estimulante presencia de Juliette Binoche.
Me acosté a la cama triste, muy triste. Una peli deprimente y tan poco entretenida destroza a cualquiera.
Aki Kaurismäki es un prolífico cineasta finés, director de 31 pelis, productor y guionista.
El Havre es una ciudad costera francesa del Canal de la Mancha. Allí llegan por error un grupo de inmigrantes. El niño Idrissa es recogido y ocultado de la policía por Marcel Marx un limpiabotas que lleva una vida tranquila y humilde.
El director nos presenta en forma de fábula una historia contemporánea y actual. La ficción sirve mejor que nunca para retratar la realidad.
Rodada con austeridad sin aspavientos con una visión cercana pero lo bastante alejada para evitar la sensiblería y solo llegar levemente a los sentimientos en una especie de respeto moral a los personajes que son observados pero no analizados, eso se lo deja al espectador para después de la proyección.
Kaurismäki contrapone dos mundos que viven en tiempos diferentes. La realidad actual que se ve reflejada en la policía, los andenes del metro, la ciudad. Otro ambiente anclado en los años cincuenta o sesenta del pasado siglo donde reside el barrio de Marcel Marx y los personajes que le apoyan, su esposa, el médico, el comisario, los clientes de la taberna, los vecinos…
Esa contraposición espacio-temporal inquieta pero atrae y nos presenta un mundo de buena gente, contra un mundo en el que la represión del estado no conoce de sentimientos ni de derechos humanos.
Una peli extravagante, atractiva, magistral. Parte de esa maestría recae en la humildad, su director solo quiere hacer una obra sencilla y modesta.
Resulta que me pongo a poner la peli en el listado de críticas y ya la había visto cuando se estrenó. No me acordaba de ella para nada. La había olvidado absolutamente.
Ahora parece que me ha gustado más. Cosas de la vida.
Esta peli se basa en una obra de Broadway estrenada en 1975 que alcanzó más de seis mil representaciones, solo superada por Cats. Obtuvo el Tony al mejor musical en 1976.
Como anécdota más llamativa: Madonna se presentó al casting de la película con su nombre verdadero Madonna Ciccone y no fue elegida.
La peli se desarrolla durante un duro día en que se seleccionan unos pocos bailarines para un musical entre más de cien aspirantes.
Los números musicales se suceden mientras vamos conociendo a los personajes que nos van enamorando.
Siempre me ha admirado el empuje de los jóvenes bailarines. En esta peli, la fuerza arrolladora de la juventud, el entusiasmo y las ganas de triunfar se palpan como absolutamente veraces. Pero también sus miedos, sus inseguridades, sus debilidades son manifestadas y eso les hace más humanos y nos permite quererlos más, sentir con ellos.
Que la acción sea casi en tiempo real y en un único escenario es un reto que podría hacernos pensar que va a ser poco más que una representación teatral, pero en absoluto, es puro cine, con un montaje excelente y una cámara ágil que se mueve con soltura entre los actores.
Se trata de la primera peli saudí dirigida por una mujer, Haifaa Al-Mansour que se ha basado en la vida de su sobrina.
El ambiente opresivo es trasgredido por una niña de 10 años despierta y alegre que por un instinto natural se desliza por el límite de lo permitido.
Su directora nos presenta a varias mujeres que enfocan de manera diferente la vida en la sociedad árabe. La madre, la profesora, las amigas… Todas aceptan el sistema pero de alguna forma manifiestan cierta rebeldía hacia un machsimo insoportable.
La joven actriz Waad Mohammed resulta encantadora, expontánea, admirable…
La dirección de actrices es estupenda. Es una peli contada desde el punto de vista femenino.
Tal vez peque de complaciente pero su carácter didáctico y su desarrollo armonioso la hacen entretenida.
La historia que se cuenta es pequeña, casi minimalista, pero desde lo sencillo se explica lo complejo se da una visión panorámica de la vida en Arabia Saudí.
Los prejuicios de una sociedad inculta sobre el uso de la bicicleta en las mujeres (produce infertilidad, destruye la virginidad) no nos es demasiado lejano, cuando yo era crío oía observaciones parecidas.
Hay un momento, hacia el tercio final, que la peli parece decaer y se roza el tedio pero de pronto recobra brío y termina siendo emotiva.
El oír recitar versículos del Corán durante varios minutos es de lo más aburrido.
Pocas veces ver a una niña en una en una bicicleta verde ha emocionado tanto.
He comprado una colección de musicales de la Universal. Entre éstos se encuentra esta peli que es una obra de culto entre el público gay.
En su estreno obtuvo el Premio Razzie al peor director. En 2004 fue nominada al peor musical de 25 ediciones.
Su historia es disparatada: Kira es una de las hijas de Zeus y musa de las artes. Cumpliendo ese trabajo, visita al pintor Sonny Malone, a quien inspira con un beso…
Los efectos especiales son penosos y la trama avanza a trompicones de una manera totalmente previsible.
Los números musicales salvan la papeleta. Se contrapone la música de los años 40 y la de los 80 en un contraste de estilos que resulta moderadamente atractivo.
Lo mejor es la presencia del único Gene Kelly, un grande entre los grandes, que a pesar de sus años da una lección magistral de buen bailarín.
Esta peli se pensó para encumbrar en el estrellado a Olivia Newton-John pero resultó ser un fracaso estrepitoso en taquilla. La Newton está penosísima como actriz pero aceptable como bailarina.
El afeminado Michael Beck tiene una actuación tan patética que su presencia resulta insoportable.
Propongo hacer un montaje nuevo con solo los números musicales y sustituir digitalmente en todas las tomas a Michael Beck por el genial Gene Kelly.
El título original de la peli The Way Way Back hace referencia al asiento supletorio que tienen algunos vehículos. Tal vez este título hubiera sido más adecuado que el olvidable El camino de vuelta.
El adolescente Duncan pasa unas vacaciones con su madre, el novio de ésta y su posible hermanastra. Pero resulta que su futuro papá es un gilipollas integral (Steve Carell).
El jovencito va despistado por la vida pero su mamá también. Encuentra la salvación en un cachondo mental, el propietario de un parque acuático con un piterpanismo de tomo y lomo (Sam Rockwell).
Con estos mimbres se conforma una peli divertida y llena de emociones.
Duncan en ese verano aprende a afrontar la vida con más optimismo y alegría.
Es una peli de bajo presupuesto, tan solo cuatro millones seiscientos mil dólares.
El escenario es el típico pueblo de veraneo de las costas de Massachusetts pero que tampoco se diferencia tanto de muchos sitios de nuestro litoral.
En las vacaciones los supuestamente adultos juegan a ser adolescentes, se emborrachan, se drogan… A mí eso no me parece mal pero el tono impostado y superficial los convierten en detestables.
Steve Carell interpreta magníficamente su personaje de tontodelculo, totalmente odioso. Por cierto accedió a hacer este papel porque su lugar de vacaciones se encontraba muy cerca de donde se rodó la peli.
Toni Collette me da la impresión que siempre ha hecho de madre desde El Sexto sentido, aquí está correcta.
Sam Rockwell resulta muy entretenido. Al parecer su carácter en la vida real no se diferencia mucho del personaje.
El jovencito Liam James sabe dar a su personaje la profundidad adecuada y cabría pensar si se interpreta así mismo.
Una peli encantadora, divertida y moderadamente emotiva, bien dirigida y bien interpretada. No se puede pedir más.
En consecuencia no es una versión parcial de la historia.
El retrato que se hace de Assange es el de un hombre engreído, manipulador y casi mesiánico. En cambio Domscheit-Berg es presentado como una víctima de la seducción de Assange que quiere impedir poner en peligro la seguridad nacional con la publicación de los trapos sucios del gobierno norteamericano.
Ésta es la versión que más interesa a los yanquis.
Benedict intentó entrevistarse con Julian Assange pero éste se negó reiteradamente para no colaborar en absoluto con la realización de la peli.
Se relata bien como surge WikiLeaks con un tono didáctico que no resulta molesto al principio. Al final se vuelve todo excesivamente discursivo y la acción decae y languidece.
Hay momentos penosos como las fiestas de ocupas en edificios abandonados que más parecen una disco de moda.
Se esconde la reflexión sobre la caducidad de la prensa tradicional que parece que tuviera el monopolio del marchamo de calidad. Es presentada como la encargada de interpretar la información y de seleccionar lo que el público debe conocer. En contraposición está la postura de Julian Assange de dar la información y que sean los ciudadanos los que conformen su opinión.
La pregunta eterna: ¿hasta dónde llega la libertad de información? Difícil de contestar. Pero ahí va un consejo: si vas a hacer algo que no quieres que se sepa, no lo hagas.
Veo esta peli en pantalla grande con el Club amigos del Cine.
Asistí a su estreno y la recordaba levemente. Se me confunden en el tele-encéfalo las pelis de Allen y tenía un revoltijo de Hannah y sus hermanas, Maridos y mujeres y ésta que nos ocupa.
A Woody Allen no le gustaba la parte final de la peli. Durante la postproducción se deshechó un tercio de la película. Se reescribió y fueron suprimidas las escenas en las que participaba Daryl Hannah, su intervención quedó reducida a un simple cameo.
El profesor Louis Levy, terapéuta y amigo de Woody Allen, interpreta al filósofo Cliff Stern protagonista de los documentales que tanto fascinan al director.
Originalmente, Alan Alda sólo iba a aparecer en la escena de la fiesta de apertura con Daryl Hannah. Pero Woody Allen decidió ampliar su papel y aunque el actor quería improvisar, el director no lo permitió y escribió sus diálogos sobre la marcha.
Lester (el personaje de Alan Alda) se basa en Larry Gelbart guionista de muchas comedias y director de la serie de televisión MASH. Ni a Allen ni a Alda les gustaban sus maneras despóticas de tratar a los actores. Varios comentarios de Lester, como “La comedia es tragedia más tiempo” y “Si se dobla, es gracioso, si se rompe, no es gracioso”, son frases reales de Larry Gelbart. A pesar de esta aversión, Allen lo llamó “el mejor escritor de comedia que he conocido y uno de los mejores hombres” en una declaración poco después de la muerte de Gelbart.
Durante una discusión con Cliff (Allen), Lester dice que tiene un armario lleno de Emmys. En la vida real, Alan Alda ganó cuatro Emmys antes de aparecer en la película y tiene otro después.
Creo que me gustó más en su estreno, especialmente por sus reflexiones sobre el remordimiento y el límite entre lo tolerable moralmente y lo absolutamente reprobable. Tal vez el tiempo hayan hecho que estas meditaciones hayan perdido fuerza.
La contraposición entre los personajes de Cliff y Lester es de lo más interesante. Uno director de documentales sociales sin éxito y sin trabajo. Otro con mucha actividad laboral, popular y realizador de comedias. Pero los dos se desprecian mutuamente y consideran sin valor las actividades del contrario. Son cuñados. Real como la vida misma.
A parte de los planteamientos filosóficos-morales la peli me ha resultado demasiado discursiva. No hay espacios sin silencios, los diálogos son incesantes y muchas veces innecesarios.
Las escenas con muchos personajes funcionan mejor que las más íntimas.
Me ha dado la impresión que Allen a pesar de que se obstina en ponerse trascendente no termina consiguiéndolo y hay un cierto barniz de superficialidad.
Todos los actores están correctos aunque destaca un extraordinario Martin Landau.
La prueba del algodón de una peli es un segundo visionado. Las buenas parecen mejores, las malas peores y las mediocres nefastas. Y para mí ésta no está entre las primeras.
Paul Greengrass rueda eficazmente este thriller de piratas del siglo XXI. Iba a empezar diciendo con buen pulso, pero no. Me ha resultado especialmente molesto el continuo movimiento de la cámara y la insistencia en los primeros planos pegados al cogote o la nariz de los actores. Esta forma de rodar es, tal vez, lo único detestable.
La peli está llena de energía, de tensión, no da respiro al espectador.
El personaje de Captain Richard Phillips está muy bien construido. Es un buen profesional y actúa inteligentemente. Pero no es un héroe. Tiene miedo e intenta superarlo. Su astucia es fundamental.
Los piratas de nuestro tiempo han perdido el halo de aventureros que tenían en la edad dorada de Hollywood. Arrastrados por las circunstancias son violentos, desalmados y pordioseros. Son reales e infunden terror.
Barkhad Abdi interpretando al pirata Muse consigue mantener el tipo y dar la réplica al inconmensurable Tom Hanks.
Greengrass evitó que piratas y marineros se conocieran antes de la primera escena para aumentar la tensión entre ellos.
Hanks a lo largo de su dilatada carrera ha sabido encarnar al americano bueno y honrado pero siempre lo ha hecho con oficio. Ganador de dos Oscar y de cuatro Globos de Oro. Es seguro que será nominado y muy probable que sea premiado (merecidamente).
Tal vez al final del metraje, cuando se observa el descomunal despliegue de medios de la marina estadounidense, caiga en el estereotipo de americanada pero sin perder emoción en los personajes.
En definitiva: buen cine con un resultado brillante.
En El mayordomo nos relata la vida de un negro doméstico durante toda su existencia, con el fondo de la lucha por los derechos civiles y el trasfondo de los 8 presidentes a los que sirve.
Contar la historia del siglo XX de los USA es un propósito demasiado ambicioso y la peli resulta excesivamente episódica.
El retrato de los presidentes es muy complaciente y, en ocasiones, caricaturesca.
El planteamiento del enfrentamiento de las dos generaciones (negros y afroamericanos) es correcta y la tensión entre padre e hijo da los mejores momentos interpretativos.
Las relaciones de la pareja Forest Whitaker versus Oprah Winfrey esta bien construida, el personaje de esta esposa alcohólica y adúltera es extraordinariamente potente, posiblemente lo mejor de toda la peli.
Forest Whitaker es un gran actor pero su papel de mayordomo inexpresivo no da demasiado juego.
El reparto es apabullante, desfilando como secundarios muchísimas caras conocidas.
Destaco como lo peor al siempre penoso Cuba Gooding Jr., absolutamente insoportable.
Acudí un día del espectador a la segunda sesión. El cine casi lleno. Sobre todo público femenino y muchas señoras de cierta edad de GTV (Guadalajara de toda la vida). Oí comentarios como: “toda una lección de historia” o “pobres negros, lo que han sufrido”.
Alguna curiosidad:
Hay 41 productores acreditados, probablemente, un récord mundial para una sola película.
El personaje de Cecil Gaines se basó en Eugene Allen, quien sirvió como mayordomo de la Casa Blanca durante más de 30 años y 8 presidentes de Truman a Reagan.
A pesar de que no aparecer juntas en ninguna escena, Jane Fonda y Vanessa Redgrave vuelven a compartir peli después de Julia en 1977.
Está claro que el diseño de esta peli es para competir en los oscar. Pero el resultado no es el adecuado. En este caso la ambición ha roto el saco.
Aunque Una cuestión de tiempo es una comedia romántica se desenvuelve con total naturalidad y evita el exceso de edulcorante.
Es difícil encontrar el límite entre lo dulce y lo empalagoso, entre lo sensible y lo sensiblero, entre lo tierno y lo insufrible…
Curtis se arriesga y está, en ocasiones, a punto de caer en el lado oscuro pero aguanta el tirón. Por eso su peli se ve con una sonrisa en la boca y con una lágrima a punto de desbordar el ojo.
No hay público más frío que los críticos, ni ambiente más gélido que el de un pase de prensa. Yo reí, lloré, me emocioné y creo que no fui el único.
Acudo al pase de prensa de esta peli. Eso significa ir a Madrid, encontrar aparcamiento, hallar la sala de proyección. A veces sin tiempo para comer. Pero esa tarde todo fue suave-suave.
Llegue al sitio con tiempo. Aparqué sin problemas, y no era zona azul. Me senté en un banco a la sombra y me comí el bocadillo tranquilamente. Me sobraba tiempo.
La sala de exhibición de Paramount Pictures es pequeña pero con unos asientos muy cómodos con peligro de siesta. Mi disposición era excelente.
Lo bueno de los pases de prensa es que ves a críticos conocidos y, a veces, admirados. Esta vez reconozco a Jordi Costa.
Desde el primer fotograma la peli me empezó a interesar. El sueño había desaparecido.
El personaje de Tom Selznick interpretado por (el antes mediano) Elijah Wood es presentado con eficacia y en poco tiempo.
El desarrollo frenético. La intriga máxima. La música estupenda. La tensión en alza. Una cámara potente. Unos planos muy bien rodados…
En 2010 Denis Villeneuve nos obsequió con una de las pelis más aterradoras que alguien puede imaginar: Incendies.
Ahora en 2013 nos presenta este thriller. En este género está todo inventado. Ya se han hecho grandes obras.
Encontrar una peli que te sorprenda y que te emocione es difícil. Prisioneros lo consigue.
Las víctimas se pueden convertir en verdugos y la línea entre lo correcto y lo detestable se ve sobrepasada.
Con una dirección clásica se nos presentan unos personajes bien construidos pero muy poliédricos. Aquí no hay héroes, todos tienen una faceta oscura y turbadora.
El desasosiego del que está impregnada la trama se trasmite al espectador que sufre, padece e intenta comprender.
Es brutal como una patada en las vísceras pero real como una página de sucesos de un periódico.
No me será fácil olvidar esta peli que me ha impresionado y me ha herido. Porque así me he sentido después de verla.
Hace muchos años que no veía un thriller tan intenso en una pantalla.
Hugh Jackman está colosal en una demostración de lo gran actor que es, como ya demostrara en Los Miserables.
Jake Gyllenhaal convincente en su papel de poli meticuloso entregado a su trabajo.
Quiero comentar la difícil interpretación de Paul Dano un personaje que puede marcar una vida.
Si deseas impresiones intensas no dejes de verla. Su ambigüedad moral, el desasosiego que trasmite y su tono salvajemente poético son inolvidables. Una obra maestra.
Se trata de un homenaje a Federico Fellini y concretamente a su peli Fellini 8 ½ . Las escenas del tren, la playa, la fotografía en blanco y negro, las relaciones con varias mujeres y la galería de personajes grotescos son referencias al cine de Fellini.
Antes de su título definitivo la peli se llamó Woody Allen N º 4 y el director hizo el comentario que su filmografía no era ni la mitad que la de Fellini.
Woody Allen siempre ha negado enérgicamente que la película fuera autobiográfica.
El personaje de Dorrie (Charlotte Rampling) se inspiró en la ex esposa del propio AllenLouise Lasser , que realizó un cameo sin acreditar en la película.
En esta peli debutaron dos actores que posteriormente se harían muy famosos. Brent Spiner que ha participado en la saga Star Trek y Sharon Stone que tiene una brevísima intervención viajando en el tren de gente feliz y que todo el mundo recuerda por cruzar las piernas en Instinto Básico (1992).
En su momento Carlos Boyero escribió sobre Recuerdos: “La única de las películas de Allen que me parece estrictamente detestable”.
Como suele ocurrir no coincido con el prestigioso crítico.
No es una peli redonda y en muchos momentos pierde energía. El intento de meter elementos icónicos en el cine de Allen la convierten en un batiburrillo del que no sale airoso.
A pesar de la insistencia de su director en que no es en absoluto autobiográfica desde luego lo parece.
Se pueden encontrar muchos de los elementos característicos del cine del director de Delitos y Faltas: la magia, la familia, la infancia, el consumo de psicofármacos, la nostalgia del amor perdido, el psicoanálisis…
El Allen guionista y director parece minusvalorar a Sandy Bates (¿su alter ego?) como creador de una obra menor. Pero cuando es entrevistado responde con ingenio y humor, entonces su consideración no parece tan mala.
La ridiculización de los seguidores que incansablemente le felicitan y le piden autógrafos es muy propio de ese tipo de personas que consiguen la fama y por ello se sienten superiores. Es de un claro mal gusto.
En póquer un runner-runner es terminar haciendo una buena jugada cuando se tienen malas cartas y al descartarse se consiguen las necesarias. Las probabilidades de hacer un runner-runner son de un 4%.
Peli rodada en Puerto Rico. Se han gastado treinta millones de euros.
Mi opinión sobre este bellísimo país era excelente. Nunca lo he visitado pero sí amigos que me han hablado maravillas.
Aquí es retratado lleno de corrupción, cocodrilos y prostitutas. Tal vez para aliviar esta imagen en los créditos finales se informa que se han creado más de mil puestos de trabajo para la realización de la peli.
Brad Furman ha realizado este engendro con la pretensión de realizar un thriller electrizante. Algo ha conseguido porque da garrampas insoportables.
La historia no está estructurada con un guión deslavazado e inconexo, sin el menor interés.
Los personajes son de palo. Los actores no se creen sus personajes.
Decididamente a Ben Affleck lo prefiero como director que como actor.
De Justin Timberlake no voy a comentar nada. Solo por prudencia. Aunque veo difícil que me lea. No quiero ser víctima de una demanda.
Gemma Arterton está horrorosa. Esta chica grandona con pinta de travestón en el Día del Orgullo Gay da pena. No sé como sigue saliendo en pelis después de su ruinoso curriculum.
Este bodrio es peor que cualquier telefilm de sobremesa y ha costado cuarenta veces más.
Me gusta quedarme hasta el final de los créditos. En las pelis americanas suele poner que durante el rodaje no se han dañado personas ni animales y lo certifica alguna asociación.
¿Y a los espectadores? ¿Quién nos garantiza no sufrir?
Lo único que le pido al Todopoderoso es poder olvidarla pronto.
Reconozco que la colaboración en el guión de su hijo Jonás Cuarón ha podido servir para descargar la peli de un tono discursivo.
Reconozco el esfuerzo técnico realizado con 4 años de trabajo y la invención de tecnología para la realización de esta peli.
Reconozco que, tal vez, suponga un antes y después en el cine del espacio o de la Ciencia Ficción, como lo fueron en su día 2001: Una Odisea del espacio o Blade Runner.
Reconozco que visualmente es impecable. El espacio es visto como nunca antes y la sensación de ingravidez es extraordinaria.
Reconozco que es una historia de superación personal, de lucha contra la adversidad, que tanto gusta a los académicos de los oscars.
Pero por lo que no voy a pasar es por tragarme a Sandra Bullock como una buena actriz. Su rostro impregnado de botox solo sabe poner caritas más falsas que un billete de seis euros. Su capacidad de trasmitir emociones es no nula es negativa. Se pasa casi todo el metraje en una sucesión insoportable de quejidos y lloriqueos.
El truquillo, más viejo que la tana, de que se le murió su hijita es penoso, tan manido que casi resulta repugnante.
Esta peli chilena representará a su país en los oscars.
Cuenta la vida sencilla de una mujer madurita y separada que busca el amor y el sexo.
El relato es simple y las andanzas de esta señora poco interesantes. Pero todas las vidas merecen ser contadas y todas tienen su aquél.
Sebastián Lelio no da espacio al sentimentalismo barato, su relato es consistente y entretenido. No hay esfuerzo para que empaticemos con los personajes. Son personas de carne y hueso con sus contradicciones, sus exigencias, sus rarezas, sus imperfecciones.
Hay momentos emotivos que parten de lo cotidiano, de lo sencillo.
Pero esta historia no tendría el menor interés sino estuviera interpretada por una gran actriz que llena de energía y de verdad la pantalla. Una maravillosa (en su imperfección) Paulina García. Una actriz colosal.
Ganadora en el Festival de Berlín del premio a la mejor actriz.
Una peli pasable que la hace grande esta gran actriz.
El incio es un alarde de barroquismo visual y de intento imaginativo que resulta a veces irritante.
Los personajes son poco consistentes lo que impide que conectemos con ellos. La insistencia en pretender sorprender resulta agotadora.
Poco a poco el colorido visual inicial se va transformando en blanco y negro y el optimismo se torna tristeza y desolación. Aparece un cuento tenebroso y terrorífico, asfixiante y terrible. Produce auténtico miedo.
Audrey Tautou le imprime a su interpretación un tono de novela romántica que recuerda a las tuberculosas del siglo XIX.
Hay un personaje muy interesante que es interpretado por Gad Elmaleh, obsesionado con comprar novelas o artículos de coleccionista de un escritor llamado Jean-Sol Partre, su compulsión le lleva a la ruina personal y económica.
Esta peli puede apasionar o molestar pero no es fácil de olvidar.
En la ficha técnica de la peli consta una duración de 125 minutos pero la versión que vi yo solo dura 95. No he encontrado explicación.
Acudo a ver esta peli aconsejado por los críticos que la han puesto estupenda.
Ha costado 38 millones de dólares que para ser un producto made in Hollywood no es demasiado.
El mundo del automovilismo me interesa menos que nada. No soy aficionado a los coches.
Tengo un coche de 10 años con 230 mil kilómetros y estoy encantado. Ojalá me dure dos lustros más.
En consecuencia todo el rollito de bólidos y carreras me ha parecido un coñazo. Reconozco que está bien montado, con oficio, incluso con maestría. Pero a mí me aburre.
El tema de la rivalidad entre los dos pilotos James Hunt y Niki Lauda es interesante. Ya lo habíamos visto en todas las pelis de superhéroes. Lo que hace grande al héroe es el villano. Siempre es más interesante el malo que el bueno. Aunque aquí no me queda claro quien es cada cual.
Las dos personalidades contrapuestas y las dos maneras de entender la vida no tienen que ser antagónicas, más bien diría que son complementarias.
La épica del triunfo no la entiendo bien. Ser un tipo mediocre que nunca ha ganado en nada hace que para mí sea incomprensible.
Ron Howard demuestra ser un gran director imprimiendo a la peli un buen ritmo que no desfallece.
Es posible que esta peli se encuentre entre las candidatas a los oscars. El rollito de espíritu de superación y los coches son dos cosas que gustan mucho a la Academia.
Hago una propuesta. ¿Porqué no hacer Rush pero basado en el mundo del cine? Seguro que hay personajes que cumplen los requisitos. Me interesaría más que el mundo del Scalextric a escala natural.
Jean-Pierre Melville vuelve a realizar un paradigma de cine negro en estado puro. En Francia a esta reconversión de este género se le llamó Neo-noir.
Alain Delon interpreta al Comisario Edouard Coleman, hasta cierto punto corrupto, usa medios poco ortodoxos e incluso comparte ambientes y mujeres con los criminales.
Esta ambigüedad moral es muy propia del cine de este director.
Aquí los ladrones actúan con profesionalidad, hablan lo mínimo y cada uno se mueve por razones muy diferentes.
Los policías son también competentes y llegan hasta los criminales porque conocen bien su trabajo.
Llama la atención la presencia de una jovencísima Catherine Deneuve que ya apuntaba maneras y que ya era un témpano de hielo.
Muy contento de haber realizado este miniciclo de Jean-Pierre Melville y haber descubierto estas cuatro maravillas.
He tenido que comprar los deuvedés ya que este cine menos popular y poco comercial no se encuentra para descargar. 🙂
Vemos por casualidad esta peli de Jacques Deray. Había comprado un lote de deuvedeses de Jean-Pierre Melville y entre ellos había uno con dos pelis. La segunda era Flic Story (Historia de un policía).
Su trama se desarrolla en 1947 en París.
Emile Buisson, interpretado por Jean-Louis Trintignant, se escapa de la cárcel. El inspector Roger Borniche (Alain Delon) se encarga de su captura.
Es un thriller pero, en mi opinión, no se adapta bien a los convencionalismos del cine negro.
Alain Delon no es un personaje turbio, sino más bien es un poli ejemplar. Enemigo de la tortura y de la violencia. Con un pasado patriótico intenta realizar su trabajo con profesionalidad.
En cambio Jean-Louis Trintignant es un malhechor despiadado y sin escrúpulos. No es un buen profesional, se deja arrastrar con demasiada vehemencia por su instinto asesino.
Un guión muy bien estructurado con un curso lineal que avanza basado en los secundarios.
Me ha llamado la atención el realismo con el que están realizadas las escenas de persecuciones y de acción. Ese espectáculo visual a la americana está descartado. Cuando saltan a un tejado sus movimientos parecen de verdad. Eso precisamente lo hace más impresionante.
Hay momentos únicos en el cine de policías. Ese inspector repartiendo bocadillos y cervezas a los que realizan labores de vigilancia.
De alta tensión es la escena de la detención del villano.
El duelo interpretativo entre dos de los grandes del cine francés es otro de los alicientes. Siempre he pensado que Jean-Louis Trintignant era mejor actor que el guapo Alain Delon. Aquí la balanza está muy equilibrada
Una peli estupenda. Una lástima que esta joya no sea recordada.