Si algo hemos aprendido a lo largo de todos los episodios de The Wire es que nadie es bueno o malo íntegramente.
Esta quinta temporada está dedicada a la Mentira.
Porque esta cualidad está instalada en la ciudad de Baltimore como paradigma de la sociedad norteamericana.
Cuando se habla de verdad y mentira no se puede olvidar a la prensa.
David Simon nos enseña como es la redacción de un periódico y nos enfrenta dos tipos de periodismo.
Uno en el que se defiende ese viejo dicho de: “no dejes que la verdad estropee una buena noticia“.
Y otro basado en la rigurosidad del relato, en la comprobación de los hechos.
El objetivo es vender periódicos. ¿Está justificado todo para obtener este fin?
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Esta misma pregunta nos la podemos hacer cuando los detectives James ‘Jimmy’ McNulty y Lester Freamon deciden inventarse un asesino en serie para conseguir fondos para detener a Marlo “Black” Stanfield el asesino de las Casas Vacías.
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Mientras la vida y la muerte se sucede en las esquinas de la ciudad.
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Omar Little continua su peculiar cruzada contra los narcos.
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Bubbles lucha por rehabilitarse y olvidar su pasado.
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El Alcalde Carcetti deja atrás sus sueños de honradez. Todo vale para llegar a Gobernador del Estado.
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El Senador Clayton Davis, paradogma del político corrupto, sale indemne de las acusaciones echando mano de todo el asqueroso populismo que se pueda imaginar.
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Podríamos hablar también de los trapicheos de jueces y abogados, en un todo vale para prosperar.
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La vida continua en Baltimore, en los USA y posiblemente en el mundo impregnada de mentira.
Sigo con Elena, en el salón de mi casa, esta serie.
Conforme avanza se va convirtiendo en diseccionadora de la realidad norteamericana.
En esta temporada nos muestra nuevos escenarios y los ya conocidos.
Las calles de Baltimore siguen siendo protagonistas con sus “esquinas” donde se vende y compra la droga y donde la vida no vale nada.
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A la policía se le acumulan los cadáveres en las calles de la ciudad y en las casas abandonadas con muy escasos resultados prácticos.
La Brigada de crímenes especiales se disuelve y cada uno de sus componentes ocupa puestos diferentes.
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El detective James ‘Jimmy’ McNulty parece que encuentra la armonía en su vida patrullando por las calles y con su pareja (la maravillosa oficial Beatrice ‘Beadie’ Russell interpretada por Amy Ryan).
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En esta temporada ocupan un lugar importante las escuelas de la ciudad y la experiencia de inserción que realiza el expolicía Ervin H. Burrell.
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Un personaje que cobra protagonismo es el indigente Reginald ‘Bubbles’ Cousins.
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El otro gran escenario es el de la política municipal con el Concejal Thomas ‘Tommy’ Carcetti, interpretado por Aidan Gillen (Meñique en Juego de tronos).
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Estos escenarios que se nos presentan componen un fresco realista y macabro de la sociedad norteamericana.
La dura realidad alejada de la gente guapa y de los barrios residenciales de Mujeres Desesperadas o del glamour neoyorkino de Sexo en Nueva York.
Para que una peli funcione lo ideal es contar con un buen guión, unos buenos actores y una buena dirección.
A veces, con todo eso unido puede salir un bodrio. Y lo contrario.
En esto del cine, y del arte en general, no hay fórmulas predeterminadas infalibles.
En El puente de los espías han metido mano en el guión los hermanos Coen y se nota.
La ha dirigido con maestría Spielberg.
La protagonizado el solvente Tom Hanks.
Y el resultado es magnífico.
El puente de los espías tiene ese aire a cine clásico de calidad, con el toque autoral de Spielberg.
Este director ha ido dejando atrás el cine de entretenimiento, que tanto buenos momentos nos ha dado, para cobrar un carácter más personal, más propio.
El abogado de éxito James B. Donovan deja su confortable vida de litigador de seguros para resolver un embolado de padre y muy señor mío.
Es un hombre justo, responsable, que cree en lo que hace. Es el Atticus Finch de los espías.
Lleno de confianza porque sabe que le ampara la razón y la justicia.
La trama comienza como una peli de juicios para transformarse en una peli de espías.
¿Porqué el Señor Donovan se convierte en un gran negociador? Porque detrás de sus argumentos hay un fondo moral una carga de justicia incontestable.
Dentro de la trama hay muchos aspectos notables.
El retrato de ese momento histórico de la creación del Muro de Berlín.
El adiestramiento de esos pilotos norteamericanos para ejercer como espías y las exigencias más allá de lo moral.
Resulta grotesco el trato que recibe el abogado Donoban en Berlín, tanto por parte de los agentes de la CIA como de los soviéticos. Con ese ejercicio de humillación de la persona, posiblemente para hacerlo más vulnerable.
Encomiable la entereza y la dignidad que mantiene el personaje de Tom Hanks en todo momento.
Spielberg no puede evitar adornar la historia con toques de sensiblería que a mí me resultan molestos, pero, lo cierto es que no se excede, sabe controlar esos malos impulsos.
El puente de los espías es una gran peli, posiblemente una de las mejores de este año.
Siempre se ha afirmado que es la peor de la trilogía, pero yo la defiendo.
Obtuvo la que menos recaudación, pero no fue un fracaso en taquilla.
Zemeckis quería hacer un western y lo insertó en esta trilogía.
Respetando el esquema clásico de las pelis del Oeste y las reglas de las dos primeras pelis de la trilogía.
El malo sigue siendo Biff Tannen, aquí en 1885 es llamado Buford ‘Perro rabioso’ Tannen.
Le vuelve a caer un carro de estiércol y además una escupidera.
Pero a mí hay una cuestión que me encanta: la historia de amor.
El científico racionalista (Dr. Emmett Brown) que se enamora de la maestra (una maravillosa Clara Clayton).
Parece una cuestión imposible, no por la diferencia de edad sino por la diferencia temporal, pero al final el amor sale triunfador.
Un magnífico colofón a esta gran trilogía que me ha dado muchos buenos momentos de diversión.
Curiosidades:
Hasta que llegó su hora:
Hay una escena es la que se homenajea a la película “Hasta que llegó su hora” (Once upon a time in the west), de Sergio Leone.
Cuando Marty llega al pueblo siguiendo la vía del tren, la cámara se eleva y aparece el pueblo de Hill Valley de forma inesperada.
En la película de Leone es Claudia Cardinale la que llega a la estación.
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Por un Puñado de Dólares:
Marty ve una película de vaqueros, que le servirá para el duelo contra Biff.
Usará la placa de metal de la estufa para evitar las balas.
La película en la que se basó es “Por un Puñado de Dólares” con Clint Eastwood.
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Michael Jackson:
Cuando la banda de Bufford Tannen obliga a Marty a “bailar”, éste se marca unos pasos al más puro estilo “moonwalk”, uno de los más representativos de Michael Jackson.
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Las maquetas:
Hay dos escenas muy parecidas en la primera y tercera parte respectivamente.
En 1885, Doc enseña a Marty su plan para regresar al futuro usando una maqueta, llega Clara, tapan la máquina, ella entra con el telescopio y por último le pregunta a Doc si van a ir a la fiesta.
En la primera parte Doc le dice a Marty su plan para enviarle al futuro con otra maqueta, tapan el DeLorean, entra Lorraine y le pregunta a Marty si la invita al Baile de la escuela.
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Marty siempre se despierta en casa de un familiar:
Tanto en la primera, la segunda y la tercera parte, aparecen unas escenas muy peculiares que se producen cuando Marty acaba en casa de un familiar y éste se levanta desconcertado diciendo “tu eres….”.
La primera peli deClint Eastwood:
Cuando Marty está vestido de vaquero y dice “Clint Eastwood no iría vestido así”, lo dice al lado de un cartel de la primera película que rodó Clint Eastwood.
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Dean Cundey, director de fotografía de la trilogía:
El fotógrafo que en 1885 hace la foto a Doc y a Marty junto al reloj es el mismo Dean Cundey, director de fotografía de la trilogía.
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Las torres de luz al fondo:
Cuando Marty McFly aparece con el coche en el pasado y le persiguen los indios, se ven claramente en el fondo del plano las grandes torres de conducción de luz.
Michael J. Fox a punto de morir ahorcado:
Michael J. Fox estuvo a punto de morir ahorcado en la escena del linchamiento cuando el sistema de seguridad se rompió y no pudo avisar porque todos pensaban que estaba interpretando la escena.
En la película quedó muy realista.
Michael J. Fox se le olvidó como se montaba en monopatín:
Tanto la tercera parte como la segunda, se rodaron 5 años después que la primera. Durante este tiempo a Michael J. Fox se le olvidó como se montaba en monopatín.
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Banda musical ZZ Top:
La banda de música en 1885 es ZZ Top que realiza un cameo, los cuales escribieron algunas de las músicas para la película.
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Homenaje a Bob Gale:
El editor del periódico de Hill Valley en 1885 es “M.R. Gale”, un homenaje al guionista de la trilogía Bob Gale.
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El tatarabuelo Seamus:
Michael J. Fox interpreta, además de a Marty McFly, a su tatarabuelo Seamus.
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Frío en Monument Valley:
Pese a que la película está ambientada en una época calurosa, el clima durante el rodaje en Monument Valley fue gélido.
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Clara Clayton ya había viajado en el tiempo:
La actriz que interpreta a Clara Clayton, Mary Steenburgen, ya había viajado a otras dimensiones temporales junto a su marido en la vida real Malcolm McDowell en “Los pasajeros del tiempo” (1979).
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D.W. Griffith:
Cuando Marty hace una referencia casual a las películas, nadie le presta la más mínima atención (el cine no se había inventado aún), pero un niño curioso le pregunta qué es una película.
Antes de que Marty pueda responderle, un hombre toma del brazo al chaval y le aparta diciéndole:
– “Venga, D.W., lárgate”.
A lo que uno de los hombres que ha observado la escena comenta:
– “Ese pequeño de los Griffith siempre anda escapándose”.
D.W. Griffith (1875-1948) fue el primer gran director de cine de la historia.
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Dos partes juntas:
Tanto la segunda como la tercera parte de esta trilogía se rodaron consecutivamente, sin apenas tiempo para la postproducción.
Homenaje al western:
Como homenaje a los antiguos Westerns, Zemeckis (director) hizo sentar en una de las mesas del salón a tres veteranos actores ya retirados: Harry Carey Jr., Dub Taylor y Pat Buttram.
El camarero que les servía también fue famoso en su época: Matt Clark.
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El primer beso de Christopher Lloyd:
Aunque parezca difícil de creer, esta tercera parte le dio a Christopher Lloyd (Dr. Emmett Brown), un actor con una larga experiencia en cine y televisión a sus espaldas, su primera oportunidad de dar un beso en la pantalla.
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Rodaje en Sonora:
Ante la imposibilidad de contar con suficiente espacio para el rodaje dentro de los estudios Universal, se decidió levantar todo un poblado en Sonora, a 600 km del norte de Los Ángeles.
Allí se habían rodado los exteriores de westerns míticos:
El virginiano (1929), Camino de Santa Fe (1940), Duelo al sol (1946) y Solo ante el peligro (1952).
También sirvió como decorado para series como Lassie, Bonanza y La casa de la pradera.
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Barranco Eastwood:
Cuando Marty Mcfly consigue regresar por fin a su 1985 gracias a la propulsión del tren pasa por delante de un cartel que indica el nombre del barranco, este barranco debería haberse llamado barranco Clayton en honor a Clara Clayton, la novia de Doc Emmet Brown, que según la historia debería haberse despeñado por él con la carreta desbocada.
Esta historia cambió cuando Doc la salvó, ahora el barranco se llama Barranco Eastwood, que era el nombre que se puso Marty en el oeste (Clint Eastwood).
Mucho vestuario:
Fue necesario diseñar vestuario para 500 extras.
Todos los trajes fueron envejecidos con polvo rojizo para que ganasen autenticidad.
Sierra Railroad:
Para las escenas del tren se utilizó una locomotora de la época, el legendario Sierra Railroad construido en 1897.
El mismo famoso tren que espera Gary Cooper en Solo ante el peligro.
Este tren está expuesto en Universal Studios Florida.
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Monument Valley:
Para la incursión de Marty en el Lejano Oeste, Zemeckis (director) optó por usar los majestuosos paisajes de Monument Valley, que el cine ha popularizado y asociado para siempre a las películas de John Ford.
Repasando su filmografía encuentro pelis muy valiosas.
Lo primero que llama la atención desde el principio es el tono serio, dramático, solemne de la narración.
Lo segundo que viendo el tráiler ya has visto la peli.
Los 121 minutos se pueden resumir en dos.
Ballenero guapo y fuerte (no olvides que es Thor). Capitán malo. Cachalote gigante hunde el barco. Las pasan putas en los botes, hasta que son rescatados.
Me han sobrado 60 segundos.
Me olvidaba: en las balsas a la deriva hay canibalismo.
Todo esto adornado con una estupenda fotografía, unos efectos visuales impresionantes y Chris Hemsworth luciendo palmito.
Me molesta cuando se pretende dar un tono dramático a alguna escena con un uso torticero de la música y no consigue más que algún bostezo.
En el corazón del mar es una tomadura de pelo que, con una música manipuladora, unos efectos especiales apabullantes y una cara bonita en un cuerpo cañón, pretende colar un producto simplón y manido.
Moby Dick de John Huston, con Gregory Peck, ¡eso si que era una buena peli!
Como comedia hace poca gracia y carece de momentos realmente hilarantes.
La mofa que hace de la familia, sobre todo de los cuñados, me resulta divertida por lo cercana. Siempre he pensado que si hay algo peor que una suegra es una cuñada.
La Navidad es esa época del año en la que te juntas con la familia de manera obligada y en la que renacen los peores sentimientos hacia tus parientes, sobre todo los políticos.
Yo me declaro ferviente defensor de las Fiestas Navideñas.
Me gusta comer en exceso.
Me gusta dar y recibir regalos que no necesitas.
Me gusta juntarme con la familia.
Me gusta salir por las calles iluminadas despilfarrando electricidad.
Me gusta oír año tras año los mismos villancicos.
Me gusta visitar los belenes, que ya he visto durante 40 años.
Incluso me gustan las discusiones en la cena o comida de Pascua que dan color y alegría a estos días.
Y también me gustan las pelis que se ríen de todo esto.
Mezclar el humor y la Navidad con el terror es una buena idea.
Si lo pensamos bien no hay nada que dé más miedo que una cena con turrones de postre.
La tarde de Nochebuena es cuando más heridas en las manos se producen, al cortar jamón.
Cuando más atragantamientos se producen y cuando más cuñados, conocedores de la Maniobra de Heimlich, dicen que no prestaron mucha atención cuando explicaban eso en el curso de RCP de la empresa.
En Krampus, además del terror habitual navideño, se presentan unos monstruos horrorosos.
Ni en un solo momento me dio miedo.
Más bien observaba con displicencia la sucesión de hechos terribles que iban ocurriendo.
En realidad, como la familia en cuestión me caía tan mal casi me alegraba de la llegada de los seres horripilantes.
Os puedo asegurar que esta película se borrará pronto de mis recuerdos, a diferencia de todas las navidades de mi vida.
El desarrollo de la trama tiene varios escenarios.
Las calles de Baltimore con los personajes ya conocidos, Avon Barksdale y Russell ‘Stringer’ Bell, y otros que van ocupando más protagonismo como el malvado Marlo Stanfield.
Ocupa un lugar destacado el ladrón de narcotraficantes Omar Little. Un personaje que venero.
Por otro lado la Brigada de homicidios de la ciudad y la Unidad de Crímenes especiales donde se realizan las escuchas.
Pero en esta temporada irrumpe con fuerza la cúspide de la policía de Baltimore y el Comandante Howard ‘Bunny’ Colvin con su experiencia de apartar de las esquinas habitadas el tráfico de drogas.
Otro nuevo escenario es el de los políticos con su alcalde corrupto y el concejal Thomas ‘Tommy’ Carcetti, interpretado por Aidan Gillen, el maquiavélico Meñique de Juego de tronos.
El Detective James ‘Jimmy’ McNulty sigue operando por libre y sumergiéndose en una espiral autodestructiva de alcohol y desobediencia, aunque al final parece encontrar el camino.
Los personajes ya conocidos se entremezclan entre los nuevos, todos bien definidos y bien dibujados, exigiendo un esfuerzo al espectador que si lo realiza no se va haber defraudado.
Porque el resultado es muy brillante.
Hay realismo y verdad en cada episodio y en cada secuencia.
Pero además hay emoción y una trama que te engancha, que te impide dejar de verla y te exige más y más atención, y la prestas porque lo que da a cambio es muy grande.
Esa impresión de que no te están engañando, que te están contando la verdad te emociona y te entristece.
En The Wire hay intriga, crimen, corrupción todo sabiamente dosificado para que sientas que estás delante de una de las grandes series de la historia de la televisión.
Observo cine de entretenimiento, pero encuentro que todas tienen su sello personal.
Me apetece revisitarlo.
Lejos de ser obras impersonales, Colomo les imprime su manera de contar desenfadada, les da un marchamo de autor.
Incluso con las series de televisión, recuerdo con simpatía Chicas de hoy en día.
Isla bonita es una peli dirigida, protagonizada y producida por Fernando Colomo.
Es una peli hecha con cuatro duros y se nota.
Pero eso necesariamente no es malo.
Hay cierto aire de espontaneidad, de frescura muy vitalizante.
Fernando Colomo dibuja personajes de diferentes edades. Todos, en cierto modo en crisis, despistados por la vida, sin tener demasiado claro lo que quiere cada uno. Necesitados de amor y de cariño.
En un ambiente idílico con una isla de Menorca que se nos pinta paradisíaca y reposada, un remanso de tranquilidad (poc a poc).
Colomo ejerce de Woody Allen y reflexiona sobre la creación artística, sobre el amor, la soledad, la amistad y la vida en definitiva.
Cuando conversa con Nuria se enfrentan dos posturas, dos maneras de ver la financiación del arte.
Ella, escultora, que trabaja por encargo y defiende la libertad artística.
Él, dedicado a hacer anuncios de televisión, que parece que se vende por dinero a las marcas.
Los dos crean arte para ganarse la vida, pero parece que Nuria posea una superioridad moral.
Interesante debate.
La peli se desarrolla con soltura con buen humor y simpatía.
Tal vez se abuse de los diálogos que llenan todo el metraje.
Todos los actores están estupendos con una naturalidad pasmosa.
La jovencita Olivia Delcán se muestra maravillosa y expontánea. Tiernamente desinhibida.
Fernando Colomo demuestra ser un buen actor.
Usa de pedazos de sus antiguas pelis para componer el pasado que relata a Olivia.
Impagable la cara de felicidad que pone al verse rodeado de un equipo técnico numeroso y sentarse en la silla del director.
Una peli sencilla, simpática, agradable.
Delante de mí se sentaron unas señoras muy arregladas, una es paciente mía.
Cuando salió Olivia Delcán, al principio de la peli, en pelota picada, no pudieron contener una expresión de asombro.
Al terminar una de ellas comentó: “es como muy teatro“.
Tal vez se refería a la abundancia de diálogos.
Se despidieron de mí muy amablemente.
Detrás de mí un señor hizo un comentario claramente homófobo cuando se descubre en la peli la relación entre los dos novios de Olivia: “son maricones“.
Se trata de una peli de episodios, de historia (algunas cruzadas) que tienen como vínculo el amor.
Secuela de Barcelona, nit d’estiu de 2013, que no he tenido la suerte de ver.
Parece que el director repite la fórmula que le dio buen resultado.
Reyes magos:
Un Rey mago que busca el amor de su juventud.
Fuego amigo:
Dos muchachos que se ven sorprendidos por el ofrecimiento de una repartidora para hacer un trío.
Carles y Laura:
Un joven matrimonio con una niña lactante que se enfadan.
Fuckers:
Un adicto al amor a primera vista que se quiere deshabituar siguiendo los consejos de un amigo tontoelculo.
Anys Rebels:
Una familia que se reúne la noche de reyes para cenar y la abuela cuenta su relación con la Tita Júlia…
Au revoir:
Una nieta que quiere conocer a su abuelo desconocedor de su descendencia.
Hay mucho sentido del humor, planteamientos originales que invitan a la reflexión.
Pero al final la peli se vuelve excesivamente sentimental, buscando la lágrima fácil del espectador sensiblero, como yo.
Dentro de un reparto coral destacar a la magnífica Asunción Balaguer, a la encantadora Vicky Luengo, a la siempre convincente Yolanda Ramos, a mi admirada Tina Sáinz y a una resuelta Aina Clotet.
Mi amigo Jesús Hernando me recomienda ver esta peli y que haga crítica.
Le estoy infinitamente agradecido previamente, pero además me regala la peli en DVD por lo que mi gratitud se ve ampliada más, si es posible.
Lourdes habla sobre esta localidad de peregrinaje y sobre un milagro que ahí acontece.
Está contada desde la lejanía de un observador imparcial que mira la realidad a través de una mirilla.
La cámara nos ofrece planos generales y muy escasos primeros planos.
Las conversaciones son escudriñadas más que oídas.
Trata de contar la historia con imparcialidad sin prejuicios.
Esta peli claramente no complacerá ni a católicos, ni a ateos.
A los primeros porque el milagro está alejado del resplandor divino y a los segundos porque no hay sarcasmo, ni ironía y sí hay milagro.
Hace unos años recorrimos todo el Pirineo Aragonés.
Hicimos una excursión a Lourdes, sobre todo porque mi padre me había hablado mucho de esta localidad, ya que estuvo refugiado ahí durante unos meses en la Guerra Civil.
Me pareció un sitio insólito.
Había decenas de comercios todo a cien, donde podías llenar cestitas de objetos religiosos de baratillo.
Delante de la Basílica vimos la mayor concentración de sillas de ruedas que uno puede suponer.
Quedé impresionado. Era algo imposible de imaginar.
Siempre que hablo de Lourdes recuerdo una anécdota de mi amigo Javier.
Cuenta que se olvidó unas gafas de sol en una capilla y cuando llegó un rato más tarde las encontró. Pensó que era un milagro.
Volviendo a la peli.
Mis experiencias se ven retratadas magníficamente en la peli.
Se observa también la competencia entre los enfermos para conseguir la curación. La importancia de colocarse en una buena posición para recibir la bendición o de que le imponga las manos el sacerdote.
Entre los peregrinos se vislumbra además la envidia y el resquemor de no verse “premiado” con el milagro.
Demoledoras las explicaciones del sacerdote sobre la existencia de la enfermedad y el sufrimiento.
Llama la atención la indiferencia de los cuidadores ante el mal ajeno.
El ambiente parece irrespirable.
Es una peli triste, sincera, instructiva, perturbadora, fría, imprevisible…
Hotel Transilvania 2 es una peli muy divertida, con muchos momentos hilarantes que entretiene y divierte en todo momento.
Las bromas sobre estos monstruos son continuas y apelan a un público infantil, pero también al adulto capaz de ver segundas lecturas.
El grupo formado por Drácula, Frank “Frankenstein”, Wayne el hombre lobo, Griffin el hombre invisible, Murray la momia y la gominola gigante (muda, pero muy expresiva) es muy divertido, simpático y entrañable.
Representan a los inadaptados que circulamos por el mundo, entre los que también se encuentra cómodo Jonathan que prefiere el ambiente del Hotel Transilvania a su California natal.
Porque ese Hotel es un espacio de tolerancia y de aceptación espontánea del diferente.
Ya sé que no nos parecemos en nada, pero me veía identificado en ese abuelo que desea que su nieto se asemeje a él.
Mi hija es más guapa que Mavis, pero también les encuentro cierto parecido.
El pequeño Dennis es casi tan simpático como mi Luca.
Ya veis que esta peli ha sabido llegar a mi corazoncito de niño (abuelo).
Me olvidaba mencionar a Winnie, la Niña Loba. Ojalá ni nieto consiga una novia así de rica.
Y observo como mis calificaciones han ido empeorando progresivamente.
Del entusiasmo que me despertó la primera a la decepción de la tercera entrega.
Pues esta cuarta ha seguido la tónica esperada.
Los 137 minutos que dura se hacen interminables.
No hay originalidad, ni emoción, ni nada que pueda despertarme de la siesta que debería haber dormido en lugar de ver este bodrio.
Jennifer Lawrence sigue siendo la protagonista absoluta.
Sigue ejerciendo de sufridora con un debate ético sobre la guerra y las necesidades que se plantean.
Cuando se meten en las alcantarillas del Capitolio aparecen unos humanoides, al estilo zombi, pegajosos y feacos que dan ganas de gritar: “¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Me aburro!!!!!!!!!”.
Ya parecen imprescindibles estos personajes en estas pelis juveniles.
Me resulta insoportable Peeta Mellark. Ya sé que no está bien desearle mal a nadie, pero es que me cae tan gordo.
Ni siquiera los escenarios y los efectos especiales me han gustado. Todo parece muy artificioso.
El final es absolutamente delecnable, emético…
Pero lo que más le reprocho es que sea un coñazo, muy coñazo.
Triste colofón a una saga que empezó bien y termina fatal.