Black Mirror está formada por episodios independientes y autoconclusivos (con diferentes tramas y reparto).
Se nos presenta un mundo distópico.
¿Por qué me atraerán tanto las distopías?
Los humanos viven aislados con distracciones virtuales.
Son productores de energía pedaleando gran parte de su vida.
Lo que producen se acumula en forma de méritos y lo que gastan, por pequeño que sea el consumo (pasta de dientes incluida), se saca de ese fondo.
El enamoramiento hace que Bing se los regale a la guapa Abi para que intervenga en un concurso de talentos, la única manera de salir de esa monotonía existencial.
No cuento más, pero el final es descorazonador.
El conjunto del relato es bastante desagradable.
Una crítica sobre una sociedad superficial, individualista y en la que la tele es un generador de alienación personal y social.
Todos los episodios de Black Mirror ordenados alfabéticamente:
Relata esta historia desde el punto de vista de sus dos protagonistas, con una visión íntima.
No hay discursos grandilocuentes ni grandes momentos dramáticos.
La visión es desde la sinceridad de una pareja interracial que no hace mal a nadie y que solo desea una vida sencilla en el campo de Virginia donde sus hijos se pueden criar en libertad.
La sobriedad del relato, con ausencia de música manipuladora o de ensañamiento sentimental, no le resta emoción y verdad.
Los dos protagonistas, Joel Edgerton y Ruth Negga están inconmensurables, desde la contención saben trasmitirnos sus sentimientos.
El siempre inquietante Michael Shannon parece el actor fetiche de Nichols, imprescindible en sus películas.
No deja de asombrarme que hace poco más de cincuenta años negros y blancos no pudieran contraer matrimonio en Virginia.
Soy de los que opinan que esté basado en hechos reales no suele aportar nada, pero me ha gustado ver las fotografías de la pareja real.
Lubitsch sabía dar a sus películas ese toque de elegancia que le caracterizaba.
Era capaz de dar ese aire, esa bruma a sus producciones que hacían verosímil lo más increíble.
Esa acérrima comunista se transforma, se humaniza, al ver caer de una silla al Conde Leon d’Algout.
La irrealidad de Lubitsch permite que la socialista se adapte rápidamente a una vida de lujo y champán que le regala el sistema capitalista.
Ninotchka se ve con agrado, con una sonrisa permanente en la boca.
La mejor propaganda anticomunista que nadie pudiera imaginar.
Me lo he pasado fenomenal volviéndola a ver.
La vez que más me ha gustado.
Es lo que tiene disfrutarla en pantalla grande.
Curiosidades:
¿La Garbo en una comedia?
Greta Garbo tenía sus dudas acerca de aparecer en una comedia.
Estuvo especialmente nerviosa cuando interpreta a su personaje bebida. Lo consideraba demasiado vulgar.
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Prohibida
La película fue prohibida en la Unión Soviética y sus estados satélites.
La Garbo ríe
El lema “¡Garbo ríe!” llegó antes de que el guión fuera escrito.
La peli fue construida alrededor de este eslogan.
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Peli favorita de Lubitsch
Ernst Lubitsch consideraba a esta peli como su favorita.
También era de su preferencia El Bazar de las sorpresas (1940) y Un ladrón en la alcoba (1932).
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Sin maquillaje
Greta Garbo no llevaba ningún tipo de maquillaje en sus escenas donde hace el papel de enviada soviética.
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Los guionistas
Son Charles Brackett, Walter Reisch y el gran Billy Wilder.
Lubitsch también hizo alguna contribución aunque no aparece acreditado.
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El estreno
Por primera vez en su vida La Garbo asistió al estreno de la peli, que tuvo lugar en Long Beach.
Greta según informaciones de la época, se puso en la fila para comprar la entrada un cuarto de hora antes del comienzo y nadie la reconoció.
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Otros León
Spencer Tracy fue una de los principales candidatos para el papel de León.
William Powell , Robert Montgomery y Cary Grant también se consideraron para el papel.
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Lugosi
Bela Lugosi aparece cerca del final de la película y sólo en una escena con Greta Garbo.
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En la tele
Se emitió por primera vez en los USA en televisión en 1956.
Se enamoraron varias veces
Greta Garbo y Melvyn Douglas han estado enamorados tres veces en la gran pantalla: en Como tú me deseas (1932), Ninotchka (1939) y La mujer de las dos caras (1941).
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Premios ninguno
‘Ninotchka‘ recibió cuatro nominaciones a los Oscar en 1939: Mejor película, Mejor actriz (Greta Garbo), Mejor Guión y Mejor Historia Original.
Frente a la colosal ‘Lo que el viento se llevó‘ que ganó nueve estatuillas ese año.
‘Ninotchka’ regresó con las manos vacías.
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Amenazas de la Divina
Se cuenta sobre la Divina Garbo que, cuando algo le desagradaba en el curso de un rodaje, lanzaba a los productores un amenazante “quiero volver a Suecia” que siempre surtía efecto y, en consecuencia, siempre acababa por obtener lo que quería.
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La Garbo no se casó
Legendario también fue el supuesto desplante de la Garbo al famoso actor y galán John Gilbert.
Dicen que, el día en que había de celebrarse la boda, la actriz se echó repentinamente atrás y dejó plantado al novio ante el altar.
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Del mudo al…
Pocas estrellas de Hollywood sobrevivieron a la traumática transición del cine mudo al sonoro.
Greta Garbo fue una de esas pocas al rodar el largometraje La reina Cristina de Suecia, que fue publicitado con el eslogan “la Garbo habla” (1930).
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Por favor, una comedia
Harta de sus papeles melodramáticos y torturados, fue ella quien exigió que le encontraran un papel adecuado en una comedia; el resultado fue Ninotchka, en 1939, donde parodiaba a una fría soviética del Komintern conquistada por los encantos de París.
El eslogan publicitario de la película se inspiró del utilizado para su primer film sonoro: “la Garbo ríe!”.
Sin embargo, la actriz detestaba su risa y mandó que fuera doblada por otra mujer.
Estar sola
Tras la tibia acogida de su película “La mujer de dos caras” (1941), por el público norteamericano, Greta Garbo decidió retirarse para siempre del cine.
Tenía entonces 36 años y 32 películas a sus espaldas.
Famosa fue su escueta frase explicativa de entonces: “Quiero estar sola“…
Más tarde precisó a un periodista:
– “Quise decir que me dejen en paz, lo que es diferente“.
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Pregunta sin respuesta
Su última entrevista con un periodista duró menos de dos segundos cuando éste la inició diciendo:
– “Yo me pregunto…”
– “¿Por qué preguntarse?” interrumpió la Garbo alejándose y dejándole con la palabra en la boca.
Oscar
Varias veces nominada como mejor actriz por la Academia, nunca obtuvo la preciada estatuilla hasta que, ya una vez retirada del cine e instalada en Nueva York, se le otorgó un Oscar honorífico en 1954 por el conjunto de su carrera cinematográfica.
Nunca acudió a recogerlo, aduciendo que no quería ver a nadie.
Había tantas críticas elogiosas que tenía miedo me decepcionara.
Hasta de la pluma de Boyero han salido palabras de admiración.
La peli comienza con un número musical rodado en un plano secuencia de un virtuosismo apabullante.
Continua con una historia de amor sin ñoñerías, ni cursiladas.
Y termina con una reflexión brillante sobre lo que podíamos haber hecho mejor, sobre lo que pudo haber sido y no fue.
La ciudad de las estrellas habla sobre las ilusiones y el esfuerzo por conseguirlas.
Del afán de alcanzar tu sueño y de lo que tienes que dejar atrás para lograrlo.
De una vida feliz que tal vez de otra manera lo hubiera sido más.
Todo ello en el universo del cine y de la música en la ciudad de las oportunidades y de los fracasos, en un Los Ángeles no idealizado, donde hay glamour y miserias.
Contiene también un homenaje al cine de siempre visto en salas.
Lo mejor de la peli es el aire clásico-nostálgico alegre y feliz.
Porque actualiza el musical clásico, transportándolo al momento actual, presentándolo moderno pero sin traicionar su espíritu esencial. Una combinación aparentemente imposible, pero que Damien Chazelle lo consigue a la perfección.
Los números musicales son infinitamente gratificantes, bonitos, hermosos, emotivos, divertidos.
Emma Stone demuestra lo magnífica actriz que es.
Y lo completa. Canta, baila e interpreta a la perfección, con una elegancia y un saber hacer y estar impresionantes.
Es sencillamente maravillosa.
Y cualquier elogio que se pronuncie hacia ella va a ser escaso, insuficiente.
Tenemos una historia muy rica, llena de personajes interesantes y atractivos.
El cine ocasionalmente se ocupa de ellos.
Una película dedicada a la figura de Don Miguel de Unamuno ya es de por sí un acierto.
Nos cuenta dos episodios en la vida de este intelectual.
Su exilio en Fuerteventura en 1913 durante la Dictadura de Primo de Rivera por un lado.
Por otro el incidente en la Universidad de Salamanca en 1936 con Millán-Astray y José María Pemán.
El famoso “Venceréis, pero no convenceréis“.
Los dos relatos son de máximo interés.
La visión en la Isla del Viento, del caciquismo y de la oposición al progreso de los reaccionarios están bien expresados en la película.
El episodio en el Paraninfo de la Universidad el “Día de la Raza” es magnífico y muy aleccionador. Yo lo conocía, lo había leído en varias ocasiones.
Resaltar que Doña Carmen Polo y el Obispo lo protegieron y evitaron un posible linchamiento.
Pero a pesar del interés del personaje y de las historias que se cuentan, la peli es aburrida, incluso tediosa.
Hay situaciones ridículas y chirriantes.
La dirección es como anticuada, como de serie española de la transición que se detiene en diálogos que se hacen interminables y resultan demasiado pomposos, perdiendo el interés.
En cualquier caso aplaudo la iniciativa de Manuel Menchón de mostrarnos episodios de nuestra historia que debemos tener presentes.
Esta vez sí que aciertan los del Cine Club Alcarreño ofreciéndonos este didáctico documental.
Esa famosa entrevista que duró 8 días en la que los dos cineastas conversaron, comieron, cenaron y posiblemente hasta durmieron juntos, cambió la percepción del Maestro del suspense.
Hitchcock había sido considerado un director “popular” de películas comerciales. Tuvieron que venir los críticos franceses para elevarlo a la categoría de autor.
Comentan la obra de Hitch directores tan afamados como David Fincher, Martin Scorsese, Wes Anderson, Richard Linklater, James Gray, Olivier Assayas, Kiyoshi Kurosawa, Peter Bogdanovich, Arnaud Desplechin o Paul Schrader.
Una magnífica lección de cine.
Aunque tampoco aporta mucho más que la lectura del libro “El cine según Hitchcock“.
Antes de comenzar la peli me las di de listo.
Comenté con mi amigo Daniel que el libro era una recopilación de entrevistas que Truffaut había realizado a lo largo de varios años en los que conversaba con Hitchcock. Era lo que pensaba.
Él, acertadamente, me lo negó.
Cuando comenzó la proyección la peli le dio la razón a mi compañero de butaca.
Se oyó en la sala una exclamación, más bien un ruido, de satisfacción.
“En ‘Silencio’ es difícil sentir ni frío ni calor ante una narración tediosa (…) todo es monotonía y tiempos muertos. Y el deseo de que acabe de una vez algo inútilmente dilatado.”
Scorsese no es uno de mis directores favoritos.
Es un director demasiado protagonista.
Cuando veo sus películas me da la sensación que se exhibe, que me está demostrando continuamente lo bien que lo hace, con esos movimientos de cámara, con los travelings imposibles, con el uso de la grúa…
Otro defecto es el uso pertinaz de la voz en off, que tanto detesto.
Aún así he seguido toda su filmografía que considero muy interesante.
Es uno de los mejores cineastas vivos.
A Martin siempre le interesó la religión. En 1988 rodó La última tentación de Cristo.
En Silencio nos cuenta la historia de dos misioneros que intentan evangelizar el Japón del siglo XVII, por un lado.
Y por otro todos los métodos que utiliza el poder nipón para doblegar su voluntad.
Es una historia de fe y de resistencia.
La fe que es puesta a prueba de la manera más dura.
Y la resistencia a ser colonizados primero por la religión y posiblemente después por la fuerza militar de las potencias occidentales de la época.
La narración es lenta, demasiado detallista, pero con un atractivo inmenso, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta.
Esta vez Scorsese se deja de florituras y realiza una narración más clásica, con una cámara invisible.
Las imágenes de ese Japón feudal son estremecedoras y embriagadoras, barro incluido.
El mensaje de la peli es tan interesante, que da mucho que pensar.
Estamos ante una obra maestra.
Una de las mejores películas de Scorsese.
Solo un consejo: no pongas voz en off, es innecesaria.
Estamos ante un impresionante ejercicio de strip-tease político.
500 horas grabadas durante 15 meses de seguimiento continuo de Podemos.
Ninguna otra formación se hubiera atrevido a una exploración interna tan extensa y profunda.
Fernando León de Aranoa retrata la realidad de este grupo político con la suficiente cercanía, pero con una imparcialidad irreprochable.
No esconde los momentos difíciles, ni las crisis internas.
Me llama la atención que los mayores problemas siguen siendo organizativos y no ideológicos.
Las ideas son claras, pero las estrategias y la logística son fuente inagotable de confrontación en esta formación que quiere encontrar un nuevo lugar en la política española.
Las reflexiones de Íñigo Errejón son de una inteligencia y de una claridad pasmosas. Un auténtico cerebrito.
La impresión general es que este grupo político está sembrado de reflexiones y de razonamiento.
Me gusta mucho este thriller, pensé al terminar la proyección.
Cuando llego a casa me sorprende ver críticas tan negativas.
Incluso mi admirado Javier Ocaña la pone a parir:
“Hay una buena cantidad de inverosimilitudes; también de casualidades forzadas, incluso de arbitrariedades. Pero ese no es el problema. (…) una grisácea fotocopia de fotocopia (…) con aspecto de compleja cuando solo es confusa.”
Un exitoso empresario mata a su amante en un hotel pirenaico.
Con esta premisa se va rebuscando en la verdad, o mejor dicho en las posibles verdades.
Cada personaje tiene su punto de vista y de ahí tenemos que descubrir la realidad.
El planteamiento me parece brillante y la trama avanza con energía.
Tal vez sea demasiado discursiva, apoderándose, en ocasiones, la palabra a la imagen.
Llama la atención lo buena actriz que es Bárbara Lennie, sobre todo si la comparas con el inadecuadamente expresivo Mario Casas.
Porque Bárbara sabe llenar de matices su interpretación haciendo grande su papel.
Mario en cambio…
Una sala con bastante público, que creo que salió más que satisfecho.
Hace unas semanas una paciente de muchos años a la que había visto ocasionalmente durante el embarazo vino a la consulta con su recién nacido que padecía Síndrome de Down.
Al ver al niño le dije que lo sentía y les deseé mucho ánimo.
Ella me lo agradeció. Me dijo que era la primera persona que se compadecía. El resto o hacían como si no pasara nada o hablaban de “bendición de Dios”.
La historia de Jan es un relato de superación.
Del salir adelante de una situación tan dolorosa como que tu hijo no va a ser normal, que siempre irá por detrás en un mundo cruel que lo señalará.
Aunque tú y los tuyos le den todo el amor…
Este documental en formato de retrato casero no deja de ser un testimonio de la realidad desde el punto de vista de unos padres que saben afrontar una situación tan especial.
A ratos muy enternecedor y emotivo, no he podido evitar llorar a moco tendido gran parte del metraje.
Como pero le encuentro la excesiva presencia del padre que ocupa demasiado protagonismo, porque la peli gana cuando es Jan el personaje principal.