Qué bello es vivir de Frank Capra es la película navideña por excelencia del siglo XX.
¿Love Actually podría ser el equivalente del siglo XXI?
Vemos Marta, Rubén y un servidor esta peli la noche del día de Navidad, en el salón de casa de mi madre.
Reconozco mi veneración por esta peli. Me resulta entrañable y divertida.
Las historias más o menos cruzadas con el tema central del amor y con el paisaje de la Navidad.
Es una producción británica plagada de grandes actores del Reino Unido: Hugh Grant, Liam Neeson, Colin Firth, Laura Linney, Emma Thompson, Alan Rickman, Keira Knightley, Bill Nighy…
Hay un aspecto que me agrada especialmente: la reivindicación de lo británico en contraposición a lo norteamericano.
Billy Bob Thornton, actor de Arkansas, representa a un presidente USA arrogante que además se intenta liar con la novia del presidente británico.
Me encanta el humor british, elegante, con fina ironía, sin aspavientos, sin esperpentos, que impregna todo el metraje.
La peli es un pastelón. Todo muy dulce, muy almibarado.
Pero a mí me gusta, me enternece, me conmueve y además me la creo.
Sería un buen propósito verla todas las navidades.
Comparto totalmente los gustos de Hugh Grant. Refiero mil veces a la rotunda Martine McCutcheon, que a la flacucha Keira Knightley.
Focus es una mezcla de thriller, comedia romántica y peli de timos, con protagonista con tirón comercial (Will Smith) y chica supermaciza.
Es el típico producto de consumo hollywoodiense absolutamente de diseño, preparado para engatusar a un público poco exigente.
Con una trama entre delirante, absurda y traidora, funciona en algunas escenas.
Detrás de las continuas y forzadas vueltas de guión no hay más que artificio, sin la más mínima intención de profundizar y de crear una estructura sólida.
Ni siquiera la impresionante Margot Robbie consiguió distraerme. En ella hay algo también falso, retocado, siliconado que me empacha cuando la estoy viendo durante 104 minutos.
El final es de traca. El colmo de las insensateces.
La típica basura con la que el Hollywood actual nos bombardea semana sí y semana también. Cine escoria, mucho peor que las palomitas que nos comemos en la sala.
Es mucho más divertido pensar en la peli que verla.
Hay unos griegos musculosos con el torso al aire y los muslos al viento, van muy arregladicos con su barba y su depilación corporal láser. Un estilo muy metrosexual.
Pero para pectorales y tableta de chocolate los espartanos. ¡Qué hombretones! Su reina es Lena Headey la actriz de Juego de tronos pero aquí no es tan malévola.
Los malos van tapadicos y sangran una barbaridad, son más flojos. Tienen un rey que es una especie de Drag queen, la reina de los complementos (mucha bisutería).
Por lo dicho parece todo muy gay… Pues sí, la verdad.
La mala (que en realidad es la mejor) ha tenido una infancia más que infeliz, catastrófica, pero está muy buena.
Están todo el rato matándose y salpica hemoglobina por todas partes y lo van dejando todo perdido.
Hay una escena estupenda. Temístocles y Artemisa (la mala buenorra) se entrevistan. Se lían y hacen un coitobarrapelea memorable.
Todo esto contado con una grandilocuencia que parece que sube el pan dos duros. Todo lleno de momentos tan intensos como tediosos.
La frase de Artemisa a Temístocles: “peleas mejor que follas“.
Si es que ya lo digo yo: tanto esteroide produce atrofia genital.
Veo esta tvmovie de 154 minutos de duración porque escucho un comentario elogioso en Días de Cine, el veterano programa de la Dos de TVE, que me lleva acompañando gran parte de mi vida.
Philip Kaufman nos relata la tormentosa relación entre Ernesto y Marta (Hemingway y Gellhorn).
Todo el mundo conoce a Hemingway que es presentado como un hombre excesivo, iracundo, contradictorio…
Tal vez es menos conocida Martha Gellhorn, corresponsal de guerra desde la Guerra Civil Española una pionera en su profesión que supo dar una perspectiva especial a sus crónicas.
Más importante que la historia de amores y desencuentros entre estos dos torrentes de inteligencia y creatividad es el fondo histórico donde suceden.
Se utiliza abundante material de archivo y en él se insertan los personajes con bastante verosimilitud.
El pasaje más largo, más interesante y menos creíble es el de la contienda española con la presencia de Robert Capa, John Dos Passos y otros personajes que parecen metidos con calzador.
Los dos protagonistas, Nicole Kidman y Clive Owen, están estupendos con interpretaciones muy creíbles y atractivas.
Destacar como la Kidman ha sabido encontrar una nueva vida cinematográfica con papeles adecuados a su edad y con registros de lo más interesante. Véase Stoker o El chico del periódico.
La pena es que todo está lastrado por ese concepto de telefilm con aire de culebrón que pretende abarcar más de lo que puede a pesar de sus más de dos horas y media de duración.
Retratar a un santo siempre es difícil y tratar el personaje como persona especialmente. Roland Joffé que es director, productor y guionista consigue salir airoso de este reto pero es lo único que hace bien.
Charlie Cox hace bien su papel y es el único actor que está convincente. El resto de los personajes y situaciones son caricaturescos dan risa o vergüenza ajena.
A pesar de que Joffé se ha rodeado de magníficos técnicos la peli no llega más que a telefilm de segunda.
Roland hace muchos años que rodó La Misión, hace 25. Hizo su gran película. Años después en 1995 perpetró la Letra Escarlata una de las peores películas que recuerdo. Pero ésta no le anda a la zaga.
Comedia estrenada en España en Agosto de 2010 cuyo total protagonista es Jim Carrey. Era harto improbable que pudiera ver esta peli con Elena. Ella detesta a este actor, pero un compañero suyo se la recomendó y sin dejar de estar aún sorprendido la vimos.
Cuenta la historia de Steven Jay Russell un timador impenitente, defraudador profesional y amante de la buena vida (quiero decir cara). Al parecer este personaje es real y lo que cuenta la peli verídico, aunque resulte difícilmente creíble.
El título viene a cuento del amorío que este personaje mantiene en la cárcel.
El conjunto de la peli resulta divertido. Pero la historia está contada como con prisas con ganas de apabullar al espectador como muchas cosas sorprendentes.
No me gusta el tono excesivamente mariposón de los personajes en algunas escenas.
Ewan McGregor está fenomenal en su papel y resulta insólito verle de lila total.
Jim Carrey ocupa la mayor parte de metraje, y aunque está más comedido que en otras interpretaciones hipergesticulantes, resulta insoportable. Es lo peor de la peli. Si el actor hubiera sido otro, George Clooney por ejemplo, hubiera sido una peli sensacional. Esta crónica se podría titular: “Como estropear una buena peli con un mal actor“.