Esta peli se puede amar u odiar pero siempre apasionadamente.
La directora escocesa Lynne Ramsay nos cuenta una película como un puzzle con un montaje desordenado para que vayamos componiendo mentalmente las piezas, para al final terminar construyendo un argumento sólido como una viga de hierro.
La historia que cuenta es terrible. Se crea una atmósfera malsana, inquietante y desasosegante. Hay momentos de auténtico terror, pero no de sustos, de terror psicológico.
Además está el estilo visual de la película que es frío pero salpicado frecuentemente de un rojo que expresa la violencia. Rojo en la tomatina, en la casa manchada, en la sangre y en muchos más detalles. El ejercicio estilístico es turbador y con una belleza terrible.
Esa madre limpiando las manchas rojas como queriendo lavar la sangre vertida impresionan hasta llegar al escalofrío.
Tilda Switon, una actriz que no goza de mi favor, está inconmensurable con una contención abrumadora y escalofriante. ¿Hasta dónde puede llegar una madre por el amor de su hijo? La Switon tiene la respuesta.
Como habréis notado yo soy de los que amo esta extraordinaria película y para mí es una de las grandes de los últimos años. ¡Qué maravilla! ¡Cine de verdad!
El tema de la peli echa para atrás al más pintado. Una pareja de enamorados que cuando su hijo tiene unos dos años resulta que sufre un tumor cerebral. El planteamiento es una tragedia de tomo y lomo. Los nombres de sus protagonistas (Romeo y Julieta) así lo anticipan.
Además el argumento está basado en los hechos reales que padecieron los actores y guionistas de la peli y para más inri la peli la dirije Valérie Donzelli que es la madre en cuestión.
¿Cómo realizar una película así que no sea el dramón del siglo? Pues la respuesta está viendo esta producción francesa.
La directora no se olvida de contarnos con detalle las entrevistas con los médicos, las malas noticias que se suceden, la incertidumbre de los padres, las discrepancias que van surgiendo… Pero todo está relatado con cierto optimismo, a veces desde el lado cómico de la cuestión y sobre todo con mucha naturalidad, con una expontaneidad que emociona por sí misma.
El uso de la voz en off al principio de la peli, aunque innecesario, no resulta insufrible.
Esa pareja de enamorados deciden hacerle cara a la enfermedad de su hijo y encuentran la complicidad del espectador que padece con sus protagonistas.
Las interpretaciones son naturales y sencillas sin abusar de los primeros planos y huyendo de la lágrima fácil.
Aunque he leído críticas no muy buenas a mí me ha parecido una estupenda película.
Charlize Theron es la protagonista absoluta de esta peli del director y de la guionista de la magnífica Juno.
Mavis Gary es una escritora de libros para jóvenes-adultos que se cree una triunfadora porque se fue de su pueblo. Escribe historias de adolescentes rememorando su época de chica popular en el instituto. Como se siente sola decide ir a buscar a su antiguo novio que está casado y ha tenido un hijo.
La protagonista resulta patética y no despierta ni la más mínima empatía y ése es uno de los problemas de la peli.
En las pelis actuales en las que predomina lo políticamente correcto es curioso que nadie fuma pero el alcohol corre que da gloria. Mavis (tal vez no lo sepa) es claramente una alcohólica.
La Theron está estupenda con actriz y es gracioso ver sus transformaciones de chica desaliñada a señorita arreglada.
La verdad es que nada despierta interés. La reflexión sobre la insatisfacción y sobre la falta de madurez parecen superficiales.
Me da la impresión que la guionista Diablo Cody ha perdido fuelle.
Veo con Elena esta producción iraní porque ha ganado múltiples premios entre ellos el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
Rodada prácticamente en su totalidad en interiores con planos medios y cortos con la cámara siguiendo a los personajes o manteniendo un plano fijo.
La historia que comienza de manera sencilla se va complicando progresivamente porque las cosas se lían y se lían.
Como es una peli iraní el tono es claramente dramático sin el menos vestigio de humor. Los italianos habrían realizado una comedia.
La peli plantea la cuestión de donde está la verdad y como los propios intereses la transforman y la dificultad de la justicia y personalizando en el juez para decidir.
Los actores están estupendos especialmente la hija de 11 años que resulta muy creíble.
Aunque es una peli interesante a mí no me ha parecido una gran película, sí una curiosidad de esas que me gustan pero no la considero merecedora del Oscar. Cualquiera de nuestras nominadas a los Goya me parecen mejores.
Acudo al preestreno de esta película un poco reticente. He tenido que soportar producciones infames que prefiero no recordar.
Intocable es una comedia sobre dos personas con sus vidas rotas. Un tetrapléjico viudo pero muy rico y refinado y su cuidador, un senegalés con problemas con la justicia y con su familia, deshinibido y marginal que vive del paro.
Con lo que he dicho se podría pensar que se trata de un dramón, pues, como ya he dicho, se trata de una comedia divertida con muchos chistes a costa del minusválido pero no cae en ningún momento en lo chabacano ni en lo soez.
La peli es elegante en su factura y en su contenido. Dosifica bien los elementos dramáticos con los de humor.
Es de agradecer que no lleva incluida ninguna moralina sino que relata los hechos y que el espectador juzgue.
Innecesario y penoso el epílogo final. ¿Porqué esa obstinación en recalcar que está basada en hechos reales? A mí eso me da igual.
Hay momentos muy brillantes, que no voy a desvelar, con una fotografía luminosa y energética.
La carga de la peli está basada en dos magníficos actores que se hacen simpáticos y son capaces de trasmitir verdad: François Cluzet y Omar Sy.
Hay algunos personajes secundarios que se les podía haber sacado más partido como la hija y su novio.
La maldad se puede manifestar de muchas maneras. En Mientras duermes se nos presenta a un psicópata que urde retorcidos planes para joder la vida a la gente y vaya si se la jode.
La peli está contada desde el punto de vista del psicópata y el también retorcido Balagueró intenta que empaticemos con su portero César. Lo peor es que a veces lo consigue.
El guión está estructurado como un thriller, aunque hay momentos de cine de terror.
A veces una frase puede resultar más cruel que un hachazo craneal. Así César se ceba con Doña Verónica en una de las escenas más duras que recuerdo.
La peli funciona muy bien en gran parte por la interpretación de Luis Tosar al que admiro desde Celda 211. ¿Se está especializando en malos?
En cambio Alberto San Juan con una breve intervención no resulta nada convincente.
La niña Iris Almeida da miedo de verdad, su presencia es impresionante.
Balagueró realiza una peli sencilla sin grandes pretensiones pero eficaz y muy turbadora.
Hace unas semanas leí una biografía sobre Marilyn Monroe. Una vida tormentosa de una chica atormentada con un don extraordinario.
Marilyn fue sobre todo una estrella y una actriz intuitiva pero una pésima profesional. Llegaba siempre tarde a los rodajes, era incapaz de aprenderse el texto. Respecto esto hay anécdotas muy jugosas.
Rodando Con faldas y a lo loco, tuvo que repetir una escena 65 veces incapaz de pronunciar una frase que se fue reduciendo hasta que solo tuvo que decir: ¿Y la botella? El gran Billy Wilder perdió los nervios, como es lógico. Pero a pesar de todo consiguió terminar una peli sensacional.
En la Monroe había un conflicto entre el personaje-estrella de cine y la persona. Todo el éxito que obtenía en la pantalla y fuera de ella no se compadecía con su fracaso personal y vital. Conocer su vida no inspira envidia sino pena, mucha pena.
Esta Mi semana con Marilyn se recoge fielmente todo esto que acabo de comentar.
Un acierto de esta producción es que solo se circunscribe a unos días del rodaje de El Príncipe y la corista, y no intenta abarcar la vida de la gran estrella por completo, lo que de seguro sería imposible. Pero en este relato está la esencia de la Monroe.
Simon Curtis se estrena como director de cine y lo hace con mucho acierto facturando una peli entretenida y bien rodada.
Emma Watson ha abandonado la Academia de Magia y Brujería Hogwarts y se ha adentrado en el mundo de los muggles y en esta peli está maravillosa. Cuanto me alegraría que tuviera una brillante carrera como actriz, al fin y al cabo la he visto crecer.
He dejado para el final a Michelle Williams y me he puesto de rodillas para venerar y adorar a esta mujer que está tan formidable actuando como Marilyn que me hizo olvidar que era una actriz interpretando a una estrella pensé que de verdad era la Monroe reencarnada para hacer de ella misma. No encuentro calificativos adecuados. Está perfecta. Yo pensé que era imposible pero el milagro ha ocurrido.
La invención de Hugo es una peli compleja. Por un lado es un cuento con tono dickensiano. Por otro es un nostálgico homenaje al cine. Por otro rinde tributo a uno de los pioneros del Séptimo Arte (Georges Méliès). También nos relata la vida de una estación de ferrocarril en los años 20…
Y todo esto y más encaja perfectamente bajo la batuta de Martin Scorsese que conocedor y estudioso del cine realiza una obra preciosista, técnicamente perfecta con detalles de calidad.
El aspecto visual es abrumador de una belleza plástica colosal.
Ya sabéis que empiezo a detestar el 3D pero aún así me atreví a verla en este formato y acerté. Tal vez sea la peli en la que el 3D se disfruta más de las que he visto. La sensación de profundidad dura todo el metraje y da una impresión de belleza.
Recordar y homenajear a Méliès es de agradecer, fue el inventor de los efectos especiales, un creador incansable y un renovador de un arte que comenzaba. Producía, dirigía, hacía los guiones, protagonizaba, diseñaba los efectos especiales. Un auténtico hombre-orquesta del mundo del cine. Gracias a algún coleccionista la mayoría de sus películas se han conservado.
Toda la peli está envuelta en una atmósfera nostálgica y emotiva.
Los niños están extraordinarios, despiertan ternura.
Es muy curioso que una producción norteamericana rinda homenaje al cine primigenio francés y se desarrolle en París, por cierto un París de fantasía iluminado con las luces de la ilusión.
Por otro lado una peli francesa, la oscarizada The Artist, se desarrolla en Los Ángeles y rinde homenaje al cine de Hollywood.
Spielberg dirige con mano firme un film de corte clásico. El caballo no es solo el hilo conductor de diferentes historias que tienen en común diseccionar el espíritu humano con sus defectos y grandes virtudes, es también el protagonista de la peli, con su personalidad propia y su carácter.
Hay momentos que recuerdan a esa maravilla de Senderos de Gloria de Stanley Kubrick, con esa cámara recorriendo las trincheras y analizando los personajes con solo ver sus caras, lo que podría parecer un ejercicio de estilo es una profundización del alma humana en una situación extrema.
Se ha calificado a War Horse de cine familiar con cierto tono despectivo, tal vez por apelar a los sentimientos y no incluir violencia extrema ni sexo, pero esta peli es mucho más es cine puro realizado con clasicismo con una realización perfecta.
Una buena dirección tiene que ver con una planificación cuidada, donde cada plano encaja con mecanismo de relojería, saber colocar la cámara y mantener el plano o hacer una secuencia larga y no solo montaje estrepitoso pero vacío.
Spielberg llena el metraje de grandes momentos y eso es peligroso porque el espectador se puede empachar pero Steven sale airoso y emociona y transmite sentimientos.
La fotografía limpia y perfecta junto con la música del gran maestro John Williams colaboran eficazmente en hacer de War Horse una peli redonda. Un clásico imprescindible.
Ponemos en casa la tele y en la Uno estaba esta maravilla de película. La he visto varias veces. Estaba recién empezada y Elena y yo nos quedamos hipnotizados delante de la pantalla.
Almodóbar es un tío muy grande, sus películas son divertidas y ésta además tiene un punto costumbrista que me encanta.
El retrato de esas mujeres de pueblo que han emigrado o se han quedado en su pueblo manchego donde el viento trastorna el intelecto es maravilloso y realista.
Las conversaciones de estas chicas resultan graciosas porque nos son cotidianas.
Pedrooooooo sabe sacar partido de sus historias y transforma lo malo en bueno y los delitos de sus pelis (en ésta: congelación e inhumación ilegal) en actos de amor.
La historia es un terrible drama con celos, homicidios, incesto… pero bajo la dirección de este manchego ya universal todo parece como de diario.
A mí Penélope Cruz no me cae bien como persona pero como actriz me parece descomunal. No puedo olvidar su actuación en La niña de tus ojos del gran Trueba.
En Volver está magnífica y cuando canta el tema de la peli me emociona. Esa mirada tierna y brillante me subyuga. Una maravilla.
Como director admiro a Roman Polanski como persona lo desprecio profundamente y espero que algún día pague por sus delitos. Dicho esto, que no viene al caso para nada, comento su peli.
Para mí no resulta nada estimulante ver una peli que se desarrolla íntegramente en el salón de una casa de gente bien y en la que no se para de hablar ni un momento. Yo prefiero lo más cinematográfico, planos largos con exteriores y silencios donde el espectador descubre las cosas más que se las cuenten. Osea que esta Un dios salvaje no reúne ningún requisito para que me guste.
Reconozco el mérito de Polanski en mostrar la podredumbre humada disfrazada de buenos modos, lo que calificamos de civilizado que solo es un camuflaje de los bajos instintos que perduran en el ser humano.
La relación entre esas dos parejas y entre los conyuges entre sí se muestra turbia y voluble y en menos de 80 minutos se nos descubre lo peor de las personas.
La peli resulta deprimente y desasosegante.
Los actores están estupendos y merecería ver esta peli solo por su interpretación.
Polanski en los últimos fotogramas pretende dar un mensaje de optimismo pero eso no alivia el mal cuerpo que ha dejado todo el metraje.
Hace un año quedé maravillado con También la lluvia, por entonces la última peli de Icíar Bollaín. Tanto me gustó que fui dos fines de semana seguidos a verla.
Esperaba mucho de ésta su nueva peli Katmandú, un espejo en el cielo.
La historia no está mal contada pero se abusan de los diálogos para explicar lo que ya vemos o podríamos intuir. La constante presencia de su protagonista (Verónica Echegui) y los muy frecuentes primeros planos molestan. La historia no es novedosa y no está contada de manera original.
Le reconozco el mérito a mi admirada Icíar de rodar en este país exótico y con actores no profesionales. Lo mejor de la peli son precisamente los planos rodados con estos actores que tienen un aire documental y respiran verdad.
Hay varias subtramas introducidas para emocionar al espectador y conmigo surtió efecto.
Verónica Echegui está aceptable en su papel pero en ocasiones algo chirría en su interpretación.
Resulta penoso en doblaje de la voz que ayuda poco a la credibilidad de los personajes.
En mi (modestísima) opinión Katmandú es un loable intento fallido. Pero que lo sepas Icíar, te sigo admirando.
Para mí el re-estreno del primer episodio de la Saga Galáctica es todo un acontecimiento.
Soy seguidor entusiasta de estas pelis por muchas razones que luego contaré.
Lucas se ha hecho ultramillonario gracias al merchadising y a las sucesivas reposiciones con escenas nuevas algunas de milisegundos. Ahora nos ofrece las pelis en 3D.
Esperé con ilusión el 3D en Avatar pero ya no le he encontrado la gracia al asunto. En esta peli casi no se nota y resulta del todo innecesario. Pero me alegro que haya servido de escusa para volver a ver en pantalla grande esta peli.
Tal vez La amenaza fantasma sea la peor de las seis pelis que componen la saga pero aún así me gusta mucho.
Sumergirte en ese universo (nunca mejor dicho) de personajes increíbles, de planetas, de aventuras… es una auténtica gozada.
Muchos han calificado la saga de infantiloide y tal vez tengan razón pero a mí me aporta diversión y emoción y eso es el cine.
Cuando vi por primera vez esta Amenaza fantasma comprendí que la saga no era la historia de Luke Skywalker, era el relato de las aventuras de R2-D2 o la biografía de Anakin Skywalker o la descripción de las intrigas maquiavélicas del Senador Palpatine.
Con este primer episodio comienza una historia de una estirpe familiar formada por la unión de un esclavo que escala en nivel social hasta llegar a ser la pareja de una reina/senadora y luego están sus hijos, por cierto la hija termina juntándose con un buscavidas y contrabandista. Todo un culebrón.
Pero hay más lecturas. Hay una lucha entre el bien y el mal, pero las fuerzas maléficas son muy poderosas y utilizan armas muy retorcidas (la manipulación, la seducción, el miedo, la ira). Darth Vader solo es una víctima de esas argucias del Reverso Tenebroso. Su destino es fatídico, condenado a la infelicidad. Anakin es claramente un personaje shakesperiano.
Estas múltiples lecturas de Star Wars son tal vez el aspecto que más me atrae.
Analizar esta primera (¿o es mejor decir cuarta?) entrega es para mí muy difícil porque desligarla del resto me resulta imposible. Cuando la veía en el cine con mis gaficas polarizadas tal vez por sexta vez no dejaba de pensar en la evolución de los personajes y es que les tengo cariño. Me han divertido y acompañado durante tantos años y me emociono al pensar que lo seguirán haciendo hasta que fallezca (o eso espero).
Lucas intenta contarnos tal vez demasiadas cosas y por eso al re-verla más veces comprendes mejor la trama y encuentras nuevas perspectivas.
La ambientación es extraordinaria. La belleza de Naboo y el pintoresquismo de Tatooine, planeta tan importante en la saga, me entusiasman.
El odiado Jar Jar Binks me altera levemente pero le da el toque ¿cómico? e infantil a la peli que tal vez sea conveniente.
Natalie Portman interpretando a la Reina (democrática) Amidala está estupenda. Es valiente y enérgica como lo será su hija Leia y me encanta su look de “antes muerta que sencilla“. Se ve que, a pesar de la diferencia de edad, conecta con el niño Anakin.
El rollito ese de Shmi Skywalker de concibió por obra y gracia de la fuerza es estupendo y divertido y tal vez se le podía haber sacado más jugo.
Ewan Mcgregor interpretando a Obi-Wan Kenobi es uno de los grandes de la saga, tiene la seriedad de un Jedi pero con un punto juguetón que resulta muy atrayente.
Los 131 minutos de Star Wars Episodio I se hacen inolvidables especialmente gracias a la extraordinaria música de ese grande entre los grandes que es John Williams. Sus melodías son el 50% de la peli. Música trascendente, divertida, emocionante, inolvidable…
Espero ansioso ver la 2 dentro de un año en el cine. Voy corriendo a casa a verla.
Esta peli está basada en la supuesta comicidad de sus tres protagonistas que en USA son muy conocidos y muy poco por estos lares.
Saber medir que es gracioso y que es grotesco es muy difícil, y el director de esta peli (Seth Gordon) no ha encontrado la medida.
La peli discurre sin garra y sin gracia con chistes de mal gusto y abundancia de palabrotas que no despiertan ni una leve sonrisa.
Todo resulta penoso y aburrido.
Solo se salvan del desastre los tres secundarios de oro.
Kevin Spacey que puede con todo y resulta muy gracioso en ese papel repugnante.
Collin Farrell está irreconocible tras ese espeso maquillaje, caricaturiza su personaje y resulta estupendo ver su vivienda que representa bien su personalidad.
Jennifer Aniston está maravillosa, como siempre. Resulta absolutamente increíble que su empleado no se rinda a sus encantos.
Se podría hacer un nuevo montaje en el que solo estuvieran las escenas en las que aparecen estos tres secundarios. Sería un corto gracioso, pero solo duraría 30 minutos. Al resto se le podría prender fuego.
La deuda es una peli de espías pero también sobre el valor de la verdad y el peso de la mentira sobre la vida y las repercusiones que ésta causa.
El retrato de los personajes es parco pero intenso y estos espías están llenos de sentimientos. La acción es lo de menos, lo de más es la trama. La historia se cuenta en varios tiempos, dosificando la información con unas transiciones bastante logradas.
Llama la atención la maldad del nazi Doctor Dieter Vogel, el Cirujano de Birkenau, no arrepentido de nada y que consigue sacar de quicio a sus captores, hurgando en la herida donde más duele.
Tal vez Eastwood sea uno de mis directores preferidos, todas sus películas me gustan. El biopic es un género difícil porque condensar la vida de una persona en un par de horas es imposible, por ello hay que intentar trasmitir la esencia del personaje y no solo contar con más o menos acierto episodios sueltos que suelen dar una impresión de una peli poco compacta.
J. Edgar Hoover fue uno de los grandes personajes de la historia de los Estados Unidos. Según muchos el hombre más poderoso en el siglo XX. Ocupó el cargo de director del F.B.I. durante 48 años y mantuvo a todos los presidentes pillados por los… …
El gran Clint nos relata el desarrollo de esta policía federal americana y la vida amorosa de este peculiar individuo.
Hoover cuenta su biografía a varios agentes que hacen de escritores, pero no relata la verdad sino una versión novelada en la que él es el héroe absoluto y esa es la versión que nos ofrece el director. Esto le da un encanto especial al desarrollo porque vemos la historia contada desde el punto de vista del protagonista lo que da más interés intentando descubrir que hay de verdad y que de fabulación.
Su relación homosexual con su ayudante Clyde Tolson, del que J. Edgar se enamora desde que lo conoce, está magníficamente expuesta, con esa lucha interna entre declarar su amor y sus prejuicios inculcados por su madre que dice que prefiere a un hijo muerto a un hijo “mariposón”. Por cierto, el maquillaje de Armie Hammer, actor que interpreta a Tolson, es horroroso y penoso. En cambio Leonardo Dicaprio está convincente bajo el espeso maquillaje de Edgar.
En esta relación hay momentos magníficos como el ataque de celos de Tolson al oír a Hoover de un posible matrimonio con una joven, una escena estupenda.
Hay secundarias de lujo como Naomi Watts o Judi Dench con papeles fundamentales pero que saben a poco.
Eastwood dirige con su oficio habitual, con técnica impecable, con una ambientación perfecta, cuidando el detalle, con un montaje sereno y sin estridencias, dando una lección de dirección.
Incomprensible que esta peli no esté nominada a los Oscars, ni su director, ni Leonardo. De verdad increíble.
Steven Soderbergh se ha movido en sus pelis entre la experimentación y la comercialidad. Aquí realiza un producción de ese subgénero que es el cine de catástrofes (subsección epidemias).
El desarrollo es frenético con muchos personajes a los que tan apenas nos da tiempo a conocer. En la realidad ocurriría lo mismo, los acontecimientos no darían tiempo más que a los sucesos de cada día.
Lo que la diferencia de otras pelis de este subgénero es que Soderberg le da un carácter más riguroso con un tono, a veces, didáctico.
Todo evoca a la epidemia de Gripe A de hace un par de años, con la alarma inicial, la sombra de los intereses farmacéuticos como telón de fondo, las reticencias ante la vacunación… Pero en la ficción el virus resulta mucho más mortal. Cuestión que es perfectamente posible que ocurra en un futuro.
La fotografía y la música dan un tono pesimista. Los personajes no son héroes y tienen debilidades y algunos de los principales incluso mueren.
El epílogo, dando explicación al origen del virus, resulta divertido.
Destaca Matt Damon que como es habitual en él está muy convincente, representando al tópico americano bien nutrido y buena gente, que intenta salvar el tipo y el de su hija lo mejor que puede.
Una de las mejores pelis de epidemias que se han realizado.
Los hermanos Dardenne nos relatan una especie de cuento moral a ritmo vertiginoso sin que nos dé tiempo para reflexionar durante la proyección, eso se queda para después.
La obsesión de ese niño por buscar a su padre que no lo quiere ni ver y la dedicación de esa peluquera que acoge a este muchacho con cariño son entrañables.
El desarrollo es trepidante con aire documental con una cámara que sigue a los actores intentando ser invisible.
El retrato social de la clase trabajadora y desfavorecida es desolador.
El sonido ambiental es constante y forma parte de la banda sonora.
El niño Thomas Doret, sobre el que recae el mayor peso de la peli, está impresionante con una interpretación conmovedora aunque a veces me sacó de quicio.
La actriz belga (a pesar de su apellido) Cécile de France está estupenda, es el hada madrina de este cuento.
Una gran película que no llega a los 90 minutos de duración y que se pasa en un suspiro pero que luego no se olvida.
La División Azul se constituyó con voluntarios falangistas y con “voluntarios” con cierto pasado que precisaban lavarlo. Uno de éstos es el soldado Arturo Andrade (Juan Diego Botto) al que le encargan resolver unos asesinatos por haber sido inspector de policía. Nos quedamos con las ganas de conocer más de su pasado de seguro republicano.
La parte de más interés y la mejor relatada es la investigación criminal. La parte dedicada a la guerra es más chapucera y menos interesante.
Los personajes están bien dibujados pero hay algunas escenas que chirrían resultando poco creíbles.
La peli está realizada con un gran despliegue de medios que para el desarrollo de la trama de interés son superfluos.
Los actores están correctos, a mí el que más me ha gustado ha sido Carmelo Gómez como el Sargento Espinosa, un falangista que está desesperanzado y se ha vuelto un cínico. Hay un montón de secundarios que están estupendos (tal vez lo más destacado de la peli).
Hay que reconocerle a Gerardo Herrero la originalidad de desarrollar una trama de investigación policial en la División Azul. Tal vez sea mejor productor que director. No olvidemos que produjo El secreto de sus ojos de Juan José Campanella.
Los descendientes es un peli poco usual en el panorama actual cinematográfico. Habla sobre una desgracia en una familia, sobre la especulación inmoviliaria, sobre la relación padres-hijos, sobre la oportunidad de volver a empezar y todo ello en el paisaje y el paisanaje de las islas Hawái.
Alexander Payne me sorprendió con la magnífica Entre copas en la que su protagonista también estaba en crisis. Aquí mezcla comedia con drama retratando la vida. En medio de la tragedia de esa madre en coma que va a morir surgen situaciones que también son hilarantes o al menos despiertan una sonrisa. Recordé como en muchos funerales en medio de la tristeza alguien cuenta un chiste y todo el mundo se parte.
El perosnaje de George Clooney hace un recorrido personal que lo cambia. Hombre dedicado solo a su trabajo nunca se había ocupado de sus hijas, ni de su casa, ni tampoco de su esposa. Y en este camino se encuentra con sus hijas y decide no seguir siendo el perfecto candidato a más rico del cementerio.
Payne rueda de manera divertida con planos originales aunque tal vez abuse de la voz en off al principio de la peli.
La filmación se realizó durante 4 meses en la isla de Oahu en parajes naturales de los que el director sabe sacar provecho.
Clooney está prodigioso, expresivo y entrañable en una interpretación que ya ha sido premiada en los Globos de Oro.
Pero el gran hallazgo para mí es la jovencita Shailene Woodley que interpreta con inusitada solvencia al sentido común en esa familia que revienta de crisis. Habrá que seguir su carrera de cerca.
A David Fincher le venía como anillo al dedo hacer una nueva versión de esta novela de éxito inimaginable.
Fincher es uno de los cineastas experto en la exploración del mal como producto del ser humano como lo demostró en Seven o en El Club de la lucha.
El reto era difícil porque la versión sueca es una muy aceptable película. Esta versión del director Niels Arden Oplev de 2009 fue criticada por los seguidores de la saga literaria pero apreciada por los espectadores de cine. Partía con un pecado original porque se ideó como una miniserie para televisión de 6 episodios y se concentraron dos episodios en una peli quedando partes muy interesantes en la sala de montaje. Aún así el resultado a mí me gustó. Contó con una Lisbeth Salander difícil de olvidar, interpretada por Noomi Rapace.
Fincher es un director perfeccionista y meticuloso que controla hasta el más mínimo detalle de la filmación, que repite las escenas una y otra vez hasta la extenuación y que ha empleado 9 meses en el rodaje de esta peli. Se realizó en Suecia, aunque el equipo es practicamente por entero norteamericano.
El resultado no ha sido malo. Ha conseguido algo difícil: realizar una peli diferente a la versión sueca, con un mismo punto de partida, con escenas muy parecidas pero con un resultado final distinto. Y eso es de agradecer.
Resulta muy entretenida la parte dedicada a la investigación que es más visual que verbal. Los personajes está bien construidos. Todo encaja perfectamente.
El estilo visual es muy Fincher, impactante y atractivo.
Daniel Craig no hace de hombre de acción, cuestión que yo temía, sino de periodista que busca de alguna manera su redención. Le da un toque cínico y a veces cómico a su personaje demostrando una gran valía como actor.
Rooney Mara interpreta a una Lisbeth convincente pero que no hace olvidar a la magnífica Noomi Rapace. El personaje es muy potente con mucha energía y la actriz está a la altura.
A pesar de su larga duración y de conocer el argumento, la peli pasa en un suspiro. Yo me quedé con ganas de más.
Espero que obtenga éxito comercial y Fincher ruede las dos partes restantes.
Roland Emmerich nos tiene acostumbrados a catástrofes colosales realizadas con pericia pero vacías de contenido, puro entretenimiento.
En Anonymous nos cuenta dos historias que mezcla para dar más interés al conjunto. Por un lado la teoría bastante divertida que Shakespeare era solo un hombre de paja y no sabía ni escribir. Por otro lado un relato de historia de intriga palaciega de cama y espada.
El inicio resulta confuso con saltos temporales continuos y con la dificultad para identificar y relacionar cada personaje. Pero cuando avanza la historia todo va cuadrando y resulta muy divertido casar todas las piezas del puzle.
Esta obra de historia-ficción resulta entretenida. Los ingleses permiten ridiculizar a sus ídolos históricos. Un Shakespeare impostor, una Reina Isabel I lujuriosa y vieja chocha, consejeros jorobados… Resulta inimaginable que nosotros pudieramos realizar un peli con un guión parecido poniendo a Cervantes o a Felipe II en tesituras semejantes.
En La chispa de la vida,de la Iglesia nos cuenta una gran tragedia en tono de sainete para terminar como un folletón. Esta mezcla de géneros podría parecer novedosa pero ya lo hicieron antes grandes del cine como Billy Wilder.
El gran Álex se desenvuelve con soltura y nos presenta una peli llena de humor y de temas de reflexión, todo ello divirtiendo.
Trata cuestiones de inmensa actualidad como:
El desempleo y esa sensación del parado de fracaso personal.
El sensacionalismo de los medios de comunicación siguiendo esa norma: “no dejes que la verdad estropee una buena noticia”.
El afán de protagonismo y de salir en televisión.
El hacer negocio con las desgracias ajenas.
El interés de los políticos por mantenerse en el cargo.
La preferencia entre patrimonio y personas.
El intento de conseguir el éxito aunque sea haciendo pública tu desgracia.
La integridad personal por encima del todo.
El dinero todo lo compra.
La falta de escrúpulos del empresario…
José Mota en parte juega con el equívoco, ¿vemos al comediante o al personaje?, parodiándose a sí mismo en algunos momentos. De la Iglesia lo inmoviliza. En sus programas es continua acción, aquí se encuentra clavado al suelo.
Salma Hayek está estupenda y representa la razón y el sentido común en medio de ese inmenso guirigay.
Álex de la Iglesiaha sabido dar un sello personal a sus producciones, es un autor. Ésta es una de sus pelis más redondas.
Acudí al cine para ver esta peli y admirar la interpretación de la gran Meryl Streep, como el resto de los espectadores (supongo).
Interpretar a un personaje tan nefasto como Margaret Thatcher es una tarea muy, pero que muy difícil. Humanizar y hacer atractivo a una lideresa que representó la peor cara del neoliberalismo económico (¿hay una cara buena?) es una tarea que solo se puede encomendar a una gran maestra de la interpretación.
La Streep nunca me había caído bien. Siempre interpretando con suma perfección cada uno de sus papeles. Decía que era la actriz que mejor lloraba. Tanto virtuosismo en el drama me molestaba. Pero hace un par de años la vi en Mamma mía! (de la misma directora que esta peli que comento) y me enamoró. Cantaba, bailaba, hacía reír, emocionaba. Me rendí ante ella. Desde entonces soy devoto admirador.
En la Dama de Hierro el personaje/interpretación se comen a la película. El recurso de la anciana que recuerda momentos de su vida política funciona solo al principio de la peli para luego incordiar.
La Tatcher/Streep se pasa la peli dando discursos grandilocuentes sobre su doctrina política como en posesión de la verdad absoluta, lo cual molesta bastante. El episodio de la Guerra de las Maldinas es, tal vez, de lo más interesante.
Se echa de menos más detalles de su vida personal y se obvia casi totalmente su amistad con Reagan y Pinochet.
La peli sería insufrible sino contara con la gran Meryl que consigue humanizar el personaje y abstraernos que sea una actuación, porque en la pantalla aparece de verdad la Thatcher.
Había oído críticas elogiosas de esta peli y también leído alguna no tan favorable. Para mí ha sido la gran sorpresa del año.
Criadas y señoras describe con una maestría ejemplar ese universo femenino tan rico y vigoroso.
La vida de esas señoras sureñas sustentada en principios éticos y morales repugnantes en las que la impostura y la falsedad lo es todo.
Y por otro lado las criadas negras que no conocen otra vida y otro futuro que servir a esas desgraciadas blancas.
El director (Tate Taylor) toma partido como lo tomaría cualquier persona con un poco de conocimiento.
La atmósfera asfixiante de Jackson (Misisipi) está magníficamente retratada con esa violencia subyacente que todo lo engloba. Es paradógico que el país paraíso de las libertades haya mantenido la segregación hasta hace menos de 50 años.
Hay momentos de humor y momentos de sentimentalismo que te hacen saltar las lágrimas.
Visualmente la película es muy atractiva con colores vivos, con una fotografía nítida y una cámara que se coloca para no molestar la narración.
Las interpretaciones están llenas de matices y todas las actrices están perfectas.
Destaco a Bryce Dallas Howard que hace de mala-malísima y está inconmensurable.
La siempre estupenda Sissy Spacek de abuela despistada.