Siempre se ha dicho que sin un buen guión no se puede hacer una buena película. Pues en Hanna el guión no es nada del otro jueves, es simplista y la sorpresa es poco sorprendente. Pero es una peli sensacional, entretenida y con grandes valores cinematográficos.
Resulta difícil especificar porque una peli te gusta y otras las aborreces y esta Hanna me ha entusiasmado.
Aunque la historia es conocida, el director, un acertado Joe Wright, nos la cuenta de manera atractiva. La cámara sigue a Hanna en sus andanzas y en sus emociones en paisajes muy diversos. Las escenas de acción están perfectas y no son largas están medidas para que entretengan pero no agoten.
El montaje es estupendo y además Wright aporta un toque de calidad con un largo plano secuencia que sigue a Eric Bana en exteriores y el metro con una pelea en la que mantiene el plano en un prodigio de planificación.
Hay algún elemento que baja el nivel como el cuadro flamenco perpetrado por un grupo de gitanos representando la típica noche española, de auténtica pena-penita-pena.
Saoirse Ronan está impresionante interpretando a esa niña sorprendida y atormentada, a esa pequeña salvaje que conoce el mundo por una enciclopedia y por un cuento.
Hanna es una peli de espías, de acción pero sobre todo es un cuento con una Bruja mala, una Cate Blanchet, como siempre estupenda, con unos secuaces que también son como de echarles de comer aparte.
En este cuento hay grandes decorados con bosques, parques de atracciones abandonados y laberintos de grandes contenedores. También la fuga de Hanna del centro de detención tiene algo de Alicia en el País de las Maravillas.
Tal vez me he entusiasmado demasiado. Ya disculparéis.
Es la típica película pensada para un público juvenil. A lo de juvenil podría añadir calificativos como retrasado o como dicen en la Alcarria un poco falto, pero me voy a contener y no los añado.
Un chico guapete que es extraterrestre pero con poderes huye de otros extraterrestres que son tan malos y feos que dan risa. El guapete se enamora de un terrícola y al final pelea con los feos y malos y aparece otra extraterreste guapetona y los ganan. Gran parte se desarrolla en un Instituto con abusones y eso.
Donde pongo extratrrestre pon vampiro y te acabo de contar el rollo de Crepúsculo, esa saga juvenil para adolescentes mojigatos.
A veces en una peli mala se puede destacar la interpretación pues éste no es el caso. El protagonista solo sabe poner una cara, la de tonto.
Está visto que los magnates del cine si ven que una fórmula funciona la repiten hasta el hastío.
Lo peor de todo es que parece que es el piloto de una saga. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Horror!!!!!!!!!!!
Elena es una gran admiradora de Harrison Ford y yo la comprendo. Ha sido Jack Ryan, Indiana Jones, Han Solo y Rick Deckard y en esta peli el presidente del Imperio USA. Posiblemente ningún actor haya interpretado personajes tan importantes en la historia del cine.
La vimos en TVE, sin anuncios y sin un solo corte. Posiblemente es la tercera o la cuarta vez que la veo y cada vez me gusta menos.
Su director, Wolfgang Petersen, realiza un alarde en la realización de esta peli, con grandes dosis de acción bien dosificada. Los efectos especiales son buenos para la época pero ahora seguro que serían mejores.
Pero la peli se sostiene por el bueno y el malo. Harrison es el bueno mejor del cine y aquí interpreta al más aguerrido presidente USA que podamos imaginar. Y en el lado opuesto está el malo peor: Gary Oldman que es despiadado y se ha especializado en malos perturvados.
Con todo esto ¿cómo puede ser que me guste menos cada vez? En la peli fallecen un montón de personas la mayoría de los buenos, revienta un avión cisterna con su tripulación, derriban un caza… Vamos que se cargan a montón de peña. Pero como se salva el Presi todo parece acabar bien. Incluso se trasmite al espectador que eso es lo importante que el resto de vidas valían poco comparada con la del Rey del Imperio. Y esa idea me repugna. Desde algún punto de vista me parece una peli propagandística. ¿O tal vez desde todos? ¡Basura yanqui!
Código Fuente es un thriller con toques de ciencia ficción que juega, en los primeros minutos, a la confusión del espectador y del protagonista.
Los continuos viajes en el tiempo recuerdan, como no, a la magnífica Atrapado en el tiempo de Harold Ramis aunque el tono de las pelis es totalmente diferente.
Parece que esta mezcla de intriga y ciencia ficción está de moda. La lógica de la trama es el punto más flaco y es mejor no hacerse preguntas que no tienen explicación, cuestión que me molesta bastante.
La limitación del uso de efectos especiales se agradece y lo que predomina es la “investigación”.
Duncan Jones dirige la peli sin muchos artificios y de él me gustó su anterior peli Moon, interesante pero no redonda.
Os pongo un vídeo de Lady Gaga, que por cierto protagoniza unas producciones excelentes, y un videomob rodado en Madrid basado en el tema Judas que tiene una calidad profesional que protagoniza Alex un amigo de Mar. Para que comparéis.
Un documental que nos muestra los primeros 15 meses de vida de cuatro niños. Una africana, un mongol, una japonesa y una norteamericana.
El montaje mostrándonos los grandes contrastes entre los cuatro bebés y el medio donde crecen hace que este documental sea tremendamente instructivo y divertido.
Resulta especialmente agradable la niña africana, risueña y simpática que parece la más feliz.
El contraste entre la vida de estas criaturas resulta brutal sobre todo a nivel de cuidados y de higiene. Me considero limpio y soy de esos que se lavan las manos cuando está indicado y que me ducho casi todos los meses incluso sin hacer falta. Como decía: me considero limpio y ver en la situación de absoluta insalubridad en la que viven los bebés africano y mongol me produjo mucha pena. Aunque parecen en muchos momentos felices, incluso más que la niña japonesa, su esperanza de vida seguro que se ve reducida por infecciones sobre todo digestivas. Hay un momento en el que la niña de Namibia bebe de un charco resultando gracioso y repugnante a la vez.
La relación con los diferentes padres es también curiosa. El papá africano no aparece, el mongol tiene una breve presencia. En cambio el japonés y el americano se ocupan activamente del cuidado de su hijo.
Hay momentos de auténtica tensión e incluso miedo cuando aparecen animales domésticos.
La cámara observa con atención respetando la espontaneidad. El montaje es ágil y hace el documental muy entretenido. Pero lo que más agradezco es la ausencia absoluta de voz en off, ¿para qué contar lo que ya se ve?
Es un documental pero su visionado es tan entretenido como el de una peli de ficción o incluso mucho más que la mayoría.
Una peli francesa y protagonizada por Audrey Tautou parece ser sinónimo de calidad.
La Tautou saltó a la fama por la sobrevalorada aunque divertida Amelie y hay que reconocer que es una gran actriz.
En esta ocasión interpreta a una peluquera que casualmente se llama Emelie, que recibe una hermosa carta de amor y decide reenviarla a su madre que está bajo el síndrome postdivorcio.
Una dulce mentira pretende ser una comedia de enredo donde las mentiras bienintencionadas se van entrelazando, todo de buen rollito.
Hay que reconocer que el director, Pierre Salvadori le echa voluntad pero el resultado que consigue es mediocre. Hay pocos momentos cómicos y ninguno hilarante y el desarrollo resulta tedioso y aburrido. Solo la presencia de la Tautou, con una buena interpretación, salva del desastre absoluto.
Destacar al protagonista masculino, Sami Bouajila, que está correcto.
Una peli absolutamente prescindible. Solo recomendable para su visionado en un sillón relax y dejarse arrastrar por el sueño.
Estamos ante una nueva comedia de los hermanos Farrelly con sus chistes gruesos y escatológicos, con sus personajes patéticos sobre todo los masculinos. Vamos todo muy Farrelly.
A mí este estilo de comedia me gusta bastante. Hay títulos de los hermanísimos que me entusiasmaron como Algo pasa con Mary, Pegado a ti o Amor ciego.
En esta peli los personajes masculinos son tan patéticos que en lugar de hacer gracia dan pena. No me vi identificado para nada con ellos y eso resta interés. Con esto no quiero decir que yo no sea patético sino que mi visión es diferente a los protagonistas.
Pero los Farrelly han perdido fuelle. Hacen una peli en general entretenida y en momentos divertida pero hay escenas sin interés alguno. Además el tono moralista incluso con moralina respecto a la institución familiar es excesivo.
Tal vez después de haber visto Resacón en las Vegas, los Farrelly me parecen unos blandos.
Destino oculto es una mezcla de ciencia ficción, historia de amor y película de políticos (suponiendo que ese género exista).
Un candidato al Senado y una bailarina se conocen, se enamoran pero unos personajes no humanos intentan evitar que sigan juntos porque hay un plan establecido para ellos que se vería truncado con su relación.
Estos personajes que visten de negro y llevan sombrero son una mezcla de agentes del FBI y ángeles, que hacen su trabajo estilo funcionario.
La peli me mantuvo atento con buenos efectos especiales, los cambios de decorado al pasar las puertas son espectaculares, pero lo que más me gustó es la historia de amor.
El amor entre un guapetón Matt Damon y una estupenda Emily Blunt, que luchan contra viento y marea para estar juntos. Tomé partido desde el principio por la pareja que tiene muy buena química. Matt Damon da el tipo de chico norteamericano bien nutrido y bonachón y Emily Blunt es bella y estilizada.
Se desarrolla en Nueva York pero no en la ciudad de postal sino en calles normales menos turísticas pero más reales.
Muchas veces me dicen que me gustan casi todas las pelis y es verdad. Pues ésta también me ha gustado.
Recomendable para románticos empedernidos y para amantes de la acción.
El inocente es un thriller judicial con un guión enrevesado, con muchos personajes secundarios y con unos protagonistas de calado.
El género de juicios siempre ha sido uno de mis preferidos, cuando era muy pequeño veía Perry Mason y Arresto y juicio y me apasionaban y ese buen recuerdo ha perdurado durante toda mi vida.
Aunque el guión es complicado se puede seguir sin problemas y no redunda en explicaciones innecesarias. El argumento es sólido y bien elaborado.
El director Brad Furman dirije de manera efectista pero sin muchas florituras dando un tono clásico a la peli.
El conjunto resulta muy entretenido y además plantea cuestiones para debatir como el secreto profesional, la inocencia y la diferencia entre lo justo y lo legal.
Me llama la atención que ya nadie fuma en las pelis, ni siquiera los malos pero en cambio el alcohol es la bebida habitual de todos los personajes.
El argumento se basa en la historia real de Li Cunxin, un bailarín chino extraordinario. Se podría decir que es una biografía musical.
El bailarín Chi Cao interpreta de manera eficaz el personaje protagonista, aunque no es actor profesional.
El director se esfuerza en mostrarnos la vida en la China de Mao. Hay escenas hilarantes y surrealistas como cuando se describe a los países capitalistas. Aunque el momento cumbre es la danza revolucionaria que tanto agrada a los miembros del partido.
Resulta brutal el choque del bailarín al percibir las diferencias entre la China maoista y la América hiperconsumista.
Pero en el fondo la historia es una que se ha contado mil veces y que tanto gusta, la típica y tópica historia de superación personal. Ese niño de la China rural que a base de esfuerzo logra ser un bailarín de nivel internacional.
El joven, antes de ir a EE.UU. a un curso de 6 meses, es prevenido sobre los peligros de la sociedad capitalista, pues en todos termina cayendo.
La mejor parte de la peli es cuando se desarrolla el conflicto en el consulado chino.
En general resulta entretenida. Lo peor son las dosis de sentimentalismo de todo punto excesivas. Lo mejor los magníficos bailes.
Película danesa que obtuvo el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
Su directora es Susanne Bier que nos cuenta la historia de dos niños y sus familias rotas por el divorcio una y la otra por la muerte de la madre.
La peli está cargada de imágenes potentes que hacen que su visión sea entretenida.
Pero lo más interesante es el planteamiento y la reflexión sobre la violencia.
Una violencia extrema y gratuita en un país africano donde un médico danés, el padre de Elías, trabaja para una ONG. Y otra violencia más cotidiana pero también gratuita en la civilizada Dinarmarca donde hay niños acosadores y padres abusones.
Parece que se mantiene la tesis que ante la violencia hay que mantener una actitud civilizada y pacífica. Pero lo cierto es que esto solo sirve para mantener la agresividad latente y a veces la venganza es irremediable. La discusión queda abierta.
Un aspecto que me gustó mucho es lo bueno que es el médico, hombre de grandes principios éticos, como suele ser habitual en todas las personas que practicamos esta profesión.
La directora se muestra condescendiente ofreciendo un final abierto a la esperanza.
Se desarrolla en Berlín, cuestión que me ha gustado porque la conocí el verano pasado.
La acción discurre bajo la mirada de Liam Neeson, protagonista absoluto y los hechos se conocen al mismo tiempo que el personaje, sin trucos.
El guión es complejo y da un giro inesperado al final de la peli, momento en el que empeora no en el ritmo pero sí en la trama que se enrevesa demasiado.
Pero la acción discurre a tal ritmo que no te da tiempo a plantearte los fallos de guión.
Liam Neeson en un papel difícil está perfecto.
Destacar la intervención magnífica de Bruno Ganz como antiguo agente de la Stasi.
Peli hablada en catalán en la versión original, dirigida a cuatro manos por Jordi Cadena y Judith Colell.
Tiene dos partes bien diferenciadas. La primera en blanco y negro relatando la violación de Elisa y los efectos que en ella causa ese terrible suceso. La segunda parte en color cuando la protagonista es universitaria y un día recuerda ese suceso.
El planteamiento de la película es interesante y su desarrollo atrapa.
Pero tiene graves defectos que impiden que sea una peli redonda.
La voz en off es constante y va relatando con frialdad todo lo que sucede incluso anticipando acontecimientos. Mis seguidores, si es que los tengo, ya conoceréis mi aversión hacia este recurso que suele ser innecesario. Aquí se abusa de él y resulta insoportable. ¿Para que decir lo que ya ves?
Las circunstancias de la violación de Elisa son poco creíbles.
La escena en la que Elisa ya jovencica recuerda es tal vez demasiado larga y excesiva.
El sufrimiento de Elisa se trasmite bien al espectador que se queda impresionado y comprende que el horroroso incidente va a marcar la vida de la niña.
Es una historia de pura supervivencia a través de la mirada de un niño, Andreu, interpretado por Francesc Colomer. A la situación de pobreza de esa Cataluña rural se suma la miseria de la postguerra española.
Andreu va descubriendo como la mentira está instaurada en su vida y que sus padres no son precisamente un modelo ético.
La peli es bastante deprimente porque a la miseria económica se le añade la miseria moral. No entraré en detalles escabrosos pero son numerosos.
El guión me ha resultado un poco confuso y me ha molestado la falta de referente ético. Desde luego no es la típica historia de buenos y malos, aquí todos son malos.
La ambientación es excelente con escenas impactantes. Los actores están todos fenomenal.
Pero el discurrir de la peli no me emocionó aunque sí me repugnó en bastantes ocasiones.
Siempre he pensado que el buen cine es el que despierta emociones. Esta cinta no te deja indiferente.
En mi opinión su Goya a la mejor película es excesivo además había una producción muy superior como También la lluvia, ninguneada sin razón.
Un cameo de lujo, la primera dama de Francia, Carla Bruni que sale airosa del compromiso.
Una historia divertida con referencias a la Cenicienta, con una colección de personajes-artistas curiosos, especialmente gracioso el personaje de Dalí.
Un personaje pedante y odioso interpretado por Michael Sheen.
Con todo esto, Allen ha hecho una de sus mejores obras que como siempre nos invita a una reflexión-moraleja, esta vez sobre el inconformismo y la búsqueda de algo mejor en otro tiempo o en otras personas que nunca se termina de encontrar.
No tengas miedo es la triste historia de Silvia. En la peli la vemos de 7, de 14 y de 25 años. Desde los 7 años sufre abusos sexuales de su padre, pero solo sexuales. En toda la peli Lluís Homar, el padre, se muestra cariñoso y compresivo, incluso tierno, aparentemente un padre ejemplar.
Montxo Armendáriz realiza una peli personal con una cámara colocada a la altura de la cara o más bien de la cabeza de Silvia niña, adolescente y después joven víctima de los abusos de su padre. Armendáriz es un director que siempre me ha gustado, su ópera prima Tasio de 1984 es para mí su mejor película junto con Secretos del corazón de 1997.
Michelle Jenner y las otras dos actrices que interpretan a Silvia realizan una magnífica actuación. El peso de la tristeza se ve en sus rostros, esa amargura mezcla de asco y de sentimiento de culpabilidad. La insistencia de Armendáriz por seguir el rostro de Michelle Jenner llega a cansar y parece un recurso del que se abusa.
Las declaraciones de otras víctimas en esa psicoterapia de grupo son impactantes pero innecesarias, el drama personal de Silvia es más que suficiente para impresionar al espectador.
La indiferencia y la negación de la madre, una eficaz Belén Rueda, resultan escalofriantes.
Las intervenciones de la psicóloga resultan ridículas. La conclusión es que a la pobre Silvia nadie la ayuda de verdad, es ella la única que puede hacer algo por sí misma.
Casi al final de la peli rompí a llorar (ya sé que soy un lila) La tristeza me invadió.
Compartí la sala con un señor de unos 60 años y con dos jóvenes en los que aprecié cierto retraso intelectivo. Los jóvenes comentaron, textualmente: “Pues yo no he pasado miedo”. Al señor de edad le pregunté si le había gustado y me contestó: “basura propagandística”. No salgo de mi asombro.
A mí siempre me ha interesado el cine argentino. Soy un fan incondicional de Juan José Campanella desde que en 2001 estrenara El hijo de la novia, posiblemente la película que más veces he visto, unas veinte y cada vez que la veo encuentro cosas nuevas.
Todos sabemos que los argentinos hablan en un idioma diferente. Cuando empiezas a ver una peli tardas unos veinte minutos en entender lo que dicen pero luego lo comprendes sin problema, es una cuestión casi milagrosa que a mí no me ha ocurrido nunca con el inglés o con el alemán.
Cuestión de principios es una película sumamente interesante que plantea cuestiones vitales de gran calado. El desarrollo de la peli es muy entretenido pero es que además contribuye a la reflexión y al debate posterior. No voy a jugar a sacar conclusiones porque soy el menos indicado y porque en ese aspecto la película deja el tema abierto a la discusión.
Federico Luppi está inconmensurable con tal cantidad de matices en su interpretación que apabulla.
Norma Aleandro, la gran dama del cine argentino, está colosal y soy admirador de ella desde El hijo de la novia.
Iba a decir que Cuestión de principios es una peli imprescindible pero seré comedido y solo diré que es altamente recomendable.
Gerardo Olivares es director y guionista de esta peli. Basada en hechos reales. El director se inspiró en una tesis doctoral y en el propio relato del personaje real para confeccionar esta peli.
Una tarde en el coche oí una larga entrevista al director. Contó sobre el rodaje de la peli y lo que le resultó más difícil, no fue manejar a los lobos o al búho, sino a las cabras que no paraban de moverse.
El maestro Hitchcock decía que odiaba trabajar con niños y con animales. Pues esta peli está protagonizada por niños y animales, osea una difícil tarea.
El niño Manuel Camacho que interpreta a Marcos de 8 a 10 años no sabe poner cara de asombro ni de susto por lo demás su actuación es aceptable. Juan José Ballesta tiene tan solo una presencia testimonial interpretando a Marcos a los 20 años.
Destacar la presencia de Sancho Gracia magnífico en su papel de Atanasio.
La peli funciona bien sobre todo cuando parece un documental del Hombre y la Tierra. La fotografía es excelente.
Alguna pega hay que sacar y tal vez la podemos encontrar en algunos personajes que parecen caricaturescos.